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Bloque 1: Cambios fisiológicos y anatómicos en el envejecimiento.

El envejecimiento es una etapa de vida en el ser humano, se desarrolla como un proceso


dinámico, progresivo, irreversible, complejo, variado e individual, cada persona lo vive de
acuerdo a sus propios antecedentes y cuidados de vida. Comienza alrededor de los 60 años de
edad y se refleja en un descenso gradual de las distintas funciones biológicas, termina con el
fallecimiento. El envejecimiento se ha tratado de explicar por diversas teorías, la mayoría de los
investigadores coinciden en que se produce por un proceso acumulativo de interacciones entre
factores como la herencia, exposición al ambiente, características culturales, dieta, ejercicio,
historial de enfermedades, entre otros.

Al envejecer, las células disminuyen su capacidad de división y reproducción, esto


causa un funcionamiento anormal que afecta todos los árganos y sus funciones. El tejido
conectivo se hace cada vez más inflexible por lo que hay mayor rigidez en los órganos, vasos
sanguíneos y vías respiratorias; los tejidos reciben menos oxígeno y nutrientes necesarios, no
eliminan el dióxido de carbono ni productos de desecho. Hay atrofia generalizada.

El conjunto de dichos cambios produce una pérdida de función gradual y progresiva


además de la disminución de la capacidad funcional. Los cambios más significativos en la
reserva orgánica se dan en el corazón, pulmones y riñones.

Los cambios en el metabolismo, se asocian con alteraciones en las respuestas de la


ingesta, manifestándose en fluctuaciones del equilibrio entre la sobrealimentación y la
subalimentación. Durante la vejez hay una asociación entre la sensibilidad al sabor y aroma que
juegan un papel importante en la desregularización de energía; la detección y reconocimiento
del umbral de la sal y otros sabores específicos se ven afectados con la edad, en parte por el
uso de medicamentos que impactan en el sabor pero también por la pérdida funcional del
olfato y el gusto. Es común que el anciano manifieste comida con mal olor o sin sabor ante
alimentos que no tienen fallo en su preparación.

La fase cefálica del metabolismo postprandial se inicia por la estimulación olfativa,


gustativa y cognitiva de los alimentos e incluye la activación de los sistemas nerviosos
simpático y parasimpático, que a su vez inicia múltiples procesos relacionados con la digestión
con el fin de la preparación del cuerpo a absorber nutrientes; en función a esto, la preparación
de los alimentos es fundamental desde su presentación, textura y sabor.

El consumo de comida insípida reduce la respuesta glucémica en comidas apetitosas


con idéntica composición de macronutrientes, que sugiere que existe una reducción de rango de
vaciamiento gástrico y por lo tanto menos digestión en las comidas insípidas

El hambre antes de las comidas y el aumento de la saciedad postprandial son


coadyuvantes en la regulación energética en la vejez, el aumento de la saciedad se asocia con el
aumento de la superficie del antro estomacal y con una aparente distensión de este después del
consumo de las comidas, por tanto, la sensación alterada de saciedad afecta negativamente el

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consumo ingesta adecuada de los alimentos. Es conveniente el consumo de comidas menos
abundantes pero de ingesta más frecuente. La reducción en la percepción de hambre y/o un
aumento de la saciedad contribuye a la pérdida de peso en el envejecimiento.

Esta pérdida de peso -y grasa- influye en la regulación de la energía, cuyos cambios


obedecen a la tasa de retraso en la absorción de macronutrientes secundario a la reducción de la
agudeza del gusto y el olfato; mediadores hormonales y metabólicos de regulatorios que
cambian durante el envejecimiento, cambios en los patrones de ingesta alimentaria y una
reducción en la variedad de los alimentos consumidos en la vejez que disminuye el consumo de
energía.

La diferencia entre la sobrealimentación y subalimentación alcanza incluso el 25% por


día por persona. Esta se asocia a deficiencias de micronutrientes, fragilidad, traumatismos
derivados de caídas, retraso en la recuperación de heridas y mortalidad acelerada, esto se
observa entre los 65 y 75 años, incluso en individuos sanos. Esta parte se enlaza con el retardo
en el vaciamiento gástrico y a la vez, un frecuente aumento en los niveles de glucosa
(reportándose hasta un 8% más que en personas adultas jóvenes.

Muchos de los cambios sociales y de salud presentes en el envejecimiento son


sugerentes de múltiples causas para desarrollar una pérdida de peso, tales como: pobreza,
duelo, aislamiento social, mala dentición, enfermedades crónicas y el uso de múltiples
medicamentos.

Las alteraciones que van surgiendo derivadas del envejecimiento cambian de persona a
persona. Algunas de ellas alcanzan a llegar a un edad avanzada (8-90 años) en un estado
saludable y conservando una capacidad funcional adecuada, esto se ha denominado como
envejecimiento exitoso. Un creciente número de la población tienen su envejecimiento con
múltiples enfermedades crónicas y diversos grados de discapacidad: a esto, se le denomina
como envejecimiento patológico.

La información del envejecimiento normal provenía principalmente de la comparación


de diversos sectores poblacionales lo que constituye un sesgo en sí mismo. Los cambios
fisiológicos son producto de diversas patologías y, también, del curso normal del tiempo y el
desgaste que origina.

El envejecimiento es un proceso multifactorial con múltiples cambios, entre ellos la


composición corporal. Si bien las variaciones relacionadas con la masa corporal, tejido graso,
muscular y óseo a lo largo de la vida están influenciadas por el género, raza, etnia y actividad
física, existe un patrón predictivo en todas las personas, esto es que la composición corporal
aumenta a medida que incrementa la edad y posteriormente disminuye o permanece estable en
la senectud.

El porcentaje de grasa corporal es de 15% a los 25 años, continúa aumentando con la


edad y a los 75 años es el doble con respecto a los 25 años. En el hombre se distribuye en el

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abdomen mientras que en la mujer se localiza principalmente en pelvis y mamas, en general el
tejido celular subcutáneo disminuye al igual que él agua intracelular, esto se refleja en la
disminución de turgencia en piel.

Los tejidos -incluyendo el óseo- pierden células y disminuyen su peso, la pérdida ósea
puede ser hasta el 20% en la mujer.

La importancia clínica de estos cambios es variada e importante; por ejemplo, la


disminución de agua corporal aunado a la disminución de sed por alteraciones en el sistema
renina-angiotensina, hace que la persona anciana tenga mayor riesgo para la deshidratación, lo
que puede desencadenar una serie de reacciones adversas que afecten diversos órganos y
sistemas.

La presencia de mayor porcentaje de grasa corporal interactúa con la farmacodinamia


de los medicamentos: los fármacos liposolubles tienen un mayor volumen de distribución y
concentración en el tejido adiposo, por lo que el tiempo de liberación de la droga aumenta.
Algunos medicamentos normalmente tienen una vida media de 24 horas en el adulto joven,
pero en el anciano pueden alcanzar hasta 72 horas. Los fármacos hidrosolubles se afectan ante
un menor volumen de distribución, por lo que la concentración plasmática es mayor. Esto
implica que a igual dosis habrá mayor concentración, por lo que siempre será recomendable el
ajuste de dosis en medicamentos suministrados en el anciano.

La disminución de peso y talla ocurren simultáneamente. La pérdida es progresiva y


proporcional una a la otra, por lo que se pierden entre uno a dos centímetros por cada década, a
partir de los cuarenta años; de la misma manera, la circunferencia torácica también disminuye.

Los órganos comienzan a disminuir peso a partir de los 40 años, excepto el corazón
que va aumenta discretamente su peso por la atrofia de fibras musculares. El metabolismo basal
puede perder hasta el 20% de su capacidad respecto a una persona joven. La glicemia en ayunas
prácticamente no tiene cambios, pero la función nerviosa, renal y respiratoria van a disminuir
con la edad de manera progresiva e irreversible.

El aparato digestivo da cabida a una serie de cambios que favorecen a la aparición de


patologías propias de los ancianos: pérdida y alteración de las piezas dentales, atrofia de
glándulas salivales, disminución del gusto, botones gustativos y apetito.

El esófago pierde neuronas del plexo mesentérico, esto causa trastornos de motilidad, y
puede producir espasmos dolorosos retro esternales, regurgitación y riesgo de aspiración o
neumonía.

El estómago tiene disminución del epitelio con atrofia de submucosa y músculo; hay
menos secreción de ácido y enzimas tripsina/amilasa lo que contribuye a la presencia de atrofia
gástrica acompañada o no de anemia perniciosa. El conjunto de estas alteraciones provocan
disminución del apetito, con todas las consecuencias descritas previamente. La capacidad de

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absorción intestinal no sufre mayores alteraciones, excepto en la absorción de sustancias que
necesitan de un transporte activo como algunas vitaminas y medicamentos. La velocidad de
tránsito intestinal es menor y coexiste con atrofia de fibras mesentéricas, esto provoca
disminución de la motilidad y tendencia a presentar impactación fecal.

La pared muscular del tubo digestivo tiende a debilitare con dilataciones en todo su
trayecto produciendo diverticulitis, apendicitis y sangrados gastrointestinales, síndrome de asa
ciega y problemas de malabsorción. Las estructuras vasculares también se degeneran y
aparecen colecciones venosas en submucosa que constituyen la angiodisplasia intestinal, que es
la segunda causa de anemia ferropénica crónica por micropérdidas digestivas después de la
hernia de hiato.

El páncreas también reduce la función exocrina; el hígado disminuye de tamaño y


número de hepatocitos; la vesícula se mantiene casi sin alteraciones.

En cuanto al aparato respiratorio, hay disminución en la fuerza de los músculos con


calcificación de articulaciones externo costales, ello conduce menor motilidad de la caja
torácica por lo que la simpe presencia de secreciones pueden impedir su movilidad
desencadenando insuficiencia respiratoria aguda con retención de secreciones.

Durante la auscultación pueden encontrarse crepitantes basales que manifiestan fibrosis


pulmonar hasta cierto punto fisiológica. Los quimiorreceptores centrales y periféricos pierden
respuesta a las variaciones del PH, del C02, y del oxígeno además de que el epitelio arterio
pulmonar se engrosa. Estas alteraciones hacen que el volumen residual aumente, siendo mayor
en el paciente postrado y también se traducen en distintas pruebas de función pulmonar con
baja en el volumen ventilatorio máximo, capacidad vital y otras.

La gasometría arterial, PH y CO2 no tienen modificaciones, pero la presión parcial de


oxígeno (PO2) sí disminuye por lo que se infiere una mala oxigenación sanguínea y el aumento
de dióxido de carbono. Esto explica las lecturas de saturación por debajo del 90% que favorece
la aparición de delirio y aumento de gradiente alveolo capilar. La PO2 por edad puede
calcularse con la fórmula de Sorbini (PO2 = 109 - 0.43 x edad).

El envejecimiento del sistema cardiovascular tiene una importancia extraordinaria


como responsable de las enfermedades que la afectan. La enfermedad cardiovascular es la
principal causa de muerte de las personas mayores.

El corazón presenta engrosamiento del ventrículo izquierdo con pérdida progresiva de


células musculares y daño en el tejido de conducción. Los trastornos de ritmo como la
fibrilación auricular y bloqueos aurículo-ventriculares son frecuentes en esta edad. Los
miocitos están hipertrofiados como un proceso compensatorio, hay procesos degenerativos,
mayor depósito de colágeno y lipofuccina a nivel del corazón además de alteración de los
procesos de oxidación. Las válvulas están alteradas con presencia de fibrosis y depósito de
calcio en la válvula mitral.

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Estos cambios alteran la función diastólica, la fase sistólica se prolonga y repercute en
la fase de relajación impidiendo el llenado rápido de la fase inicial de la diástole compensada
parcialmente con la contracción auricular. La fibrilación auricular puede precipitar la
insuficiencia cardiaca. La reducción de los baroreceptores carotídeos y aórticos reduce la
adaptación a las diferencias de presión arterial y volumen, siendo la razón de hipotensión
ortostática y el síncope ante variaciones en el volumen y la presión arterial aún y aunque dicha
variación sea leve.

Los hallazgos electrocardiográficas comunes muestran alteraciones como aumento en la


incidencia de la onda Q, desviación del eje a la izquierda, aumento del voltaje de las
derivaciones izquierdas, alteraciones del segmento ST, bloqueos de primer grado y fibrilación
auricular. El infarto de miocardio es una causa de muerte importante, en el anciano puede
presentarse silente por la disminución del umbral del dolor. Los principales tipos de arritmias
son las extrasístoles supraventriculares, fibrilación auricular y bloqueos AV de primer grado.

Los cambios morfológicos y funcionales de las arterias se reflejan en el diámetro de la


luz, aumento de longitud y la pared muscular así como rigidez –semejante a la arteriosclerosis-.
En el envejecimiento estos cambios se manifiestan a nivel de capa media arterial y aorta
torácica; cuando hay arteriosclerosis se manifiesta en la íntima de las arterias musculares y
aorta abdominal en cuanto a la forma, tamaño, orientación de las células, engrosamiento de
espacio subendotelial, alteraciones de lámina elástica interna y alteraciones de la respuesta
vasodilatadora mediada por el endotelio. Los cambios en la capa media pueden ser aumento de
células musculares lisas, depósitos de calcio y colágeno, disminución de la elastina y formación
de productos de glucogenados que originan rigidez arterial.

Los cambios funcionales de las arterias son el aumento de la velocidad de ondas de


pulso, mayor turbulencia de flujo sanguíneo que condiciona arteriosclerosis; disminución de
sensibilidad al cambio brusco de volumen causando hipotensión síncope e hipertensión. Esto
aumenta la presión arterial sistólica y media disminuyendo la presión arterial diastólica.

Las alteraciones más significativas en el sistema genitourinario comienzan con el


riñón ante la disminución del número de glomérulos y fibrosis del intersticio con aumento en
los depósitos de colágeno; disminuye el flujo plasmático renal así como la filtración glomerular
y depuración de creatinina.

Poco antes se mencionó que los medicamentos deben adaptarse en el adulto mayor,
pues cantidad igual puede llevar a mayor concentración. En el caso de los medicamentos de
metabolismo renal en conveniente calcular la depuración de creatinina:

DC =  140 – edad x peso


          72 x creatinina

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Esto es necesario para la protección de función renal y en su caso, la adaptación del
medicamento a la cantidad de menor riesgo para daño o efecto adverso. En el caso de las
mujeres debe multiplicarse por 0.85.

La función tubular merma y se traduce en menor capacidad de reabsorción y secreción.


La renina plasmática y la actividad de aldosterona plasmática bajan, por lo que disminuye la
capacidad de concentración y dilución del riñón, hay más severidad en los procesos de
deshidratación explicado por disminución en la capacidad de dilución y alteración del sistema
renina-angiotensina. La insuficiencia cardiaca aparece ante la sobrecarga de volumen porque a
nivel renal no hay capacidad de eliminar el líquido sobrante. Una consecuencia patológica es la
intoxicación acuosa.

Respecto a la sexualidad, comúnmente los cambios fisiológicos en el anciano sirven de


excusa y barrera para negar su actividad sexual. En la mujer, la etapa biológica que representa
la menopausia y la posmenopausia señala el fin de la procreación y la transición a otra fase en
el ciclo biopsicosocial de la vida. Los cambios más bruscos acontecen en vagina como
consecuencia de la disminución de estrógenos. Con ello se reduce el tamaño de la vagina
estrechándose y perdiendo elasticidad. Hay menor lubricación vaginal, menor vasocongestión
del clítoris, labios y plataforma vaginal en general, durante la respuesta sexual la fase de
excitación es más lenta. El orgasmo puede ser más corto y menos intenso. Los senos
disminuyen de tamaño y turgencia.

Para el hombre el proceso es más regular y los cambios más importantes son la
capacidad de erección, frecuencia del coito y duración del periodo refractario pudiendo durar
una semana o más. Hay disminución de testosterona y de la producción de esperma; la erección
es más lenta y necesita mayor estimulación, el pene disminuye en turgencia y los testículos se
elevan menos y más lentamente en la respuesta sexual.

La sexualidad en la vejez a veces se ve coartada porque se suele representar en una


etapa de declive y centrada en el acercamiento coital, más que en el simple disfrute del placer.
Este enfoque afecta tanto a la sexualidad como al resto de las facetas de la vida de los Viejos.

Otro sistema que sufre modificaciones es el nervioso. El encéfalo reduce tamaño y


número de células, siendo más evidente en la sustancia nigra, células de Purkinge, asta anterior
de la médula, locus ceruleus e hipocampus: son comunes las alteraciones extrapiramidales y de
memoria con disminución de dendritas y sinapsis, acumulo de pigmentos, amiloides y
neurofibrilas, similar a lo apreciado en el Alzheimer, aunque distintos en su frecuencia y
distribución.

La disminución de los agentes neurotrasmisores colinérgicos y monoaminérgicos hace


que ante cualquier medicamento anticolinérgico se altere a la baja los niveles de acetilcolina
cerebral, frecuentemente puede problemas de delirio en pacientes ancianos.

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El uso de la tomografía como apoyo auxiliar muestra atrofia cerebral y dilatación
ventricular sin que signifique alteración de función cognoscitiva. Es frecuente encontrar
alteraciones en la sustancia blanca llamada leucoacariosis y se asociado a depresiones y
trastornos cognitivos en el anciano. También hay una disminución del metabolismo cerebral,
oxigenación cerebral, y del flujo sanguíneo, que es mucho mayor en fumadores.

Se ha encontrado una asociación entre hematocrito y flujo cerebral: cuando mayor es el


hematocrito, hay disminución del flujo cerebral. Esto puede ser de especial consideración en las
transfusiones pues ante la rápida elevación del hematocrito disminuye el flujo cerebral.

Las funciones cerebrales también se alteran disminuyendo las habilidades visual-


espacial, la capacidad para la solución de problemas, menor habilidad de planificación y de
conceptos abstractos. Esto sobre todo se ve cuando hay daño de los lóbulos frontales.

La atención focalizada y dividida suele disminuir, por lo que el anciano se distrae


fácilmente. Con el envejecimiento se dan cambios en el control postural y en la marcha. La
velocidad psicomotora decrece, en edades avanzadas pueden aparecer bradicinesia, discinesias.
Hay enlentecimiento del procesamiento de la información sensorial tanto visual como auditiva.

La memoria por reconocimiento se conserva al igual que la memoria a corto plazo y a


largo plazo, el aprendizaje es lento en el anciano, para aprender va a necesitar mayor tiempo y
más repeticiones. El envejecimiento produce déficit en la memoria directa o explícita cuando
deben recuperar información concientemente, en contraste las tareas que implican memoria
implícita o indirecta permanece. La memoria asociativa presenta mayores dificultades en el
envejecimiento.

El sistema nervioso periférico sufre alteraciones, disminuyen los reflejos, aumenta el


tiempo de latencia; el umbral del dolor disminuye y también los puntos dolorosos, lo que tiene
implicancia en la identificación de diversas enfermedades, como el infarto de miocardio y en el
abdomen agudo. Aumenta el tiempo de latencia estímulo-respuesta, esto entorpece actividades
complejas como conducir un auto.

Los órganos de los sentidos presentan acortamiento de la visión y enfoque del


cristalino. Hay pérdida progresiva de la audición, presencia de ruidos y voces. El gusto
disminuye principalmente para lo dulce y lo salado, aumenta el umbral gustativo y en el olfato
disminuye la capacidad de distinguir los olores.

El sistema endocrino cambia en la función tiroidea, entre 5 a 10% de las personas


mayores pueden tener un problema de hipotiroidismo, y que muchas veces no es diagnosticado,
El síndrome de eutirodeo enfermo es frecuente, en él hay disminución del T3 y T4, pero el TSH
está normal; generalmente se asociado a enfermedades crónicas severas.

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El páncreas altera función endocrina aumentando la intolerancia a la glucosa e
incidiendo en la prevalencia de la diabetes. La curva de tolerancia de la glucosa aumenta, pero
la glucosa e ayunas se mantiene.

Las alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisisario-gonadal son responsables de la


menopausia con consiguiente disminución de estrógenos. También en el varón se produce una
disminución progresiva de la testosterona, y también del FSH y la LH. La impotencia aumenta
con la edad, a los 60 - 70 años el 50% tiene problemas de impotencia y a los 80 años el 80-90
%.

Muchas de las alteraciones que encontramos en el envejecimiento relacionadas con


disminución de la inmunidad, osteoporosis, disminución de la masa muscular, se pueden
explicar por esta secreción continua y persistente de la ACTH. La dihidroepiandrosterona,
considerada por muchos, la hormona de la juventud, también disminuye. La hormona y el
factor de crecimiento disminuye hasta en un 50% en los mayores de 80 años.

En el sistema inmunológico, disminuye la inmunidad a nivel celular debida a la


involución tímica, una disminución de la función de las células killer o asesinas, y también
alteraciones de las interleucinas; pero hay aumento de anticuerpo e hiperactividad de las células
linfoides. La presencia de enfermedades autoinmunes no es mayor, pero hay la percepción de
aumento en número de neoplasias e infecciones.

En las pruebas de laboratorio puede haber una discreta disminución de la hemoglobina


y leucocitos. Los niveles de lípidos sanguíneos sufren una leve elevación hasta los 60 años,
pero desde ahí permanecen iguales, no siendo significativa. En cuanto a la presencia de auto-
anticuerpos, factor reumatoideo, células LE podemos encontrar positivas hasta en un tercio de
los mayores de 85 años.

A manera de resumen, las siguientes tablas nos muestran los cambios más significativos
en el envejecimiento:

Tabla 1. Cambios Fisiológicos asociados al Envejecimiento

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ALTERACIÓN
1. Ritmos Acortamiento del ciclo sueño-vigilia.
fisiológicos Alteración y disminución de amplitud de los ritmos de cortisol plasmático.
Ciclos de melatonina, hormona del crecimiento y gonadotrofinas asincrónicos.
Disminuye la capacidad de variar la frecuencia cardiaca y presión arterial ante
situaciones de estrés

2. Homeostasis Susceptibilidad exacerbada ante la hipotermia o hipertermia.


Relacionado con menor producción de calor por kilo de peso. Menor capacidad
de vasoconstricción ante el frío, vaso dilatación poco eficiente en el calor. Mala
regulación de líquidos corporales, respuesta de sed retardada que facilita la
deshidratación.

3. Barreras de La disminución de acidez de la piel altera la flora bacteriana, que junto al


defensa adelgazamiento facilita pequeñas erosiones y favorecen las infecciones de piel.
Hay menos producción de mucus en la vejiga y los bronquios, lo que permite
que micro-organismos se adhieran a su superficie, favoreciendo la infección. La
respuesta de producción de anticuerpos está disminuida y hay cambios en la
sensibilidad y función de los macrófagos, que son claves en la regulación de la
respuesta inmune.

Tabla 2. Cambios Anatómicos asociados al Envejecimiento

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ALTERACIÓN PRESENTE
1. Sistema Atrofia del canal auditivo externo con cerumen más denso y pegajoso, disminución de
auditivo capacidad auditiva.
Engrosamiento y alteración de las articulaciones de la cadena de huesecillos. Hay
disminución de células de Corti y neuronas cocleares.
2. Sistema óseo Pérdida de 1.25 mm de estatura por año.
Compactación de los discos intervertebrales, aumento de la flexión de caderas y
rodillas y aplanamiento del arco del pie
Órganos Atrofia de tejidos de útero, vagina y tejido mamario.
reproductores Disminución progresiva de ovocitos, el ovario se fibrosa y se atrofia, lo que disminuye
3. femeninos la producción de estrógeno y progesterona.
Órganos Aumento del tamaño de próstata.
reproductores Aumenta el estroma fibro-muscular y comprime la uretra. La vejiga responde con
masculinos hipertrofia de la musculatura de la pared.
4. Sistema Adelgazamiento en piel, pérdida de riego sanguíneo.
Tegumentario Disminuye la elasticidad y aumenta la laxitud por lo que se profundizan las líneas de
expresión (arrugas). Disminuye la velocidad de crecimiento en uñas y pelo. Pérdida
de función de melanocitos. Aparición de Vello facial en mujeres y vello nasal en
hombres. Engrosamiento de uñas, a la vez que se descaman y engrosan.
5. Renal Pérdida de función renal.
Pérdida de nefrones de la corteza renal.
6. Sistema Disminución de la superficie alveolar y menor eficiencia respiratoria.
Respiratorio Calcificación de articulaciones costos-esternales, rigidez del tórax, disminución de
musculatura intercostal.
7. Sistema Aumento de tamaño de la aurícula izquierda. Dilatación de la aorta.
cardiovascular Acumulación de tejido conectivo sub endotelial produce vasos más rígidos e
irregulares.
8. Sistema Caries, pérdida de piezas dentales, disminución en producción de saliva.
gastrointestinal Las encías se atrofian y se expone el cemento de los dientes. Los cambios musculares
del esófago alteran la deglución, y hay más reflujo de contenido gástrico hacia el
esófago
9. Sistema Disminución de tejido encefálica.
nervioso Pérdida selectiva de neuronas (neuronas corticales, cerebelosas e hipocampo).
10. Sistema ocular Atrofia de tejidos peri orbitales, disminución de agudeza visual.
Flacidez de párpado superior, eversión de párpado inferior, rigidez de iris, reducción
de pupila, engrosamiento y tinción amarillenta en cornea a causa de la oxidación del
triptófano.

No todos no envejecemos de igual forma, hay una gran individualidad, los cambios que
ocurren con el envejecimiento están influenciados por factores ambientales, genéticos y
dependientes del modo de vida personal. Una forma de prevenir el envejecimiento patológico
es con la adopción de hábitos saludables que ayudan a retardar procesos que por el momento,
aún se denominan fisiológicos.

Bibliografía:

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1. Corujo Rodríguez E., Pérez Hernández D. (2003). Tratado de Geriatría para residentes,
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Pp. 48-58. España.
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https://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/spmi/v14n1/cambios.htm Recuperado el
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