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Escuela y familia
Esta institución que mencionamos, la escuela, alberga a todos los estudiantes, que
con sus normas, pautas y reglas tiene para ofrecer, para proponer, algo diferente,
de otro orden, es decir que brinda la posibilidad de una salida al mundo exogámico,
con el lugar que la cultura y el campo social tienen como estructurantes en la
subjetividad del niño/a, (Karol M. 1999, pág 93) quien encuentra en dicho campo
referentes y objetos sustitutivos que le permitan alejarse del mundo privado (figuras
parentales) para comenzar a ampliar su horizonte en cuanto a conformación de la
subjetividad. La escuela constituye el espacio social donde se establecen relaciones
entre los sujetos, y entre los sujetos, el conocimiento y la cultura, así como también
los valores, cumpliendo con su función de socialización como parte del proceso de
la educación. Es así, como se convierte en un espacio fundamental en la vida de los
estudiantes que da cuenta del pasaje del mundo de lo privado al de lo público y
favorece al proceso de construcción de la subjetividad, parte de suma importancia
en el desarrollo infantil. Para definir subjetividad nos remitiremos a la definición que
realizan Caruso y Dussel: “La subjetividad, la conformación del sí mismo, es un
proceso consciente y no consciente que se va dando a medida que el sujeto
organiza sus experiencias dentro de las estructuras en las que vive” (Caruso y
Dussel, 1999). Es allí donde la escuela, formando parte de la cotidianeidad del
estudiante (y viceversa), incide y acompaña al mismo en dicho proceso. La misma
se ve habitada por factores políticos, históricos y sociales, que van modificando
nuestra visión y la formación del estudiante como sujeto social y pensante. La
escuela debe ser ese espacio en donde se generen vínculos que favorezcan al
estudiante a construirse, deconstruirse y reconstruirse, mediante aprendizajes
significativos y significantes en pos de sus intereses. Nosotros/as como docentes,
dentro de una relación pedagógica somos ese Otro que orienta y se ofrece como
referente significativo, cumplimos el papel fundamental, mediante el conocimiento
del contexto de cada estudiante y las oportunidades que dicho contexto le brinda, de
fomentar su singularidad y su producción de subjetividad, teniendo en cuenta a las
familias en este proceso, en el cual resultan fundamentales a fin de escuchar y
obtener otras formas de comprensión.
Por otro lado, el vínculo de las instituciones educativas con las familias es central
para la promoción y el logro de los aprendizajes, asimismo es importante que
partiendo del respeto, ayudemos a diferenciar el ámbito de lo privado de cada
familia, evitando ser una reproducción ampliada del grupo familiar, y de aquello que
le compete a la institución en su acción educadora, que forma parte de un proceso
de constitución y transformación del sujeto. Si bien, dependiendo de cada contexto
social, los límites entre la escuela y lo externo a ella son difusos, por eso es
importante saber delimitar conscientemente, sin dejar de tener en cuenta que
quienes ocupan la escuela no solo son los directivos, docentes y estudiantes, sino
también las familias.
La institución educativa no solo recibe al estudiante, sino que también brinda
acompañamiento a las familias, a través de la comunicación, estableciendo
acuerdos, generando un vínculo entre el equipo transdisciplinario, brindando la
posibilidad de seguir construyendo la trayectoria escolar de vida de cada estudiante
y en su transición a la vida adulta. A partir de la Propuesta Curricular
Complementaria, se busca ampliar las experiencias de los estudiantes ofreciéndoles
más tiempo, más espacios y diversidad de alternativas que colaboren en generar las
condiciones justas de acceso a los conocimientos, permitiendo la profundización de
temáticas específicas y nuevos abordajes de los saberes. Además, favorecen los
vínculos dentro de la escuela a través de procesos significativos para los
estudiantes. Es así que desde las prácticas docentes se promueve constantemente
el proceso de socialización en los estudiantes, con el objetivo de fortalecer la
autonomía y la autodeterminación de los sujetos, brindándoles las herramientas
para que puedan ejercer sus derechos de participar plenamente en la sociedad.
La escuela como una institución moderna, construye formas de articular su tarea
con otras instituciones públicas en donde se comparten espacios comunes. En este
se lleva a cabo prácticas que exceden la transmisión de ciertos saberes
formalizados (atender la alimentación de las infancias sirviendo y/o acompañando,
asistencia de equipos de salud a las propias instituciones, intervención en
situaciones de maltrato infantil y otras que vulneran los derechos de los
estudiantes); también la construcción de lazos con otras instituciones públicas y
privadas que comparten los territorios donde están las instituciones escolares (de
salud, iglesias, comedores comunitarios, movimientos sociales, centros culturales,
etc).
La escuela fue pensada con el fin de incluir en la calidad de “ciudadanos" , que
aprendan los modos de hablar, vestir y comportarse, los modos de comer e
higienizarse y distinguir los "usos debidos y correctos" de la lengua oral y escrita;
también producir sentimientos patrióticos, formas de hablar, de vestir, de peinarse,
de divertirse, de comunicarse.
La instalación de horizontes de igualdad no es cuestión sencilla, ya que las
tensiones entre las políticas universales y políticas focalizadas para pensar la
inclusión educativa estuvieron presentes y concentró en la necesidad de garantizar,
por todos los medios posibles, la continuidad pedagógica, asumiendo el compromiso
de sostener y recuperar el vínculo con lo escolar en sus múltiples posibilidades.
La inclusión también es pensar la organización de los tiempos y los espacios
escolares e imaginar otros espacios tiempos para las nuevas generaciones distintas
experiencias culturales, espacios socio-comunitarios; clases de las asignaturas
escolares donde se establezcan conversaciones con los intereses de sus
destinatarias/os y otras formas de pensar la organización de las instituciones
educativas, con fronteras más porosas con el afuera.
Conclusión
Por eso, es de suma importancia que tanto docentes como directivos y técnicos
docentes de las Escuelas de Educación Especial, establezcan estrategias para
atender las demandas que manifiestan las familias, recibiendo información, apoyo y
acompañamiento. De esta manera se estaría cumpliendo con lo que señala el
artículo 23, inciso 3 de la Convención de los Derechos de las Personas con
Discapacidad:
“Los Estados Partes asegurarán que los niños y las niñas con discapacidad tengan
los mismos derechos con respecto a la vida en familia. Para hacer efectivos estos
derechos, y a fin de prevenir la ocultación, el abandono, la negligencia y la
segregación de los niños y las niñas con discapacidad, los Estados Partes velarán
por que se proporcione con anticipación información, servicios y apoyo generales a
los menores con discapacidad y a sus familias (Convención de los Derechos de las
Personas con Discapacidad, 2006).”
Poder motivar a las familias a optar por un estilo democrático de relación con sus
hijos fomentará la autonomía e incentivará la construcción de su proyecto de vida
personal, lo que contribuye a que la transición a la vida adulta sea compatible con
los sueños de la persona con discapacidad, y aminora la preocupación de la familia
por el futuro del hijo con discapacidad, ya que el contar con un proyecto de vida
permite ir eliminando las barreras que impiden su plena realización.