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2. Índice de contenido
3. Desarrollo
3.1.1. Introducción
El análisis y la elección estratégica tienen poco valor para la organización, salvo que se puedan implantar
las estrategias. El cambio estratégico no se produce únicamente porque se crea que resulta conveniente;
se produce si se puede aplicar, y si los miembros de la organización pueden llevarlo a la práctica.
En efecto, la estrategia debe traducirse en acciones concretas para ser una estrategia efectiva. Además, es
importante asignar un responsable que supervise y ejecute los planes de acción marcados en los plazos
previstos, así como asignar los recursos humanos, materiales y financieros requeridos, evaluar los costes
previstos y, de una manera especial, jerarquizar la atención y dedicación que se debe prestar a dichos
planes en función de su urgencia e importancia.
Es probable que las decisiones estratégicas den lugar a importantes cambios. Por tanto, resulta esencial
analizar qué tipo de cambio y cómo se puede controlar, así como la arquitectura estratégica que hay que
crear para garantizar el éxito. El análisis de la arquitectura incluye toda una gama de cuestiones
representadas en el siguiente esquema:
Es el momento en que se determinan y se asignan las tareas, se definen los plazos de tiempo y se calcula el
uso de los recursos. Un plan de acción es una presentación resumida de las tareas que deben realizarse por
ciertas personas, en un plazo de tiempo específicos, utilizando un monto de recursos asignados con el fin
de lograr un objetivo dado El plan de acción es un espacio para discutir qué, cómo, cuándo y con quien se
realizaran las acciones.
De manera resumida, se puede decir que la principal función de la herramienta es detallar las estrategias y
medidas a ser adoptadas, buscando alcanzar el objetivo de la empresa, previamente definido. Este sirve
para registrar las acciones que serán realizadas y todo lo que involucran, como el plazo, responsables y
condiciones.
Con la distribución de la información en una tabla o planilla, el plan de acción sirve para facilitar la
visualización de los participantes, que logran acompañar las tareas e identificar en qué etapa se
encuentran. De ese modo, es posible entender cuál es el camino a recorrer y cuánto tiempo hay disponible
para ello. Con el plan de acción, es posible comprender cuáles son los recursos disponibles y necesarios
para las tareas, ya sean humanos, financieros o materiales.
La herramienta también sirve para separar las acciones de rutina diaria de aquellas que pertenecen a la
planificación estratégica y/o proyectos, facilitando la gestión de un proceso específico, permitiendo la
percepción de la necesidad de cambios de plazos, cambio de responsables, inversión de nuevos recursos,
etc.
3.1.4. Cuando se debe utilizar un plan de acción
El plan de acción puede ser usado diariamente, para apuntar las actividades a realizar para alcanzar un
objetivo. Pero lo ideal es que se utilice después de definir el plan estratégico de la organización.
Esto es porque después de haber ajustado las metas estratégicas para un período determinado, es
fundamental determinar cómo se alcanzarán. Es el momento de definir lo que se hará, lo que tiene
prioridad, quién debe hacer qué y quién va a supervisar el progreso de las tareas
Cuando decimos un plan de acción automatizado, nos referimos a la gestión de las acciones y no a la
ejecución automatizada de lo que fue planeado. ¿Y por qué vale la pena automatizar la gestión? Sabemos
que el ser humano comete errores, y con el exceso de informaciones (y distracciones) a la que estamos
sometidos diariamente, se nota en las empresas una gran dificultad de cumplir con lo que fue planeado.
Especialmente, en el plazo acordado.
Utilizando un software, el sistema avisa al responsable cuándo tiene alguna acción atrasada, y advierte
también al gestor por encima del responsable, generando una presión positiva para el cumplimiento de las
acciones.
Además, el sistema vincula cada plan de acción a un indicador de desempeño, dejando claro para quien lo
ejecuta, cuáles son las consecuencias del incumplimiento y su responsabilidad ante las metas globales de la
empresa.
Para profundizar un poco más, vamos a apuntar algunas situaciones específicas en que la utilización del
plan de acción se vuelve extremadamente importante:
Las posibles consecuencias que la empresa puede disfrutar se dan a conocer a continuación:
Los planes de acción deben cumplir una serie de requisitos para acometer el logro de los objetivos
estratégicos.
2. La segunda fase, una vez identificadas las acciones a acometer para conseguir el logro de los
objetivos estratégicos, es el establecimiento de fechas de consecución. Para ello, los responsables
del proyecto deben emprender un ejercicio de priorización de proyectos. Algunas herramientas
pueden ayudar a decidir qué proyectos son los más relevantes y prioritarios. Este es el caso de la
matriz de priorización de los planes de acción:
Cada una de las acciones que la organización se ha propuesto acometer debe situarse en esta matriz de
priorización de los planes de acción. El comité de dirección realizará el seguimiento de las acciones de alta
importancia (en algunos casos, para ponerlas en marcha de inmediato y controlar su cumplimiento, y, en
otros, para analizar el posible aumento de su urgencia), mientras que los niveles operativos de la empresa
se encargarán de las acciones urgentes de menor importancia, que son menos prioritarias.
Otra herramienta que podemos utilizar para acordar la prioridad adecuada a cada proyecto es la matriz
impacto y esfuerzo. Una vez analizados qué proyectos son más estratégicos, es necesario valorar el nivel de
esfuerzo que supone su implantación. Al valorar el nivel de esfuerzo frente a la prioridad estratégica del
proyecto, se decide qué proyectos son prioritarios y cuáles no.
Figura 5. Matriz de impacto y esfuerzo
Fuente: Jose María Sainz de Vicuña: “El plan estratégico en la práctica”.
Guía de actuación: Deben priorizarse y realizarse con antelación los proyectos situados en los cuadrantes 1
y 2.
3. La tercera fase consiste en hacer una definición detallada de las acciones a adoptar. En una plantilla
similar a la que proponemos a continuación, deberemos recoger todos los aspectos mencionados
referentes a las mismas.
4. Por último, el plan de acción requiere un control y seguimiento, bien analizando sus resultados o
bien las causas que lo provocan. Además, debe hacerse un seguimiento del mismo porque en el
entorno cambiante en el que desarrolla la actividad la empresa pueden cambiar las circunstancias
contempladas en el momento en el que se establecieron los objetivos estratégicos.
Debe adicionalmente establecerse un control del cumplimiento del plan no como sistema de
inspección, verificación o investigación de lo ocurrido, sino como método para poder comparar
periódicamente lo realizado con los objetivos fijados, analizar las desviaciones y corregirlas
mediante la adopción de nuevas acciones.
4. Conclusiones.
Es importante recordar que tanto los resultados como la forma de planificar y ejecutar el plan de acción
varían de una empresa a otra. Es fundamental que su creación se base en el bienestar de todos los
involucrados, para que nadie se sobrecargue o no pueda seguir el proceso.
Es prioritario para que un plan de acción contribuya a la implantación de las estrategias, que los mismos
hayan sido seleccionados de manera técnica con la participación de todas las personas involucradas,
puesto que cada plan tiene un nivel de importancia en relación a diferentes variables propuestas.
5. Bibliografía.