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CLASES DE INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA

PRIMER DIA: PRESENTACIÓN

1. Se presentan los alumnos, dos. Nombres y apellidos, edad, tiempo en el seminario, Qué ha
supuesto para ellos estos años de estudio en el Seminario…

2. Responder por escrito, dándose un tiempo:

¿Qué es la Teología?

- ¿Dios qué es? ¿Qué sabes de Él? ¿Cómo puedes conocerle?

¿Por qué estudias teología?

¿Para qué te va a servir la teología?

- Describe tu forma de estudiar.

La revelación

La Teología es la ciencia sobre Dios. Si hay Dios, y está más allá de nosotros, entonces la
teología, no puede ser otra cosa que ciencia de la Revelación. O en tal caso, la ciencia de la fe,
porque el hombre está situado en la historia pero abierto a la Transcendencia .

¿Qué es la fe? (tiempo para la respuesta)

La recepción subjetiva de la Revelación de Dios (Rovira Belloso).

En un primer momento vamos a intentar comprender lo que es la revelación de Dios, cómo


puede darse la revelación (credibilidad), y la Revelación de Jesús de Nazaret como Palabra
del Padre que interpela al hombre.

1. QUÉ ES REVELACIÓN
1.1 ¿Qué podemos ver de Dios?

Ustedes, ¿Creen en Dios? pero ¿lo han visto?

Leamos Jn 1, 18; 1 Tim 6,16. No podemos ver la esencia misma de Dios con los ojos del rostro o
de la mente. Si esto no lo tenemos claro podemos identificar a Dios con cosas humanas o
naturales, confundir a Dios con sus mediaciones, que confundamos a Dios con la traducción
humana de lo divino (Los ídolos (fuerza, fertilidad, vida. Hch 3 Pedro y Juan curando al tullido)

La realidad nos muestra a Dios, pero de forma velada ¿Qué significa el velo?

Ni siquiera en las Escrituras del Nuevo testamento identifican claramente a Dios, lo velan y lo
desvelan, y la claridad del velo es progresiva (Ley de Lamek, ley de Talión, la otra mejilla de
Jesús)
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Ley de Lamek: Entonces dijo Caín a Yahveh: “Mi culpa es demasiado grande para soportarla. 14 Es
decir que hoy me echas de este suelo y he de esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo
errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará.” 15 Le Respondió Yahveh: “Al
contrario, quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces.” (Gn 4, 7-15).

Ley de talión: “Pero si resultare daño, darás vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano
por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal.” Ex
21,25.

Jesús: 38 “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39 Pues yo os digo: no resistáis al
mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: 40 al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; 41 y al que te obligue a andar una
milla vete con él dos. (Mt 5, 38-41)

Este velo, no impide” el gran misterio de la comunicación de Dios que se da a conocer en


Palabra y en Espíritu”. Nuestro acceso a Él es mediado, pero Él llega a nosotros en la
inmediatez de su amor espiritual. Su amor llega a nosotros.

Este es el Misterio:

- Lo escondido, que de diversos modos, se comunica graciosamente, porque quiere


hacerlo, sin que sea necesario. La gracia es la acción benévola y gratuita de Dios, un
regalo inmerecido.
- El misterio es la paradoja, se abre y se esconde, se abre a nosotros pero no podemos
atraparlo, lo experimentamos pero no podemos poseerlo. Algo que se “abre o pone de
manifiesto sin dejar de permanecer radicalmente escondido. Dios es el tesoro que
gratuitamente anuncia su presencia siempre escondida”.

Analizamos el cántico espiritual de San Juan de la Cruz

¿Quién habla en cada momento? ¿Qué experimenta?

1.2. Dios y el hombre

En la revelación hay dos polos:

Dios transcendente a quien el hombre no ve, ni puede ver directamente con sus ojos o con su
inteligencia y el hombre religioso que tiene un deseo hondo de religarse, de estar con Dios, de
unirse a Él. El deseo natural de ver a Dios, la sed de Dios “Mi alma tiene sed del Dios vivo,
¿Cuándo veré tu rostro? (Salmo 42) “¿Cómo busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te
busca a ti Dios mío” (salmo 41)

Pero ¿se pueden comunicar Dios y el hombre? Para ello tendría que haber una capacidad en el
hombre de recibir esa comunicación. Si Dios nos ha creado a su imagen (Y dijo Dios:
“Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del
mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las
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sierpes que serpean por la tierra. 27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de
Dios le creó, macho y hembra los creó. Gn 1,26-27), entonces nosotros, la imagen, recibimos el
ser y todo lo que somos de aquel cuya imagen somos, somos capaces de Dios y esta es la
esencia de nuestro ser, recibir a Dios, ser su reflejo o su signo permanente.

San Agustín presenta al hombre como imagen de Dios, como “espejo capaz de reflejar a Dios
Padre, a su Imagen y a su Amor unitivo. Entonces la revelación es posible, entendida como
comunicación del infinito Amor a su imagen creada, humana” (Rovira Belloso, 7)

¿DÓNDE SE FUNDAMENTA ESTA REVELACIÓN?

En la creación del ser humano por Dios, a su imagen. Dios crea a imagen suya un ser
intelectual y amante, signo y símbolo de él mismo que siempre remite al encuentro de quien
es imagen. Dios se hace notar no como una idea clara y distinta, sino en su efecto primero que
es la idea de Dios introducida por el mismo en nuestra mente (Descartes), se hace notar como
la gravitación del infinito real sobre la inteligencia y la capacidad de amar del hombre (Pascal y
Buenaventura)

Esto no es revelación cristiana por los profetas o por Cristo, pero es la dimensión
antropológica básica, LA POSIBILIDAD REAL DE LA REVELACIÓN DE DIOS AL HOMBRE. Es
decir, como el ser humano, como imagen de Dios ha sido dotado de capacidad de amar y por
tanto de capacidad moral, lo que le somete a una gravitación o latencia de Dios sobre la
mente del hombre. Por el mero hecho de existir Dios y hombre, el segundo recibe ya una
cierta presencia y llamada de Dios.

Esto es algo previo al razonamiento y a la creencia, por el hecho de ser creatura, imagen de
Dios que hace posible una cierta y oscura percepción de la realidad de Dios. Los Concilios
Vaticano I y Vaticano II afirmarán el conocimiento de Dios a través del testimonio que Él deja
de si mismo en las criaturas. Este hecho nos coloca en el UMBRAL, la puerta del misterio de
Dios que hará posible la comunicación personal.

LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS

Estas se presentan a sí mismas como áreas de revelación, con la pretensión de ser “revelación
de Dios”. La Teología fundamental intenta discernir la credibilidad de estas pretensiones.

Las iglesias cristianas otorgan a la tradición judeo-cristiana una legitimidad fundamentada en


que a lo largo de la historia se aprecia la presencia de un factor transcendente, Dios, al lado y
por encima de todos los factores en juego (Historia de Salvación).

En lo referente al Islam, desde el documento conciliar Lumen Gentium, 16, podemos entender
el Islam desde el punto de vista histórico y desde la condescendencia divina (Synkatábasis),
como aquella dispensación (divina) que permitirá que a los pueblos árabes les lleguen los
destellos del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Las tres religiones monoteístas o de libro, Israel, Cristianismo e Islam tienen la pretensión de la
autocomunicación de Dios mediante su Palabra y su Espíritu. Se consideran a sí mismas
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religiones reveladas. Esto es mutuamente reconocido y en algunos momentos de la historia ha


permitido la comprensión y la tolerancia entre las tres religiones, fundamentada en el Amor
del Dios único que ama cuanto ha creado.

Sin embargo hay dos diferencias entre el Islam y el Antiguo y Nuevo Testamento:

1) Referida a la concepción de las Escrituras: El Islám considera al Corán como revelación


objetiva, directa de Dios; mientras que la tradición judeocristiana considera La
Escritura de manera mediada, como expresión o testimonio de la revelación de Dios a
su mediador/profeta.
2) La importancia del dinamismo interior de Dios. Nosotros vemos a Dios como acción
espiritual en la que juegan el conocimiento y el amor, procesiones divinas;
considerando a Dios Origen Fontal, Palabra viva y Espíritu vivificante; mientras que el
Islam no le da importancia, n considerará la dimensión trinitaria de Dios.

LA ESPECIFICIDAD TRINITARIA: El lugar de Dios y el hombre en la revelación trinitaria de la


Palabra y del amor

En el cristianismo el modo como el hombre recibe a Dios es correlativo al modo como Dios se
comunica. Creemos que Dios nos ha hablado por una Palabra suya. Una Palabra que dice,
comunica a los sujetos entre sí, impera y es fuerza viva. Para que entendamos esta Palabra
Dios nos ha regalado el don del Espíritu, capaz de hacernos entrar en su Verdad y Amor. Esto
es lo que llamamos la Trinidad Económica o manifestada que nos mueve a descubrir la Trinidad
inmanente (lo que no vemos, lo que sería “objetivo” más allá de la manifestación y que
expresamos con un lenguaje siempre deficiente (porque Dios es siempre mayor y no
podemos descubrirlo del todo, ni reducirlo a conceptos) que En Dios mismo Amor infinito y
Acción por excelencia se pronuncia la Palabra eterna y se expresa el Espíritu de Amor que une
al Padre con la Palabra como una Gloria que se derrama gratuitamente sobre nosotros.

Por la Trinidad manifestada, revelada, ascendemos a la Trinidad inmanente. Comprendiendo


que la unidad de Dios es trina. Esta es la transcendencia y la cercanía de Dios al mismo tiempo.

Dios nos habla, es Palabra. Y Dios comunica al hombre su aliento de vida, sabiduría o profecía,
de filiación, que orienta y mueve en la dirección de los hijos de Dios; es Espíritu.

DE LA CREACIÓN A LA TRINIDAD

Dios está presente en el mundo del hombre y decide, gratuitamente revelarse. Dios es esta
Trinidad personal, Padre, Hijo y Espíritu Santo, dándose a los hombres en la Encarnación del
Hijo, en la Cruz y en la donación del Espíritu por Jesús glorioso.

8/11/2021

LA ESCATOLOGÍA INCOADA: Acontecimiento y Palabra anticipan en el tiempo en el espacio


humano los dones de Dios que se revela.
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La Revelación tiene una dimensión escatológica, de futuro, en el que se anticipan a nuestro


hoy los bienes futuros que esperamos, el Hombre Nuevo y la Nueva Creación. En la revelación
cristiana la realidad de Dios se hace carne (hombre) en Jesucristo, el Logos de Dios se hace
carne y por ello la revelación cristiana toma la forma de una Escatología incoada o comenzada.

La Escatología ha sido comenzada en la Encarnación y resurrección del Verbo, como promesa,


cuyo cumplimiento se dará en el último día, cuando Cristo lo sea todo en todos.

La teología será por tanto la ciencia que estudia en las Escrituras la promesa de Dios, su
cumplimiento en la historia de Cristo y en el horizonte escatológico y su cumplimiento
anticipado en el hoy de la cardad y los sacramentos.

La revelación es Acontecimiento y Palabra:

- el acontecimiento en el que Dios escondido se manifiesta en la visibilidad de la


Creación y de la Historia.
- Pero es un acontecimiento no mudo, sino lleno de sentido que se puede expresar en
palabras aserciones y confesiones de fe. No hay acontecimiento sin palabra ni
viceversa. El acontecimiento mismo, la vida de Jesús, es Palabra y se hace palabra
escrita y mediadora. La Cruz de Jesús nos dice como es Dios para los hombres y en sí
mismo, es palabra reveladora.

LA HISTORIA CONCRETA DE LA REVELACIÓN DE DIOS EN CRISTO


La teología cristiana se comprende como la revelación de Dios en Cristo
Entendemos la revelación divina como el acontecimiento de la autocomunicación divina, que
hace posible el encuentro iluminador y salvador con la divinidad.

Una autocomunicación que no se hace de una vez, sino que tiene su historia: Empieza con la
creación, se establece y va realizando en la historia de Israel y alcanza su plenitud en la
persona, vida, ministerio muerte y resurrección por parte de Cristo. Quien nos da su Espíritu,
que nos conduce a la comunión liberadora con Dios.

Esa consumación en el Misterio Pascual de Cristo continua y al mismo tiempo rompe con toda
la historia anterior, la experiencia de la muerte y resurrección, Ascensión y Donación del
Espíritu de Cristo se produce una experiencia transcendental, como irrupción del dominio de
amor divino en el mundo que hace ver a los discípulos la definitiva epifanía de Dios y el nuevo
pueblo de Dios en ellos mismos. (1 Pe 1,10-13)

La revelación se centra en la Muerte y Resurrección de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios

Como hemos dicho hay un proceso revelatorio que tiene su:


- pró-logo (literalmente previo al Logos) que es la Creación.
- la Profecía en la que se prometen los bienes mesiánicos futuros.
- el Eschaton o irrupción escatológica, del que es el alfa y la omega, Cristo Jesús, el Amor
divino anticipado.
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Jesucristo es el centro y la cumbre de toda la revelación porque él nos permite decir que “la
revelación es la Palabra de Dios dicha a los humanos, porque Él es el Logos de Dios hecho
carne.

En el se realiza la Verdad, la revelación porque la vida de Jesús, desde la Encarnación hasta la


donación de su propio Espíritu es el acontecer de la misma Trinidad comunicada.

Esa muerte y Resurrección evoca el paradigma del Éxodo, y así se establece la continuidad
entre la profecía con su cumplimiento en figura en el AT y el cumplimiento pleno en el NT:
Pues la Cruz de Jesús es la manifestación al mundo del Justo en el que se revela la voluntad
de justicia/amor de Dios, Padre de todos los hombres.

Si la revelación tiene lugar en Cristo, la cuestión fundamental es Cómo acercarse y acceder a


Jesucristo? ¿Cómo salvar la distancia , temporal, cultural y transcendental entre Él y
nosotros?

Esto sólo es posible mediante el Espíritu de la resurrección recibido por la fe.Hay revelación
cristiana si el que murió, está a la derecha del padre y está presente entre los suyos ALIENTA
SOBRE ELLOS el Espíritu de Verdad y Amor, y acogido por ellos hace posible percibir la verdad y
recibir la comunión de vida con Cristo. El Espíritu nos permite SUMERGIRNOS en la muerte y
Resurrección de Cristo, vivir allí, entrar en el amor de Dios, en el hogar de la vida divina. No es
una doctrina , es una luz, una experiencia y una vida nueva recibida. Por eso una teología de la
Revelación tiene que dar cuenta del concepto y del hecho de la Resurrección, en sí mismo y
para nosotros.

LA RESURRECCIÓN

Ya en la espiritualidad hebrea es importante la amistad personal con Dios, la comunión con Él,
fraguada en la oración y el amor. En la vida, la muerte y después de la muerte, lo ideal es estar
cerca de Dios (Sal 73,28; libro de Job, cuando Job se encuentra con Dios en Diálogo y amistad
con Dios se eclipsan todas sus penas y dolores)

Además está toda la apocalíptica, como anhelo veterotestamentario de ver a Dios y estar con
Él. Lo hace como contraste a su presente de dolor y muerte. Así ocurre con los profetas Daniel y
Ezequiel, quienes contemplan la caída de Israel y del mundo caduco; caída que permite
entrever, como un horizonte de esperanza, la figura misteriosa del Hijo del hombre que viene a
cambiar la suerte del pueblo. Esta visión va trazando la figura del Mesías. Así pues la
pocalíptica empieza a trazar la Escatología, como gratuita e inesperada irrupción de lo divino
que desborda la creación, como apocalipsis (revelación) de gracia y de unión con el Dios de la
vida, como nueva creación, Como si el futuro escondido de Dios se anticipara hasta el presente
(1 Cor 15,28).

La escatología es el futuro de Dios para el hombre. un futuro escondido eternamente en Dios.

La resurrección sería por tanto, el futuro de Dios anticipado en lo humano


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La Cruz de Cristo rompe la división entre lo humano y lo divino, es el punto por el que Cristo
glorioso, nucleó del mismo Reino de Dios se introduce en el mundo para anticipar la nueva
creación, para darnos su espíritu como gracia y anticipación de la gloria que esperamos.

El futuro de Dios se ha anticipado en Cristo (Escatología anticipada). Esta es la revelación


cristiana: la anticipación del futuro de Dios en el hombre y en el tiempo de la Iglesia, la
anticipación plena de la vida de Dios en el hombre, humillado y crucificado. Es el
cumplimiento de todas las promesas hechas a los pobres y a los que sufren. Es la culminación
de todo el proceso de la Revelación judeo-cristiana. La resurrección ha anticipado en la
humildad del Crucificado la Gloria de Dios.

Esto lleva al hombre a la participación más alta posible en la vida de Dios que pueda recibir,
la vida plena y eterna con Dios. El anhelo ancestral de estar junto a Dios llega a ser
plenamente real en el hombre Cristo Jesús, levantado a la diestra de Dios. La resurrección de
Jesucristo no es solamente revelación, sino salvación real de los humanos.

Así entendida, la resurrección aparece como la respuesta coherente de Dios a la apertura


religiosa del hombre a lo divino:

a) La respuesta tiene en cuenta los males y frustraciones de este mundo.


b) Es acorde al infinito Amor. si Dios ama no puede olvidar lo que ama. La resurrección es
“el milagro del Amor que gravita sobre el hombre enfermo como curación, sobre la
muerte como resurrección, sobre la desesperación como anticipo de la experiencia de
Dios.” Si Dios es amor sus hijos vivirán siempre (Sal 16), Si Dios me ama, me dirá: “vive
para siempre”. La Resurrección es el espacio misterioso donde el Amor del Padre
redime al pecador, al pobre, al olvidado, al injustamente aplastado.

La resurrección es el culmen de la Revelación, en unidad con toda la vida de Jesús, toda ella es
revelación y culmina en la Resurrección. En todo momento es el Hijo de Dios que hace su
voluntad, se revela a los hombres y se da a los hombres.

LOS MOTIVOS PARA CREER EN LA RESURRECCIÓN Y EN LA FE APOSTÓLICA

1) La escucha de los testigos. La fe viene de escuchar la fe de los Apóstoles, los


testimonios del Nuevo Testamento, leídas a la luz del Espíritu. Es la decisión
personal de acoger y creer fielmente la palabra o llamada a la que Cristo nos invita
por la mediación de su iglesia apostólica.
2) La participación vital en la vida del Resucitado. Incorporarnos a la Tradición
apostólica, formando parte de la misma comunidad de fe en la que vivieron los
Apóstoles. Cuando nos acercamos a la fe en la resurrección y entramos en ella
para ser incorporados a Cristo, revestirnos de él por el Bautismo, y formar un solo
Cuerpo y un solo Espíritu por la Eucaristía.
3) La fe, que nos hace vivir experiencias semejantes a las que vivieron los apóstoles.
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Los motivos de la confesión de la fe de los Apóstoles en que Jesús vive Resucitado por el poder
de Dios:

1) Los acontecimientos.
2) La Palabra
3) El Espíritu de Dios
Estos tres motivos que se ciñen con objetividad y exactitud a los hechos pascuales
condujeron a los Apóstoles a dejarse atraer positivamente por ese acontecimiento
luminoso que es la Pascua de Jesús. Así brota la formulación más sencilla y profunda
del kerigma: Dios Padre ha resucitado a Cristo de entre los muertos, y –sentado a su
derecha- nos ha dado su Espíritu, con los demás dones de la Pascua: el gozo, la paz, el
perdón y la misión.

Así lo descubrimos en las cuatro tradiciones neotestamentarias de la Resurrección: en


la tradición paulina anterior al año 60: 1Cor 15,1-7 (anunciado en la palabra,
comprobado en los acontecimientos que provoca el asombro y la fe). en el mismo
Pablo a quien la intervención de la luz, del Espíritu que deslumbra y convierte
radicalmente a quien queda envuelto por ella (Hch 9,1-19; 22, 6-21; 26,8.12-18; Fp
3,10-11). En la tradición joánica donde en la Cruz, Jesús es levantado en Dios con la
gloria que tenía en él desde el principio, presentándose así Jesús como el Eschaton, el
primero y el último, que inaugura la plenitud del tiempo. En la doctrina lucana y
paulina de la donación del Espíritu, basada en la experiencia de la comunidad
apostólica movida por el Espíritu y llenos de los dones de la vida nueva (caridad, gozo,
paz); y la misión realizada por los discípulos revestidos por la fuerza de lo Alto dada por
el Resucitado (Lc 24,51)

Los signos de la Presencia/Ausencia de Jesús


a) como el sepulcro vacío, signo negativo de la resurrección, que les conduce del ver
al creer (Jn 20,8).
b) los signos de las apariciones en las que Jesús se hace el encontradizo en signos
reales que dan fe de su presencia (la fracción del pan, su palabra que da sentido a
lo vivido, su llamada a la nueva vida, su capacidad de reunir a los dispersos, de
convertir su ánimo, el envío a la misión. En todas las apariciones la iniciativa es del
Resucitado. como siempre Dios toma la iniciativa, tomando así la aparición rango
de revelación de Dios. Los apóstoles entendieron que Jesús estaba vivo después
de haber sido crucificado y muerto en la Cruz.
c) el signo memorial de la fracción del pan (Hch 2,42) en el que se actualiza la
presencia de Jesús, como una continuación eclesial del banquete de los Apóstoles
con el Resucitado (Jn 20,19)
d) El cumplimiento de las promesas veterotestamentarias. Dios promete que no
dejará que la vida del Justo se corrompa en el sepulcro aunque los impíos le
condenen a muerte (Sal 2,20; Job 19,25-27; Sal 16,10)
e) La luz del Espíritu Santo recibida en Pentecostés. La luz del Espíritu Santo hace
aparecer a Jesús glorioso en la mirada de fe de los Apóstoles. El Espíritu es el
aliento poderoso fruto de la misterios visita de Jesús vivo a su comunidad.
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las distintas confesiones de fe neotestamentarias y los cinco signos se resume en la confesión


global: la comunidad de los Apóstoles y de los discípulos cree que Jesús vive: ha sido levantado
a la derecha del Padre y desde esta posición de poder espiritual nos da su Santo Espíritu. (Hch
2,32) Este es el kerigma anunciado por los testigos.

LA EXPERIENCIA QUE EL PUEBLO DE DIOS PUEDE TENER HOY DEL RESUCITADO

¿Podemos hacer experiencia hoy del Resucitado o sólo podemos adherirnos de manera
extrínseca a algo pasado?

Hoy día los creyentes podemos tener experiencia del Resucitado como actualización del
acontecimiento primordial. Esa actualización la realizan la Palabra, la Caridad y los
Sacramentos y se experimenta de una manera muy parecida a los Apóstoles:

a) EN LA PALABRA. También nosotros pasamos del vacío de la ausencia a la Palabra


La Resurrección es un hecho verdadero que se percibe por la fe, percibida por la mirada y la luz
de la fe se nos muestra cierta y verdadera.
Nuestros vacíos y silencios (experiencia de Viernes y Sábado Santo) son irrumpidos por la
presencia nueva De Cristo Resucitado, una presencia (escatológica) que empieza en los
Apóstoles y que se continúa hoy. Presencia que nos habla y llena nuestros vacíos.
Claro necesita la fe que no es otra cosa que disponerse para recibir la revelación. Y la
Revelación llega en el mensaje, como Buena Noticia (en forma de tradición, confesión de fe,
incluso doctrina) San Pablo nos transmite la tradición de la Resurrección (1 Cor 15,3-5) y de la
tradición de la Eucaristía (1 Cor 11,23). Tradición que recibe y que re-transmite activamente
con palabra y vida.

En la palabra transmisora de la Revelación va ordinariamente la fe, el testigo transmisor en la


predicación ordinaria o extraordinaria del testimonio personal, de la palabra de aliento, de la
catequesis, de la teología. Pero sobre todo en la Escritura, Cristo mismo que nos habla cuando
en el Espíritu la escuchamos. En la Escritura nos encontramos con Cristo, le conocemos,
entramos en su vida, experimentamos su Espíritu, la luz que ilumina nuestra vida, el aliento
que nos comparte su vida.

b) COMO LUZ. Experimentamos a Cristo como Luz en la oscuridad y lucha de este


mundo
La experiencia del Resucitado es claridad interior. Luz envolvente que desborda la inteligencia
que descabalga del caballo del propio racionalismo, a semejanza de San Pablo.
La fe pasa de creer a, en cierto modo, ver; abre los ojos a la evidencia de que Jesús está vivo;
Nuestra mirada empieza a ser conducida de este mundo nuestro que dominamos y es caduco;
a la luz y la vida divina que no se pueden encerrar en ningún concepto y son literalmente
indescriptibles y eternas. Se nos abren los ojos del alma como dice San Ambrosio de Milán.
Realidad invisible que se nos hace presente , anticipa, en los símbolos visibles (Escritura,
sacramentos, la caridad).

c) EN SU ENCUENTRO Y COMPAÑÍA. que levanta a sus amigos


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La resurrección de Jesucristo crea un ámbito nuevo de encuentro interpersonal: En el


encuentro de Jesús con María Magdalena ya no es el egoísmo posesivo el que preside el amor
–“Suéltame”, dice Jesús-; sino la unión de voluntades y el seguimiento.
Un encuentro que produce un cambio interior, como en los discípulos de Emaús, que impulsa
de la ceguera a la luz y de la depresión al gozo. Un encuentro que se realiza gratuitamente e
inesperadamente, porque Jesús se hace el encontradizo en la cotidianeidad de la vida como en
Jn 21 cuando los discípulos vuelven a pescar.

Son encuentros personales y espirituales, y sólo después de ellos puede brotar la misión,
transmitiendo gozosos, lo que han visto y oído (1 Jn)

d) LA EUCARISTÍA es la síntesis. La fracción del pan con el Justo


LA CELEBRACIÓN DE LA PALABRA. LA ESCUCHA DE Cristo en ella.
Los que en la escucha de la Palabra llegan a la fe, no permanecen aislados. Forman la
comunidad de la fe. Jesucristo, Palabra viva del Padre, es el centro de la comunidad y
permanece vivo en la predicación, cuando es realizada como transparencia de la Palabra de
Dios: Cuando la palabra humana es vehículo de transmisión de la fe en la Iglesia y llega a los
corazones de los fieles, hace crecer la comunidad creyente. La Palabra y el Espíritu constituyen
la dimensión escatológica de la Iglesia y permiten actualizar la revelación en ella.
LOS SACRAMENTOS: Jesucristo es la realidad invisible que re-presentan los sacramentos. En
ellos nos encontramos con Jesucristo.

En Cristo vivimos un conocimiento sapiencial o experiencial porque Dios traspasa de la Palabra


a las palabras, de la eternidad a la historia, de su misterio a nuestra mente. Y, gracias a Cristo,
nuestro conocimiento, en manera simbólica, puede ascender de lo patente y visible a lo
escondido y espiritual. Cristo Resucitado ha roto los muros y el abismo entre lo humano y lo
divino Él es la Puerta por la que Dios se hace presente en lo humano y lo humano puede entrar
en lo divino. Cristo Resucitado nos hace pasar del mundo y la Historia al misterio de Dios que
ama y se da por Cristo, en el Espíritu.
Los sacramentos son la forma visible de la gracia invisible (San Agustín).

En la Eucaristía actualizamos este momento de unión de lo visible y lo invisible, el MISTERIO


PASCUAL de Cristo. Celebramos, actualizamos y agradecemos este paso, esta unión.
La Experiencia de Cristo Resucitado de los apóstoles y la nuestra es la misma porque Cristo
transciende el tiempo y el espacio y nos hace una sola comunidad, unidos en Él a todos, desde
los primeros apóstoles hasta nosotros. El Señor se hace presente no de manera espectacular,
sino en una experiencia personal y comunitaria que transciende nuestro ser y nuestro tiempo.

Así la Resurrección de Cristo da sentido y cumplimiento a todo el proceso revelatorio que la


prepara. Es el gesto revelador que cumple todas las promesas. Porque el Amor Divino entra en
contacto con nuestra realidad creada, decaída, lastimada y ese encuentro nos hace creer en las
Palabras de Cristo y levanta nuestro espíritu y nuestra vida. Sin la resurrección serái vana
nuestra fe y nuestra vida (1 Cor 15). Este es el núcleo de la fe de la Iglesia: creemos en el Amor
de Dios y creemos que Cristo vivo nos ama hasta darnos el Santo Espíritu. Así se resumen
todos los artículos de fe.
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OBSERVACIONES A TENER EN CUENTA


- Pero no separemos la resurrección de toda la vida de Cristo. La REVELACIÓN DE DIOS TIENE
LUGAR EN CRISTO, en toda su palabra, su obra y su vida. La Escritura es el Resucitado que
nos habla y cuando entramos en ella de manera creyente nos encontramos con el
Resucitado. Él es la Palabra del Padre, cualquier escena de la vida de Jesús es motivo válido
para creer. Todos sus hechos están penetrados por el núcleo de la resurrección. En cada
palabra de la Escritura Dios nos habla, nos ilumina, nos levanta. Es el mismo Resucitado allí
presente, que nos da su vida, su Espíritu.

- El Resucitado se hace presente en la creación y en la historia, en la cotidianeidad de la


vida en gestos momentos, encuentros que transparentan el amor de Dios, en los que Él
está presente (Mt 25,31-45).
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TEOLOGÍA Y TEOLOGÍAS

I. EL CONCEPTO DE TEOLOGÍA. PUNTO DE PARTIDA

El punto de partida de la Teología es la iniciativa de Dios. El hombre dice su teología porque


previamente, Dios ha tomado la Palabra y ha hablado. Es lo que hemos visto en el capítulo
anterior: La revelación de Dios y la fe por la que el hombre se adhiere a ella son realidades
previas a la teología. El acontecimiento entre la iniciativa de Dios y el hombre que acoge es
contemplado y conceptualizado por quien trata de entender. Esa narración es ya teología. Que
no es otra cosa que el intento humilde, arriesgado y siempre inacabado de conceptualizar el
misterio.

El Cristianismo se desarrolla en la historia como acontecimiento y doctrina:

El acontecimiento que es lo que Dios hace en la historia, Cristo mismo, el hijo de Dios, el
misterio escondido que se hace presente y nos hace parte de él. Y la doctrina que es la
descripción del acontecer cristiano, que supone un conocimiento, que es cada vez más
profundo y una exposición más clara de la insondable riqueza de su persona.

La doctrina depende claramente del acontecimiento, y las verdades de la fe cristiana tienen un


orden o jerarquía según como sea su enlace con el fundamento de la fe cristiana. El objetivo de
la doctrina tiene que ser la fidelidad al acontecimiento expuesto en el Nuevo Testamento, de
manera sencilla, con un sentido minucioso del detalle y, a la vez, de la globalidad.

La Teología es necesaria para “dar cuenta narrativamente del acontecimiento de la fe y la


necesidad de expresar conceptualmente lo que significa este acontecimiento, en sí y para
nosotros”.

De la NARRACIÓN se pasa al NIVEL CONCEPTUAL, producido por dos causas: sobre todo por la
aparición de las herejías que obligó a formular conceptualmente los términos y el significado
de las narraciones neotestamentarias. La segunda es el dinamismo inherente al entendimiento
humano: La mente no se detiene en el acto de creer, quiere saber, quiere entender lo que cree.
El riesgo de este querer saber es pretender des-velar del todo el misterio re-velado, lo que se
ha manifestado pero siempre escondido. Es el riesgo de querer poseer y dominar lo que es
más grande que nosotros.

Pensar a Dios desde una cultura es el programa implícito en todo discurso teológico, pero toda
teología será siempre parcial e inacabada, es necesaria, pero siempre provisional y parcial.

LA TEOLOGÍA COMO SABER

La sabiduría teológica no puede ser racional (controladora) sino mística, de lo que se va viendo
y desvelando, siendo siempre deslumbrados por el exceso de luz que no podemos retener. Es
esa claridad (inteligencia de la fe) que Dios otorga y que ayuda a entender el misterio. El
teólogo después de mostrar lo que la Iglesia cree, muestra las razones que en esa fe están
inscritas, en la medida que pueden llegar a entenderse.
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Razón que no puede someter la fe al juicio de una veracidad establecida por esa razón
subjetiva. Hay una verdad objetiva que ha de ser descubierta por el teólogo que busca
adecuarse a ella.

No podemos por tanto dejar al lado la fe para hacer teología, y analizar toda la cuestión de
Dios desde nuestra razón. El saber teológico sería, más bien, la intuición racional que brota del
misterio y que da lugar a un entender que no va tanto en la línea de la argumentación racional
cuanto de la contemplación inteligente y amante del objeto. Algo así como la percepción
simultánea del misterio y de las razones inscritas en el misterio. Creer y entender, viendo sin
acabar ni dominar todo, lo que uno cree. Sabiendo siempre que donde el concepto se detiene,
se adelanta el amor.

EL CONCEPTO DE TEOLOGÍA

La teología es el hablar humano acerca de Dios. (Theos y Logos) que en cristiano tiene otros
sinónimos como conocimiento (gnosis), sabiduría o sacra doctrina.

El término tiene raíces platónico-aristotélicas. En Platón la teología y la filosofía serían el


campo del conocimiento racional de la divinidad, un “logos” que intenta expresar a Dios tal
como es.

Aristóteles lo emplea tanto para referirse al sentido peyorativo de creador de mitos como en el
positivo de la ciencia que habla de Dios y es propia de Dios, la ciencia que Dios tiene. Como la
sabiduría que investiga la verdad, la causa de todo lo que está manifiesto, la causa de las
causas o motor inmóvil.

Platón y Aristóteles crean el cauce para la teología.

- Pero en Cristiano hay un matiz, no es solo, ni principalmente, el conocimiento Dios uno


y trino, cuanto la oikonomía (Economía) de Dios, lo que Él ha querido dispensarnos
Dios que se revela en Jesucristo, el conocimiento de Dios que se manifiesta en su
imagen: Jesucristo.
- La teología será también respuesta al discurso de Dios, trata del discurso a Dios, lo
referido al movimiento ascendente de invocación y adoración a Dios.

Por tanto la Teología tiene un doble movimiento: descendente y ascendente: Es la ciencia de la


revelación de Dios que se abaja al hombre y en el discurso ascensional de la adoración a Dios
en Espíritu y Verdad. La Teología como discurso sobre Dios debe estar transida por la Palabra
de Dios y por la Palabra a Dios, esto se da por la Revelación y por el Espíritu contemplativo.

En tiempos de los Padres de la Iglesia se distinguen distintas teologías:

a) La teología vulgar como mitología o teogonía.


b) La teología como conocimiento precristiano de Dios
c) La teología como ciencia divina del Antiguo Testamento.
d) Con Orígenes llegamos a la teología como conocimiento cristiano de Dios.
14

Con Eusebio de Cesarea se normaliza el termino teología, distinguiendo entre Teología, como
conocimiento del Dios trinitario y oikonomía, como conocimiento del don de Dios hecho
hombre. Los padres griegos entienden que a la teología se llega por la economía y que los
conceptos no son excluyentes, la teología tiene un sentido cristológico y pneumatológico.

Desde Justino a Agustín se entiende que el conocimiento propio de la Teología surge del
estudio de las Sagradas Escrituras, pues son Palabra de Dios que nos muestran su acción
culminada en Cristo imagen de Dios invisible.

II. UNA FE, VARIAS TEOLOGÍAS

Ya en el ANTIGUO TESTAMENTO hay familias teológicas distintas (las fuentes redaccionales


Yahvista, Elohista, sacerdotal y deuteronomista del Pentateuco). En el Antiguo Testamento
aparecen una gran variedad de formas en el lenguaje, que muestra un pluralismo teológico,
según como se conciba la revelación de Dios.

a) como modo mantico, inspiración de sueños provocados por Dios que lleva a
narraciones en las que domina el poder amante de Dios desplegado sobre el sueño del
justo.
b) como encuentro con Dios, lleva a una teología personalista
c) como entrega de un memorial por parte de Dios, produce una teología simbólica que
desembocará en la oración y los sacramentos cristianos.
d) como manifestación de la voluntad de amor de Dios, que orienta y sostiene el obrar
del hombre, alumbra una teología de la llamada de Dios al hombre para que sea sujeto
ético, prójimo.
e) como presencia del Espíritu Santo en los profetas. Entonces tendremos el tipo más
común de revelación como comunicación de la Palabra y el Espíritu de Dios a los
profetas.

NUEVO TESTAMENTO

Según la perspectiva sobre la que se enfoca el conocimiento de la persona de Jesús


distinguimos varias cristologías:

a) Cristología de la predicación (corpus paulinum)


b) Cristología especulativa histórico-escatológica (IV evangelio ¿Lucas?)
c) Mesiánica, centrada en el Jesús histórico (Mateo, Marcos, Lucas)
d) Cristo como Señor y Eschaton ya en la eternidad (Apocalipsis).

Son distintas perspectivas o letras de una única realidad o Espíritu que las hace inteligible y las
reúne en un solo acorde: Jesucristo.

Teologías desde la HISTORIA y después sobre su FINALIDAD (Narrativa, fundamental,


sistemática), o según el ESPACIO Y TIEMPO en el que surgen (zona de inculturación).
15

TAREA PARA EL PRÓXIMO DIA, TRABAJAN Y PRESENTAN LAS DIVERSAS TEOLOGÍA EN LA


HISTORIA Y POR SU FINALIDAD, UN BLOQUE CADA UNO.

09 y 16/11/2022: EXPOSICIÓN ALUMNOS DE LAS DIFERENTES TEOLOGÍAS

1) Anderson: Teología patrística y monástica


2) Kevin Giovanny: Escolástica, Controversística y postridentrina
3) Kevin Daniel: Siglos XIX y XX
4) Harol Pavón: Fundamental y positiva
5) Wilmer: Sistemática
6) Javier: Narrativa
7) Digno: de la Palabra

23/11/2022: LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA

TIPOS DE TEOLOGÍAS

LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA

CONCEPTO DE CIENCIA

varias definiciones:

-“cuerpo o sistema de conocimientos “ (A.A. Maurer)

- “Conocimiento general y sistemático de la realidad, bajo un determinado objetivo formal”


(W. Beinert). Para la posibilidad de una ciencia particular se necesita un objeto formal o
perspectiva específica desde la cual se contempla la realidad (Es un saber sobre un aspecto
determinado y desde un punto de vista determinado, pero de ninguna manera sobre la
totalidad de lo real).

2 riesgos o dramas:

1) la especialización del saber al extremo hace perder de vista la visión sintética del
conjunto de la realidad (El árbol impide ver el bosque). Cada ciencia parcializa la
realidad, al escoger y determinar un solo ámbito de la misma.
2) Cada ciencia se lo juega todo en la elección del método adecuado para alcanzar su
objetivo real (lo que hace necesario el rigor científico)

El término sistema, nos indica que la ciencia no es una suma de conocimientos, sino un cuerpo
o totalidad de conocimientos bien trabados entre sí.

PATRISTICA

Los escritos de los padres apostólicos están escritos con un gran rigor, reflexionando sobre la
verdad contenida en la propia fe cristiana, pero ellos no se plantean la cientificidad de sus
escritos. este planteamiento científico comenzará cuando una reflexión filosófica se
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constituya como método de reflexión habitual sobre la revelación cristiana, cuando un


teólogo se proponga repensar racionalmente la revelación con un método riguroso,
comprendiéndolo desde un determinado sistema filosófico. Que al mismo tiempo y como
contrapunto deberá ser flexibilizado y modificado por los datos de la fe. esto se llama
INCULTURACIÓN.

En occidente será Agustín el primero en expresar la importancia que tiene la teología cristiana
como un saber o conocer, Y es también el quien primeramente llamará ciencia al
conocimiento de Dios y del hombre. (El distingue entre sabiduría (ciencia de las cosas divinas)
y ciencia (conocimiento de las humanas)

La época patrística es una tradición teológica histórico narrativa, la transmisión de la fe que da


testimonio de la Tradición cristiana. Pero, además de los sucesivos aportes creyentes, que
aportan sentido, hermenéutica a los textos bíblicos, en el siglo III asumen categorías de la
filosofía griegas en sus dimensiones cosmológicas, antropológicas y metafísicas (Atenágoras,
Clemente de Alejandría, Ireneo de Lyon, quien equilibraba su perspicacia sapiencial con su
sentido pastoral.

El nivel científico de la teología brillará cuando el saber teológico aparezca situado en la


universidad.

LA CIENCIA ARISTOTÉLICA

El conocimiento del ser

Lo que Aristóteles quiere conocer es el ser. Acercarse a él para comprenderlo a través de


conceptos y definiciones.

Los conceptos son representaciones fehacientes de la realidad del ser (una foto), esta es la
episteme (ciencia) de los griegos. Pero este concepto o foto debe acercarse al ser respetando
sus peculiaridades. Y el ser se predica de muchos modos, hay muchos modos de ser. Y las
categorías son las diversas maneras con las que la mente se acerca al ser, respetando sus
peculiaridades reales y su situación en el conjunto de la realidad.

Las categorías aristotélicas

Son diez: Substancia, calidad, cantidad, acción, pasión, espacio, tiempo, posición, hábito y
relación.

La substancia es aquello que una cosa es. Aquello que es per se. Que no pertenece ni depende
de nadie, sólo se pertenece a él.

No es una realidad al lado de otras, es una esencia. La ciencia emerge cuando el


entendimiento humano conoce la esencia de una cosa de una substancia, mediante el
concepto que de suyo es universal (pasar del universal al particular (sistema deductivo). La
ciencia es conocer lo universal en lo singular, mejor aún, aquello que en lo singular es
universalizable. La esencia está en todas las cosas iguales, así la esencia es lo mismo que la
especie: La esencia se encuentra en todos los individuos de la especie equina.
17

Hasta aquí llega la ciencia aristotélica: la substancia es designada por Aristóteles con esos
términos (Sujeto, esencia, especie, género). . El entendimiento contempla y reconoce la
esencia universal de una cosa y la especie y el género al que pertenece esa substancia.

Este es el punto de partida del conocimiento científico que tiende a apoderarse de las cosas
para manipularlas, transformarlas, poseerlas. Primero es la mente la que se apodera
mentalmente de las cosas y lo hace mediante el concepto. Después son el arte (la artesanía) y
la técnica las que manipulan realmente los objetos.

Pero Aristóteles se queda en el aspecto más contemplativo en la definición de la substancia,


del ser.

Definición de ciencia: “Es un discurso que expresa la esencia individual objetiva (de un sujeto).
El concepto retrata la esencia del sujeto y en la definición un objeto genérico es acotado y
diferenciado por las diferencias específicas.

La episteme o conocimiento aristotélico es la siguiente secuencia: Del concepto se pasa a la


definición y de está al juicio. y de las dos últimas al raciocinio. El alma o núcleo de estas
operaciones mentales es el verbo ser: Un sujeto es aquello que el predicado indica.

El raciocinio consiste en ver como las cosas son coincidentes o diferentes en esencia o en
grado.

Así la episteme es una aproximación a la realidad, sostenida por la lógica que nos lleva a las
otras categorías que precisan como es la esencia de las cosas:

-cualidad (cuál): muestra cómo son las dimensiones formales de la substancia.

- cantidad: cambio en las dimensiones materiales

- acción o pasión se refieren a la iniciativa o receptividad que tiene la substancia en el mundo,


ubicada en el espacio y tiempo y en cuanto relacionada con otras cosas.

Síntesis: El ser lo transciende todo. Sirve para nombrar todas las categorías, es lo que subyace.

y la mente humana da cuenta de los seres determinados que son substancias (sujetos) cuya
esencia universal al ser conceptualizada universalmente abre camino a la ciencia.

Deducción e inducción

Otras nociones Aristotélicas:

Primeros principios: Elementos primeros y verdaderos que aportan su credibilidad de ellos


mismos, por sí mismos son dignos de fe y son la base del conocimiento.
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DE ellos se deduce el resto, ciencia deductiva. Sus principios se deducen por el nous, el acto del
entendimiento, la inteligencia, el acto de entendimiento que aprehende una cosa por la simple
percepción natural de esta cosa (son principios intuitivos). Esta intelección que es la simple
percepción garantiza la verdad de estos principios, pero no son objeto de demostración
científico-deductiva.

deducción: Cuando de los principios ciertos se derivan conclusiones ciertas, mediante


premisas igualmente ciertas.

Silogismo: es el discurso que establece ciertas premisas deduciendo a través de ellas algo
distinto de ellas.

Investigación metódica: sirve para llevar l conocimiento cierto de los principios.

Exposición sistemática: Se encarga de la deducción correcta de las conclusiones y de la


proposición didáctica de estas conclusiones.

dos tipos de silogismos:

- perfecto: muestra en sus propios elementos la demostración necesaria


- Dialéctico: da un cierto margen a la opinión

la INDUCCIÓN, empieza por la observación de lo concreto, de lo particular a lo universal,


conocimiento como experiencia por muchas sensaciones. , esto es posible porque en lo
singular se encuentra ya d alguna manera lo universal.

INVESTIGACIÓN METÓDICA, EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA

En el modelo inductivo la investigación metódica descubre la de la sensación al recuerdo, de


éste a la experiencia de la que nace el arte. Indica el esfuerzo del entendimiento por alcanzar
los principios ciertos de la ciencia (las causas, conocimiento por las causas).

La exposición sistemática es el esfuerzo por ordenar mentalmente el material de la


investigación, sea deductiva o inductiva, hasta llegar a descubrir el sentido o las leyes que
rigen el material investigado, y este resultado vertebra la exposición sistemática.

LA TEOLOGÍA COM CIENCIA DEDUCTIVA E INDUCTIVA

La escolástica entendió que la ciencia aristótelica abría la perspectiva deductiva a la teología:


La teología, a partir de los principios conocidos por la Revelación debe deducir conclusiones
ciertas: Para ello la premisa mayor debe ser siempre revelada, pero la premisa menos puede
ser una verdad cierta conocida por la razón natural. Así las conclusiones serán teológicamente
19

ciertas. Así la teología sería una ciencia argumentativa que tiene como objetivo establecer
conclusiones ciertas.

Ahora bien podríamos desde J: H. Newman ver elementos de la ciencia inductiva en la lenta
espiral que lleva a la adhesión de la fe, desde la investigación de la credibilidad de la
revelación.. Desde la observación de lo concreto de la revelación se llega por inferencia hasta
la aprehensión de sentido que mueve al asentimiento intelectual y creyente.

Esta ciencia inductiva, ya aparece sui generis en San Agustín, encontrar razones eternas en los
hechos y acontecimientos de la Sagrada escritura a través de un pensamiento profundo.

Para una ciencia inductiva correcta se necesitan dos condiciones:

- El entendimiento debe contemplar en un modo cada vez más profundo estos hechos y
colocarlos adecuadamente en el conjunto de la fe.
- Los acontecimientos observados se han de comparar con los principios más generales
conocidos por la Revelación, las grandes verdades reveladas.

Es una mirada contemplativa que partiendo de un hecho acreditado asciende a una verdad
sistematizada., cada verdad aporta unidad y coherencia a todo el saber teológico.

LA TEOLOGÍA ES O NO CIENCIA

Godofredo de Fontaines: La ciencia es un saber proporcionado al espíritu humano mientras


que la Teología transciende el espíritu humano.

versus Tomás de Aquino (Teología ciencia subordinada al conocimiento de Dios y de los


bienaventurados) Enrique de Gante (alcanzar mediante la luz de los doctores la evidencia de lo
que creían)

conocimiento por las causas


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29/11/2021: LAS FUENTES DE LA TEOLOGÍA

6/12/2021: LAS MEDIACIONES DE LA TEOLOGÍA

4/01/2023 LA MEDIACIÓN SOCIO-ANALÍTICA Y LA ESCRITURA ALMA DE LA TEOLOGÍA

La Mediación socianalítica equivale a la Teología de la liberación. Es una teología (fundamental


y sistemática) con los siguientes caracteres epistemológicos:

1) La primacía de la práxis
2) Teoría del conocimiento ultra-realista en la que importa más la realidad que el
concepto
3) En el nivel de la revelación es prioritario el evento sobre cualquier formulación
doctrinal.
4) El lugar teológico privilegiado desde donde pensar sitz in Leben es la solidaridad con
los pobres.
5) La Mediación sociológica es el medio para llegar a la realidad (mediación socio-
analítica).

La cuna de la teología de la Liberación es la teología fundamental práctica (política) de J. B.


Metz.

Su pionero fue Gustavo Gutiérrez teólogo con una honda fidelidad pastoral y humana con el
pueblo Limeño.

CLAVES PARA ENTENDER LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

Se desarrolla en el ámbito latinoamericano por los fuertes condicionantes sociales, donde la


teología se hace en una iglesia de un mundo subdesarrollado y periférico, en una sociedad de
capitalismo salvaje y un estado dictatorial, donde la fe se encuentra más fuertemente
compelida a la profecía y al martirio.

a) La teología necesita llegar hasta la realidad social o bien partir de los hechos
significativos de la realidad social hasta llegar a comprender su significación teológica.
Se necesita tratar de establecer un arco entre la revelación divina y la realidad social.
b) El fuerte contraste entre riqueza y pobreza. ¿Cómo nos habla Dios ante la asimetría del
mundo, tan discorde en sí mismo (ricos/pobres) y tan discorde con el paradigma
fundamental "Dios es amor”?
c) La necesidad de una mediación socio-analítica. Para comprender la pobreza en su
objetividad científica y en su dinámica práxica necesitamos hacer un análisis científico
de la sociedad real. Se trata de encarnarse en la realidad a través de las ciencias
sociales.
21

d) ¿Es el marxismo la mediación social a utilizar? La utilización no ha sido homogénea por


todos los teólogos de la liberación si claramente en F. Belo y en el primer Hugo
Asmann; pero en ningún caso en Gustavo Gutiérrez y no de manera inequívoca en
Leonardo Boff, quien trata de crear los fundamentos de una antropología propia, el
proceso de praxis liberadora que propone está inspirado en el método marxista pero
no se identifica. Si bien se pueda admitir que el hecho de la lucha de clases, junto con
el esquema opresores/oprimidos, así como cierto fervor utópico (revolucionario)
soplaron en las velas de los teólogos de la liberación.

e) La advertencia vaticana sobre la lucha de clases y su presente en la Carta del P.


Arrupe de 1981

Los documentos del Vaticano (Algunos aspectos de la Teología de la Liberación de


1984) entienden que hay un elemento “duro” en el marxismo inasumible por la
doctrina evangélica: La lucha de clases como motor de la historia.
Estas cartas tienen un precedente en la Carta sobre el análisis marxista del padre
Arrupe (general de los jesuitas) de 1981, en la que afirma que:
- No podemos presentar el análisis marxista como el mejor medio de acercamiento a la
realidad (ningún medio es suficiente ante la complejidad de la realidad).
- La adopción del análisis marxista en su conjunto no es algo que se pueda aceptar sin
más porque no se puede separar el análisis marxista de su filosofía, ideología y praxis.
- El concepto de la lucha de clases que tiende a separar la fe en Jesucristo y las diversas
aplicaciones doctrinales y sociales de esa fe, que son sometidas a fuerte crítica
entrando en una crítica radical contra la Iglesia. Tampoco podemos simplificar
generalizando indebidamente toda la historia humana a la lucha de clases, además de
está hay otros impulsos en la historia humana (alianza, amor, paz) y otras fuerzas
profundas que la inspiran.
- Además el concepto de lucha de clases no es sólo para analizar, sino que se extiende a
un programa de acción y una estrategia, cambiar la realidad desde la lucha, y el
cristianismo no puede admitir que la manera privilegiada de acabar con la lucha, sea la
lucha misma.
- El método teológico caería en un maniqueísmo simplificador cayendo en una mera
división del mundo en opresores y oprimidos. Al mismo tiempo se cae en el
colectivismo como coacción que anula la libertad personal.
- Así es cuando la lucha se lleva hasta la violencia, excluyendo los acuerdos razonables;
cuando se la vive como una mecánica inversión de posiciones; cuando se la entiende
como único motor de la historia que excluye otros auténticos motores (Transición
hacia la reconciliación conducida por el amor, lealtad y por la utopía de convivencia
pacífica). Esa lucha se haya en el marxismo, pero también en toda filosofía de
competitivismo salvaje sea el capitalismo, o el militarismo o el imperialismo.

Hoy día ya se tiene más claro que una cosa es el hecho de la lucha de clases y otra el método
ideológico y práxico de solucionar ese estado de las cosas. Al mismo tiempo desde la
Centesimus annus se entiende que la lucha por la justicia es evangélica.
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F) Hacia una filosofía/teología de la acción según el evangelio

En la Centesimus Annus se nos muestra que el cristianismo es mucho más rico que la lucha de
clases: no excluye ni la lucha ni el acuerdo, ni el perdón ni la exigencia de justicia, ni la
reconciliación entre personas y grupos. Por una parte acepta el hecho del conflicto y preconiza
la lucha por la justicia. Por la otra asume todos los procesos de reconciliación y de expansión
de la paz desde el interior del hombre al exterior de su convivencia.

Se entiende el cambio desde el proceso de reconciliación que no pierde la esperanza de la


conversión, la solidaridad intercontinental con los pobres y los “sin poder”, amén de la
persuasión y el testimonio.

Pero no podemos asumir la lucha de clases en el programa de una acción según el evangelio

f) La religiosidad popular como clamor ante Dios

La religiosidad popular americana aparece aliada a un profundo sentido de clama ante Dios y
revindica la justicia para los injustamente oprimidos y marginados. Hay ese sentimiento de que
Dios, padre y Liberador, no deja de su mano a los pobres, Religión y sometimiento no son dos
valores coincidentes.

La religión es salvación para el marginado, para todas las dimensiones del marginado y para
todos los marginados. La religiosidad popular y el anhelo de justicia están profunda e
indisolublemente unidas, ya desde sus inicios con Bartolomé de las Casas.

El proyecto de una acción evangélica es una cuestión teórica, pero sobre todo de religiosidad
práctica que pasa por la búsqueda de todos los recursos pacíficos que tiendan a una
reconciliación de la pluralidad contrastada, la convivencia de los distintos.

América latina necesita superar todos los peligros de manipulación que la acechan; la
mentalidad y la práctica de la lucha de clases violenta, la lucha sorda que provoca la ideología
del capitalismo salvaje que corrompe los centros de poder periféricos y la dependencia o
sumisión respecto del verdadero poder central.

La religión unida a la justicia sería un signo del tiempo o del Espíritu, así lo han de interpretar
los teólogos y pastores. La política necesita servir a los intereses del pueblo, al bien común.
Para trabajar y transformar entre todos la realidad oprimida y pobre del pueblo que se siente
amado por un Dios liberador.

La teología está llamada no ha identificarse con ninguna ciencia social, ni análisis, sino a
dialogar cordialmente con todos los intentos de acercamiento a las realidades de los oprimidos
mientras trata de encarnar y ofrecer la civilización del amor procedente del Evangelio.
23

VI. LA ESCRITURA EL ALMA DE LA TEOLOGÍA

Este capítulo tiene tres partes:

1) La Escritura, libro de la comunidad de la fe. Para los cristianos es la mediación


auténtica de la revelación del Logos de Dios. Es lo que expresa su fe. Y el tema medular
será la interpretación de la Biblia en la Iglesia.
2) Cómo repartirse el trabajo de la Bíblia entre exegetas (teología Bíblica) y teólogos
(teología sistemática).
3) El régimen y la función de la Sagrada Escritura en el seno de la Teología Sistemática. La
Escritura, el alma de la teología.

1) LA INTERPRETACIÓN DE LA BÍBLIA EN LA IGLESIA

Llamamos Palabra de Dios a unos escritos formados con un lenguaje humano limitado (porque
el concepto no puede contener a Dios), además referido a temas particulares de un pueblo y
una persona.

Lo hacemos porque creemos en la posibilidad de que el Logos divino pueda expresarse en


términos extraídos de la experiencia común, es decir, de la historia humana. El Logos divino
no desdeña encarnarse en lo humano. La Palabra de Dios se encarna en palabras humanas y
esto nos lleva a la verdadera noción de revelación. En la Biblia se constituye la doble
mediación reveladora, divino-humana: El Logos se hace carne y la capacidad de recibir la
Palabra divina en el tiempo hace de la Sagrada Escritura la expresión fehaciente de la Palabra
hecha carne. El Logos divino es el autor de la Sagrada Escritura, que se comunica con nosotros
mediante todo el conjunto de términos del que nos valemos en y para la comunicación
humana.

Diferenciemos sin separarlas la Palabra de Dios hecha hombre, de las palabras de Dios hechas
lenguaje. La escritura depende de la persona de Cristo, el acontecimiento primordial. Los
escritos del AT y del NT son como una expresión mediada por el lenguaje humana del Logos de
Dios.

El NT nos advierte de como llega el Logos de Dios hasta la humanidad creyente. Jesucristo es la
cima y consumación de la revelación de Dios. Cristo está vivo en la Sagrada Escritura y en la
Eucaristía, a fin de que la Palabra y la Presencia de Cristo permanezcan en todos los tiempos.

La norma perfecta de la fe en Cristo se halla en la Escritura.

Resumámoslo en palabras de K. Rahner: “es voluntad de Dios manifestarse o revelarse en


Jesucristo, Palabra del Padre y donador del Espíritu. Para llevar a término esa voluntad del
Padre centrada en su Hijo Jesús, el Espíritu Santo inspira a los hagiógrafos que expresen por
escrito y de manera fehaciente la verdad de Jesucristo. Por eso los escritos del AT y del NT son
fuente y norma de la fe cristiana, porque en ellos se da cuenta de todo lo que debemos saber y
creer acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios a quien debemos escuchar y entender según su
mismo Espíritu”1
1
Rahner, K. “L’ispirazione della Scrittura” en A.A.V.V. Discussione sulla Bibbia (Brescia 1966) pg, 19-31
24

LA PALABRA DE DIOS EXPRESA LA VIDA DE CRISTO Y NUESTRA PROPIA VIDA EN EL ESPÍRITU

La Escritura contiene la Palabra de Dios que es Cristo y anticipa en su frágil ser material el bien
escatológico que esperamos, su proclamación y escucha son “como una transparencia o
ventana de claridad que deja pasar la luz del Señor”.

La Escritura es Cristo, en él, en quien Dios visita su pueblo, se centra y culmina la acción de
Dios en la humanidad. Lo que se manifiesta en la carne (visibilidad) de Jesús es ser mismo de
Dios, quien es Dios en sí mismo, lo escondido de Dios.

En el Verbo hecho carne esta la esencia del cristianismo, en Él la escatología se cierne y se


adentra en la historia y se lleva a plenitud todas las realidades prometidas o realizadas en el
AT.

El diálogo entre Dios y sus hijos continúa después de Jesucristo como permanencia del diálogo
orante de Jesús, Maestro y Señor de su Iglesia. La comunidad cristiana se une a Cristo en la
Sagrada Escritura para decir al Padre la acción de Gracias y alabanza más perfecta que es la
propia Palabra que el nos ha dado, Cristo.

LA PALABRA DE DIOS ES EXPRESIÓN DE UNA HISTORIA QUE PROCLAMA LA ACCIÓN DE DIOS


EN ELLA

Toda la Biblia es expresión del paso de Dios en la historia, de la anticipación de la escatología


en el ahora de los hombres.

LA LECTURA DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA

Como testimonio de la escatología anticipada en Jesucristo, la Escritura recibe nuestra


atención, nuestra lectura amante. El Magisterio no está por encima de la escritura, sino para
evitar las interpretaciones de la Escritura al margen de Cristo 2. La Biblia a de leerse en la Iglesia
y según el Espíritu que Cristo le dio..

Así se realiza cuando se proclama y comenta en la comunidad reunida, así está al alcance de la
comprensión de cada fiel y la comunión eclesial garantiza una interpretación correcta. Pero
también puede estudiarse o contemplarse más allá de la comunidad reunida.

2. EXÉGESIS Y TEOLOGÍA. LA LECTURA TEOLÓGICA SUPONE EL TRABAJO EXEGÉTICO

¿Con qué método científico acercarse a los textos bíblicos? Al estar la Revelación cristiana
mediada por la historia debe ser a través de un método histórico, el método histórico-critico. El
cual tiene tres puntas de lanza:

- La filología, es decir, los idiomas antiguos.


- La historia que contextualiza el texto en el proceso que el Pueblo guiado por Dios
realiza hacia la plenitud divina.
- La arqueología, estudio físico de los lugares en los restos de aquellos tiempos.

2
Dei Verbum 10, p.2
25

Puntas de lanza que han de permanecer abiertas a una ulterior lectura religiosa que provoque
la conversión del sujeto que escucha, ya sea una persona o una comunidad. El método
histórico-crítico ha de ser amigo de la lectura teológica, espiritual, pastoral; y viceversa.

La fe cristiana está estrechamente relacionada con la historia, la fe necesita captar la realidad


de lo divino que es expresa como Palabra a través de los acontecimientos humanos y
contingentes: la Revelación de Dios se da en o por medio de los hechos del mundo, “por los
hechos y por su significación vehiculados por la tradición”.

La historia y la intelección del la Historia conducen a la exégesis y a la teología

Para San Agustín y Anselmo de Canterbury más hondo que la empiría de los hechos están las
razones inscritas en los mismos hechos. La teología en su más alta dimensión es la sabiduría
que da cuenta de estas razones insertas en la trama de los hechos empíricos. Se trata de
descubrir la trama inteligible (figura formal) inscrita en los hechos. Como por ejemplo en los
hechos del paso del mar Rojo no están demasiado claros los hechos pero sí su paradigma
formal de comprensión: El paso de la muerte a la vida y de la opresión a la libertad.

Así se pasa de la facticidad contingente a la revelación del plan de Dios en la historia, a la


lectura de su voluntad salvífica.

Veamos la BISAGRA entre exégesis y teología. Es la necesidad que tenemos de formalizar los
hechos desde el punto de vista teológico. Esta formalización teológica es función del
hermeneuta, es filosófica, y por tante pertenece al nivel de la teología.

En el campo protestante esta función la realiza sobre todo el biblista en el católico están
demasiado separados, los exégetas se concentran en lo científico, en lo empírico, al margen de
lo espiritual, corriendo el riesgo de convertirlo en pura empiria histórica; alejándose del hilo
cristológico capaz de dinamizar su análisis y de preparar el material para la teología bíblica. Y
los teólogos sistemáticos se pueden apartar del influjo de la Palabra de Dios y reinventarse la
escolástica más abstracta, perdiendo el trabajo de los exegetas.

Sinteticemos:

1. La revelación tiene lugar en la historia, hemos de concebirla como la acción de Dios a


través de los acontecimientos.
2. La historia del AT hemos de entenderla como un proceso de maduración hacia una
plenitud provocado por la voluntad de Dios.
3. El término de este proceso es la plenitud del hombre nuevo, hijo del hombre y Mesías.
Anticipado en la muerte y Resurrección de Cristo.

Delimitación entre Exégesis, Teología Bíblica y Teología Dogmática

Partamos de las afirmaciones del Documento de la Pontificia Comisión Bíblica de 1993:

- La Sagrada Escritura es la base privilegiada de los estudios teológicos.


26

- Para interpretarla con exactitud los teólogos necesitan del trabajo de los exégetas,
quienes deben orientar sus investigaciones para que el estudio de la SE pueda ser
como “el alma de la Teología”, por lo que los exegetas han de prestar particular
atención al contenido religioso de los escritos bíblicos.
- Los exegetas pueden ayudar a los teólogos a evitar dos extremos: El dualismo que
separa una verdad doctrinal de su expresión lingüística y del fundamentalismo que
confundiendo lo divino y lo humano considera como verdad revelada aún los aspectos
contingentes de las expresiones humanas.
Para evitar los dos extremos se necesita aceptar la tensión persistente que existe en el
hecho de que la Palabra de Dios se expresa en las obras de autores humanos,
pensamiento y palabra son al mismo tiempo de Dios y del hombre. Hay que saber
distinguir los condicionamientos históricos del lenguaje para no trasladarlos a cada
momento y es el exegeta quien establece las bases de esta operación.

A) Exégesis
Es la intelección de un fragmento del texto en relación con su contexto próximo.
Busca el sentido literal exigido por el texto y por su autor, y lo busca mediante el
método histórico-crítico que sigue los siguientes pasos: crítica textual, que establece el
texto bíblico, análisis lingüístico (morfología y sintaxis), semántico (filología histórica):
la crítica literaria (discierne las diversas unidades textuales) para determinar el género
literario, su ambiente socio-cultural, su origen, sus rasgos específicos y evolución. Esto
lleva a la critica de las tradiciones y de la redacción.
El texto es analizado por tanto en su estadio final (sincronía), como en su génesis y
evolución (diacronía).
El gran objetivo de la exégesis es conseguir la intelección más correcta del sentido
literal, y para ello es imprescindible establecer el género literario de la unidad textual
en cuestión.

B) Teología bíblica
Distinguiéndola de la teología sistemática (o dogmática) diferenciemos las dos partes
de la Biblia:
- La teología del Antiguo Testamento es considerada una ciencia histórico descriptiva.
Tiene por objeto exponer, en su trabazón interna, lo que el AT dice sobre Dios”, la
captación de la substancia profunda del AT. No es pura historia, sino que es también
teología: dar cuenta de la situación de la revelación de Dios y de la forma que toma
esta revelación divina en alguno de los libros o en el conjunto del AT o del NT.
- La teología Bíblica es por tanto un nivel intermedio entre la exégesis que afecta a un
texto concreto y particular y la teología sistemática que entiende los datos bíblicos a
base de situarlos en el marco diacrónico de la Tradición.
- La Teología bíblica abarca la historia, la evolución y la realidad actual del texto y cómo
síntesis los diversos temas teológicos que aparecen.
- Es histórica y presenta las ideas de los autores bíblicos, mientras que la Teología
dogmática es didáctica y presenta el pensamiento teológico actual, o dicho de otra
manera los temas básicos bíblicos en el marco diacrónico de la Tradición.
27

La lectura teológica de la Biblia es:

1) Aquella que lee l Sagrada Escritura manteniendo los dos valores complementarios de
la revelación divina y de la cultura humana. (teología Bíblica)
2) Aquella que realiza esta lectura teniendo en cuenta la tradición patrística y eclesial.
(teología sistemática), quien retoma los temas que arrancan de la Biblia y examina su
intelección a lo largo de la historia de la Iglesia y de la Teología

III. LA PALABRA DE DIOS, ALMA DE LA TEOLOGÍA SISTEMÁTICA

El núcleo de comprensión lo tenemos en el texto conciliar DV 24 (lo leemos en la página


212 y comentamos):

El fundamento perenne de la teología es la palabra de Dios escrita (junto con la Tradición)


en ella se robustece y constantemente se rejuvenece, escudriñando a la luz de la fe toda la
verdad escondida en el misterio de Cristo. Como las Sagradas Escrituras son inspiradas, “el
estudio de las sagradas páginas ha de ser como el ama de la sagrada teología”.

a) Si la teología es la ciencia de la fe se comprende que se apoye sobre el fundamento de


la fe.
b) Tanto la teología como el magisterio son obligatoriamente guiados por la Palabra de
Dios3. Ambos textos, el de la DV y el de la CTI identifican la verdad de las Escrituras con
la Verdad del misterio de Cristo. La Escritura es Cristo, conociendo la Escritura estamos
encontrándonos con Cristo y conociendo su vida y misterio. Toda la Historia de la
Salvación se concentra en la persona de Cristo.
c) La Escritura es el alma de la teología porque es la única capaz de estructurar y de
animar todo el cuerpo del saber teológico, orientándolo hacia su centro y fin que es
Jesucristo vivo, revelador de Dios.

Parafraseando a León XIII, así como el Espíritu es el alma de la Iglesia, así la Escritura es el alma
de la Teología. Desde esta perspectiva se puede contemplar la teología como un saber
puramente derivado de la Escritura (CTI Magisterio y teología, tesis VI).

En Bañéz y su organización de los “lugares teológicos”. La palabra de Dios es el primer lugar


teológico y el resto de los lugares teológicos derivan del locus primigenio y original que es la
Escritura. En cuanto pueda ser entendida e inculturada en cada una de las áreas culturales del
espacio y del tiempo. “La teología es escucha, intelección y exposición de la Palabra de Dios en
estado de ciencia y con intención pastoral”. (CTI, Magisterio y Teología Tesis III).

Se entiende por intelección científica una investigación metódica rigurosa, en lo posible


exhaustiva y una exposición sistemática y clara de lo investigado. Enlazándolo con su misión
pastoral, toda ella al servicio del anuncio y de la inculturación del Evangelio.

Aportación concreta de los estudios escriturísticos a la Teología sistemática

1) Desde los contenidos


3
Comisión teológica internacional.
28

a) La determinación lo más clara posible, del género literario de los fragmentos bíblicos
que la teología sistemática estudia. Por su parte el nivel sintético de la Teología
dogmática puede aportar ideas acerca de la determinación precisa del género literario.
b) La determinación lo más clara posible del sentido literal de los mismos fragmentos, y si
está justificado, el sentido tipológico que señale al teólogo el camino para la
interpretación cristológica global.
c) La determinación del contexto histórico, religioso, cultural, social de los textos.
d) No es tan importante la discusión acerca de los diversos estratos redaccionales de un
texto.
e) Establecer los desarrollos genéticos consistentes en una visión profana del progreso o
de la evolución de las doctrinas y sobre todo describir el proceso de la revelación con
su hacia donde y su termino que es la persona de Cristo.

2) Desde el punto de vista formal

Corresponde al teólogo asumir los materiales ofrecidos por la exégesis y establecer un


estado de la cuestión desde la perspectiva de los estudios bíblicos recientes. Puede incluso
exponerlo en un resumen personal y solvente.

Cuatro conclusiones:

1) El teólogo ha de sumergirse en la Escritura con riqueza y altura y no acudir a ella a


buscar justificaciones de sus propios planteamientos o de otros.
2) El Maestro de teología lee y bebe de la Sagrada Escritura.
3) La Teología sistemática arraigada en la Escritura “tiene que presentar de forma
sistemática y metódica el sentido de la acción de Dios que se manifiesta en la
Revelación y el conocimiento de este sentido logrado en la Iglesia de Cristo a través
de los tiempos, con el fin de poderlos aplicar en la vida práctica.
4) La Teología Dogmática o Sistemática no es solamente el estudio de los puros dogmas,
sino el estudio diacrónico, en estado de ciencia, de la fe de la Iglesia, en el conjunto
de su Tradición viva, con la finalidad de encontrar en ella algo de la inteligencia de
los misterios.

Con este recorrido la Teología Dogmática culmina la interpretación ahora sincrónica sapiencial
de los materiales aportados por la exégesis, la teología bíblica y la historia de la Tradición. Esta
interpretación tiende a una inteligencia cada vez más profunda de la Palabra de Dios.

Para llegar a esta interpretación se inscriben las mediaciones de la teología estudiadas en el


capítulo anterior, pudiendo concluir que la Teología sistemática es una interpretación
histórica, creyente y racional de la Palabra de Dios reflejada en la Escritura y entendida a la
luz del Espíritu que guía el proceso de la tradición eclesial.

VII. LA TRADICIÓN
29

11/01/2023: LA TRADICIÓN

18/01/2023: EL MAGISTERIO

25/01/2023: EL LENGUAJE DE LA TEOLOGÍA Y LA INCULTURACIÓN

24/01/2022 EXÁMENES
30

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