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TOXICOLOGIA
TEMA:
BEBIDAS ALCOHOLICAS
Docente:
NAZARIA JULIETA VALENCIA FARFAN
Semestre:
2023-I
Fecha de entrega:
29-06-23
CUSCO-PERU
2023
BEBIDAS ALCOHOLICAS
Las bebidas alcohólicas son líquidos que contienen etanol (alcohol) como componente
principal se produce mediante la fermentación de ingredientes naturales, como frutas, granos,
vegetales o productos lácteos, y en algunos casos, también se someten a destilación para
aumentar la concentración de alcohol.
Las bebidas alcohólicas son aquellas que contienen etanol, es decir, alcohol etílico dentro de
su composición, la cantidad de alcohol de un licor u otra bebida alcohólica se mide tanto por su
volumen de alcohol como por su grado de alcohol.
Y de acuerdo a su elaboración se pueden distinguir entre las bebidas producidas simplemente
por fermentación alcohólica y las producidas por destilación.
1. Estructura química:
Alcohol etílico: también conocido como etanol o alcohol de grano, su fórmula
química es C₂H₅OH. Consiste en una cadena de dos átomos de carbono,
unidos a un grupo hidroxilo (-OH). Es un alcohol primario.
Alcohol metílico: también llamado metanol o alcohol de madera, su fórmula
química es CH₃OH. Está compuesto por un átomo de carbono unido a tres
átomos de hidrógeno y un grupo hidroxilo (-OH). Es un alcohol primario.
2. Origen:
Alcohol etílico: se obtiene principalmente a través de la fermentación de
azúcares y carbohidratos presentes en materiales vegetales, como la caña de
azúcar, el maíz o la remolacha. También puede obtenerse por destilación de
productos fermentados, como la cerveza o el vino.
Alcohol metílico: se produce mediante la destilación de madera, de ahí su
nombre común "alcohol de madera". También puede obtenerse a partir del gas
natural y el petróleo.
3. Usos y aplicaciones:
Alcohol etílico: es el tipo de alcohol más comúnmente consumido en bebidas
alcohólicas, como la cerveza, el vino y los licores destilados. También se utiliza
como solvente en productos farmacéuticos, cosméticos, perfumes, tintas y en la
fabricación de desinfectantes y productos de limpieza.
Alcohol metílico: tiene usos industriales y químicos, como solvente en la
fabricación de pinturas, barnices, adhesivos y resinas. También se utiliza en la
producción de formaldehído y otros productos químicos. El metanol es tóxico
para el consumo humano y no se debe ingerir.
4. Toxicidad:
Alcohol etílico: si bien el consumo excesivo de alcohol etílico puede tener
efectos negativos en la salud, como daño hepático y problemas neurológicos,
se considera seguro cuando se consume en cantidades moderadas y
responsables.
Alcohol metílico: es extremadamente tóxico para el consumo humano. Ingerir
metanol puede causar daño ocular, daño al sistema nervioso central e incluso la
muerte. Debido a su toxicidad, el metanol se utiliza como un agente
desnaturalizante en productos como el alcohol etílico, para evitar su consumo
humano.
En resumen, el alcohol etílico (etanol) es el tipo de alcohol seguro y comúnmente consumido
en bebidas alcohólicas y se utiliza ampliamente en la industria, mientras que el alcohol metílico
(metanol) es tóxico y se utiliza principalmente con fines industriales y químicos. Es importante
tener precaución y evitar el consumo de alcohol metílico debido a su toxicidad.
Las bebidas fermentadas como el vino, la cerveza, el sake o la sidra por lo general contienen
un grado alcohólico que oscila entre el 3,5% y el 15%.
Mientras que las bebidas destiladas presentan una graduación alcohólica de entre 15% y 45%,
por lo que podemos encontrar entonces las bebidas alcohólicas clasificadas por su grado en:
Ordinarias: Son aquellas que cuentan con una graduación de hasta 20º a 25º.
Semifinas: Son las que cuentan con un contenido de alcohol de 25º a 35º .
Finas: Son las que se encuentran ubicadas entre los 35º y los 40º.
Extrafinas: Son aquellas que cuentan con un grado mayor a los 55º
ORIGEN
Hasta finales del siglo XVI, la destilación del alcohol era poco conocida. Tanto los griegos
como los romanos solo conocían la elaboración del vino, aunque algunos perfumaban el vino
con hierbas aromáticas. Entre ellos posiblemente se encuentra el precursor de lo que hoy
conocemos como Vermouth, una bebida demandada en todo el mundo. También elaboraban
bebidas con alta concentración de azúcar y zumo de frutas, similares a los jarabes que
conocemos hoy en día. Hay evidencias históricas que indican que incluso la Reina de Saba
tenía el secreto para preparar un jarabe similar a la conocida Granadina. En aquel entonces,
no hay indicios en el mundo civilizado de que se conociera el arte de elaborar bebidas
espirituosas.
Existieron diferentes métodos para calentar los recipientes y recolectar los vapores
condensados en una superficie fría, donde se convertían nuevamente en líquido. Este líquido
destilado se recogía y se transfería a otro recipiente de baja temperatura, que servía como
depósito del alcohol destilado.
Incluso hoy en día, se utilizan sistemas y recipientes rudimentarios para calentar el fermento,
especialmente en la producción de bebidas como el brandy en Francia y el whisky en Escocia
e Irlanda. Estos métodos tradicionales aún se emplean para preservar la autenticidad y el
sabor característico de estas bebidas.
El proceso de destilación tiene sus orígenes en épocas anteriores al año 800 a.C., y el primer
proceso documentado de fermentación y destilación se registra en ese período. A lo largo de
la historia, el proceso de destilación ha evolucionado según las diferentes regiones geográficas
y el paso del tiempo. Sin embargo, el mayor cambio en los procesos y el que permitió obtener
bebidas con características consistentes a medida que cambiaban los años de producción y
los materiales base fue en la era industrial.
El proceso de fermentación, por otro lado, implica cambios químicos en las sustancias
orgánicas debido a la acción de enzimas. Este proceso se utiliza principalmente en la
elaboración de cerveza y vino. En el caso de la cerveza, el ciclo de fermentación varía
dependiendo del lugar de producción y consta de tres etapas: molienda, hervor y fermentación.
En el caso de los vinos, la fermentación química ocurre cuando el dióxido de carbono del aire
penetra las hojas del viñedo y se convierte en almidones y sus derivados. Durante la absorción
en las uvas, estos compuestos se convierten en glucosa y fructosa (azúcares). Durante el
proceso de fermentación, los azúcares se transforman en alcohol etílico y dióxido de carbono
según la fórmula C6H12O6 -> 2C2H5OH + 2CO2.
Para determinar la cantidad de alcohol que contienen las bebidas habituales, se utiliza la
siguiente fórmula matemática: Gramos de etanol = (G° x mL x 0.80)/100. En esta fórmula, G°
representa la graduación alcohólica de la bebida, mL es la cantidad de bebida consumida en
mililitros y 0.80 corresponde al peso de 1 gramo de alcohol puro. Una vez que se conoce la
cantidad de gramos de etanol, es fácil calcular su valor calórico, ya que cada gramo de etanol
equivale a 7 kilocalorías.
El consumo diario de pequeñas cantidades de alcohol (no más de 24 g/día) puede tener
beneficios para la salud, como el aumento del colesterol bueno (HDL), lo cual protege contra
enfermedades coronarias relacionadas con la aterosclerosis. Sin embargo, es importante tener
en cuenta la cantidad consumida y sus posibles contraindicaciones.
Los niños, las mujeres embarazadas y las personas enfermas no deben consumir ninguna
bebida que contenga alcohol. Además, las personas con problemas de alcoholismo deben
abstenerse por completo de consumir cualquier bebida alcohólica.
Las bebidas alcohólicas que involucran el proceso de destilación se dividen en tres grupos
principales:
Licores: son bebidas generalmente azucaradas a las que se les añaden diversos componentes
aromáticos destilados en alambiques. Muchos de estos licores tienen recetas de elaboración
que se guardan celosamente. Algunos ejemplos son Chartreuse, Benedictine, Grand Marnier,
Curacao, Cacao y Kümmel.
Aperitivos: se obtienen mediante destilación o mezcla de alcohol con diversas sustancias
aromáticas y hierbas amargas. Estas bebidas suelen tomarse como estimulantes del apetito e
incluyen el vermut, los vinos quinados, los bitters y los amaros.
Cabe mencionar que el consumo de alcohol debe ser moderado y responsable, teniendo en
cuenta las recomendaciones y precauciones según las circunstancias individuales.
VINO
Para producir vino, las uvas son prensadas para extraer su mosto, que es rico en azúcares.
Luego, las levaduras presentes en el aire o las levaduras seleccionadas agregadas al mosto
provocan la fermentación, en la cual se producen principalmente alcohol etílico y dióxido de
carbono. La fermentación se detiene cuando todos los azúcares fermentables se han
convertido en alcohol y dióxido de carbono, o cuando la concentración de alcohol supera la
tolerancia de las levaduras. En este punto, el mosto se ha convertido en vino.
La graduación alcohólica de los vinos varía entre un 7% y un 16% de alcohol por volumen,
aunque la mayoría de los vinos embotellados tienen entre 10% y 14% de alcohol. Los vinos
dulces pueden tener entre un 15% y un 22% de alcohol por volumen.
Vinos calmos o naturales: Son aquellos que se elaboran a partir del mosto y fermentan de
forma natural, aunque pueden incluir aditivos controlados como levaduras, azúcar o pequeñas
cantidades de sulfuros. Estos vinos tienen una graduación alcohólica que oscila entre el 10% y
el 15%. Son los vinos blancos, tintos y rosados tradicionales.
Vinos fortificados o fuertes: Estos vinos reciben una adición de alcohol, generalmente
brandy de uvas, durante su proceso de vinificación. Esta intervención controlada define la
producción y características de los vinos fortificados, como el Vermouth, Jerez, Marsala,
Madeira y Oporto. El contenido alcohólico de estos vinos varía entre los 16° y los 23° (grados
por volumen).
Vinos espumosos: Son aquellos vinos que presentan burbujas de dióxido de carbono. El
método más común para producir vinos espumosos es la segunda fermentación en la botella,
como ocurre con el Champagne. Algunos vinos naturales también pueden tener una ligera
efervescencia llamada "pétillement", pero no se produce mediante interferencias en el proceso
de fermentación. Los vinos espumosos de calidad se elaboran sin aditivos y su segunda
fermentación se logra mediante el envejecimiento. Estos vinos pueden presentar sedimentos,
los cuales se eliminan utilizando diversas técnicas antes de su comercialización.
Además, los vinos se clasifican según su color:
Vinos tintos: Su color proviene de la piel de las uvas rojas, ya que el mosto se deja en
contacto con la piel durante la fermentación. En muchos casos, también se realiza una
maceración antes o después de la fermentación para obtener más extracción de color, sabor y
taninos de las pieles de las uvas.
Vinos blancos: Se elaboran principalmente con uvas de pulpa blanca o uvas tintas con
fermentación sin contacto con las pieles, lo que permite obtener un vino de color amarillo claro
o dorado.
Vinos rosados: Se obtienen a partir de uvas tintas, pero el tiempo de contacto con las pieles
es breve, lo que resulta en un vino de color rosado claro o rosa.
Los vinos blancos se elaboran a partir de uvas verdes o blancas, o incluso uvas negras en los
casos en los que no se permite el contacto del mosto con la piel de las uvas. Estos vinos
tienen un color que varía entre tonos verdosos y amarillentos.
Por otro lado, los vinos rosados se producen al dejar el mosto en contacto con la piel de las
uvas durante un breve período de tiempo. Por lo general, se utilizan uvas rojas y se permite
que los hollejos estén en contacto con el mosto durante un corto periodo. Ocasionalmente, se
pueden mezclar vinos tintos y blancos para obtener vinos rosados.
Vinos dulces: Son aquellos que contienen una cantidad significativa de azúcar residual. Estos
vinos tienen un sabor más dulce debido a la presencia de azúcar residual que no se fermentó
por completo durante el proceso de vinificación.
Vinos secos: Son vinos con una baja concentración de azúcar residual. Se consideran secos
porque la mayor parte del azúcar presente en las uvas se ha fermentado en alcohol durante el
proceso de vinificación.
DEFECTOS QUE PUED EPRESENTAR EL VINO
Es importante destacar que el vino puede presentar ciertos defectos, como el sabor ácido o
agrio. La acidez puede ser causada por la inmadurez de las uvas al momento de la
producción, lo cual se puede remediar con el tiempo de añejamiento en la botella. Sin
embargo, si la acidez es producto de una mala vinificación, no se puede corregir y el vino
adquiere un sabor a vinagre.
Además, el vino puede presentar defectos si se utiliza un corcho de mala calidad, lo cual
puede alterar el sabor de la bebida.
CONSIDERACIONES
El consumo de bebidas alcohólicas es una práctica extendida en todo el mundo, con cerca de
dos mil millones de personas consumiéndolas. Sin embargo, este consumo excesivo puede
tener consecuencias negativas para la salud y la calidad de vida, incluyendo accidentes,
dependencia del alcohol y enfermedades crónicas. Actualmente, alrededor de 76 millones de
personas sufren trastornos relacionados con el abuso de alcohol.
A nivel global, se estima que los adultos consumen en promedio 5 litros de alcohol puro al año,
procedente de cerveza, vino y licores. Europa tiene el consumo promedio más alto, seguida
por América y África. El consumo tiende a aumentar con el desarrollo económico, aunque en
algunas regiones con una población predominantemente musulmana el consumo de alcohol es
bajo.
Las preferencias por ciertos tipos de bebidas varían según los países. Por ejemplo, algunos
países europeos y africanos prefieren la cerveza, mientras que en los países vinícolas
europeos el vino es el favorito, y los licores son populares en Europa del Este, Asia y algunos
estados insulares. Sin embargo, los consumidores cada vez más se abren a probar bebidas
diferentes a las producidas en sus países.
Es importante tener en cuenta que no todo el consumo de alcohol se refleja en las estadísticas
o estudios, debido a la producción casera y al comercio informal. Las bebidas tradicionales de
producción local son populares en muchas regiones debido a su menor costo, pero la falta de
controles puede llevar a la presencia de sustancias nocivas que causan enfermedades graves
e incluso la muerte. Estas bebidas tradicionales suelen tener una menor concentración de
alcohol y desempeñan un papel económico y social importante en las comunidades locales.
Para medir el consumo de alcohol, se pueden analizar estadísticas de producción y ventas, así
como realizar encuestas a las personas sobre sus hábitos de consumo y gasto en productos
alcohólicos. Sin embargo, las encuestas suelen realizarse principalmente en países
desarrollados y pueden revelar episodios de consumo excesivo que pueden pasar
desapercibidos en las estadísticas generales.
El consumo excesivo de alcohol se refiere a patrones de consumo que van más allá de lo
considerado moderado o socialmente aceptable. Por ejemplo, en países como Colombia y
Georgia, se estima que hasta el 50% de los hombres que consumen alcohol lo hacen de
manera excesiva. Los episodios de consumo excesivo se refieren a ocasiones en las que se
bebe hasta embriagarse.
Cirrosis hepática: El abuso crónico de alcohol puede causar daño hepático, lo que puede
progresar a cirrosis hepática. La cirrosis es una enfermedad en la cual el tejido hepático
normal se reemplaza por tejido cicatricial, lo que afecta gravemente la función del hígado. Los
síntomas de la cirrosis hepática incluyen fatiga, debilidad, ictericia, ascitis (acumulación de
líquido en el abdomen) y trastornos de la coagulación.
Hepatitis alcohólica: El consumo excesivo de alcohol puede provocar una inflamación del
hígado conocida como hepatitis alcohólica. Esta condición puede variar desde una inflamación
leve hasta una hepatitis grave, y en casos graves puede llevar a la insuficiencia hepática. Los
síntomas incluyen dolor abdominal, fiebre, ictericia y fatiga.
Daño neurológico: El abuso crónico de alcohol puede causar daño neurológico, lo que puede
manifestarse en forma de déficits cognitivos, deterioro de la memoria, dificultades de
concentración y problemas de equilibrio y coordinación. En casos graves, puede desarrollarse
una enfermedad neurológica conocida como encefalopatía de Wernicke-Korsakoff, que se
caracteriza por confusión, pérdida de memoria y deterioro cognitivo.
Estas son solo algunas de las enfermedades y problemas de salud asociados con el abuso en
el consumo de bebidas alcohólicas. Es importante tener en cuenta que el consumo moderado
y responsable de alcohol puede minimizar estos riesgos, mientras que el abuso crónico y
excesivo de alcohol puede tener graves consecuencias para la salud.
ALGUNOS TRATAMIENTOS
Existen diversos tratamientos disponibles para abordar el alcoholismo y ayudar a las personas
a superar su dependencia del alcohol. Algunos de estos tratamientos incluyen:
Terapia familiar: La terapia familiar puede ser beneficiosa en el tratamiento del alcoholismo, ya
que involucra a los miembros de la familia en el proceso de recuperación. Ayuda a mejorar la
comunicación, abordar problemas relacionales y brindar apoyo a la persona en recuperación.
Elaborar una estrategia mundial sobre el abuso en el consumo del alcohol basada en
evidencia disponible y prácticas óptimas existentes. Esta estrategia debe apoyar y
complementar las políticas de salud pública de los Estados Miembros, centrándose en la
protección de poblaciones en riesgo, jóvenes y personas afectadas por el alcoholismo.
Desarrollar sistemas nacionales para monitorear el consumo de alcohol, sus consecuencias
sanitarias y sociales, así como las respuestas normativas. Estos sistemas deben informar
periódicamente a los sistemas regionales y mundiales de información de la OMS.
Reforzar las respuestas nacionales a los problemas de salud pública causados por el abuso en
el consumo de alcohol, basándose en datos sobre la eficacia y la costo-eficacia de las
estrategias e intervenciones para reducir el uso nocivo del alcohol obtenidos en diferentes
contextos.
Preparar un proyecto de estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol basado en
evidencia disponible y prácticas óptimas existentes. Este proyecto debe incorporar opciones
normativas pertinentes y tener en cuenta los diferentes contextos nacionales, religiosos y
culturales, así como los problemas, necesidades y prioridades nacionales de salud pública y
las diferencias de recursos y capacidades de los Estados Miembros.
Asegurarse de que el proyecto de estrategia mundial incluya un conjunto de posibles medidas
recomendadas que los Estados deberían implementar a nivel nacional, teniendo en cuenta las
circunstancias específicas de cada país.
Incluir detalles sobre los procesos regionales, subregionales y nacionales en curso y
emergentes como contribuciones vitales a la estrategia mundial.
Colaborar y realizar consultas con los Estados Miembros, organizaciones internacionales,
profesionales de la salud, organizaciones no gubernamentales y operadores económicos para
determinar cómo pueden contribuir a la reducción del uso nocivo del alcohol.
Presentar a la 63ª Asamblea Mundial de la Salud, a través del Consejo Ejecutivo, un proyecto
de estrategia mundial para reducir el uso nocivo del alcohol.
Estas recomendaciones de la OMS buscan promover políticas y medidas efectivas a nivel
global para abordar el consumo nocivo del alcohol y sus consecuencias para la salud pública.
CONCLUSIONES
La carga impositiva elevada sobre las bebidas alcohólicas puede tener consecuencias no
deseadas, como la proliferación de bebidas adulteradas y el mercado ilegal. Es importante
encontrar un equilibrio en la regulación y los impuestos para evitar estos riesgos para la salud
pública.
En general, abordar el consumo nocivo de alcohol requiere un enfoque integral que incluya
políticas públicas, educación, regulación y campañas de concientización. Es importante
encontrar un equilibrio entre la promoción de un consumo responsable y la protección de la
salud pública.
REFERENCIAS
"El Cultivo de la Vid en la Nueva España" es un libro del Banco Nacional de Crédito
Agrícola y Ganadero que probablemente explore la historia y la agricultura de la vid en
la época colonial en México.