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El derecho romano son las normas y leyes jurídicas que fueron aplicadas a los ciudadanos desde la
fundación de Roma (753 a.C) hasta mediados del siglo VI d.C, cuando el emperador Justiniano I
reunió todas las compilaciones jurídicas previas en un solo ordenamiento jurídico llamado Corpus
Iuris Civilis.
Derecho privado: son las leyes que regulan las transacciones comerciales.
Derecho público: se refiere a todas las leyes creadas para proteger a los ciudadanos.
El derecho romano (reunido en el Corpus Iuris Civilis) se convirtió en el texto legal más relevante
de la historia y sirvió de base para la creación de ordenamientos jurídicos en todo el mundo.
Además, fue un punto de referencia para la evolución de las ciencias del derecho.
El derecho romano tiene una serie de particularidades que lo definen más allá del paso del tiempo,
y que se han convertido en los pilares que sustentan su acción.
El derecho romano tiene tres principios, formulados por el jurista Domicio Ulpiano (consejero
pretoriano durante el mandato del emperador Alejandro Severo (222-235):
Primero: vivir honestamente (Honeste vivere): se trata de llevar una vida pública honesta y
transparente, porque lo contrario a ello implica violar las leyes y, por tanto, ser susceptible a
sanciones.
Segundo: no dañar a nadie (Alterum non laedere): si se hace daño a terceros, entonces se hace
obligatorio restituir de alguna forma el agravio físico, material o moral a través de la aplicación de
la ley.
Tercero: dar a cada uno lo suyo (Suum cuique tribuiere): si se cumplen los acuerdos, entonces
cada uno recibirá lo que le corresponde según lo pactado. El incumplimiento de un convenio
implica un acto de desigualdad para una de las partes, por lo tanto se hace necesaria
administración de justicia.
2. Es tradicionalista
Aunque la forma de administrar la ley cambiara, las instituciones y las leyes fundamentales se
mantenían, o en todo caso, se preservaba una parte. El derecho romano podía evolucionar, pero la
creación jurídica se afianzaba en las tradiciones que le antecedían.
3. Es formal
Se refiere a la rigidez del acto jurídico. Esto se manifiesta en la creación de modelos o fórmulas
que pudiesen ser aplicadas en diferentes casos, evitando interpretaciones discrecionales de la ley.
4. Es realista
Cuando las leyes escritas no servían para resolver un caso, se recurría a lo que decía la tradición
(mores maiorum) para ajustar la ley a la realidad del momento.
5. Es individualista
6. Es sencillo
Se refiere a la facilidad o naturalidad para aplicar la ley y solucionar casos actuales, basándose en
cómo se aplicó la ley en el pasado.
Las “fuentes del derecho” se refieren a los orígenes del saber jurídico. En el derecho romano, se
dividen en tres categorías:
Son todos las costumbres que pasaron de los fundadores de Roma a las siguientes generaciones a
través de la tradición oral, por lo tanto, no existe un registro escrito de estas normas.
Esta falta de precisión originó la Ley de las 12 tablas, una serie de normas escritas que fueron
expuestas públicamente para que cualquier persona pudiera interpretarlas.
Fuentes justinianeas
Son todas las recopilaciones ordenadas por el emperador Justiniano I en el Corpus Iuris Civilis, y a
su vez se dividen en cuatro grandes obras:
Digesto: listado de doctrinas que aún tenían vigencia y podían ponerse en práctica.
Fuentes extrajustinianeas
Como indica su nombre, se trata de todos los textos o materiales jurídicos que no están incluidos
en el Código Justiniano, tales como:
Responsa: obra del jurista Emilio Papiniano, en los que comenta casos jurídicos reales.
Instituciones: obra del jurista Gayo, en la que recopila jurisprudencias del sistema romano.
Collatio legum Mosaicarum et Romanorum: comparación entre las leyes romanas y las de Moisés.
Libro sirio-romano: recopilación de leyes romanas utilizada en una parte del imperio oriental.
Material arqueológico o jurídico: tablas, papiros o documentos que registren actos jurídicos.
Fuentes extrajurídicas
Se refiere a todo registro escrito de las prácticas jurídicas romanas, como los testimonios de:
historiadores antiguos,
escritores,
filósofos,
oradores y
toda obra que pueda ser considerada una fuente del conocimiento jurídico.
Un ejemplo de una fuente extrajurídica es la obra Historia Augusta, una recopilación de la vida y
obra de los emperadores romanos que gobernaron entre los años 117 y 284 d. C. Esta obra fue
escrita por al menos 6 historiadores en diferentes épocas.
Es la etapa que corresponde a la fundación de Roma, cuando las leyes eran costumbres y
tradiciones orales llamadas “costumbres de los ancestros” (mores maiorum).
Estas leyes no escritas eran administradas por los pontífices y contemplaban 5 derechos esenciales
para los ciudadanos romanos:
En ese mismo período se hizo necesario tener leyes escritas, lo que impulsó la creación de la Ley
de las 12 tablas, que se convirtió en el primer texto jurídico de los romanos.
La Ley de las 12 tablas debe su nombre a las tablas de madera y bronce donde fueron escritas.
Fueron expuestas al público como una manera de evitar interpretaciones subjetivas de la ley.
Por ello, a las 12 tablas también se les llamó Ley de igualdad romana y fueron el primer
ordenamiento jurídico escrito de los romanos.
Los pretores archivaban sus pronunciamientos legales en unos documentos llamados edictos. Los
edictos podían ser editados, abolidos o ampliados por el propio pretor o por su sucesor.
En Roma existían dos pretores: el encargado de los asuntos de los ciudadanos romanos y otro
encargado de los peregrinos (personas que no eran ciudadanas de Roma).
La mayoría de los asuntos legales involucraban a peregrinos, así que se hizo necesaria una ley que
incluyera a estos y a los ciudadanos romanos. Así surgió el derecho de gentes (Ius gentium), un
complemento de la ley de los ciudadanos romanos (Ius civile).
En este período se reconoce a quienes se han dedicado al estudio del derecho como
“jurisprudentes” y se les considera poseedores de un saber reconocido socialmente. Los
jurisprudentes no interpretan ni administran la ley, solo la estudian y transmiten su conocimiento
a sus discípulos.
Esta etapa se caracterizó por la aplicación de la Ley de proceso formulario (Lex Aeubutias), un
nuevo sistema legal basado en fórmulas.
Las partes esenciales de la fórmula eran:
Intentio: el accionante (la persona que demanda justicia) expresa qué pretende conseguir.