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TRABAJO MONOGRÁFICO
Mujeres escultoras: En el renacimiento, el barroco y los
siglos XIX y XX
CUSCO – PERÚ
2022
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Presentación
El tema escogido para investigar fue elegido dado a que las mujeres artistas y sus
producciones artísticas (en este caso, escultoras) no han recibido la importancia que
merecen, ni el reconocimiento de su tarea estética a lo largo de la historia y, además, se
les ha ignorado gracias a prejuicios y pensamientos anticuados de la sociedad que se ha
encargado de opacar y ocultar su existencia. Por ello, con esta investigación se pretende
exponer información relevante sobre estas mujeres, que han realizado obras tan
majestuosas en su época, aportando al arte y la cultura y cuestionando muchos
estereotipos machistas.
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Índice
Contenido
Introducción .................................................................................................................................4
1. Marco teórico .......................................................................................................................5
1.1 La mujer en el arte ............................................................................................................5
1.2 La mujer en la escultura ...................................................................................................7
1.3 Escultoras en el Renacimiento ..........................................................................................9
1.4 Escultoras en el Barroco .................................................................................................11
1.5 Escultoras en los siglos XIX y XX .................................................................................12
1.6 Mujeres esculturas importantes ........................................................................................15
1.6.1 Camille Claudel .........................................................................................................15
1.6.2 Properzia di Rossi ......................................................................................................18
1.6.3 Adèle D’affry ............................................................................................................21
1.6.4 Luisa Roldán .............................................................................................................24
1.6.5 Margarita Gil Roësset ................................................................................................28
1.6.6 Hélene Bertaux ..........................................................................................................31
1.6.7 Anne Seymour Damer ...............................................................................................34
2. Conclusiones ......................................................................................................................36
3. Recomendaciones ...............................................................................................................37
4. Referencias Bibliográficas..................................................................................................38
Bibliografía .................................................................................................................................38
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Introducción
La mujer como artista es de por si un objeto de estudio interesante, ya que muestra una
perspectiva y trasfondo diferente al de la famosa obra de los hombres que hasta ahora son
más reconocidos en este campo.
Desde el inicio la mujer ha hecho arte, aunque se ha buscado ocultar este hecho por las
vagas creencias de la superioridad masculina.
Se cuenta con una mínima cantidad de investigaciones sobre ellas, pero que con el tiempo
aumenta gracias al interés de artistas y las mismas mujeres al investigar un pasado que ha
querido ser borrado o se considera irrelevante en la historia del arte.
Por ello, al ser un tema de interés que favorece a la historia del arte, el arte en sí mismo y
a el fortalecimiento del arte producido por mujeres, la siguiente investigación busca y
reflexiona sobre las dificultades que atravesaron las artistas (escultoras) desde la época
del renacimiento hasta el pasado siglo XX, destaca la actividad artística de estas mujeres
y estudia a algunas de sus representantes.
Este trabajo está dividido en cuatro títulos: el primero es el marco teórico que a su vez se
subdivide en seis temas referentes a las mujeres en el arte y la escultura, las escultoras en
el renacimiento, el barroco y los siglos XIX y XX, donde se plasma principalmente la
situación en la que vivían estas artistas, sus dificultades y la actitud de la sociedad ante
su deseo de crear arte; además se ponen algunos ejemplos de escultoras celebres que
deberían ser más reconocidas por su obra, estilo y su lucha por sobresalir en un mundo
donde las artes y el genio se le atribuían a los varones, mientras a las mujeres se les
menospreciaba y obligaba a dedicarse a tareas del hogar o esconder sus talentos. A
continuación, se encuentran las conclusiones y las recomendaciones, y finalmente las
referencias bibliográficas.
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1. Marco teórico
1.1 La mujer en el arte
permitía oficialmente estudiar anatomía humana del modelo vivo, del natural.
(Parker & Pollock, 2022, pág. 60)
El mero hecho de excluir a las mujeres del estudio del desnudo las reducía a practicar
exclusivamente los géneros del retrato y las naturalezas muertas, considerados menos
importantes dentro de los cánones del arte académico.
A finales del siglo XIX, los historiadores del arte victoriano podían registrar
perfectamente la persistencia de mujeres en la historia de las artes y apreciar su número
creciente y el progreso gradual frente a los problemas como la exclusión social y la falta
de reconocimiento.
A las artistas se las trataba colectivamente, igual que a todas las mujeres, como grupo
homogéneo en virtud de su género compartido, y se las separaba de los artistas de
diferente género, colocándolas en una esfera totalmente distinta a la de los hombres.
En el siglo XX, las artistas tienen que luchar contra el dominio de estas nociones
burguesas de diferencia sexual que surgen del siglo pasado.
Abordando más a profundo la historia del arte, encontramos los factores por los que se
estudia poco o se desconoce a artistas mujeres y se enfatiza lo siguiente:
Descubrimos y demostramos que la misma Historia del arte –es decir, la disciplina
y sus formas de pensar y representar el arte del pasado, que se desarrolló en el
siglo XIX y se consolidó como materia académica y practica museística en el XX-
es estructuralmente sexista y sistemáticamente patriarcal. La disciplina de la
Historia del arte como estudio formalizado y practica museística no solo ignoraba
o despreciaba a las mujeres como artistas, sino que de forma consiente construyo
una narrativa del arte sin mujeres. (Parker & Pollock, 2022, pág. 22)
El discurso der la historia del arte negó la participación creativa de las mujeres en el arte del
pasado y del presente creando un concepto del arte y una imagen del artista exclusivamente
masculinos, eurocéntrico-norteamericano, blanco e implícitamente heterosexual. 22
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En realidad, no hubo grandes mujeres artistas porque las instituciones y las actitudes
sociales limitaron a las mujeres, negándoles el acceso a las formas básicas de instrucción
artística y creando para ellas espacios vitales sumisos y domésticos.
Hemos tratado de mostrar que las mujeres han participado en el desarrollo del
lenguaje y los códigos artísticos, contribuyendo y a veces oponiéndose a los
mensajes transmitidos por los estilos e imágenes dominantes. En otras palabras,
resaltamos la relación de las mujeres con la practica artística, no solo con las
instituciones del arte. La cuestión principal añade a las tenciones que han soportado
las mujeres entre la posibilidad de convertirse en artistas y la de realizar pinturas en
las que plasmar significados propios. (Parker & Pollock, 2022, págs. 8-9)
Tradicionalmente, se argumentaba que las mujeres habían cultivado poco la escultura por
varios motivos:
Dureza de los materiales, por lo que se requería de una gran fuerza física. Sobre
todo, para las piedras más duras como el mármol –aunque, por lo general, se
modelaba en barro y los operarios eran quienes trasladaban las formas a la
piedra─.
Poco apropiada a la supuesta naturaleza femenina, tanto física como mental:
fragilidad, delicadeza, minuciosidad o emotividad. En particular, la escultura
monumental y el desnudo.
Por eso, fue frecuente que las mujeres realizaran esculturas con las siguientes
características:
A la vista de las circunstancias, está claro que el destino de cualquier mujer artista en el
pasado era supeditar su vida y desarrollar de manera casi anónima su actividad a la sombra
de un hombre, sumida a una suerte de perpetua minoría de edad en lo profesional y
personal. Sus obras, su técnica, lo que plasmaban era debatido e infravalorado por
estereotipos y criticas cerradas en años pasados, tal como se da a conocer:
Artistas como Leonardo da Vinci, El Greco, Alberto Durero, Sandro Botticelli, Tiziano,
Miguel Ángel, Jan van Eyck, son importantes referentes del periodo Renacentista. Sin
embargo, podríamos preguntarnos si las mujeres obtuvieron ventaja de éstas grandes
ideas humanistas, pero lo cierto es que no. Como se manifiesta en el párrafo a
continuacion:
Grandes pensadores de la época como Francois Rabelais, fray Martín de Córdova, Erasmo
de Rotterdam, Juan Luis Vives, Baltasar de Castiglione, por mencionar algunos, vertieron
su concepción sobre el papel femenino y su intelecto. No obstante, es innegable que las
mujeres de ese periodo se vieron sometidas a la voluntad de los hombres. Por supuesto,
las que tuvieron mejor oportunidad fueron sin duda todas aquellas hijas de artistas o de
intelectuales; el camino se vislumbraba mucho más fácil por la educación recibida. Desde
luego que sí hubo mujeres sabias, cultas, empapadas del fulgurante humanismo, que
figuraron a través de sus escritos, y que lucharon por ser respetadas al igual que los
hombres.
En cambio, son pocos los estudios que hacen referencia se sus contemporáneas femeninas
del trabajo de ellas realizado, aun cuando algunas fueron notables, quedando estos
incompletos al no examinar las vidas y la influencia se las mujeres en este periodo.
en nada tenía que envidiar a la de los varones. Estas renacentistas fueron por lo
general hijas de nobles, humanistas ellos mismos, que pusieron maestros y
profesores de todos los saberes como tutores y pedagogos de sus hijos e hijas.
También se dio el caso de que los padres fuesen ellos mismos maestros o
educadores que supieron apreciar el valor de la educación y el talento de sus hijos
y que fuesen ellos los primeros en iniciar la formación de estas doncellas.
De este modo, en el siglo XV, las muchachas recibían su educación centrada en las
virtudes cristianas y las enseñanzas morales, predominante en sus casas o en el convento.
Además se agrega a este tipo de educación otras causalidades de la poca presencia de
escultoras en estos siglos, en donde Pérez (2011) nos explica que:
Está claro que en una sociedad con una profunda división entre lo público y lo
privado, la mujer artista no tenía cabida por tres motivos fundamentales. En primer
lugar, por la visión androcéntrica que sitúa al hombre, como centro del universo,
emplazando a la mujer en un nivel inferior de desarrollo y confinándole las tareas
propias de su posición social. En segundo lugar, por su exclusión de los foros y
espacios públicos donde se desarrolla la vida cultural e intelectual de la ciudad,
quedando recluida en la intimidad de su hogar. Y, en tercer lugar, por la educación
que el humanismo pretendía darle, la cual no incluía las matemáticas, la retórica,
ni las ciencias. (pág. 25)
Por otra parte, los materiales y sus costos hacían casi imposible que una mujer produjera
esculturas de calidad, y para que tener fondos era necesario que una mujer sea reconocida,
participara en eventos públicos con sus obras y así conseguir un patrocinio de las clases
pudientes, algo que ni siquiera estaba cerca de lograrse. Además, se cuestionaba sobre la
fuerza o resistencia en las mujeres, resaltando esta característica más en los varones para
esta actividad y dotándolos de total aceptación en ella.
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Hay que tener en cuenta que la talla directa en mármol, es uno de los procedimientos
escultóricos más utilizados desde el Renacimiento y que, al mismo tiempo, el ejercicio de
esta era considerado una profesión de hombres. Para ello hacían referencia a la fortaleza
que se necesitaba para el.
Los fondos fueron de vital importancia en la vida artística de esta época, pero las mujeres
sufrían desventajas y carecían de reconocimiento para poder obtenerlos, como da conocer
en el siguiente apartado:
A la vista de las circunstancias, está claro que el destino de cualquier mujer artista era
supeditar su vida y desarrollar de manera casi anónima su actividad a la sombra de un
hombre, sumida en una suerte de perpetua minoría de edad en lo profesional y personal.
Como se aclara a continuación:
Este estereotipo creía en una unión afectiva e intelectual de los cónyuges. En la vida real
en el siglo XIX una mujer pasaba de la tutela de su padre a la de su marido, pero si ambos
consortes eran artistas se creía en la simbiosis de la pareja, en una unión espiritual. Tras
esto se esconden muchos casos de apropiamiento de las obras por parte de los familiares
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masculinos, de estas artistas, entre otras cosas porque una obra firmada por un hombre
obtenía una remuneración más elevada que la firmada por una pintora, o escultora. Pero
este robo de méritos lamentablemente no es lo único que las mujeres artistas han sufrido
a lo largo de la historia, otras vivieron a la sombra del arte de su esposo
Mientras luchaban por ser aceptadas en la enseñanza pública, las mujeres artistas
tuvieron que buscar centros de formación alternativos. Muchas de ellas
recurrieron a las llamadas «académies payantes>> (academias de pago), que
empezaron a proliferar, en número creciente, en el París decimonónico. Dirigidos
por artistas célebres, estos estudios ofrecían el asesoramiento de un «maitre»
(maestro) reconocido. (Mayayo, 2019, pág. 43)
El comienzo del siglo XX supuso para la sociedad la entrada a una nueva centuria, que a
la poste resultaría un siglo lleno de novedades e innovaciones, pero también un periodo
lleno de conflictos bélicos, que conllevaron la ruptura de los esquemas tradicionales que
hasta ese momento habían imperado. Para la mujer fue un siglo de cierta apertura, del
comienzo de la liberación del corsé patriarcal, que todavía hoy en día nos sigue
oprimiendo.
Durante el periodo final del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las mujeres
artistas por norma general pertenecían a una clase social alta, ya que las mujeres
de clases más bajas no podían aspirar, ni siquiera tenían la opción o el tiempo para
pensar en pintar, dibujar o realizar esculturas, tenían otras obligaciones prioritarias
de las que preocuparse. De este modo, estaba bien visto que las damas de la alta
sociedad recibieran cierta educación, es decir que aprendieran algo de música,
pintura, dibujo, en realidad se trataba de evitar que estuvieran ociosas, no de
educarlas realmente, el objetivo principal no era otro que el de proporcionar una
educación superficial, en actividades que se consideraban aceptables para las
damas de la alta sociedad. (Ríos, Hernández, & Bernabé, 2016)
En cuanto a la idea de lo que convenía que pintaran dibujaran o esculpieran las mujeres
debemos remarcar que se creía que las mujeres debían pintar temas menores, es decir, tan
solo bodegones, naturalezas muertas, flores, autorretratos y poco más.
Por lo tanto, se consideraba que pintar o esculpir un desnudo tanto femenino como
masculino, no era correcto para una mujer, era una actividad impura que les ensuciaba la
moral y el alma. Las mujeres debían circunscribir su arte y a ellas mismas al ámbito
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Siguiendo a Barrionuevo, necesitaban una valentía especial para romper las normas
sociales y decantarse por una ocupación considerada eminentemente masculina; una
disponibilidad económica suficiente para adquirir los costosos materiales (no es
casualidad que muchas de las escultoras españolas y extranjeras procedieran de familias
aristocráticas); un taller adecuado, que no siempre era posible tener en el propio
domicilio, donde la mujer se suponía que debía permanecer para atender a su familia; y
algo más difícil aún en su situación: relaciones sociales para conocer a los mecenas o
patrocinadores, que solo tuvieron las que procedían de ambientes intelectuales y/o
familias de artistas, como de hecho sucede con la mayoría de escultoras de la época. 150
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que Rodin temía que Camille le hiciese sombra y nunca la ayudó a salir adelante.
(Valverde, 2017)
Con el tiempo la relación tensa entre Camille y Rodin acaba, porque ella decide alejarse
del hombre, algo que le causara algunos problemas y desencadenara su locura, como se
afirma en el párrafo seguido:
Sola y sin recursos, Camille se sumió en una crisis depresiva y empezó a destruir
sistemáticamente todas sus obras. En 1913, su familia la encierra en el sanatorio
psiquiátrico de Montdevergues, de dónde no saldrá jamás. Gracias a unos
documentos encontrados recientemente, sabemos que a su ingreso se le
diagnosticó “una sistemática manía persecutoria”, acompañada de “delirios de
grandeza”, por los que se creía víctima de “los ataques criminales de un famoso
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Aun así, la escultora dejó una obra de apabullante talento. Su naturalismo tenía rasgos de
impresionismo y simbolismo, buscando siempre la emoción que se traduce en un
exquisito dramatismo gracias a un perfecto dominio de las técnicas y a su enorme
sensibilidad.
Vertumno y Pomona, Camille Claudel, Francia, 1905 Museo Rodin, París (Francia)
Properzia de 'Rossi (c. 1490-1530) fue una escultora renacentista italiana . Estudió con el
artista y maestro grabador boloñés Marcantonio Raimondi , mejor conocida hoy por sus
grabados después de pinturas de Rafael.
Properzia de 'Rossi nació en Bolonia, hija de un notario llamado Giovanni Martino Rossi
da Modena. Como mujer del Renacimiento, estudió pintura, música, danza, poesía y
literatura clásica, y estudió dibujo con el maestro grabador Marcantonio Raimondi .
A medida que se acercaba a los treinta, de 'Rossi comenzó a trabajar a gran escala. Sus
bustos de retratos de mármol de este período la llevaron a la prominencia. Ganó un
concurso para crear esculturas para la fachada oeste de San Petronio en Bolonia. Los
registros muestran que le pagaron para crear tres sibilas, dos ángeles y un par de paneles
en bajorrelieve, incluido un panel que representa a José y la esposa de Potifar ahora en el
Museo de San Petronio en Bolonia. En la escena, Joseph intenta escapar de la esposa de
un oficial egipcio. La musculatura hábilmente ejecutada en combinación con la
vestimenta clásica revela el conocimiento de la antigüedad de Rossi. Además, el tema de
José huyendo de su tentadora fue un tema prominente en los primeros días de la
Contrarreforma, transmitiendo los peligros de la inmoralidad asociada con la naturaleza
femenina. Giorgio Vasari escribió en su "Vida de Madonna Properzia de 'Rossi" que a de'
Rossi se le pagó "un precio miserable por su trabajo". Atribuyó esto al pintor Amico
Aspertini trabajando para arruinar sus comisiones y pagar. La calidad de sus bustos de
mármol posteriores, incluido un busto del conde Alessandro de Pepoli, le valió el encargo
del programa decorativo del altar mayor de Santa María del Baraccano en Bolonia en
1524. Aunque se enfrentó a competidores masculinos, de Rossi fue la ganadora de un
encargo para la fachada oeste de San Petronio, también en Bolonia. Parte de la comisión
incluyó un panel de mármol que representa la historia bíblica de José y la esposa de
Potifar, a menudo referida como su pieza más famosa. Aquí, muestra destreza para
organizar figuras heroicas en un estilo amplio y dinámico característico de la escultura en
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relieve del Renacimiento italiano. Vasari elogió este trabajo, pero también asumió que
representaba los problemas personales de amor no correspondido de Rossi.
Properzia de' Rossi, José y esposa de Potifar en el Museo de la Basílica de San Petronio,
Bolonia, 1525-26
Originalmente alabada por su habilidad para tallar huesos de frutas, pasó a esculpir bustos
de retratos y, finalmente, venció a sus rivales masculinos por encargos de la iglesia. Sin
embargo, atormentada por el amor no correspondido por un noble, aparentemente
enfermó y murió sin un centavo. Si bien de 'Rossi ganó importantes encargos en su vida,
murió antes de cumplir los cuarenta, en bancarrota y sin parientes cercanos ni amigos. El
día de su muerte ha quedado marcado inequívocamente en los registros debido al
espectáculo público que tuvo lugar ese mismo día. Murió el mismo día de la coronación
de Carlos V por Clemente VII, el 24 de febrero de 1530. A Clemente VII se le dijo que
de 'Rossi era un "genio noble y elevado", y se le informó de su muerte cuando estaba en
su manera de conocerla.
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Adèle D’Affry. Fotografía acuarelada de Pierre Petit. Ca. 1870 (imagen de la ficha del
MAHF, 1999-5, © Fundación Marcello)
Vida Artística: Adèle d’Affry viajó a Roma, atraída por Miguel Ángel a quien ya
admiraba. Allí empezó a aprender modelado junto al escultor suizo Heinrich Max Imhof
(1795-1869), alumno del escultor neoclásico Bertel Thorvaldsen (1770-1844).
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La década de 1860 fue la de su consagración como escultora. Durante los primeros años
pasó más tiempo en París que en Roma, dos ciudades íntimamente conectadas en el
terreno artístico, como ya se ha señalado. Si Roma constituía el destino tradicional para
completar la formación, en París se consolidaba una carrera artística, pues allí se
celebraba el Salon. 272
De aquella época datan sus primeras esculturas con temas mitológicos femeninos como
La Bella Helena (1861) y Diana dormida (1862).
Los personajes femeninos, sobre todo mitológicos, son sus favoritos: Helena de Troya,
Ananké (la personificación del Destino), Hécate (diosa de origen arcaico de la
hechicería), la Gorgona, la Pitonisa, la Bacante; también las protagonistas de famosas
óperas que, en ocasiones, forman parte de la mitología, como Helena de Troya (la ópera
homónima de Offenbach se estrenó en París en 1864, aunque Marcello ya había esculpido
su Helena). Ambos temas son así mismos los más habituales del Simbolismo, movimiento
que, oficialmente, empezó en 1885. Teniendo en cuenta el interés de Marcello por temas
tales como la mitología, la religión, el misticismo, incluso la sexualidad y la androginia,
y que toda su producción artística es anterior, la sitúa como un precedente.
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Pythia. Marcello. 1870. Museo de Arte e Historia. Friburgo (Suiza). (Foto de Primula
Bosshard, © MAHF).
El realismo, propio del arte español, que ella equipara a expresividad, es lo que más
admira y a lo que quisiera llegar, pues es consciente de que, en sus esculturas más
heroicas, mujeres todas, lo que más le satisface precisamente es la expresividad lograda.
Interesante esta reflexión de la artista que da a conocer un cambio de actitud desde su
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Pasaron algunos años en los que no dejó de trabajar en sus esculturas, a la vez que
se dedicaba a su faceta de pintora, alternando temporadas entre París y Givisiez.
Pero en 1877 se retiró a un pueblecito cercano a Nápoles, Castellammare,
buscando un clima soleado, pues estaba enferma de tuberculosis. Por ello se
dedicó más a pintar y no tanto a esculpir, que le suponía un mayor esfuerzo. Allí
murió en 1879, cuando tenía cuarenta y tres años. (SANTONJA, 2014, pág. 278)
Obras
Más conocida como ¨la Roldana¨1652 – 1706, Luisa Ignacia Roldan Villavicencio fue
hija de Pedro Roldan y de Teresa de Jesús Mena Ortega y Villavicencio, nació en Sevilla
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en septiembre del año 1652. El padre de la artista se dedicó a la escultura e impartía clases
en la Academia de Arte fundada por Murillo.
Los hijos se especializaron en la talla: escultura e imaginería, pero las tres hijas
del artista se dedicaron a la parte más delicada de las obras: dorar, estofar y todas
aquellas tareas consideradas ¨femeninas¨. Pero, como veremos más ampliamente,
ella -Luisa- pronto se decantó por imitar a su padre y a sus hermanos diseñando y
tallando sus propias esculturas. (Plata, 2019)
Es sabido que también sobre ella pesaron las limitaciones sociales sufridas por las mujeres
del momento. No solo por las circunstancias derivadas de la maternidad y las labores
domésticas, sino por la dependencia que suponía obligarla a ceder la representatividad
legal al marido/colega, Luis Antonio de los Arcos, en lo tocante a acuerdos y contratos
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con los clientes como correspondía a un miembro de pleno derecho del gremio y dada la
imposibilidad para Luisa, como mujer, de concretar personalmente las obras.
Al no tener el apoyo de su padre, ella tuvo que formar su propio taller recibiendo encargos
de iglesias, cofradías y particulares, porque su trabajo le daba el dinero parta mantener a
su familia, pues su marido resultó ser un mediocre y mal trabajador.
La roldana trabajo incansablemente para ser reconocida como la gran artista que es, y
pronto su trabajo da frutos cuando recibe encargos de otras ciudades. En 1686 se muda
de Sevilla a Cádiz, donde tiene un encargo del Cabildo, unas imágenes de los patrones de
la ciudad: San Servando y San Germán, estos llevan armadura y muestran la sensibilidad
de Luisa diferente a la de su progenitor.
Durante su estancia en Cádiz realizo otras esculturas incluso para otras ciudades. Su éxito
creció de sobremanera y su fama de buena artista escultora se extendió, haciendo que se
mudara a Madrid en 1688. Entre esos se dedicó a producir pequeños grupos escultóricos
para los nobles. Hizo nacimientos, niños, ángeles otras esculturas de pequeños grupos de
devoción en terracota para particulares y conventos, escenas con gran movimiento y
expresividad. En 1692 fue nombrada ¨Escultora de Cámara¨, firmando así sus obras
luego. Produjo la imagen de Santa Clara del Monasterio der las Descalzas Reales en
Madrid, y por encargo del rey, el Arcángel San Miguel con el diablo en los pies que está
en el Escorial. A pesar de su título y prestigio su situación económica no mejoró, reclamó
sobre los bajos pagos por su labor.
En cuanto a su obra más famosa en Madrid tenemos a la escultura del Arcángel San
Miguel que según Plata es ¨una escultura en madera policromada, muestra al Arcángel
venciendo al demonio que tiene bajo sus pies, escena con gran movimiento y
dramatismo¨. (2019)
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Con el fallecimiento del Rey Carlos, Luisa pierde su título y su trabajo en la Cámara, por
lo que de inmediato presenta sus trabajos ante la nueva autoridad. Expone un entierro de
Cristo y un nacimiento, junto a una solicitad para nombrarla Escultora de la Cámara.
Virgen de la Estrella
Ecce Homo
San Servando y San Germán
Niño Jesús quitapesares
Desposorios místicos de Santa Catalina
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Por las mañanas las hermanas estudiaban idiomas, historia y arte con un profesor
particular. Estas hermanas recibieron una educación esmerada y no la que se impartía a
las señoritas en ese momento, estas niñas fueron una excepción ya que recibieron la
educación que recibían los niños, una educación para ser hombres de provecho, en este
caso mujeres con un futuro brillante.
Desde los quince años Marga se volcó en la escultura, aunque no es conocida por ello
hasta 1930, cuando expone su trabajo por primera vez. Margot quiso que su hija recibiera
clases con el escultor Víctor Macho, quien se sorprendió por su inigualable don, y se
opuso a enseñarle para evitar que su genialidad se viera entorpecida.
Marga dejaba ver de forma translucida como ella era autodidacta, y como contemplado
su trabajo por los grandes del momento la opción de que siguiera trabajando sola y
creciendo de forma única era la más coherente y justa. Sus esculturas estuvieron dentro
de los rasgos del modernismo y el vanguardismo, fueron siempre innovadoras y
originales. Es muy probable que por la mezcla inusual de fuerza y ternura que la crítica
encontró en sus obras.
Margarita talló en madera, granito y piedra. Con un uso de las formas bien cuidadas, y
con una infalible precisión, además sus esculturas tuvieron significados profundos,
relacionados con la vida, la creación, todo ello producto de su culta educación.
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Al realizar sus primer exposiciones y ser captada por la presa, expresa la particularidad
de sus trabajos, tal como se narra a continuación:
También es preguntada por su escultura “Adán y Eva” de 1930. Marga dice: “Yo
intento siempre operar sobre mis esculturas de dentro afuera. Es decir, trato de
esculpir más las ideas que las personas. Mis trabajos, en cuanto a la forma, podrán
no ser muy clásicos; pero, por lo menos, llevan el esfuerzo de querer manifestar
su interior.” (Arciniega de Granda, 1930, p.15)
Con respecto a ese amor no correspondido para Marga, debemos saber que Marga conoció
a Juan Ramón Jiménez a través de la admiración que ella y su hermana tenían hacia la
esposa de este, Zenobia Campubrí, las hermanas fueron presentadas a la pareja en un
concierto, dejando Marga una marca indeleble en el matrimonio y a raíz de ahí y sobre
todo desde febrero de 1932 poco a poco entablaron amistad.
Esto se debió en gran parte a varios motivos, la destrucción de toda la obra que
pudo localizar la artista antes de su suicidio fue uno de estos motivos, es como si
no hubiera querido dejar rastro de su paso por este mundo, asimismo el hecho de
que nuestra artista se suicidara conllevó que se creara alrededor de su figura un
silencio, ya que, en esa época desde los ámbitos académicos, religiosos, e incluso
familiar no era un ejemplo a seguir. (Ríos, Hernández, & Bernabé, 2016)
Marga Gil Roësset: Busto de Zenobia Camprubí (1932). Colección particular, Madrid.
La vida de marga fue breve, pero desde luego digna de destacar por la calidad de sus
obras, unas obras únicas, que no han tenido el reconocimiento que se merecen, tras estas
breves líneas se pretende que se pueda conocer un poco más sus obras y su nombre,
porque, aunque tuvo una vida corta merece estar en el ideario de los artistas y los genios.
Maternidad (1929).
La niña que sonríe.
Para toda la vida.
Adán y Eva (1930).
Grupo (1932).
Zenobia Camprubí (1932)
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Hélène Bertaux (París, 1825 – Saint-Michel-de-Chavaignes, 1929). Desde los doce años,
Hélène Bertaux tuvo un acceso privilegiado a la formación artística gracias a su suegro
Pierre Hébert, escultor y reparador de yeso. Si aprende rápidamente en este taller las
técnicas de modelado, no duda en completar su aprendizaje con Augustin Dumont (1801-
1884), ganador del Gran Premio de Roma en escultura de 1823, miembro del Instituto y
profesor en el Ecole des Beaux-Arts de 1864, en la gran tradición académica.
Helen fue una artista activa y desarrollo su carrera con éxito, teniendo exposiciones
propias y ganando medallas y reconocimientos, como se manifiesta a continuación:
Hélène Bertaux, joven prisionero de la Galia, 1867, Nantes, Museo de Bellas Artes
a la educación artística que se les negaba y además visibilizar la situación de todas sus
compañeras escultoras.
(Sevenoaks, Inglaterra 1748 – 1828) Nacida como la única hija de Henry Seymour
Conway (más tarde Field-Marshall) y Lady Caroline Campbell, hija del cuarto duque de
Argyll, Anne Conway pasó gran parte de su infancia en Park Place, Remenham, cerca de
Henley-on-Thames. Dado que sus padres estaban en el extranjero la mayor parte del
tiempo, su primo Horace Walpole asumió cierta responsabilidad de su cuidado como
tutor.
Aunque atraída por el escenario desde el principio, se embarcó en una carrera como
escultora, animada por David Hume, el subsecretario de su padre durante 1767, y con
algunas instrucciones de los escultores Giuseppe Cerracchi y John Bacon.
Sra. Anne Seymour Damer, grabada por William Edwards a partir de un dibujo de
Richard Cosway
Nacida en una rica familia aristocrática, Anne Seymour Damer era una persona rara y
notable en la sociedad georgiana dominada por hombres, no solo era reconocida como
una actriz y escritora talentosa, sino también como una escultora profesional exitosa.
Damer mostró signos de su talento desde una edad temprana, que se formó con el escultor
anglo-italiano Giuseppe Ceracchi y más tarde con el modelista y tallista John Bacon.
Después de morir su padre, hereda una propiedad extensa denominada Strawberry Hill,
donde creará muchas de sus obras y vivirá un tiempo, agregando a esto se señala que:
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Ella produjo esculturas clave de Isis y Tamesis para cada lado del arco central en el puente
en Henley-on-Thames. Los modelos originales se encuentran en la Galería Henley del río
y en el cercano Museo de Remo. Otra obra arquitectónica importante fue su estatua de
Apolo de 10 pies, ahora destruida, para la fachada del teatro Drury Lane. También creó
dos bajorrelieves para la Galería Boydell Shakespeare de escenas de Coriolanus y
Antonio y Cleopatra.
Shock Dog, Anne Seymour Damer (British, Coombe Bank, Sevenoaks, Kent 1748–
1828 London), 1782
2. Conclusiones
De acuerdo a todo lo investigado sobre las artistas escultoras y sus pasó por el
renacimiento, el barroco y los siglos XIX y XX concluimos que:
3. Recomendaciones
Una vez terminada la monografía se considera interesante poder investigar más aspectos
relacionados al tema del legado y obras de las escultoras desde el renacimiento al siglo
XX y la actualidad:
- Indagar más acerca de la vida y obra de estas artistas, los significados de sus
obras, sus estilos predilectos y sus técnicas, tal y como se hace en la historia
de arte, para no ignorar sus aportes y particularidades en esta disciplina, en
especial en la escultura, que ha sido considerada o aun es una actividad
meramente para varones.
- Analizar la información conseguida hasta ahora e incentivar a la
investigación del tema.
- Empezar a tomar conciencia sobre las limitantes que se les impone a las
mujeres artistas y tratar de crear un ambiente artístico más equitativo sin
tener que valorar el arte por el género exclusivamente.
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4. Referencias Bibliográficas
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