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Textos: 31
Páginas: 1149
Motivación y método de resumen: Mi objetivo al preparar el resumen fue único: aprobar la materia (con 9, todo gracias a este
resumen). Para compartirlo tuve dos motivaciones: Primero, me parece injusto que estudiantes que quieran trabajar en marketing,
datos, periodismo o políticas públicas deban fumarse esta epistemología hardcore obligatoriamente (o lo que sería peor, los flashes
lisérgico-metafísicos de la otra cátedra que da clases cuando quiere); hay mucho mito con esta materia y asusta. Segundo, estoy
cansado de quejarme de lo atrasada que está nuestra carrera y no hacer nada al respecto; ojalá este resumen sirva a tantos a aprobar
la materia que se vuelva fácil y los docentes se vean obligados a cambiar los textos, en una de esas agregan algo escrito por mujeres
o del siglo XXI. Si estos deseos son demasiado ambiciosos, me contento con que solo una persona suba aunque sea un puntito en el
final gracias a este resumen. Ojalá esa persona seas vos que estás leyendo ahora.
Todo lo que encuentren entre corchetes son notas propias, aclaraciones más que nada, y lo subrayado también es mío (a partir de la
Unidad 3 se pone intenso, fue cuando me di cuenta de que mejor no imprimirlo), las itálicas son de los autores. Mi método fue: ver
todas las clases, leer todo 2 veces y después comenzar a resumir. Este quiso ser antes un resumen de textos que de conceptos,
aunque en algún caso encontrarán “esta parte queda afuera porque no lo dieron en clase” quise limitarme a recortar partes directas
de los textos. Esa decisión plantea un trade-off. Por una parte, es positivo en tanto se usan los mismos términos que los autores y se
puede dar cierta reposición de lectura en una materia elefantiásica dentro de una carrera más elefantiásica aún; pero por otro lado, el
resumen quedó un tanto largo y extensivo para una lectura rápida, y en textos con una claridad discutible como el de Passeron, esa
ilegibilidad puede haberse traspasado al resumen. Hice lo mejor que pude.
No le tengas miedo a Comu III, el cuco no existe -y si existe, no creo que se vea como el protagonista de “Up” y sonría al final de
los teóricos-. Me gustaría que este resumen se pase y no muera acá, que ayude a la mayor cantidad de gente posible. Nada
reemplaza a leer los textos, pero les prometo que lo que van a leer a continuación es lo más aproximado.
INTRODUCCIÓN
PIERRE BOURDIEU y JEAN CLAUDE PASSERON, “El oficio del
sociólogo”. Introducción y partes primera y segunda. (1973)
INTRODUCCIÓN: EPISTEMOLOGÍA Y METODOLOGÍA
El método –escribe Auguste Comte- no es susceptible de ser estudiado separadamente de las
investigaciones. Los grandes procedimientos lógicos no pueden aún ser explicados, con
suficiente precisión, por separado de sus aplicaciones. Al negarse a disociar el método de la
práctica, este texto rechaza todos los discursos del método que amenazan imponer a los
investigadores una imagen desdoblada del trabajo científico.
Cuando se ha establecido, como tesis lógica, que todos nuestros conocimientos deben fundarse
sobre la observación, que debe procederse de los principios hacia los hechos y de los hechos a
los principios Bourdieu dirá que estamos ante una falsa pretensión de una única ciencia positiva.
Si bien es cierto que los métodos se distinguen de las técnicas por lo menos en que estos son “lo
suficientemente generales como para tener valor en todas las ciencias o en un sector importante
de ellas”, esta reflexión sobre el método debe asumir el riesgo de rever los análisis más clásicos
de la epistemología de las ciencias de la naturaleza.
Es necesario someter las operaciones de la práctica sociológica a la polémica de la razón
epistemológica para definir, y si es posible inculcar, una actitud de vigilancia, que encuentre en
el completo conocimiento del error y de los mecanismos que los engendran uno de los medios
para superarlo. A la tentación que siempre surge de transformar los preceptos del método en
recetas de cocina científicas solo puede oponérsele un ejercicio constante de la vigilancia
epistemológica que, subordinando el uso de técnicas y conceptos a un examen sobre las
condiciones y los límites de su validez, proscriba la comodidad de una aplicación automática de
procedimientos probados y señale que toda operación, no importa cuán rutinaria y repetida sea,
debe repensar a sí misma y en función del caso particular. Los instrumentos solo deberían ser
juzgados en su uso.
La investigación empírica no necesita comprometer una teoría general y universal del sistema
social para escapar al empirismo, siempre que ponga en práctica efectiva, en cada una de sus
operaciones, los principios que los constituyen como ciencia, proporcionándole un objeto
caracterizado por un mínimo de coherencia teórica.
Propone diferenciar el ars inveniendi del ars probandi. Ya volveremos sobre ello, pero como
anticipo, la primera se trata de las reglas para la invención mientras que la segunda se refiere a
la prueba. Ambas son partes igualmente importantes de la labor científica y así lo corroborará
con abstracciones y ejemplos.
La mayoría de los errores a los que se exponen la práctica sociológica y la reflexión sobre la
misma radican en una representación falsa de la epistemología de las ciencias de la naturaleza y
de la relación que mantiene con la epistemología de las ciencias del hombre. Así,
epistemologías tan opuestas como el dualismo de Dilthey y el positivismo ignoran la filosofía
exacta de las ciencias naturales. De hecho, el positivismo efectúa solo una caricatura del método
de las ciencias exactas.
El carácter subjetivo de los hechos sociales y su irreductibilidad a los métodos rigurosos de la
ciencia conforma una constante en la historia de las ideas que la crítica del positivismo
mecanicista solo reafirma. Hayek concluye que los hechos sociales se diferencian “de los
hechos de las ciencias físicas en tanto son creencias u opiniones individuales” y, por
consiguiente, “no deben ser definidos según lo que podríamos descubrir sobre ellos por los
métodos objetivos de la ciencia sino según lo que piensa la persona que actúa.”
[Breve salto]
No se trata tampoco de negar que la formalización lógica constituye uno de los instrumentos
más eficaces del control epistemológico. Pero la implementación legítima de los instrumentos
lógicos opera demasiado a menudo como garantía de la enfermiza predilección por ejercicios
metodológicos cuyo único fin discernible es posibilitar la exhibición de un arsenal de medios
disponibles. Frente a algunas investigaciones concebidas en función de las necesidades de la
causa lógica o metodológica, no puede sino evocarse con Abraham Kaplan [esta es linda], la
conducta de un borracho que, habiendo perdido la llave de su casa, la busca sin embargo con
obstinación bajo la luz de un farol ya que alega que allí se ve mejor.
El hecho científico se conquista, construye, comprueba, implica rechazar al mismo tiempo el
empirismo que reduce el acto científico a una comprobación. La simple remisión a la prueba
experimental no es sino tautológica en tanto no se acompañe de una explicación de los
supuestos teóricos que fundamentan una verdadera experimentación, y esta explicitación no
adquiere poder heurístico en tanto no se le adhiera la explicitación de los obstáculos
epistemológicos que se presentan bajo una forma específica en cada práctica.
¿Qué se debe inducir de estos ejemplos? La correlación entre formas de avunculado y tipos de
filiación no agota el problema. Formas diferentes de avunculado pueden coexistir con un mismo
de filiación, patrilineal o matrilineal. Pero hallamos siempre la misma relación fundamental
entre los cuatro pares de oposiciones que son necesarias para la elaboración del sistema. Esto
resultará más claro mediante los esquemas de la figura 1, que ilustran los ejemplos señalados
arriba; el signo + representa las relaciones libres y familiares y el signo – las relaciones
marcadas por la hostilidad, el antagonismo o la reserva. Dicha simplificación no es enteramente
legítima, pero puede ser utilizada provisionalmente [ver Derrida sobre el bricolage].
El avunculado, para ser comprendido, debe ser tratado como una relación interior a un sistema,
y es el sistema mismo el que se debe considerar en su conjunto para percibir su estructura. Esta
estructura reposa a su vez en cuatro términos (hermano, hermano, padre, hijo) únicos entre sí
por pares de oposiciones correlativas y tales que, en cada una de las dos generaciones
implicadas, existe siempre una relación positiva y otra negativa. Ahora bien, ¿qué es esta
estructura y cuál puede ser su razón? La respuesta es la siguiente: esta estructura es la más
simple estructura de parentesco que pueda concebirse y que pueda existir. Es, hablando con
propiedad, “el elemento del parentesco”.
En apoyo de esta afirmación puede aducirse un argumento de orden lógico: para que exista una
estructura de parentesco es necesario que se hallen presentes los tres tipos de relaciones
familiares dadas siempre en la sociedad humana, es decir, una relación de consanguinidad, una
de alianza y una de filiación. La estructura aquí considerada es aquella que permite satisfacer
esta doble exigencia según el principio de la mayor economía.
El carácter primitivo e irreductible del elemento de parentesco tal como lo hemos definido
resulta, en efecto, de manera inmediata, de la existencia universal de la prohibición del incesto.
En la sociedad humana, un hombre únicamente puede obtener una mujer de manos de otro
hombre [unas dudasss], el cual la cede bajo forma de hija o de hermana. No es necesario, pues,
explicar cómo el tío materno hace su aparición en la estructura de parentesco: no aparece, sino
que está inmediatamente dado: es la condición de esa estructura. El error de la sociología
tradicional, como el de la lingüística tradicional, consiste en haber considerado los términos y
no las relaciones entre los términos.
El sistema de parentesco es un lenguaje; no es un lenguaje universal, y puede ser desplazado por
otros medios de expresión y de acción. Los símbolos, positivo y negativo, empleados en los
esquemas precedentes, representan una simplificación excesiva, aceptable solamente como una
etapa de demostración [de vuelta, Derrida y el bricolage].
Por último, atacará la idea de Radcliffe-Brown según la cual la familia biológica constituye el
punto a partir del cual toda sociedad elabora su sistema de parentesco. A juicio de Lévi-Strauss
no existe otra idea más peligrosa. Sin duda, la familia biológica está presente y se prolonga en la
sociedad humana. Pero lo que confiere al parentesco su carácter de hecho social no es lo que
debe conservar de la naturaleza: es el movimiento esencial por el cual el parentesco se separa de
ésta. Un sistema de parentesco no consiste en los lazos objetivos de filiación o de
consanguinidad dados entre los individuos; existe solamente en la conciencia de los hombres; es
un sistema arbitrario de representaciones y no el desarrollo espontáneo de una situación de
hecho.