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HUMANIDADES I
PRIMER PARCIAL
PROGRESIONES: 1,
2, 3 Y 4
PROGRESION 1. ANEXO 2
jueves, 14 de marzo de 2013
Me siento filósofo a causa de Giacomo Marino. Este verano fui a Pinerolo a agasajarlo porque fue mi profesor
de filosofía en el Liceo Plana de Alessandria. Marino demostró que se puede ser filósofo o sea pensador aun
cuando uno esté condenado a ser profesor de filosofía. Para mí ha sido maestro de la filosofía no sólo cuando
me explicaba Descartes o Kant, sino también cuando respondía a las preguntas más alocadas del tipo de ´´
¿Quién era Freud? ´´, ´´ ¿Qué es un leitmotiv en. Wagner? ´´. ´´ ¿Es lícito practicar el boxeo? ´´. De tal
modo Giacomo Marino causó un gran disgusto a mi padre, que deseaba (como era obvio en Piamonte) que yo
fuera abogado.
Error: un pensador piensa, pero no en los momentos dedicados al pensamiento. Piensa mientras arranca una
pera de un árbol, mientras cruza la calle, mientras espera que el empleado le entregue un formulario.
Descartes pensaba mirando una estufa. Cito de dos textos contemporáneos (uno voluntariamente degradado y
otro, voluntariamente degradante): para Fleming, ´´James Bond se sentaba en el área de salida del
aeropuerto de Miami después de dos dobles de bourbon y reflexionaba sobre la vida y la muerte´´. Para
Joyce al final del capítulo cuarto de Ulises, Leopold Bloom está sentado en la taza (si se me permite, está
cagando) y reflexiona sobre las relaciones existentes entre cuerpo y alma. Esto es filosofar. Utilizar los
intersticios de nuestro tiempo para reflexionar sobre la vida, sobre la muerte y sobre el cosmos. Deberíamos
dar este consejo a los estudiantes de filosofía: no apuntéis los pensamientos que os vengan a la cabeza en el
escritorio de trabajo, sino los que se os ocurran en el retrete. Pero no se lo digáis a todos, porque llegaríais a
la cátedra con mucho retraso. Comprendo, por otro lado, que esta verdad pueda parecer ingrata a muchos: lo
sublime no está al alcance de cualquiera.
Pero filosofar significa también pensar a los demás, especialmente a aquellos que nos han precedido. Leer a
Platón. Descartes, Leibniz. Y es este un arte que se aprende lentamente. ¿Qué quiere decir reflexionar sobre
un filósofo del pasado? Si tomamos en serio todo lo que dijo, hay motivos para avergonzarse. Dijo entre otras
cosas, un montón de estupideces. Honestamente: ¿hay alguien que sienta que vive como si Aristóteles,
Platón, Descartes, Kant o Heidegger tuvieran razón en todo y para todo? ¡Vamos, hombre! La grandeza de un
buen profesor de filosofía está en hacernos volver a descubrir a cada uno de estos personajes como hijos de
su tiempo.
Cada uno ha tratado de interpretar sus experiencias desde su punto de vista. Ninguno dijo la verdad, pero
todos nos han enseñado un método de buscar esta verdad. Es esto lo que hay que comprender: no si es
verdad lo que ha dicho, sino si es adecuado el método con el que han tratado de responder a sus
interrogantes. Y de este modo un filósofo -aunque diga cosas que hoy día nos harían reír- se convierte en un
maestro.
Saber leer así a los Filósofos del pasado significa saber redescubrir de improviso las fulgurantes ideas que han
expresado.
Ética
Estética
Ontología
Epistemología
Gnoseología
Metafísica
Instrucciones: De manera individual lee atentamente las siguientes preguntas y responde asertivamente lo que
se te pide:
4.- ¿Qué pasaría si todo lo que deseas y anhelas es un invento de alguien mas y que te lo
impone para controlarte?
PROGRESION 2. ANEXO 2
¿Qué es un glosario?
Es un diccionario de términos que se puede utilizar para ofrecer al usuario todos los términos y/o
significados que considere oportunos en relación con alguna asignatura. Será un listado de fácil y
rápido acceso.
• Pasión
• Vicio
• Proyecto de vida
• Razonamiento
• Justificación
• Filosofía
• Mito
• Ciencia
• Argumentación
• Retórica
PROGRESION 2. ANEXO 3
Instrucciones: Realiza un autorretrato donde reflejes cómo te visualizas al termino de
cinco años, considerando aspectos personales, económicos, sociales, académicos y/o laboral;
y que justifique en plenaria la selección los elementos gráficos.
No CRITERIOS SI NO OBSERVACIONES
1 Se describe así mismo con una imagen
central.
Expresa emociones y utiliza elementos de
género.
2 Escribe alrededor de la imagen sus principales
cualidades
3 Utiliza diferentes colores, le da presentación,
imagen, proyección, etc.
4 Presenta originalidad en la elaboración del
trabajo
Total
PROGRESION 2. ANEXO 4
Hondo, muy hondo, dentro del cuerpo habita el alma. Nadie la ha visto nunca, pero todos
saben que existe. Y no sólo saben que existe, sino también lo que hay en su interior.
Dentro del alma, en su centro, está, de pie sobre una sola pata, un pájaro: el Pájaro del
Alma. Él siente todo lo que nosotros sentimos. Cuando alguien nos hiere, el Pájaro del
Alma vaga por nuestro cuerpo, por aquí, por allá, en cualquier dirección, aquejado de
fuertes dolores. Cuando alguien nos quiere, el Pájaro del Alma salta, dando pequeños y
alegres brincos, yendo y viniendo, adelante y atrás. Cuando alguien nos llama por nuestro
nombre, el Pájaro del Alma presta atención a la voz, para averiguar qué clase de llamada
es esa. Cuando alguien se enoja con nosotros, el Pájaro del Alma se encierra en sí mismo
silencioso y triste. Y cuando alguien nos abraza, el Pájaro del Alma, que habita hondo,
muy hondo, dentro del cuerpo, crece, crece, hasta que llena casi todo nuestro interior. A
tal punto le hace bien el abrazo. Dentro del cuerpo, hondo, muy hondo, habita el alma.
Nadie la ha visto nunca, pero todos saben que existe. Hasta ahora no ha nacido hombre
sin alma. Porque el alma se introduce en nosotros cuando nacemos, y no nos abandona
ni siquiera una vez mientras vivimos. Como el aire que el hombre respira desde su
nacimiento hasta su muerte. Seguramente quieres saber de qué está hecho el Pájaro del
Alma. ¡Ah! Es muy sencillo: está hecho de cajones y cajones; pero estos cajones no se
pueden abrir así nada más. Cada uno está cerrado por una llave muy especial. Y es el
Pájaro del Alma el único que puede abrir sus cajones. ¿Cómo? También esto es muy
sencillo: con su otra pata. El Pájaro del Alma está de pie sobre una sola pata; con la otra
– doblada bajo el vientre a la hora del descanso- gira la llave, moviendo la manija y todo
lo que hay dentro se esparce por el cuerpo. Y como todo lo que sentimos tiene su propio
cajón, el Pájaro del Alma tiene muchísimos cajones. Un cajón para la alegría y un cajón
para la tristeza; un cajón para la envidia y un cajón para la esperanza, un cajón para la
decepción y un cajón para la desesperación, y un cajón para la paciencia y un cajón para
la impaciencia. También hay un cajón para el odio, y otro para el enojo y otro para los
mimos. Un cajón para la pereza y un cajón para nuestro vacío, y un cajón para los
secretos más ocultos (éste es un cajón que casi nunca abrimos). Y hay más cajones.
También tú puedes añadir todos los que quieras. A veces el hombre puede elegir y señalar
al pájaro qué llaves girar y qué cajones abrir. Y a veces es el pájaro quien decide. Por
ejemplo: el hombre quiere callar y ordena al pájaro abrir el cajón del silencio; pero el
pájaro, por su cuenta, abre el cajón de la voz y el hombre habla y habla y habla. Otro
ejemplo: el hombre desea escuchar tranquilamente, pero el pájaro abre, en cambio, el
cajón de la impaciencia; y el hombre se impacienta. Y sucede que el hombre sin desearlo
siente celos; y sucede que quiere ayudar y es entonces cuando estorba. Porque el Pájaro
del Alma no es siempre un pájaro obediente y a veces causa penas... De todo esto
podemos entender que cada hombre es diferente por el Pájaro del Alma que lleva dentro.
Un pájaro abre cada mañana el cajón de la alegría; la alegría se desparrama por el cuerpo
y el hombre está dichoso. Otro pájaro abre, en cambio, el cajón del enojo; el enojo se
derrama y se apodera de todo su ser. Y mientras el pájaro no cierra el cajón, el hombre
continúa enojado. Un pájaro que se siente mal, abre cajones desagradables; un pájaro
que se siente bien, elige cajones agradables. Y lo que es más importante: hay que
escuchar atentamente al pájaro. Porque sucede que el Pájaro del Alma nos llama y
nosotros no lo oímos. ¡Qué lástima! Él quiere hablarnos de nosotros mismos, quiere
platicarnos de los sentimientos que encierra en sus cajones. Hay quien lo escucha a
menudo. Hay quien rara vez lo escucha. Y quién lo escucha sólo una vez. Por eso es
conveniente, ya tarde en la noche, cuando todo está en silencio, escuchar al Pájaro del
Alma que habita en nuestro interior, hondo, muy hondo, dentro del cuerpo. Snunit, Mijal
(1993) El pájaro del Alma. Fondo de Cultura Económica.
PROGRESION 2. ANEXO 5
El pájaro del alma
PROGRESION 2. ANEXO 6
Proyecto de vida
META (A 5 AÑOS) RECURSOS
PROGRESION 3. ANEXO 2
LA CASA DE LA ÉTICA
SÓCRATES: «CONÓCETE A TI MISMO»
Constanza González
Cuando le preguntaron a Sócrates a qué se podían reducir todos los mandamientos filosóficos,
respondió: «Conócete a ti mismo».
Si hablamos de virtud automáticamente asociamos la palabra con su sentido moral, pero la palabra
virtud en su equivalente en la Grecia de Sócrates, «areté», denota aquello que hace que las cosas
adquieran la perfección que les corresponde. Es decir, aquello en lo que reside la excelencia de una
cosa.
Así, la virtud es lo que nos hace mejor persona, aquello en lo que encontramos nuestra perfección o
excelencia en general y en un sentido moral. Pero, ¿dónde reside nuestra excelencia?
La virtud es conocimiento
Antes de Sócrates, areté no tenía una connotación moral manifiesta, él es el primero en aplicar el
término areté al hombre en cuanto tal.
Para Sócrates, lo que nos define a los seres humanos es nuestra capacidad para pensar y razonar. Por
tanto, nuestra excelencia habrá de consistir, precisamente, en el ejercicio de esta capacidad para pensar
y razonar.
[Críticas a Sócrates] Me avergonzará menos confesar mi error que conceder que se pueda ser sabio
sin saberlo; pues, por lo que a mí respecta, definiría gustosamente la sabiduría como «el
conocimiento de sí mismo», de acuerdo con el autor de la inscripción de Delfos. Esta inscripción, en
efecto, me parece como la palabra de bienvenida que el dios dirige a los que llegan, en lugar del
saludo ordinario «alégrate».
[…] De esta forma, el dios dirige a los que llegan un saludo muy superior al de los hombres, y así lo
ha entendido el autor de la inscripción, si no me equivoco; en realidad, el dios les dice, a manera de
saludo: sed sabios. Pero lo dice, en su calidad de adivino, en una forma enigmática: «sé sabio» o
«conócete a ti mismo» es, en el fondo, la misma cosa, como se infiere del texto y yo sostengo.
― Platón, Cármides
[Sócrates a Alcibíades] Confía en mí, ingenuo amigo, y también en la máxima de Delfos: «Conócete a
ti mismo». […] Al prescribirse el conocimiento de «sí mismo», lo que se nos ordena es el
conocimiento de nuestra alma.
— Platón, Alcibíades
Nadie desea el mal, los vicios son resultado de la ignorancia y el conocimiento es condición necesaria
para obrar bien: la virtud es conocimiento. No podemos hacer el bien si éste no se conoce, pero si
conocemos el bien entonces actuaremos de modo justo, siendo imposible dejar de hacer el bien una
vez que éste se conoce.
Asimismo, el fin último de nuestra vida es la felicidad, la cual consiste en la virtud o conocimiento del
bien, ya que la ignorancia es la causa del mal y si conocemos el bien y lo practicamos somos felices.
VENTANA DE
YO CONOZCO DE MI YO DESCONOZCO DE MI
JOHARI
Por último, organizados en equipos realizarán un rotafolio donde señalen las conclusiones
obtenidas de la discusión previa sobre la actividad de la ventana de Johari. Una vez
concluido, un representante del equipo pasará a compartirlo con el resto del grupo.
PROGRESION 4. ANEXO 1
PROGRESION 4. ANEXO 2
¿Qué es virtud?
PROGRESION 4. ANEXO 3
SOCIODRAMA
PROGRESION 4. ANEXO 4
CALIFICACIÓN
Observaciones y
retroalimentación
LISTA DE VERIFICACIÓN
HUMANIDADES I Semestre: Primero Grupo: No. De equipo:
Progresión No. 3. Conocerse así mismo(a)/cuidarse así mismo(a)
Estudiante:
CALIFICACIÓN
LISTA DE VERIFICACIÓN
HUMANIDADES I Semestre: Primero Grupo: No. De equipo:
Progresión No. 4. Pasión/virtud
Estudiante:
Observaciones y
retroalimentación
CALIFICACIÓN