Está en la página 1de 11

1

ANÁLISIS DE LA JURISPRUDENCIA EN ROMA Y EN LA ACTUALIDAD

LINK SUSTENTACION:

https://youtube.com/@user-ck1ut7pe8n

Presentado por:

Paolo Sebastián López Ruiz

Isabel Alcalá Medrano

José David Lastre Nisperuza

Arelia De La Ossa Perdomo

Laura Vega Córdoba

Juan Hernández Simanca

Universidad de Córdoba- Derecho Romano

26 de enero de 2023

Montería- Córdoba
2

Introducción

El siguiente trabajo desarrolla un análisis explicativo que aborda la importancia de

la jurisprudencia romana como fuente de inspiración para el constructo del Derecho

actual y su continuo desarrollo. Para ello, en primera instancia se destaca la

trascendencia de su contenido a lo largo de la historia, pues sin la influencia de la

época romana, los procedimientos, legislaciones, derechos, obligaciones e incluso,

la misma concepción de Derecho habría cambiado sin lugar a duda. Los actuales

ordenamientos jurídicos europeos, americanos y algunos del Este asiático como

Japón, Filipinas, Taiwán, entre otros; difícilmente se podrían comprender sin los

principios que el Derecho romano propició, es decir, ese orden de convivencia

conforme a justicia creado por los jurisprudentes de la antigua Roma en sus distintos

periodo y épocas. Elementos básicos, del día a día de nuestra civilización, como

conceptos, el funcionamiento del testamento, la servidumbre, los bienes, la

posesión, propiedad, los contrato, sociedad, las personas, la condición, etc. serían

de total intrascendencia si no se hubiese tenido en cuenta ese momento histórico.

En segundo lugar, la jurisprudencia romana permitió la creación de antecedentes,

dejando a su paso considerables historiales, los cuales brindaron su prestancia

como guías para la resolución de controversias jurisprudenciales. Además, este

periodo permite, como valor extra, apreciar las fatigosas labores jurídicas que se

realizaban y presentaban en ese entonces, dando cuenta el gran reto que pudo

suponer mantener un sistema de justicia estructurado con sus recursos, a

comparación de lo que se puede poseer hoy en día.


3

Una revisión de la jurisprudencia en Roma

“La jurisprudencia es el conocimiento de las cosas divinas y humanas, la ciencia de

lo justo y de lo injusto”- Ulpiano

La jurisprudencia fue una fuente fructífera del derecho romano, derecho que

encuentra la razón de su cenit en esta. Entendiéndose como la interpretación de los

prudentes (iures prudens), como dice Carlos Medellín (2013): “oficio realizado por

los prudens como interpretes del ius”. Dicha interpretación del ius no fue siempre la

misma por la simple razón de que, al igual que las otras fuentes del derecho romano,

la jurisprudencia respondía a los cambios de diferente naturaleza que se

presentaban en la urbe . Así vamos a encontrar un primer periodo donde la

interpretación de las leyes y del derecho fue monopolizado por las autoridades

religiosas, algo consecuente con los inicios del derecho como un apéndice

inseparable de la religión. Luego, un liberto, un pontífice plebeyo y un cónsul, dieron

los primeros esbozos para un proceso de secularización que distinguiría el derecho

y de la religión, dejando a la puerta abierta del conocimiento jurídico para cualquiera.

Dicho proceso de secularización, que exclaustró al derecho, va a dar el pistoletazo

de salida a un periodo de oro, el canto del cisne de la jurisprudencia, que va a

concordar a su vez con el apogeo de la cultura romana y el imperio. Al término de

su plenitud, la jurisprudencia, y el derecho general, se sumergen en una profunda

oscuridad, decayendo sin aparente transición.


4

Jurisprudencia pontificial: corresponde al periodo arcaico del derecho romano que

va del 753 al 450 a. C con la creación de las XII Tablas. La doctrina jurídica era

inseparable de cierto carácter divino, la interpretación de las cuestiones jurídicas

quedaba a mano del Colegio de Pontífices de ahí el nombre de este periodo, los

criterios y doctrinas que guiaron a la jurisprudencia eran indudablemente

sacerdotales y religiosas. Entonces, la jurisprudencia tuvo su nacimiento de mano

de los pontífices que fungieron como asesores técnicos de la justicia real y mas

tarde de los cónsules y los pretores. (Salas, 2015)

Importantísima mención hay que hacerse de la XII Tablas, la primera normativa que

hubo en Roma, la cual acrecentó la figura del pontífice que haciendo uso del

interpretatio creo diferentes instituciones jurídicas (Argüello, 2004). Hay que

comprender a su vez que las XII Tablas si bien era un estatuto realmente

excepcional, era escaso en regulación específica. El adecuar las leyes a cada caso

en específico recaía en el pontífice, como resultado, se comenzaron a crear reglas

particularizadas para cada caso, una visión claramente casuística y que acompaña

a la iurisprudentia en los periodos posteriores (Salas, 2015).

Como era de esperarse, el cuidado de los mores maiorum y la interpretación de

leyes produjeron un derecho rígido, solemne, basado en las fórmulas y rituales

religiosos.

El Ius Flavinum, la Tripertita y el Ius Aelianum: los pontífices, eran los únicos

facultados para saber sobre las fórmulas y los ritos procesales, podían hacer

efectivo el monopolio en cuanto a las funciones judiciales. El derecho tenía que


5

exclaustrarse y el primer paso era hacer públicas las fórmulas procesales al público

(Argüello, 2004).

Según cuenta la tradición, fue el liberto Cneo Flavio, secretario de un pontífice, que,

a través de su obra, dio las fórmulas y los calendarios. Otro hecho a recalcar fue la

llegada de un plebeyo al pontificado máximo en el 254 a. C, Tiberio Coruncanio, fue

el primer jurista romano, precursor de la tradición de dar consultas públicas sobre

asuntos de índole jurídica y sobre la praxis procesal (Argüello, 2004).

Cincuenta años luego de Conruncanio, el juriconsulto Sexta Aelius Petus termina

este proceso de secularización con su obra el Ius Aelianum y la Tripertita, la primera

contenía una colección de nuevas fórmulas mientras la segunda se explayaba

ampliamente en tópicos como la Ley de las XII Tablas, la ley decenviral y las

acciones, considerado el primer tratado sistemático del derecho (Argüello, 2004).

Jurisprudencia Laica: culminado el proceso de laicización del derecho dando luz a

la “ciencia del derecho” cuyo nacimiento se data del 100 al 50 a. C y su autoría se

atribuye a Scevola, el escritor del extensísimo tratado sobre ius civile, en dieciocho

libros, que reúnen diferentes fenómenos jurídicos y principios afines bajo títulos

comunes. Otras figuras destacables fueron Aquilio Galo, escritor del Aquilina

Stipulatio, Servio Sulpicio Rufo, autor del Ad Brutum y Trebacio Testa, escritor del

De civile iure y De religionibus. En este periodo, se inicia con la aparición de los

“prudentes” y las respuestas de los jurisperitos, que si bien no eran obligatorios para

el juez, fueron gestando con tan importante labor la ciencia jurídica (Argüello, 2004).
6

No fue hasta la llegada de Augusto que la jurisprudencia vería su periodo de mayor

resplandor, cuando el prínceps civitas concedio a un número reducido de juristas el

ius respondendi ex auctoritate principi lo cual doto a la jurisprudencia de fuente

formal del derecho en Roma (Argüello, 2004).

Jurisprudencia Clásica: el periodo clásico en la historia de Roma se caracterizó por

ser el de mayor brillantez en todos los aspectos, arte, territorio, economía, cultura y

por supuesto, derecho. La jurisprudencia presento una evolución remarcable,

volviéndose la principal fuente del derecho romano durante este periodo. Fue un

rescripto de Adriano, confirmado por el jurisconsulto Gayo, quien otorgo a las

opiniones y respuestas de los jurisconsultos cierta autoridad, prohibiendo al juez

distanciarse de dichas opiniones cuando fuesen tomadas unánimemente. Además

de su rescripto, Adriano otras altas funciones de ciertos jurisconsultos destacados,

a la vez que la influencia de la Estoa griega era más palpable. Todos estos factores

otorgaron al derecho clásico un carácter universal, cosmopolita y orientación

sistemática sin olvidar su prudente tradicionalismo (Argüello, 2004).

La principal característica de la jurisprudencia del periodo clásico fue el análisis

casuístico,

Como explica Salas (2015): “Su actividad fundamental consistía en la

elaboración de respuestas, de soluciones, a los casos que les planteaban los

particulares y que tenían fuerza vinculante para los jueces, en virtud de la autoridad

que le concedía el príncipe a los juristas más destacados el ius publice respondendi

ex auctoritate principis”.
7

Continuando con la idea de Salas (2015), la cuestión del derecho romano clásico

no fue su teoría, ni la legislacion, lo que hizo brillar fue la capacidad del jurista de

resolver y proponer la solución adecuada y justa para cada caso en específico, en

otras palabras, tenía más peso la opinión del jurista que la ley en si misma, siendo

un gran jurisconsulto aquel que lograba, por medio de la interpretación, aplicar

oportuna y rectamente la ley.

Hablando de los juriconsultos, encontramos dentro de sus funciones: el respondere

(emitir opiniones y dictamenes), cavere (asistir a los particulares en la redacción de

cláusulas), agere(asesor al litigante y a los defensores)y scribere ( consistia en

escribir literatura como: la responsa, la instituta, la digesta, la ad Edictum, la

quasteiones, Ad Sabinum)

Dentro de algunos nombres destacados encontramos: Salvo Juliano, Africano,

Pomponio, Gayo, Ulpio Marcelo, Cervidio Scaevola, Florentino, Papiniano, Ulpiano,

Paulo y el último gran nombre, Modestino (Argüello, 2004).

Al final de dicho periodo y como acertadamente describe Argüello (2004): “El estudio

del derecho decae casi por completo y al esplendor de este período sucede, sin

transición apreciable, una profunda oscuridad, que hace que no se cite a

jurisconsulto alguno después de Modestino, como no sea algunos nombres, no muy

conocidos, que se mencionan en el Digesto como el de Rutilio Máximo y Julio”

La Iurisprudentia en el presente

Forzosamente es necesario partir de unas aclaraciones conceptuales:


8

Primeramente, la definición de jurisprudencia de los romanos tiene ciertas

diferencias de la nuestra. Si nos acogemos, por ejemplo, a la concepción de

Ulpiano: “Iurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, iustiatque

iniusti scientia”, el conocimiento de las cosas divinas y humanas, ciencia de lo justo

y de lo injusto, corresponde a lo que hoy se entiende como doctrina: el conocimiento

de la ciencia del derecho. En la actualidad, la jurisprudencia corresponde al conjunto

de sentencias adoptadas por una autoridad u órgano facultado con funciones

judiciales.

Segundamente, y como explica Salas (2014) la expresión iuris pruden cambia la

acepción original, pasando de ser ese conocimiento acertado, oportuno o adecuado

del derecho a posteriormente entenderse como la “ciencia del derecho” y a las

normas que tienen su origen en las sentencias de los tribunales. Al final, esta última

concepción perduraría en el tiempo, dejando a un lado esa definición: “ el

conocimiento de lo justo”, sumado a esto, la misma palabra prudentia sufriría

grandes cambios, de describir a alguien cauto a un sujeto simplemente temeroso.

Siglos después, como era previsible, el método casuístico romano resulta muy

obsoleto, incluso se encuentra en contraposición frente a otros del derecho moderno

como la abstracción. Los juristas romanos consideraban al mismo un “ars boni et

aequi”, el arte de lo bueno y lo justo, una actividad profundamente humana. La

jurisprudencia romana tiene esta técnica peculiar y se vale de unos procedimientos

propios en la producción del derecho que ignora cualquier distinción tenida en la

teoría moderna (Salas, 2015)


9

Por ende, vale preguntarnos si hoy en día vale la pena revisar el desarrollo de la

jurisprudencia romana y el derecho romano en general.

Salas (2015) expone dos factores para el estudio de la jurisprudencia:

“Unos de carácter interno, referentes a la consideración de la Jurisprudencia en sí,

a su papel preponderante en la formación y desarrollo del Derecho, y a su influencia

decisiva en la vida social y jurídica del pueblo romano.

otros de carácter externo, relativos a la trascendencia y alcance que supone para el

conocimiento de todo el complejo organismo jurídico y de la historia de las

particulares instituciones, una investigación a fondo de la obra técnica

jurisprudencial.”

El estudio de la jurisprudencia romana y el derecho romano en general, encuentra

dos razones más. En primer lugar, aquí nacen las primeras bases de las ciencias

jurídicas, recordemos lo que se entendía por jurisprudencia en ese entonces, en

segundo lugar, en la formación del jurista, para que no se haga una imagen estática

proyectada por el derecho vigente (Salas, 2015).

Una razón más practica seria la que expone Carlos Medellín (2013): “La

internacionalización de la economía, los proceso de integración y la necesidad de

establecer reglas comunes para los pueblos, en especial en lo que hace el derecho

privado, han confirmado un movimiento en el que el derecho romano juega y jugara

un papel fundamental”

Conclusión
10

La jurisprudencia romana, como fuente formal y principal del derecho romano,

donde podemos observar la obra creadora del jurisconsulto quien, por medio de la

interpretación de la ley, la autoridad otorgada por Adriano el cual doto de fuerza

vinculante las opiniones ofrecidas por los jurisconsultos más ilustres.

La jurisprudencia, además, es una ventana que nos permite analizar el avance

histórico y social de la urbe, pasando de una clara servidumbre del derecho a la

religión manejada principalmente por los pontífices, interpretes del fas mas no del

ius. Al darse el proceso de transición a una sociedad secular, el derecho cambio, de

la religión se somete ahora a la razón y observamos el periodo más ilustre del

derecho romano.

El trabajo hecho por los jurisconsultos, es como dijo Maeterlinck: “albañiles que

construyeron para la eternidad”. Incluso en cuando observamos la perdida de

vigencia del derecho romano, la jurisprudencia todavía sigue siendo objeto de

estudio de las ciencias jurídicas y destinado a fines didácticos para la formación de

los próximos juristas.

Referencias

Salas. A. L. (2015). La jurisprudencia romana como fuente de inspiración para el

derecho actual. Retrieved from https://recercat.cat/handle/10459.1/49205

Medellín Becerra, C. E. (2013) Lecciones de derecho romano. Decimoséptima

edición: Legis, 2013. Bogotá. ISBN: 9789587670875


11

Argüello, L. R. (2004). Manual de Derecho Romano. Buenos Aires: Editorial Astrea.

También podría gustarte