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Prioridades:
Obstrucción e impedimento respiratorio.
Hemorragia o shock oligohémico.
Traumatismo craneal.
Taponamiento cardíaco: rotura de aorta abdominal.
Complicaciones viscerales.
PROCEDIMIENTOS MÉDICO-QUIRÚRGICOS
Inmovilización temporal:
Colocación de férula para evitar el dolor y la hemorragia. En Fx abiertas (apósitos
estériles). .
Principios:
Mantenimiento del movimiento y función de las articulaciones no lesionadas.
Restablecimiento del movimiento y función normales en el área de fractura lo
más antes posible.
OBJETIVOS
Primero: Con yeso inmovilizador
Ejercicios isométricos
Segundo:
El tipo de periostitis más frecuente es la periostitis tibial, que, sin ser un problema muy
urgente, puede ser bastante discapacitante y progresivamente ofrecer complicaciones si no se
trata correctamente.
FRECUENCIA
La periostitis tibial es frecuente en corredores, en la práctica de deportes balísticos
como fútbol o baloncesto y en la danza, presentando mayor prevalencia en
mujeres, debido a la menor densidad ósea de estas.
ETIOLOGÍA
Es multifactorial:
Errores de entrenamiento que provocan sobrecarga de tensión en la
musculatura que se inserta en la zona dañada.
Desequilibrios musculares: por dolor, debilitamiento del músculo dolorido.
Anomalías biomecánicas: Varos o valgos. Rotaciones de huesos, etc..
Desalineamiento de los tendones que ahí se insertan.
Tensiones anómalas producidas por cargas grandes y repetitivas.
EXPLORACIÓN FISIOTERÁPICA ESPECÍFICA
DE LA PERIOSTITIS
Anamnesis:
La sintomatología más frecuente es un dolor
impreciso y difuso, que se exacerba al comienzo de
la actividad y va cesando progresivamente.
A medida que progresa la lesión, el dolor aparece
con actividades más livianas e incluso en reposo.
Inspección:
En la exploración física los aspectos biomecánicos
evidenciarán desequilibrios en el control motor del
gesto deportivo.
En la periostitis tibial, debemos hacer hincapié en la
evaluación de anomalías en la rodilla, especialmente genu
valgo o varo, anteversión femoral, torsión tibial, anomalías
del arco plantar (pronación del antepié), dismetrías de
longitud de los miembros inferiores entre otros aspectos.
Exploración de la Función Muscular:
Se deben valorar los desequilibrios musculares y rigidez muscular; por ejemplo,
en el caso de la periostitis tibial, desequilibrios entre cuádriceps e isquiotibiales
y debilidad del tríceps sural.
Exploración Específica:
Prueba de torsión tibial:
El paciente se coloca en sedestación en el borde de la camilla, con flexión de 90° de rodilla.
El fisioterapeuta traza el eje transversal de la rodilla y sitúa sus dedos índice y pulgar sobre
ambos maléolos, mientras mide con un goniómetro el ángulo que forman ambas líneas
imaginarias.
Un ángulo normal oscila entre 12 y 18°, por lo que medidas superiores indican excesiva torsión
tibial.
Línea de Feiss:
Para determinar el aplanamiento de la bóveda
plantar.
En posición de carga, se marca el vértice del
maléolo tibial y la primera articulación
metatarsofalángica (cara medial).
Se unen ambos puntos con una línea.
A continuación se marca la tuberosidad del
escafoides; si esta queda por debajo de la línea,
estaremos ante un pie plano.
Dismetría de los miembros inferiores:
Con el paciente en supino, se mide la distancia entre la espina ilíaca
anterosuperior y el maléolo tibial, comparando con el lado contralateral.
Dismetría de los miembros inferiores:
También se puede determinar con la prueba de
Weber-Barstow: con el paciente en supino, los
miembros inferiores en flexión y los pies apoyados en
la camilla, el examinador palpa ambos maléolos
tibiales.
Hay que pedir al paciente que levante la pelvis y la baje
lentamente, extender las rodillas pasivamente y ver si la
posición de los pulgares está a distinto nivel, signo indicativo
u, de dismetría.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Las radiografías son negativas en caso de periostitis, aunque también lo son en las
primeras semanas de una fractura por estrés, lo que nos debe hacer pensar en el uso de
una gammagrafía ósea para diferenciar ambas patologías.
Siguiendo con el ejemplo de la periostitis tibial, una captación longitudinal en la parte
distal de la tibia hace pensar en una periostitis tibial, mientras que una captación lineal o
focal evidencia una fractura por estrés.
TRATAMIENTO FISIOTERÁPICO DE LA PERIOSTITIS
Objetivos fisioterápicos
En la fase aguda:
Analizar el posible agente causal de la disfunción.
Disminución del dolor e inflamación.
Normalizar el tejido miofascial.
En la fase subaguda:
Modificación de los hábitos de entrenamiento, si procede.
Modificación de las anomalías biomecánicas, si existen.
Mejorar el control motor de la rodilla.
Readaptación funcional.
TRATAMIENTO FISIOTERÁPICO DE LA PERIOSTITIS
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