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La anamnesis en Neurología Pediátrica

 Aptitudes personales del clínico:

La exploración neurológica tiene un esquema claro en el que hay que tener en cuenta, de
forma secuenciada y ordenada, los siguientes aspectos:

a) Análisis del desarrollo psicomotor


b) Análisis del desarrollo de la coordinación
c) Exploración general
d) Exploración neuro-ortopédica
e) Exploración neurocognitiva

Aplicando aquí el concepto clásico de Barkley (1998) para las disfunciones neurocognitivas
cualquier exploración clínica tiene 3 ejes fundamentales: la entrevista clínica, el examen
médico y la medición cualitativa cognitivo-comportamental. Todos estos elementos de la
exploración clínica son fundamentales. Tras el análisis del problema y la valoración de los
antecedentes del desarrollo psicomotor -y su influencia sobre la situación actual- pasamos a la
exploración general. En todos los casos ha de emitirse una opinión sobre el desarrollo
neuromotor, empleando las escalas desarrolladas para tal fin, sobre el movimiento y sus
alteraciones y finalmente no podemos olvidar la evaluación neurocognitiva.

 Ventajas de una buena comunicación e información:

Las formas de obtener la información por el pediatra en el niño desde la etapa preescolar
hasta la adolescencia se basan principalmente en el diálogo, en el juego y en el dibujo. En el
primero de los casos, si bien el diálogo tradicional “cara a cara” o entrevista es el más
empleado no deja de ser interesante aplicar a veces un diálogo “imaginario” a través de
marionetas u otras estrategias que permitan rescatar la información del niño.

 Orientación de la anamnesis según patologías:


a) Cefalea

Antecedentes de la enfermedad actual: incluyen preguntas sobre localización de la cefalea,


su duración, intensidad, inicio (p. ej., súbito, gradual) y su cualidad (p. ej., pulsátil, constante,
intermitente, opresiva). Se registran los factores que la exacerban y la hacen desaparecer (p.
ej., posición de la cabeza, hora del día, sueño, luz, sonidos, actividad física, olores,
masticación). Cuando el paciente ha tenido cefaleas previas o recurrentes, es necesario
identificar el diagnóstico previo (si existe alguno) y debe determinarse si la cefalea actual es
similar o diferente. Para las cefaleas recurrentes, se registra la edad de inicio, la frecuencia de
los episodios, el patrón temporal (incluida cualquier relación con la fase del ciclo menstrual) y
la respuesta a los tratamientos (incluidos los medicamentos de venta libre).

Revisión por aparatos y sistemas: se debe buscar síntomas que sugieran una causa e incluyen

Vómitos: migraña o hipertensión intracraneana

Fiebre: infección (p. ej., encefalitis, meningitis, sinusitis)

Ojo rojo o síntomas visuales (halos, visión borrosa): glaucoma agudo de ángulo estrecho

Déficits campimétricos, diplopía o visión borrosa: migraña ocular, lesión ocupante cerebral o
hipertensión intracraneanea idiopática
Lagrimeo y rubor facial: cefalea en racimos

Rinorrea: sinusitis

Acúfenos pulsátiles: hipertensión intracraneana idiopática

Aura precedente: migraña

Déficit neurológico focal: encefalitis, meningitis, hemorragia intracerebral, hematoma


subdural, tumor u otra lesión ocupante

Convulsiones: encefalitis, tumor u otra lesión ocupante

Síncope al inicio de la cefalea: hemorragia subaracnoidea

Mialgias o cambios visuales (en los individuos > 55 años): arteritis de células gigantes

Antecedentes personales: se deben identificar factores de riesgo para cefalea, que incluyen la
exposición a fármacos, el consumo de sustancias (sobre todo cafeína) y las toxinas (ver Causas
de cefalea secundaria); una punción lumbar reciente, los trastornos con inmunosupresión o el
uso de agentes IV (riesgo de infección), la hipertensión (riesgo de hemorragia cerebral), el
cáncer (riesgo de metástasis encefálicas) y la demencia, el traumatismo, la coagulopatía o el
uso de anticoagulantes o etanol (riesgo de hematoma subdural).

Los antecedentes familiares y sociales deben incluir cualquier antedente familiar de cefaleas,
sobre todo porque es posible que algunos miembros de la familia presenten una migraña que
no ha sido diagnosticada.

Para agilizar la recolección de datos, los médicos pueden pedir a los pacientes que llenen un
cuestionario de cefalea que cubre la mayor parte de la historia clínica relevante pertinente al
diagnóstico de la cefalea. Los pacientes pueden completar el cuestionario antes de su visita y
traer los resultados con ellos.

Examen físico

Se miden los signos vitales, incluida la temperatura. Se registra el aspecto general (p. ej., si está
inquieto o tranquilo en una habitación oscura). Se realiza un examen general, enfocado en la
cabeza y el cuello, y un examen neurológico completo.

Se examina el cuero cabelludo para detectar áreas de tumefacción y sensibilidad a la


palpación. Se palpa la arteria temporal homolateral y ambas articulaciones
temporomandibulres para detectar dolor a la palpación y crepitación mientras el paciente abre
y cierra la mandíbula.

Se inspeccionan los ojos y la región peri orbitaria para detectar lagrimeo, rubor e inyección
conjuntival. Se evalúa el tamaño de las pupilas y las respuestas a la luz, los movimientos
extraoculares y los campos visuales. Se controlan los fondos de ojo para detectar pulsaciones
venosas espontáneas y edema de papila. Cuando los pacientes presentan síntomas visuales o
alteraciones oculares, se mide la agudeza visual. Cuando las conjuntivas están rojas, se
examina la cámara anterior y la córnea con una lámpara de hendidura siempre que sea posible
y se mide la presión intraocular.

Se inspeccionan las fosas nasales para detectar secreción purulenta. Se inspecciona la


bucofaríngea para detectar tumefacciones, y se percuten los dientes para detectar dolor a la
percusión.
Se flexiona el cuello para detectar malestar o rigidez, lo que indica meningismo. Se palpa la
columna vertebral para detectar sensibilidad a la palpación.

b) Epilepsia

Datos clínicos importantes

Antecedentes personales Embarazo y parto

Crisis febriles y tipo

Infecciones u otros eventos en los primeros meses de vida

Historia de cefaleas tipo migraña

Historia de patología digestiva (intolerancia gluten)

Rendimiento escolar

Alteraciones conductuales

Patología psiquiatría

Antecedentes familiares Crisis febriles

Epilepsia

Patología psiquiátrica

Historia de epilepsia Edad de inicio de crisis y diagnóstico de epilepsia

Tipo de crisis: Recoger todos los tipos y obtener información de testigos

Predominio horario de las crisis

Para conseguir una información completa, la mayoría de las veces necesitaremos que el
paciente venga acompañado de alguien que haya observado sus crisis y que conozca detalles
de la infancia y el periodo neonatal. Conviene insistir en este punto e intentar contactar de
alguna manera con estas personas porque muchas veces los testigos de las crisis aportan
información, que es imprescindible tanto para el diagnóstico diferencial de epilepsia como
para el diagnóstico del tipo de epilepsia. El enfermo no siempre es consciente de que tiene
crisis y en la mayoría de los casos no sabe lo que ocurre durante las mismas, y además es
frecuente que no tenga toda la información sobre la etapa perinatal e infantil.

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