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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL VALLE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


CARRERA: MEDICINA

DOCENTE : Dr. FUNES


ESTUDIANTES : EDWIN GARCIA NAVARRETE
MATERIA : TRAUMATOLOGIA
FECHA : 27 de Septiembre del 2012

Cochabamba – Bolivia
FRACTURAS DE ANTEBRAZO

Fracturas diafisiaras del radio y del cubito


Se entiende por fracturas del antebrazo a las que asientan en las diáfisis del radio,
del cubito, o de ambos huesos simultáneamente. Su estudio es de gran
importancia, por las dificultades que pueden originarse para su correcta reducción,
contención y consolidación, y por las complicaciones y secuelas consecutivas.

El mayor número ocurre en la infancia y la adolescencia y mucho mas


frecuentemente en varones que en mujeres. Pueden ser causadas por
traumatismos directos o indirectos. Los primeros son más comunes en los adultos
y originan generalmente trazos transversales en uno o ambos huesos. Los
agentes causales (caídas sobre la palma de la mano) actúan por angulación o
torsión y con preferencia producen fracturas multi fragmentarias o con fragmento
intermedio.

Cuando solo se fractura el radio lo localización más frecuente es en su tercio


inferior, si se lesionan ambos huesos predominan los trazos situados en el tercio
medio y en la unión de este con el interior.

En los niños las fracturas suelen ser del tipo incompleto, en forma de infracciones,
fisuras o en tallo verde, con localización preferentemente en el tercio inferior se
desplazan con menos frecuencia que en los adultos, y cuando lo hacen,
predominan la angulación.

Los desplazamientos cuando existen, dependen del sentido de actuación de la


fuerza traumatizante, de la orientación del trazo fracturario y principalmente del
desequilibrio muscular. Consisten en la angulación del eje, asociada a no a
desplazamiento de tipo longitudinal (cabalgamiento) lateral y axial o rotatorio
(decalage de los franceses).
La mayoría de los músculos del antebrazo, y en particular los extensores y
flexores de la mano y dedos son por su acción los causantes del cabalgamiento.
Los pronadores y supinadores desplazan los fragmentos en entrecruzamiento y el
estrechamiento del espacio inter óseo.

En las fracturas del radio, los desplazamientos rotatorios de los fragmentos del
radio son de distinto tipo, según que el trazo fructuario este situado por arriba o
debajo de la inserción radial del pronador redondo:
1) en el primer caso el fragmento proximal se colocará en supinación completa
porque sobre el actuaran solamente músculos supinadores (bíceps y
supinador corto).
2) En la segunda eventualidad el pronador redondo se opondrá a la acción de
sus supinadores, por lo que el fragmento proximal se mantendrá en
posición de pronosupinación intermedia.
3) En ambos casos el fragmento distal al que sigue la mano, tiende siempre a
la pronación, solicitado por los músculos pronadores y por la acción de la
gravedad.

Sintomatología
El cuadro clínico, es variable, según el tipo de lesión, pero habitualmente se
comprueba una tumefacción edematosa que alter ala morfología normal del
antebrazo con o sin equimosis y dolor exquisito a nivel del foco de fractura.
Cuando existen desplazamientos se hallarán presentes uno o más de los
siguientes signos: angulación de los ejes, ascenso de la apófisis estiloides del
radio, desviación radial de la mano (eje del miembro en bayoneta) porción distal
del antebrazo en franca pronación, movilidad anormal y crepitación ósea.

Los movimientos de las articulaciones del codo y muñeca estarán limitados y su


realización pasiva provocará dolor, lo más afectado será la pronusupinación
antebraquial. La supinación pasiva forzada cuando es dolora, indica fractura del
radio.
No se terminará el examen sin establecer el estado circulatorio del miembro
(coloración, temperatura, pulso radial, etc.) y la existencia o ausencia de
complicaciones neurológicas.

Examen radiográfico
El tipo de fractura y los desplazamientos serán establecidos con precisión
mediante el examen radiográfico. Para la proyección frontal se apoyará sobre la
placa la cara posterior del antebrazo, el que estará en la actitud de mayor
supinación posible, para el perfil será el borde cubital el que contactará con la
placa, mientras el antebrazo continua en supinación. En ambas proyecciones
deberán verse el codo y la muñeca, a fin de poder establecer con justeza el grado
de los desplazamientos y su repercusión sobre las articulares radio cubitales;
además de esta forma se evitará el error de ignorar la existencia de luxaciones
radio cubitales, superior o inferior, como puede suceder en caso de fracturas
aisladas del cubito o del radio con desplazamiento.

Pronóstico
Es favorable en las fracturas no desplazadas o en las que presentan únicamente
angulaciones de fácil corrección.

Por el contrario, la que sufren desplazamientos combinados pueden originar una


proporción variable, pero siempre importante, de resultados deficientes, como
consecuencia de reducciones incompletas, desplazamientos secundarios no
corregidos, retardos de consolidación o seudo artrosis, terapéutica mal instituida,
etc.

Tratamiento
Las fracturas sin desplazamiento deben inmovilizarse con un aparato enyesado
que se extienda desde el tercio medio del brazo hasta las cabezas de los
metacarpianos, el codo en 90º de flexión y la muñeca en rectitud, el antebrazo
debe ser colocado en supinación completa, cuando el radio este fracturado o por
encima de la inserción del pronador redondo, mientras que cuando el trazo radial
sea distal a la misma o se trate de una factura aislada del cubito, la posición será
en pronosupinación intermedia. También pueden usarse los yesos conformados
funcionales.

En las fracturas asiladas del radio o del cubito anguladas deberán corregirse la
desviación manualmente, previas anestesia (general, troncular o focal), y luego
inmovilizar según le mismo esquema del grupo anterior.

Las fracturas con desplazamientos combinados son las de tratamiento más difícil,
en particular cuando se localizan en el tercio medio de ambos huesos, cuando
presentan trazos muy oblicuos o cuando son plurifragmentarias o conminutas. La
reducción se intentará bajo anestesia y consistirá en la aplicación de tracción y
contracción (manual o mejor aún instrumental), corrección sucesiva de los
distintos desplazamientos e inmovilización con yeso braquipalmar, colocando
codo, muñeca, y antebrazo en las actitudes ya señaladas según la altura del foco
radial.

Aunque la reducción ideal es la anatómica, se consideran satisfactorias aquellas


en que se han restablecido la longitud del o de los huesos fracturados y su
alineación con un contacto fracturario mínimo del 50% buena amplitud del espacio
interóseo y corrección completa del desplazamiento rotatorio. En las fracturas
aisladas del radio o del cubito de trazo transversal, la reducción y el alineamiento
suelen ser difíciles por estar intactos al otro hueso.

En las fracturas transversales del tercio inferior, con grandes dentelladuras, es


muy difícil corregir los desplazamientos mediante la técnica incruenta descrita, por
al resistencia que oponen las partes blandas, es preciso recurrir a la maniobra
consistente en afrontar los fragmentos exagerando primeramente la angulación,
para buscar luego el contacto de ambos extremos y sin perderlos, realizar el
movimiento en sentido inverso, hasta restablecer el eje.

Cuando el tratamiento incruento no logra la reducción o su mantenimiento y se


producen desplazamientos secundarios, o si por el tipo de fractura el tratamiento
incorrecto es el éxito improbable, estará justificadas la reducción a ciclo abierto y
la osteosintesis considerándose actualmente como medio más efectivo las placas
compresivas atornillas o los enclavados medulares con implantes de Kuntsher
Ruch. En caso apropiados se hará en enclavijado o cielo cerrado a favor del
empleo del intensificador del imágenes.

Complicaciones y secuelas
Con gran frecuencia obedecen a defectos de tratamiento. Merecen citarse, por su
importancia.

Síndrome de Volkmann, ya explicado anteriormente. Con todo conviene señalar


que la mejor profilaxis de este cuadro isquémico, consiste en obtener buenas
reducciones fructuarias, vigilar estrictamente el estado circulatorio del miembro
durante los primeros días y tratar inmediatamente y en forma adecuada cualquier
alteración que sobrevenga.

Retardos de consolidación y seudoartrosis. En los niños, las fracturas del


antebrazo consolidan en unas 6 semanas, mientras que en los adultos los plazos
son mayores, en particular cuando el trazo asienta en la unión de los tercios medio
e inferior, por las deficiencias de irrigación que suelen existir a ese nivel. Estas
complicaciones se previenen manteniéndose de consolidación. Instalada la
seudoartrosis, se la tratará quirúrgicamente (osteosintesis rígida con o sin injerto
óseo asociado).

Vicioso de consolidación, pueden consistir en:


Desplazamiento residuales, los cabalgamientos mayores de 2 cm las angulaciones
que disminuyen la incurvación del radio, las que estrechan el espacio interóseo y
la diferente rotación de los fragmentos obligan a practicar osteotomías con o sin
osteosíntesis consecutiva.

Sinostosis radiocubital por osificación de un hematoma intermedio y comunicante


con ambos focos, bloquea la pronosupinación, por lo que extirpará el puente óseo
en forma amplia y se interpondrá fascia para impedir nuevas fusiones.

Fractura de Monteggia
Se trata de una fractura luxación cuyos componentes son: fracturas de la diáfisis
cubital en su tercio superior o en la unión de este con el tercio medio, luxación de
la cabeza del radio y arrancamiento o rotura del ligamento anular.

Su frecuencia es algo menor del 2% dentro del conjunto de fracturas del


antebrazo. Son consecutivas, habitualmente a la acción de traumatismo directos,
(caída, choque) que fracturan el cubito y determinan luego la luxación del radio,
aunque otras veces esta obedece a un mecanismo indirecto (apoyo la mano, una
vez producida la fractura).

Existen dos variedades principales según el sentido de los desplazamientos:

1º en extensión, que presenta angulación de vértice anterior o anteroexterno de la


fractura cubital y luxación anterior de la cabeza del radio, es la lesión más común y
2º tipo llamado en flexión, mucho menos frecuente que la anterior (10 al 15% de
los casos) y caracterizada por fracturas del cubito con angulación de vértice
posterior y luxación posterior de la cabeza del radio la que también a veces se
fractura.
Síntomas
El paciente se presenta con el antebrazo ligeramente flexionado cuando la lesión
es en extensión, mientras que la flexión alcanza o sobrepasa los 90º en la otra
variedad. La tumefacción adematosa con o sin equimosis predominará en el lado
externo del codo y en el tercio superior de la cara posterior del antebrazo. En la
región subcondilea externa del húmero habrá aumento del diámetro antero
posterior. Cuando el edema no es grande la palpación revelará la ausencia de la
cúpula radial en su localización normal o la identificará por delante y arriba o por
debajo y atrás de la paleta humeral, pequeños movimientos pasivos de
pronosupinación ayudarán a ubicarla. El dolor provocado por palpación será mas
intenso en la zona anteroextermina de la articulación del codo y a nivel de la
articulación radio cubital superior.

En la cara posterior del antebrazo podrá apreciarse la angulación del foco


fructuario, dolor localizado y en ocasiones, crepitación ósea. El movimiento de
flexión extensión del codo estará limitado pero la repercusión será siempre mayor
para la pronusupinación. El examen radiográfico efectuado con las precauciones
ya señaladas en el capitulo anterior, permitirá caracterizar debidamente la lesión.

Pronóstico
Estas lesiones plantean múltiples problemas, por las dificultades que ofrecen su
tratamiento, y por la frecuencia de complicaciones y secuelas, con su inevitable
cortejo de resultados mediocres y malos. Son numerosos los factores que se
oponen al éxito, irreductibilidad o incorecibilidad primaria de uno o ambos
componentes desplazamientos secundarios, consolidación deciente o
seudoartorsis de la fractura cubital. Rigidez de la articulaciones del codo y radio
cubital superior, osificaciones periarticulares del codo, sinostosis radio cubital,
subluxación o luxación del extremo inferior del cubito, rigidez de la muñeca, etc.
Las fracturas del tipo en extensión son de más difícil reducción y mayor
inestabilidad que las del tipo en flexión, aunque su pronóstico funcional es más
favorable, especialmente en los niños.

Tratamiento
En la variedad en extensión previa anestesia se intentará la reducción incruenta
con tracción y contracción y maniobras manuales, tratándose de corregir la
angulación del cubito y en forma más o menos simultánea la luxación radial. Se
movilizará con yeso braquipalmar colocando el codo en 90º de flexión.

En el tipo de fractura en flexión la inmovilización se hará mediante un yeso en


extensión. Se realizará controles radiográficos periódicos para objetivar los
posibles desplazamientos secundarios.

Serán tributarios de la cirugía los casos que no pueden ser bien reducidos o
contenidos por procedimientos incrementos, los que sufren desplazamientos
secundarios y aquellos con fracturas ahocicadas de la cabeza o cuello del radio.
Se fijará la fractura del cubitos con clavaje medular o placa atornilladas, y la
cabeza del radio se restituirá a su lugar con maniobra manuales debiéndose
extirpar si esta fracturada.

Fractura de Galeazzi
Un traumatismo que actúe sobre la mitad distal del radio puede facturarlo en la
unión de los tercios medio e inferior y provocar a su vez una luxación radiocubital
inferior, es la llamada lesión de Galeazzi. La fractura es el trazo oblicuo o
trasversal y sufre cabalgamiento desplazamiento lateral y angulación del vértice
interno, la cabeza del cubito se luxa hacia abajo o atrás, con rotura o
arrancamiento de los ligamentos radio cubitales y del fibrocartílago triangular.
Síntomas
Son los de una fractura aislada del radio, y se destacan la desviación radial de la
mano y la sapiencia del extremo cubital luxado.
Pronóstico
La reducción suele ser a veces dificultosa, pero sobre todo se caracteriza por su
inestabilidad, son comunes los desplazamientos secundarios dentro del yeso por
acción muscular.

Tratamiento
Se intentará la reducción incruenta, colocando el codo en ángulo recto, antebrazo
en pronación intermedia y muñeca, en aducción. Yeso braquipalmar. Debe
controlarse con radiografía inmediata, y luego cada semana. Si la reducción inicial
no es anatómica o más adelante se produce la angulación del radio, podrá
intentarse su corrección aplicando extensión continua o bien realizando la
reducción abierta y osteosintesis con un tornillo si el brazo es oblicuo y placa y
tornillos, o por el contrario clavaje medular si es transversal. La inmovilización
enyesada postoperatoria debe ser prolongada (3 meses) debido a las dificultades
de consolidación que ofrecen estas fracturas y que hacen aconsejables asociar el
injerto óseo a la osteosintesis.

Las secuelas más frecuentes además de los retardos de consolidación y seudo


artrosis, son las que derivan de correcciones deficientes de los desplazamientos
facturarios y de la persistencia de la luxación radio cubital inferior. En este último
caso, la solución consistirá en resecar las extremidades inferiores del cubito, para
liberar la pronusupinación (operación de Darrach). Las angulaciones residuales
exigirán osteotomías correctoras, fijación interna e injerto.

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