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Quizá su hijo quiera comer solo un tipo de alimentos, por ejemplo, sándwiches de jalea
y mantequilla de cacahuate (maní). Una forma de ayudar a su hijo a comer bien y de
ayudar a que usted se preocupe menos es saber cuál es su tarea y cuál es la tarea de su
hijo en lo que se refiere a la alimentación. Si su hijo solo quiere comer un tipo de
alimentos, está haciendo el trabajo de los padres de decidir cuáles son las alternativas
de alimentos. Decidir qué alimentos se ofrecen es la tarea de los padres.
• Cocine con menos grasas sólidas. Use aceite de oliva o de canola en lugar de
mantequilla o margarina. Hornee o ase los alimentos en lugar de freírlos. Usted puede
obtener una textura crujiente con recetas para "freír al horno" que requieran poco o
nada de aceite.
• Escoja y prepare alimentos con menos sal. No ponga el salero en la mesa. Tenga a
mano frutas y verduras cortadas como meriendas en lugar de papas fritas o galletas de
sal.
• Limite la cantidad de azúcar que consumen los niños. Escoja cereales fríos o calientes
sin azúcar agregada o bajos en azúcar.
• Ofrezca más fruta para el desayuno, las meriendas y el postre. Agregue verduras de
color verde oscuro, rojo y naranja a los guisos y sopas.
• Sirva más productos lácteos descremados o bajos en grasa. Si el niño no puede digerir
mucha lactosa, lo que se conoce como intolerancia a la lactosa, dele leche, queso o
yogur sin lactosa.
•Reemplace los cereales refinados (panes, pasta, arroz) que comen los niños por
cereales integrales. Sirva más salvado.
• Piense en la bebida.
• Sirva más agua.
• Evite servir bebidas endulzadas con azúcar y bebidas con sabor a frutas.
• Ofrezca fruta fresca, que tiene más fibra que el jugo. Si sirve jugo, ofrezca porciones
pequeñas de jugo 100% de fruta.
• De 7 a 12 años. Dado que las necesidades de crecimiento siguen siendo cruciales, los
pequeños de esta edad deben ingerir a diario lácteos, frutas, verduras, ensalada y pan,
alternar las carnes, pescados blancos y azules, y combinar a lo largo de la semana las
legumbres, arroces y pasta. Resulta necesario también orientar al niño para que no
coma sólo lo que le gusta y evitar que abuse de dulces y refrescos.
Esta enfermedad que, con frecuencia, comienza en la infancia, provoca graves perjuicios
en la edad adulta. En concreto, la obesidad y el sobrepeso pueden derivar en problemas
de salud tan graves como las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, la
diabetes, la hipertensión e, incluso, algunos tipos de cáncer. Por lo tanto, una
alimentación correcta desde la infancia es determinante para protegernos de estas
dolencias. Además, es en esa edad cuando se aprende a comer y se adoptan los
principales hábitos alimentarios.
• Energía. Durante el primer año de vida las necesidades de energía son muy elevadas, y
luego bajan muy sensiblemente para ir aumentando de forma progresiva hasta la
adolescencia.
• Proteínas. Las necesidades de proteínas son muy altas en los lactantes, disminuyen
posteriormente, y se elevan de nuevo en la pubertad. Están presentes en las carnes,
pescados, lácteos, legumbres, cereales y frutos secos, entre otros
alimentos.aumentando de forma progresiva hasta la adolescencia.
• Fibra. Para calcular la necesidad de fibra de los más pequeños, se suele realizar la
siguiente operación: sumar a la edad del niño el número 5. Por ejemplo, un niño de
ocho años necesitará 13 gramos de fibra al día (8+5). Esta fórmula es aplicable desde los
dos años. La fibra, entre otros beneficios, ayuda a regular el colesterol y el nivel
glucémico. Contienen fibra las legumbres, los cereales -fundamentalmente los
integrales-, los frutos secos y las verduras, frutas y hortalizas.
• Minerales. Por ejemplo, el calcio es esencial para la formación del esqueleto, por lo
que los niños deben consumir abundantes lácteos y pescado azul. Durante los periodos
de crecimiento rápido, los niños necesitan cantidades más elevadas de hierro, de
manera que la dieta infantil debe incluir carne de vacuno, legumbres y cereales. Y por
último, en la pubertad aumentan, sobre todo en las chicas, las necesidades de yodo. En
consecuencia, el consumo moderado de sal yodada en las comidas puede ser
aconsejable, aunque nunca debe abusarse.
¿Qué rutina alimentaria debe seguir un niño para obtener todos los
nutrientes que necesita?
El niño debe ingerir todos estos nutrientes esenciales en la cantidad y frecuencia
adecuadas a lo largo del día para su edad, para lo que debe seguir todos los días hábitos
alimentarios adecuados. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda que
en el desayuno y el almuerzo, el escolar cubra al menos el 25-30% de sus necesidades
nutritivas. Sin embargo, entre un 10% y un 15% de los niños españoles no desayuna y
entre un 20% y un 30% lo hace de manera insuficiente.
Para evitarlo, las familias deben organizarse con el fin de permitir a los pequeños
disfrutar de un desayuno saludable. Este debe incluir al menos un lácteo (leche, yogur,
queso…), pan, tostadas, cereales, galletas, magdalenas o bizcochos hechos en casa; una
fruta o su zumo; mermeladas o miel; una grasa de complemento como el aceite de
oliva; y, en ocasiones, jamón o algún fiambre. Para el almuerzo; se recomienda una
pieza de fruta, un yogur o un bocadillo de queso, por ejemplo.
En segundo lugar, la comida debe proveer al niño del 30% de sus necesidades
nutricionales, por lo que es conveniente que, tanto los padres como la escuela, se
involucren en el diseño de menús saludables y equilibrados, capaces de satisfacer,
además, los gustos infantiles. Los platos principales deben alternar tanto verduras,
legumbres, pastas, arroces y sopas, como carnes y pescados, y el postre debe ser
normalmente una fruta o un lácteo.
La merienda no debe ser excesiva, ya que debe suministrar al escolar el 15% de sus
necesidades alimenticias. Esta comida del día suele estar muy bien aceptada por los
niños y complementa adecuadamente su dieta, porque permite incluir alimentos tan
nutritivos como los lácteos o la fruta natural. Además, ayuda a evitar los picoteos
innecesarios entre comidas y hace que nos niños no lleguen a la cena con excesiva
hambre.
Por último, la cena debe aportar al niño el 30% de los nutrientes y la energía que éste
necesita, y se decidirá en función de los alimentos ya tomados al mediodía. Para esta
comida, se recomiendan purés, sopa o ensaladas, y, como complemento, carnes, huevos
y pescados.
Así mismo, también el núcleo familiar debe organizar los horarios de forma que alguna
de las comidas importantes se realice con los hijos.
Por último, hay que recordar que no se debe obligar a un niño a comer algo que no le
gusta ni presentar la comida como un premio o castigo o con amenazas, ya que de esta
manera se transmiten al niño o al adolescente mensajes erróneos sobre qué alimentos
son buenos o malos, cuando todos son saludables y deben estar incluidos en una dieta
equilibrada.
Cinfaconsejos
• 5. Comed en familia.
Organizad los horarios para poder comer juntos al menos una vez al día y aprovechad
para charlar, bromear y hacer planes. Y acuérdate de predicar con el ejemplo.
• 9. Ponles en movimiento.
Anima a tus hijos a realizar ejercicio y a reducir el número de horas que pasan frente a la
televisión y los videojuegos, llevando una vida activa, en la que caminen, paseen o
suban escaleras.
https://cinfasalud.cinfa.com/p/alimentacion-infantil/
https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/control-de-
peso/alimentacion-saludable-actividad-fisica-vida/ayudar-ninos
https://www.cigna.com/es-us/knowledge-center/hw/temas-de-salud/alimentacin-
saludable-para-los-nios-tn9188#:~:text=Los%20ni%C3%B1os%20necesitan%20comer
%20al,las%20comidas%20y%20los%20refrigerios.