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Nuestro CC, no se refiere al acto jurídico, no acoge ni reconoce el término, ni hay un capítulo referido a él. La
mayoría de las normas referidas a ella las encontramos en el Libro IV, en los títulos de los actos y declaraciones
de voluntad (art. 1445 a 1469) y de la nulidad y rescisión de los actos y contratos (art. 1681 a 1697). La doctrina
ha hecho extensiva estas normas a todos los actos jurídicos, sean o no contractuales. Hay consenso en que todos
los actos jurídicos se rigen por estas normas, a menos que el tenor de la disposición o la naturaleza de las cosas las
limiten solamente a los contratos.
HECHOS JURÍDICOS
CLASIFICACIÓN HECHOS
1) Atendiendo a su autor:
1. Hechos de la naturaleza son aquellos generados por la naturaleza, no interviene el hombre.
2. Hechos del hombre son los ejecutados por la persona humana.
2) Atendiendo a sus efectos o consecuencias: tanto los hechos de la naturaleza como los del hombre
pueden ser no jurídicos o jurídicos, dependiendo de si producen o no efectos de derecho.
1. Hechos no jurídicos o materiales son aquellos jurídicamente irrelevantes, indiferentes.
2. Hechos jurídicos son aquellos acontecimientos que producen consecuencias jurídicas.
a) Hechos jurídicos de la naturaleza son i) la fructificación de las plantas, pues el dueño
de ellas adquiere el dominio de los frutos, ii) un terremoto, que como caso fortuito o
fuerza mayor libere de culpa a un deudor de una obligación iii) el cambio del curso de un
río, que conlleva la accesión de los terrenos en seco en favor de los propietarios contiguos
al río y iv) la muerte, que opera el traspaso de los derechos y obligaciones transmisibles.
b) Hechos jurídicos del hombre son todos aquellos hechos realizados por el hombre, por lo
voluntariamente, a los cuales el ordenamiento jurídico atribuye efectos jurídicos.
- Hechos lícitos: hechos jurídicos admitidos y protegidos por el ordenamiento
jurídico. Estos hechos jurídicos humanos lícitos son actos jurídicos, en Chile.
La doctrina alemana e italiana distingue, dentro de los hechos lícitos, los
negocios jurídicos de los actos jurídicos. El negocio jurídico se
caracterizaría porque los efectos producidos son los queridos por su autor
o las partes, de tal modo que dichos efectos surgen como consecuencia
inmediata y directa de la voluntad. En el acto jurídico, los efectos no van
necesariamente adheridos a ella, y pueden ser independientes de ella (p.e.
construcción de un edificio: el constructor quiere construir el edificio,
pero puesto que lo hace en terreno ajeno, el dueño del terreno -sin
participar de la construcción- se hace dueño del edificio por accesión).
- Hechos ilícitos: hechos prohibidos por el ordenamiento jurídico o que lesionan
injustamente un interés ajeno, como los delitos y cuasidelitos.
Lo normal es que los efectos de un acto rijan para el futuro. Por excepción, pueden producirse retroactivamente.
La retroactividad puede tener origen en la ley o en la voluntad de las partes.
La retroactividad legal, por una ficción del legislador, supone que efectos que no se habían producido en un
momento, sí se habían realizado. Generalmente tiene lugar en caso de supuestos complejos y se finge que los
efectos se han producido desde la ocurrencia del primer hecho y no del último.
La retroactividad voluntaria puede ocurrir en caso de supuestos simples, en los hechos jurídicos que sólo tienen
valor subsidiario respecto de otros. Por ejemplo, con la ratificación por el mandante de lo obrado por el
mandatario sin poder suficiente se entiende como si el mandato hubiese existido en todo el tiempo intermedio.
ACTO JURÍDICO
Acto jurídico es la manifestación de voluntad hecha con el propósito de crear, modificar o extinguir derechos y
obligaciones, y que produce los efectos queridos por su autor o las partes porque el derecho sanciona -reconoce-
dicha manifestación de voluntad. (Víctor Vial)
1) Es una manifestación de voluntad: no basta con la existencia de voluntad interna o psicológica, de
esencia variable; se necesita que el autor o las partes exterioricen esa voluntad, expresa o tácitamente.
Debe haber voluntad -elemento interno- pero además se necesita que se exteriorice esa voluntad elemento
externo-, que se manifieste, de manera que otras personas puedan percibirla.
2) La manifestación de voluntad debe perseguir un propósito específico y determinado: este propósito
debe ser jurídico dice la doctrina tradicional; es decir, el autor o las partes deben pretender producir
efectos de derecho; crear, modificar o extinguir derechos subjetivos. La doctrina moderna dice que la
manifestación de voluntad sólo persigue un fin práctico, de satisfacer una necesidad, sin conocer a veces
los efectos jurídicos que determina la ley. Se pueden conciliar opiniones, pues ordenamiento jurídico, al
regular los efectos de los actos, interpreta lo que las personas quieren obtener de un determinado acto.
3) La manifestación de voluntad produce los efectos queridos por el autor o por las partes, porque el
derecho los sanciona: la causa eficiente de los efectos del acto jurídico proviene tanto de la voluntad (de
forma inmediata) como de la ley (de forma mediata); porque ésta última permite la libertad jurídica.
Descansa sobre dos pilares fundamentales: libertad y voluntad. El hombre es libre para vincularse con otros o
no, y si decide obligarse lo va a hacer por su propia voluntad. El CC reconoce el principio en varias disposiciones.
La principal es la que consagra la libertad de contratar, consecuencia de la autonomía de la voluntad, dándole al
contrato el carácter de ley entre las partes (art. 1545), subordinando la eficacia de la voluntad al respeto de las
leyes, las buenas costumbres y el orden público (art. 1445, 1461 y 1467).
La doctrina más moderna denomina a este principio autonomía privada, la facultad o poder que la ley reconoce
a los particulares para regular sus intereses, actuando según su propio juicio y responsabilizándose por las
consecuencias de su comportamiento, sean éstas ventajosas u onerosas.
Consecuencias de la AV
1. El hombre es libre para obligarse o no, y si lo hace es por su propia voluntad (art. 1386 y 1437).
2. El hombre es libre para renunciar por su sola voluntad a un derecho establecido en su beneficio, con tal
que solo mire al interés individual y que la ley no prohíba su renuncia (art. 12).
3. El hombre es libre para determinar el contenido o fondo de los actos jurídicos que celebre, y por ello,
siempre que respete las leyes-orden público-buenas costumbres, puede establecer las cláusulas que les
plazcan en sus contratos, los cuales pasan a ser leyes para los contratantes (art. 1545).
4. El hombre es libre para determinar la forma de los actos jurídicos, sea escrita, oral, u otra, salvo que la ley
imponga una determinada. La tendencia es contra formalismo, formalidades son protección, resguardo.
5. La primera regla para interpretar adecuadamente los contratos consiste en recurrir a la clara intención de
los contratantes, la que prima por sobre las palabras (art. 1560).
Limitaciones a la AV
1. No faculta para disponer sobre los intereses ajenos.
2. Debe ajustarse a los requisitos y condiciones establecidos por la ley.
3. Hay materias en las cuales no pueden crearse actos jurídicos diversos a los creados por ley, como Familia.
4. Está limitada por el orden público. Concepto usado por el legislador (art. 1461) carece de definición legal;
es la organización considerada como necesaria para el buen funcionamiento general de la sociedad.
5. Está limitada por las buenas costumbres. Tampoco la define el legislador. Son los principios moralmente
predominantes en una determinada época.
La doctrina ha dicho que el art. 1444 no sólo se refiere a los contratos sino que es aplicable a todo acto jurídico.
1) Elementos o cosas de la esencia: aquellas cosas sin las cuales o no produce efecto alguno o degenera en
otro distinto. Son los únicos verdaderos elementos o requisitos constitutivos del acto. Stolfi, autor
italiano, dice que son los necesarios -sin todos ellos no hay acto jurídico- y suficientes -contenido
mínimo del acto- para la constitución de un acto jurídico. Se desprende entonces que hay elementos
comunes todo acto jurídico, generales de todos los actos, y otros específicos.
1. Son elementos esenciales generales o comunes la voluntad, el objeto y la causa; no pueden
faltar en ningún acto jurídico, cualquiera sea su especie. Si se omiten, conforme al art. 1444, el
acto no produce efecto alguno. Los demás requisitos que indica el art. 1445 –capacidad, voluntad
sin vicios, objeto lícito, causa lícita- no tienen esta calidad; el acto produce los efectos que le son
propios pero con un vicio que autoriza su declaración de nulidad.
2. Son elementos esenciales especiales o específicos aquellos requeridos para cada acto jurídico en
concreto, constituyendo los elementos de la esencia característicos de aquel. La omisión de estos
impide que se produzcan los efectos propios del acto pero se pueden producir los de otro; por
ejemplo, si no se paga en dinero sino en especie distinta, no habrá compraventa pero sí permuta.
2) Elementos o cosas de la naturaleza: las que, no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin
necesidad de una declaración o cláusula especial. La voluntad de las partes sólo es necesaria para
modificarlos o excluirlos. Más que elementos, son efectos que la ley subentiende o incorpora a los actos
jurídicos; como la obligación del vendedor del saneamiento de la evicción y vicios redhibitorios, la
sociedad conyugal en el matrimonio, o la condición resolutoria tácita en los contratos bilaterales.
3) Elementos o cosas accidentales: son aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le
agregan por medio de declaraciones o cláusulas especiales. Las partes, en virtud de su autonomía de la
voluntad, pueden agregar por medio de estipulación expresa. Pueden referirse a i) la existencia del acto
(p.e. partes exigen escritura para compraventa de un bien mueble) o a ii) la eficacia del acto (modalidades
para el cumplimiento de una obligación).
El acto debe cumplir con ciertas condiciones para tener existencia –r. existencia- sana y estable –validez-.
1) Requisitos de existencia: son aquellos necesarios, indispensables para que el acto nazca a la vida del
derecho. Si faltan, el acto es jurídicamente inexistente, por lo que no produce efecto alguno. Son:
1. La voluntad
2. El objeto
3. La causa
4. Las solemnidades que la ley exige para la existencia del acto.
Respecto de las solemnidades algunos dicen que estarían comprendidas dentro del requisito de la
voluntad, porque la ley exige que se manifieste de determinada manera.
2) Requisitos de validez: son aquellos que, si bien pueden faltar en el acto sin atentar contra su existencia,
son necesarios para la vida sana del acto, para que produzca sus efectos de forma estable. Si se omiten,
el acto nace, pero nace viciado, defectuoso, con un vicio que lo expone a ser invalidado. Son:
1. Voluntad exenta de vicios
2. Objeto lícito
3. Causa lícita
4. Capacidad
1) Atendiendo al número de voluntades que se necesitan para su formación. Partes y no personas, pues
una sola parte puede estar constituida por una o más personas (art. 1438). Parte es la o las personas que
constituyen un solo centro de intereses y concurren con su voluntad a formar un acto jurídico.
1. Acto jurídico unilateral: aquel que se perfecciona con la voluntad de una sola parte. Se llama
autor a la parte cuya voluntad se requiere; p.e., testamento, oferta, aceptación, renuncia de un
derecho, ratificación de un acto. A su vez se clasifican en unilaterales simples o complejos.
- El simple es aquel que emana de la voluntad de una sola persona; p.e. testamento.
- El complejo es aquel que procede de varias personas físicas que manifiestan una
voluntad común; p.e. la oferta que hacen varias personas para vender un bien común.
No altera el carácter unilateral del acto el hecho de que para producir la plenitud de sus efectos, se
requiera la manifestación de voluntad de una persona distinta del autor (p.e. aceptación herencia).
2. Acto jurídico bilateral: aquel que para nacer a la vida jurídica requiere de la manifestación de la
voluntad de dos partes. Todo acto jurídico bilateral es una convención, sea que esté dirigida a
crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones. Si el fin concreto es crear obligaciones, la
convención toma el nombre de contrato. Relación género-especie. La CV es contrato, la tradición
es convención, porque extingue obligaciones nacidas de la CV. El CC los confunde (1437, 1438).
Recordar que la clasificación de los actos jurídicos unilaterales-bilaterales es distinta de la de los
contratos unilaterales-bilaterales, la cual se hace en atención al número de obligados.
3. Acto jurídico plurilateral: es aquel que para nacer a la vida jurídica requiere de la manifestación
de voluntad de más de dos partes; p.e., novación por cambio de acreedor (art. 1631), la sociedad.
3) Atendiendo a la utilidad o beneficio que reporta el acto jurídico para quienes lo ejecutan.
1. Actos jurídicos a título gratuito: son aquellos que se celebran en utilidad o beneficio exclusivo
de una parte, sin recibir la otra ninguna equivalente.
2. Actos jurídicos a título oneroso: aquellos que se celebran teniendo en cuenta la utilidad o
beneficio de ambas partes. Tratándose de contratos onerosos, estos se clasifican a su vez en
conmutativos –las prestaciones de las partes se miran como equivalentes- o aleatorios –la
prestación de una de las partes constituye una contingencia incierta de ganancia o pérdida-.
13) Atendiendo a si están o no reglamentados por la ley. Para calificar a un acto de nominado o
innominado no se atiende a la circunstancia de que el acto tenga nombre en la ley o no.
1. Actos jurídicos nominados o típicos: son aquellos que están configurados por la ley,
estructurados por ella con caracteres peculiares. P.e. matrimonio, compraventa, hipoteca. No es
suficiente que la ley de nombre a un acto; p.e. grava con un impuesto a contrato de futbolistas
profesionales, pero no lo regula, no lo configura.
2. Actos jurídicos innominados o atípicos: son aquellos que no están configurados por la ley, sino
que surgen como creación de los particulares cuando las necesidades e intereses de éstos no
encuentran adecuado medio de expresión en los actos típicos. P.e. contrato de talaje. Un contrato
innominado puede pasar a ser nominado si después se disciplina especialmente; p.e. leasing
habitacional (amalgama de contrato de arrendamiento de viviendas con promesa de
compraventa). Los actos innominados tienen valor siempre (autonomía de la voluntad) que se
ajusten a las normas generales que regulan los actos, al orden público y a las buenas costumbres.