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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE

CONTINUA Y TÉCNICA
“REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA”

CARRERA: Profesorado de Educación


Secundaria en Lengua y Literatura
UNIDAD CURRICULAR: Taller de Práctica
Docente IV y Residencia

LA TEORÍA NO SE APLICA
Narración de una experiencia pedagógica: el rol
de la teoría a la hora de reflexionar sobre
nuestras decisiones durante prácticas de
enseñanza situada.

PROFESORA: Silvia Amaya


AUTORA: Rocío N. Ortellado
AÑO: 2017

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Introducción

La siguiente narración pedagógica presenta como tema “la importancia de los valores y
actitudes ante la inclusión de alumnos con capacidades diferentes o problemas de
aprendizaje”. El objetivo principal de este trabajo es realizar un ejercicio de metacognición
sobre mi experiencia en una determinada situación de enseñanza y advertir la integración
de los diversos saberes que se hacen presentes a la hora de tomar decisiones.

Ante una situación desafiante que se presentó durante una clase de mi primera residencia,
en la que la falta de respeto reinaba en el curso en algunos momentos específicos, tuve que
tomar decisiones que viraron mi foco de atención hacia otros objetivos y propósitos
pensados al planificar mi clase.

El conocimiento pedagógico situado que pude construir hace referencia a la importancia


de enseñar a los alumnos a ser capaces de ponerse en el lugar del otro para comprender el
efecto que ciertas actitudes tienen sobre los demás. Esto resulta de gran valor no solo en
el ámbito escolar, ya que se evidenció un cambio positivo en el grupo, sino también esto
trasciende a la vida en general, pues somos sujetos en relación con otros: la familia, los
amigos, conocidos, vecinos, entre otros.
Ahora bien, cabe mencionar que el desarrollo de este trabajo, además del título, presenta
subtítulos que anticipan la información que desarrollaré en los dos apartados. Al final se
encuentran las ideas con las que concluye mi escrito.

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LA TEORÍA NO SE APLICA

Las acciones de enseñanza que pensamos, planificamos y ponemos en práctica muchas


veces se ven interrumpidas por diferentes factores, y es aquí cuando la clase demanda una
redirección que implica la toma de decisiones pertinentes, que algunas veces son exitosas y
otras no. Toda acción, luego de llevarla a cabo, debe ser motivo de reflexión, para lograr así
la construcción de conocimientos pedagógicos situados.
Punto de partida para reflexionar
Mi experiencia consistió en una situación ocurrida en una clase de Lengua, en la etapa de
Primera Residencia, en la E A P N° 5 de Colonia El Alba. Esta clase se desarrolló en 1° año
del C B T, donde se encontraban presentes 47 alumnos y la profesora orientadora. En este
grupo hay una alumna “incluida”. Esta alumna presenta ciertos problemas para integrarse
con sus compañeros y lleva un proceso de aprendizaje más lento que el resto del grupo. No
cuenta con apoyo pedagógico de un docente de educación especial a causa del rechazo de la
ayuda por parte de su familia. Por lo tanto, los docentes intentan integrarla al darle los
mismos trabajos que a los otros chicos, pero claro está por los problemas que presenta tanto
de comprensión, de lectura y escritura, que algo falla.
En esta oportunidad había planificado la enseñanza de un contenido indicado por la
profesora orientadora, “la leyenda”, donde indiqué la lectura por párrafos del texto por
parte de los alumnos que designaría teniendo en cuenta los nombres de la lista de control a
partir de una dinámica acordada con los alumnos. Luego de la activación de saberes
previos, iniciamos el proceso de lectura. Llegado el momento en que comencé a designar
alumnos para que lean cada párrafo, los mismos lo hacían en un marco de respeto y atentos.
Pero en un momento, esta alumna, a la que me referí anteriormente, me solicitó permiso
para leer el siguiente párrafo, a lo que respondí que espere a que termine de leer su
compañero y que ella continuara. Cuando ella comienza a leer muy entusiasmada, pero
debo decir que con muchísima dificultad ya que deletreaba, sus compañeros dejaron de
prestar atención y charlaban, hacían ruido, en fin, no mostraban ningún tipo de respeto para
su compañera ni los demás presentes en ese momento.
En este marco surge el desafío, las preguntas que invadieron mi práctica ¿cómo decidir
acciones pedagógicas adecuadas cuando debemos incluir y al mismo tiempo enseñar
actitudes al grupo? ¿Cómo formar en actitudes y valores a un grupo de estudiantes
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cuando la inclusión de alumnos con capacidades diferentes o problemas de aprendizaje
está en juego? Resulta desafiante ya que las herramientas provenientes de la experiencia
no son cuantiosas, pero aquí toma relevancia la formación recibida durante la carrera como
así también cuestiones personales que influyen en mi manera de actuar, pensar, intervenir.

Tomar decisiones, una cuestión de “monólogo interior”


En determinados momentos de una clase, ante situaciones imprevistas, una como
docente necesita tomar decisiones, que ayuden a salir exitosa del desafío. Esto, en la
mayoría de los casos, demanda redireccionar lo planificado o más bien enfocar la atención
en ciertos objetivos y capacidades pensadas.
En mi caso, en la situación antes relatada, tomé una decisión que me permitió lograr un
cambio en el grupo: dejé que la lectura continuara hasta que la alumna llegó a un punto, le
realicé las indicaciones necesarias para que mejore su lectura y solicité a otro alumno que
continuara con la lectura. Cuando comenzó, todos hicieron silencio, pero yo continué
hablando, preguntando, charlando, lo cual llamó la atención de los alumnos y en especial de
quien estaba leyendo, quien paró la lectura. Le dije que continúe y me respondió que no
podía ya que no le prestaba atención. Entonces sonreí y solicité nuevamente a esa alumna
que ya había leído, que volviera a leer. Luego de escucharla, esta vez con respeto,
reflexionamos acerca de los valores, de la importancia del respeto, entre otros. Esto fue
muy significativo, ya que de otra forma, anteriormente no logré hacerlos reflexionar acerca
de sus errores y en esa ocasión se evidenciaron cambios de actitudes que continuaron por el
resto de mi atapa de residencia.
Debo decir que esto no estaba previsto dentro de mi planificación, y que jamás lo hice
con otro grupo, por lo que el hecho de innovar en el aula con pequeñas estrategias que
pongan en jaque a los alumnos y que sean de provecho para el cambio de actitudes
negativas, ese simple hecho de olvidarse de las recetas hechas por otros, puede ser de
provecho para otras personas, en otras situaciones que requieran de intervenciones para un
cambio.
Las decisiones que un docente toma no solo al planificar la clase, sino más bien frente a
las situaciones desafiantes que puedan surgir a la hora de estar en el aula, reflejan diversas
concepciones que enmarcan o justifican de alguna manera esa forma de actuar.

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Concepciones respecto a qué es enseñar, qué es la buena enseñanza, cómo aprende un
alumno, qué es la inclusión y la integración, nuestra idiosincrasia, valores, experiencias
pasadas, “entran en diálogo y se sintetizan en acciones”.
Las estrategias, como en este caso, juegan un papel muy importante, y es interesante
darme cuenta, en este ejercicio de metacognición, que al momento de intervenir no pensé
en lo que dice “tal autor” o “tal teoría”, sino que simplemente decidí hacer “esto” y no lo
“otro”. Es aquí donde puedo remitirme al título de este trabajo: la teoría no se aplica. Y es
porque ella me ayuda a reflexionar, a comprender cuestiones que en la práctica no se
explican, solo suceden. Comprender que debo pensar en una enseñanza situada, que no es
lo mismo enseñar en un nivel u otro o en un determinado contexto; conocer las diversas
teorías de aprendizaje, enfoque de enseñanza, entre otros, me permiten reflexionar y pensar
en la clase y más bien me aportan herramientas que luego me configuran y permiten ir
formando un perfil docente que cambiará o no conforme pase el tiempo y la mochila de
experiencias me enriquezcan.
La teoría no se aplica como una fórmula matemática en la vida escolar: son tantas y tan
diversas las situaciones con las que me puedo encontrar como docente que quizá hasta
puedo afirmar que nunca estaré preparada para todo lo que acontecerá. Sin embargo, cueto
con toda una formación inicial que me brindó herramientas necesarias para fortalecer y
desarrollar capacidades como así también para reflexionar y comprender lo complejo de
esta profesión.
Lograr una influencia en los alumnos para sean capaces de ponerse en el lugar del otro
para comprender el efecto que ciertas actitudes tienen sobre los demás, me da la pauta de
que uno como docente puede enseñarles actitudes y valores que no solo deben ponerse en
práctica o tenerse en cuenta si tenemos al lado algún alumno con capacidades diferentes,
sino esto debe tenerse en cuenta de manera general, con todos por igual, sin excepción,
tanto en la vida escolar como en lo cotidiano.

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Conclusión

Realizar el ejercicio de metacognición luego de las distintas experiencias con las que nos
encontramos como docentes, implica mirar nuestra propia práctica, analizarla, reflexionar
sobre ella, cuestionar nuestras decisiones, revisar las estrategias que utilizamos, para luego
documentarlas y compartirlas, pus no solo nos enriquecen, sino que proporcionan a los
demás un punto de partida para reflexionar sobre situaciones en las que puedan llegar a
encontrar desafíos.
Un docente no solo necesita planificar una clase para luego llevarla a cabo. Enseñar es
mucho más que eso. Debemos apuntar siempre a la buena enseñanza, que es aquella en la
que un docente provoca algo bueno en el alumno, un cambio que lo beneficia. Y sobre todo
cuando de grupos se trata, pues la pluralidad de estos es tal que no sabemos con qué
cuestiones nos podemos enfrentar.
La enseñanza de valores y actitudes necesita estar presente en todas las clases, aunque esto
requiera enfocar la atención en algunos objetivos más que en otros. Todos los alumns, ya
sea con capacidades diferentes o no, merecen el mismo trato y espeto. Cada uno es valioso
y eso debemos hacérselo saber.
La cuestión de la teoría no se aplica, puede ser un puntapié que incite a la reflexión, no
solo de los docentes, sino durante toda la formación inicial y perfeccionamientos
posteriores.

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