La Cuenta de Alto Costo (CAC), es un organismo no gubernamental del Sistema General
de Seguridad Social en Salud de Colombia creado mediante el Decreto 2699 de 2007 que obliga a las EPS de ambos regímenes y demás EOC (Entidades Obligadas a Compensar) a asociarse para abordar el Alto Costo y opera como un Fondo autogestionado que contribuye a estabilizar el sistema de salud, garantizando la operación real de la solidaridad y desestimulando la selección y discriminación de la población mediante un ajuste de riesgo de la prima básica en función de los casos de alto costo. (“Quiénes somos | Cuenta de Alto Costo”) Constituye un «Frente Común» para el abordaje del Alto Costo como fenómeno de gran impacto en el país, mediante articulación de Sociedades Científicas, Instituciones Prestadoras, Asociaciones de pacientes y Aseguradoras, que promueve la gestión de riesgos en EPS e IPS mediante pedagogía, difusión de experiencias exitosas, instrumentación y creación de referentes técnicos, para disminuir la tendencia de nuevos casos de alto costo y procurar la calidad técnico-científica en el manejo de los casos existentes con el fin de disminuir los eventos evitables derivados. De acuerdo al Artículo 6 del Decreto 3511 de 2009, sobre la administración y financiación de la Cuenta de Alto Costo, las Entidades Promotoras de Salud del Régimen Contributivo -EPS y del Régimen Subsidiado EPS-S y las Entidades Obligadas a Compensar -EOC, a través del organismo de administración conjunta que ellas conformen, fijarán anualmente el monto total de los recursos para el funcionamiento de la Cuenta de Alto Costo, con los cuales se financiará la operación, administración y auditoria que conjuntamente definan las mencionadas entidades. Este cuenta con unas funciones de las cuales tenemos: Revisar y proponer; este consta de mecanismos de ajuste por riesgo que sean válidos y aplicables en el sistema de salud, compensando la concentración de riesgos que presentan algunas de ellas basado en mediciones epidemiológicas, objetivas y técnicamente adecuadas que evidencien y reconozcan los ahorros alcanzados por Gestión de riesgos; También cuenta con las función de contribuir esta hace entrega a mayor protección de salud a la población afiliada en general, y en particular, a los grupos de riesgo que, hasta ahora, han sido discriminados o seleccionados; otra función es la de aplicar un mecanismos financiero de redistribución de riesgo, esto previamente establecido por los Ministerios de salud y hacienda para procurar un equilibrio entre las EAPB que operan en el sistema; Diseña procesos estabilizados y técnicamente seguros para censar así los pacientes con patologías de Alto Costo; Construye y ajusta un sistema de información confiable con las patologías únicamente de Alto Costo, este cuenta con un flujo de información de las IPS, para el uso de todos los actores; Elabora igualmente estructuras de información basada en evidencias y consensada con los todos los actores; Construye indicadores estandarizados y censados que ayudan al sistema a la evaluación de la gestión de riesgo; Hace un aporte sobre evidencia al Ministerio de Salud mediante experiencias y revisión de la literatura, referente a la selección de patologías de alto costo, evitando así que haya una inclusión de estas patologías de manera dinámica; aporta y elabora conocimiento técnico en la elaboración de GPC con enfoque de riesgo así mismo anualmente produce el ranking para la EPS e IPS según los resultados dados en salud. Consecuente a sus funciones hay unos criterios para identificar patologías de alto costo en Colombia, este sistema está organizado con la finalidad de garantizar servicios de salud a una población, por lo cual es fundamental conocer cuáles son las patologías que pueden recibir el calificativo o nombre de Enfermedades de Alto Costo y así distinguirlas del resto de las patologías generales. Existen al menos tres razones principales que justifican esta necesidad: La primera razón se fundamenta en el concepto que dice que toda la población no presenta un riesgo homogéneo, esto quiere decir, que existen subgrupos dentro de una misma población que por sus características, especialmente por su estado de salud, tienen mayor probabilidad de consumir servicios. Es así como se sabe que en términos generales en toda población según estudios existe entre un 20 a 30% de ella, que consume el 70% de los recursos gastados, mientras el resto, sólo requiere servicios que representan el 30% del gasto. De igual forma se hace identificación con los individuos de alto costo esto permite garantizar los recursos para el gasto futuro probable por servicios de salud al determinar primas de aseguramiento diferenciales, asignación de recursos diferencial, o mecanismos de compensación. Esta aplicación se conoce como “ajuste de riesgo”, se usa dentro de los sistemas de salud basados en aseguramiento. La segunda razón tiene que ver con la posibilidad de gestionar e intervenir la enfermedad y los desenlaces evitables si se identifican los pacientes de mayor riesgo, a los que se les puede ofrecer intervenciones de prevención secundaria y terciaria y gerenciar de manera especial su riesgo y su enfermedad para realmente modificar la ruta de atención y resultados de estos pacientes, dado que presentan un riesgo incrementado de complicaciones, muerte y consumo de recursos, superior a los de la población general. La tercera razón para identificar patologías de alto costo; está descrita en países como México y Perú, antes de tener cobertura financiera universal, esto se encarga de proteger a los pacientes afectados, sus familias y a la sociedad en general contra el riesgo de catástrofe financiera, esto quiere decir, de la probable ruina por el pago de los servicios que requiere una persona cuando padece determinada patología, que sobreviene cuando los gastos de bolsillo superan según estudios el 15% de los ingresos familiares. El riesgo de catástrofe financiera es mayor para las familias con bajos ingresos; con ancianos; con miembros hospitalizados o crónicamente enfermos; o en las que la cabeza de la familia está sin empleo. Resumiendo, la identificación de las Enfermedades de Alto Costo es necesaria esto lo que busca es orientar la gestión del riesgo en salud de las poblaciones y garantizar el gerenciamiento de la enfermedad de las personas afectadas, para asegurar la disponibilidad de los recursos necesarios y el sostenimiento del sistema de salud, de manera que permita su atención, evitando así la catástrofe financiera y ruina de las familias afectadas y el empobrecimiento de la sociedad en general. Haciendo posible el mejor manejo, al riesgo moral, a la selección adversa y a la selección de riesgos. Una primera aproximación al tema plantea el interrogante si se deben identificar “pacientes de alto costo” o “Enfermedades de Alto Costo”, la evidencia muestra que el abordaje del tema debe hacerse partiendo de las experiencias existentes para identificar pacientes de alto costo o alto riesgo y a partir de ellos identificar si existen características que determinan su comportamiento como pacientes de alto costo, especialmente si existen enfermedades cuya presencia indica o predispone un comportamiento o uso de alto costo y cuáles son los criterios que debe cumplir dicha enfermedad para presentar este comportamiento. No parece existir una clara relación causal entre el perfil epidemiológico de la población y el nivel de uso de los servicios como único factor que determina el uso, para explicar de que depende el consumo de servicios, en general se han descrito siete categorías de variables predictoras que explican un gran porcentaje de la variación de los costos en salud, entre individuos cubiertos por un plan, seguro de salud o fondo de enfermedad: 1. Edad y sexo. 2. Estado de salud (asumido en algunos estudios como el diagnostico principal). 3. Condiciones socio económicas (poder de compra, religión, raza, etnia, densidad demográfica, gastos previos de la persona o grupo de personas con características similares, localización geográfica) 4. Características de los proveedores (estilo y variabilidad de práctica médica, disponibilidad de oferta de proveedores y servicios, naturaleza pública o privada de los proveedores) 5. Tarifa (se relacionan con los factores de producción en región en la cual se localizan los proveedores y las características de la contratación). 6. Poder sobre el mercado (capacidad de negociación) 7. Características del plan de salud (cobertura de servicios, deducibles, copagos, auditoria, estrategias de manejo y características de los contratos e incentivos financieros). Sin embargo, sigue existiendo variación de los costos entre individuos aun cuando hipotéticamente todos los individuos tengan las mismas características en estas siete variables predictoras, lo que significa que siempre existirá un porcentaje no explicable o caraterizable, de la variación del gasto en salud. Las variables predictoras, son clasificadas a su vez en subsidiables o compensables y no subsidiables o no compensables, las primeras son aquellas que explican aumento del costo por factores o condiciones inevitables o no susceptibles de intervención, como la edad (la vejez) y el estado de salud (por ejemplo la presencia de enfermedades crónicas); y las segundas son aquellas que no ameritan subsidio o compensación porque causan variaciones en el costo por factores que dependen de las practicas o comportamiento de los participantes o del mercado, como la variación en las condiciones de los proveedores; la variación en la práctica clínica; la variación de tarifas o del plan de salud.