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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE ICA

JUZGADO PENAL COLEGIADO SUPRAPROVINCIAL DE LA ZONA NORTE, SEDE CHINCHA

EXP. N° : 00734-2017-51-1408-JR-PE-01
ACUSADO : JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS
DELITO : FEMINICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA
AGRAVIADA : MARIPAZ LILIANA SÁNCHEZ PEÑA
COLEGIADO : DR. MARLON SANDOVAL SANCHEZ – PRESIDENTE Y D.D.
DR. RAÚL MUÑOZ HUAMANÍ
DR. JERSY ARAOZ SOTO
ESPECIALISTA : DR. CARLOS SEBASTIÁN NAPA

SENTENCIA

RESOLUCIÓN NÚMERO TRES


Chincha Alta, veintiuno de marzo
Del año Dos Mil Diecinueve.-

VISTOS Y OÍDOS:

En audiencia oral y pública, el juzgamiento llevado a cabo por el Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial de la Zona Norte de Chincha, integrado por los señores Jueces Marlon Sandoval
Sánchez (Presidente y Director de Debates), Raúl Muñoz Huamaní y Jersy Araoz Soto, seguido
contra la persona del acusado:

 JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS; identificado con DNI N°21883262, con 42 años de
edad, nacido el 05 de marzo de 1977, natural de la provincia de Chincha, hijo de don César y
doña Margarita, estado civil casado, con ocho hijos, grado de instrucción secundaria completa,
de ocupación obrero de fábrica con un ingreso mensual de S/.1,900.00 soles y domiciliado en el
Jirón Ica Nº 255 – Chincha Alta. No registra antecedentes penales. Sus características físicas
son: de tez morena, nariz recta, ojos color negro, de contextura gruesa; con una estatura de
1.84m. y un peso aproximado de 105 kg.

Por el delito contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de FEMINICIDIO EN GRADO


DE TENTATIVA en agravio de Maripaz Liliana Sánchez Peña.

I. TESIS INCRIMINATORIA DEL MINISTERIO PÚBLICO:


1. ENUNCIACION DE LOS HECHOS Y CIRCUNSTANCIAS OBJETO DE IMPUTACIÓN: Que,
conforme a la acusación del representante del Ministerio Público los hechos objeto de imputación
son como siguen:
1.1. Que el día 09 de diciembre del 2017, siendo las 22:00 horas aproximadamente, la agraviada
Maripaz Liliana Sánchez Peña regresó a su domicilio ubicado en la Urbanización Los Viñedos
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Mz. F-2, Lote 10 del distrito de Grocio Prado, después de haber dejado a sus menores hijos en la
casa de la señora Amarilis Cartagena en vista que tenía un compromiso, procediendo a calentar
el agua para bañarse y cambiarse, mientras que el acusado JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS
–con quien mantenía una relación convivencial desde hace más de nueve años- estaba echado
en la cama viendo televisión; en esas circunstancias, se produjo una discusión entre ambos
porque el citado acusado no quería que salga, diciéndole “tú no vas a salir a ningún lado, ahorita
misma te corto tu ropa”, entonces procedió a coger toda la ropa que había separado la agraviada
Maripaz Sánchez Peña y la trasladó hasta el segundo piso, para seguidamente rociar de
combustible dichas prendas de vestir y le volvió a decir “tú no vas a ir a ningún lado” y le propinó
una cachetada, para luego decirle “sal mierda, porque ahorita también te quemo a ti”
procediendo a echarle gasolina en todo su cuerpo, a la vez que pretendió prenderle fuego con un
encendedor que tenía en sus manos; sin embargo, la citada agraviada logró salir de su vivienda
y se dirigió a la casa de su amiga Brenda Cecilia García Esquivel, a quien le contó lo sucedido y
juntas se dirigieron a la Comisaría de Grocio Prado para denunciar los hechos, verificándose que
la citada agraviada se encontraba con la ropa mojada y oliendo a gasolina.

2. CALIFICACIÓN JURÍDICA DE LOS HECHOS OBJETO DE IMPUTACIÓN.-

2.1. Solicitud principal de tipificación.- Los hechos materia del presente juzgamiento fueron
tipificados por el representante del Ministerio Público como delito Contra la Vida, el Cuerpo y la
Salud en la modalidad de FEMINICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA, previsto y sancionado en
el artículo 108-B primer párrafo - inciso 1 y segundo párrafo - inciso 7 del Código Penal, en
concordancia con los artículos 108º.4 y 16° del mismo cuerpo legal, los cuales establecen lo
siguiente:
- Artículo 108-B del C.P: Feminicidio. Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
quince años el que mate a una mujer por su condición de tal, en cualquiera de los siguientes
contextos: 1) Violencia Familiar.
Segundo Párrafo: La pena privativa de libertad será no menor de veinticinco años, cuando
concurra cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes: 7) Cuando hubiera concurrido
cualquiera de las circunstancias agravantes establecidas en el artículo 108°.

- Artículo 108º: Homicidio Calificado. Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
quince años el que mate a otro concurriendo cualquiera de las circunstancias siguientes: 4) Por
fuego, explosión o cualquier otro medio capaz de poner en peligro la vida o salud de otras
personas.
- Artículo 16°: Tentativa. “En la tentativa el agente comienza la ejecución de un delito, que
decidió cometer sin consumarlo. El juez reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la
pena.”      

2.2. Solicitud alternativa o subsidiaria de tipificación. No se propuso ninguna.

3. SOBRE EL PROCESO DE SUBSUNCIÓN.


3.1. Realizar la adecuada subsunción del hecho objeto de imputación en el Derecho implica
narrar cómo la conducta punible atribuida al imputado se subsume en cada uno de los elementos

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normativos y descriptivos del tipo penal atribuido, mediante la indicación expresa de las
características propias del delito. Subsumir de forma clara y precisa el hecho permitirá un
correcto ejercicio del derecho a la defensa y posibilita al imputado poder oponerse a las
consideraciones fácticas y jurídicas.

3.2. El proceso de subsunción es a los únicos efectos de la calificación jurídica de la conducta


como delictiva, a fin de que se realice correctamente la imputación y se puede realizar el derecho
a la defensa del imputado. La necesaria actividad procesal referida a precisar los hechos, no
consiste meramente en señalar los acontecimientos que informan el supuesto fáctico atribuido al
imputado, sino en subsumir los mismos al supuesto de derecho que configura el tipo de delito
que se le imputa.

3.3. En el presente caso, se ha realizado el análisis y subsunción de las normas anteriormente


citadas para su aplicación conforme los hechos acontecidos, en razón de los elementos de
convicción obtenidos, explicándose las razones o motivos por los cuales la conducta punible del
acusado se subsume en el tipo penal anteriormente señalado. La defensa técnica del acusado
Julio César flores Yllescas, propiamente no objetó la calificación jurídica efectuada por el
representante del Ministerio Público, y sobre cuya base se realizó el juzgamiento.

4. PRETENSIONES PENALES Y CIVILES SEÑALADAS EN EL JUICIO:

4.1. TEORÍA DEL CASO DEL MINISTERIO PÚBLICO.- El representante del Ministerio Público
ha solicitado que el acusado JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS sea condenado como AUTOR
y responsable penalmente del delito Contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la modalidad de
FEMINICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA, y como tal se le imponga VEINTIÚN AÑOS de Pena
Privativa de Libertad, así como se fije en la suma de TREINTA MIL SOLES (S/.30,000.00) el
monto que por concepto de reparación civil deberá pagar a favor de la agraviada Maripaz Liliana
Sánchez Peña. En sus alegatos finales sostuvo lo siguiente:
A. En el Plenario se ha cuestionado el hecho de que la agraviada Maripaz Sánchez Peña no
formuló denuncia por el delito de Feminicidio, sin embargo, el razonamiento debe ser en el
sentido que a una persona que acude a la comisaría denunciando hechos en su agravio no se le
debe exigir necesariamente que precise cuál es el delito materia de acusación, lo importante es
que narre los hechos. Cuando la señora Maripaz Sánchez Peña llegó a la comisaría indicó que
su conviviente pretendió quemarla y ello ha sido corroborado mediante la declaración del efectivo
policial Díaz Estraber, quien en audiencia del 27/12/2018 señaló que él atendió personalmente a
la citada agraviada y ella le manifestó que su pareja la roció de combustible y con un encendedor
que tenía en la mano trató de prenderle fuego; además, el SOB PNP indicó que la mencionada
agraviada tenía el cabello mojado y su ropa emanaba olor a combustible.
B. La testigo Brenda García Esquivel en su declaración prestada directamente en juicio
(audiencia del 15/11/2018) corroboró la información brindada por la agraviada Maripaz Sánchez
Peña, indicando que la misma llegó a su vivienda llorando y oliendo a combustible ya que su
conviviente trató de quemarla. En ese mismo sentido, la propia agraviada Maripaz Sánchez Peña
refirió ante el Colegiado que ella desde antes de estos hechos ya había sufrido maltratos por
parte del acusado Flores Yllescas y que esta violencia venía en aumento, denotando así el
antecedente de agresividad con el que contaba el imputado; cabe precisar que el feminicidio
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constituye el último acto de una secuela de actos violentos con que el imputado se comporta
durante toda la etapa de convivencia con la agraviada; en el mismo extremo ha declarado la
testigo Amarilis Cartagena Siguas (sesión del 15/11/2018) quien refirió que el acusado mantenía
una conducta violenta con la agraviada, y ello también se ha visto reflejado en el Protocolo de
Pericia Psicológica N°000293-2018-PSC practicada al citado acusado, la cual fue ratificada por
el perito psicólogo Ronald Aguirre Delgado (audiencia del 03/12/2018) indicando que el señor
Julio Flores Yllescas es una persona agresiva, que tiene la idea de que el género masculino
prevalece sobre el género femenino y además precisa que tiene rasgos inestables, toda vez que
es una persona que tiene poco control de impulsos, que puede reaccionar con conductas
violentas, actúa sin medir las consecuencias de sus actos y evidencia despreocupación de los
sentimientos de los demás puesto que no tiene capacidad de empatía.
C. Es necesario precisar que el acusado Julio César Flores Yllescas tenía pleno conocimiento
que el líquido que roció sobre la ropa de la agraviada era gasolina, lo cual es una sustancia
altamente volátil y que en caso de haber sido activada mediante el contacto directo con fuego
hubiese ocasionado la muerte de la señora Maripaz Sánchez Peña. La citada agraviada señaló
en juicio que el mencionado acusado la amenazaba en todo momento con el encendedor que
tenía en la mano y que hacía ademán con dicho objeto con el fin de prenderlo pero éste no
produjo chispas, además no era la primera vez que se presentaban ese tipo de discusiones entre
la pareja y dicha relación se tornaba violenta desde el año 2012 e iba en incremento; el propio
acusado sabía que al rociarle agua no iba a pasar nada, y por eso empleó el uso del combustible
en mención para atentar contra su conviviente con la finalidad de no permitirle asistir a su
compromiso familiar; en ese caso también hay que considerar que el tipo penal de feminicidio
admite el dolo eventual.
D. Mediante el Protocolo de Pericia Psicológica N°001298-2018-PSC se ha determinado que la
evaluada Maripaz Sánchez Peña presentaba una situación de vulnerabilidad, lo cual ha sido
generada por una serie de situaciones que se han venido presentando con el transcurso del
tiempo llegando a convertirla en una persona que ha sido víctima de violencia en todas sus
manifestaciones y a la que le causa temor el ser parte de una relación sumamente agresiva, la
misma que la ha sumergido en un conflicto emocional y le ha introducido el pensamiento de ser
una víctima propiciante, rol que la hace sentir culpable de la situación; en ese mismo sentido, la
perito psicóloga Angelita Carmiña Cachay Llaja en su declaración prestada directamente en
juicio (audiencia del 19/12/2018) se ha ratificado de sus conclusiones arribadas en la pericia
precitada y además destaca la inestabilidad emocional de la agraviada Sánchez Peña, la cual la
ha llevado incluso a brindar una segunda declaración con el objetivo de ayudar al señor Flores
Yllescas, ello por el miedo que se originó a consecuencia de los gestos amenazantes del referido
acusado al momento de su intervención policial y la presión que ejerció la familia del mismo al
tomar conocimiento de los hechos. Concluye que el acusado Julio César Flores Yllescas obró
con dolo eventual porque estaba en la posibilidad de representarse que prendiéndole fuego a la
agraviada Maripaz Sánchez Peña podía causarle la muerte.

4.2. TEORÍA DEL CASO DE LA DEFENSA TÉCNICA.- El abogado defensor del acusado Julio
César Flores Yllescas solicitó que se absuelva a su patrocinado de los cargos formulados por el
Ministerio Público. En sus alegatos finales sostuvo lo siguiente:

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A. El representante del Ministerio Público ha tratado de introducir una versión de la agraviada
Maripaz Sánchez Peña que no se ha evidenciado en juicio, pues la citada agraviada en su
declaración prestada en la sesión del 30/10/2018, frente a las preguntas aclaratorias de los
jueces indicó que su patrocinado Julio Flores Yllescas hacía movimientos dándole a entender
que iba a prender el supuesto encendedor, pero que solo movía su mano y no trató de manipular
el objeto porque de lo contrario hubiese sonado y eso no pasó. En ningún momento su
patrocinado pretendió rociarle combustible a la agraviada, su intención solo fue ensuciar su ropa
para evitar que saliera al compromiso familiar, la gasolina cayó sobre el cuerpo porque ella se
interpuso entre la ropa para evitar que la siga arruinando, no existiendo un iter criminis que
respalde la teoría del caso del representante del Ministerio Público, por lo que no se configuraría
un delito de feminicidio en grado de tentativa.
B. La agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña en juicio precisó que ella suponía que el acusado
Julio Flores Yllescas tenía la intención de prenderle fuego con el encendedor, lo cual evidencia
que se trata de una invención por parte de la citada agraviada con la finalidad de victimizarse e
incriminar a su ex conviviente por algo que no ha cometido. Queda claro existe una
animadversión de por medio y no existen medios probatorios suficientes para condenar al señor
Julio César Flores Yllescas. Además, se debe tener en cuenta que de acuerdo con la secuencia
de hechos la acción de rociar combustible a la agraviada Maripaz Sánchez Peña, sin que se
reconozca que fue intencional, solo constituyen actos preparatorios, que salvo que
autónomamente sean considerados delitos, resultan impunes.

5. PLANTEAMIENTO DEL CASO:

5.1. De acuerdo con el marco fáctico anteriormente descrito, y teniendo en cuenta que el acusado
Julio César Flores Yllescas no niega haber rociado de combustible a la agraviada Maripaz Liliana
Sánchez Peña, el análisis y la valoración de la prueba practicada en juicio debe centrarse en la
intencionalidad del agente. Respecto de esto último se debe poner de relieve la dificultad que a
veces se presenta sobre la calificación jurídica de unos hechos integrados básicamente por un
acontecimiento (rociar combustible) que no llegan a producir el resultado del tipo penal de
feminicidio, y que hacen surgir la duda sobre la real y verdadera intención del sujeto activo. Y, es
que, en principio, juzgando por el resultado, podemos hallarnos ante un caso de violencia familiar
(física o psicológica) o ante un delito de feminicidio en grado de tentativa. Ello teniendo en cuenta
que el delito intentado ha sido definido como aquel en que el sujeto da principio a la ejecución
realizando todos o parte de los actos que objetivamente deben producir el resultado, no
produciéndose éste por causas independientes de la voluntad del autor (Art.16° del C.P.).

5.2. El elemento subjetivo o voluntad del agente (elemento psicológico) constituye el factor
primordial en el delito de feminicidio en grado de tentativa y está por encima del elemento
meramente fáctico, de manera que la intencionalidad deberá deducirse de una serie de datos
concretos y objetivos, a través de los cuales se descubrirá el auténtico “animus” del agresor, ello a
pesar de su relatividad y de las dificultades que se presentan en la mayoría de las ocasiones
cuando no se perfeccionó el tipo penal. Esa intención generalmente carece de prueba directa y por
eso debe acudirse a la denominada prueba por indicios regulada en el artículo 158° inciso 3 del
Código Penal. En efecto, el delito de feminicidio exige en el agente un “animus necandi” o de
matar, que por pertenecer a la esfera íntima del sujeto activo, sólo puede inferirse atendiendo a los
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elementos circundantes a la realización del hecho, no solo a los coetáneos que acompañaron a la
acción, sino también a los precedentes y subsiguientes, que lleven al conocimiento de la
verdadera voluntad del agente.

5.3. En ese orden de ideas, descartando de antemano la tesis del Ministerio Público respecto a la
existencia del <<dolo eventual>> en la tentativa -conforme se pasará a explicar más adelante-, la
determinación de las circunstancias que rodearon el hecho objeto de imputación y la
responsabilidad penal del acusado Julio César Flores Yllescas, dependerá del análisis que se
haga de las pruebas conforme a lo establecido en el artículo 393° del Código Procesal Penal, en
el que cobra especial importancia determinadas pruebas, tales como (i) los informes periciales,
que permiten al juez incorporar información ajena a su conocimiento profesional por su carácter
técnico y especializado; (ii) los indicios, debido a que la voluntad del agente en el delito de
feminicidio en grado de tentativa generalmente carece de prueba directa; y muy especialmente,
(iii) el testimonio de la víctima del hecho punible, pues frecuentemente es el único elemento de
prueba con que se cuenta. También se abordaran otros temas como: 1) la prueba necesaria para
condenar y la carga de la prueba; 2) el principio de libertad probatoria y dimensiones en que se
enmarca dicho principio. Así mismo, se analizará los argumentos expuestos por la defensa técnica
respecto a que la conducta de su patrocinado correspondería simplemente a actos preparatorios y,
por tanto, no se configuraría la tentativa.

II. CONSIDERACIONES PRELIMINARES.-

Principios que rigen el sistema penal acusatorio, la teoría del caso y la convicción judicial
2.1. El actual sistema penal acusatorio consta de dos etapas principales que constituyen la
estructura propiamente dicha del proceso: las etapas de investigación y el juicio oral. También
existen dos etapas secundarias como es la etapa de investigación preliminar, que puede ser
considerada como complementaria de la investigación preparatoria, al tiempo que entre la
investigación y el juicio existe una fase intermedia que puede considerarse como
complementaria del juicio. De esta forma existe la distinción entre la fase de investigación y la de
juzgamiento, dándose especial preponderancia a esta última. Bajo este esquema que
corresponde a un sistema acusatorio con tendencia adversarial, las partes deben de tener un rol
activo.

2.2. En la etapa de juzgamiento se hacen más palpables los rasgos adversariales del sistema
penal, donde el juicio oral gira sobre tres ejes fundamentales: la presentación de la teoría del
caso por las partes, la práctica de las pruebas previamente admitidas y la exposición de los
alegatos por las partes. La presentación de la teoría del caso es una técnica de litigación que
permite planificar estratégicamente la acusación o defensa en el proceso penal acusatorio con
tendencia adversarial, mediante la presentación y explicación de los hechos objeto de
imputación, así como la vinculación de las pruebas con los mismos. La teoría del caso tiene por
finalidad proporcionar una hipótesis explicativa sobre los hechos materia de imputación, las
pruebas que lo sustentan y los fundamentos jurídicos aplicables.

2.3. La llamada teoría del caso es la formulación de la hipótesis que cada parte pretende sea
aceptada por el juez de juzgamiento, de acuerdo con los elementos fácticos, jurídicos y

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probatorios, que deben presentarse y valorarse en la etapa del juicio oral, respondiendo a la
metodología y plan diseñado por las partes de cara al proceso. El juicio es la etapa principal del
proceso. Se realiza sobre la base de la acusación sin perjuicio de las garantías procesales
reconocidas por la Constitución y los Tratados de Derecho Internacional de Derechos Humanos
aprobados y ratificados por el Perú, rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación
y la contradicción en la actuación probatoria. En ese sentido, se debe señalar que el juez solo
podrá condenar cuando exista convicción de la comisión del delito objeto de imputación y la
responsabilidad penal del imputado.

Importancia de los alegatos finales en la teoría del caso


2.4. El alegato final es un ejercicio netamente argumentativo donde se emiten la conclusiones
que la prueba merece; es decir, es el momento donde se analizan las pruebas que se actuaron
en el juicio oral y su objetivo es convencer a los jueces que las proposiciones fácticas resultan
legalmente válidas. A través de los alegatos finales se fija la posición de las partes para
persuadir al juez de que los hechos sucedieron de acuerdo a lo planteado por quien formula
dichos alegatos. Los alegatos de clausura deben contener conclusiones y presentar una
coherencia lógica, es decir, las proposiciones deben ser lógicas y convincentes, pues tienen el
cometido de ser un verdadero análisis argumentativo fáctico-jurídico. Deben ser estructurados,
pues son actos de comunicación donde se expresan las consecuencias de las alegaciones. El
propósito del alegato de clausura es dar un resumen del caso, complementando el alegato de
apertura y explicando el significado de las pruebas actuadas en el juicio oral.

2.5. Como puede verse, el principio de convicción se concibe como condición necesaria para
condenar, y pese a no existir un desarrollo sobre el nivel de convicción que se requiere para
condenar, pero sí para alcanzar el estándar probatorio “del más allá de toda duda razonable” que
se exige para tener la convicción 1. La convicción judicial depende de elementos tantos objetivos
como subjetivos, de manera que la duda razonable puede presentarse, por ejemplo, en los
siguientes casos: 1) Cuando la credibilidad de los testigos de cargo que sustentan la hipótesis de
la acusación se ponga en tela de juicio; y, 2) Cuando la hipótesis de la acusación no se
encuentra suficientemente confirmada, porque existen otras pruebas que refuerzan la hipótesis
de inocencia planteada por la defensa. Dicho esto, se pasa a analizar las pruebas actuadas en
juicio.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO Y DERECHO:


INFORMACIÓN Y VALORACIÓN PROBATORIA

PRIMERO: DE LA ACTIVIDAD PROBATORIA. En el desarrollo del juicio oral, una vez instalada
legalmente la audiencia, y después de habérsele informado al acusado JULIO CÉSAR FLORES

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La duda razonable puede presentarse en situaciones relacionadas con las pruebas de cargo y de descargo, dando lugar a la
existencia de una incertidumbre racional sobre la hipótesis acusatoria. La obtención de una sentencia favorable para el acusado
puede provenir de un argumento de la defensa, que si bien no se impuso en definitiva, sí es capaz de introducir en lo jueces
criterios de duda razonable que les impida condenar. Lo relevante, entonces, no será la existencia efectiva de una duda, sino la
existencia en las pruebas de condiciones que justifican una duda. Esto significa que: i) el estándar debe ser especialmente
exigente, para evitar en la mayor medida posible la condena de un inocente; y ii) el estándar: más allá de toda duda razonable
expresa ese alto grado de exigencia de suficiencia probatoria. En efecto, el estándar de prueba “más allá de toda duda
razonable”, se interpreta en términos objetivos, esto es, referido a la calidad de las pruebas para ser suficiente y justificar una
condena.
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YLLESCAS sobre sus derechos y preguntársele si desea declarar de manera libre y voluntaria,
respondió en sentido afirmativo y se procedió a recibir su declaración como se transcribe a
continuación:

 & EXAMEN DEL ACUSADO JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS (AUDIENCIA DEL
10/01/2019).-

Quien al ser examinado en juicio señaló lo siguiente:


A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: A Maripaz Sánchez la conocí
aproximadamente hace nueve años, mantuvimos una relación de convivencia por ese mismo
tiempo en el cual tuvimos dos hijos llamados Joseph (08) y Katalesha (04), los cuatro vivíamos
juntos en la Urbanización Techo Propio; la relación convivencial que tenía con Maripaz hasta
antes que ocurrieran los hechos por el que se me está juzgando era normal, lo único que nos
agobiaba eran los temas económicos que siempre existen en cualquier familia, yo laboraba en la
empresa Ipasa y los fines de semana por la noche trabajaba en una discoteca. Hace algún
tiempo tuve una denuncia que me interpuso Maripaz en la cual ella manifestaba una supuesta
agresión que le había hecho, asegurando que la había roto el brazo, pero esa denuncia no
prosperó porque finalmente ella dijo lo que en verdad le había sucedido; aparte de eso tuve otra
denuncia que me había hecho mi anterior compromiso Rosario Del Carmen Cervantes también
por agresión, pero eso lo hizo porque no superaba el hecho de que me estuviese separando de
ella para rehacer mi vida con Maripaz. Conozco a la señora Brenda García Esquivel porque es
amiga de Maripaz, también conozco a la señora Amarilis Cartagena porque es quien cuida a mis
hijos y jamás he tenido ningún tipo de problemas con ella; cuando fui intervenido por la policía
me encontraba en mi domicilio, Maripaz llegó, tocó la puerta y cuando yo abro sin mirar –porque
ya sabía que era ella- volteé y me doy con la sorpresa que estaba ingresando acompañada de
serenos y policías, yo le pregunté a los efectivos cuál era el motivo de su presencia en mi casa y
ellos me dicen que me iban a detener porque le eché combustible a la señora y la quise prender;
en mi casa sí tenía una galonera de plástico color negra que contenía gasolina porque manejo
mototaxi y también tengo una moto lineal, así que lo tenía como reserva para salir a trabajar, ese
galón siempre lo guardaba en un ambiente que se encontraba en el segundo piso, exactamente
lo ponía sobre la parte más alta de un separador de madera para que mi hija no tuviera contacto
con dicho insumo. Un día antes de los hechos la moto se me había averiado y es por ese motivo
que al día siguiente no pude salir a trabajar, así que he estado en mi vivienda todo el día viendo
televisión hasta que la señora se me acerca para decirme que había conversado con la
propietaria de la casa y que ésta le dijo que si no tenía para cancelar el pago de la casa nos
daba diez días para poder desalojarla, en ese momento cuando Maripaz me cuenta eso le dije
que iba a buscar la manera de solucionar la situación y ahí es donde ella me dice que si yo
quería quedarme en la casa me dejaba el número telefónico de la dueña en el primer piso, luego
ella se va y al rato yo bajé para fijarme si me había dejado anotado el número pero como no
estaba, la llamé para preguntarle y ella me dijo que se le había pasado porque tuvo que salir
urgentemente y no le dio el tiempo; tengo que precisar que dos días antes Maripaz viajó a Ica
con mi hijo ya que él iba a participar en un campeonato de fútbol de su categoría y como a ella
su celular se le había malogrado, le dije que le prestaba mi celular para que le tome fotos a mi
hijo, cuando regresó del viaje ya estaba un poco cambiada; retornando al día sábado en donde

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ocurrieron los hechos, ella llegó con mis hijos a la casa como a las 07:30p.m., mis hijos subieron
a saludarme porque yo me encontraba en la habitación, pero no pasó ni dos minutos en que
Maripaz los llamó y se fueron a la calle, ella regresó a la casa como a las 10:00p.m. y subió al
dormitorio, prendió la luz y veo que empieza a arreglar su ropa y en ese instante le pregunté por
los bebes, a lo que ella me respondió que los había dejado con la señora Amarilis, le dije que por
qué los había dejado y ella me responde porque iba a salir a un compromiso familiar en el distrito
de Larán, incluso ella ya hace algunos días me había dicho para ir juntos a ese compromiso y si
estaba aburrido para irnos luego a otro lugar porque su intención era solamente ir a dar acto de
presencia con su familia y luego irse a otro lado para divertirse, entonces ahí sí empecé a
reclamarle porque estábamos pasando por una situación un poco difícil en el aspecto económico
y ella prefería irse a las fiestas en vez de preocuparse por nuestros hijos y tratar de ver conmigo
el problema que teníamos con la casa, pero como ella seguía ignorándome por estar alistando
su ropa, me molesté y me levanto de mi cama, cojo la ropa que estaba arreglando -que eran
aproximadamente entre cuatro o cinco porque recién estaba escogiendo- y le digo: “como a ti no
te importa nada de lo que estamos pasando y los problemas que tenemos encima y estás más
preocupada por tu fiesta entonces me llevo esto”, en ese momento me dirijo hacia un pequeño
espacio que tenemos en el segundo piso donde ponemos las cosas que no utilizamos y usamos
como tendedero, procedo a tirar su ropa en el suelo y procedo agarrar el galón de gasolina que
estaba en el estante ubicado en ese mismo lugar, lo abro y en el instante en que empecé a
echarle la gasolina a la ropa, Maripaz me dice que por favor no lo haga, a lo que yo le respondo
“¿cómo no quieres que lo haga, si a ti te interesa más la fiesta que los problemas que tenemos
aquí en la casa, o sea lo poco que tú has ganado todavía piensas gastártelo en la fiesta? A mí tú
me dejas toda la carga de la casa” entonces como yo seguía echando gasolina sobre su ropa,
ella se interpone entre la ropa y yo para que no le siga echando el combustible, por lo que al
meterse le cae gasolina sobre su cuerpo y ahí fue que dejé de seguir rociando el combustible
porque mi intención nunca fue echárselo a ella, le coloqué la tapa a la galonera y lo dejé en su
mismo sitio, como ella ya estaba en esa condición y ya había ensuciado su ropa, le dije que si en
todo caso quería seguir yendo a la fiesta entonces que “haga lo que mierda quiera y que le pida
ropa a sus familiares o a su amiga” tengo que reconocer que en ese momento estaba celoso y
no quería que ella saliera; realmente si hubiese encontrado otro producto como pintura para
echarle a la ropa y malograrla -lo hubiera hecho, pero en ese momento solo encontré la gasolina
y fue con la única finalidad de echarle a la ropa y no a ella, en ningún momento pasó por mi
cabeza prender la ropa y mucho menos prenderla a ella, además, en ese momento ni siquiera
tenía encendedor o fósforo que apeligre que esa ropa se pudiese prender. Las únicas
declaraciones que yo brindé fueron en la comisaría y en el juzgado de Pueblo Nuevo.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: El día de los hechos tenía puesto un polo
color verde con el logotipo de Nike y un short negro deportivo con líneas blancas a los costados,
el cual no tenía bolsillos; después de que guardé la galonera que contenía la gasolina, le dije a la
señora Maripaz: “después de ver que te importa más tu fiesta que los problemas que tenemos,
haz lo que mierda quieras, vete a tu fiesta si quieres”. Después de que pasara el problema con
Maripaz en donde se interpuso para que no queme su ropa, yo ingresé a mi cuarto y ella se
quedó en el otro espacio con su ropa, al poco rato, ella entró al dormitorio y me comenzó a decir
que yo era una basura y que por qué era tan malo con ella, yo le respondí que no era malo,
porque si realmente lo fuera hace buen tiempo ya me hubiese ido de la casa dejándola con los

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problemas, pero no porque yo de algún modo seguía tratando de arreglar esas situaciones, sin
embargo ella lo poco que había ganado en su trabajo se lo quería ir a gastar en la fiesta en vez
de apoyarme con los gastos de la casa, como la señora luego siguió diciendo una serie de cosas
y yo ya no le prestaba atención, salió de la habitación como a los diez minutos y aventó la
puerta, yo no la retuve ni nada por el estilo, ella bajó por las escaleras y se fue. En ningún
momento yo he tenido en mis manos el encendedor, porque eso siempre lo dejo en el comedor
que es donde fumo, ya que en mi dormitorio nunca fumo porque ahí paran mis hijos.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: Yo solo cogí la ropa que Maripaz había
colocado en la cama y que iba a ponerse, ella nunca se llegó a cambiar de ropa, se quedó con la
misma ropa que llevaba puesta desde la mañana; salí de mi habitación con la ropa hacia otro
ambiente de la casa que también estaba en el segundo piso, -esa área está en la parte de afuera
de mi habitación, el cual es un espacio desocupado pero que no tiene techo-, y Maripaz salió
detrás de mí y como estaba que quería ir a la fiesta, yo lancé la ropa hacia el suelo y estuve
buscando algo con qué arruinarla, no lo hice con agua porque sabía que el agua iba a secar y no
malograría nada y como recordé que ahí estaba la galonera de gasolina que había dejado en un
andamio de madera, cogí el galón, lo abrí y Maripaz me pedía que por favor no le eche el
combustible a la ropa, cuando recién le estaba echando gasolina a sus prendas, ella se mete y
se agacha para recogerlas, al momento en que ella se metió le cayó gasolina sobre su cuerpo y
es ahí donde yo dejé de rociar el combustible, y le dije que si quiera se largara –esa frase la dije
acompañada de groserías-, después me retiré a mi cuarto y cerré la puerta, ella nuevamente
entra al dormitorio donde yo estaba con su ropa en la mano y me empieza a reclamar que por
qué había hecho eso, que yo era malo, que me odiaba, entre otras cosas.

SEGUNDO: DE LOS MEDIOS PROBATORIOS ADMITIDOS Y ACTUADOS EN EL JUICIO


ORAL.- El Ministerio Público con la finalidad de acreditar su teoría del caso ofreció, se admitió y
se actuaron las siguientes pruebas:

 PRUEBAS DEL MINISTERIO PÚBLICO.-

- Prueba personal: Testigos que fueron advertidos de sus derechos y obligaciones, prestaron
juramento o promesa de decir la verdad, y se encuentran debidamente individualizados, según
consta en el registro de la audiencia.

 & EXAMEN DE LA AGRAVIADA MARIPAZ LILIANA SÁNCHEZ PEÑA (AUDIENCIA DEL


30/10/2018).-

Quien al ser examinada durante juicio oral señaló que conoce al acusado Julio César Flores
Yllescas porque era su conviviente y respondió a las preguntas en los siguientes términos:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: Julio César y yo nos
conocimos en una discoteca en febrero del año 2007, al principio de nuestra relación solo nos
veíamos de vez en cuando porque él vivía acá en Chincha y yo radicaba en Lima; luego de dos
meses aproximadamente, me vine a Chincha para vivir sola en un casa que alquilaba, él iba a
visitarme constantemente y en agosto de ese mismo año decidimos convivir en mi casa ubicada
en Techo Propio Mz.F Lt.14 del distrito de Grocio Prado, después de cuatro años tuvimos a
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nuestro primer hijo; al inicio él era bueno conmigo, pero con el pasar del tiempo se volvió
agresivo, incluso una vez –el 01 de enero del 2008- me puso la mano encima, en ese entonces
nos separamos y luego volvimos, nuestra relación se volvió tóxica, él siempre salía para irse a
fiestas y a veces no llegaba a la casa, yo siempre regresaba con él porque estaba cegada,
nunca lo denuncié. Julio se volvió mucho más violento a raíz de que mi hijo nació y comenzamos
a vivir en la Av. 13 de Octubre, en ese entonces sus maltratos fueron constantes, cualquier cosa
que yo le decía era motivo para que él me golpeara y aprovechara su tamaño/ fuerza para
hacerme daño porque él me decía que golpear a una mujer o a un hombre le daba igual, para él
era lo mismo; pasó un tiempo y yo lo denuncié porque me agredió en plena calle cuando
estábamos en compañía de un grupo de amigos, pero esa denuncia no prosperó porque a mí me
daba vergüenza -por la condición en la que había dejado mi cara- pasar por un médico legista,
en ese transcurso él me pedía perdón y admito que soy culpable porque siempre volvíamos a lo
mismo, incluso teniendo conocimiento que él a sus parejas anteriores también las había
agredido. Un día antes al día de los hechos en mi agravio, me fui con mi hijo a Ica para que
jugara fútbol y como mi celular estaba malogrado tuve que pedirle a César que me prestara el
suyo, cuando me lo dio, comencé a revisar sus mensajes y me enteré que me estaba siendo
infiel con aproximadamente tres chicas, yo ya sospechaba que él me era infiel pero con esos
mensajes finalmente lo corroboré y tomé la decisión de separarme; le hablé tranquilamente a
Julio César y le expliqué que ya nuestra relación no iba a continuar y como yo era la que pagaba
la casa en la que vivíamos le dije que se retirara o que por el contrario yo me iba y él se
encargara de seguir pagándola, eso sucedió un día sábado en el que justo yo tenía el bautizo de
un familiar en Larán al que iba a llegar toda mi familia de Lima, porque yo no tengo familiares en
Chincha, solo una hermana y él lo sabía, así que le terminé de decir las cosas y me fui a trabajar.
Desde que nació mi primer hijo la señora Amarilis Cartagena me ayuda con ellos, siempre ha
cuidado a mis dos hijos cuando yo salía a trabajar e incluso cuando me iba a compromisos; ese
día llegué a mi casa como a las 08:00 p.m. con mis hijos y lo encontré a Julio César tirado en la
cama, yo no le dije nada porque ya había tomado la decisión de irme de la casa con mis
pequeños -ya que él me dijo que se iba a seguir quedando a vivir ahí-, así que le cambié la ropa
a mis hijos y me fui a la casa de Amarilis para dejarlos y luego me regresé a mi casa para
bañarme puesto que iría al bautizo, subo al segundo piso, ingreso al cuarto y me puse a alistar
mi ropa, entonces Julio César me preguntó a donde estaban los bebes y yo le respondí que los
había dejado donde Amarilis, él me preguntó a dónde iba a salir, yo solo le dije que tenía un
compromiso y él se puso agresivo, me comenzó a insultar con palabras soeces, me amenazó
con que iba a cortar toda mi ropa y se puso como loco a decirme que yo no iría a ninguna parte,
luego agarró toda mi ropa que estaba en la cómoda y lo sacó al patio que estaba en el segundo
piso, la tiró al suelo y dijo que la iba a quemar para que no tuviera con qué salir; en ese tiempo
nosotros teníamos una mototaxi y una moto lineal, por lo tanto él siempre tenía guardado
gasolina en un galón que se encontraba en el primer piso, en el momento en el que Julio me
amenazó con que iba a quemar toda mi ropa yo ni siquiera recordaba la gasolina que había en la
casa, entonces él bajó corriendo hacia el primer piso y cuando subió al segundo piso comenzó a
rociar gasolina en mis prendas de vestir, ahí yo me comencé a tocar de nervios y empecé a
gritarle que se calmara, incluso me arrodillé para pedirle que se tranquilizara y no hiciera eso,
pero él me dijo: “lárgate conchetumare que a ti también te voy a prender”, en ese instante me
echa gasolina en el lado izquierdo y yo lo único que hacía era llorar porque estaba asustada, no

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sabía qué hacer, seguía arrodillada sobre la ropa y él se metió al cuarto entre gritos, luego
comencé a recoger mi ropa que estaba húmeda y yo también lo estaba ya que él me había
rociado gasolina, pero luego se levanta de la cama y me dice que deje todo ahí, yo le reclamé
por qué me hacía eso pero él continuaba con sus amenazas, me dijo que bajaría e iba a romper
todas mis cosas con las que trabajaba -ya que en el primer piso de mi casa yo tenía un pequeño
salón de belleza en el que cortaba cabellos-, Julio se volvió a meter al cuarto y yo aproveché
para bajar al primer piso y encerrarme en el baño para lavarme la cara porque estaba oliendo
toda a gasolina. Yo tenía miedo a salir del baño porque sentía que él iba a perder la razón y me
iba a quemar, ya que previamente el me amenazaba con eso y hacía movimientos con sus
manos como diciéndome “te voy a quemar”, él siempre cargaba un encendedor porque al día se
fumaba de cinco a seis cigarros; yo sí vi que él tenía su encendedor en las manos porque él
cuando se echaba a la cama se ponía a fumar mientras yo estaba arrodillada sobre mi ropa, no
sé si lo hubiese prendido o no, pero sí vi que lo tenía; cuando finalmente salí del baño no me
quise ir a donde mi familia porque no quería malograrles la fiesta, por eso es que me fui donde
mi amiga Brenda García Esquivel para quedarme en su casa porque estaba muy nerviosa, no
era la primera vez que ella me veía así- le comencé a contar todo lo que me había pasado
minutos antes y ella me dijo que lo fuéramos a denunciar porque ese hombre lo que quería era
matarme; como yo ya estaba cansada de esa situación, de los constantes maltratos que Julio me
hacía, es que decidí ir con mi amiga a poner la denuncia. Fuimos a la comisaría, me atendió una
señorita de la policía y como se dio cuenta que olía mucho a gasolina me preguntó qué fue lo
que había pasado, yo solo fui a denunciar a mi pareja por agresión, pero como ya le había
contado a la oficial todo lo que me había sucedido, ella me dijo que eso era un intento de
feminicidio, me preguntó si yo había dejado aún a mi pareja en la casa y le respondí que sí, ella
avisó a algunos de sus compañeros y nos dirigimos a mi casa a bordo de un patrullero; yo sí
declaré en esa primera oportunidad con la verdad porque estaba asustada y dije todo, pero la
segunda vez declaré que yo misma me había rociado la gasolina porque al día siguiente de los
hechos su familia se enteró y me comenzaron a llamar, a cada rato sus hermanos Juan Carlos y
Marilyn me insistían para que retirase la denuncia diciéndome que su mamá estaba mal, que le
había dado fuerte la presión, que se podía morir, entre otras cosas; conforme han ido pasando
los meses, yo he estado recibiendo ayuda psicológica y mis hijos también, ya que mi hijo mayor
ha sido testigo presencial de todas las veces que su padre me maltrataba.
A las preguntas de la defensa técnica respondió: Cuando Julio César estaba parado en frente
mío y me comenzó a amenazar que me iba a quemar, en ese momento yo estaba arrodillada y
me roció la gasolina, él tenía el encendedor en sus manos, incluso hacía señales de que me iba
a prender con eso. Cuando yo fui a poner la denuncia, fui con la ropa con la que Julio me había
rociado gasolina, luego me dijeron que la entregara y yo la puse a disposición de la comisaría,
pero no recuerdo si firmé o no algún documento constatando la entrega; a mí no me facilitaron
ningún oficio para pasar por el médico legista, solo para que vaya a una evaluación psicológica,
tengo que precisar que yo nunca puse en conocimiento a la policía sobre las llamadas que me
hacían los familiares de Julio con la finalidad de que retirase la denuncia; la policía llegó a mi
casa dos veces, la primera fue cuando lo llegaron a detener –en el que opuso resistencia- y la
otra fue al día siguiente para hacer el registro correspondiente, aunque no sé si habrán hallado el
encendedor con el que Julio me amenazó o no.

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A las preguntas aclaratorias del Colegiado, dijo: Yo realicé dos declaraciones, la primera fue el
día 10 de diciembre y la segunda fue el día 11 de diciembre, en el lapso de tiempo entre esas
declaraciones su familia comenzó a efectuarme llamadas telefónicas ya que cuando la policía
llegó a detener a Julio, él comenzó a avisarle a su mamá y sus hermanos tomaron conocimiento
rápidamente de lo que había pasado; en el momento que Julio y yo estábamos discutiendo -
porque él no quería que saliera a mi compromiso familiar- aún no me había amenazado con
querer matarme, me imagino que la intención de él fue que yo no saliera de la casa y por eso es
que echó gasolina sobre mi ropa. Yo estoy segura que Julio me quería quemar, por cuanto me
roció la gasolina y me amenazó con prenderme, además cuando él estaba al frente mío ya tenía
el encendedor en la mano y hacía movimientos dándome a entender que lo iba a prender, pero
sinceramente no es que él haya tratado de manipularlo, solo lo tenía en la mano y lo que movía
era justamente eso, pero no intentó encenderlo porque al hacerlo hubiese sonado la ruedilla y
eso no pasó, aunque sí me amenazaba todo el tiempo, luego discutimos en la habitación pero ya
no estaba tan agresivo como cuando quería prender mi ropa, ahí fue cuando él se quedó echado
en la cama y yo bajé corriendo para ir al baño, lavarme la cara e ir a la casa de mi amiga Brenda;
en el momento que yo decidí salir de la casa después de que ya habían pasado los hechos, Julio
no trato de impedirme la salida, ni me retuvo porque él estaba en el cuarto. Julio César roció la
gasolina sobre mi ropa para impedir que yo saliera al bautizo de mi familiar, por lo cual yo me
arrodillé y le supliqué que no lo hiciera porque temía que queme mi ropa, hasta ese momento él
no había hecho nada en contra de mí, aunque previamente a las amenazas con el encendedor
ya me había golpeado en la habitación, él no llegó a quemar mi ropa porque yo me arrodillé
sobre ella para intentar recogerla mientras que él se me puso en frente, es decir, yo me coloqué
entre Julio y mi ropa, es por eso que ahí también me echó la gasolina a mí, puesto que yo me
metí para impedir que la encendiera, porque ya tenía el encendedor en la mano que lo sacó del
bolsillo de su short. Cabe precisar que Julio echó la gasolina que sacó de un galón que tenía en
el primer piso y que lo usaba para la mototaxi, no sé exactamente la cantidad que gastó en
echarme a mí y a mi ropa, pero luego ese galón se lo llevó la policía para las investigaciones
correspondientes.

 EXAMEN DE LA TESTIGO BRENDA CECILIA GARCÍA ESQUIVEL (AUDIENCIA DEL


15/11/2018).-

Quien al ser examinada en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas y respondió a las preguntas en los siguientes términos:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: A Maripaz Sánchez Peña la
conozco desde hace nueve años, y a Julio César lo conozco desde hace cuatro años, ellos
vivían cerca de mi casa en Techo Propio, aproximadamente a unas diez casas pero en la misma
recta; recuerdo que el día 09 de diciembre del 2017 como a las 10:00 – 10:30 p.m., Maripaz llegó
corriendo a mi casa gritando que le abriera, entonces yo salí, la vi asustada y vi que su ropa
estaba mojada con gasolina, olía muy fuerte y toda la parte derecha de su cuerpo estaba
húmedo porque le habían rociado dicho combustible, fue en ese instante que la hice ingresar a
mi casa y comenzamos a conversar, ella estaba muy nerviosa y le dije que fuéramos a la
Comisaría a denunciarlo porque ya anteriormente Julio la había maltratado y ella siempre lo
perdonaba, Maripaz me comentó que había salido discutiendo con Julio y que él no la dejaba

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salir a su compromiso familiar y le había echado gasolina a toda su ropa y a ella directamente,
cuando ella me contó que Julio estaba con el encendedor en la mano yo le dije que
definitivamente teníamos que ir a ponerle una denuncia.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: Cuando Maripaz llegó a mi casa, yo me
encontraba en la cocina que está aproximadamente a cinco metros de distancia de la puerta de
entrada, yo no la vi pero escuché que venía corriendo hacia mi casa y a la vez gritaba mi nombre
para que le abriera; cuando finalmente la convencí de que fuéramos a poner la denuncia, en la
dependencia policial solo encontramos a una señorita de la policía que fue quien le tomó su
declaración -ya que vio que Maripaz se encontraba mojada con gasolina- y dio aviso a un
patrullero para que fuera con ella hasta su casa, yo me quedé en la comisaría e incluso vi
cuando llegaron luego los efectivos policiales con Julio César, pero inmediatamente me escondí
en una de las oficinas. Al día siguiente por la mañana, fui a buscar a Maripaz a su casa pero ella
ya se había ido a la comisaría, no tengo conocimiento si es que ella le habrá llevado ropa a Julio
César, tampoco si es que pasó por el médico legista, lo que sí recuerdo es que le hicieron firmar
algunos documentos y le pidieron que se vaya a cambiar para que pudiera entregarles la ropa
con la que Julio César la había agredido, Maripaz todo el tiempo se la pasaba llorando, pero no
me pude percatarme de moretones en su rostro ni nada por el estilo.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: Maripaz llegó a mi casa a las 10:30p.m.
aproximadamente, estaba muy alterada y lo primero que me dijo fue que había salido discutiendo
con Julio, en ese momento la hice ingresar a mi casa y traté de calmarla para que me contara lo
que había sucedido, me dijo que Julio no quería que saliera a su compromiso familiar, por eso es
que había rociado gasolina en su ropa y luego le roció el combustible directamente a ella,
además me dijo que Julio había agarrado un encendedor y comenzó a decirle que no iba a salir
a ninguna parte, me precisó que previo a lo de las amenazas ellos ya habían estado discutiendo
y que él le había tirado una cachetada, por eso cuando le roció la gasolina y agarró el
encendedor ella pensó que la iba a prender por eso es que salió corriendo de allí y se fue directo
a mi casa. En mi casa hemos estado como quince minutos conversando, luego cuando Maripaz
y yo salimos para ir a la comisaría, ella iba en la mototaxi llorando, no decía nada, ya en la
comisaría nos atendió una mujer policía, ambas conversamos con ella y le comentamos lo que
había pasado, la señorita comenzó a hacerle preguntas a Maripaz y ella también le contó sobre
una denuncia pasada que le había hecho a Julio César porque ya una vez le había roto la
clavícula, pero que no prosperó porque luego ella arregló las cosas con él y continuaron como si
nada; nosotras fuimos a denunciar el hecho, pero no conocíamos sobre qué delito exactamente
se tenía que poner la denuncia, entonces la efectivo policial comenzó a interrogar a Maripaz y
nosotros le contamos con detalles lo que había pasado, fue cuando la policía nos dijo que eso
era un intento de Feminicidio.

 EXAMEN DE LA TESTIGO AMARILIS BEATRIZ CARTAGENA SIGUAS (AUDIENCIA DEL


15/11/2018).-

Quien al ser examinada en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, y respondió a las preguntas en los siguientes términos:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: A Julio César y a Maripaz los
conozco desde hace cuatro años en que comencé a trabajar cuidándoles a su hijita menor, la
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señora Maripaz me dejaba a sus hijos con frecuencia, me los llevaba a mi casa temprano cuando
ella se va a trabajar y a veces me quedaba con ellos todo el día, la última vez que me los dejó
fue cuando pasó lo del problema entre ella y su esposo Julio César; recuerdo que el día de los
hechos, la señora Maripaz me llamó para decirme que iba a tener un compromiso familiar y que
ese día me iba a llevar a sus hijos para que los cuide, me llevó a los niños aproximadamente a
las 8:00p.m., yo de ahí como a las tres horas me enteré del problema que había pasado porque
lo vi en internet, al día siguiente recién la señora Maripaz fue a recoger a sus hijos a mi casa, no
sabría precisar a qué hora porque yo me fui a trabajar y dejé a mi hija encargada de los niños
hasta que llegara su mamá a recogerlos; cuando yo regresé de vender y llegué a mi casa, pude
conversar con Maripaz y ella me comentó que todo inició porque el señor Julio no quería que ella
saliera a su compromiso familiar, pero no me dio más detalles. Otras veces también he visto que
Maripaz ha estado golpeada, yo le preguntaba qué le había sucedido pero ella siempre se
negaba a contarme, en una oportunidad incluso vi que ella estaba usando yeso en su mano pero
me indicó que se había caído, sin embargo, luego yo me llegué a enterar por otras personas que
su pareja la había golpeado, fue entonces que yo hablé con Maripaz y le dije que no “tapara” las
cosas que le había hecho su marido y ya luego ella reconoció que efectivamente el señor Julio
fue quien la agredió.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: Yo nunca he visto directamente que el señor
Julio César haya agredido a la señora Maripaz, eso era lo que comentaban algunas personas y
yo a ella sí la veía golpeada, pero más de eso no sé.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: Sobre lo que ocurrió el día de los hechos
yo no estoy informada, solo sé lo que vi en internet, pero la señora Maripaz no me dio detalles de
nada.

 EXAMEN DEL EFECTIVO POLICIAL EVER OSWALDO DÍAZ ESTRABER (AUDIENCIA


DEL 27/12/2018).-

Quien al ser examinado en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, y respondió a las preguntas en los siguientes términos:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: A la fecha en que ocurrieron
los hechos, me encontraba prestando servicios en la oficina de Investigación de delitos y faltas
de la Comisaría distrital de Grocio Prado, se realizaron acciones de investigación desde el
momento en que se tomó conocimiento del presunto hecho delictivo; no recuerdo exactamente la
fecha, pero yo me encontraba en la oficina siendo aproximadamente la 01:00a.m., y en ese
momento llegó la agraviada Maripaz llorando y diciendo que su conviviente le había rociado
gasolina sobre el cuerpo como para intentar quemarla y afirmó que previamente había sido
agredida por la misma persona, situación que motivó que me constituya en compañía de la
denunciante hasta la vivienda donde se habían suscitado estos actos, se procedió a ingresar con
el permiso de la agraviada y se encontró al acusado quien puso resistencia pese a que se le
explicó el motivo de la intervención policial y por la flagrancia del delito lógicamente se ameritaba
su detención, se le explicó al acusado pero no quiso entender así que se tuvo que emplear la
fuerza para poder trasladarlo hasta la comisaría. Cuando la agraviada llegó a la dependencia
policial presentaba un olor a gasolina, su ropa estaba aún mojada por el mismo combustible y
ella en su desesperación pedía que vayan y detengan a su conviviente, la señora Maripaz estaba
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llorando y aseguraba que no era la primera vez que su pareja la había maltratado, incluso señaló
que en una oportunidad su conviviente le había ocasionado una fractura en el brazo; la
agraviada indicó que el motivo de la pelea se originó porque ella había querido ir a una fiesta al
distrito de Larán y su esposo se había molestado; señaló que a sus menores hijos los había
dejado con una amiga, asimismo, me comentó que luego de un breve momento en que habían
iniciado su discusión su pareja comenzó a rociar combustible sobre su ropa y ella al ver eso se
rodilla ante él para que no lo hiciera, es en donde se percata que el acusado tenía un
encendedor en su mano y ella le empieza a suplicar por su vida. Al ver esa reacción de la
agraviada y al percibir que se encontraba rociada de combustible nos constituimos hasta su
hogar conjuntamente con la SOT2 Sifuentes y cuatro serenos, en el momento en que el acusado
opuso resistencia frente a la autoridad, mi enfoque fue solamente en poder reducirlo para
trasladarlo a la comisaría; esa noche no realizamos ningún acta de intervención dentro del
domicilio y tampoco subimos al segundo piso; asimismo, se le sugirió a la agraviada que haga
entrega de la ropa que tenía puesta en ese momento para que pueda ser sometida a peritaje, así
que hizo entrega de un pantalón jeans color azul y una blusa color negro. Se le dio cuenta al
Ministerio Público oportunamente desde el momento en que se realizó la detención del acusado.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: Le tomé la declaración a la señora Maripaz
Sánchez Peña sin autorización del Ministerio Público; cuando llegamos a la vivienda,
encontramos al imputado Flores Yllescas que vestía un short rojo y un polo verde, aunque la
verdad es que no recuerdo con exactitud si el short tenía bolsillos o no, tampoco podría precisar
si es que la señora le llevó ropa al detenido para que se cambie cuando ya se encontraba bajo
resguardo; hay que señalar que cuando intervenimos al acusado, él no emanaba un olor a
gasolina, y no se le pidió las prendas de vestir que llevaba puestas para que también se les
hiciera un análisis. Particularmente saqué mis conclusiones sobre lo vertido por la señora
Maripaz en su declaración y le sugerí después de escuchar su versión de los hechos que
estableciera una denuncia por tentativa de feminicidio y por eso es que se le dio el oficio para
que pase por un reconocimiento médico legal por el delito contra la Vida, el Cuerpo y la Salud;
cuando se realizó la recepción de prendas, la señora Maripaz Sánchez nos alcanzó la ropa que
llevaba puesta con posterioridad.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: La señora Maripaz Sánchez contó la
forma en cómo se habían suscitados los hechos y señaló que fue a denunciar los hechos porque
su esposo la había querido quemar, es por ello que yo saqué mis conclusiones y le dije acerca
del delito de feminicidio en grado de Tentativa; la agraviada me precisó que su esposo había
rociado combustible sobre su ropa y sobre ella y por eso es que le comenzó a rogar para que no
le quitara la vida, ya que se percató que su conviviente tenía un encendedor prendido con la cual
lo amenazaba; reitero nuevamente que fue la propia señora Maripaz la que me dijo que el
encendedor que tenía el acusado en sus manos se encontraba prendido.

 EXAMEN DEL EFECTIVO POLICIAL GERSON TORNERO CASTILLÓN (AUDIENCIA DEL


08/11/2018).-

Quien al ser examinado en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, y respondió a las preguntas en los siguientes términos:

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A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: Al tiempo de ocurridos los
hechos, laboraba en la Unidad de Investigación de delitos y faltas de la comisaría de Grocio
Prado; sobre este caso en concreto realicé un Acta de Inspección Técnico policial, recuerdo que
el día 10 de diciembre del 2017 entré de servicio a las 08:00a.m. y como a las 9:20a.m. en
compañía de la agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña me constituí a su domicilio para poder
efectuar el acta de inspección, se pudo advertir que su casa era de material noble y de dos
pisos, al ingresar por la puerta principal se encontraba su sala la cual ocupaba como un salón de
belleza, seguidamente tenía su cocina y su escalera se encontraba al lado izquierdo, en el
segundo piso tiene su habitación y había un pequeño espacio donde se pudo observar un
cúmulo de ropa que presentaba olor a combustible y a lado de la misma había un galón de
plástico color negro con tapa roja que al parecer contenía gasolina, en ese momento la
agraviada me indicó que a esas prendas su pareja le había echado combustible; los ambientes
que recorrí se encontraban relativamente desordenados, aparte de redactar esa acta también
realicé la cadena de custodia del galón color negro que se había encontrado, no se revisaron
cajones, ni mobiliarios, pero sí se pudo ingresar a los dormitorios ubicados en el segundo nivel
de la casa no encontrándose nada de interés que pudiese servir en el presente caso. Cabe
precisar que cuando se envía una evidencia que llega a investigación, se tiene que recoger y
entregársele al instructor de la investigación con una Cadena de Custodia, la cual es un formato
en donde solamente puede participar el instructor técnico de la inspección policial; sin embargo
ésta pasa de mano en mano hasta que llegue a la división criminalística en donde finalmente se
le realizará la pericia respectiva.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: La agraviada me indicó que tenía el galón de
combustible guardado a lado de su cómoda, no recuerdo si al momento del lacrado de la cadena
de custodia donde se remitió el galón de combustible hizo su participación el representante del
Ministerio Público y el abogado defensor del imputado; cuando realicé la declaración del
miembro policial Díaz Estraber no conté con una autorización del Ministerio Público, al día
siguiente que se hizo la inspección en la casa de la agraviada tampoco lo comuniqué a la fiscalía
y por tanto no se contó con la presencia del representante del Ministerio Público. Cuando llegué
al segundo piso de la casa de la agraviada y vi el montículo de ropa que habían tiradas en el piso
con olor a combustible no realicé el acta de recojo de la muestra para laboratorio, toda vez que
tenía conocimiento que la agraviada ya le había alcanzado previamente al instructor de la
investigación la ropa que tenía puesta cuando el acusado le roció combustible; la detención del
imputado Flores Yllescas sí se encontraba comunicada a la fiscalía y quien coordinó eso fue
directamente el SOB Díaz Estraber.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: Realicé la inspección en la casa de la
agraviada al día siguiente de los hechos suscitados, en el trayecto a dicho lugar tuve la
oportunidad de conversar con ella y me comentó que cuando se encontraba en su casa, su
esposo llegó, le comenzó a reclamar una serie de cosas para luego proceder a rociar el
combustible -que tenían en la vivienda- a su ropa y a ella directamente. En el primer nivel de la
casa no se revisó nada porque no había sido la zona donde se desencadenó el evento, cuando
subimos con la agraviada al segundo piso me dirigí al dormitorio para hacer la descripción del
ambiente, ella me iba indicando cómo se había producido el incidente y yo iba observando la
distribución del espacio, luego nos dirigimos a un pequeño ambiente en donde se produjeron los
hechos y advertí la presencia de un montículo de ropa que aún emanaba olor a combustible y a
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lado había un galón color negro de tapa roja y es ahí donde hago el recojo del galón pero no de
las prendas de vestir, ya que me pareció innecesario porque la agraviada previamente le había
entregado al instructor Díaz Estraber la ropa que había usado en el momento en que fue
agredida por su conviviente, yo no estuve presente en el momento en que la señora le hizo
entrega de su ropa al SOB Díaz, pero él me lo comentó, aunque no me precisó si la señora se
los dio en el acto o luego se los llevó a la dependencia policial.

 EXAMEN DE LA PERITO QUÍMICO LILIANA MILAGROS VERTIZ VEREAU (AUDIENCIA


DEL 12/12/2018).-

Quien al ser examinada en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, por lo que se le puso a la vista el Informe Pericial Físico Químico sobre
determinación de hidrocarburos derivados del petróleo Nº 694/18 con fecha 06/03/2018,
procediendo a reconocer su firma y ratificándose de la conclusión a la que había arribado en
dicha pericia, señalando que la muestra analizada M1 corresponde a un hidrocarburo derivado
de petróleo en el rango de fracciones ligeras (gasolina); asimismo, indicó lo siguiente:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: De acuerdo con el oficio
Nº194-2018 procedente de la Comisaría de Grocio Prado, se me envió un paquete que consistía
la muestra en una galonera de plástico color negro, cerrada con una tapa de plástico color rojo
conteniendo en su interior un líquido color amarillo con olor característico a hidrocarburo; el
método que he empleado para determinar en qué consistía la muestra es el método físico e
instrumental, se realizó una destilación fraccionada arrojando como resultados porcentajes
compatibles con gasolina y con características físicas que corresponden a tal combustible, tales
como el color amarillento, el olor a hidrocarburo, la inmiscibilidad en agua y la apariencia
transparente. De acuerdo al examen que he realizado y a lo que me solicitan el objetivo de
analizar la muestra es establecer la clase de hidrocarburo y su composición.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: Cuando nos enviaron el oficio procedente de
Grocio Prado con la muestra materia de pericia, éste llegó en Cadena de Custodia; sin embargo,
estaba con firma ilegible del S3 PNP Ever Díaz Estraber y no presentaba ninguna firma del fiscal.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: En concreto, llegué a determinar que el
combustible que se encontraba en dicha galonera, se trataba de gasolina.

 EXAMEN DEL PERITO QUÍMICO HAUSLER ROOSEVELT MENDOZA LINGÁN


(AUDIENCIA DEL 12/12/2018).-

Quien al ser examinado en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, por lo que se le puso a la vista el Dictamen Pericial Físico Químico en Prendas
de Vestir Nº 695/18 con fecha 08/03/2018, procediendo a reconocer su firma y ratificándose de
las conclusiones a las que había arribado en dicha pericia, señalando que la muestra analizada
examinada M1 no presenta evidencias físicas (cortes, orificios, roturas, enganche, elongación)
de interés criminalístico para el área de ingeniería forense y la muestra examinada M2
corresponde a un pantalón jeans de color azul que presenta rotura ocasionados por tracción
violenta y con la ausencia de un botón metálico; asimismo, indicó lo siguiente:

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A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: Tengo dos años de
experiencia como perito ingeniero químico, las muestras que me enviaron para su análisis
químico corresponde a una blusa de color negro sin marca (M1) y un pantalón jeans de color
azul, marca “XIOMI” con las descripciones “Live-Love-Laung” (M2), ello con la finalidad de
caracterizar los deterioros (cortes, orificios, roturas, desgaste físico, entre otros) en prendas de
vestir y determinar el objeto que lo causó.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: No podría determinar si la tracción violenta
ocasionada en la prenda de vestir fue originada por la misma persona que lo usó o por una
persona ajena a ella.
A las preguntas aclaratorias del Colegiado, respondió: Se enviaron dos prendas de vestir para su
análisis: una blusa y un pantalón. En la blusa no se ha hallado restos de ningún líquido, en el
pantalón sí, pero no se ha logrado identificar de qué tipo de componente se trataba, así que no
podría precisar si se trataba de gasolina o no; además, las prendas tampoco presentaban ningún
signo de quemadura, porque de lo contrario, ese detalle se hubiese descrito en la pericia.

 EXAMEN DEL PERITO PSICÓLOGO RONALD AGUIRRE DELGADO (AUDIENCIA DEL


03/12/2018).-

Quien al ser examinado en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, por lo que se le pone a la vista el Protocolo de Pericia Psicológica N°000293-
2018-PSC practicado al citado acusado con fechas 11/01/2018 y 18/01/2018 en el
Establecimiento Penitenciario de Chincha, reconociendo su firma y ratificándose de las
conclusiones a las que arribó en dicha pericia, señalando que el acusado Julio Flores Yllescas
presenta rasgos de personalidad inestable/ disocial, e indicó lo siguiente:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: En el presente caso, se
acudió al Establecimiento Penitenciario de Chincha en dos oportunidades para evaluar al
acusado en mención, empleé los instrumentos y técnicas psicológicas de entrevista, observación
de conducta, el test de persona bajo la lluvia, el test de la Familia y la figura humana de
K.Machover; se pudo advertir que el señor Flores Yllescas en cuanto a sus rasgos inestables es
una persona que tiene poco control de impulsos, que puede reaccionar con conductas violentas,
actúa sin medir las consecuencias de sus actos, además presenta indicadores emocionales de
suspicacia, baja autoestima, rebeldía, irritabilidad e inmadurez, con poca elaboración del área
emocional, con necesidad de aceptación y reconocimiento de los demás, asimismo, cuenta con
poco mecanismo de afronte a situaciones adversas, evidencia despreocupación de los
sentimientos de los demás y no tiene capacidad de empatía, con irresponsabilidad y
despreocupación por las normas y reglas e incapacidad de mantener relaciones personales
duraderas, toda vez que presenta incapacidad de sentir culpa y sus relaciones suelen ser
intensas e inestables. El acusado Flores Yllescas es una persona que denota una
preponderancia de su género sobre el sexo opuesto, es decir, que niega su responsabilidad en el
caso de ser compartida y mantiene la idea de que su género es superior al femenino por cuanto
culpabiliza a su pareja actual de ser ella quien se embarazó de su hija y de alguna forma rechaza
que él también es responsable de dicha situación.
A las preguntas de la Defensa Técnica, respondió: No todas las personas que evidencian una
personalidad inestable presentan indicadores de ser agresivas, toda vez que este tipo de
19
personalidad genera conductas fluctuantes, hay algunas personas que encajan en el tipo de
personalidad referida pero que no son necesariamente violentas. Con respecto a la personalidad
disocial existe también una alta incidencia en que los agentes que la presentan puedan ser
agresivos; sin embargo, no se puede medir su grado de violencia.

 EXAMEN DE LA PERITO PSICÓLOGA ANGELITA CARMIÑA CACHAY LLAJA


(AUDIENCIA DEL 19/12/2018).-

Quien al ser examinada en juicio señaló que no tiene ningún vínculo con el acusado Julio César
Flores Yllescas, por lo que se le pone a la vista el Protocolo de Pericia Psicológica N°001298-
2018-PSC practicado a la agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña con fecha 22 de marzo del
2018, reconociendo su firma y ratificándose de las conclusiones a las que arribó en dicha pericia,
señalando que la evaluada Sánchez Peña presenta trastornos de adaptación, situaciones
familiares atípicas y otros síndromes de maltrato, así como una personalidad extrovertida,
impulsiva e inestable emocionalmente siendo su estado de vulnerabilidad o riesgo la crisis de
pareja previa a los hechos acontecidos; asimismo, indicó lo siguiente:
A las preguntas del representante del Ministerio Público, respondió: La evaluación de la
agraviada se ha desarrollado en una sola sesión, los instrumentos y técnicas empleadas han
sido la entrevista, la observación de conducta y el test de la persona bajo la lluvia para
determinar indicadores de afectación emocional, entre otros. Se puede apreciar que la peritada
presenta una personalidad con tendencia extrovertida, sociable, le gustan las fiestas, tiene
muchos amigos, necesita hablar con la gente, es arriesgada, actúa improvisadamente y
generalmente es una persona impulsiva, no obstante, en ciertas oportunidades puede ser
despreocupada y condescendiente, ya que presenta indicadores de inmadurez emocional, de
percepción de estrés en su contexto e indicadores de ansiedad; asimismo, se evidencia que
dentro de sus estrategias de afrontamiento al estrés se puede apreciar su tendencia a la
expresión emocional abierta y luego a la búsqueda de apoyo social. La examinada refirió que su
expareja, amenazó con quemar su ropa y ella se entremetió entre la ropa y él rogándole para
que no las quemara, sin embargo, el acusado continuaba con las amenazas de querer quemar la
ropa y le decía que se saliera de ahí porque de lo contrario también la iba a quemar a ella, es ahí
donde ella se arrodilla y le echa dos veces gasolina en una parte de su cuerpo y le dice: “sal, sal
porque te voy a quemar a ti también conchatumadre” a lo que ella le insiste en que no lo haga
porque después se iba a arrepentir; esa situación lleva a concluir que el estado de vulnerabilidad
o riesgo de la peritada Maripaz Sánchez deviene de la crisis de pareja y a consecuencia de su
inestabilidad emocional desencadenada por las experiencias anteriores que ha tenido con el
acusado, es por ello que se destaca la condición conflictual de la evaluada con sus propias
emociones, la cual la ha llevado incluso a brindar una segunda declaración con el objetivo de
ayudar al señor Flores Yllescas, ello por el miedo que se originó a consecuencia de los gestos
amenazantes del referido acusado al momento de su intervención policial y la presión que ejerció
la familia del mismo al tomar conocimiento de los hechos; hay que resaltar que la evaluada en
mención tiene la idea de haber propiciado ello y que pese a lo último que sucedió, pudo seguir
aguantando los problemas que tenía con su expareja para prevalecer su “unión familiar” como ya
había sucedido en otras oportunidades.

- Pruebas Documentales (ORALIZACIÓN – AUDIENCIA DEL 21/01/2019):


20
 DEL MINISTERIO PÚBLICO.-

o Denuncia por Violencia Familiar Nº48: obrante a fojas 30 del expediente judicial, con
fecha 08/02/2015, mediante el cual se acredita que el acusado Julio Flores Yllescas ha
sido denunciado por haber agredido violentamente a su conviviente propinándole un
puñete en el rostro y patadas en su muslo, lo cual corroboraría la conducta agresiva del
citado acusado hacia el sexo opuesto.

o Denuncia por Violencia Familiar Nº135: obrante a fojas 31 del expediente judicial, con
fecha 19/05/2016, mediante el cual se deja constancia que el acusado Flores Yllescas
agredió violentamente a la agraviada, denotando una vez más su conducta agresiva.

o Acta de Recepción de Prendas de vestir: obrante a fojas 32 del expediente judicial,


mediante el cual se acredita que la agraviada hizo entrega del pantalón jeans de color
azul y una blusa de color negro luego de haber sido agredida por el acusado, prendas
de vestir que presentaban un olor característico a gasolina.

o Acta de Nacimiento de la menor Detblyn Katalesha Flores Sánchez: obrante a fojas 36


del expediente judicial, mediante el cual se acreditará el vínculo entre el acusado y la
agraviada, esto se enmarca dentro del contexto de violencia familiar.

o Acta de Nacimiento del menor Joseph Jardel Flores Sánchez: obrante a fojas 39 del
expediente judicial, mediante el cual se acreditará el vínculo entre el acusado y la
agraviada, esto se enmarca dentro del contexto de violencia familiar.

o Visualización del CD Princo 4X de serie B148500276-14159: obrante a fojas 45 del


expediente judicial, mediante el cual se probará las circunstancias precedentes,
concomitantes y posteriores de los hechos.

o Oficio Administrativo Nº13961-2017-RDC-CSJIC-PJ: obrante a fojas 44 del expediente


judicial, mediante el cual se deja constancia que el acusado Julio César Flores Yllescas
no registra antecedentes penales, lo que permitirá estimar la graduación de la pena.

 DE LA DEFENSA TÉCNICA.- No presentó ninguno.

TERCERO: ANÁLISIS INDIVIDUAL Y VALORACIÓN CONJUNTA DE LOS MEDIOS DE


PRUEBA. CUESTIONES DE HECHO Y DE DERECHO

Prueba necesaria para condenar y la carga de la prueba


3.1. En principio, se debe señalar que corresponde al Estado –a través del Ministerio Público
como órgano constitucional autónomo encargado de la persecución pública de los hechos
punibles- acreditar de manera fehaciente no sólo la comisión del hecho delictivo sino también la
responsabilidad penal del imputado. Es de precisar que, el fin inmediato de todo proceso penal,
lo constituye la acreditación o demostración, a través de la actividad probatoria los extremos de
la acusación fiscal. Esta actividad probatoria realizada necesariamente ante un Juez (unipersonal
o colegiado) imparcial, en un juicio oral y público, desarrollado con las garantías del debate
21
contradictorio, debe llevar al convencimiento del juzgador más allá de toda duda razonable, para
arribar a una sentencia de condena. Caso contrario, de no darse este presupuesto, debe
absolverse al imputado, al mantenerse incólume la presunción de no culpabilidad con la que
ingresa todo acusado a un proceso penal y, en base al principio jurídico procesal, que la
culpabilidad se demuestra y la inocencia se presume. Es decir, es responsabilidad procesal del
acusador actuar esta prueba para conseguir una condena.

El principio de libertad probatoria. Dimensiones en que se enmarca dicho principio.


3.2. De acuerdo con el principio de libertad probatoria, los hechos objeto de prueba pueden ser
acreditados por cualquier medio de prueba permitido por la ley. Este principio se enmarca desde
dos dimensiones, el de la libertad de los medios de prueba y el de la libertad de objeto. La
libertad de medios de prueba permite la utilización de cualquier medio probatorio, salvo, claro
está, los expresamente prohibidos. En ese sentido, se permiten no sólo los medios de prueba
establecidos en la Ley (testimonios, peritajes, reconocimientos, careos, etc.) sino también,
cualquier otro que no esté previsto expresamente, siempre que no vulneren los derechos, las
garantías y las facultades de los sujetos procesales reconocidos por ley, conforme a lo dispuesto
en el artículo 157°.1 del Código Procesal Penal.

3.3. En cuanto a la libertad de objeto (los hechos objeto de prueba), ésta implica que la actividad
probatoria puede versar sobre cualquier hecho de importancia para la solución del caso
concreto. Sin embargo, la libertad probatoria en ningún modo puede entenderse como una
autorización para introducir elementos de prueba ilícitas al proceso, por cuanto se encuentra
indisolublemente ligada al principio de <<legitimidad de la prueba>> establecido en el Art. VIII del
Título Preliminar del Código acotado. La limitación probatoria no reside en la calidad o tipo de
prueba respecto a un cierto hecho, sino en cuanto a su modo de obtención . El límite de la
libertad de convicción se caracteriza, por la posibilidad de que el juez arribe a sus conclusiones,
valorando la prueba con total libertad pero respetando las reglas de la sana crítica y los
principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicos. La sana
crítica o persuasión racional es el sistema de valoración probatoria adoptado en nuestro sistema
penal y para dictarse sentencia condenatoria deberá existir convencimiento de la responsabilidad
penal, más allá de toda duda, pero un convencimiento no personal ni subjetivo, sino
convencimiento con razones y fundamentos objetivos.

ANÁLISIS DEL CASO CONCRETO: NUCLEO DE LA IMPUTACIÓN Y DECLARACION DE


HECHOS PROBADOS
CUARTO: Aparece de autos que el núcleo de la imputación contra el acusado Julio César Flores
Yllescas parte y se sustenta en el testimonio de Maripaz Liliana Sánchez Peña (presunta víctima
del hecho punible), quien ha señalado que su conviviente le roció combustible y habría intentado
prenderle fuego con un encendedor, en tanto que el citado acusado niega haber pretendido
prender fuego a la citada agraviada, pero acepta que le roció combustible en sus prendas de
vestir y adujo que esto se produjo de forma circunstancial, cuando ella se interpuso para evitar
que echara combustible a la ropa que había alistado para ir a su compromiso familiar, de manera
que el debate contradictorio se centra en determinar si el acusado Julio Flores Yllescas roció con
combustible a la agraviada Maripaz Sánchez Peña con la intención de prenderle fuego y atentar
contra su vida. En consecuencia, corresponde analizar el testimonio de la presunta víctima del
22
hecho punible, primero en forma individual y luego conjuntamente con los demás medios
probatorios, a fin de determinar si la agraviada Maripaz Sánchez Peña aportó datos concretos y
hechos objetivos que revelen esa intención homicida; sin embargo, previamente nos
pronunciaremos respecto a la existencia del <<dolo eventual>> en la tentativa postulada por el
representante del Ministerio Público. Desarrollaremos los fundamentos que sirve para rechazar
la tesis de existencia del dolo eventual, toda vez que el artículo 16° del Código Penal establece
que “en la tentativa el agente comienza la ejecución de un delito que decidió cometer, sin
consumarlo. El Juez reprimirá la tentativa disminuyendo prudencialmente la pena (el sombreado
es subrayado nuestro)”.

El dolo eventual está excluido en el supuesto de tentativa


QUINTO: En efecto, la norma en comento establece un límite concreto al ejercicio del poder
punitivo, toda vez que exige claramente el dolo directo en la tentativa, precisamente porque
utiliza la expresión “decidió cometer”, el cual resulta incompatible con la eventualidad 2, conforme
se pasa a explicar:
5.1. Para que se pueda configurar la tentativa, es necesario el propósito de cometer una
conducta punible (dolo), la idoneidad y univocidad de la conducta y la no consumación del delito
por circunstancias ajenas a la voluntad del agente, pues conforme lo sostiene Gustavo Vitale, “el
fin de cometer un delito determinado requiere conocer con seguridad o práctica segura de la
producción del resultado, y no la mera posibilidad” 3. De lo expuesto, se concluye que el único
dolo admitido en la tentativa es el dolo directo, toda vez que elemento intencionalidad –derivado
de la expresión “la ejecución de un delito que decidió cometer”-, supone un elemento psicológico,
permanente en el tiempo, consistente en el ánimo directo de matar a una persona, situación que
se contrapone con un dolo eventual de feminicidio en grado de tentativa, en que la acción va
dirigida a otro objetivo distinto de matar, por ejemplo, solo causar lesiones o daños a la
propiedad, pero que admite la representación de un daño mayor o resultado fatal, que no es
querido o buscado por el agente.

5.2. Sólo en el caso de que se produzca el resultado muerte como una representación por parte
del agente, podría condenarse a una persona como autor de homicidio a título de dolo eventual.
Este fue también el entendimiento del problema por los autores clásicos argentinos al analizar el
Art.42° del Código Penal Argentino, de los cuales podemos citar como ejemplo lo dicho por
Ricardo Núñez, quien sostiene que “ el lenguaje de la ley habla claramente a favor de que la
tentativa requiere que su autor tenga por objeto o motivo de su acción el logro de un determinado
delito. Este contenido especial del dolo sólo es compatible con el dolo directo ”4. En ese sentido,
sostenemos que en nuestro ordenamiento penal vigente existe una cláusula expresa que excluye
cualquier tipo de consideración al dolo eventual en la tentativa. Como señala Francesco Carrara
“el elemento moral del conato requiere una prueba específica, sin que valga decir: este acto
podía causar tal efecto, luego su ejecutor tenía la intención de producirlo. Derivase, además, de
todo lo dicho, que en el conato la intención debe ofrecer caracteres particulares, no exigidos en
2
VITELI, GUSTAVO L. Dolo eventual como una construcción desigualitaria y fuera de la ley. Un supuesto de culpa
grave, Bs. As., del Puerto, 2013, pp. 50/51.
3
LARRAÍN, FEDERICO, “¿La tentativa de homicidio admite el dolo eventual?” [en línea],
http://www.terragnijurista.com.ar/doctrina/dolo.htp.
4
NÚÑEZ, RICARDO, Tratado de Derecho Penal, t. II, Bs. As., Lerner, 1974, p.317.
23
el delito ordinario. De aquí se desprenden dos afirmaciones importantes: la intención en la
tentativa ha de ser directa y perfecta5”. En conclusión, en materia de tentativa, el artículo 16° del
Código Penal es claro al establecer la exigencia de la finalidad concreta de cometer un
determinado delito, es decir, la propia norma excluye toda posibilidad del dolo eventual en el
supuesto de tentativa y, por el contrario, exige expresamente el dolo directo.

Criterios de inferencia y elementos que permitirían determinar la intencionalidad


SEXTO: De otro lado, siendo la acción una voluntad objetiva, deberá estarse al significado
perceptible de esa voluntad para identificar su dirección, de manera que el uso de un instrumento
o medio para causar la muerte, ciertamente revelaría la intención homicida, es decir de acuerdo
a la idoneidad del medio empleado e independientemente de peligro concreto que en el caso
específico se haya producido, para tener por configurada la intención homicida que guiaba la
acción, se requiere verificar un concreto ataque con el instrumento elegido que permita inferir el
dolo homicida, aunque no se haya producido un daño concreto. El ánimo o intención de matar,
que constituye el elemento subjetivo del tipo penal de feminicidio, pertenece al ánimo interno del
sujeto activo y requiere un juicio de inferencia para su determinación en el proceso penal, ya que
partiendo de unos datos fácticos demostrados, puede conducir –a través de las reglas de la sana
crítica y conforme a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicos- la certeza que la decisión judicial requiere. Ese juicio de inferencia obliga a realizar
una indagación cuidadosa de todas las circunstancias del hecho, en cuanto pueden facilitar
datos o elementos significativos de la voluntad o intención del agente. Entre los elementos de
mayor relevancia y/o significación podemos encontrar, por ejemplo: a. Las incidencias que hayan
tenido lugar momentos previos al hecho, particularmente si existieron actos provocativos,
palabras insultantes y amenazas de males que se anuncian; b. el arma o medios utilizados y la
zona a la que se dirige el ataque; c. la insistencia o reiteración de los actos constitutivos de la
agresión o ataque.

SÉPTIMO: En el presente caso, se advierte que la cuestión planteada por el representante del
Ministerio Público y la defensa técnica del acusado Julio César Flores Yllescas nos remite al
conocido debate sobre el valor probatorio de la declaración del testigo único como prueba de
cargo con entidad suficiente para desvirtuar el principio de presunción de inocencia ,
precisamente porque la prueba fundamental en que se sustenta la acusación fiscal es el
testimonio de Maripaz Liliana Sánchez Peña en su condición de presunta víctima del hecho
punible, ya que es la única testigo directo y los demás testimonios son de referencia, pues se
limitan a transmitir la información proporcionada por la citada agraviada. Por consecuencia, el
análisis de los medios de prueba debe enfocarse, en principio, (i) a establecer si efectivamente el
acto constitutivo del intento de feminicidio tuvo realmente ocurrencia y, de otro lado, para arribar
a un juicio de culpabilidad o de plena responsabilidad penal se exige la existencia de otros
medios de prueba distintos a los elementos de convicción obtenidos en la investigación
preliminar y/o preparatoria, que los corroboren y que deben ser prueba directa debidamente
practicada en el juicio oral. La Corte Suprema de Justicia de la República ha dejado establecido
los criterios axiológicos para concluir que el testimonio de la persona víctima del hecho punible

5
CARRARA, FRANCESCO, Teoría de la tentativa y de la complicidad o del grado en la fuerza física del delito
(traducción y notas de Vicente Romero Girón), Madrid, F. Góngora y compañía editores, 1877, punto 29.
24
tiene entidad suficiente para desvirtuar en forma legítima el derecho a la presunción de
inocencia. No obstante, una sentencia condenatoria no se puede basar en la mera creencia de la
palabra de quien afirma ser víctima del delito objeto de imputación, sino que es necesario
explicar por qué es racionalmente creíble el relato incriminatorio.

EL TESTIMONIO DE LA PERSONA VÍCTIMA DEL HECHO PUNIBLE Y SU VALORACIÓN


PROBATORIA
OCTAVO: Lo determinante es que se valore la calidad del testimonio (coherencia interna y
externa), analizando los datos proporcionados y confrontándola para confirmar la calidad de la
información. Si bien no se puede desconocer la fuerza conclusiva que merece el testimonio de la
persona presuntamente víctima del hecho punible; sin embargo, a los testigos únicos no se les
puede otorgar total credibilidad en cualquier caso por su sola condición de presunta víctima, sino
que como cualquier otro testigo, también deben ser examinados, sin parcialidad ni prejuicio de
ningún tipo y sin marginar de la evaluación los demás medios de prueba, de cuya valoración
finalmente surgirá el mérito que les corresponda, precisamente porque sus testimonios no son
infalibles, por lo que el Juez debe valorar sus dichos respetando las reglas de la sana crítica y
conforme a los principios de la lógica, las máximas de las experiencia y los conocimientos
científicos, integrando sus razonamientos con todas la pruebas aportadas en el juicio.
Ingresando a analizar el testimonio de la agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña (audiencia del
30/10/2018) se aprecia que ha señalado lo siguiente:

“Julio César y yo nos conocimos en una discoteca en febrero del año 2007…, después
de cuatro años tuvimos a nuestro primer hijo; al inicio él era bueno conmigo, pero con
el pasar del tiempo se volvió agresivo … una vez –el 01 de enero del 2008- me puso la
mano encima, nos separamos y luego volvimos, nuestra relación se volvió tóxica, él
siempre salía para irse a fiestas y a veces no llegaba a la casa, yo siempre regresaba
con él porque estaba cegada, nunca lo denuncié. Julio se volvió mucho más violento a
raíz de que mi hijo nació …, pasó un tiempo y yo lo denuncié porque me agredió en
plena calle cuando estábamos en compañía de un grupo de amigos, pero esa denuncia
no prosperó …, un día antes al día de los hechos en mi agravio me fui con mi hijo a Ica
para que jugara fútbol y como mi celular estaba malogrado tuve que pedirle a César
que me prestara el suyo, cuando me lo dio, comencé a revisar sus mensajes y me
enteré que me estaba siendo infiel con aproximadamente tres chicas, yo ya
sospechaba que él me era infiel pero con esos mensajes finalmente lo corroboré y
tomé la decisión de separarme …; ese día (09/12/2017) llegué a mi casa como a las
08:00 p.m. con mis hijos y lo encontré a Julio César tirado en la cama, yo no le dije
nada porque ya había tomado la decisión de irme de la casa con mis pequeños -ya que
él me dijo que se iba a seguir quedando a vivir ahí-, así que le cambié la ropa a mis
hijos y me fui a la casa de Amarilis para dejarlos y luego me regresé a mi casa para
bañarme puesto que iría al bautizo, subo al segundo piso, ingreso al cuarto y me puse
a alistar mi ropa, entonces Julio César me preguntó a donde estaban los bebes y yo le
respondí que los había dejado donde Amarilis, él me preguntó a dónde iba a salir, yo
solo le dije que tenía un compromiso y él se puso agresivo, me comenzó a insultar con
palabras soeces, me amenazó con que iba a cortar toda mi ropa y se puso como loco a
decirme que yo no iría a ninguna parte, luego agarró toda mi ropa que estaba en la
cómoda y lo sacó al patio que estaba en el segundo piso, la tiró al suelo y dijo que la
iba a quemar para que no tuviera con que salir..., en el momento que Julio me
amenazó con que iba a quemar toda mi ropa yo ni siquiera recordaba la gasolina que
había en la casa, entonces él bajó corriendo hacia el primer piso y cuando subió al
25
segundo piso comenzó a rociar gasolina en mis prendas de vestir, ahí yo me comencé
a tocar de nervios y empecé a gritarle que se calmara, incluso me arrodillé para pedirle
que se tranquilizara y no hiciera eso, pero él me dijo: “lárgate conchetumare que a ti
también te voy a prender”, en ese instante me echa gasolina en el lado izquierdo y yo
lo único que hacía era llorar porque estaba asustada …, luego comencé a recoger mi
ropa que estaba húmeda y yo también lo estaba ya que él me había rociado gasolina,
pero luego se levanta de la cama y me dice que deje todo ahí, yo le reclamé por qué
me hacía eso pero él continuaba con sus amenazas, me dijo que bajaría e iba a
romper todas mis cosas con las que trabajaba …, Julio se volvió a meter al cuarto y yo
aproveché para bajar al primer piso y encerrarme en el baño para lavarme la cara
porque estaba oliendo toda a gasolina. Yo tenía miedo a salir del baño porque sentía
que él iba a perder la razón y me iba a quemar, ya que previamente el me amenazaba
con eso y hacía movimientos con sus manos como diciéndome “te voy a quemar”, él
siempre cargaba un encendedor porque al día se fumaba de cinco a seis cigarros; yo sí
vi que él tenía su encendedor en las manos …, cuando finalmente salí del baño no me
quise ir a donde mi familia porque no quería malograrles la fiesta, por eso es que me
fui donde mi amiga Brenda García Esquivel para quedarme en su casa porque estaba
muy nerviosa … le comencé a contar todo lo que me había pasado minutos antes y ella
me dijo que lo fuéramos a denunciar porque ese hombre lo que quería era matarme …,
fuimos a la comisaría, me atendió una señorita de la policía y como se dio cuenta que
olía mucho a gasolina me preguntó qué fue lo que había pasado, yo solo fui a
denunciar a mi pareja por agresión, pero como ya le había contado a la oficial todo lo
que me había sucedido, ella me dijo que eso era un intento de feminicidio, me preguntó
si yo había dejado aún a mi pareja en la casa y le respondí que sí, ella avisó a algunos
de sus compañeros y nos dirigimos a mi casa a bordo de un patrullero …, cuando Julio
César estaba parado en frente mío y me comenzó a amenazar que me iba a quemar,
en ese momento yo estaba arrodillada y me roció la gasolina, él tenía el encendedor en
sus manos, incluso hacía señales de que me iba a prender con eso ..., yo realicé dos
declaraciones, la primera fue el día 10 de diciembre y la segunda fue el día 11 de
diciembre, en el lapso de tiempo entre esas declaraciones su familia comenzó a
efectuarme llamadas telefónicas ya que cuando la policía llegó a detener a Julio, él
comenzó a avisarle a su mamá y sus hermanos tomaron conocimiento rápidamente de
lo que había pasado …, en el momento que Julio y yo estábamos discutiendo aún no
me había amenazado con querer matarme, me imagino que la intención de él fue que
yo no saliera de la casa y por eso es que echó gasolina sobre mi ropa …, estoy segura
que Julio me quería quemar, por cuanto me roció la gasolina y me amenazó con
prenderme, además cuando él estaba al frente mío ya tenía el encendedor en la mano
y hacía movimientos dándome a entender que lo iba a prender, pero sinceramente no
es que él haya tratado de manipularlo, solo lo tenía en la mano y lo que movía era
justamente eso, pero no intentó encenderlo porque al hacerlo hubiese sonado la
ruedilla y eso no pasó …, luego discutimos en la habitación pero ya no estaba tan
agresivo como cuando quería prender mi ropa en el momento que yo decidí salir de la
casa después de que ya habían pasado los hechos, Julio no trató de impedirme la
salida, ni me retuvo porque él estaba en el cuarto … Julio César roció la gasolina sobre
mi ropa para impedir que yo saliera al bautizo de mi familiar, por lo cual yo me arrodillé
y le supliqué que no lo hiciera porque temía que queme mi ropa, hasta ese momento él
no había hecho nada en contra de mí, aunque previamente a las amenazas con el
encendedor ya me había golpeado en la habitación, él no llegó a quemar mi ropa
porque yo me arrodillé sobre ella para intentar recogerla mientras que él se me puso en
frente, es decir, yo me coloqué entre Julio y mi ropa, es por eso que ahí también me
echó la gasolina a mí, puesto que yo me metí para impedir que la encendiera, porque
ya tenía el encendedor en la mano que lo sacó del bolsillo de su short”.

26
ANALISIS DE LA CREDIBILIDAD SUBJETIVA Y OBJETIVA DEL TESTIMONIO. COHERENCIA
INTERNA Y EXTERNA.
NOVENO: Es necesario referirnos, en primer término, a los enfrentamientos previos habidos
entre agresor y presunta víctima, y que según versión de la agraviada Maripaz Liliana Sánchez
Peña consistieron en que el acusado Julio César Flores Yllescas se puso agresivo cuando le dijo
que iría a un compromiso familiar, comenzó a insultarla y la amenazó con cortarle su ropa, a la
vez que le dijo que iba a quemar su ropa para que no pueda salir, roció gasolina a sus prendas
de vestir y por eso se arrodilló pidiéndole que no lo hiciera, fue entonces cuando le dijo “lárgate o
a ti también te voy a prender”; sin embargo, precisó que cuando estuvieron discutiendo no la
amenazó con matarla y que su intención era evitar que saliera de la casa, es por eso que arrojó
gasolina sobre su ropa. Las discusiones verbales previas a las que hizo referencia la
denunciante Maripaz Liliana Sánchez Peña no permiten concluir ni suponer que el acusado Julio
Flores Yllescas tuvo la real intención de prenderle fuego; es decir, no demuestran que su acción
estaba dirigida a atentar contra su vida, puesto que roció de gasolina su ropa para que evitar
saliera de la casa, conforme lo ha referido la propia denunciante. Si bien señaló estar segura que
el acusado Julio Flores Yllescas la quería quemar porque le roció gasolina y amenazó con
prenderla, también precisó que ella se colocó entre el citado acusado y la ropa para impedir que
prenda fuego a dichas prendas de vestir porque tenía un encendedor en la mano que sacó del
bolsillo de su short. Asimismo, señaló que un día antes de los hechos viajó con su hijo a Ica y
como su teléfono celular estaba malogrado, le pidió al acusado Julio Flores Yllescas que le
prestara el suyo, entonces aprovechó para revisar sus mensajes y se enteró que le estaba
siendo infiel con tres chicas, pero ya sospechaba que le era infiel y con esos mensajes lo
corroboró, tomando la decisión de separarse.

DÉCIMO: Desde esta perspectiva, es evidente que esta crisis de pareja deriva del hecho de
haber corroborado las infidelidades del acusado Julio César Flores Yllescas, la cual puede
constituir un criterio razonable que afectaría la credibilidad subjetiva del testimonio. La
comprobación de incredibilidad subjetiva consiste en el análisis de posibles motivaciones
espurias que permitirá constatar si la versión inculpatoria se ha podido prestar por móviles de
resentimiento, venganza o enemistad u otra intención espuria que pueda enturbiar la credibilidad
del testimonio. La existencia de una motivación de carácter espurio no significa que el testimonio
quede totalmente desvirtuado, pero sí que precisará elementos relevantes de corroboración.
Considera este Colegiado que si bien la infidelidad comprobada del citado acusado como causa
de resentimiento no desvirtúa totalmente el relato incriminatorio de la agraviada Maripaz Liliana
Sánchez Peña; sin embargo, sí resulta compatible y podría explicar una denuncia espuria, más
aún que la citada agraviada ha señalado que cuando el acusado Julio César Flores Yllescas
estaba frente a ella tenía el encendedor en la mano y “hacía movimientos como dando a
entender que lo iba a prender, pero en realidad no es que haya tratado de manipularlo, no intentó
encenderlo porque al hacerlo hubiese sonado la ruedilla y eso no pasó”, luego discutieron en la
habitación y ya no estaba tan agresivo como cuando quería prender su ropa, él se quedó echado
en la cama y aprovechó para bajar corriendo e ir al baño para lavarse la cara y luego dirigirse a
la casa de su amiga Brenda; en el momento que decidió salir de la casa después de que ya
habían pasado los hechos, el citado acusado no trató de impedirle la salida ni la retuvo porque él
se quedó en el cuarto.

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El estándar de prueba más allá de toda duda razonable
DÉCIMO PRIMERO: Todo apunta, entonces, a que no existió un ataque directo contra la
agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña y que el presunto ánimo homicida en la conducta del
acusado Julio Flores Yllescas solo es una mera sospecha o suposición y conforme se dejó
establecido en el fundamento jurídico 29 literal f) de la Sentencia Plenaria Casatoria Nº
1-2017/CIJ-433, para acusar y dictar auto de enjuiciamiento se precisa de “sospecha suficiente”,
para dictar auto de prisión preventiva se demanda “sospecha grave” y la sentencia condenatoria
requiere elementos de prueba más allá de toda duda razonable. La duda razonable se refiere al
estándar probatorio recogido del derecho anglosajón Common Law, que implica que para que se
condene a una persona la prueba debe ofrecer certeza sobre los hechos materia de acusación.
En ese sentido, se debe recordar que en el modelo procesal penal inquisitivo se buscaba la
verdad objetiva o material, convirtiendo al Juez en buscador de la verdad (ontológica) y
encargado de desarrollar la actividad probatoria para dicho fin. Por el contrario, en el actual
modelo acusatorio y adversarial lo que se persigue es la verdad jurídica o esclarecimiento de los
hechos, es decir, aquella verdad que se puede alcanzar a través de la actividad probatoria que
partes desarrollen dentro del juicio oral y público. Chiesa APONTE señala que “la prueba más
allá de toda duda razonable no significa certeza absoluta ni certeza matemática; es suficiente la
convicción o certeza moral en un ánimo no prejuiciado”.

DÉCIMO SEGUNDO: Queda claro que en el actual sistema acusatorio y oral, con tendencia
adversarial, se ha dejado atrás la prueba tasada y se incorpora el principio de libertad probatoria,
que implica que el Juez solo debe tomar en consideración la prueba producida ante su presencia
(inmediación), respetando las reglas de la sana crítica y conforme a los principios de la lógica,
las máximas de la experiencia y los conocimientos científicos, sin que le sea exigible una certeza
absoluta de la responsabilidad penal, sino que bastará que en su motivación presente
fundamentos plausibles que expliquen su convicción (libre convicción), más allá de toda duda
razonable, que es precisamente el estándar probatorio que se exige para condenar. Lo relevante
no es la existencia efectiva de una duda, sino la existencia en las pruebas de condiciones que
justifican una duda. En este orden de ideas, se debe traer a colación aquello que también dijo la
agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña en su declaración prestada directamente en juicio, en el
sentido de que fue a buscar a su amiga Brenda García Esquivel para quedarse en su casa
porque estaba muy nerviosa y le contó todo lo que le había pasado minutos antes, siendo su
amiga quien le dijo que fuera a denunciar a su pareja Julio César Flores Yllescas porque lo que
quería era matarla, y como ya estaba cansada de los constantes maltratos del acusado Julio
César Flores Yllescas es que decidió ir con su amiga a la Comisaría para presentar la denuncia,
siendo atendida por una mujer policía a quien le contó lo que había pasado, ya que se dio cuenta
que olía a gasolina y fue dicha mujer policía quien le dijo que eso era un intento de feminicidio.

DÉCIMO TERCERO: Estas circunstancias de innegable relevancia son particularmente


indicativas de que la mencionada mujer policía hizo su propia calificación jurídica de los hechos,
conforme lo corrobora la testigo Brenda Cecilia García Esquivel, quien su declaración prestada
en juicio (audiencia del 15/11/2018) señaló que estuvo conversando unos minutos con la
agraviada Maripaz Sánchez Peña y luego se dirigieron a la comisaría, estando en la comisaría

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fueron atendidas por una mujer policía a quien le comentaron lo que había pasado, siendo dicha
policía quien dijo que eso era un intento de feminicidio, pero en realidad fueron a denunciar los
hechos suscitados y no qué delito exactamente tenían que denunciar. De otro lado, respecto a la
credibilidad objetiva o verosimilitud del testimonio, según las pautas jurisprudenciales debe estar
basada en la lógica de la declaración (coherencia interna) y en el apoyo de datos objetivos de
corroboración de carácter periférico; es decir, la versión ofrecida por el testigo-víctima necesita
una suerte de objetivización para su corroboración o refuerzo, bien de elementos objetivos o de
versiones de otros testigos que coincidan en aportar indicios o hechos confluyentes con la
versión principal, lo que se denomina elementos periféricos corroborantes (coherencia externa).
Es necesario distinguir la ausencia de contradicciones en el relato de los hechos del testigo-
víctima, de la ausencia de contradicciones entre las distintas versiones aportadas a lo largo del
proceso. La primera es lo que caracteriza la coherencia interna y dota a la versión incriminatoria
de credibilidad objetiva. La segunda constituye un elemento que debe analizarse en el ámbito de
la valoración de la persistencia en la incriminación.

DÉCIMO CUARTO: En el presente caso y con relación a la coherencia interna, se aprecia que la
agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña señaló en juicio que estuvo discutiendo con el acusado
Julio César Flores Yllescas, porque no quería que ella saliera a su compromiso familiar, pero
hasta ese momento no la había amenazado con querer matarla e imaginó que su intención era
que no saliera de la casa, y por eso es que echó gasolina sobre su ropa. Agrega estar segura de
que el citado acusado la quería quemar, debido a que le roció gasolina y la amenazó con
prenderla, a la vez que hacía movimientos dando a entender que iba a prender el encendedor
que tenía en las manos; sin embargo, precisa que no es que haya estado manipulando el
encendedor, solo lo tenía en la mano y lo movía, “pero no intentó encenderlo porque al hacerlo
hubiese sonado la ruedilla y eso no pasó”. Asimismo, refirió que la amenazaba todo el tiempo y
que continuaron discutiendo en la habitación pero ya no estaba tan agresivo y se quedó echado
en la cama, aprovechando para bajar al baño y lavarse la cara, para luego dirigirse a la casa de
su amiga Brenda. Precisa que en el momento que decidió salir de la casa después que pasaron
los hechos, el acusado Julio Flores Yllescas no trató de impedirle la salida y que roció gasolina
sobre su ropa para impedir que saliera al bautizo de su familiar. Se arrodilló y se colocó entre el
citado acusado y la ropa, y por eso es que también le echó la gasolina a ella, debido a que se
metió (interpuso) para impedir que encendiera la misma, pues tenía el encendedor en la mano
que lo sacó del bolsillo de su short.

DÉCIMO QUINTO: Bajo este análisis, se debe tener en cuenta que la norma penal (Art.108-B),
no establece para la configuración, en este caso específico de un delito de feminicidio en grado
de tentativa, que deba existir un resultado o perjuicio relevante en la integridad física de la
víctima, sino que basta en el autor la voluntad de cometer el tipo penal, dando principio a los
actos que objetivamente puedan producir el resultado; es decir, hay tentativa cuando el sujeto
activo, con la voluntad de realizar un delito da inicio a la fase de ejecución ejecutando actos
socialmente adecuados para presumir que el bien jurídico se encuentra efectivamente
amenazado –lo cual trascienden los simples actos preparatorios-, esto es, ejecutando parte de
los actos que objetivamente pueden producir la consumación, sin concretarse, por cualquier
causa que no sea el propio y voluntario desistimiento. Concluimos de acuerdo a lo narrado por la

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agraviada Maripaz Liliana Sánchez Peña, que no existen datos concretos y hechos objetivos que
evidencien la intención homicida del acusado Julio César Flores Yllescas, incluso tampoco se ha
podido demostrar más allá de toda duda razonable que le haya rociado combustible con la
intención de prenderle fuego, pues conforme lo ha señalado ella misma, entre ambos se produjo
una discusión debido a que el citado acusado no quería que saliera de la casa para irse a su
compromiso familiar (bautizo) y que en el momento que el acusado Julio Flores Yllescas echó
combustible a la ropa, ella se interpuso rogándole que no lo hiciera y también le roció gasolina.

DÉCIMO SEXTO: Es importante recalcar que en el Protocolo de Pericia Psicológica Nº 001298-


2018-PSC obrante a fojas cincuenta y siete del expediente judicial, entre otras se arribó a las
siguientes conclusiones: “Evento violento: El denunciado amenazaba con quemarle la ropa, que
la examinada se saliera porque la iba a quemar a ella también, dado que ella se entrometió.
Respuesta al operador de justicia: Los indicadores emocionales tal como se aprecia en el llanto y
la carga emocional, no ha bloqueado su capacidad de adaptación y funcionamiento de la
examinada, por lo tanto se considera el caso sin afectación psicológica relevante. Así mismo, se
considera a la examinada como víctima propiciadora de la situación. Otro aspecto relevante es
que en el Análisis e Interpretación de Resultados, específicamente “en la determinación de la
repercusión e impacto”, se indica que la examinada llora mientras narra la experiencia que
denuncia; apreciándose que interpreta la situación violenta sin intención de lastimarla . Esto
último es de utilidad con el propósito de establecer si la conducta desarrollada por el acusado
Julio César Flores Yllescas –de ser el caso-, corresponde simplemente a actos preparatorios del
delito de feminicidio en grado de tentativa o si, por el contrario, comporta actos ejecutivos y, en
consecuencia, configura el dispositivo amplificador del aludido tipo penal. Para distinguir entre
actos preparatorios y ejecutivos es preciso verificar el plan del autor, así como la ocurrencia de
actos socialmente adecuados para asumir que el bien jurídico se encontraba realmente
amenazado. Este Colegiado advierte que el cuadro fáctico descrito por la agraviada Maripaz
Liliana Sánchez Peña no permite concluir que existió en la conducta del citado acusado el ánimo
de matar, quedando solo en grado de probabilidad aquella intención.

DÉCIMO SÉPTIMO: En efecto, la tentativa inacabada tiene lugar cuando el autor da inicio a la
ejecución del delito en forma idónea e inequívoca, pero no realiza todos los actos que de
acuerdo con su planeación son necesarios para que el resultado se produzca, momento en el
cual el iter criminis se ve interrumpido por una causa ajena a su voluntad que le impide continuar.
Efectuada la anterior precisión, considera este Colegiado que no se ha podido establecer que la
conducta del acusado Julio César Flores Yllescas estaba idónea y unívocamente dirigida a quitar
la vida a su conviviente Maripaz Liliana Sánchez Peña, pues no existen datos fácticos de los que
se pueda inferir y afirmar –respetando las reglas de la sana crítica y conforme a los principios de
la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicos- que existió el animus
necandi o intencionalidad homicida, ya que si bien según versión de la citada agraviada el
acusado Julio Flores Yllescas le profirió palabras amenazantes diciéndole “te voy a quemar” y
hacía movimientos con su mano donde tenía el encendedor, dando a entender que lo iba a
prender; sin embargo, aclaró que en realidad no es que haya tratado de manipular el
encendedor, solo lo tenía en la mano y no intentó encenderlo, porque de hacerlo hubiese sonado
la ruedilla y eso no pasó.

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DÉCIMO OCTAVO: Esta situación aclarada por la propia agraviada Maripaz Liliana Sánchez
Peña es de suma importancia, toda vez que según la teoría del caso del representante del
Ministerio Público el aspecto clave para determinar que concurrió en el acusado Julio César
Flores Yllescas un verdadero ánimo de matar, lo constituye el hecho de que el citado acusado
tenía en su mano un encendedor y trató de encenderlo en varias oportunidades, pero como se
trabó la ruedilla no pudo concretar su cometido; a criterio de este Colegiado tal hecho no se ha
comprobado y dicha afirmación es el resultado de una apreciación subjetiva o suposición, toda
vez que la propia agraviada se encargó de desvirtuar tal hecho, al señalar que el acusado Julio
Flores Yllescas no trató de prender el encendedor; es decir, se trata de una apariencia que
puede conducir a resultados errados e injustos, puesto que, en muchas ocasiones la violencia
familiar (físico o psicológica) no está precedida necesariamente de una intención de matar. En
consecuencia y por todo lo expuesto, no cabe conceptuar los hechos examinados como
constitutivos de un delito de feminicidio en grado de tentativa, ya que la agraviada Maripaz
Sánchez Peña no sufrió ningún menoscabo en su integridad personal, cuestión que plantea
interrogante sobre la idoneidad de la presunta acción homicida y la univocidad de la conducta,
como elementos primordiales, diferenciadores de la etapa meramente preparatoria y la ejecutiva
del delito. La afirmación de que la fase ejecutiva no se inició se deriva de un análisis objetivo y
subjetivo, esto es, el plan del autor y la verificación de actos socialmente adecuados para asumir
que el bien jurídico se encuentra realmente amenazado, con lo cual se garantiza tanto el
principio de antijuridicidad de la conducta, como el elemento subjetivo de la misma, en cuanto
requisito de la responsabilidad penal.

DÉCIMO NOVENO: La calificación de los hechos que se hizo en la Ocurrencia de Calle Común
Nº 174 obrante a fojas nueve del expediente judicial, no pasa de ser una valoración del SO3
PNP Ever Oswaldo Díaz Estraber que técnicamente no cuenta con el conocimiento jurídico para
cotejar el hecho con todas sus circunstancias anteriores y concomitantes frente a la normatividad
penal sustantiva. No puede soslayarse el hecho de que la agraviada Maripaz Liliana Sánchez
Peña y la testigo Brenda Cecilia García Esquivel coincidieran en señalar que solo contaron lo
ocurrido y que en la dependencia policial dijeron que se trataba de un intento de feminicidio, de
lo cual se puede extraer que no se exteriorizó un acto concreto que permita señalar de manera
cierta la amenaza real para la presunta víctima. No se encuentra acreditado el acto inequívoco
de persecución planificada y debidamente concebida, puesto que la citada agraviada también ha
precisado que el acusado Julio César Flores Yllescas roció combustible (gasolina) a sus prendas
de vestir para impedir que fuera a su compromiso familiar (bautizo), así como que se interpuso
para evitar que eche el combustible a la ropa y en esos momentos también le rocío a ella con
combustible. Tampoco concurren relevantes elementos de corroboración, suficientes para avalar
la tesis fiscal, toda vez que los testimonios de Brenda Cecilia García Esquivel y de los efectivos
policiales Ever Oswaldo Díaz Estraber y Gerson Tornero Castillón tienen una limitada eficacia
demostrativa, precisamente por ser testigos de referencia y por la misma naturaleza de la fuente
de su conocimiento, que es indirecta o mediata respecto al hecho delictivo, más aún cuando los
últimos solo declararon sobre la forma y circunstancias en que la citada agraviada se apersonó a
la Comisaría para denunciar los hechos y respecto a las prendas de vestir entregadas, así como
la forma y circunstancias en que se realizó el acta de inspección policial, respecto de lo cual

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propiamente no existió controversia; por el contrario dichos actos de investigación no lograron
corroborar la preexistencia del encendedor. En consecuencia, se debe aceptar la tesis de
defensa y la pretensión absolutoria del acusado Julio César Flores Yllescas.

VIGÉSIMO: DE LAS COSTAS DEL PROCESO:


Que, el inciso 3 del artículo 497° del Código Procesal Penal ha introducido el instituto jurídico de
las costas del proceso, las mismas que deben ser establecidas en toda decisión que ponga fin al
proceso, como es el caso de la presente sentencia, y son de cargo del vencido, y en el caso
concreto, siendo el Ministerio Público la parte vencida, deberá de cumplir con el pago de la
misma; sin embargo, conforme lo dispuesto en el artículo 499°.1 está exento del pago de las
costas.

PARTE RESOLUTIVA:

Por las consideraciones anteriormente expuestas, en aplicación de lo establecido en el artículo


139° inciso tercero de la Constitución Política del Perú, en concordancia con los artículos 394º a
399º del Código Procesal Penal, los Jueces que integran el Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial de la Zona Norte, sede Chincha, Administrando Justicia A NOMBRE DE LA
NACIÓN, resolvemos:

DECISIÓN FINAL:

1. ABSOLVIENDO a la persona del acusado JULIO CÉSAR FLORES YLLESCAS, cuyas generales
de Ley y demás datos de identificación se consignan en la parte introductoria de la presente
sentencia, de la acusación fiscal formulada en su contra, por el delito Contra la Vida, el Cuerpo y la
Salud en la modalidad de FEMINICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA previsto y sancionado en el
artículo 108-B primer párrafo, inciso 1 y segundo párrafo, inciso 7 del Código Penal, en
concordancia con los artículos 108°.4 y 16° del mismo cuerpo legal, en agravio de Maripaz
Liliana Sánchez Peña.

2. ORDENAMOS la inmediata LIBERTAD y/o EXCARCELACIÓN del acusado Julio César Flores
Yllescas, siempre y cuando no exista otro mandato de detención vigente que lo prive de ella
decretado por autoridad competente; debiendo oficiarse con dicho fin al Establecimiento
Penitenciario de Chincha en donde se encuentra internado el citado acusado.

3. EXONERAMOS al Ministerio Público del pago de las costas del proceso.

4. MANDAMOS que consentida y/o ejecutoriada que sea la presente sentencia se disponga la
anulación de los antecedentes penales, policiales y judiciales que se hubiesen generado a
consecuencia del presente proceso en contra de la persona del acusado Julio César Flores
Yllescas; asimismo, se disponga el ARCHIVO DEFINITIVO de la presente causa; con conocimiento
de la Sala Penal de Apelaciones de Chincha.

5. DÉJESE copia de la presente sentencia en el legajo que corresponda; TÓMESE RAZÓN Y


HÁGASE SABER.-
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S.S.

SANDOVAL SÁNCHEZ (D.D).-

MUÑOZ HUAMANÍ.-

ARAOZ SOTO.-

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