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Naturaleza de la actividad

filosófica
Introducción
Montserrat Espinosa de los Monteros González
CONTENIDO
1. Objetivo

2. Naturaleza de la actividad filosófica

3. Introducción
a. Reflexión sobre el acto de filosofar espontáneamente.
b. Orígenes del filosofar.
i) El asombro.
ii) La felicidad.
iii)La duda.
iv) La satisfacción de las necesidades humanas.
v) La conmoción.
c. Significado del término.
d. Definición de la filosofía.
4. Resumen

5. Bibliografía
Naturaleza de la actividad filosófica | 3

Objetivo
Abrir la reflexión acerca de lo que es la Filosofía, de manera que el estudiante comience a distinguir algunas de sus
características y a diferenciarla de otras actividades.

Introducción
Esta no es sólo una introducción al tema que aquí abordaremos, es también, una introducción muy general a nuestro
módulo y a nuestra asignatura: Introducción a la filosofía. Esta asignatura se divide, como habrás visto, en 4 módulos:
el introductorio, los problemas, la historia y las relaciones entre Filosofía y Teología.

Para comenzar el estudio de la filosofía existen numerosos puntos de acceso: podemos hacerlo desde sus
problemas, desde su historia o desde sus conceptos. Optar por uno no significa hacer de lado los otros, cualquier
camino cruza necesariamente los otros dos. En este módulo comenzaremos por los conceptos, el primero de
ellos: el de la propia filosofía. No sólo la definiremos, sino que la caracterizaremos como sabiduría y como ciencia,
hablaremos de sus métodos, de sus partes y de la relación que guarda con otras ciencias. Así tendremos como
punto de partida un concepto de lo que es la filosofía para, a partir de él, avanzar por sus problemas y su historia
hasta topar con su límite: aquello que está más allá de la sola razón y que es abordado por la Teología.

Sin embargo, por la propia naturaleza de nuestro objeto de estudio, nuestro punto de partida será también nuestro
punto de llegada pues una vez terminado nuestro recorrido, podrás mirar hacia atrás y preguntarte si en el camino
has podido ampliar la noción de filosofía que se te presentó al inicio; pero no sólo con esta asignatura, cada una te
irá ayudando a conocerla mejor de tal manera que, una vez cursadas todas las asignaturas, tengas una comprensión
más completa y más profunda –aunque insuficiente pues, como veremos, también necesita ser vivida, no sólo
estudiada– de lo que es la filosofía.

Seguramente ahora mismo tienes ya una cierta noción de filosofía; en el habla cotidiana solemos referirnos como
“filosofía de vida” a la actitud predominante que una persona tiene frente a las distintas circunstancias que se le
presentan; escuchamos también que las empresas, los sindicatos, los partidos políticos o cualquier asociación,
tienen una cierta “filosofía” que dirige sus decisiones. Estos entendimientos ordinarios que están bastante alejados
del significado originario de la filosofía, aún pueden decirnos algo con respecto a ella: se trata de algo que, aunque
es intangible, puede tener un peso y una influencia indiscutible sobre la realidad. Aunque no nos demos cuenta, la
filosofía está en todos lados: detrás de cada cultura, ideología, teoría política o económica, se encuentran una serie
de ideas filosóficas que, si no somos conscientes, terminamos adoptando y reproduciendo o actuando según unos
principios sobre los que no hemos reflexionado y que podrían estar equivocados.

No se piense entonces que la filosofía viene de ninguna parte; así entendida, como un conjunto de ideas, la filosofía
es producto de una actividad, pero esa actividad es también llamada filosofía. Por ejemplo, cuando decimos
“la filosofía de Hegel” nos estamos refiriendo al conjunto de ideas que confeccionó a través de la actividad filosófica,
pero esa actividad es a la que propiamente le corresponde el nombre de filosofía.

Lo primero que hemos de decir, pues, es que se trata de una actividad humana, somos la única especie capaz de
llevarla a cabo porque requiere de la razón. Todos los seres humanos estamos dotados de razón y por lo tanto todos
los seres humanos somos capaces de filosofar, podríamos decir que somos “naturalmente filósofos”.

Aunque todos contemos con esta capacidad, no todos la desarrollamos de la misma manera y el tipo de filosofía
que hacemos de manera espontánea no es el mismo que llevan a cabo los que podríamos llamar “filósofos
profesionales”, veamos a continuación algunas características de este filosofar espontáneo.
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a. Reflexión sobre el acto de filosofar espontáneamente


Ya en el siglo IV a.C. Aristóteles afirmaba “todo hombre desea por naturaleza saber”,1 y es que existe en el ser
humano una propensión natural para hacer preguntas y buscar respuestas, explicaciones, causas, etc. A esta aptitud
natural para cuestionarse por la realidad podemos denominarla filosofía como actividad espontánea.

La actividad filosófica espontánea está presente en todas las épocas de la historia de la humanidad y es capaz de
ella todo ser humano. Jaspers define esta disposición natural como una “filosofía sin ciencia”, pues brota “antes de
toda ciencia allí donde despiertan los hombres.”2 Para este autor, podemos advertir algunas de sus manifestaciones
cuando los seres humanos, sin más cosa en común que ser humanos y sin más recursos que el de la propia razón,
son capaces de abordar temas de gran profundidad. Las manifestaciones de esa filosofía espontánea son múltiples,

como la filosofía es indispensable al hombre, está en todo tiempo ahí, públicamente, en los refranes tradicionales,
en apotegmas filosóficos corrientes, en convicciones dominantes, como por ejemplo en el lenguaje de los
espíritus ilustrados, de las ideas y creencias políticas, pero ante todo, desde el comienzo de la historia, en los
mitos. No hay manera de escapar a la filosofía. La cuestión es tan sólo si será consciente o no, si será buena o
mala, confusa o clara. Quien rechaza la filosofía, profesa también una filosofía, pero sin ser consciente de ella.3

La filosofía, como vemos aquí y apuntábamos en la introducción, nos rodea, nos acompaña, nos define, incluso
nos dirige. Esto podemos observarlo claramente cuando vemos que las personas se comportan según la idea que
se forman (o aprenden) de Dios, del ser humano y del mundo. Por ello es importante el estudio de la filosofía pues
no todo lo que se nos ocurre “filosofando” con nuestros amigos en la madrugada es necesariamente “verdadero”,
“correcto” o “adecuado”, ni siquiera del “filosofar espontáneo” que algunos ponen por escrito y que se convierte
en best sellers podemos afirmarlo. La filosofía no espontánea parte de esa propensión natural, pero va más allá:
desarrolla, profundiza, categoriza, ordena, explicita, etc. De esto hablaremos en otro tema.4

La filosofía, en cualquier caso, es connatural a todo ser humano. Si el ser humano, en cualquier región del mundo
o época, ha dado muestras de poseer esta especie de predisposición a la filosofía, cabe preguntarnos ¿cuál es el
origen de la filosofía? ¿qué nos mueve a filosofar?

b. Orígenes del filosofar


Es preciso aquí distinguir entre el comienzo de la filosofía que podríamos llamar histórico y, como tal, cabría buscar
un momento o un lugar en donde este ejercicio comenzó con ciertas características específicas a darse de manera
sistemática, y el origen que equivaldría más bien a la motivación que lo hace posible, el origen sería aquella “fuente
de la que mana en todo tiempo el impulso que mueve a filosofar.”5

Cuando filosofamos las motivaciones pueden provenir de un afán teórico o uno práctico: “saber por saber, para satisfacer
las exigencias intelectuales […], saber para actuar bien moralmente, o con eficacia técnica”,6 etc. Los orígenes del filosofar
son, pues, múltiples. Algunos de ellos pueden ser:

i) El asombro. La mayoría de los autores lo considera como la primera de las motivaciones que nos llevan a
filosofar; pero no se trata de cualquier asombro sino lo que podríamos llamar “admiración intelectual”7, no es
el asombro que sentimos frente a lo raro, lo espectacular, lo monumental… Es el asombro que experimentamos
cuando observamos desinteresadamente a la naturaleza, a las personas, todo cuánto nos rodea y conforma
el mundo. Frente a lo que nos maravilla, nos preguntamos por su origen, por su explicación, su belleza, su
perfección, etc. “El admirarse impele a conocer. En la admiración cobro conciencia de no saber. Busco el saber,
pero el saber mismo, no ‘para satisfacer ninguna necesidad común.’"8
ii) La felicidad. Para san Agustín, por ejemplo, el origen del filosofar está en nuestro propio deseo de felicidad, este
deseo es el que nos mueve a buscar, a través de la razón, respuestas satisfactorias al espíritu humano.
iii) La duda. También movidos por la duda podemos filosofar, cuando vemos a nuestro alrededor y en nosotros
mismos todo tipo de contradicciones o afirmaciones en cualquier campo que no nos convencen del todo, surge
una búsqueda de certeza que no termina hasta dar con ella. El ejemplo más claro de una filosofía que se origina
en la duda lo vemos en Descartes.
1
Aristóteles, Metafísica I,1.
2
Jaspers K. La filosofía desde el punto de la existencia. 2nd Ed. México: FCE; 2013. p. 8.
3
Jaspers K. La filosofía… p. 12.
4
4. División de la filosofía.
5
Jaspers K. La filosofía… 17.
6
Artigas M. Introducción a la filosofía. 4th ed. Pamploma: EUNSA; 1995. p. 16.
7
Kramsky C. ¿Qué es la filosofía? México: Cuadernos de filosofía. p. 4.
8
Jaspers K. La filosofía… 18.
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iv) La satisfacción de las necesidades humanas. Muchos autores modernos y contemporáneos han puesto a la
base del filosofar nuestras propias necesidades materiales, ellas nos han empujado a investigar, a conocer, a
descubrir, todo el progreso y las más grandes manifestaciones de la cultura han surgido de nuestra búsqueda
de subsistencia, dicen ellos.
v) La conmoción. Sobre todo, en los últimos dos siglos se ha reflexionado sobre el papel que tienen las llamadas
“situaciones límite” en el origen del filosofar. Lo que nos conmociona son aquellas “situaciones de las que no
podemos salir y no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límite es después del asombro y la
duda, el origen, más profundo aún, de la filosofía”9, piensa, por ejemplo, un existencialista. Estas situaciones
son la muerte, la culpa, el destino, la desgracia, etc. Frente a la conciencia de la propia condición buscamos
salida, sentido, salvación, y esto nos lleva a filosofar.

Vemos entonces que todos los seres humanos tenemos una propensión natural que puede ser llamada filosofía
espontánea. Toda filosofía se origina en motivaciones al interior de los sujetos pues existen ciertos detonantes
de la actividad filosófica, algunos de ellos son los que aquí hemos expuesto. Aunque los orígenes de la filosofía
sean compartidos por ambos tipos de filosofía, la filosofía no espontánea tiene ciertas características que pueden
ayudarnos a distinguirla de la espontánea. Abordemos ahora qué significa el término filosofía y cómo ha sido
entendido por diversos filósofos. A partir de este momento, toda referencia a la filosofía será en el sentido no
espontáneo sino científico, profesional, disciplinar, sistemático o como queramos, por ahora, llamarlo.10

c. Significado del término


Si en algo coinciden las múltiples “Introducciones a la filosofía” a las que podemos acudir para iniciarnos en este
estudio, es en la dificultad para definirla y en la necesidad de ponerla en práctica para entenderla: “Toda filosofía
se define ella misma en su realización. Qué sea la filosofía hay que intentarlo”;11 “sólo se sabrá qué es la Filosofía
cuando se filosofe, cuando se piense filosóficamente”,12 “sólo sabrán ustedes qué es filosofía cuando sean realmente
filósofos.”13 Todas estas afirmaciones de nuestros predecesores no deben desanimarnos, al contrario, son una
invitación a emprender el camino del conocimiento filosófico a través de su práctica.

No es que no sepamos nada al respecto de lo que la filosofía aborda, generalmente, cuando hablamos de filosofía
tenemos una idea, aunque sea vaga, de lo que este término significa, pero definirla es un poco más complicado.
Partamos de una consideración histórica de lo que distintos filósofos entendieron por filosofía para ver si ello nos
aclara un poco.

El origen del término filosofía lo podemos encontrar en la Grecia antigua, alrededor del siglo VI a.C.; Cicerón relata
que Pitágoras se refirió a sí mismo como amante de la sabiduría (φιλοσοφία: φιλεῖν «amor», σοφία «sabiduría»)
para rechazar ser considerado sabio. Al preguntársele cuáles son las características de un filósofo, refirió que se
trataba de un espectador que cultiva la contemplación y conocimiento de las cosas, pero sin adquirir nada para sí,
es decir, su idea de filosofía tiene que ver con un saber libre, desinteresado, teorético.

Según esta caracterización, suele tenerse como primer filósofo a Tales de Mileto, él y sus sucesores buscan una
explicación del cosmos al margen de la mitología:

buscaban la explicación del movimiento y de la quietud de las cosas, de la multiplicidad a la vez que unidad
del cosmos o universo. Así, buscaron una physis, una naturaleza común, un arché o principio, de donde todo
surgiera y a donde todo volviera […], hay una voluntad de encontrar lo común, la naturaleza o esencia, lo universal
que ampara todas las cosas individuales, lo abstracto que explique lo concreto.14

Los primeros filósofos propusieron elementos físicos como principio de la realidad (agua, fuego, aire), más tarde
sugirieron elementos abstractos (el número, el apeiron, el ser) pero en todos se mantenía la búsqueda de una
explicación, un orden, unos principios trascendentes, más allá de la apariencia.

9
Jaspers K. La filosofía… 20.
10
Estos términos no son sinónimos ni simplemente intercambiables, su uso depende de autores, contextos, aspectos
que iremos aclarando.
11
Jaspers K. La filosofía… p. 13.
12
Kramsky C. ¿Qué es la filosofía? México: Cuadernos de filosofía; 2000. p. 3.
13
García Morente M. Lecciones preliminares de filosofía. Buenos Aires: Lozada; 2004. p. 11.
14
Beuchot M. Manual de Filosofía. 3rd. Ed. México: San Pablo; 2016. p. 9.
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Siglos después, Sócrates dirigió la atención hacia el conocimiento de uno mismo más que de la realidad exterior.
Para Platón, su discípulo, la filosofía era la adquisición de una ciencia de lo inmutable, lo eterno, lo perenne. Aristóteles,
por su parte, postuló que la filosofía tiene por objeto las la búsqueda del saber, es decir, la filosofía es entendida
por el Estagirita como la ciencia que busca los primeros principios y las primeras causas. Es de él de quien suele
tomarse la idea clásica de filosofía que veremos más adelante.

Después de estos autores se da una especie de rompimiento que busca más bien la utilidad de la filosofía. Así, para
las escuelas griegas previas al nacimiento del cristianismo, la filosofía debía conducir la vida práctica y moral. Ya con
el cristianismo consolidado, los medievales vieron en la filosofía una herramienta para la teología.

En la Edad Moderna la filosofía recupera cierta independencia, pero mantiene un carácter práctico con Descartes
y sus sucesores, pues la filosofía será un instrumento para el dominio de la naturaleza. En el siglo XVIII se da una
nueva ruptura, que ha perdurado hasta nuestros días, cuando Kant considera la filosofía como una ciencia crítica que
se pregunta por el alcance del conocimiento humano.

La idea de filosofía que se sostiene a lo largo de la época contemporánea es muy amplia en el sentido de que hay
infinidad de propuestas, pero muy estrecha en el sentido de que cada representante suyo cree que el ámbito de la
filosofía es sólo uno: la historia, el lenguaje, la cultura, etc.

Independientemente de las variaciones enunciadas, lo que podemos ver en este breve recorrido es que lo que ha
permanecido siempre como propio de la filosofía es un afán de saber más allá de lo que percibimos a simple vista,
una necesidad de iluminar la realidad, de buscar una verdad escondida, fundamental y permanente:

Algo que nos aclara mucho la naturaleza de la filosofía es la constancia de ciertos problemas y de ciertos
métodos. Problemas como el del ser, el conocimiento, la mente y el cuerpo, el bien y el mal, etc., han sido
perennes. También ha habido métodos empiristas, racionalistas e intermedios. Pero vemos que lo que
permanece constante en la filosofía es la búsqueda de las últimas y más íntimas razones de todas las cosas,
obtenidas por la luz natural de la mente; esto es, sus causas más profundas o universales. En ese sentido se
puede hablar de una labor de fundamentación.15

Vemos pues que la filosofía así entendida se distingue de la filosofía espontánea de la que hablábamos al inicio,
nos referimos aquí “a la búsqueda de un saber profundo acerca de la realidad, o sea, de un saber que va más allá del
conocimiento espontáneo, de las artes, de las ciencias particulares y de las técnicas.” 16

Hasta ahora hemos apuntado la necesidad de vivir la filosofía para entenderla realmente y hemos tenido un
acercamiento etimológico y descriptivo a la actividad filosófica, veamos qué aporta lo que sería propiamente una
definición de filosofía.

d. Definición de la filosofía
La definición clásica nos habla de una ciencia que estudia todas las cosas por sus causas últimas a la luz natural de
la razón17. Analicemos las cuatro partes de esta definición.

1. La filosofía es una ciencia. Respecto a considerarla como tal ya tendremos oportunidad de ahondar en ello en
el siguiente tema18, por ahora sólo diremos que aquí ciencia se toma en el sentido clásico, es decir, como saber
cierto por sus causas. Además de que tiene un método (o un conjunto de métodos) propio19, un objeto material
y uno formal.
2. La filosofía estudia todas las cosas. Toda ciencia tiene un objeto material, es decir, aquello que estudia; el
objeto material de la filosofía es toda la realidad, por eso puede estudiar todas las cosas y por eso existe la
Filosofía del hombre (Antropología filosófica), la Filosofía del derecho, la Filosofía de la ciencia, etc. Cualquier
ámbito o de la realidad o actividad humana puede ser abordada filosóficamente.

15.
Beuchot M. Manual de Filosofía. 14.
16
Artigas M. Introducción a la filosofía. p. 16.
17
Artigas M. Introducción a la filosofía. p. 20.
18
2. La filosofía como sabiduría y como ciencia.
19
Como veremos en el tema 3. Métodos de la filosofía.
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3. Las estudia por sus causas últimas. El objeto formal es el aspecto bajo el cual una ciencia estudia su objeto
material, es aquí donde la filosofía se distingue de las otras ciencias pues las ciencias particulares buscan las
causas próximas. Por ejemplo, la Psicología, la Medicina y la Biología se preguntan por algún aspecto del ser
humano, mientras que la Antropología filosófica se pregunta por el “ser” del ser humano.
4. Lo hace a la luz natural de la razón. También es parte del objeto formal, esta acotación nos marca el límite
de la filosofía y la distingue del saber revelado (objeto de estudio de la Teología sobrenatural20). El límite de
la filosofía no está en el tema que aborde (pues puede estudiar todas las cosas) sino en las capacidades
naturales del ser humano.
Esta definición, como veremos más adelante21, es muy cercana a lo que Aristóteles entendía por Metafísica, esto
se debe a que en la filosofía aristotélico-tomista (o también llamada realista) que es la que estudiaremos aquí, la
metafísica es la parte central de la filosofía y todas las partes de la filosofía tienen que ver con ella. En su tarea de
fundamentación, “la filosofía tiene carácter metafísico” 22 y la metafísica, a su vez, es “filosofía primera”.

Resumen
La introducción a la filosofía puede hacerse desde distintos puntos de entrada: desde sus problemas, su historia o
sus conceptos. En este módulo nos introduciremos a través del primero de sus conceptos: el de la filosofía misma.
Para ello la caracterizaremos como sabiduría y como ciencia, abordaremos sus métodos, sus partes y sus relaciones
con otras ciencias. Desde este punto de partida avanzaremos a los otros módulos en lo que abordaremos sus
problemas, su historia y su relación con la Teología.

La palabra filosofía está integrada en nuestra habla cotidiana, la “filosofía de vida” de una persona o la “filosofía”
de una empresa nos dan idea de algo que, aunque es intangible, influye sobre una persona o a una asociación.
La filosofía como producto de una actividad, es decir, como un conjunto de ideas, está presente en toda cultura,
ideología, teoría política o económica, etc. Debido a que estas ideas pueden influir en nuestro modo de pensar y
actuar, es necesario reflexionar y adquirir consciencia acerca de ellas.

La filosofía como actividad es propia de los seres humanos pues requiere de la razón. Todos los seres dotados de
razón son capaces de filosofar.

En el ser humano existe una propensión natural para hacer preguntas y buscar respuestas, explicaciones, causas, etc.
A esta aptitud natural para cuestionarse por la realidad podemos denominarla filosofía como actividad espontánea.
Este tipo de filosofía que nos lleva a abordar temas de gran profundidad está presente en todas las épocas y lugares
del mundo, se manifiesta en la cultura, en los refranes, en los mitos, etc. Está en todas partes, incluso quien niega la
filosofía, sostiene él mismo una filosofía, aunque sea inconscientemente. Podemos observar que, en último término,
las personas actúan según la idea que tengan de Dios, del ser humano y del mundo, por eso es importante el estudio
de la filosofía más allá de la que realizamos espontáneamente pues no todo lo que se nos ocurre es “verdadero”,
“correcto” o “adecuado”, aunque sea bien recibido por la mayoría.

Si el ser humano, en cualquier región del mundo o época, ha dado muestras de poseer esta especie de predisposición
a la filosofía, ¿cuál es el origen de la filosofía? ¿qué nos mueve a filosofar? A las motivaciones que nos llevan a
filosofar las llamamos orígenes de la filosofía; aquí los orígenes son distintos a los inicios: los primeros se dan al
interior de los sujetos, los segundos son datos espacio temporales.

20
De las relaciones entre la filosofía y la teología nos ocuparemos en el Módulo 4.
21
En el tema 1.4 División de la filosofía.
22
Artigas M. Introducción a la filosofía. p. 2
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Los orígenes de la filosofía son múltiples y aquí hemos recogido cinco: el primero de ellos, el asombro o la
“admiración intelectual” de quien observa desinteresadamente la realidad, toma conciencia de no saber y emprende
una búsqueda por el saber mismo. El deseo de felicidad pues éste también puede llevarnos a filosofar al empujarnos
a buscar respuestas satisfactorias al espíritu humano. Un tercer origen puede ser la duda cuando vemos a nuestro
alrededor y en nosotros mismos todo tipo de contradicciones o afirmaciones que no nos convencen del todo y
emprendemos la búsqueda de la certeza. Por su parte, algunos autores modernos y contemporáneos proponen
la satisfacción de las necesidades humanas, lo que está a la base no sólo de la filosofía sino de todo el progreso y
las más grandes manifestaciones de la cultura. Finalmente, en los dos últimos dos siglos se ha planteado que la
conmoción que causan las llamadas “situaciones límite” (la muerte, la culpa, el destino, la desgracia, etc.) también
son origen del filosofar.

Uno de los obstáculos que enfrontamos al comenzar el estudio de la filosofía es la dificultad de definirla suficiente y
adecuadamente. Existe un gran consenso alrededor de la idea de que para entenderla es necesario no sólo estudiarla
sino vivirla y esto es verdad; sin embargo, podemos partir de un acercamiento etimológico y descriptivo de esa
actividad según la experiencia de los propios filósofos para entender un poco el significado del término.

Filosofía significa amor a la sabiduría, su primer uso es atribuido a Pitágoras y designaba un saber teórico
desinteresado y libre. Los distintos filósofos fueron entendiendo la filosofía de diversas maneras, la mayor diferencia
se da entre dos concepciones: quienes la entendían como un saber exclusivamente teórico y quienes consideraban
que debía tener una aplicación práctica. A pesar de la diversidad, lo que se mantuvo constante fue el interés en ciertos
temas, el recurso a ciertos métodos y la búsqueda las de las causas más profundas de todas las cosas, es decir, la
búsqueda de fundamentación de la realidad. La filosofía así entendida se distingue de la filosofía espontánea, de las
artes, de las ciencias particulares y de la técnica.

La definición clásica de la filosofía nos dice que ésta es una ciencia que estudia todas las cosas por sus causas
últimas a la luz natural de la razón. Ciencia porque se trata de un saber cierto por causas, además tiene un método,
objeto material y objeto formal propios. El objeto material de la filosofía (aquello que estudia) son todas las cosas,
es decir, toda la realidad. Su objeto formal (el enfoque desde el cual lo estudia) es por sus causas últimas, éste es el
enfoque específico de la filosofía, todas las demás ciencias buscan causas próximas. Finalmente, también como
parte de su objeto formal, al afirmar que lo hace a la luz natural de la razón marcamos el límite de la filosofía pues
sólo estudia aquello que puede alcanzar racionalmente y no mediante fe o revelación.

Esta definición está estrechamente ligada con la metafísica pues en la filosofía aristotélico-tomista ésta es la parte
central y todas las partes de la filosofía se relacionan con ella. En su carácter de fundamentación la filosofía tiene
un marcado carácter metafísico.

Bibliografía
1. Artigas M. Introducción a la filosofía. 4th ed. Pamplona: EUNSA; 1995.
2. Beuchot M. Manual de Filosofía. 3rd. ed. México: San Pablo; 2016.
3. García Morente M. Lecciones preliminares de filosofía. Buenos Aires: Lozada; 2004.
4. Jaspers K. La filosofía desde el punto de la existencia. 2nd Ed. México: FCE; 2013.
5. Kramsky C. ¿Qué es la filosofía? México: Cuadernos de filosofía; 2000.
6. Melendo T. Introducción a la filosofía. 2nd ed. Pamplona: EUNSA; 2004.
7. Zea, L. Introducción a la filosofía. La conciencia del hombre en la filosofía. México: UNAM; 1953.

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