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1. ¿Cuál es la razón que justifica, para Verón, emplear el enfoque teórico del
análisis del discurso (que incluye el estudio de los procesos enunciativos) para
producir conocimientos sobre los procesos políticos?
4. ¿Qué entidades del imaginario político detecta Verón a nivel del enunciado del
discurso político? Caracterícelas
5. Dé dos ejemplos del hecho que “estas especies de entidades intervienen tanto
en la construcción del enunciador cuanto en la constitución del destinatario”
1. Hablar de discursos políticos implica que hay otros que no lo son, cierta
hipótesis de discursos sociales, en base de instituciones identificadas en el
sentido común. Es difícil imaginar otro procedimiento que el que consiste en
asociar una manera general este concepto a la producción discursiva,
explícitamente articulado a las instituciones de estado, diferenciando los
elementos que son de discurso político a los que forman parte del aparato
del poder.
2. Veron nos señala que para para definir un tipo o juego de discurso supone
trabajar en varios niveles al mismo tiempo, implica la descripción de
multiples estrategias y asi diferenciar lo escencial de lo accesorio, lo que es
especifico del discurso político y lo que no lo es. Primeramente lo que se
trata de conceptualizar es un campo discursivo y no un tipo de discurso.
Luego aclara que la definición de un tipo de discurso supone en realidad la
definición de varias estrategias dentro del mismo juego. Supone también la
definición de un nucleo invariante y un sistema de variaciones. Los
intercambios discursivos ocurren en el tiempo, o sea que debemos trabajar
en diacronía, y una misma estrategia varia a lo largo del tiempo. Por ultimo
los discursos sociales aparecen materializados en soportes significantes
que determinan las condiciones de su circulación, no se pueden analizar de
la misma manera los discursos políticos que aparecen en diferentes
medios.
3. Hay tres tipos de destinatarios del discurso político. En primer lugar, el
prodestinatario, que es el partidario o adherente, aquel con quien el
enunciador comparte sus creencias e ideas; ese lazo radica en lo que se ha
llamado la creencia presupuesta, y se utiliza como discurso de refuerzo. En
segundo lugar, el contradestinatario, el destinatario negativo o adversario,
cuyo lazo reposa en una inversión de la creencia (lo que significa verdadero
para el enunciador será falso para el contradestinatario, y viceversa); se
utiliza como discurso de polémica. Y finalmente, el paradestinatario, el
indeciso, el que decide su voto a último momento; su lazo reposa en una
suspensión de la creencia, y se utiliza como discurso de persuasión.
4. El discurso político esta compuesto por entidades del imaginario político.