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• El bebé de 0 a 6 meses:
La leche materna es el alimento ideal para los lactantes. Contiene todos los
nutrientes y energía que un bebé necesita durante los primeros 6 meses de vida y
sigue cubriendo la mitad o más de las necesidades nutricionales del bebé durante
el segundo semestre de vida, y hasta un tercio durante el segundo año. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna
exclusiva durante los primeros 6 meses de vida bajo demanda.
Como hemos visto, la lactancia materna confiere muchos beneficios para la salud
de bebé, pero también para la madre. Dar el pecho ayuda a que el útero se
contraiga más rápidamente, por lo tanto, favorece una rápida recuperación,
previene las hemorragias postparto y disminuye la probabilidad de anemia.
Amamantar está relacionado con una menor incidencia de cáncer de mama,
ovario y útero, así como de osteoporosis. También facilita la recuperación del peso
previo al embarazo con mayor rapidez y produce bienestar emocional además de
proporcionar una oportunidad única para el vínculo afectivo madre-hijo.
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A partir del sexto mes, podemos empezar introduciendo un gran abanico de
alimentos:
• VERDURAS: Tampoco existe una verdura mejor que otra para comenzar pero,
atendiendo a las texturas y sabores, puede comenzarse por la zanahoria,
calabaza, judía, calabacín, puerro, cebolla, tomate, etc. La precaución con las
verduras está en aquellas de hoja verde como espinacas y acelgas, que deben
evitarse durante el primer año. Estas verduras contienen nitrato que, cuando se
convierte en nitrito, resulta tóxico y, consumido en exceso en niños menores,
puede provocar una enfermedad llamada metahemoglobinemia.
• GRASA: La grasa principal será la del aceite de oliva virgen extra, siendo
también aconsejables el aguacate, los frutos secos y el pescado azul.
Durante el primer año de vida es recomendable que el bebé no tome azúcar libre,
esto incluye zumos y miel. También es conveniente habituar al paladar a bajas
cantidades de sal
Cada vez que se introduce un nuevo alimento es importante dejar un tiempo de
margen con respecto a los anteriores (aproximadamente tres días). De lo contrario, si
el bebé sufre una reacción alérgica, será difícil identificar qué la ha causado. Lo ideal
es que al año de vida haya probado prácticamente todos los alimentos de los grupos
anteriores.
• Bollería y galletas
• Chucherías
En las comidas principales (comida y cena) podemos utilizar el método del plato
de Harvard. Se trata de una herramienta muy útil para aprender a crear platos
equilibrados de forma sencilla y mantener una alimentación infantil saludable y
equilibrada. Nos permite crear diferentes combinaciones para elaborar menús
asegurando una correcta composición nutricional. El reparto visual de la comida
en el plato será:
El plato debe acompañarse con agua como bebida y fruta o yogur natural de
postre.
Actualmente existe un abuso del azúcar en las dietas infantiles y esto tiene una
gran relación con la elevada tasa de obesidad infantil y sobrepeso. Los hábitos y
costumbres de los padres influyen directamente en los futuros hábitos del niño. La
clave es ofrecer diariamente una alimentación saludable y dar buen
ejemplo. Comer en familia es uno de los hábitos con mayor impacto positivo en la
alimentación infantil, así como no utilizar los alimentos como premio o castigo.