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Los sistemas sanitarios son un complejo entramado de relaciones entre distintos agentes,
unos agentes que podemos enumerar de manera fundamental como los gobiernos, los
ciudadanos, las aseguradoras y los proveedores de servicios sanitarios, entre ellos se
producen diferentes niveles de interacción para conseguir los distintos objetivos que se
persiguen en los servicios sanitarios de cualquier sociedad, la efectividad, la satisfacción,
la equidad y la eficiencia, aunque unos priman sobre otros en función de los valores que
imperan en cada una de ellas:
En función de los distintos aspectos que tomen estas variables se van generando los
diferentes modelos sanitarios, algunos de los cuales iremos describiendo con posterioridad
con algo más de detalle. Es fácil entender que según la forma en que interaccionan y la
preponderancia que se les da a cada uno, producen distintos grados de consecución de los
objetivos, por ejemplo, la efectividad está claramente relacionada en función de que los
servicios sean financiados públicamente o no, o que la utilización sea universal y gratuita,
de igual forma que la satisfacción puede verse afectada por la regulación o la eficiencia.
En el primer modelo, donde se encuentra incluido el sistema sanitario español, son los
sistemas englobados en lo que se conoce como SNS, que son financiados vía impuestos,
donde nadie puede evitar estar exento de la financiación y, por lo tanto, tampoco pueden
ser excluidos en su utilización lo que aporta un acceso universal y habitualmente gratuito,
aunque puede haber prestaciones que requieren un pago adicional por el uso de
determinadas prestaciones (copago).
Están bajo el control estatal que es el que determina el volumen de impuestos que se
destinarán al sistema, a la financiación de las distintas prestaciones y a regular los
procesos de gestión de los centros sanitarios y el acceso de los ciudadanos.
Lógicamente, no disfruta del carácter universal de los SNS, tiene unos costes de
administración más altos y complicados de gestionar y adicionalmente, al ser parte de los
costes laborales, puede limitar o disminuir la competitividad de las empresas. Es de
carácter más regresivo que la aportación por impuesto, ya que habitualmente las
cotizaciones suelen estar sometidas a topes máximos de retención en los tramos más
altos de renta laboral, por lo que tienen menor relación entre el nivel de renta y la
aportación económica al sostenimiento del sistema.
Los dos últimos sistemas de financiación recaen en la voluntad individual de las personas
exclusivamente, bien por el aseguramiento voluntario o por el pago directo de los
servicios, y en estrecha relación con la capacidad de pago de que disponen. Ambas
poseen una fuerte relación entre el pago y el uso y una elevada capacidad en la elección.
En el caso de aseguramiento voluntario está sujeta al riesgo de la selección adversa, de
forma que aquellos que precisan la asistencia sanitaria por tener mayor grado de
necesidad, pueden quedar excluidos del aseguramiento por no encontrar quien cubra su
riesgo o no disponer de suficiente nivel económico para soportar el coste de la póliza.
En la tabla 1 se puede ver un esquema de los distintos tipos de sistemas sanitarios y los
:
países que disponen de ellos.
España Suiza
Fuente: Elola, J.: Health Care Reforms in Westerm European Countries: The relevance
of Health Care Organización. IJ health services 1996.
1.2. REGULACIÓN
Muchas de las reformas emprendidas en los países de nuestro entorno están asociadas a
modificar las relaciones entre las funciones de financiación, aseguramiento y provisión,
donde el Estado o la autoridad sanitaria regional mantiene su papel de financiador pero la
provisión de los servicios está garantizada por medio de un abanico de proveedores
públicos, privados y voluntarios.
Por la ausencia de capital privado, ya que todos los proveedores pertenecen al sistema
sanitario público.
El paciente elige médico y/o centro, siendo el principal motor de la reforma.
El presupuesto de los centros sanitarios es flexible y está vinculado a la cuota de
mercado que poseen dentro del sistema en relación al volumen de pacientes que les
han elegido.
Los incentivos se introducen desde el lado de la demanda, dando lugar a la célebre
frase de «el dinero sigue al paciente».
La gestión engloba a todas aquellas acciones dirigidas a conseguir los objetivos de los
sistemas sanitarios. La gestión, como disciplina del conocimiento humano, surgió por los
cambios económicos y sociales acaecidos desde la Revolución Industrial, se ha trasladado
desde el mundo de las empresas industriales a las empresas y organizaciones de
servicios, y lógicamente sus herramientas y métodos se han incorporado a los servicios
sanitarios, con sus adaptaciones específicas del sector. Existen varios niveles de gestión,
la macrogestión sanitaria cuyo ámbito de decisión está relacionado con los sistemas de
salud (ministerios, servicios regionales), la mesogestión asociada a los centros sanitarios
y la microgestión en relación con los servicios y unidades asistenciales, aunque todas ellas
comparten técnicas y habilidades comunes, nos vamos a referir de aquí en adelante
fundamentalmente al ámbito de la mesogestión.
El conjunto de actividades y funciones que los directivos sanitarios deben ejercer recorre
un amplio abanico que va desde la elaboración, ejecución y seguimiento del presupuesto,
la gestión de los recursos humanos, la contratación de personal, la mediación en conflictos
de distinto origen (sindical, interprofesional, departamentos clínicos, proveedores…), la
atención y resolución de reclamaciones de usuarios, la ejecución de los programas
docentes y de investigación, la asignación de recursos, la elección de tecnología, el
seguimiento de los contratos y los fallos de los proveedores, y un largo etcétera, que se
podría resumir en dos acciones concretas: tomar decisiones adecuadas y resolver
problemas.
Sin embargo, se alza desde los propios directivos un sentimiento de que se hace necesario
un profundo cambio en su modelo de gestión, y muchos clínicos sienten que el gestor
tiene en poca cuenta su opinión, pues se centra en los objetivos marcados desde arriba,
que debe cumplir del modo que sea (realidades virtuales, estadísticas maquilladas, ajustes
económicos desproporcionados) y se le solicitan algunos cambios en su comportamiento
16:
Sea cual sea el perfil que se acabe configurando, parece necesario esta figura que negocie
frente a los poderes públicos, que mantenga la equidad interna dentro de la institución 18
y facilite el alcance de los objetivos y vele por la calidad del resultado.
1.4. UTILIZACIÓN
Los sistemas de información de nuestro país permiten conocer, con un alto grado de
precisión, la utilización de los sistemas sanitarios que hacen los ciudadanos. Los datos de
utilización reflejan aspectos asociados a la enfermedad/epidemiología, la accesibilidad de
los servicios y la propia práctica asistencial de profesionales y centros.
La actividad en AP muestra una frecuentación de 7,4 consultas por habitante al año con
un total de 309 millones de consultas anuales 19.
Tabla 2
Según los datos de actividad hospitalaria publicados por el Ministerio de Sanidad 20, en el
año 2005 se han producido un total de 3.541.107 altas de pacientes que han sido
ingresados, en alguno de los 262 hospitales en funcionamiento para el SNS,
permaneciendo al menos una noche, lo que supone una tasa de 80 altas por cada 1.000
habitantes. La estancia media de estos episodios ha sido 7,6, que se mantiene sin
variaciones desde el año anterior.
Los 10 procesos, los más frecuentes son los que aparecen en la tabla 3, que agrupan casi
el 20 por 100 de todas las altas, los 25 procesos más frecuentes acumulan el 31,6 por 100
de toda la actividad de los centros:
Estancia
Total media
Código Descripción Porcentaje
:
altas (días)
Fuente: Altas atendidas en los Hospitales Generales del SNS. Año 2005 (Datos avance).
Instituto de Información Sanitaria.
Ministerio de Sanidad y Consumo. Febrero de 2007.
N.° de
Códigos Diagnóstico Principal Porcentaje
Altas
Fuente: Altas atendidas en los Hospitales Generales del SNS. Año 2005 (Datos avance).
Instituto de Información Sanitaria.
Ministerio de Sanidad y Consumo. Febrero de 2007.
1 Lalonde, M. A new perspective on the health of the Canadians. Otawa: OCMNHW, 1974.
2 Starfield, B. «Is the US health really the best in the world?» JAMA 2000; 284:483-5.
3 Ley 16/2003, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud: BOE 128. 29 de
5 Elola, J. Health Care Reforms in Western European Countries: The relevance of Health Care
50.
11 León, S., Barnuevo, R., De la Infanta, L, Hermida, M., Riesgo, C., Valle, P., Olivares, O. y Sánchez
relación gestor-clínico: una perspectiva de médicos asistenciales». Atención Primaria 2004; 33(8):
462-70.
17 Ortún, V. Gestión Clínica y Sanitaria. De la práctica diaria a la academia, ida y vuelta. Barcelona:
Masson; 2003.
18 Pascual Mostaza, C. «¿Hacia la desaparición del modelo gerencial?». Gestión y Evaluación de
utilización de servicios. Recursos económicos y gasto. Satisfacción con el sistema sanitario. Situación
de salud y estilos de vida. Ministerio de Sanidad y Consumo. Disponible en
http://www.msc.es/estadEstudios/estadisticas/docs/FOLLETO-BAJA.PDF
(http://www.msc.es/estadEstudios/estadisticas/docs/FOLLETO-BAJA.PDF)
20 Altas atendidas en los Hospitales Generales del SNS, Año 2005 (Datos avance). Instituto de
Entidades Colaboradoras: