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Hay diversas enfermedades que afectan el hígado únicamente durante la gestación, las cuales desaparecen en el
puerperio inmediato y sin dejar una lesión hepática persistente. Las más importantes, por su potencial impacto en la
unidad feto-placentaria, se dan durante el tercer trimestre.
Su etiología es desconocida, se cree que podría deberse a factores genéticos. También puede atribuirse al aumento
en los niveles de estrógeno y progesterona en el embarazo, y también se ha sugerido el impacto de factores
ambientales.
Fisiopatología
La colestasis se define como la disminución o la ausencia del flujo normal de la bilis desde el hígado hasta el
duodeno. Es una forma reversible de colestasis que se presenta durante el segundo y tercer trimestres de la
gestación.
La bilis fluye en condiciones normales desde las células hepáticas por un sistema colector representado por los
conductos biliares intrahepáticos y los conductos hepáticos derecho e izquierdo. Estos se unen formando el
conducto hepático común, al que se une la vesícula biliar. A partir de esta unión, el conducto biliar se denomina
colédoco y desemboca en el duodeno. El hepatocito común y el colédoco juntos, constituyen la vía biliar
intrahepática.
En este caso, existe una dificultad en el flujo biliar del hígado, donde tanto el transporte como la excreción y
eliminación de los ácidos biliares se ven disminuidas.
Cuadro clínico
Su principal síntoma dentro del síndrome clínico es el prurito generalizado con predominio palmoplantar de
intensidad variable y no asociado a lesiones dermatológicas, que aparece en el tercer trimestre del embarazo y que
desaparece luego del parto. El prurito precede a las anormalidades en las pruebas de laboratorio.
A este se le suma un importante signo que es parte del síndrome bioquímico, que es el aumento en los niveles de
ácidos biliares.
Ictericia leve
Esteatorrea
Disminución de la síntesis de protrombina
Pérdida de peso
Déficit de absorción de vitaminas liposolubles como la vitamina A, D, E y K.
Puede provocar una anormalidad en la actividad contráctil uterina, con mayor sensibilidad para la oxitocina, lo cual
podría explicar el aumento en la incidencia de parto prematuro.
Diagnóstico
Toda mujer embarazada que presente prurito requiere de exámenes de laboratorio complementarios.
Colesterolemia
Fosfatasa alcalina
Transaminasas, como gamma-glutamiltransferasa o GGT
Bilirrubinemia
Protrombina
Pigmentos biliares
Las concentraciones totales séricas de ácidos biliares incrementan en los casos de CIE y pueden ser la primera y
única anormalidad en los exámenes de laboratorio. El principal marcador bioquímico es un incremento en los
niveles plasmáticos de estos, entre 10 y 100 veces más de lo normal.
Diagnóstico diferencial
Hepatitis viral
Litiasis biliar
Ictericia asociada a hiperémesis grávida (2do trimestre)
Hígado graso agudo obstétrico (3er trimestre)
Enfermedades dermatológicas
Alteraciones metabólicas
Hiperémesis
Manejo clínico
El tratamiento más eficaz es la interrupción oportuna del embarazo ni bien alcance la madurez pulmonar fetal. Para
esto, se recomienda realizar controles semanales para evaluar:
Maduración pulmonar
Percepción materna del movimiento fetal
Aparición de coluria o ictericia
Evolución del prurito
Aparición de enfermedades asociadas
En presencia de ictericia, se recomienda la interrupción a partir de la semana 36, con previa comprobación de
madurez pulmonar.
Si no se detectan patologías asociadas, se puede manejar de forma expectante hasta las 40 semanas de gestación o
lo más cercano al término posible. En caso contrario, se decide el momento de interrupción según la severidad del
cuadro.
La interrupción se realiza por inducción con oxitocina y la cesárea se reserva para los casos en que haya
contraindicaciones de parto vaginal.
Incompatibilidad Rh
La enfermedad hemolítica perinatal es una afección que sufren el feto y el RN por pasaje transplacentario de Ac
específicos contra la membrana del GR fetal, provocando anemia hemolítica.
La sensibilización por anti-D es la causa del 80-90% de las enfermedades hemolíticas clínicamente significativas del
feto y el RN.
En una madre Rh- si el feto es Rh+ y ABO compatible, el riesgo de sensibilización es de 1,5 a 2%, si tiene
atencedente de aborto espotaneo es de 2% y si tiene una interrupción provocada, es del 4 al 5%.
Factores de riesgo:
Amenaza de aborto
Embarazo ectópico
Drogadicción endovenosa
Procedimientos invasivos: punción de vellosidades coriales/ amniocentesis
Parto instrumental y cesárea
Placenta previa sangrante
Traumatismo abdominal durante el 3er trimestre
Alumbramiento manual
Desprendimiento de placenta normoinserta
Control inmuno-hematológico
Se deben realizar estudios inmunohematológicos en forma universal a toda la población de embarazadas para
investigar embarazos con riesgo de desarrollar EHP, o que sean D-negativo y necesiten inmunoprofilaxis anti-D
previo a un embarazo.
Hay que realizar también un seguimiento serológico ante la presencia de Acs anti-eritrocitarios durante el embarazo
con el objetivo de predecir si un RN requería de un tratamiento por EHP.
Anamnesis:
Antecedentes transfusionales
Embarazos, abortos, inseminación artificial, inmunoprofilaxis
Antecedentes de fetos o neonatos afectados por EHP
Control inmuno-hematologico:
Gestante: grupo y factor (ABO, Rh), fenotipo Rh
Investigación de Ac irregulares por prueba de Coombs indirecta
Pareja: grupo y factor (ABO y Rh, cigocidad del fenotipo)
Si la investigación de Ac es positiva:
Identificación del Ac
Titulación del Ac
Seguimiento de la embarazada en el nivel de complejidad adecuado
Estos controles deberían ser efectuados inmediatamente después de la primera consulta obstétrica, a fin de
conocer de forma temprana posibles sensibilizaciones.
Inmunoprofilaxis
La aplicación masiva de IP con globulina anti-D conduce a una significativa reducción del número de casos de esta
enfermedad.
Toda mujer D negativo no sensbilizada al Ag D deberá recibir gammaglobulina hiperinmune anti-D , por lo tanto
recomendamos hacerlo en cualquiera de las siguientes circunstancias:
Sospecha: Son 3 dosis, una en cada trimestre, cuya graduación va aumentando en cada aplicación, que se
administran de forma intramuscular o intravenosa.
Confirmadas: 1 dosis no menos de 250 mg por via intramuscular o endovenosa entre las semanas 28-32 de
gestación.
Hipertiroidismo
Es un cuadro caracterizado por manifestaciones locales tiroideas y generales circulatorias, nerviosas y metabólicas,
relacionadas con la hiperfunción patológica de la tiroides.
Diagnóstico
Nerviosidad
Insomnio
Hipermotividad
Agitación
Fácil fatigabilidad
Sudoración excesiva
Decaimiento
Palpitaciones
Retracción palpebral
En cuanto a indicador bioquímico los valores superiores a 13 mg/ 100 ml de T4 sérica es sugestiva de
hipertiroidismo. Esto, junto con una captación resinica de triyodotironina normal es útil para diagnosticar
tirotoxicosis en el embarazo.
Manifestaciones clínicas
En la embarazada:
Como la grávida tiene una mayor tolerancia para las hormonas tiroideas, su incremento no provoca sintomatología
alarmante. Incluso, en hipertiroideas leves a moderadas que se embarazan puede mejorar su tirotoxicosis con la
gestación.
En el RN:
Mortalidad neonatal
Bajo peso al nacer
RCIU
Aborto temprano
Parto prematuro
Ciclos anovulatorios que producen no concepción
Anemia ferropénica
Esta anemia nutricional por déficit de hierro es la más frecuente durante el embarazo.
Diagnóstico
Factores de riesgo
Multiparidad
Intervalo intergenésicos cortos (< 2 años)
Antecedentes de menstruaciones abundantes (usuarios de DIU por ej)
Dietas de baja disponibilidad de hierro
Adolescentes
Parasitosis anemizantes.
Conducta terapéutica
Luego de que en la rutina de laboratorio observaremos un valor de Hgb < a 11 g/dl, se lleva a cabo inmediatamente
un tratamiento. En este, se le administrar a la madre 120 mg de hierro por día hasta el parto y continuarlo hasta los 3
meses de puerperio. Además, debe hacerse un control a los 2 meses de la Hgb para ver su evolución.