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Unidad I, Tema 2: Concepto de Revelación y Fe, Tema 3: La Iglesia y la transmisión de la

Revelación
I.- Concepto de Revelación
1.- ¿Qué se entiende por revelación?
El término “revelar” significa desvelar, retirar el velo que esconde algo, con objeto de
manifestar lo que estaba oculto. Entonces en teología se emplea el concepto de
revelación para expresar que Dios ha manifestado a los hombres algunas cosas que
estaban veladas y escondidas, referentes tanto al propio misterio divino como al misterio
del hombre y del mundo. La revelación implica una verdad fundamental: Dios ha hablado
en la historia, se ha auto comunicado personalmente al hombre por medio de hechos y
palabras para ofrecer la salvación a la humanidad entera.
2.- ¿Qué implica la noción de revelación?
La noción de revelación implica una verdad fundamental: Dios ha hablado en la historia,
se ha auto comunicado personalmente al hombre por medio de hechos y palabras para
ofrecer la salvación a la humanidad entera. Esta revelación que tiene su plenitud en
Cristo –Palabra eterna y definitiva pronunciada por Dios Padre en la unidad del Espíritu
Santo–, es transmitida en la Iglesia desde sus orígenes, con el fin de que los hombres y
las mujeres de todos los tiempos puedan sentirse interpelados por ella y encontrar así la
salvación.
3.- ¿Qué es la revelación natural?
La revelación natural es una manifestación de Dios a partir de la realidad del universo, la
naturaleza, el ser humano, o sea, toda la creación.
Dios se revela a través de la obra de la creación y sus huellas permanecen en la naturaleza
creada.
El hombre puede, por analogía y con el solo uso de la luz, llegar al conocimiento y certeza
de la existencia de un Dios creador.
4.- ¿Qué es la revelación sobrenatural?
La revelación sobrenatural es presentada según el concilio vaticano I como acción
manifestativa y personal de Dios a través de dos atributos divinos: la sabiduría y la
bondad. De esta manera, el Concilio intenta poner de manifiesto que la revelación es un
acto de amor (bondad) y de enseñanza (sabiduría); es un acto de transmisión del
conocimiento que Dios tiene de Sí mismo y de su designio salvador sobre los hombres
cuyo fin sería establecer entre Dios y el hombre una relación personal de amistad e
intimidad, más allá de la relación Creador-criatura.
Esta revelación sobrenatural se realizó según una doble manera: una primera
manifestación personal a nuestros primeros padres, ya desde el principio (revelación
primitiva o protohistórica); y una manifestación sucesiva en la historia de Israel desde
Abraham hasta la encarnación del Hijo de Dios (revelación histórica).
II.- Concepto de fe
5.- ¿Existe una fe natural?
En el capítulo III de la Constitución dogmática De fide catholica (Dei Filius) se propone
una definición sintética de la fe: “la fe es una virtud sobrenatural mediante la cual,
impulsados y ayudados por la gracia divina, creemos que son verdaderas las cosas
divinamente reveladas por Él, no por la verdad intrínseca de las cosas conocidas con la
luz natural de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios que revela, que no puede
engañarse ni engañarnos” (tema 5)
Por otro lado, sabemos que la fe se caracteriza por algunas propiedades fundamentales
y una de ellas es que es sobrenatural. Que la fe sea sobrenatural significa que es siempre
y necesariamente gracia y don de Dios, realidad divina, y no resultado de una conquista
humana. (tema 6)
Por lo tanto, podemos concluir que no existe una fe natural como tal, podemos definir a
esta fe como una fe que cree que la existencia de Dios puede ser alcanzada por la razón
o la observación del mundo natural. Pero como sabemos la fe es sobrenatural y se
entiende que la fe en Dios como Salvador y Redentor solo puede ser recibida como un
don sobrenatural de la gracia divina.
La fe sobrenatural no es lo opuesto a lo natural. Mas bien, es una respuesta de confianza
en Dios que va más allá de lo que se puede obtener a través de la razón o la observación
del mundo natural.
6.- Explique la fe sobrenatural
Que la fe sea sobrenatural significa que es siempre y necesariamente gracia y don de
Dios, y no resultado de un proceso humano. A pesar de que existen conceptos que se
oponen a lo mencionado anteriormente, hay quienes la respaldan, como el catecismo
de la iglesia católica quien menciona: “La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural
infundida por Él”. En ese sentido la fe es más que una correspondencia humana a la
revelación, es una gracia que se nos concede para entender la realidad humana.
Asimismo, resulta imposible de que el hombre alcance la fe por medio de sus propias
fuerzas, puesto que la fe nunca ha sido el resultado necesario de un proceso racional o
del acontecer histórico particular sino más bien Dios nos la otorga como un don y por
ese motivo la fe es sobrenatural ya que proviene de una realidad divina.

III.- Manifestaciones del hombre como ser para la fe


7.- ¿Hay manifestaciones del hombre como ser para la fe?
La afirmación dogmática sobre el hombre del ser para la fe no es algo en sí mismo
experimentable. Sin embargo, podemos encontrar algunas manifestaciones de esta
llamada de Dios al hombre. Estas manifestaciones que expresan una relación profunda
entre la naturaleza humana y su destino a la fe son como las raíces de la fe: no justifican,
exigen o la demuestran, pero señalan aquello que hace posible la fe en el sujeto. Las
principales manifestaciones son: la apertura del hombre a lo divino; la condición
religiosa del hombre; el deseo de felicidad, y la pregunta por el sentido.
8.- ¿Qué significa que el hombre es capaz de Dios?
Esta fórmula medieval (“homo capax Dei”) posee una gran fuerza expresiva: contiene,
en primer lugar, una referencia a la imagen de Dios en el hombre, que define en él una
capacidad original de relación con Dios; en segundo lugar, la expresión apunta al destino
escatológico del hombre, aludiendo a la capacidad efectiva del ser humano de llegar a
ver a Dios y de entrar en comunión con Él.
El hombre, por tanto, no realiza plenamente su vocación sino en la medida en que
establece un encuentro personal con Dios, Dios ha querido introducir al hombre en su
intimidad, de manera que podemos describirle como un ser para la fe, como destinatario
de ese don gratuito de Dios. Esta afirmación dogmática sobre el hombre como ser para
la fe no es algo en sí mismo experimentable, sin embargo, encontramos algunas
manifestaciones de esta llamada de Dios al hombre en la misma estructura psicológica
del único ser que es capaz de Dios.
9.- Explique la apertura a lo divino en el hombre.
La apertura a lo divino en el hombre se refiere a la capacidad ontológica y constitutiva
del ser humano de estar abierto a Dios. Es decir, el hombre tiene una estructura
fundamental que lo hace estar en relación con lo trascendente y solo al poner en acto
esa apertura, se realiza plenamente como hombre.
Esta apertura constitutiva del hombre se manifiesta existencialmente en una
experiencia de afirmación que apunta a una plenitud (la afirmación del bien, de la
belleza, de la paz ...) siempre de forma parcial y limitada, pero esta va siempre
acompañada en él de la aspiración a un bien, a una belleza, a una paz y aun amor plenos
y duraderos. Asimismo, está la experiencia de la limitación de la existencia, donde se
pregunta por una realidad ultima que sirva de como trasfondo y horizonte de
comprensión.
10.- Explique la condición religiosa en el hombre.
La condición religiosa del hombre es consecuencia natural de su apertura a lo divino. El
hombre religioso ha vivido esa apertura como un buscar y un encontrar la manifestación
de la divinidad en la naturaleza y en la conciencia. El hombre religioso no sólo está
pasivamente abierto a una clara noticia de Dios, sino que busca activamente relacionarse
con esa divinidad que está ahí y se da a conocer a quien sinceramente quiere
encontrarla.
La religiosidad nos prepara para acceder a la fe cristiana. Pero hay que tener en cuenta,
que existen muchas religiones que nos muestran un modo imperfecto de expresar la
relación con Dios debido que fueron afectadas por el pecado. Por ello, debe estar abierta
a una progresiva purificación. En ese sentido, el hombre una aspiración a la comunión
con Dios y se da cuenta que la realidad divina es insuficiente, sino que necesario que
toda vivencia religiosa mantenga una apertura permanente a la divinidad.
Por otra parte, la religiosidad humana tiene el peligro de encerrarse en sí misma,
considerarse autosuficiente y excluir una posterior manifestación de Dios más allá de la
naturaleza y de las tradiciones que están en el origen de una determinada religión. Aquí
aparece la ambigüedad que puede acompañar a las religiones, y a la que apuntaba la
crítica del teólogo calvinista Karl Barth: “siendo las religiones realidades positivas, en
cuanto encierran una auténtica relación con Dios, podrían convertirse en algo negativo
en la medida en que se absolutizaran en sí mismas y perdieran la apertura a cualquier
palabra o manifestación posterior de Dios. Podrían entonces convertirse en obra
humana y perder el sentido del misterio, e incluso podrían acabar siendo una forma de
idolatría.
11.- Explique la búsqueda de la felicidad en el hombre.
El catecismo nos presenta la búsqueda de la felicidad como “fin último subjetivo” y el
deseo de Dios como “fin último objetivo”. El fin último subjetivo no solo es Dios sino que
también se nos presenta de forma humana en Cristo, porque Cristo es imagen de Dios.
De esta manera, el “fin último subjetivo” (búsqueda de la felicidad) se halla con el
encuentro con Cristo.
En ese sentido, la búsqueda de la felicidad es una preparación para encontrar en Cristo
la verdad de nuestra existencia y el camino hacia la plenitud de la vida, es decir, nos
conduce a la cuestión del sentido de ser.
A veces se suele buscar la felicidad en las cosas materiales y en el deseo de poseerlas,
pero buscar felicidad en algo parcial y efímero es cerrarse hacia Dios, y tarde o temprano
esto supondrá un fracaso para quienes buscan la verdadera felicidad.
12.- Explique la pregunta por el sentido de la vida en el hombre.
Todos en algún momento nos hemos preguntado: ¿Qué sentido tiene la vida? Cuando
no hemos sentido afligidos, por ejemplo. Ante esto, surge la posibilidad de pensar que
las cosas y la misma realidad humana carecen de sentido. El texto nos habla sobre la
búsqueda del sentido de la vida, que es una preocupación universal del ser humano. En
la vida cotidiana, nos enfrentamos a situaciones dolorosas y difíciles que nos llevan a
cuestionar el propósito de nuestra existencia. La búsqueda del sentido se divide en dos
niveles: el fenomenológico y el metafísico. En el primero, nos preguntamos qué sentido
tiene el sufrimiento, la muerte y el mal, mientras que, en el segundo, nos preguntamos
qué es el ser humano, de dónde venimos y adónde vamos.
La búsqueda del sentido ha sido un tema recurrente en la filosofía a lo largo de la historia,
y está estrechamente relacionada con la apertura del ser humano a lo divino. La fe
cristiana ofrece a Cristo como respuesta al problema del sentido del hombre. Solo a
través de Cristo podemos entender plenamente nuestro ser y encontrar el propósito de
nuestra existencia.
En conclusión, la búsqueda del sentido es una cuestión fundamental para el ser humano,
y la fe cristiana ofrece una respuesta satisfactoria a esta inquietud existencial.
IV.- Características de la fe
13.- ¿Qué significa que la fe es una gracia (sobrenatural)?
Que la fe sea sobrenatural significa que es siempre y necesariamente gracia y don de
Dios, realidad divina, y no resultado de una conquista humana. A la sobrenaturalidad de
la fe se opuso la interpretación pelagiana, que negaba la necesidad de la gracia para los
actos saludables, y la semipelagiana, que atribuía a las simples fuerzas naturales el
comienzo de la fe. A estas teorías, como ya hemos visto más anteriormente, respondió
el II Concilio de Orange. Después de la enseñanza del Concilio de Trento, el Vaticano I
declaró expresamente que la fe es una virtud sobrenatural (D. 3008/1789). Del mismo
modo, el Catecismo de la Iglesia Católica –citando expresamente la Constitución Dei
Verbum (n. 5) del Vaticano II, a fe es más que una mera correspondencia humana a la
revelación: es una gracia que comprende lo que en la teología se ha denominado a veces
como “revelación interior” que capacita al hombre para aceptar la “revelación
exterior”20.
Cap III de la Constitución dogmática De fide catholica (Dei Filius). definición sintética de
la fe: “la fe es una virtud sobrenatural mediante la cual, impulsados y ayudados por la
gracia divina, creemos que son verdaderas las cosas divinamente reveladas por Él, no
por la verdad intrínseca de las cosas conocidas con la luz natural de la razón, sino por la
autoridad del mismo Dios que revela, que no puede engañarse ni engañarnos. San
Agustín insiste en que en lo tocante a la fe, todo proviene de la gracia de Dios, tanto el
inicio de la fe (initium idei) como la misma fe, en cuanto conocimiento. El Concilio
condena la opinión de quienes defienden que el inicio de la fe y su aumento no vienen
por el don de la gracia de Dios, sino de un modo natural al hombre.
14.- ¿Qué significa que la fe es un acto humano?
El acto de fe es un acto intensamente humano en dos sentidos: primeramente, porque
responde al anhelo de plenitud manifestado de diversos modos en la existencia humana;
y en segundo lugar, porque en su realización, además de la gracia de Dios, intervienen
de un modo absolutamente necesario todas las dimensiones que definen al hombre:
inteligencia, voluntad, afectos, disposiciones, hábitos, etc.

15.- ¿Hay relación entre fe e inteligencia?


Fe recibe una cierta legitimación, pues por aquella se perciben los motivos por los que
la fe es razonable, y por los que es prudente confiarse al testimonio autorizado de otro.
San Agustín estudia también el papel de la inteligencia, la voluntad y la libertad en el
acto de fe. Para él, reviste una grave importancia el hecho de que la fe tenga un carácter
no sólo intelectual, sino también moral y, por tanto, libre, que compromete la voluntad
y el amor.
16.- ¿Es libre la fe?
La fe salvadora y la justificación dependen totalmente, según Lutero, de la elección de
Dios y de ningún modo de la decisión autónoma del hombre. La interpretación luterana
disminuye la libertad en el acto de fe, dada la corrupción del hombre producida por el
pecado.
Por otro lado, el Concilio ha desarrollado el aspecto de la libertad social y política
respecto a la fe, de forma que nadie puede ser obligado a creer
El hombre sólo cree si quiere, si libremente se decide por Dios y su manifestación a los
hombres.
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:
“«El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado
contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia
naturaleza» (DH 10; cf. CIC can. 748, 2). «Ciertamente, Dios llama a los hombres a
servirles en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia, pero no
coaccionados… Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús» (DV 11). En efecto,
Cristo invitó a la fe y a la conversión, Él no forzó jamás a nadie. «Dio testimonio de la
verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían. Pues su reino…
crece por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia Él» (DV
11)” (CEC 160).
17.- ¿Es necesaria la fe?
Esta es la fe que, junto con el bautismo, es considerada como necesaria por los Apóstoles
para la salvación.
Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo envió para salvarnos es necesario para obtener
esa salvación (cf. Mc 16,16; Jn 3,36; 6,40 e.a.). «Puesto que "sin la fe... es imposible
agradar a Dios" (Hb 11,6) y llegar a participar en la condición de sus hijos, nadie es
justificado sin ella, y nadie, a no ser que "haya perseverado en ella hasta el fin" (Mt 10,22;
24,13), obtendrá la vida eterna» (Concilio Vaticano I: DS 3012; cf. Concilio de Trento: DS
1532). (FUENTE CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA 161)
18.- ¿La fe requiere perseverancia?
La fe requiere mucha perseverancia. La perseverancia es una virtud, solo los que la
cultivan pueden alcanzar la meta que Jesús nos ha propuesto.
Debemos perseverar en el amor de cristo, “permanezcan en mi amor, como el padre me
amó yo también los he amado” (Jn 15,9) “permanezcan en mi como yo en vosotros,
permanezcan en mi para no secarse”. (Jn 15, 4 – 5) Quien se separa de cristo se seca y
no puede dar frutos. La perseverancia en la fe nos mantendrá unidos a cristo y al padre.
19.- ¿Por qué la fe es el comienzo de la vida eterna?
La mayor promesa de Jesucristo en la tierra es que todo aquel que en él crea, tendrá vida
eterna. Por ello, cuando una persona empieza a creer, está empezando una nueva forma
de vida, ya no depende de él mismo, sino también del espíritu que transforma en cristo
y lleva al padre.
Se manifiesta así las dimensiones trinitarias y escatológicas de la fe.
Dimensión trinitaria de la fe:
La fe en Dios comienza siendo fe en cristo, a través de cristo los hombres tienen acceso
en el espíritu santo al padre y se hacen partícipes de la naturaleza divina.
Dimensión escatológica de la fe:

La fe nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatífica, fin de nuestro
caminar aquí abajo. Entonces veremos a Dios cara a cara, tal cual es. La fe es, pues, ya el
comienzo de la vida eterna.
Fe y contemplación:
La fe – entrega del hombre y gracia de Dios – es principio de vida para el creyente
introduciéndole en la vida eterna.

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