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Asistencia Integral Urgente del Anciano

Alumna: Iria Flavia Martinez de la Riva Garcia

DNI:71671052q.

CASO PRÁCTICO

CONTROL DE GLUCEMIA EN ANCIANOS

J.R. es una mujer de 67 años de edad diagnosticada de obesidad, hipertensión y


enfermedad arterial coronaria. Hace año y medio sufrió un infarto de miocardio de
pared inferior. El cateterismo cardíaco mostró una arteria coronaria derecha ocluida y
una estenosis del 40% en la arteria descendente anterior izquierda.

La paciente fue tratada con β-bloqueantes y aspirina y se le proporcionó educación para


modificación en el estilo de vida. La analítica presentó hipertrigliceridemia leve y un
nivel de HDL colesterol ligeramente reducido. La glucosa en sangre no se midió. La
paciente inicialmente se encontraba bien, y no presentaba dolor torácico, falta de
aliento, o cualquier síntoma relacionado con su condición cardiaca.

Durante el mes pasado, J.R. se quejó de un ligero aumento de fatiga y episodios de


poliuria y polidipsia. El nivel de glucosa en sangre en ayunas fue de 168 mg/dl. El
examen físico reveló una mujer ligeramente obesa, con cifras de presión arterial de
142/86 mmHg y frecuencia cardiaca de 78 lpm. El examen ocular reveló una retinopatía
diabética no proliferativa leve. En la exploración física se encontró edema bilateral
pédico. La analítica mostró una concentración de hemoglobina A1c (HbA1c) de 9,4%,
nitrógeno uréico en sangre (BUN) de 11 mg / dl, creatinina 0,9 mg/dl, y microalbúmina

en orina de 1.993 mg/dl.

CUESTIONES

1. ¿Cuál es la relación entre la diabetes y las complicaciones en las personas


mayores?

La población mayor con DM muestra una acentuada multiplicidad, consecuencia


de la variabilidad funcional y estructural vinculada al envejecimiento, el tiempo de
duración de la enfermedad, la existencia de polifarmacia y comorbilidad.
La diabetes en las personas mayores comúnmente tiene un comienzo asintomático, y
una clínica insidiosa, atípica y deterioro funcional.

En el caso de la paciente J.R en el mes pasado acude a su centro de salud, donde


se le realiza una exploración física que revela una glucosa en ayunas de 168 mg/dl (la
cual debe estar entre 80-110 mg/dl) se aqueja de episodios de poliuria (aumento de la
cantidad de orina) y polidipsia (sed excesiva) todo ello resultado de niveles glucémicos
por encima de los valores considerados como adecuados.

La presión arterial también se muestra alterada (ambas afecciones están


estrechamente ligadas, lo que puede acarrear problemas tan serios como los que
presenta en la actualidad. No obstante, aunque en la clínica se menciona la facilitación
de educación para la modificación en el estilo de vida, sería importante recomendarle de
nuevo la mejora de su situación a través de ejercicio y dieta. El ejercicio en diabéticos
es una parte muy importante en el manejo de la enfermedad y al ser obesa, el ejercicio y
la dieta pueden ayudarle a mantener el peso, además de ayudarle a bajar los niveles
séricos.

Otra recomendación fundamental sería el control de la presión arterial en su


domicilio, pues al ser diabética y tener una tensión alta es más propensa a padecer
enfermedades cardiacas.

En su anterior visita al centro de salud se pudo observar una retinopatía diabética no


proliferante (RDNP) y en la misma exploración un edema bilateral pédico, ambas
complicaciones de la diabetes y consecuencias de un mal control.
Su hemoglobina glicosilada muestra unos valores muy altos 9,4% cuando los
valores recomendados para una larga expectativa de vida se encuentran por debajo de
7,5% de HbA1c.

Esta hiperglucemia vivida con anterioridad (ya que no se le tomó la glucosa en


la última visita) es indicativo junto las demás afecciones de prediabetes o diabetes tipo
II, cuya causa principal puede estar motivada por la baja sensibilidad a la insulina, teoría
reforzada por los episodios narrados por la paciente.

Como con el tiempo no ha sido tratado, el azúcar alto en sangre ha producido en


JR el desarrollo de enfermedad cardiaca que, unida a una presión arterial alta, una
hipertriglericemia con niveles bajos de colesterol “bueno” (HDL) han dado los
ingredientes perfectos para que se desarrolle en ella una enfermedad arterial coronaria o
enfermedad de corazón isquémico.

La paciente no presenta dolor torácico, falta de aliento, o cualquier síntoma


relacionado con su condición cardiaca muy posiblemente debido a que tenga dañados
los nervios del corazón.

2. ¿Cuáles son los riesgos de la terapia intensiva para pacientes de edad avanzada?

La atención urgente en ancianos ha crecido enormemente en los últimos años


debido al incremento de la esperanza de vida. Esto ha producido un aumento del
número de pacientes ancianos atendidos en unidades de cuidados intensivos (UCI)

El paciente requiere
normalmente una atención urgente, ya
que la funcionalidad y la gravedad de la
enfermedad marcan tanto el pronóstico
como su mortalidad.

Las cifras indican que entre el


25-50% de los ingresados en UCI son
personas mayores de 65 años y entre un
10-20% mayores de 80 años,
esperándose un importante incremento
en las próximas décadas.
El objetivo principal de la terapia intensiva radica en prevenir un mayor
deterioro fisiológico, mientras la causa que lo produce es tratada hasta que se resuelve.

La decisión de admitir a una persona muy anciana en la UCI dependerá no solo


de la edad, sino también de los deseos del paciente y su familia y la identificación
íntegra y fiel de pacientes que verdaderamente son beneficiarios del tratamiento
intensivo. En algunos casos, cuando el paciente UCI es inseguro, es recomendable
realizar un ingreso de prueba (24-48 h) y comprobar si continuar con la terapia o
redirigir al paciente a otra unidad.

La mortalidad en la UCI de personas en edad avanzada es elevada (25-45% y en


un año hasta el 70%) y la recuperación mínima.

No existe una verdadera respuesta a si el motivo de la evolución desfavorable se


debe al normal proceso de envejecer o por el contrario es resultado del previo estado de
salud en los ancianos. Lo que si se sabe es que la desnutrición y el desgate funcional
para el desarrollo de las AVD son importantes predictores durante el proceso
hospitalario4.

Algunos riesgos producidos durante la terapia intensiva pueden estar


relacionados con un recorrido negativo debido a una fuerte sedación, al largo tiempo
inmovilizado, a la ventilación, la carencia de nutrientes, empleo de bloqueantes
neuromusculares, relajantes musculares, corticoterapia prolongada, desnutrición y
alteraciones electrolíticas. Por tanto, el paciente anciano padece un deterioro funcional
tras su paso por la unidad de cuidados intensivos (UCI) además de un deterioro físico
importante5, aunque se recupera paulatinamente tras pasar los meses.

3. ¿Qué enfoque podría utilizarse para el control de la glucemia?

Además del control de diferentes factores que pueden intervenir en niveles


glucémicos adecuados como puede ser el ejercicio (realizarlo de manera habitual para
controlar los niveles de azúcar, lo que mejorará su calidad de vida, y además disminuirá
el riesgo de padecer hipertensión o alteraciones cardiovasculares), dieta (alimentación
sana basada esencialmente en la reducción de azúcares, grasas, medir el tamaño de las
raciones para evitar hipoglucemias e hiperglucemias, medir la cantidad de
carbohidratos, tratar de consumir alimentos integrales, más verdura y fruta en su justa
medida, asi como limitar el consumo de alcohol),medicamentos (en relación a los
medicamentos para la diabetes tipo II, existen diferentes tipos dependiendo de las
necesidades y de la situación. Cada tipo de medicamento funciona de diferentes
maneras para bajar el nivel de azúcar en la sangre).

Otro enfoque para el control de la glucemia en pacientes con diabetes puede ser
la monitorización continúa de la glucosa “Monitorización continua flash de Glucosa”

Este sistema permite a los pacientes obtener una información continua y


completa a lo largo del día de la glucosa en sangre, reduciendo de manera significativa
el número de pinchazos, sobre todo en personas dependientes o con diversidad
funcional que tengan dificultades para su control y su interpretación. También puede
resultar muy significativo para aquellos pacientes que sufren con asiduidad
hipoglucemias graves o hiperglucemias, e incluso para aquellas personas que requieran
frecuentemente de atención o ayuda por parte de terceras personas.
BIBLIOGRAFÍA

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https://doi.org/10.1007/s00134-017-4718-z

Finalmente, en el manejo del control glucémico de la diabetes mellitus tipo 2, se deben


considerar también las preferencias del paciente, el estado cognitivo y la capacidad de
auto-gestionar la enfermedad, así como el soporte familiar y social de su entorno.

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