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INTEGRANTES:
Juez :
Especialista :
AUTO DE SOBRESEIMIENTO
RESOLUCION NÚMERO:
CONSIDERANDO
PRIMERO: ANTECEDENTES
3.2.1. “Artículo 122-B.- Agresiones en contra de las mujeres o integrantes del grupo
familiar.
El que de cualquier modo cause lesiones corporales que requieran menos de diez días
de asistencia o descanso según prescripción facultativa, o algún tipo de afectación
psicológica, cognitiva o conductual que no califique como daño psíquico a una mujer
por su condición de tal o integrante del grupo familiar en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de uno ni mayor de tres años e inhabilitación conforme a los
numerales 5 y 11 del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del Código
de los Niños y Adolescentes, según corresponda.
La pena será no menor de dos ni mayor de tres años, cuando en los supuestos del primer
párrafo se presenten las siguientes agravantes:
(…)
i) El bien jurídico protegido es la preservación del ámbito familiar como una comunidad
de amor y libertad presidido por el respeto mutuo y la igualdad, es decir, es la paz
familiar.
Puede afirmarse que el bien jurídico protegido [en el delito de lesiones en el ámbito
doméstico] es la preservación del ámbito familiar como una comunidad de amor y
libertad presidido por el respeto mutuo y la igualdad, dicho más sintéticamente, el bien
jurídico protegido es la paz familiar, sancionando aquellos actos que exteriorizan una
actitud tendente a convertir aquel ámbito en un microcosmos regido por el miedo y la
dominación, porque en efecto nada define mejor el maltrato familiar como la situación
de dominio y de poder de una persona sobre su pareja y los menores convivientes.
Por ello la violencia física o psíquica a que se refiere el tipo es algo distinto de los
concretos actos de violencia, aisladamente considerados y el bien jurídico protegido es
mucho más amplio y relevante que el mero ataque a la integridad [física o psicológica],
quedando afectados fundamentalmente valores de la persona y dañado el primer núcleo
de toda sociedad como es el núcleo familiar.
Esa autonomía del bien jurídico, de acción y de sujetos pasivos […] es lo que permite
con claridad afirmar la sustantividad de este tipo penal […] (fundamento de derecho
tercero, numeral 3, énfasis nuestro).
ii) Según se desprende de la redacción del artículo 122-B del CP, el agente debe causar
a su víctima, o bien lesiones corporales que no superen los diez días de atención
facultativa o incapacidad médico legal, o bien algún tipo de afectación psicológica,
cognitiva o conductual, sin la necesidad que estas hayan sido sometidas a la calificación
de daño psíquico.
Por tanto, estamos ante un delito cuya configuración no se satisface con la sola
realización de una conducta violenta, sino que es imprescindible verificar la afectación a
la integridad física o psicológica, ello según sea la modalidad del resultado atribuible al
autor.
iii) Ahora bien, la integridad física y psicológica, puede identificarse con el concepto de
«salud», y esta a su vez, puede ser entendida como la ausencia de patología o enfermad.
En tal sentido, prima facie, parece también correcto afirmar que el bien jurídico
protegido en este delito es, en general, la «salud de las personas». Precisamente, en la
doctrina tradicional, era común que cada vez que algún tipo penal hacía referencia
«lesiones» sufridas por una persona, se terminaba defendiendo esta posición monista o
unitaria del bien jurídico y se hacía ello por varias razones.
iv) En el Perú, el delito del 122-B del CP, en su modalidad de agresiones contra la
mujer — así como también otras formas de violencia contra la mujer (feminicidio,
lesiones, etc.)— está regulado como una forma autónoma de delito de violencia de
género. En tal sentido, no solo el fundamento de su mayor penalidad, sino también de su
expresa tipificación, está referido taxativamente al hecho de que se agreda a una mujer
«por su condición de tal»
v) Tipicidad subjetiva, es necesario el dolo directo, pues el sujeto activo, por exigencia
del tipo penal, debe conocer que carece de los requisitos legales para ser nombrado,
vi) El delito se consuma con la “causa de lesiones corporales que requieran menos de
diez días de asistencia o descanso.
4.1. En presente caso penal; se advierte que el presunto violentista Daniel Sandi Ttupa
agredió a su conviviente Martha Yulissa Arenas Flores con un agente contundente
(Teja), sin embargo, conforme se tiene los documentos periciales respecto a la
evaluación y análisis físico de los golpes recibidos por parte del imputado se determino
que son los golpes en la agraviada y los moretones que esta tiene en su cuerpo son
producto de una caída al suelo días atrás, asimismo, no se puede determinar
precisamente si una teja, que cabe decir, es el agente contundente que uso el imputado
en la comisión de este delito genere una herida muy corta de 2cm de diámetro, por
cuanto, cabe presumir que el imputado, es decir, el señor Daniel Sandi Ttupa no agredio
con un agente contundente a su conviviente.
4.2. Siendo asi, habiendo ya revisado las multiples pruebas que fueron brindadas al
presente proceso, se tiene que, el imputado no agredio a su conviviente conforme lo
determinan las pruebas periciales tanto de parte como de oficio. Finalmente no se le
puede atribuir la comisión de un delito al imputado cuando este en varias circunstancias
señalo que su conviviente adolece de la vista, es decir, no ve muy bien y por eso sufre
caídas constantes, las cuales tienen como producto los daños físicos en el cuerpo de la
agraviada.
DECISIÓN
Por los argumentos fácticos y jurídicos antes esbozados, el magistrado del Primer
Juzgado de Investigación Preparatoria de Tumbes, declara: