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Domingo Luciani”
Servicio de Anestesiología
Una vez que los alveolos están ventilados con aire fresco, el paso siguiente del proceso
respiratorio es la difusión de oxigeno de los alveolos a la sangre pulmonar y la difusión
del dióxido de carbono en la dirección opuesta. El proceso de difusión es simplemente
un movimiento al azar de las moléculas que entrecruzan sus caminos en ambas
direcciones a través de la membrana respiratoria y los líquidos adyacentes.
(Ley de Fick) Formulada en 1855 por el Medico y Fisiologo Aleman Adolf Fick
establece la difusión a través de los tejido. Esta ley establece que el índice de
transferencia de un gas a través de una lámina de tejido parecida a un sello es
proporcional a la superficie tisular y a la diferencia de presión parcial del gas entre los
dos lados, e inversamente proporcional al grosor del tejido. Como ya hemos visto, la
superficie de la membrana alveolocapilar en los pulmones es enorme (50 m2 a 100 m2),
y el grosor es sólo de 0,3 μm en muchos puntos, de modo que las dimensiones de esta
membrana son ideales para la difusión. Además, el índice de transferencia es
proporcional a una constante de difusión, que depende de las propiedades del tejido y
del gas concreto. La constante es proporcional a la solubilidad del gas, e inversamente
proporcional a la raíz cuadrada del peso molecular. Esto significa que el CO2 difunde
unas 20 veces más rápidamente que el O2 a través de láminas tisulares, porque su
solubilidad es mucho mayor, pero su peso molecular no es muy diferente.
* (Ley de Graham)
Interpretación:
Está claro que la capacidad de difusión medida del pulmón para el CO depende, no sólo
del área y el grosor de la membrana alveolocapilar, sino también del volumen de sangre
en los capilares pulmonares. Además, en los pulmones enfermos, la determinación se ve
afectada por la distribución de las propiedades de difusión, el volumen alveolar y la
sangre capilar. Por estas razones, en ocasiones (sobre todo en Europa) se usa el término
factor de transferencia para destacar que la medición no refleja únicamente las
propiedades de difusión del pulmón.
Hemos comentado ya que la difusión del CO2 a través de un tejido es unas 20 veces
más rápida que la del O2, a causa de la solubilidad mucho mayor del CO2 (fig. 3-1). A
primera vista, por lo tanto, parece improbable que la eliminación de CO2 pueda
afectarse por dificultades de la difusión y, en realidad, ésa ha sido la creencia general.
No obstante, la reacción del CO2 con la sangre es compleja (v. cap. 6) y, aunque existe
alguna incertidumbre sobre las velocidades de diversas reacciones, es posible que pueda
aparecer una diferencia entre la sangre al final del capilar y el aire alveolar si existe una
afectación patológica de la membrana alveolocapilar.