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Universidad Nacional Diego Quispe Tito

ALUNNOS:

_AYLIN YULISSA CHIRA CANAL CODIGO: 151144

_ MIGUEL ANGEL CACERES RIOS CODIGO: 151125

ESPECIALIDAD: ESCULTURA

AREA: APRECIACION CRITICA DE OBRAS DE ARTE

TEMA: APRECIACION CRÍTICA EN OBRAS DE MIGUEL ANGEL

CUSCO_PERU
INTRODUCCION
Bienvenidos a este viaje de conocimiento en el que nos adentraremos en el
área que nos permitirá conocer y comprender lo que las personas aprecian y
valoran de las obras de Miguel Angel Bounarroti que marcaron momentos
importantes de la historia, conoceremos el arte para ello requerimos
conocer algunas características de este artista detalles de su vidas, sus
ideas sus intereses y su historia, a través de su arte conocerás diversas
historias con respecto a sus trabajos y como es que logramos tener un
pedazo de su historia en nuestra tierra peruana, desarrollarás la
sensibilidad que te permitirá conocer y valorar el arte de este artista.

El propósito de las obras de arte es transmitirnos emociones e ideas del


artista así como de las personas con las que él convivió de esta forma nos
ayuda a comprender su vida , solo podemos comprender y valorar aquello
que conocemos en este viaje de apreciación artística esto nos permitirá
conocernos mejor esas expresiones artísticas del gran Miguel Angel que
para muchos o como para nosotros representa un modelo a seguir de la
expresión artística que el ofreció y sigue vigente hasta nuestros días.
ÍNDICE:

 BIOGRAFIA

1 CAPITULO

 ANÁLISIS Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESCULTURA DAVID DE MIGUEL ANGEL


 LA ESCULTURA
 TAMAÑO Y UBICACIÓN
 REPRESENTA
 ES UNA ESCULTURA DE BULTO REDONDO
 REPRESENTA SIMULTÁNEAMENTE TENSIÓN Y RELAJAMIENTO
 ROSTRO EXPRESIVO
 PROPORCIONES INUSUALES
 ESCALA APROXIMADA DEL DAVID DE MIGUEL ÁNGEL
 MATERIAL MONUMENTAL
 ¿QUÉ SIGNIFICA EL DAVID DE MIGUEL ÁNGEL?
 UN IDEAL RENACENTISTA: DE LA RELIGIÓN A LA FILOSOFÍA
 UNA LECTURA POLÍTICA DEL DAVID
 REACCIÓN FRENTE A LA REVELACIÓN DE LA ESCULTURA DAVID

2 CAPPITULO

 ANÁLISIS Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESCULTURA LA PIETÀ


 CARACTERÍSTICAS DE LA PIEDAD DEL VATICANO DE MIGUEL ÁNGEL
 MATERIAL
 DIMENSIONES
 COMPOSICIÓN
 FIGURAS
 JESUCRISTO
 VIRGEN MARÍA
 TÉCNICA
 LA FIRMA DE MIGUEL ÁNGEL EN LA PIEDAD DEL VATICANO
 ANÁLISIS DE LA PIEDAD DEL VATICANO DE MIGUEL ÁNGEL
 LA PIEDAD DEL VATICANO Y LA TRADICIÓN ARTÍSTICA
 SERENIDAD Y EQUILIBRIO ANTE EL DOLOR
 SIGNIFICADO DE LA PIEDAD DEL VATICANO
 HISTORIA DE LA ESCULTURA LA PIEDAD
 LAS DOS PIEDADES DE LAMPA

 REFERENCIAS
MIGUEL ANGUEL BUONARROTI

En Caprese, provincia de Arezzo, nace Miguel Ángel en el año de 1475, en


el seno de una familia noble: los Buonarroti. Ya desde pequeño su vocación
queda manifiesta, tomando su padre finalmente la decisión de enviarlo a
formarse al taller del pintor Doménico Ghirlandaio. Sin embargo, y a pesar
de que con dicho maestro su aprendizaje en el campo del dibujo es
indiscutible, será en la escuela creada por los Médici en el Jardín de San
Marcos donde Miguel Ángel se revele realmente como el gran escultor que
llegará a ser.

Es en este ambiente donde va a entrar en contacto por primera vez con el


conocimiento de obras legadas por la Antigüedad clásica, resultando éste
un factor decisivo en su producción posterior. Pronto despuntará entre sus
coetáneos, llamando la atención de Lorenzo de Médici, quien desde este
momento y hasta su muerte se convertirá en mecenas y admirador del genio
Miguel Angel. De esta etapa inicial datan diversos encargos que algunos
amigos realizarían al artista, además de lo que habrían sido sus
"falsificaciones artísticas".
Es a la muerte de su protector cuando Miguel Ángel inicia verdaderamente
su trayectoria profesional, surcada por diversos viajes e importantes
encargos. Tras una estancia en Bolonia en 1494, donde dejará esculpido un
ángel para Santo Domingo de Guzmán y descubrirá el trabajo de Jacobo
Della Quería, regresa nuevamente a Florencia por un breve lapso de tiempo
antes de iniciar su primer viaje a Roma. En dicha ciudad, donde permanece
en esta ocasión entre los años de 1496 y 1501, va a realizar su famosísima,
delicada y perfecta Piedad del Vaticano (obra de la que el artista, ya en
vida, se sentía especialmente orgulloso, como demuestra el hecho de que la
reconociera con su firma, circunstancia única en su producción).

De vuelta en Florencia, Miguel Ángel realizará una serie de obras


"menores" (caso de los tondos ejecutados para Tadeo Taddei y Bartolomeo
Pitti o el San Mateo para Santa María dei Fiore), siendo lo más destacable
de entre las piezas que va a llevar a cabo en este periodo su monumental
estatua del David (1502-1504), obra cumbre de todo el arte imitativo de la
Antigüedad por lo que de perfección en la ejecución, belleza en la forma y
originalidad en la manera de abordar la tipología posee.
Pero Miguel Ángel no es tan sólo escultor (aunque así lo habría deseado el
artista en vida), acometiendo, por estas fechas, asimismo, el encargo
realizado por Piero Soderini de decorar con un episodio de la guerra de Pisa
parte de la Sala Grande del Consejo de Florencia, en la que ya estaba
trabajando Leonardo da Vinci. El cartón de esta obra, maestro de un
sinnúmero de posteriores artistas, mostraría ya la tendencia a la
dramatización y tensión de los cuerpos que posteriormente se apreciará en
su obra pictórica cumbre, la Capilla Sixtina.

Tal era la admiración que entre sus coetáneos levantaba Miguel Ángel que
el propio Papa Julio II le convertirá en el responsable de un proyecto de
una envergadura colosal, su tumba, encargo que a la postre tan sólo
generará disgustos y frustración al artista. La muerte del Papa, el desinterés
de sus sucesores en la finalización del mausoleo, la escasez de fondos para
llevar a cabo el diseño original o la propia dispersión a la que sometía Julio
II a Miguel Ángel con la encomienda de diversos encargos solapados,
dieron como resultado que la ejecución de la obra se alargara durante
décadas (1505-1550), llegando a finalizarse tan sólo una modesta versión
de la tumba materializada en un sepulcro de pared que incluía la escultura,
entre otras (la mayoría dispersas hoy día), del Moisés (hacia 1513-1515).

Varios serán los encargos en este periodo que mantendrán a Miguel Ángel
alejado de dicho proyecto funerario, el Papa Julio II le pidió también que
decorase el techo de la Capilla Sixtina, encargo que Miguel Ángel se
resistió a aceptar, puesto que se consideraba ante todo un escultor, pero que
se convirtió finalmente en su creación más sublime. Alrededor de las
escenas centrales, que representan episodios del Génesis, se despliega un
conjunto de profetas, sibilas y jóvenes desnudos, en un todo unitario
dominado por dos cualidades esenciales: belleza física y energía dinámica

Miguel Ángel iniciará los trabajos en la bóveda de la capilla en 1508 y los


finalizará en 1512 (posteriormente, en 1534, habiendo recibido el encargo
de pintar la pared de la misma, ejecutará un manierista Juicio Final); a
pesar de la energía que el genio derrochaba en cada uno de los proyectos
que llevaba a cabo, éste en concreto puede dar buena idea de la fortaleza de
su carácter, de su capacidad y de su determinación.
Decidido a realizar una decoración fabulosa capaz de asombrar a quienes la
vieran y superar a pasados, presentes y futuros artistas, en primer lugar
hubo de aprender la técnica del fresco, pues de esta manera decidió trabajar
aun no siendo ducho en la forma de prepararla. Catorce años pasó pintando
sólo, creando este ingente y complejo universo bíblico, repleto de belleza,
perfección y terribilità.

La creación de Adán (Capilla Sixtina, 1508-1512)


Posteriormente a esta segunda etapa romana ya vista, vendría otra
florentina (1513-1534), marcada por el mecenazgo de otros dos Papas,
León X y Clemente VII, para quienes llevará a cabo obras como la
de fachada (no construida) de la iglesia de San Lorenzo, la construcción de
la escalera de la biblioteca Laurenciana (1524) o una serie de sepulcros
conmemorativos de diversos miembros de la familia Médici (a la que
pertenecían sendos pontífices). Destacables son las esculturas alegóricas
del tiempo realizadas para acompañar las tumbas de los duques Lorenzo y
Giuliano de Médici (especial atención suscita la representación del Día, con
su cara desfigurada en clara alusión al sol que deslumbra la vista).
En su vejez (1546) se hará cargo de otro importante proyecto: la
finalización de las obras de la basílica de San Pedro del Vaticano, cuya
cúpula se convertirá posteriormente en paradigma a seguir en buena parte
del mundo.

Básicamente, Miguel ángel tomará el plan trazado por Bramante y lo


mejorará visualmente mediante la supresión de las torres laterales y la
modificación de perfiles, permitiendo que la cúpula se erija en eje central
de la composición.

Cansado de los hombres y desencantado del mundo, estos años marcan el


inicio del cambio; a partir de este momento la lozanía y fortaleza de sus
composiciones deriva en un misticismo desgarrado, que sin embargo para
muchos dará como resultado algunas de sus mejores obras. Es su última
época en Roma, adonde llegará en el año de 1534, permaneciendo hasta su
muerte.

También son los años de su platónica relación con Vittoria Coonna, cuya
amistad reforzará esa tendencia a la espiritualidad apreciable en su
producción última. Terribles y absolutamente precursoras son sus
Deposiciones de estos años (en las mismas se puede apreciar claramente la
idea repetida hasta la saciedad, aunque no por ello menos cierta, de la
capacidad de Miguel Ángel de "extraer vida de la piedra"), ejemplo clásico
de las cuales ha de señalarse la Piedad Rondanini.
CAPITULO 1
ANÁLISIS Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESCULTURA DAVID
DE MIGUEL ANGEL

ESCULTURA DAVID DE MIGUEL ANGEL

Miguel Ángel Buonarroti: David, 1501-1504, mármol, 517 cm de altura,


5.572 kg, Galleria dell’Accademia, Florencia.
La escultura

 David fue realizada por el artista florentino Miguel Ángel Buonarroti entre


1501 y 1504, cuando el joven no llegaba a sus treinta años. El tema ya
había sido tratado por escultores como Verrocchio, Ghiberti y Donatello,
pero Miguel Ángel fue el primero en fijar su atención, no en el triunfo de
David, sino en el instante previo.

Miguel Ángel concentraba su atención en el hombre y sus cualidades


humanas, esas mismas virtudes que le permitirían encarar la amenaza de un
gigante. No en vano, el David de Miguel Ángel se convirtió en un símbolo
del Renacimiento italiano.

Tamaño y ubicación

Con 5,17 metros de altura y 5,5 toneladas de peso, la escultura fue un


encargo de la Opera del Duomo para la catedral de Santa María del Fiore
en Florencia. Pero tanto sus dimensiones como su calidad hicieron que se
destinara a la Piazza della Signoria, donde estuvo hasta el siglo XIX.
Actualmente el David está ubicado en la Galleria dell’Accademia en
Florencia, Italia

Representa

David representa al David bíblico que enfrenta y vence al gigante Goliat


solo con algunas piedras y su inteligencia. Luego se convertiría en el rey
David. ¿Cómo lo representa Miguel Ángel? ¿Qué oculta el David de
Miguel Ángel en sus manos?

En esta escultura, un musculoso David se representa erguido justo antes del


combate. Apoya su mano izquierda sobre el hombro, y en ella porta el saco
de su honda. Desde allí, una suerte de arnés ciñe su espalda hasta la mano
derecha, junto al muslo. Esta mano oculta lo que podría ser un fustíbalo, es
decir, una honda de fuste, de uso común entre los romanos. Veamos a
continuación sus principales características.

Es una escultura de bulto redondo

David de Miguel Ángel es una escultura exenta o de bulto redondo, lo que


quiere decir que ha sido concebida para apreciarse por todos sus lados.

La figura se alza en contrapposto

David yace en perfecto contrapposto. Se llama contrapposto a la posición


de estar de pie con una pierna soportando el peso total del cuerpo mientras
que la otra pierna está relajada. Esta postura clásica hace que la cadera y los
hombros de la figura descansen en ángulos opuestos y hace que el torso
haga una pequeña curva en forma de S.

La posición de contrapposto de David ayuda al equilibrio de la pieza. La


tensión de la pierna derecha y el brazo izquierdo forman una contrabalanza
con los músculos relajados del brazo y de la pierna izquierda.

Representa simultáneamente tensión y relajamiento

La dicotomía entre la tensión y el relajo del cuerpo surge como un apoyo al


conflicto emocional entre el descanso y la acción intrínseca de alerta, o sea,
el estar preparado para cualquier acción.

David se puede resumir como una acción en reposo. La tensión muscular y


emocional son perfectas para que Miguel Ángel muestre su conocimiento
perfecto del cuerpo masculino y su capacidad de equilibrar lo físico y lo
emocional en una sola figura.
Rostro expresivo

Detalle del rostro del David de Miguel Ángel

La cara de David tiene una mirada desafiante impregnada de fuerza donde


se manifiesta la consciencia del poder, en el sentido más amplio de la
palabra. Es capaz de intuir al enemigo mostrando plena autoconfianza, una
virtud muy apreciada para el hombre renacentista.
“En cada bloque de mármol veo una estatua tan clara como si se pusiera
delante de mí, en forma y acabado de actitud y acción. Solo tengo que
labrar fuera de las paredes rugosas que aprisionan la aparición preciosa
para revelar a los otros ojos como los veo con los míos.”
Miguel Ángel Buonarroti.

Proporciones inusuales

1) Vista posterior del David de Miguel Ángel. 2) Detalle de la mano


izquierda. 3) Detalle de la mano derecha.
Miguel Ángel usó técnicas inusuales de proporciones. A primera vista
parece una estatua de proporciones perfectas, pero en realidad la mano
derecha y la cabeza junto al cuello son expresivamente mayores

La mano derecha se sostiene por el brazo derecho relajado. Es una mano


perfectamente esculpida, delicada y armoniosa. Pero si se mide con
respecto al cuerpo, se nota su desproporción.

La desproporción de la gran cabeza junto al grueso cuello en tensión de


David son más de la mitad del tamaño que el pecho/torso de la escultura,
pero no parece obvio a primera vista.

Se dice que Miguel Ángel esculpió intencionalmente estas desproporciones


por dos razones: la primera, por el efecto visual desde abajo. La segunda,
para subrayar la manera de ganar una gran batalla: con concentración e
inteligencia; representada por la cabeza, y con ponderación en la acción;
representada por la mano.

Material monumental
Escala aproximada del David de Miguel Ángel

David es una escultura hecha de un solo bloque de mármol blanco extraído


de las montañas de Carrara, famosa por la gran calidad de su mármol.

El bloque de mármol blanco sufrió intervenciones de tres artistas diferentes


a lo largo de varios años. Esto provocó en el bloque fracturas y
perforaciones.

En 1501, 25 años después de la última intervención, las autoridades de la


Opera del Duomo encargan a Miguel Ángel el trabajo monumental de un
David para la catedral de Florencia.

“Cuando volví, me encontré con que era famoso. El consejo de la ciudad


me pidió que sacara un David colosal de un bloque de mármol, ¡dañado!,
de casi seis metros.”
Miguel Ángel, después de la creación de Piedad.

¿Qué significa el David de Miguel Ángel?

David había sido un tema explorado ya por grandes artistas como


Verrocchio, Ghiberti y Donatello, pero la composición era siempre un
David después de la batalla, triunfante. La genialidad de Miguel Ángel
reside en la creación de su David sin la acción, pero con la inminencia de
tal, o sea, la inteligencia humana por sobre la fuerza física bruta.

El escultor escoge ese instante previo a la lucha, allí donde tiene lugar la
mayor concentración mental, lo que implica que hay reposo, pero también
tensión. La juventud se equilibra con la inteligencia humana y la sabiduría
divina.
Un ideal renacentista: de la religión a la filosofía

Miguel Ángel logra sintetizar el significado de la figura de David en el


contexto de la cultura judeocristiana, al tiempo que logra sincronizarlo con
los valores renacentistas que subrayan el equilibrio y la ponderación.

Suprimir la representación del gigante Goliat en la escena implicaba dirigir


la atención totalmente a la naturaleza humana y sus virtudes, con las cuales
un joven imberbe podría vencer sobre la fuerza bruta de un ser
"deshumanizado".

El mensaje el claro: lo que importa es la virtud humana, aquellas que hacen


de David un ser cualitativamente humano. No la fuerza. En cambio, sí, la
inteligencia, la ponderación de las acciones y la elevación del espíritu. Por
último, la preocupación por su pueblo y el compromiso con los suyos.

Ello explica, en parte, por qué el David de Miguel Ángel se convirtió en un


símbolo del Renacimiento. En efecto, el triunfo de la inteligencia y la
virtud sobre la fuerza encarna los valores propios del humanismo
antropocéntrico de aquel contexto histórico.

Una lectura política del David

A estas cuestiones, los florentinos le dieron también una interpretación


política. La obra había sido hecha pocos años después de un gran momento
histórico de Florencia.

En efecto, en el año 1494, Florencia se levantó en contra de los Medici,


cuyo máximo representante, Pedro II de Medici, heredero de Lorenzo el
Magnífico, había capitulado frente al ejército francés de Carlos VIII. Los
términos de aquella capitulación habían indignado a los florentinos.

Acto seguido, expulsaron a los Medici y crearon la Segunda República de


Florencia. Así, la impresionante obra de Miguel Ángel, que resumía la
grandeza humanista de aquella polis, heredera de Dante, Giotto y
Brunelleschi, se convertía también en un símbolo de la lucha de la
República florentina contra los dirigentes y los Estados adyacentes de la
época: los Medici y los Estados pontificios.
Reacción frente a la revelación de la escultura David

Cuando la escultura David fue revelada en 1504 frente a los miembros de la


sacristía que tenían hecho el encargo, provocó tal asombro que la
consideraron demasiado perfecta para continuar con la idea original de
ponerla en la Catedral.

Para decidir dónde iban a colocar la nueva obra prima del Renacimiento,
crearon un comité de 30 miembros, incluyendo artistas del calibre de
Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli, para decidir su nuevo palco.

La estatua fue entonces colocada en el corazón político de Florencia, en la


Piazza della Signoria, frente a la entrada del Palazzo Vecchio, donde estuvo
hasta 1873.

Actualmente se encuentra en la Galería de la Academia (Galleria dell


´Accademia) en Florencia, el museo más importante de la ciudad después
de la Galería Uffizi.

El Papa Giulio II (Julio II en español) encarga la Capilla Sixtina a Miguel


Ángelo luego del éxito estruendoso de David.
CAPITULO 2
ANÁLISIS Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESCULTURA LA PIETÀ
La Piedad del Vaticano es una obra escultórica del Renacimiento italiano
creada por el artista florentino Miguel Ángel Buonarroti en 1499, cuando
tenía apenas 24 años de edad. Recibe este nombre porque la obra se
encuentra actualmente en la capilla del Crucifijo, de la basílica de San
Pedro del Vaticano.

Miguel Ángel Buonarrotti: Piedad o Piedad del Vaticano. 1499. Mármol.


1.74 x 1.95 m. Basílica San Pedro, Ciudad del Vaticano.

Conocida también como la Piedad de Miguel Ángel, esta escultura es una


obra maestra de la historia del arte, que le valió a Buonarroti el crecimiento
de su fama. El escultor sorprendió a todos en dos aspectos.
El primero, su brillante dominio de la técnica escultórica en su tierna
juventud. Demostró ese dominio en el modo de trabajar el mármol, en las
dimensiones naturales de la pieza y en la composición, cuando apenas tenía
24 años de edad.
El segundo aspecto, Miguel Ángel destacó por su capacidad de desafiar la
tradición artística, al representar a María más joven que Jesús y sin signos
visibles de sufrimiento. Por eso es justo preguntarse qué significado se
esconde detrás de la Pietà de Miguel Ángel.
Características de la Piedad del Vaticano de Miguel Ángel
La Piedad del Vaticano o Piedad de Miguel Ángel es una escultura de bulto
redondo.
Representa el momento en que la Virgen María recibe el cuerpo de Jesús y
lo sostiene en sus brazos, justo antes de la llamada lamentación sobre
Cristo muerto o planctus.
Las principales características de esta escultura resultan de las soluciones
que el artista encontró para el tratamiento de la composición, el material,
las dimensiones y las figuras.
Material
La Piedad es una pieza monolítica, es decir, está hecha a partir de un solo
bloque de mármol blanco extraído de las montañas de Carrara, en la región
de Toscana. Se cuenta que Miguel Ángel iba personalmente hasta Carrara a
escoger sus bloques de mármol. De entre todas las canteras disponibles de
la época, había una veta que daba el mármol más pálido, de donde el
escultor hizo sacar el bloque para la Piedad. Esta consideración explica
porqué la obra Piedad del Vaticano tiene un aspecto casi uniforme, en el
que las vetas del mármol prácticamente no interfieren con la
representación.
Dimensiones
La obra escultórica Piedad del Vaticano tiene unas dimensiones de 195
centímetros de ancho y 174 centímetros de alto. Se trata de una obra en
tamaño natural, lo que refuerza su carácter realista ante el espectador.
Composición

se clasifica como un conjunto escultórico de bulto o redondo.


Se dice que es un conjunto escultórico porque alberga más de una figura,
mientras que bulto entero significa que permite un desplazamiento visual
alrededor de la pieza. La composición de la Piedad está basada en un
triángulo equilátero sobre una base elíptica. Esto permite desenvolver la
intención de dotar a la pieza de equilibrio y estabilidad.
Figuras
La composición de la Piedad está protagonizada por dos figuras: la Virgen
María y Jesucristo.
Jesucristo

La figura de Jesucristo, con cabeza y brazo inclinado hacia el lado derecho,


se armoniza con la figura de la Virgen María, envuelta en telas gruesas
llenas de pliegues. La cara de Jesucristo, según el propio Miguel Ángel,
representa un hombre incorporado a la naturaleza humana, por lo tanto
común en sus despojos mortales. Sin embargo, no vemos en la figura
signos de dolor.
Virgen María

La monumentalidad de la Virgen María con respecto a su hijo Jesucristo


sirve como elemento de corrección óptica para darle balance al conjunto
escultórico. Sus proporciones se relacionan también con el carácter
protagónico del personaje en esta pieza. María es el centro de atención para
el espectador. El personaje sostiene en su regazo el cuerpo de Jesús. Con la
mano derecha carga su torso, mientras el peso del cuerpo se distribuye en
sus piernas. La mano izquierda tiene la palma levantada hacia arriba, como
en señal de oración. La expresión de su rostro no muestra emociones. La
dirección de su cabeza, contornada hacia abajo, nos hace pensar que María
contempla y medita la escena en su corazón.
Técnica

Llaman especialmente la atención las diferentes texturas creadas a través


del labrado y pulido, diferente y minucioso en cada zona. El mármol en
la Piedad ha sido labrado de diferentes formas. Los pliegues de las telas en
la parte inferior de la obra tienen mayor volumen, lo que da estabilidad. El
tratamiento del ropaje y sus pliegues en la parte superior es
comparativamente mucho más suave y pulido que la parte inferior. Esto
permite que la luz resbale por la superficie y creando más delicadeza.
La firma de Miguel Ángel en la Piedad del Vaticano

Detalle de la firma de Miguel Ángel en La piedad.

La Piedad es la única obra que Miguel Ángel firmó. La razón la


encontramos en una anécdota narrada en el libro de Giorgio Vasari
sobre Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores
italianos. Un día, llegó a oídos de Miguel Ángel el rumor de que un tal
Gobbio, de Milán, había esculpido la magnífica obra de la Piedad del
Vaticano. Indignado por la falsa atribución, y a fin de despejar cualquier
duda, esa misma noche Miguel Ángel grabó su nombre en el cinto que
atraviesa el pecho de la Virgen María.

Análisis de la Piedad del Vaticano de Miguel Ángel


La Piedad representa la devoción y lamentación de la Virgen María ante el
cuerpo de su hijo, Jesucristo, tras su muerte en la cruz. La escena no está
mencionada ni en los evangelios canónicos ni en los apócrifos. Quizá por
eso, esta escena se empezó a representar apenas desde el siglo XIV, y
estaba destinada a la devoción privada. Los artistas hallaron su inspiración
en los versículos proféticos sobre el sufrimiento de María (Lc 2, 33-35), el
evangelio de Nicodemo (cap. XI), las revelaciones de los santos de la
época, como Santa Brígida, y los textos devocionales.
La Piedad del Vaticano y la tradición artística

Izquierda: Vesperbild (Piedad), siglo XIV, madera policromada,


Landesmuseum Heidecksburg, Alemania.
Derecha: Roger Van der Weyden, Piedad (detalle), c. 1440-1450, óleo
sobre tabla, Museo Nacional del Prado, Madrid.
Cuando Miguel Ángel esculpió la Piedad del Vaticano, justo al final del
siglo XV, ya existía una tradición plástica de la escena de la piedad. Según
esta, María debía ser representada con el rostro envejecido por los golpes
de la vida y con señales visibles de sufrimiento. Al principio de esa
tradición, el cuerpo de Jesús solía ser de menor escala. Con el tiempo, la
proporción se fue ajustando y surgieron variantes que incluían personajes a
los lados. Sin embargo, Miguel Ángel no lo hizo así. Además de volver a
reducir la escena a los dos personajes principales (María y Jesús), las
expresiones de María cambiaron. En vez de verse envejecida y sufriente,
la Piedad del Vaticano muestra a una mujer joven y dueña de sus
emociones. ¿Por qué el artista la representa de esa manera?
Serenidad y equilibrio ante el dolor

Miguel Ángel puso de manifiesto la influencia de la filosofía neoplatónica


y de la estética clásica. Tal influencia se plasma al hacer que la Virgen
María y Jesucristo expresen serenidad y equilibrio, así como una aparente
ausencia de sufrimiento. En la escultura de Miguel Ángel, María no es el
despojo de un alma sufriente. María no consiente convertirse en víctima ni
cuestiona su fe. Por el contrario, “carga” con su realidad, acompaña a su
hijo, contempla el misterio incomprensible del martirio. Ciertamente, María
es la protagonista de la composición, pues el cuerpo apagado de Jesús
conduce la atención a ella. El cuerpo de María, su apariencia física, es a su
vez imagen del estado de su alma que permanece erguida. De hecho, el
rostro extremadamente joven de la Virgen María fue justificado por Miguel
Ángel como una forma de simbolizar su eterna virginidad. Para Miguel
Ángel, esto no era extraño. El artista pensaba genuinamente que las
personas que se consagraban a Dios en cuerpo y alma eran eternamente
“jóvenes”.

Significado de La Piedad del Vaticano


La forma en que Miguel Ángel ha representado la piedad significa que la
armonía, el equilibrio y la belleza se vuelven metáfora de la espiritualidad
cristiana consagrada. Esta espiritualidad es interpretada por el escultor
desde una lectura filosófica muy propia del Renacimiento, que ve el
dominio propio como elemento de razón y como prueba de fe. El rostro
joven y sereno de María se vuelve signo visible de la realidad interior del
personaje, quizá buscando un paralelismo con la idea grecolatina según la
cual una “mente” sana se refleja en un cuerpo sano. María es, así, no solo
modelo cristiano, sino encarnación femenina del ideal humanista del
Renacimiento.
Historia de la escultura La Piedad
La Piedad del Vaticano o Piedad de Miguel Ángel fue un encargo del
Cardenal de Saint-Denis, Jean Bilhères de Lagraulas, cuyo propósito era
colocarla en la basílica de San Pedro en Roma. Tal como era costumbre en
el Renacimiento, el cardenal y el artista firmaron un contrato en el año
1498. En este se especificaba el material, el tema, el tamaño, los plazos y el
precio del encargo, que sería de 450 ducados. La obra sería de mármol, y
representaría en escala natural a la Virgen María sosteniendo en sus brazos
a su hijo Jesucristo muerto. Según los términos del contrato, la pieza debía
ser culminada en un lapso no mayor de un año, y así fue cumplido por
Miguel Ángel. Sin embargo, el cardenal Jean Bilhères de Lagraula falleció
pocos días antes, tras lo cual se decidió emplazar la estatua sobre su tumba.
Hubo que esperar hasta el siglo XVIII para que la escultura fuera
reasignada a la Basílica San Pedro.
Izquierda: Piedad del Museo dell'Opera del Duomo. Derecha: Piedad
Rondanini, Castillo Sforzesco de Milán.
La Piedad del Vaticano no fue la única escultura de esta escena elaborada
por Miguel Ángel. Años más tarde, Miguel Ángel esculpió también dos
piedades que han llamado mucho la atención de los expertos por sus
diferencias con la famosa Piedad del Vaticano. Se trata de la Pietà del
Museo dell'Opera del Duomo y la Piedad Rondanini (incompleta), que se
encuentra en el Castillo Sforzesco de Milán.
Atentado contra la Piedad
En el siglo XX, la obra sufrió daños materiales debido a un atentado
cometido el 21 de mayo de 1972 por Laszlo Toth, un geólogo de origen
húngaro que padecía una enfermedad mental. En una crisis, Toth se dirigió
a la escultura con un martillo y comenzó a golpear la escultura mientras
gritaba. Se partieron la nariz de la Virgen, los párpados, el brazo izquierdo
y el codo. Afortunadamente, los daños pudieron ser reparados por un
equipo profesional.
Las dos Piedades de Lampa
Lampa
es una ciudad peruana de 15.000 habitantes, perteneciente a la región de
Puno, y conocida como la «Ciudad Rosada» por el color de las fachadas de
sus casas, ya que están construidas con un material que sale de los volcanes
aledaños a la ciudad que tiene ese tono.
En ella, podemos pasear por sus rincones, degustar una sarnita (comida
típica que recibe su nombre por las pepitas que lleva y que recuerdan a la
enfermedad de la sarna) y disfrutar… ¡de dos copias certificadas por El
Vaticano de «La Piedad» de Miguel Ángel!
Pero, ¿cómo es posible que esta pequeña localidad situada a más de 10.500
kilómetros de El Vaticano tenga este gran privilegio?
Pues esta hazaña se debe al fervor artístico de uno de los lampeños más
ilustres, Enrique Torres Belón, un ingeniero, empresario y senador que
logró algo inimaginable en esa época (y en esta): conseguir que El
Vaticano le entregará una copia de «La Piedad» de Miguel Ángel. Y es que
este eminente lampeño quedó prendado cuando visitó la Basílica de San
Pedro y contempló la belleza de la única obra que el gran artista florentino
firmó.
Torres Belón es el primero por la izquierda.
Torres Belón, hombre adinerado, poderoso y muy testarudo, se marcó
como objetivo tener una copia exacta de la obra que le había deslumbrado
en su visita. Para ello, escribió varias cartas al que, a la sazón, era el Papa,
Juan XXIII. No sabemos a ciencia cierta cómo lo logró, pero finalmente
Juan XXIII accedió, sorprendentemente, a enviarle una copia exacta de la
«Piedad» en yeso cristalino.
En Lampa se cuentan muchas leyendas en torno a cómo logró convencer
Torres Belón al Papa: desde que una de sus hermanas era monja de El
Vaticano e intercedió de manera decisiva, hasta que el senador lampeño le
puso «un cheque en blanco» al pontífice para lograr su objetivo. Sea como
fuere, la realidad es que en 1961 una copia en yeso cristalino, elaborada por
un equipo de restauradores de El Vaticano, de la inmortal obra de Miguel
Ángel llegaba a la ciudad de Lampa.
Torres Belón veía así cumplido su sueño. El lugar donde quería ubicarla era
en la cúpula de un mausoleo que se había hecho construir en la Iglesia de
Santiago Apóstol (construida entre 1685 y 1776) cuya restauración sufragó
él mismo entre los años 1960 y 1968.
Cuando se dispusieron a ubicarla, comprobaron que aún siendo una copia
en yeso, el peso podría no ser soportado por la cúpula del mausoleo. Fue
entonces cuando tomaron la decisión de hacer una copia en otro material
más liviano: el aluminio negro. Pidieron permiso al Papa para realizar esta
segunda copia y éste accedió con la condición de que la copia en yeso
fuese, una vez realizada la de aluminio negro, destruida. Escultores de
Lima la realizaron, la llevaron a Lampa y pudieron ubicarla en el lugar
elegido.
De esta forma, Torres Belón lograba su objetivo y su mausoleo quedaba
coronado por una copia de «La Piedad» de Miguel Ángel, eso sí, de color
negro (los lugareños la llaman «La Piedad Negra»), algo que impacta y
sorprende mucho a los visitantes cuando la ven. Bajo esta cúpula descansan
actualmente no sólo los restos Torres Belón, sino los de su madre (Cecilia
Belón) y su esposa (la estadounidense Esther Phillips). Los esqueletos que
los acompañan (y aportan un aspecto algo escabroso…) son de clérigos de
esta iglesia.

¿Y
qué ocurrió con la copia en yeso?
Pues que no se cumplió la condición de destruirla que había impuesto el
Papa y se trasladó a la Biblioteca Municipal, donde actualmente se sigue
exhibiendo, junto a 8.000 libros que donó el propio Torres Belón.

Pero la historia no acaba aquí… El 21 de mayo de 1972, casi tres años


después de la muerte de Enrique Torres Belón, Laszlo Toth -un geólogo
húngaro con problemas mentales- entró a El Vaticano y al grito de «Soy
Jesucristo resucitado de entre los muertos» golpeó hasta quince veces a «La
Piedad» original.
Los
daños se concentraron fundamentalmente en la nariz, uno de los párpados,
el brazo izquierdo y el codo de la Virgen, así como la rodilla de la figura de
Jesucristo. En total se contabilizaron más de 50 fragmentos.
El acontecimiento dio la vuelta al mundo y, tras varias discusiones sobre la
idoneidad de reconstruirla o dejarla cómo había quedado, se decidió
acometer la restauración.

El
equipo de restauradores se puso manos a la obra en la reconstrucción, que
se desarrolló entre 1972 y 1973 en los laboratorios de los Museos
Vaticanos. Para ello, utilizaron una copia que ya poseía la Santa Sede,
varios calcos y las más de 5.000 fotografías que la había realizado el
Robert Hupka durante la Exposición Universal de Nueva York en 1964,
evento en el que «La Piedad» presidía el pabellón de El Vaticano (única
vez que esta obra salió de la Santa Sede).
ROBERT HUPKA Pero, además, sabemos que -unos meses después del
ataque- una delegación de restauradores y escultores de El Vaticano
enviados por el Papa Pablo VI visitaron durante diez días Lampa para
fotografiar y tomar las medidas de la copia en yeso para tenerlas en cuenta
en la restauración de la original.
De esta manera, la copia que Torres Belón logró traer desde El Vaticano,
colaboró en la restauración de «La Piedad» original, hecho del que se
sienten muy orgullosos todos los lampeños y que cuentan a los visitantes
que se interesan por «sus dos Piedades», sus dos joyas.
Y es que tener «Dos Piedades» en tu ciudad te hace sentir, como dirían por
allí: ¡MUY CHÉVERE!
Referencias
Rodrigues Peinado, Laida: “Dolor y lamento por la muerte de Cristo: la
Piedad y el Planctus”.
 Revista Digital de Iconografía Medieval, vol.VII, nº 13, 2015, pp. 1-17.
Disponible en: Vasari, Giorgio (1550, 2011): Las vidas de los más
excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos. España: Editorial
Cátedra.

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