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APUNTES
DERECHO ROMANO I
PRIMER SEMESTRE
EDICIÓN 2022
PRÓLOGO
2. IUS
Los romanos designaron al derecho con la voz latina ius. Este concepto era entendido en un
sentido objetivo, como norma que regula con carácter obligatorio las relaciones sociales y,
en sentido subjetivo, como la facultad o poder que el ordenamiento jurídico reconoce a un
sujeto para hacer valer sus derechos frente a otros, el cual generalmente se realiza a través
del ejercicio de una acción (demanda), como ejemplo de derechos subjetivos tenemos: el
derecho de crédito y el derecho de propiedad que tienen los titulares de esos derechos.
4. FAS
Así como los romanos calificaron con el término ius a la norma jurídica, denominaron con
la voz latina fas a la norma religiosa.
Derecho y religión aparecen en el periodo antiguo como ideas que guardan entre sí un nexo
de unión que hace que no haya diferenciación entre una y otra. Esto se explica,
principalmente, porque los primeros intérpretes del derecho fueron los pontífices romanos
(jurisprudencia pontifical o religiosa), quienes entendían que los actos humanos eran lícitos
en la medida que se conformaran con la voluntad de los dioses.
Sin embargo, fue solo en la época de la República, cuando al abrirse paso la jurisprudencia
laica (particular), que las personas comienzan a estudiar e interpretar el derecho a raíz de la
publicación del ius flavianum y del ius aelianum, que se opera el proceso de
secularización del ius (se aparta de la religión) y, con tales publicaciones, viene a
producirse la separación entre el derecho y la religión. Desde esa época, entonces, fas
equivale a ius divinum, es decir, la norma religiosa que regula las relaciones de los
hombres con la divinidad, en tanto ius es el derecho humano, constituido por las normas
creadas por el hombre para regular las relaciones de estos entre sí y con el Estado.
5. IUSTITIA
No tiene en el Derecho romano la voz justicia una acepción muy distinta a la actual. Justo
es lo que se conforma al derecho, y si esa conformación o adaptación es constante, se llega
a ese valor que es meta del derecho y que los romanos llamaron iustitia.
Las fuentes romanas nos dan el concepto de justicia según el jurista Ulpiano, al decir que es
“la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Supone pues, una aptitud en
la persona de comportarse conforme a lo que exige el derecho.
6. AEQUITAS
Etimológicamente significa equidad, igualdad, y viene a ser el ideal o modelo al cual debe
acomodarse el derecho, la finalidad que debe cumplir el ordenamiento jurídico para que sus
normas no sean contrarias a lo justo. Pero no todas las normas jurídicas responden a los
fines del derecho, así a veces la equidad se contrapone al mismo derecho y se origina una
contradicción entre ambas.
7. IURISPRUDENTIA
Según el jurisconsulto Ulpiano, se entiende por iurisprudentia el conocimiento de las
cosas divinas y humanas y ciencia de lo justo y de lo injusto. Hace referencia, la definición,
a la necesidad del jurista de tener conocimiento general de las cosas divinas (fas) y
humanas (ius), para saber determinar lo que es justo y lo que es injusto, a fin de tender a lo
primero y evitar lo segundo.
8. IMPERIUM
El imperium era el poder o facultad suprema de mando correspondiente a los magistrados
superiores, cuyo origen se remonta al poder de mando en el ejército. En virtud de este poder
de mando, el magistrado tenía sobre los ciudadanos romanos la facultad de exigir
obediencia a sus órdenes, y de adoptar las medidas necesarias para hacerlas cumplir.
9. POTESTAS
Potestad o poder, que en la esfera del derecho privado corresponde a la facultad de
disposición atribuida a alguien sobre otras personas y sobre sus adquisiciones o bienes. Y
en la esfera del derecho público, referida a los magistrados, la potestas indica la facultad o
competencia que tienen los magistrados de ejercer en cada momento las funciones
designadas por el Estado, creando para los ciudadanos romanos derechos y obligaciones
que deben acatar, y correspondiendo esta facultad o potestas por igual a todas las
magistraturas según su competencia.
En Roma, existían a manera de ejemplos dos tipos de potestas: en la esfera del derecho
privado, la del jefe de familia (pater familias) y, en el derecho público, la potestas del
magistrado.
La potestas del pater familias, llamada patria potestas, consistía en el poder que tenía sobre
todos los miembros de su familia y sobre los bienes de los sometidos.
Las potestas del magistrado, por el contrario, indicaba la competencia que el derecho le
atribuía al detentador de alguna magistratura. Por ejemplo, el pretor peregrino tenía la
competencia para resolver los litigios entre los ciudadanos romanos y los peregrinos.
10. AUCTORITAS
Literalmente, el vocablo auctoritas significa autoridad. En Roma, la auctoritas era un poder
socialmente reconocido a una persona para autorizar o dar su consentimiento a un acto.
Cuando la persona titular de auctoritas daba consentimiento a un acto, lo autorizaba, es
decir, le da fuerza jurídica y obligatoriedad. Como ejemplo de auctoritas, tenemos la
reconocida al senado romano para autorizar las leyes que eran votadas en las asambleas
populares, la cual era llamada auctoritas patrum.
CAPÍTULO II
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO ROMANO
Antes de seguir con el análisis del tema, interesa destacar que no se trata, en modo alguno,
ya que es imposible en un derecho en permanente evolución, de establecer en el lento y
complejo proceso del desarrollo del Derecho romano líneas tajantes y definidas o
momentos cronológicos netamente separados en que se destaquen matemáticamente, por
así decirlo, el fin de un ciclo y la siguiente iniciación de otro.
Estas consideraciones nos llevan a la convicción de que resulta tarea difícil abordar la
evolución del Derecho romano si no señalamos periodos distintos de su desarrollo. Los
expositores de la materia han coincidido en este punto, en la necesidad de la periodificación
del Derecho romano, habiendo discrepado únicamente en la consideración de las
circunstancias que servirían para caracterizar las distintas etapas de su cambiante realidad
jurídica.
En este periodo del derecho antiguo o quiritario, los hechos históricos no nos son bien
conocidos, en cuanto caen dentro de una esfera de narraciones legendarias y mitológicas
que los hacen difícilmente comprobables, y solo con la ayuda de métodos investigativos
idóneos puede reconstruirse, en alguna medida, el derecho de aquella época, de una Roma
aislada, rústica, de economía incipiente, que inicia su proceso de expansión.
La costumbre jurídica es la fuente del derecho antiguo, por no decir la única de esta primera
época. Se nos presenta el derecho antiguo con un perfil extremadamente personalista y
formal y con un carácter eminentemente nacional, pues ampara y beneficia a los ciudadanos
romanos, dejando a los extranjeros o peregrinos al margen de toda protección jurídica. Es,
además, un típico derecho de clases, ya que sus normas son aplicables a la clase
privilegiada de la sociedad, el patriciado romano, con olvido absoluto de la clase plebeya.
La costumbre o derecho consuetudinario, que en la época antigua se les conoce como los
mores maiorum, esto es, la tradición de los jueces sobre el sentido en que se resolvían los
litigios, era conocido únicamente por los llamados pontífices, miembros de un importante y
antiguo colegio sacerdotal llamado colegio de los pontífices, y por este motivo, cuando un
ciudadano quería saber la posible opinión de un juez frente a un problema jurídico,
consultaba al colegio de los pontífices. La respuesta solía ser transmitida en estilo oracular,
por cuanto no expresaba las razones sobre la que se fundamentaba. La clase de los
pontífices constituyó así una especie de escuela de sabiduría (iurisprudentia) que mantuvo
durante bastante tiempo la exclusividad en el conocimiento y la enseñanza del derecho, aun
cuando la tradición oral fue codificada a mediado del siglo V a.C., por obra de una
magistratura extraordinaria, que dio origen a la famosa ley de las XII tablas, terminando así
la prevalencia de un derecho costumbrista, que es reemplazado por un ordenamiento
jurídico que el propio pueblo elabora a través de la ley de las XII tablas.
Aun cuando el ius, en el sentido más estricto, significa una calificación judicial, era natural
que los jueces, en presencia de situaciones semejantes, resolvieran también de una manera
similar, y aún más, que la similitud fuera debida a que el juez posterior tomara como
antecedente la calificación ya emitida por el juez anterior, de manera que en cada litigio
particular podía darse una previsión de las partes que intervenían, sobre el sentido que
habría de tener la calificación o sentencia del juez, previsión que se fundamentaba sobre
una serie continuada de antecedentes. El conjunto de estos antecedentes, que provienen de
jueces antiguos (mores maiorum) termina pues por constituir un verdadero sistema de
derechos, que por extensión reciben cada uno y el conjunto la denominación de derecho
antiguo aplicada a cada momento o situación.
La fase o periodo del derecho honorario se inicia con la creación del gobierno de la
república, a nuestro entender específicamente en el año 367 a.C., cuando se dicta la lex
Licinia de consulatu que, a la vez que admite a los plebeyos al consulado, crea una nueva
magistratura patricia, la del magistrado pretor.
Corresponde esta época a un momento decisivo para la historia de Roma, ya que se abre
paso a una nueva etapa existencial con la ascendente expansión del núcleo originario de la
urbe por territorios y pueblos limítrofes. Esto trae como consecuencia que el derecho
quiritario, estrictamente nacional, sufra las modificaciones que impone necesariamente el
engrandecimiento del Estado y que, debido a la especial actitud del magistrado pretor, se
hayan introducidos medios más equitativos para regular las relaciones jurídicas.
Durante el periodo del derecho honorario, las primitivas instituciones jurídicas del ius
quiritium se transforman profundamente, porque deben operar armónicamente con la
nueva conciencia social y política, modificada por el contacto con las ciudades extranjeras
del mundo antiguo con las que Roma ha entrado en relación. Los institutos jurídicos se
reforman y se oponen al formalismo, en consonancia con las exigencias de una sociedad
animada de un evidente espíritu mercantil.
El derecho civil antiguo, con prioridad de origen y con el profundo arraigo que le daba la
costumbre o tradición, se resiste a que el derecho honorario se imponga y lo desplace, pero
los edictos del pretor van infiltrándose poco a poco en razón de que sus principios, que
reconocen como fuente la equidad, están más en consonancia con las necesidades
impuestas por la convivencia de una sociedad, que ejerce ahora amplio dominio en las
regiones del mare nostrum (mar mediterráneo).
La tercera y última fase de la evolución histórica del Derecho romano se caracteriza por el
profundo debilitamiento del derecho clásico debido a factores de muy diversa índole e
importancia. Entre las fuentes del derecho de esta etapa aparecen las constituciones
imperiales, que vienen a ser la norma legal obligatoria emanada de la voluntad del
emperador, las cuales adquieren su mayor fuerza y vigor a partir de Diocleciano como
consecuencia de la plenitud del Imperio absoluto.
La absorción total de las otras fuentes por el emperador hace crecer cuantitativamente las
constituciones imperiales, las que no solo por su gran número, sino también por las
disposiciones contradictorias que contienen, vienen a crear un caos legislativo que se debe
cortar de raíz. Se impone pues la ordenación del derecho vigente de las leges, como se
denomina a las constituciones imperiales.
Durante este periodo se hace necesaria también la ordenación del ius o iura, esto es, el
derecho comprobado y transmitido por los escritos de los jurisconsultos, en especial la obra
de los jurisconsultos clásicos. A ese fin tiende una constitución imperial dictada por
Teodosio II, en el año 426 D.C, y aplicada también en Occidente, que se conoce con el
nombre de ley de citas. Esta ley tuvo por objeto establecer el procedimiento que los jueces
debían seguir para aplicar la doctrina de los jurisconsultos, confiriendo valor legal a la
opinión de cinco de los más grandes jurisconsultos o prudentes romanos: Papiniano, Paulo,
Ulpiano, Gayo y Modestino.
Puede decirse, pues, que a partir del año 476 d.C., el Imperio romano desaparece como gran
unidad política y comienza otro acontecimiento trascendente: la Edad Media, una nueva
época en la historia universal.
La parte oriental del Imperio, al cortar sus relaciones con occidente después del año 476,
vio resurgir nuevamente la tradición griega, un estilo cultural que le había sido arrebatado
por la acción romanizadora. Esto determinó que el Imperio de Oriente fuera llamado
Imperio griego y, más frecuentemente, Imperio bizantino, por el auge que adquirió como
metrópoli Bizancio.
El Imperio bizantino sobrevivió a la catástrofe del año 476 por espacio de diez siglos, ya
que después de experimentar toda clase de vicisitudes, solo cedió ante la acción arrolladora
de los turcos otomanos cuando estos ocuparon Constantinopla en el año 1,453, poniendo fin
al Imperio de Oriente, y, en consecuencia, al Imperio romano.
1.1. La tribu de los Ramnes, de raza latina, cuyo jefe fue Rómulo.
1.2 La tribu de los Ticies, de raza sabina, cuyo jefe fue Tatio.
1.3 La tribu de los Luceres, de raza etrusca, cuyo jefe fue Lucumon.
Estos tres pueblos o tribus asentados en la ribera del río tíber, bajo la autoridad de un rey,
formaron la ciudad de Roma. Se dice que los etruscos era un pueblo guerrero lo que
representaba una constante amenaza para la pequeña tribu de los latinos. Esto motivó a que
los latinos hicieran alianza con la tribu sabina. De esta alianza surgen los cuatro primeros
reyes romanos:
Rómulo (753-715 a.C.), Numa Pompilio (715-672 a. C.), Tulio Hostilio (672-640 a. C.) y
Anco Marcio (640-616 a. C.). El primero y el tercero son de origen latino y el segundo y el
cuarto de origen sabino.
A estos cuatro primeros reyes les suceden los representantes de la dinastía etrusca en Roma.
La conquista del poder por los etruscos se enmarca, según la tradición romana, dentro del
reinado de los siguientes reyes: Tarquino el Antiguo (616-578 a. C.), Servio Tulio (578-
534 a. C.) y Tarquino el Soberbio (534-509 a. C.).
Con los reyes etruscos, se denomina a la ciudad, que hasta entonces había carecido de
nombre, con el vocablo de origen etrusco ruma (roma), que significa ciudad del río.
III LA MONARQUÍA
1. ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LA MONARQUÎA
La Monarquía romana se asienta en tres órganos políticos: rex, el senado y los comicios.
Veamos cada uno de ellos.
1.1. REX
Es el supremo y exclusivo magistrado de la época monárquica, por tanto el rey no tenía
colegas, es el único magistrado que rige en este periodo. Esta magistratura vitalicia es
monocrática, por cuanto el rey no tiene compañero, y sagrada, ya que todo delito contra su
persona era reputado un sacrilegio, le confería a su titular amplios poderes.
El nuevo rey era elegido vitalicio por el rey de turno, por lo que hace que con relación a la
sucesión del rey no se acepta que el rey fuera elegido por el pueblo en los comicios, ni que
la designación tuviera un carácter hereditario, sino el concepto, genuinamente romano, de
que el rey de turno elige al nuevo magistrado, lo que hacía que el rey saliente designara
quien debía sucederle, correspondiendo al comicio solamente la función de investirlo de
imperium (poder supremo de mando).
Al morir el rey y si este no había designado quien debía sucederle, la autoridad real pasaba
al senado, produciéndose el periodo llamado Interregnum, que hacía que cada senador
ejerciera por cinco días el poder real en carácter de Interrex, hasta que, reunidos los
comicios, el Interrex de turno propusiera el nuevo rey, al que los comicios lo dotaban de
Imperium; La Ley que investía de imperium al rey se llamaba Lex Curiata de Imperio.
Entre las funciones más importantes que tiene el rey tenemos que convoca y preside los
comicios y designa a los miembros del senado. Es el supremo sacerdote (pontifex
maximus) encargado de organizar la sacra pública (culto público). Es igualmente el jefe del
ejército y, en consecuencia, tiene la dirección de la defensa del Estado.
Por otra parte, todo parece indicar que la función legislativa de dictar normas jurídicas e
interpretarlas no habría sido ejercida por los reyes romanos, pues confiaban al colegio de
los pontífices esta tarea. Sin embargo, la historia romana refiere que Rómulo y sus
sucesores dictaron una serie de leyes regias o leyes reales a través de los comicios, que
fueron coleccionadas y publicadas por un pontífice llamado Sexto Papirio, a esta colección
se le llamó ius civile papirianum. Así, a la par del derecho consuetudinario o costumbrista
habrían tenido vigencia durante la fase del ius quiritium o derecho antiguo las llamadas
leges regiae y el ius civile papirianum, a los que si bien la leyenda proclama como ciertos,
faltan datos documentados que nos conduzcan a admitir su verdadera existencia.
1. 2. EL SENATUS
Senado viene de la palabra latina senex que significa viejo, anciano. La idea guarda
relación con la integración primitiva del senado romano, el cual estaba integrado en la
época monárquica por los más viejos entre los patricios jefes de familia, los quienes eran
vistos como venerables ancianos descendientes de los fundadores de Roma.
Los senadores eran designados directamente por el rey y actuaban como cuerpo de
consultores asesorando al rey, que regularmente los consultaba sobre cuestiones del Estado
romano. No obstante lo anterior, todo parece indicar que la verdadera función de los
senadores fue la potestad para asumir el Interregnum en la elección del rey y las
auctoritas patrum, a través de la cual convalidaban las resoluciones votadas en el comicio.
Así, solamente los patres, es decir, los integrantes de esa clase privilegiada de la sociedad
romana primitiva (patricios) fueron los únicos con derecho a integrar el senado romano, que
de esta manera vino a tener una constitución de corte netamente aristocrático.
Bajo la República este cuerpo asesor adquiere mayor importancia, sus miembros son ahora
elegidos entre exmagistrados por los cónsules y, posteriormente, por los censores a raíz de
la promulgación de la lex ovinia. Finalmente, en la época del Imperio, son elegidos por el
propio emperador y pasan a ser instrumentos dóciles y subordinados al emperador de turno.
1.3. COMITIA CURIATA
Estaba compuesta esta asamblea popular por los miembros de las tres tribus que fundaron la
ciudad y que según la leyenda estaban distribuidas en treinta curias a razón de diez curias
por cada tribu. Los comicios son convocados y presididos por el rey, y las decisiones de los
comicios se convierten en leyes (lex curiata). El comicio se reunía en Roma sobre una
parte del foro llamado comitium.
La verdadera y específica función del comicio por curia fue la de investir al rey de
Imperium, mediante la lex curiata de Imperio. Pero también decidían sobre la
adrogación que era la forma de adopción de un pater familia y sobre un tipo de testamento
antiguo llamado calatis comitiis, consistente en la declaración de voluntad realizada
oralmente por el testador ante la comitia curiata, reunidos con este fin dos veces al año.
También era convocado el comicio por el rey para anunciar al pueblo decisiones de
importancia y obtener su adhesión, como iniciar una guerra o celebrar un tratado de paz.
La votación de los comicios se realizaba a través de la unidad del voto de cada curia.
Dentro de cada curia votaban los ciudadanos individualmente para determinar la opinión de
la curia.
A través de esta reforma, Servio Tulio decide quienes pagarán los impuestos, entendiendo
que estos serán pagados proporcionalmente a su fortuna por los ciudadanos de las cinco
clases y los que tengan, por lo menos, hasta 1,500 ases. Aquellos que tengan menos de esa
cantidad están eximidos de pagar impuestos.
Los ciudadanos de menos de 1,500 ases son llamados proletarii, no pagan impuestos y solo
aparecen en el censo por el número de hijos que tengan.
Con la división de las cinco clases sociales, Servio Tulio conforma igualmente el nuevo
ejército romano compuesto ahora ya no solo por patricios, sino también por los plebeyos
que integran las cinco nuevas clases sociales.
El puesto de los soldados dentro del ejército se establece con base en el censo de las cinco
clases sociales así: los ciudadanos más ricos de la primera clase servían a caballo y eran
llamados caballeros (equites), los restantes de la primera clase servían a pie (infante) y se
situaban en las primeras filas de la legión. Los ciudadanos de las otras clases tenían un
armamento más ligero y se situaban en las filas últimas. Los pertenecientes a la infra
classem (proletarii) estaban exentos del servicio militar.
3. COMITIA CENTURIATA
Dividida la población en 5 clases con sus correspondientes centurias, crea entonces una
nueva organización o asamblea popular denominada comicios por centurias. En esta
asamblea se reúnen en armas tanto patricios como plebeyos, fuera de los límites de la
ciudad de Roma, en el campo de Marte.
Estas clases eran divididas en centurias, cada una comprendía un número igual de
ciudadanos de 17 a 46 años (iuniores) y de ciudadanos de 46 a 60 años (seniores) así:
correspondían 80 centurias a la primera clase, 20 a la segunda, 20 a la tercera, 20 a la cuarta
y 30 a la quinta, lo que daba un total de 170 centurias. A estas debían agregarse 18
centurias de caballeros, como una clase extra que procedían de la primera clase. Los
ciudadanos de menos de 11 mil ases formaron 5 centurias (2 de artesanos, 2 de músicos y
una de soldados no armados). Así la reforma de Servio Tulio distribuyó el conjunto de los
ciudadanos en 193 centurias.
La unidad del voto en esta asamblea es la centuria y las leyes votadas se llaman lex
centuriata, que también requieren la aprobación del senado romano para que sus leyes
tengan validez y puedan aplicarse al pueblo.
En conclusión, la reforma realizada por el rey Servio Tulio resolvió el pago de los
impuestos haciéndolo obligatorio para las cincos clases sociales, conforma el nuevo ejército
romano compuesto ahora tanto por patricios como por plebeyos y asegura el voto de los
plebeyos en la nueva asamblea de los comicios por centurias.
IV. ORGANIZACIÓN SOCIAL (Patricios-Plebeyos)
1. FUNDAMENTOS DE LA DIVISIÓN POR CLASES
Son numerosos los fundamentos que se dan en cuanto a la división de las clases y el origen
de ellas. Se ha dicho que hay una diferencia de origen económico, los patricios eran los
ricos y la plebe los empobrecidos. Del mismo modo, se ha dicho que los patricios eran los
terratenientes dueños de grandes tierras y los plebeyos los que carecían de ellas.
El romanista, Arangio-Ruiz, sostiene por el contrario que la diferencia de estas dos clases
sociales está en las distintas nacionalidades. Los patricios estaban formados por los etruscos
que habían conquistado los otros pueblos y fundaron Roma. Los plebeyos eran las demás
tribus y pueblos conquistados, además de todos los inmigrantes que se establecieron en
Roma.
Los patricios eran los únicos que tenían el goce de los derechos de la ciudad, y estaban
constituidos, como ya hemos visto, por los pater familias y sus descendientes, que
componen la asamblea de las 30 curias.
Al no poder participar del culto de la ciudad, tenían sus propias divinidades como la diosa
Diana. Todo ello ha hecho decir que dentro de Roma vivían dos pueblos que colaboraban
en la economía local, pero que estaban separados de todos los demás aspectos de la vida.
4. CLIENTES
Este grupo social está colocado entre el patriciado y la plebe. Podría decirse que los clientes
fueron ciudadanos de segunda clase que provenían de familias empobrecidas o extranjeros
llegados a Roma, que se colocaban al amparo de una familia patricia a la que se
subordinaban, con la obligación de prestarle servicio a cambio de ayuda económica y
jurídica.
El cliente le debía respeto y obediencia al jefe de familia, al cual debía asistirle en caso de
una necesidad económica y acompañarle a la guerra.
El jefe patricio estaba obligado a darle alimentos y representarle en los juicios. Este
conjunto de derechos y obligaciones recíprocas entre el jefe patricio y el cliente se le
llamó: derecho de patronato (ius patronatus).
V. PERIODO DE LA REPÚBLICA
1. INTRODUCCIÓN
Las fuentes de la historia romana señalan el año 509 a.C., como el fin del periodo histórico-
político llamado Monarquía y el advenimiento del periodo llamado la República, al
producirse la expulsión del último rey etrusco (Tarquino el Soberbio) que fue reemplazado
por dos cónsules: Junio Bruto y Tarquino Colatino.
Causas:
Las causas que originaron el derrocamiento de la Monarquía no es tema que esté
perfectamente dilucidado. Sin embargo, se ha considerado por los estudiosos de esta
materia que el cambio institucional haya obedecido a una reacción de la clase patricia que
venía desde hacía algún tiempo conspirando contra los reyes etruscos, los que, a partir de
Tarquino el Antiguo, iniciaron una serie de reformas políticos-sociales que atentaban contra
los intereses y privilegios de que gozaba la clase patricia.
A raíz de la revolución patricia del año 509 a.C., las funciones que tenía el rey la asumen
dos magistrados llamados cónsules. Estos magistrados eran elegidos por los comicios por
centurias y desempeñaban su cargo alternativamente por el periodo de un año y, cada uno,
tenía derecho de veto (intercessio) sobre las decisiones del otro cónsul.
El nombre de rey subsiste bajo la República en dos casos: para un sacerdote que reemplaza
al rey etrusco en sus funciones religiosas, pero que posteriormente es reducido a una
categoría inferior al aparecer la figura del pontifex maximus como el verdadero jefe del
grupo religioso. El otro caso es el del interrex, un senador que gobierna por cinco días
mientras se designan los nuevos cónsules, por los comicios por centurias.