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M III.

Los nuevos desafíos y retos del diseño de clases para el aprendizaje de los
estudiantes.

¿A qué desafíos se enfrenta un docente


en el aula?
Tanto José Antonio Marina como Carmen Pellicer hacen
referencia al inicio del libro de lo que
consideran manifestaciones de disfunción ejecutiva en
el aula, es decir, dificultades a las que el docente debe
hacer frente para que el alumno aprenda con las mejores
garantías.

Estos son los 8 retos a los que todo docente debe hacer
frente en el aula en relación a sus alumnos:

1. Inhibición.

 Inicia la tarea antes de que el docente acabe la


explicación
 Experimenta impulsividad
 Interrumpe el ritmo de clase
 Requiere una atención individualizada y pautada

2. Flexibilidad.

 Tolera poco y mal el cambio.


 Le cuesta encontrar el término medio, es decir, o todo
es blanco o todo es negro
 Le cuesta dejar atrás las cosas

3. Control emocional.

 Experimenta bruscos cambios de humor


 Pasa por períodos en los que se encuentra muy
disgustado
 Se ve incapaz de controlar sus emociones

4. Inicio de la acción.

 Necesita que se le diga que empiece la tarea


 Quiere empezar una tarea, pero no sabe ni cómo ni por
dónde
 Carece de iniciativa para realizar las actividades
5. Memoria de trabajo.

 Tiene dificultad para recordar cosas tan básicas como


su dirección o número de teléfono
 Pierde fácilmente la noción de lo que está haciendo
 No es capaz de mantener una atención constante en el
tiempo

6. Planificación.

 No tiene conciencia del tiempo


 Deja las tareas para el último momento
 Es desordenado a la hora de realizar una tarea
 Pierde mucho tiempo en los detalles y no tiene una
visión de totalidad
 Se le olvidan con facilidad las tareas

7. Organización del material.

 Tiene el material muy desordenado


 Se olvida el material en casa y en clase
 Su taquilla y pupitre son un desastre
 Pierde las cosas con frecuencia
 Tarda mucho en sacar el material para una tarea
concreta

8. Monitorización.

 No es capaz de evaluar la tarea que ha llevado a cabo


 Le cuesta reconocer y controlar el efecto de su
comportamiento sobre otros compañeros

Seguro que después de haber leído estos problemas y


cómo se manifiestan en el aula, te habrán venido a la
cabeza no pocos nombres de alumnos que encajan con una
o varias de estas manifestaciones.

En este sentido, José Antonio Marina y Carmen Pellicer


insisten en que la mejora de las funciones ejecutivas es
una de las claves para reducir la brecha que en demasiadas
ocasiones se da en las aulas.

Y ahora viene la gran pregunta:


¿Se pueden enseñar las funciones ejecutivas para
mejorar en el aula?

Aunque queda mucho camino por recorrer en este sentido,


José Antonio Marina y Carmen Pellicer proponen once
funciones ejecutivas para hacer frente al reto de
enfrentarse en un aula con los alumnos. Son estas:

Mapa de las funciones ejecutivas.

1. Activación del sistema nervioso

2. Gestión de la atención

3. Gestión de la motivación

4. Gestión de las emociones

5. Control del impulso

6. Elección de metas

7. Inicio de la acción y organización

8. Mantenimiento de la acción

9. Flexibilidad para el cambio

10. Gestión de la memoria

11. Metacognición (monotorización de la acción y


supervisión)

Para no extenderme demasiado y por respeto a los autores,


sólo he enunciado las funciones ejecutivas. Por supuesto,
en el libro desarrollan con detalle cada una de ellas
aportando soluciones específicas.

LA INTELIGENCIA QUE APRENDE


.
Pero creo que con sólo echarle un vistazo al mapa de las
funciones ejecutivas, puedes observar el reto al que como
docente te enfrentas día a día de manera consciente o
inconsciente. Porque como habrás podido observar, estas
funciones ejecutivas no sólo rigen las aulas, sino que rigen
la vida de tus alumnos y, por qué no decirlo, la vida de las
personas.

Entonces,

¿cómo puedo siendo docente hacer frente a estos


desafíos?

No sé si tengo una respuesta para esta pregunta, pero me


viene a la cabe una palabra que  puede ser un buen punto
de partida:

hábitos

De los desafíos a los hábitos. A modo de


conclusión.
Ante un desafío tengo la convicción que se debe actuar de
manera eficaz. Y tal vez esa eficacia pase,
inexorablemente, por la adquisición de hábitos. ¿Por qué?
Pues porque el hábito en educación es lo que posibilita la
autonomía de los alumnos y, por ende, la mejora en los
aprendizajes.

Puede que tras la lectura de este artículo te haya dado la


sensación de que todo está por hacer. Pero tengo el pleno
convencimiento de que esto no es así. Y no es así, porque
docentes como tú han adquirido un compromiso con sus
alumnos y con su aprendizaje. Y cuando alguien está
comprometido con alguien por algo es cuando surge el
cambio, la transformación y la mejora.

LA INTELIGENCIA QUE APRENDE


.

Acabaré este artículo con una cita que aparece en el libro


de José Antonio y Carmen Pellicer y que me ha
emocionado profundamente. Dicha cita reza así:
“Si deseas construir un barco, no recurras a los
hombres para que busquen madera, ni les asignes
cometidos; transmíteles la nostalgia de la inmensidad
inabarcable del mar”.

(Antoine de Saint-Exupéry)

La atención a la diversidad
es uno de los desafíos
educativos actuales





Una de las tendencias en la dinámica educativa actual, y que a través de la


historia ha sido una constante, es aquella en la que, en el salón de clase, la
atención por parte de los profesoresse ha centrado en su mayoría a la satisfacción
de las necesidades educativas comunes, expresadas a través de objetivos
diseñados en función de la respuesta educativa que promueve la enseñanza y
poco se ha determinado el valor e importanciade las necesidades individuales.
Desde esta perspectiva aquellos alumnos que no logran alcanzar los objetivos
establecidos, en muchas ocasiones, son segregados de muy distintas formas:
creando grupos dentro del aula para los más lentos o rezagados; clases
especiales para atender a los alumnos con dificultades y/o barreras de aprendizaje
o de conducta; o derivando a los alumnos a escuelas especiales. 
Sin duda, en este tipo de medidas, impera la idea de que los problemas y/o barreras de
aprendizaje tienen su origen en variables o factores individuales, motivo por el cual se
toman medidas centradas en los alumnos en lugar de revisar y modificar aquellos aspectos
de la práctica educativa, contexto social y familiar que pueden generar o acentuar alguna
dificultad.

Es por ello, que, en lo referente al ámbito curricular, se pueden encontrar propuestas rígidas
y homogeneizadoras, en las que la administración educativa, desde el ámbito regular;
establece al mínimo detalle las decisiones relativas al qué, cómo y cuándo enseñar y
evaluar, sin tener en cuenta que los procesos de enseñanza están centrados en la actualidad
al "aprendizaje" y además tienen lugar en contextos muy distintos, generando un elevado
número de dificultades de aprendizaje.

A partir de lo anterior, es necesario que las tendencias curriculares actuales, implementen


medidas en las que impereun currículo abiertos y flexible que permiten dar respuesta al
doble reto de atender a la diversidad e incluir a todos en un mismo espacio educativo, sin
distingo de sus características.

La respuesta a la diversidad como todo proceso de innovación afecta a la globalidad de la


institución educativa, e implica cuestionar las prácticas docentes decadentes, introduciendo
cambios sustanciales en las mismas. Estos cambios pueden producir ciertos temores e
inseguridad en los profesores que pueden evitarse, en gran medida, si se toman decisiones
compartidas. 

La experiencia demuestra que dar respuesta a la diversidad y a la denominada Educación


Inclusiva, debe ser un proyecto de escuela y no de profesores aislados y en buena medida
desarticulados, ya que uno de los factores de éxito de la hoy necesaria inclusión, es que ésta
sea debatida a profundidad y asumida por toda la comunidad educativa.

Un gran reto, sin duda al que se enfrentan los docentes de todos los niveles educativos en la
actualidad es trabajar a favor de la diversidad; siempre y cuando nos asumamos como uno
más dentro de los diversos. 

Llego la hora de sacar la mejor versión de nosotros, ojalá pronto logremos entender que la
condición humana en la que nos encontremos sea física, mental, social, cultural, emocional,
intelectual, etc.; es solo eso, una condición que no nos hace ni más ni menos que nadie.

5 desafíos que deben enfrentar los


docentes de cara al futuro
 23 de abril de 2015     0
Vivimos en un mundo que está en permanente cambio, y la educación
necesariamente debe acompasarlo para adaptarse a sus exigencias y
posibilidades. Conoce qué opinan los expertos en el tema.

Fuente: Universia
80

En esta época de transformaciones constantes a nivel tecnológico y cultural, los


maestros se enfrentan a grandes desafíos, ya que deben educar en el hoy sin
perder la vista el futuro de sus estudiantes. En esta oportunidad, te acercamos los
principales retos a los que se enfrentan docentes de todos los niveles, desafíos
que deben solucionar ahora y en el futuro, junto con la opinión de diferentes
personas involucradas en la educación.

 
Lee también
» 10 maneras de fomentar la creatividad en el salón de clases
» 4 recomendaciones para los docentes alérgicos a la tecnología

1. Modificar la forma de enseñar


Para Fabiola León Velarde, rectora de la Universidad Cayetano Heredia de Perú,
los docentes del futuro deben ser “al mismo tiempo formadores y orientadores-
tutores”. Esto quiere decir que no solamente transmitan conocimientos, sino
también acompañen al estudiante “a que se apropie y transforme el
conocimiento, deben combinar tecnologías presenciales y virtuales, experiencias
locales con experiencias globales, e incorporar a sus disciplinas un enfoque inter
y multidisciplinario”.

Según comentó la académica a Universia, “en la medida en que los profesores


adopten actitudes y formas de pensar, de sentir, de actuar y de relacionarse
acordes con nuevas competencias y nuevas tecnologías, será posible que los
estudiantes a su vez desarrollen su nuevos roles para con la sociedad.”
Jorge Iván Ríos Rivera, docente de la Escuela de Educación y Pedagogía de
la Universidad Pontificia Bolivariana opina que la pedagogía actual es
“saturadora y memorística”. Según comenta al periódico El Colombiano, se debe
“hacer real la integración de áreas y el trabajo por ciclos. Salirnos de la
asignatura y lo tradicional”.

2. Incorporar las nuevas tecnologías

Es indispensable saber usar y sacar provecho de las nuevas herramientas que


brinda la tecnología, más allá de las redes sociales o Power Point.
Para Ignacio Sánchez, Rector de la Universidad Católica de Chile, la tecnología
es una oportunidad que debe ser utilizada “al servicio del desarrollo integral
del estudiante”. Aunque según él nada puede reemplazar al contacto personal
del profesor con su alumno, opina que las tecno-horas pueden “apoyar el proceso
de docencia-aprendizaje”.

3. Involucrarse más allá del horario de clase

A menudo, los docentes se concentran únicamente en cumplir con los horarios de


clase y no se preocupan por el proceso de sus alumnos por fuera de él. Ríos
Rivera asegura que los profesores deben “interesarse y conectar su vida con su
labor y sus enseñanzas con el contexto donde se encuentra su estudiante”.

Además, se debe dejar de ver el tiempo como algo rígido. En vez de estudiar
historia cinco horas por semana, generar proyectos colaborativos en los que se
abarquen distintos tipos de contenidos al mismo tiempo de manera conjunta con
los estudiantes.

4. Promover la confianza y motivación al alumno


La Secretaria de Educación de Medellín, Adriana Patricia Arcila Rojas, considera
que una de las tareas del docente debe ser brindarle confianza y motivación a su
alumno en lo que aprende, así como en las metas para su vida.

“El maestro debe enseñar a su estudiante a ser humano, a proyectarse y ser


además un ejemplo para ellos. Tristemente, en varias instituciones esto es una
materia de relleno”, explica.

5. Modificar los mecanismos de evaluación

Arcila considera, además, que los métodos de evaluación que predominan hoy en
día son demasiado tradicionales y muy poco variados: “Se debe evaluar, como
por ejemplo, lo hace la prueba Pisa, desde el problema”.

En general, para Ignacio Sánchez, la innovación significa “soñar un mundo mejor


para todos los habitantes”. En la educación, esto tiene que ver “con igualdad de
oportunidades, adaptación a las diferentes características de los estudiantes,
poner al servicio de la educación los avances y nuevas tecnologías, para un
mejor desarrollo de la persona.”

Los desafíos de la educación del siglo


XXI
La mayoría de los profesores españoles de Primara y Secundaria creen que nuevas formas
de aprendizaje mejorarían los resultados de los alumnos y desarrollarían sus habilidades y
capacidades

Los alumnos de Secundaria del  Instituto High Tech High San

Diego (California, EE.UU.)  están acostumbrados a realizar en

clase proyectos tan reales como la vida misma: pueden construir un

brazo mecánico, un prototipo de robot o diseñar un puente. Y en

el  Centro para la Innovación en el Aprendizaje de Sidney

(Australia)  los profesores y estudiantes deciden juntos los


horarios y se reúnen en superaulas, donde caben cerca de cien

alumnos. En grupos o parejas ocupan sillas, mesas, sillones, pufs o

el suelo. En las escuelas suecas Vittra no hay aulas cerradas, ni

pizarras, los chicos circulan libremente y cualquier lugar es ideal

para aprender: en las escaleras o sofás, sobre cojines o tumbados en

tarimas. El  Ørestad Gymnasium de Copenhague

(Dinamarca)  se instala en un vanguardista edificio de ocho

plantas donde el cristal, la madera y la tecnología crean un espacio

en el que todo el mundo ve a todo el mundo, donde los alumnos se

mueven con libertad y donde no se dan clases sino que se trabaja en

sesiones de ochenta a cien minutos para realizar el proyecto elegido.

Estas son algunas de las 50 escuelas más innovadoras del mundo

que aparecen en «Viaje a la escuela del siglo XXI», del psicólogo e

investigador  Alfredo Hernando.  Pero no hay que irse

fuera de nuestras fronteras para comprobar que cada vez existen

más colegios que apuestan por nuevas técnicas y métodos

pedagógicos. Hay centros a lo largo de toda nuestra geografía que ya

educan en la inteligencia emocional; que aplican la teoría de las


inteligencias múltiples de Howard Gardner  en el aula; que han

renunciado a las tradicionales clases magistrales y los alumnos

estudian por proyectos; que impulsan el aprendizaje colaborativo;

que aplican una enseñanza basada en competencias, o en modelos

pedagógicos tan innovadores como el aula invertida («flipped

classroom»), en el que el estudiante es el protagonista y gestiona el

tiempo e incluso el ritmo de la clase... Ya no hay asignaturas

compartimentadas, ni deberes, ni exámenes, a veces ni libros... Y

los espacios arquitectónicos también cuentan: más luminosos,

abiertos, amplios, que facilitan la comunicación... Son escuelas que

están creando un nuevo paradigma. 

Los retos de este tiempo en constante cambio obligan a una

profunda transformación también en la educación: para muchos la

escuela tradicional ha caducado. En la  Cumbre Mundial para la

Innovación en Educación de 2015  (WISE, por sus siglas en

inglés), que se celebró en Doha (Qatar), ya se destacó que los

sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes

modificaciones hasta 2030. Las nuevas tecnologías e internet han


irrumpido de manera revolucionaria en la forma de aprender y

enseñar. Y la globalización no ha hecho más que impulsar esa

transformación.

Un cambio de modelo

Por eso, «tenemos que educar a futuros ciudadanos del mundo»,

asegura  Silvia Pradas,  maestra y directora del Máster en

Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de La

Rioja (UNIR). Para ello, «el colegio tiene que ayudar en el

desarrollo integral de la persona», afirma la profesora.

El 87% de los profesores cree que el sistema actual no prepara a los

alumnos para afrontar los retos del siglo XXI

Es evidente que estamos ante una nueva era. «El modelo para

entender un sistema educativo que sirvió para la escolarización

universal no es el mismo que un modelo para que cada niño

aprenda según sus capacidades y que así obtenga el máximo

desarrollo de su potencial para lograr su proyecto vital», explica

Alfredo Hernando, psicólogo e investigador, creador del


proyecto  escuela21.org  y autor del libro «Viaje a la

escuela del siglo XXI»,  citado anteriormente. 

«El gran reto es pasar de los centros de enseñanza del siglo XX,

donde el centro era el profesor, a centros de aprendizaje del siglo

XXI, donde el centro es el alumno», cuenta  Amaia

Arzamendi,  encargada del equipo de Liderazgo e Innovación de

Educsi y directora del Colegio Ignacio de Loyola en San Sebastián.

Es la apuesta que están realizado varios colegios jesuitas de

Cataluña. Lo denominan proyecto «Horizonte 2020»,  año en el

que 13.000 alumnos ya estarán inmersos en estos nuevos

planteamientos pedagógicos. En esas escuelas se han derribado las

paredes de las aulas, donde ahora hay sofás para leer; los

estudiantes deciden cuándo salen al patio; comienzan la jornada

con 20 minutos de reflexión para plantearse los retos de ese día;

han desaparecido los exámenes tradicionales y deberes para casa;

no hay asignaturas tal y como las conocemos... 


La singularidad de cada alumno 

Son muchos los que están por la labor. El 87% de los profesores

afirma que el actual sistema educativo no prepara a los alumnos lo

suficiente para afrontar los grandes retos de la educación del siglo

XXI. Ésta es una de las conclusiones de una encuesta realizada por

la editorial SM a 2.900 docentes de educación Infantil, Primaria,

Secundaria y Bachillerato de todo el país. La mayoría de los

profesores creen que  el sistema actual no permite desarrollar

al máximo las habilidades  y las capacidades de los

estudiantes y que la utilización de nuevas formas de aprendizaje

mejorarían los resultados del alumnado. Hay que recordar que en

España, además, existe otro handicap: la tasa de abandono escolar

es del 19,7%.

«La clave está en asumir la importancia de la educación personalizada»

Importa hasta el clima en el aula y el espacio físico,  dice

esta docente: «Muchas investigaciones han demostrado que un aula

con mesas dispuestas para trabajar en equipo, donde el profesor se


acerca al alumno y apoya, facilita la iniciativa y estimula la

creatividad». 

En un mundo hiperconectado, donde todo cambia a velocidad de

vértigo y de forma exponencial, la escuela tiene que ir mucho más

allá de la dimensión académica. «Los contenidos caducan también

muy rápido y necesitamos educar a los alumnos en competencias,

en diferentes idiomas para leer la realidad y transformarla, desde el

compromiso, la empatía, en el conocimiento de sí mismos...»,

indica Arzamendi. «El gran cambio es considerar que los niños son

individuales, que cada uno tiene capacidades diferentes y procesos

de aprendizajes distintos. Todos son valiosos y todos tienen que

poder llevar al futuro su proyecto de vida», matiza  Ana

Fernández del Amo,  responsable del departamento de

Formación de la Fundación Estudio.

Es decir,  la escuela del siglo XXI debe ser integral e

integradora,  como explica  Valentín Martínez-

Otero,  profesor de Teoría de la Educación de la Universidad

Complutense de Madrid. «El ser humano -afirma- tiene una labor


pendiente de naturaleza moral. Hay que poner en valor el

conocimiento también de uno mismo, intrapersonal, y con los

demás: fomentar la dimensión social del ser humano e incluso

aspectos espirituales. La comunidad educativa no solo tiene un

compromiso con la dimensión cognitiva e intelectual, también con

la de naturaleza ética».

Todo sea por que de las escuelas del siglo XXI florezcan los

ciudadanos de un mundo que todavía está por venir.

La teoría de las inteligencias múltiples

Hay colegios a lo largo de nuestra geografía que han basado su

metodología pedagógica en la teoría de las inteligencias múltiples

del profesor de Harvard,  Howard Gardner  (Premio Príncipe

de Asturias de Ciencias Sociales 2011). Según esta concepción, no

hay una única inteligencia y, además, la inteligencia no solo se

reduce a lo académico, sino que existen ocho inteligencias que

marcan las potencialidades y habilidades de cada persona. Cada uno

tienen desarrolladas más unas que otras. Conocer cuál es el tipo de


inteligencia de cada uno es muy importante porque sí se puede

potenciar al máximo sus habilidades. Estas inteligencias son:

lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, corporal-

cinestésica, naturalista, interpersonal y intrapersonal.

A través de nuevas herramientas

Trablets, ipad, portátiles... ya nadie se asombra de verlos encima de

las mesas de las aulas. «Las  nuevas tecnologías son un

instrumento no un fin, por eso hay que saber manejarlas», dice la

profesora de UNIR Silvia Pradas. Son las nuevas herramientas de

los alumnos. Pero en este nuevo paradigma educativo todo cuenta:

hasta cómo se gestionan los espacios. Hay investigaciones que

desmuestran que la luminosidad, ubicación de las mesas, los

colores, la gestión arquitectónica de las aulas... ayudan a estimular

la creatividad, el trabajo en equipo, la iniciativa.... De ahí colegios

que hasta han instalado sofas, tienen superaulas, los alumnos

pueden trabajar en el suelo, los espacios son diáfanos...


Competencia frente a contenido

El  desarrollo de competencias es un concepto

innovador,  que no pone la atención en el hecho de que el

alumno adquiera determinados datos o conocimientos. Se pretende

trabajar ciertas capacidades y habilidades que sean de utilidad para

el ciudadano en su vida y profesión. Por ejemplo, no se trata de que

una persona lea o de cuánto lee, sino más bien qué competencia

tiene en la lectura: qué capacidad posee para identificar ideas y

argumentos en el texto, qué destreza para reconocer problemas y

planteamientos distintos. Se intenta que los alumnos utilicen los

conocimientos y destrezas que han aprendido y practicado en la

escuela cuando se vean ante situaciones en los que esos

conocimientos pueden resultar relevantes.

Los grandes desafíos de los maestros

Vivir
Internet

Los alumnos de hoy deben tener nuevas formas de aprendizaje, y una de ellas es usando en las aulas
las nuevas tecnologías.
Para alumnos 'nativo digitales', se requieren profesores más sintonizados con las tecnologías.

1. Transformar la pedagogía

El maestro debe olvidarse de la clase tradicional, donde él, parado al frente de sus alumnos hace
largas exposiciones y sus educandos son simples actores pasivos.Es necesario, como lo aconseja el
presidente de la Comisión Vallecaucana por la Educación, Francisco Piedrahíta Plata, cambiar la
pedagogía de nuestras instituciones escolares y de educación superior hacia el empleo de estrategias
de aprendizaje activo, que desarrollen competencias o capacidad de resolver problemas con el
conocimiento y capacidad de transferir lo aprendido a situaciones nuevas.

Hay que formar mejor a los docentes, dotar las instituciones con mejores bibliotecas, más
computadores conectados a Internet, laboratorios, etc.

Los desafíos pedagógicos, según Renato Ramírez Rodríguez, director del Instituto de Educación y
Pedagogía de la Univalle, siguen enfatizando en acabar con el atiborramiento de conocimientos y de
información; terminar con la masificación de la gente, para buscar modelos pedagógicos más
personalizados, experimentales, de investigación, de dominio de los conocimientos básicos, pero de
manera profunda.

2. Incorporar nuevas tecnologías

De acuerdo con Luis Fernando Muñoz Roldán, docente de las universidades Javeriana e Icesi, el
maestro debe sensibilizarse sobre el potencial del uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la
Comunicación) como herramientas en las que se apoye para mejorar su práctica docente.

En la actualidad, dice este profesional, coordinador de la Subcomisión de Tecnologías de la


Información y la Comunicación de la Comisión Vallecaucana por la Educación, buena parte de la
formación que se les da a los docentes está enfocada al uso de paquetes word, excel, power point,
pero no se les enseña cómo aprovechar las nuevas tecnologías en asignaturas como la biología, las
matemáticas, las ciencias y cómo complementar todo esto con Internet.

"Y están tratando hoy con alumnos llamados nativos digitales, esos que nacieron en los 80 y 90,
cuando las tecnologías ya estaban andando. Son estudiantes que usan de manera casi natural estos
recursos. En muchos casos los docentes pueden sentir temores de mostrar sus falencias, sus
conocimientos en el uso de las TIC frente a sus estudiantes, razón por la cual prefieren hacerlas a un
lado para no poner en evidencia las lagunas que tienen en el uso de estas herramientas".

"Hay que invertir urgentemente en educación, porque la pobreza también está en no tener cosas
fundamentales como el acceso sistemático a la educación". Orlando Ayala, ejecutivo de Microsoft, en
entrevista con la revista 'Dinero'.

Las clases entonces se deben convertir en una especie de dialéctica, sugiere Muñoz, donde profesores
y alumnos vayan avanzando conjuntamente. "El maestro domina su materia, pero además, debe
buscar la manera de migrar esos contenidos y esos conocimientos a entornos enriquecidos de
aprendizaje (blogs, páginas webs, wikis y plataformar e-learning). Ese material les va a permitir tanto
a docentes como a estudiantes nuevas maneras de compartir esos conocimientos, e incluso,
conectándolos con otras instituciones o colegios, con otras bibliotecas, es decir en una forma global".

Es fundamental pues que el docente desarrolle competencias en el manejo y la apropiación para el uso
de las tecnologías de la información y para ello no necesariamente debe requerir una formación
dictada por una academia o tiene que hacer un diplomado. Por Internet encuentra gran cantidad de
tutoriales y de contenido que muchos otros docentes del mundo ya han empezado a compartir por la
red, explica Muñoz. "El profesor debe adquirir la destreza de saber encontrar y valorar la información
que hay en Internet".

3. Emplear la lúdica

Los niños se acercan a los conocimientos a través del juego, dice el docente del Departamento de
Matemáticas de la Universidad Autónoma de Occidente, Erminsul Palomino. Y esa idea es básica
además para los mayores, pues se ha establecido que también a los adultos les encanta aprender
jugando.

Realizar actividades lúdicas que despierten la curiosidad de sus alumnos y los inviten a a ampliar los
conocimientos, es otro de los retos del maestro hoy. Asignaturas como las matemáticas a la que
muchos le tienen apatía se pueden enseñar a través de juegos.

El maestro se puede valer de la llamada 'Matemagia' para enseñar matemáticas, comenta Palomino.
"Uno hace trucos que sorprenden a los niños porque les adivina la edad de la mamá o el número
celular. Para ellos parece magia. Pero luego uno les muestra que la magia es dominar algunas
técnicas de matemáticas. Así que aprendemos matemáticas pero divirtiéndonos".

4. Construir ambientes de convivencia

Junto a otros actores educativos como los padres, el maestro debe procurar la construcción de
ciudadanía y el fortalecimiento del tejido social, anota Renato Ramírez Rodríguez.

De acuerdo con Ramírez, el docente debe contribuir a que niños y jóvenes crezcan en el respeto por la
diversidad, en la defensa de los derechos de las mujeres, por ejemplo. "Si el machismo lo reducimos y
desde el colegio se ven nuevas perspectivas mejoramos todos. Habrá menos madresolterismo y más
responsabilidad en la crianza de los niños".

A través de la educación, acota Ramírez, es posible influir la cultura, esto debe hacerse con claridades
políticas, con convicciones de los maestros, con su ejemplo, porque la escuela es un lugar
multiplicador de conductas.

En este sentido, Juan Carlos Arana Medina, rector del Colegio Berchmans, pone de manifiesto que el
maestro de hoy debe formar para la transformación social y la construcción de un mejor país; un país
donde los valores como la honestidad, el respeto por la vida y la dignidad del otro, y la verdad sean lo
que predomine en las relaciones entre sus habitantes.

5. Llenar espacios que antes ocupaban las familias

Para los maestros un gran desafío en la actualidad es llenar espacios que hace algunos años ocupaban
las familias de nuestros estudiantes, destaca el rector del Colegio Berchmans Juan Carlos Arana
Medina; es preocupante que cada vez más los padres de familia tengan menos tiempo para
acompañar a sus hijos e hijas, se lamenta el directivo.

Por eso, hay que recortar la brecha generacional existente entre nuestro mundo adulto y el de las
nuevas culturas juveniles para mejorar los procesos de acompañamiento, aconseja el rector del
Berchmans.

Similar apreciación tiene la profesora de filosofía y ciencias sociales Liliana Jaramillo, docente del
Colegio Manuel María Mallarino.

"Vemos hoy muchachos más solos. Hijos de madres que no están, de papás que nunca aparecen. La
mayoría de nuestros estudiantes se crían con tíos, tías, abuelos. De ahí que los maestros no debamos
perder el contacto personal y afectivo con nuestros alumnos. Porque hoy somos el referente moral de
los estudiantes, los docentes llenamos esos vacíos familiares que tienen nuestros estudiantes",
comenta la docente.

"La información publicada en este boletín es de autoría exclusiva de los medios de comunicación
aquí referenciados. En consecuencia el Ministerio de Educación Nacional no se hace responsable
por la veracidad o el contenido de la información. La persona interesada en conocer sobre los
contenidos y sus autores, puede comunicarse con el medio que originó la información".

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