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1. Concepto
Los principios procesales pueden ser entendidos como directivas u orientaciones
generales en las que se inspira cada ordenamiento jurídico procesal, con la finalidad
de describir y sustentar la esencia del proceso.
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Es por ello que, en este breve trabajo, reseñaremos algunos principios relativos al
proceso conforme lo señala la doctrina procesal, sin perjuicio de aquellos otros que
por cuestiones de tiempo y espacio dejaremos pasar, como es el caso de los
llamados principios del procedimiento.
d) Contradicción o bilateralidad;
e) Publicidad;
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Tal derecho a la crítica de las resoluciones judiciales también tiene límites, entre los
que destaca, entre otros, que esta no deba servir para orientar o inducir a una
determinada actuación del juez, pues este solo se encuentra vinculado por la
constitución y la ley que sea conforme a esta.
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Adolescentes y el Código Procesal Civil
Se construye sobre la base de aceptar respecto de las partes del proceso (demandante
y demandado), la posibilidad efectiva de comparecer o acceder a la jurisdicción, a
fin de poder hacer valer sus respectivas pretensiones, mediante la introducción de
los hechos que las fundamentan y sus correspondientes prácticas de pruebas. Es
decir, que lo que una de las partes ponga a conocimiento del juez, deba ser traslada a
su contraparte a fin de que tenga conocimiento de las actuaciones de su contrario, de
esta manera se evita la arbitrariedad del órgano jurisdiccional, ya que este sólo podrá
actuar a mérito de lo que las partes hayan propuesto en el proceso, teniendo ambas la
oportunidad de ser atendidas en el mismo a través de los distintos actos procesales
que introduzcan al proceso.
En ese sentido, y a fin de que exista una correcta administración de justicia, y por
ende exista una resolución judicial justa, debe previamente haberse atendido a la
pretensión de una de las partes con participación de la otra, es decir con su alegación
con respecto a lo señalado por la contraria y así el juez decida confrontando las
posiciones y aplicando la norma legal correspondiente.
2.5. Publicidad
En este aspecto, conviene advertir que la naturaleza pública del proceso, impide la
existencia de procedimientos secretos para las partes. Estas deben igualarse en las
reglas de la bilateralidad, porque si el contradictorio se anula, también se anula el
proceso como institución regular.
La publicidad interna del proceso se destaca en las disposiciones que se ocupan en
las audiencias (con asistencia o no del público, según lo disponga el juzgado); en el
acceso al expediente (pueden solicitarlo partes e interesados, o solo quienes
acrediten intervención en él) en las formas de cumplir ciertas notificaciones (copias
en sobre cerrado por la índole secreta del conflicto) entre otros.
En ese sentido el principio de publicidad ocupa tres grandes aspectos que van desde
constituirse en una garantía constitucional hasta convertirse en una manifestación
interna y externa del propio proceso.
Con ello se busca que los actos realizados por el órgano jurisdiccional se sustenten
en procedimientos notorios, manifiestos y no secretos, reservados, ocultos o
escondidos, es decir, que cualquier persona pueda acceder a dicha información con
las salvedades de ley, ya que en todo Estado democrático y constitucional de
derecho, tiene que obrarse siempre con transparencia, la cual permite y promueve
que las personas conozcan esos actos, sus fundamentos y los procedimientos
seguidos para adoptarlos.
En ese sentido, debe tenerse en cuenta que aquellas normas que garantizan el debido
proceso, son de orden público y por ende de ineludible y obligatorio cumplimiento,
destinadas a garantizar el derecho de las partes durante el transcurso del proceso e
impedir la expedición de sentencias arbitrarias.
Al igual que a las partes en el proceso judicial (léase abogados) se les exige que
fundamenten jurídicamente su petitorio, el cual permite poder establecer la
congruencia de los hechos con la norma planteada, esto es, cómo los hechos
propuestos por las partes encajan con la norma cuya aplicación se solicita al caso
concreto. El juez se encuentra en la obligación de precisar aquellas razones por las
cuales ha arribado a la conclusión que se manifiesta en la parte resolutiva o decisoria
de la sentencia; su razonamiento, análisis en base a las pruebas propuestas,
admitidas y valoradas en el proceso, así como los hechos expuestos por las partes
que son el elemento trascendental para emitir el fallo. Es una garantía del proceso,
pues permite en su caso y al momento de la impugnación, cuestionar los argumentos
y razones que llevaron al juez a decidir así, garantía que permite fiscalizar la labor
jurisdiccional y advertir por parte del superior el análisis del desarrollo del proceso,
el cumplimiento de la ley y la Constitución y que ello de alguna u otra manera pueda
advertirse de lo expuesto en su sentencia.
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Está regulada por el inciso 13 del artículo 139° de la Constitución y el artículo 123°
del Código Procesal Civil. Se sustenta en el valor seguridad, según la cual “una
resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuándo: i) no proceden contra ella
otros medios impugnatorios que los ya resueltos; o, ii) las partes renuncian
expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan transcurrir los plazos sin
formularlos.”
Para que pueda prosperar la autoridad de cosa juzgada como excepción, debe ocurrir
la llamada triple identidad: i) la identidad de las partes (demandante y demandado)
salvo en la cosa juzgada general que comprende sus efectos erga omnes; ii) la
identidad de objeto (el tema en debate, lo que se reclama) y iii) la identidad de causa
(los motivos del reclamo).
En este sentido, para efectos de verificar la existencia de cosa juzgada es importante
establecer cuando existen procesos idénticos, el artículo 452° del CPC establece que
“Hay identidad de procesos cuando las partes o quienes de ellos deriven sus
derechos, el petitorio y el interés para obrar, sean los mismos.” De este se tiene que
la identidad de procesos implica:
b. Identidad de petitorio.
3. Bibliografía