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La pignoración es una garantía de alta calidad si los activos tienen una buena clasificación y

pueden ser realizables sin problemas.

Los porcentajes de financiación van a variar si pignoramos dinero en efectivo depositado en


una cuenta a plazo, valores de renta fija o valores de renta variable. A menores fluctuaciones
de valor, mayor porcentaje de financiación.

En algunos casos, podremos disponer de los rendimientos que genere el activo pignorado. Por
ejemplo, se permite la libre disposición de intereses de imposiciones a plazo o dividendos de
acciones. Pero en el caso de los fondos de inversión, se realizan pignoraciones por
participaciones y no se permite el reembolso.

Por último, la pignoración es un mecanismo para operar aumentando el apalancamiento. En


estos supuestos, tanto las ganancias como las pérdidas serán mayores que si partimos de la
posición inicial. Financiarse mediante pignoración de activos está a la orden del día y es un
campo muy virgen dentro de las economías domésticas que ofrece infinidad de posibilidades.

Límites de la pignoración

En esencia hay dos tipos de límites. Por un lado, hay bienes muebles que no son pignorables,
que en general podemos decir que son aquellos de los que no podemos disponer libremente (a
eso se refieren con “fuera de comercio”). Hay ejemplos concretamente regulados, como por
ejemplo los planes de pensiones, que no son pignorables.

En un sentido más amplio, digamos que el limite suele venir dado por la valoración del bien. Y
cuando hablamos de valoración nos referimos al hecho de lo difícil que es valorar un bien
mueble, de su volatilidad, etc., frente a un bien inmueble. ¿La excepción? La pignoración de
activos financieros antes descrita.

Uso habitual de la pignoración

Pignoración:

La pignoración efectuada en Casa de Empeños.

El que pide un préstamo para invertir en valores poniendo como garantía los propios valores.
Una variante vendría a ser los colaterales o garantías que se demandan de los inversores en los
mercados de opciones y futuros para poder operar.

También tenemos el caso a la inversa: aquel que pide un préstamo para no tener que vender
valores o fondos en perdidas y de los que se espera una recuperación. O bien, en caso
contrario, para no tener que hacer frente al impacto fiscal de la venta o reembolso.

También tenemos el caso de las pignoraciones para garantizar avales bancarios ante
arrendadores.

Aunque sean rara veces, tenemos el caos de aquellos que, disponiendo de la suma total para
adquirir un inmueble, prefieren, por motivos fiscales hacerlo vía préstamo. En vez de un
hipotecario, les puede resultar más ventajoso hacerlo vía pignoración.

Existen diferentes tipos de pignoración. El más frecuente es el procedimiento que permite a


una persona empeñar algún objeto de su propiedad en una casa de empeños o en una entidad
bancaria pignoraticia para solicitar dinero en efectivo. Supongamos que un hombre empeña un
reloj que, para el banco, está valuado en dos mil pesos. El sujeto recibirá ese monto y tendrá
un cierto periodo de tiempo para devolverlo, junto a los intereses acordados. Si la persona
puede hacer frente a esa obligación, recuperará su reloj una vez que haya saldado la deuda. De
lo contrario, perderá su reloj, pero ya no tendrá riesgo de que se le ejecute otro bien.

II

TIPOS DE PIGNORACIÓN:

1. Sobre una base selectiva: Es donde se analizan los antecedentes de los diferentes

pagos de las cuentas de la empresa y normalmente esta alrededor de un 90% de las

cuentas seleccionadas.

2. Embargo preventivo flotante: Es aceptar un gravamen sobre todas las C x C de la

empresa y normalmente se da hasta un 50% sobre el valor en libros.

PROCESO PARA PIGNORAR LAS CUENTAS POR COBRAR

1. Selección de las cuentas que se deben de aceptar:

Este proceso se hace a todas aquellas cuentas que formaran parte en base a la expresión de

crédito, es decir se investigan las cuentas por cobrar y se seleccionan aquellas cuentas que

están dentro del rango establecido.

2. Ajustes por devoluciones y descuentos.

Una vez seleccionas se procede a realizar un ajuste que normalmente se da por devoluciones y

por descuentos por pronto pago.

3. Determinación del anticipo o adelanto.

Se da de acuerdo a la política de la institución que bien puede ser por embargo preventivo

flotante o por una base selectiva, esto dependerá de la confiabilidad de las cuentas por cobrar.

4. Notificación y cobro. (Arreglo sin notificación)

Cuando se realiza la pignoración se efectúa sin notificarle al cliente ya que puede dar a lugar
a que piense que la empresa tiene problemas financieros, este arreglo sin notificación es un
tipo de crédito con recibo de depósito.

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