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Fuentes del Derecho Constitucional

"Fuente", significa el principio, fundamento y origen de alguna cosa, y en el lenguaje corriente, es


aquel lugar de donde fluye, por ejemplo, un manantial de agua. Extensivamente, el término fuente
significa el lugar, hecho o acto que origina la aparición o nacimiento de alguna cosa o fenómeno; y
en el caso del Derecho Constitucional -nos indica Alipio Valencia Vega-, sus fuentes se refieren a
los orígenes desde los cuales se ha venido conformando esta disciplina, como un conjunto de
conocimientos jurídicos referentes a la organización, conformación y desarrollo del Estado[17]En
este sentido, los textos de la materia generalmente señalan que las fuentes del Derecho
Constitucional, son las mismas establecidas para el Derecho en general; sin embargo -y según
criterio del autor de estos apuntes-, debe entenderse que al ser el Derecho Constitucional una
rama especial del Derecho Público Interno, sus fuentes son diferentes a las comúnmente
señaladas para la Derecho en cualquiera de sus ramas, con un orden y sentido distintos, conforme
se podrá ver a continuación.

a) La Constitución[18]Se constituye en la fuente por excelencia del Derecho Constitucional, dado


que, en cuanto derecho positivo y vigente, constituye la base de todo el Estado Constitucional, y la
razón de esta idea radica en el hecho de que el orden jurídico y político -personificado en el
Estado-, se halla constituido por una superestructura integrada por normas jurídicas que se
ordenan en distintos niveles y que técnicamente se denomina jerarquía normativa (pirámide
jurídica), en cuya cima se encuentra la Constitución, operando como norma principal y
fundamentadora de todo el ordenamiento jurídico del Estado, a lo cual se denomina supremacía
constitucional.[19]

b) La Ley[20]Desde un punto de vista jurídico, la ley es aquella regla o norma que rige la conducta
social de las personas en forma general y de modo obligatorio, siendo impuesta por autoridad
cuya competencia es determinada por la misma sociedad, y que para su cumplimiento está
acompañada de la coacción y la coerción. Ciertamente en las primeras etapas del desarrollo del
Estado -como dice Alipio Valencia-, las normas consuetudinarias, de generación espontánea en la
sociedad (sin un legislador conocido) fueron consideradas dentro del ámbito de la potestad
estatal, vale decir declaradas como producto de la voluntad estatal, siendo convertidas en
expresión de esa voluntad mediante su dictación o formulación escrita; de ahí que, entre las
normas que regulaban la conducta de la sociedad, surgieron aquellas referidas a la afirmación del
Estado, su organización, sus potestades, sus miembros y las relaciones entre éstos, el
reconocimiento de sus libertades, etc., por lo que, la ley en general, y las leyes constitucionales en
particular, constituyen también una fuente muy importante del Derecho Constitucional[21]
c) Los Instrumentos Internacionales.- A diferencia de otras disciplinas, actualmente en materia
constitucional se considera que los tratados y convenciones internacionales, especialmente
aquellos que consagran los derechos humanos previendo los mecanismos necesarios para lograr
su plena efectividad y cumplimiento, adquieren un carácter especial, dado que tienen un
estructura y contenido muy particulares, constituyéndose en fuente imprescindible del Derecho
Constitucional. En este sentido, el autor boliviano Jorge Asbún, considera por ejemplo que los
tratados (y/o convenciones) suscritos entre dos o más Estados, o entre éstos y los organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados
Americanos (OEA), etc., indudablemente desempeñan un papel de especial relevancia, máxime
cuando existen crecientes y variados procesos de integración entre los países, así como la
constante búsqueda de mecanismos más efectivos para asegurar la plena vigencia y protección de
los derechos humanos, aunque en algunos casos, se requieren de leyes expresas para otorgar
plena validez a los tratados dentro de un determinado Estado[22]

c.1. Su tratamiento y valor jurídico en Bolivia.-De la revisión de los antecedentes constitucionales


de nuestro país, se puede decir que la Constitución Política del Estado vigente desde 1967 -con las
posteriores reformas efectuadas en los años 1994 y 2004-, no contenía entre sus normas,
disposiciones expresas sobre éste aspecto, aunque sin embargo se debe hacer notar que los
trámites en relación a la ratificación y puesta en vigencia de los tratados internacionales, se
hallaban sujetos definitivamente a los idénticos trámites de aprobación de las leyes, vale decir que
se requería su sanción por el Congreso Nacional, para su promulgación respectiva por parte del
Poder Ejecutivo, lo que significa que era precisamente mediante una Ley de la República que el
Congreso Nacional aprobaba los tratados o convenciones internacionales, para su promulgación
por el Presidente de la República, por lo cual obviamente de manera implícita tenían la misma
jerarquía que una ley ordinaria.

Sin embargo en la actualidad, la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia,
prevé entre sus disposiciones (Artículo 13, parágrafo IV), que "Los tratados y convenios
internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos
humanos y que prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno.
Los derechos y deberes consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los
Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia", y en complemento de lo
anterior, también se ha dispuesto expresamente que "El Estado garantiza a todas las personas y
colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en
esta Constitución, las leyes y los tratados internacionales de derechos humanos" (Artículo 14,
parágrafo III), de lo cual se puede inferir que el nuevo Estado Plurinacional, a través de la
Constitución ha decidido seguir la tendencia de otorgar una jerarquía especial con aplicación
preferencial a los tratados y/o convenciones internacionales que consagran derechos humanos a
favor de los ciudadanos[23]

d) La Jurisprudencia Constitucional.- La palabra "Jurisprudencia", de manera general se refiere a


aquella doctrina sentada por los máximos tribunales en sus decisiones, entendiéndose en este
sentido como fuente auxiliar del Derecho. En otras palabras, los fallos y sentencias emitidas por los
jueces y tribunales supremos (de última instancia) forman la jurisprudencia, cuyas orientaciones
sirven de base para legislar y para administrar justicia[24]En concordancia con lo anterior, Jorge
Asbún señala que los Tribunales Superiores de Justicia, comúnmente denominados Cortes
Supremas o Tribunales Supremos de Justicia, aplican las leyes a los casos concretos que son
sometidos a su conocimiento, en el marco de sus competencias, resolviéndolos a través de fallos o
sentencias, que cuando contienen un entendimiento continuo y uniforme, reciben la
denominación de jurisprudencia. Vale decir que los tribunales, al resolver los procesos que les
corresponde conocer, fijan el sentido de las normas y, en consecuencia, estos entendimientos
pasan a constituirse en directrices para el resto de los administradores de justicia[25]

Ahora bien, la jurisprudencia es emitida en distintas materias, sin embargo existe un tipo muy
peculiar de jurisprudencia que por las características de su contenido, tiene ciertos efectos
vinculantes y obligatorios en su aplicación, dado que emanan del máximo órgano contralor de la
constitucionalidad, y que se denomina propiamente "jurisprudencia constitucional".

d.1. Las Sentencias Constitucionales.- Las decisiones adoptadas en la Jurisdicción Constitucional


(según criterio del ex-Magistrado José Antonio Rivera Santivañez) tienen una trascendental
importancia, en razón de que -y a diferencia de las decisiones emitidas en la jurisdicción ordinaria
que ponen fin a un litigio entre particulares o de éstos con el Estado respecto a la disputa de un
mismo derecho entre partes-, dichas decisiones modifican el ordenamiento jurídico del Estado,
delimitan el ámbito de competencias de los órganos del poder público, y en muchos casos
restablecen los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las personas[26]Al
respecto, es útil precisar de manera general, que las sentencias constitucionales, emitidas
precisamente por la jurisdicción constitucional, son actos procesales que ponen término o fin a un
determinado proceso constitucional, por parte de un órgano colegiado (llámese Corte, Tribunal, o
Sala Constitucional) que se constituye en la instancia suprema encargada de ejercer el control de
constitucionalidad.
En este sentido, y de manera específica se puede señalar –siguiendo el criterio de Rivera
Santivañez- que la jurisprudencia constitucional es la doctrina que establece el Tribunal
Constitucional, como máximo guardián y supremo intérprete de la Constitución, al interpretar y
aplicar la Ley Fundamental, así como las leyes, desde y conforme a la Constitución, al resolver un
caso concreto, creando sub-reglas a partir de la extracción de las normas implícitas contenidas en
la Constitución, o de la integración de las normas del bloque de constitucionalidad[27]

e) La Historia.- Puede entenderse como aquel conocimiento de los hechos y acontecimientos


importantes ocurridos a un determinado pueblo o agrupación humana, que no solamente abarca
su aspecto anecdótico o superficial, sino que fundamentalmente trata de alcanzar la profundidad
de sus causas para fijar con mayor certeza y claridad, sus posteriores consecuencias[28]En otras
palabras, la historia no consiste en una simple narración de sucesos, sino que es una ciencia que
tiene por objetivola investigación y el conocimiento de los hechos trascendentales ocurridos en el
pasado, para analizarlos en sus diferentes aspectos. Por consiguiente, a través de la historia se
pretende investigar y conocer los orígenes y la forma de desarrollo de los grupos sociales, y
precisar cuándo éstos se elevaron a la categoría de Estados, explicando aunque de manera muy
somera, sus formas de constitución y organización, situándose por ello como una fuente
imprescindible del Derecho Constitucional[29]

f) La Costumbre.- Se debe entender por costumbre a un conjunto de hábitos generalizados no


solamente en un mismo individuo, sino en una sociedad[30]Al respecto se debe agregar que la
convivencia social de los grupos humanos ha determinado el establecimiento de relaciones de
diversa índole entre sus componentes, y estas relaciones son las que presiden la afirmación de
costumbres generales que, en ciertos casos, adquieren carácter de normas, por decisión del
mismo grupo, mismas que cuando surge el Estado, conformaron el Derecho Consuetudinario.

En este Derecho Consuetudinario, sobresalen las normas impuestas por la costumbre, relativas al
funcionamiento, organización y desarrollo del Estado, así por ejemplo las asambleas públicas de
ciudadanos, o la reunión del Consejo de los quinientos ancianos de la ciudad, que son una muestra
de la actividad pública estatal en la Grecia antigua, no extrajeron su existencia de leyes escritas,
sino que procedieron de las costumbres creadas por los grupos sociales. De ahí que la costumbre
se constituye en una de las fuentes importantes del Derecho Constitucional[31]
g) La Doctrina.- Generalmente se llama doctrina al conjunto de opiniones autorizadas de los
tratadistas, catedráticos (juristas), magistrados, parlamentarios y estadistas, acerca de
cualesquiera cuestiones constitucionales, porque sus enfoques analíticos, examinan
exhaustivamente los asuntos y temas constitucionales, y en este sentido la doctrina referida al
análisis de los problemas, virtudes y deficiencias de las Constituciones de los Estados, conforma la
doctrina constitucional, misma que también se constituye en una de las fuentes del Derecho
Constitucional[32]

Relaciones del Derecho Constitucional con otras ramas del Derecho Público

En razón de ser, el Derecho Constitucional, una especialización de la ciencia del Derecho, mantiene
inevitablemente relaciones estrechas con todas las demás especialidades, debiendo resaltarse que
las relaciones más importantes del Derecho Constitucional, son con el Derecho Público, entre
cuyas ramas se encuentra el Derecho Político, con el cual se relaciona en forma relevante, al ser un
desprendimiento del mismo, por lo que sus fundamentos radican en dicha especialidad,
considerando que el Derecho Político es el conocimiento del Estado a través del sistema normativo
que constituye su esencia, por lo que sus relaciones son muy estrechas.

También se relaciona con el Derecho Administrativo, al cual le proporciona los principios


fundamentales para el manejo y cuidado de los recursos y fondos públicos, así como para la
organización, desarrollo y mantenimiento en la prestación de los servicios públicos, en otras
palabras, la fuente de donde emanan las normas principales que rigen la actividad de la
administración pública, se encuentra en el Derecho Constitucional. Además de lo anterior, son
constantes las relaciones entre el Derecho Constitucional y el Derecho Penal, en razón de que éste
último encuentra en aquél los principios básicos que rigen la acción punitiva del Estado, así como
también señala los lineamientos generales para la readaptación y reinserción social del
delincuente, dado que la vida, la propiedad, la seguridad, y el respeto a las normas mínimas de
convivencia, así como la conservación del orden público, se establecen a través del Derecho
Constitucional. Por otro lado, idénticamente se evidencia constantemente su relación con el
Derecho Procesal, ya que todos los derechos inherentes a las personas, cuya vulneración y
posterior reclamo por la víctima provoca la acción de la justicia, están precisamente inscritos
dentro de los aspectos objeto de estudio del Derecho Constitucional, el cual además establece las
líneas directrices que se deben seguir para lograr el resguardo y efectiva protección de los
derechos fundamentales.
Disciplinas especializadas del Derecho Constitucional

Al respecto se debe señalar que en los textos de Derecho Constitucional Boliviano, generalmente
se acostumbra a señalar que las ramas del Derecho Constitucional son simplemente: el Derecho
Constitucional General, el Derecho Constitucional Particular y, el Derecho Constitucional
Comparado; sin embargo, en el Derecho Constitucional moderno, y conforme a los avances que ha
tenido ésta disciplina hasta la actualidad, a nivel latinoamericano, a criterio del autor de éstos
apuntes, corresponde hacer un nuevo recuento de las nuevas disciplinas jurídicas que al presente
se han derivado del Derecho Constitucional, cuya enumeración (en sentido propositivo y no
limitativo), quedaría como sigue:

A) Derecho Constitucional General (Teoría General).- Consiste en el estudio y conocimiento e


interpretación de todos aquellos principios, conceptos e instituciones jurídicas que comúnmente
se presentan fundamentando los rasgos principales y más importantes de los Estados en general,
o al menos en un grupo de Estados determinados[33]sea a nivel latinoamericano, o en su caso a
nivel europeo. En otras palabras, el Derecho Constitucional General es el conjunto de principios,
normas y declaraciones fundamentales que tienen aceptación universal, y que han sido
incorporados en la mayoría de las Constituciones de los Estados, así como en las Convenciones y
Pactos internacionales sobre derechos humanos[34]

B) Derecho Constitucional Nacional (Derecho Boliviano).- Es el estudio y conocimiento preciso de


los principios y normas jurídicas constitucionales vigentes que corresponden a un determinado
Estado (por ejemplo el caso de la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia), a
efectos de interpretarlas y sistematizarlas en forma científica[35]

C) Derecho Constitucional Comparado (Derecho Latinoamericano y/o Europeo).- Ante la existencia


de distintos tipos de Estado a nivel mundial, se evidencia la existencia de rasgos diferentes entre
una Constitución frente a otra (considerando el momento histórico en que aquella es elaborada),
por lo que, de la comparación resultante de los peculiares sistemas constitucionales vigentes en
cada uno de ellos, surge el Derecho Constitucional Comparado, mismo que tiene por objeto
principal, la investigación, el estudio teórico-práctico de las normas fundamentales y principios
constitucionales que se hallan vigentes en cada uno de los Estados en el mundo, a efectos de
identificar con precisión sus similitudes más importantes, así como sus antinomias y
contradicciones[36]

D) Derecho Constitucional de los Derechos Humanos.-Respecto a ésta disciplina cabe señalar que a
través de la implementación del Tribunal Constitucional, en calidad de órgano supremo del control
de constitucionalidad, y de máximo intérprete de la Constitución, se ha dado lugar a una
verdadera revolución jurídica reflejada en el desarrollo creciente del Derecho Constitucional para
lograr el fortalecimiento del Sistema Constitucional boliviano. En este sentido, se puede decir que
el proceso de positivización y judicialización de los derechos humanos[37]dio lugar al surgimiento
de nuevas disciplinas jurídicas especializadas: El Derecho Constitucional de los Derechos Humanos,
que es la disciplina que se encarga de estudiar los preceptos, las normas y las declaraciones de
derechos fundamentales contenidas en la Constitución Política del Estado, que positivizan los
derechos humanos proclamándolos de manera expresa, o de manera implícita a través de
"cláusulas abiertas", asegurando el reconocimiento de la vigencia de los Tratados y Convenciones
Internacionales sobre derechos humanos, en el ordenamiento jurídico interno. Por su parte, el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, es la disciplina que se encarga de estudiar el
conjunto de normas internacionales, convencionales o consuetudinarias, que consagran derechos
humanos, y establecen los sistemas internacionales creados para su protección[38]

E) Derecho Constitucional de la Integración.- Este nuevo campo del Derecho Constitucional -según
Jorge Asbún-, está encargado del estudio especializado, tanto de las nomas jurídicas que
configuran el proceso de integración de los Estados latinoamericanos y europeos, así como de las
instituciones que se crean para materializarlo. En este sentido, y considerando que el elemento
que caracteriza a esta nueva área del saber, no es sólo la existencia de un organismo internacional,
sino el fenómeno de la integración o unión que se produce sobre algunos aspectos de las
organizaciones estatales (sean de carácter económico-financiero, laboral, intelectual y/o
académico, etc.) y siendo que para ello se precisa una delegación expresa de la soberanía
inherente a cada uno de los Estados, se crea un área de derecho que es común a dos o más
Estados, constituyendo el denominado Derecho Constitucional de la Integración[39]

F) Derecho Parlamentario.- En el desarrollo histórico de todos los países del mundo se han
configurado ciertos conceptos acerca del Parlamento, como institución fundamental del régimen
democrático de gobierno, y a pesar de las diferencias propias del camino recorrido por cada uno
de los países del mundo, el Parlamento, Congreso, Asamblea Legislativa[40]o como haya sido
denominado, se constituye en el principal órgano de representación política de la sociedad, con
los rasgos comunes que lo caracterizan.

De manera general, y ampliando la concepción doctrinal del autor Daniel Antokoletz, se puede
señalar que el Derecho Parlamentario es el conjunto de preceptos constitucionales y normas
reglamentarias que rigen la estructura, organización, funcionamiento y atribuciones del
Parlamento (en nuestro caso, de la Asamblea Legislativa Plurinacional) y de las Cámaras que lo
integran, así como también establecen los privilegios, derechos y deberes que corresponden a los
senadores y diputados, durante el tiempo que desempeñen las funciones legislativas[41]de control
y fiscalización asignadas constitucionalmente mediante mandato popular.

G) Derecho Electoral.- Considerando que el ejercicio del derecho de sufragio constituye un


elemento básico e indispensable para la vigencia del régimen democrático, que se exterioriza a
través de los mecanismos de la democracia representativa y participativa en los Estados, se puede
definir a esta rama del Derecho en dos sentidos. En sentido estricto, el Derecho Electoral se
constituye por los principios y normas que regulan el derecho de sufragio (entendido como la
facultad de participación de los ciudadanos en la elección de sus representantes y en las
decisiones políticas, legislativas y constituyentes). Sin embargo, en sentido amplio el Derecho
Electoral es el conjunto de principios, normas, procedimientos, órganos de administración de
carácter público y jurídico, que regulan la elección de representantes (a través de las elecciones
nacionales, departamentales y municipales), y que permiten la participación ciudadana en la toma
de decisiones (a través de consultas populares)[42].

H) Derecho Procesal Constitucional.-La adopción del nuevo modelo de control concentrado


(europeo-kelseniano) de constitucionalidad en Bolivia, a través de la reforma constitucional
efectuada en 1994, y la consiguiente implementación del Tribunal Constitucional, como máximo
guardián y supremo intérprete de la Constitución, ha dado lugar en nuestro país al surgimiento de
una nueva disciplina jurídica denominada Derecho Procesal Constitucional. De manera general se
puede señalar que el Derecho Procesal Constitucional es la disciplina del Derecho Público que
estudia los diversos sistemas y modelos de control de constitucionalidad, como mecanismos de
defensa de la Constitución; así como el conjunto de normas que regulan la estructura,
organización y funcionamiento de los órganos encargados de ejercer el control de
constitucionalidad, además de los procesos constitucionales a través de los cuales se resuelven las
controversias constitucionales de acuerdo a los procedimientos legalmente establecidos para su
tramitación.

Esta disciplina realiza un estudio teórico-doctrinal, normativo y jurisprudencial sobre los sistemas
de defensa de la Constitución, vale decir sobre el control de constitucionalidad, analizando su
fundamento jurídico y político, los diversos modelos de control de constitucionalidad que se han
adoptado en el mundo, los mecanismos y vías de control, como son los procesos constitucionales,
y finalmente también estudia los procedimientos jurisdiccionales que se emplean para desarrollar
el control de constitucionalidad, comprendiendo el conjunto de acciones desarrolladas por los
jueces y tribunales encargados de administrar justicia constitucional, tales como la interpretación
constitucional, la legitimación, los procedimientos de tramitación de los recursos, demandas o
acciones constitucionales, las sentencias constitucionales en cuanto a sus efectos y alcances,
incluyendo el estudio de la jurisprudencia constitucional[43]

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