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UNIDAD 1
ENURESIS Y ENCOPRESIS
Todas las personas a lo largo de nuestra vida hemos sentido miedo más de una
vez y sabemos, por experiencia, que esta sensación no es nada agradable; por
esta razón ha sido definida por varias posturas como “negativa”; pero todas esas
experiencias desagradables nos han servido como aprendizaje para evitar ciertas
situaciones o saber cómo actuar ante ellas.
En este sentido, una parte clave del tratamiento sería concientizar a las
personas que rodean al sujeto, que de cierta forma resultan también afectadas,
sobre la complejidad del padecimiento. Las emociones, todas, son muy complejas
de definir o describir siempre que se intenta hacer el sentimiento objetivo para que
a los que estamos explicando puedan entendernos; el miedo, la ansiedad, la
angustia son sensaciones que no se excluyen de ese principio es por esto que
para las personas presas de estos estados, resulta de lo más complicado tratar de
entender su propio miedo, ansiedad y/o angustia.
Bibliografía:
Méndez, F. (2013). Miedos y temores en la infancia. Ayudar a los niños a
superarlos. España: Ediciones Pirámide.
Sassaroli, S. y Lorenzini, R. (2000). Miedos y fobias: Causas, características y
terapias. España: Paidós Ibérica
TRABAJO INDEPENDIENTE 3
UNIDAD 3
Bibliografía
Jiménez H.,M. (1995). Psicopatología infantil. España: Aljibe
Existen hoy en día múltiples formas para el tratamiento de los miedos y fobias en
la infancia, desde tratamiento farmacológico hasta economía de fichas, por poner
un ejemplo. Lo cierto es que cualquier tratamiento es válido, siempre y cuando
considere los siguientes aspectos: primero que todo, deberá estar orientado a
mejorar la calidad de vida del sujeto tratado; las causas, cambios y
transformaciones del “problema”, un buen diagnóstico servirá de mucho para
identificar estos aspectos; la personalización de la propuesta terapéutica,
considerando la individualidad del sujeto; reconocer las múltiples modalidades de
abordaje y “saber” elegir la más adecuada (individual, familiar, escolar, etc.); y
sobre todo una actitud profesional y regida por el primer atributo mencionado, para
este último punto, si bien es indispensable tener una formación profesional
adecuada, es también necesario estar comprometido con el ésta formación.
Bibliografía