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UNIVERSIDADES DEL BIENESTAR

BENITO JUAREZ GARCIA

PLANTEL TIERRA COLORADA

MATERIA: ORTOPEDIA Y
REHABILITACION

RESUMENES FRACTURAS MIEMBRO


SUPERIOR E INFERIOR

ALUMNO: DANIEL ALEJANDRO


HERNANDEZ SANCHEZ

GRUPO: 908
FRACTURAS Y LUXACIONES MÁS COMUNES DEL MIEMBRO SUPERIOR.

PATOLOGÍA TRAUMÁTICA DEL CODO


La región del codo comprende la extremidad distal del húmero y las proximales del
cubito y el radio, con las articulaciones que las relacionan. Es importante para la
correcta interpretación de las radiografías en los niños recordar la secuencia de
aparición de los núcleos de crecimiento. Para facilitar el diagnóstico, resulta útil
realizar radiografías bilaterales comparativas.

FRACTURA SUPRACONDILEA DEL HÚMERO


Es la fractura que compromete al tercio distal del hueso. Si bien a este nivel los
trazos de fracturas pueden ser variados dando gran número de combinaciones; la
más frecuente es aquella donde la línea de fractura se dispone en forma
transversal al eje del hueso inmediatamente proximal a las masas óseas de la
tróclea y el cóndilo. Puede producirse tanto en niños como en adultos, siendo en
los primeros una de las fracturas más frecuentes.
La clasificación de Gartland
presenta 4 tipos: Tipo I desplazada menos de 2 mm. Tipo II desplazada más de 2
mm. Con cortical posterior sana y desprendimiento perióstico anterior. (Abertura
anterior). La Tipo III presenta ruptura de ambas corticales y del periostio anterior,
con desplazamiento rotatorio en la Rx. de frente. La Tipo IV presenta rupturas
completas de ambas corticales y periostio y se caracteriza por ser inestable
multidireccionalmente.
FRACTURA SUPRACONDILEA SUPERIOR
Es la más frecuente y reconoce como mecanismo de producción una caída con el
brazo y la mano en extensión. El paciente concurre a la consulta con el codo en
extensión intermedia de 130° y con gran tumefacción y borramiento de los relieves
óseos. Por este motivo, es importante corroborar la persistencia del triángulo de
Hueter: con el codo en flexión, los vértices de este triángulo equilátero son el
olécranon, la epitroclea y el epicóndilo.

La fractura supracondílea representa una de las fracturas más importantes debido


a las posibles complicaciones vasculares que puede originar. Cuando existe un
desplazamiento significativo, la arteria humeral puede lesionarse o contundirse
entre los fragmentos, por lo que siempre debemos explorar la circulación distal y
buscar el pulso radial y la eventual presencia de palidez, frialdad, parestesias,
parálisis o dolor en el territorio del antebrazo y mano.
Se deben de comprobar los grados de la fractura, debe realizarse la reducción
bajo anestesia general, ejerciendo tracción en el eje del miembro, llevando luego
al codo a la flexión. Esta posición es la que facilita la inmovilización y estabiliza la
fractura una vez reducida. Inmovilizamos luego con una valva posterior de yeso
(nunca debemos confeccionar yesos completos en las lesiones del codo en el
período agudo, por el grave riesgo del edema posterior y el consiguiente aumento
de presión tisular). (Síndrome compartimental Volkmann).

FRACTURA SUPRACONDÍLEA ANTERIOR


Son mucho menos frecuentes que las posteriores. El mecanismo de producción
consiste en una caída sobre el codo en flexión: el desplazamiento será anterior. El
trazo de fractura también será oblicuo pero en este caso estará orientado de atrás
hacia adelante y de abajo hacia arriba.

Debe tenerse especial cuidado con el desplazamiento rotatorio de los fragmentos


distales, el que es difícil de detectar y posteriormente provocará secuelas de codo
valgo o varo. Son fracturas que siempre consolidan con 4 a 6 semanas de
inmovilización. Es importante tener presente que en los niños no está indicado
ningún tipo de fisioterapia ni movilización kinésica posterior.

FRACTURA SUPRACONDÍLEA EN EL ADULTO


Se ve con menos frecuencia que en el niño: suele observarse la presentación de
un trazo supraintercondíleo ocasionado por la impacción de la apófisis coronoides
del cubito en la paleta humeral. Los trazos pueden ser en "Y", "V", "T" o
conminutos, siendo el trazo transversal supracondíleo único, común en el niño y
muy raro en el adulto.
RETRACCIÓN ISQUÉMICA DE VOLKMANN
Se produce generalmente como consecuencia de una fractura supracondílea del
codo por lesión o compresión de la arteria humeral por los fragmentos óseos y es
la complicación más grave de la misma. También puede desarrollarse como
complicación de yesos o vendajes ajustados o ser consecuencia de compresión
de dentro a afuera o de síndromes compartimentales secundarios a hematomas o
fracturas de antebrazo, cateterizaciones de la humeral, que producirán isquemia
por compresión arteriolar y obstrucción del drenaje venoso. El verdadero
condicionante de la lesión será el traumatismo de las partes blandas y el
consecuente espasmo o lesión vascular.
La fisiopatología de la lesión no es una obstrucción arterial total, sino el deterioro
parcial de dicha circulación, sumado a la obstrucción venosa. Si al cabo de 6 u 8
horas no se reestablece la vascularización por no ceder el espasmo y no
establecerse la circulación colateral, se produce el infarto muscular.

FRACTURAS DE LA EPITROCLEA
La epitroclea se desprende del resto de la paleta humeral por la tracción ejercida
por el ligamentocolateral y los músculos epitrocleares, por un mecanismo de valgo
en una caída con el codo en extensión y la mano en supinación. Se reconocen
cuatro grados, según la magnitud del desplazamiento:
Grado 1: desprendimiento.
Grado 2: desplazamiento.
Grado 3: inclusión intraarticuíar de la epitróclea.
Grado 4; inclusión + luxación externa del codo.
El concepto más importante acerca de esta lesión es recordar que la fractura es
una lesión más, asociada a un esguince grave del codo con lesión de los tejidos
blandos e inestabilidad articular.

FRACTURAS DEL CÓNDILO EXTERNO


Se producen por compresión del radio sobre el cóndilo humeral ante una caída
sobre la mano extendida. Por este mecanismo es frecuente la asociación de estas
fracturas con lesiones de la cúpula radial. También se denomina fractura de la
eminencia capitata.
Lo más frecuente es que se trate de un fragmento único y grande, que muchas
veces incluye pequeñas porciones de la tróclea.

FRACTURAS DEL OLÉCRANON


Son frecuentes en adultos e incluso en niños, (no confundirse con la línea
fisaria).El mecanismo es un traumatismo directo por caída sobre el codo,
produciéndose desplazamientos por tracción del tríceps. Se dividen en tres tipos.
Su tratamiento es quirúrgico. Si el trazo fracturarlo asentara en menos de un tercio
de la superficie del olécranon con poco desplazamiento, se realizará la resección
del fragmento y la reinserción del aparato extensor. En los casos con mayor
desplazamiento está indicada la reducción abierta y la osteosíntesis.

Se producen por el mismo mecanismo descripto para las fracturas de la cúpula


radial, sin o conndesplazamiento variable.Cuando el desplazamiento es menor a
20° de angulación, se inmovilizará con un yeso braquiopalmar en supinación. Si la
angulación es mayor, lo ideal será la reducción quirúrgica realizando micro-
osteosíntesis. En los niños, el equivalente es la fractura fisaria y valen las
consideraciones terapéuticas precedentes.

Prono doloroso: Se observa en los niños. Corresponde a una subluxación de la


cúpula radial cartilaginosa, deslizándose por fuera del ligamento anular. Ocurre
como consecuencia de una tracción brusca del brazo al querer levantar al niño
traccionando desde su miembro superior, parte distal. Al producirse el
desplazamiento, el codo nqueda bloqueado en flexión y pronación, y cualquier
intento de movilización resulta muy doloroso.
Puede presentarse en niños de 2 a 6 años, si bien puede verse en menor edad y
en deportistas jóvenes.
LUXACIÓN ANTERIOR DEL CODO
Es una forma muy rara de presentación. Reconoce su origen en una fractura del
olécranon que condicionará el desplazamiento de los huesos del antebrazo hacia
adelante, por tratarse de una lesión muy inestable. En estos casos deberá
realizarse la osteosíntesis de la fractura y reducir la luxación, comprobando su
estabilidad, para inmovilizarla.
FRACTURAS DEL ANTEBRAZO
Las fracturas de los huesos del antebrazo representan una de las lesiones más
comunes, sobre todo en los niños y más aún en los adultos jóvenes. Lo más
frecuente es la fractura de los dos huesos del antebrazo, ocasionada por un
mecanismo indirecto como la caída sobre la mano, ya sea en dorsiflexión o en
flexión palmar.
Por lo general puede decirse que cuando se fractura el cubito se producirá la
angulación del mismo, mientras que la fractura del radio condicionará su propia
rotación.
El pronador redondo es el principal responsable de estos desplazamientos y por lo
tanto de la alteración del espacio interóseo, que siempre debemos conservar
normal para que no se altere la pronosupinación.
LESIÓN DE MONTEGGIA
Es la luxo fractura del antebrazo más característica y frecuente. Descripta en
1814 en la era preRoentgen. Se trata de fractura del tercio proximal del cúbito
asociada a luxación de la cúpula radial.

LESIÓN DE GALEAZZI
Se trata de la asociación de una fractura de la diáfisis del radio en su tercio distal
con la luxación del extremo distal del cubito, alterándose por lo tanto la
articulación radiocubital inferior o distal.
El tratamiento consistirá en la reducción quirúrgica del radio, colocando placa
bloqueada y tornillos como medio de osteosíntesis. Lograda la reducción del radio
y, la reducción de la articulación radiocubital distal, la reparación ligamentaria
puede ser espontánea; general-mente requiere reparación quirúrgica de los
ligamentos de las articulaciones radiocubital distal y cúbito carpiana con su
ligamento triangular.
Fractura de Pouteau-Colles (5-5’)
Es la de mayor frecuencia. Se trata de una fractura de la epífisis distal del radio,
cuyo trazo es transversal al eje mayor del hueso, localizada a 2,5 cm. de la
interlínea articular. Se produce como consecuencia de una caída sobre la palma
de la mano, observándose el desplazamiento dorsal del fragmento distal, lo que le
da la imagen clásica de perfil en "dorso de tenedor".

Fractura de Goyrand-Smith
Se la denomina también como fractura de Pouteau-Colles invertida, ya que el
mecanismo de
producción es inverso, es decir, caída sobre el dorso de la mano. Presenta, por lo
tanto, la deformidad inversa clínica y radiológicamente. El fragmento distal se
desplaza hacia palmar.
Es importante tenerlo en cuenta al realizar la reducción e inmovilización que en
principio va a requerir de los mismos procedimientos descriptos para la fractura de
Colles, pero la posición de inmovilización va a ser inversa, conservando la muñeca
en desviación cubital y en dorsiflexión y no en flexión palmar.
Es una complicación que se observa con cierta frecuencia en las fracturas de la
muñeca, si bien puede verse como consecuencia de cualquier lesión del miembro
superior o inferior. Se relaciona con el seguimiento postoperatorio del paciente, su
personalidad, actitud de colaboración y aprensividad. Con uno sólo de los
síntomas, como la “osteoporosis moteada” en la radiología, no se puede hacer el
diagnóstico, ya que ésta es muy frecuente en las articulaciones inmovilizadas por
cierto tiempo.
NECROSIS ASEPTICA DEL POLO PROXIMAL DEL ESCAFOIDES
Es la complicación previsible de las fracturas que asienten en esa porción del
hueso, por compromiso de la vascularización. Detectada la necrosis, está indicada
la resección del fragmento comprometido más una artrodesis intercarpiana para
evitar la desorganización del carpo ("Four corners arthrodesis”).

FRACTURAS DE OTROS HUESOS DEL CARPO


Extremadamente raras, por lo general son parcelares y corresponden a
arrancamientos de las inserciones ligamentarias ocasionadas por mecanismos de
hiperextensión o hiperflexión de la muñeca. Tanto es así que es muy difícil
individualizar a qué hueso corresponde el fragmento. (Recurrir a la TAC). Son
benignas y se resuelven con inmovilización enyesada por 3 ó 4 semanas. Las
fracturas del hueso grande, piramidal, trapecio y ganchoso son poco frecuentes y
corresponden al Especializado en Cirugía de la mano.
Luxaciones del carpo
La luxación más frecuente es la del semilunar en forma aislada, pero a veces éste
puede ser acompañado por otros huesos del carpo o fragmentos de estos,
principalmente del escafoides. Todas las formas de luxaciones reconocen el
mismo mecanismo de producción: una fuerza violenta que lleve la mano en
hiperextensión (caída sobre la palma de la mano o dorsiflexión brusca de la
misma). En esta posición se produce la ruptura de los ligamentos, llevando al
hueso grande y a los metacarpianos hacia el dorso del semilunar, siendo éste
empujado en dirección palmar.

ENFERMEDAD DE KIENBOCK
Puede verse la necrosis avascular del semilunar también sin antecedentes de la
luxación del mismo, ocasionada principalmente por traumatismos repetidos de
muñeca. Es frecuente en adultos jóvenes que realizan trabajos manuales con
taladros o martillos neumáticos, carpinteros, etc. También puede ser espontánea.
La radiología es demostrativa en los estados más avanzados.
LUXACION CARPOMETACARPIANA
Es una lesión rara; por lo general compromete a varios metacarpianos a la vez,
luxándose éstos hacia el dorso del carpo. Pueden luxarse los cuatro últimos, pero
el comportamiento de la lesión es diferente en el 2º y 3º, que en los dos últimos.
En los primero hay cierta estabilidad, pero dado que es una articulación casi
inmóvil, se aconseja la artrodesis carpometacarpiana primaria.
LUXACION CARPO METACARPIANA DEL PULGAR
Es el resultado de una abducción forzada de! pulgar que produce la luxación del
primer metacarpiano sobre el trapecio. Se debe reducir mediante tracción del
pulgar y luego inmovilizar con un yeso antebraquipalmar similar al utilizado para
las fracturas del escafoides, con inclusión del pulgar, durante 3 ó 4 semanas.
Puede agregarse osteodesis percutánea con alambre de Kirschner.

LUXACION FRACTURA DE BENNET


Reconoce como mecanismo más frecuente a la abducción forzada del pulgar, pero
también puede producirse como consecuencia de una caída o un golpe con el
puño cerrado, actuando la fuerza sobre el eje del dedo. (Boxeadores).
La deformidad de la zona puede ser muy evidente y orientarnos hacia el
diagnóstico correcto, pero a veces el importante edema la hace menos notoria.
Figura. La lesión asienta en la articulación trapeciometacarpiana, presentando una
fractura intraarticular cuyo trazo se orienta en forma oblicua, de forma tal que el
fragmento interno triangular permanece unido al trapecio y base del segundo
metacarpiano mientras que el resto del metacarpiano, por acción del abductor
largo, se subluxa en sentido proximal.

LUXOFRACTURAS ARTICULARES
Aparte de la luxación e independientemente del tamaño del fragmento óseo, son
lesiones graves e
incapacitantes que requieren siempre tratamiento quirúrgico. (Osteosíntesis) . Se
puede intentar una tracción continua con dispositivos especiales por un mes. A
pesar de ello, muchas veces quedan secuelas graves con movilidad limitada y
dolorosa.

ESGUINCES
Existe también la posibilidad de producción de esguinces en estas articulaciones.
Por lo general, detectados a tiempo y tratados con inmovilización adecuada y
breve o mejor aún, solidarizando el dedo afectado al dedo vecino sano con tela
adhesiva y permitiendo la flexoextensión sin stress lateral; son de evolución
benigna. Al evaluar la estabilidad de la articulación MCF de los cuatro últimos
dedos, el bostezo debe buscarse en 90° de flexión MCF. Las rupturas más
importantes de los ligamentos, a veces también acompañadas de avulsiones
óseas, requieren tratamiento quirúrgico, sobre todo si comprometen el ligamento
colateral cubital metacarpofalángico del pulgar.

FRACTURAS Y LUXACIONES MÁS COMUNES DEL MIEMBRO INFERIOR

CADERA: FRACTURAS DEL CUELLO DE FÉMUR.


Se incluye en esta denominación las fracturas del cuello anatómico, del macizo
trocantérico y del cuello quirúrgico (cervicodiafisarias).
La mayor frecuencia se presenta en el sexo femenino, aumentando en el período
posterior a la menopausia debido a cambios endocrinos que favorecen la
osteoporosis. Se presenta a cualquier edad; la incidencia aumenta alrededor de
los 45 años, haciéndose máxima entre los 60 y 80 años.

Etiología y Patogenia
El mecanismo de producción de las fracturas es traumático directo o indirecto,
favorecido por factores como la edad y aquellos que debilitan o alteran la trama
ósea. El mecanismo directo más frecuente es la caída sobre la región del trocánter
mayor. El mecanismo indirecto más frecuente se observa por una rotación con el
pie apoyado y torsión del cuerpo hacia el lado opuesto, especialmente en
personas ancianas; también en aquellas caídas desde alturas, golpes en acción
vertical sobre pies o rodillas, traumatismos de alto impacto, fuerzas de
cizallamiento, etc.
Clasificación
La basaremos en la fisiopatología, pronóstico y terapéutica, formando así dos
grupos:
1) Fracturas mediales intracapsulares: comprenden los trazos subcapitales y
transcervicales, (corresponden al cuello anatómico).
2) Fracturas laterales extracapsulares que involucran el macizo trocantérico y eí
cuello quirúrgico; comprenden los trazos basicervicales, pertrocantéricos o
transtrocantéricos y subtrocantéricos.

Tipo I: Trazo de fractura con ángulo inferior 30 grados con respecto a la horizontal;
es una fractura en valgo, la fuerza de carga procede a aplicar la cabeza del fémur
sobre su cuello. Tipo II: Trazo de fractura con ángulo de 50 grados la cabeza del
fémur se desliza en varo al no recibir resistencia en la parte inferior del cuello.
Tipo III: Trazo de fractura con ángulo aproximado a 70 grados; la cabeza se vuelca
hacia adentro y las fuerzas de cizallamiento tienden a abrir el foco de la misma.
El Tipo I es el de mejor pronóstico ya que puede habitualmente conservar la
circulación de la cabeza femoral.
El Tipo II y III son de mal pronóstico (peor el III).
Garden ha clasificado las fracturas intracapsulares en un ordenamiento muy útil
para la decisión táctico-terapéutica en cuatro tipos, (Fig.3):
-Tipo 1: Fractura incompleta. Es la fractura en valgo; si no se contiene mediante
tratamiento de osteosíntesis, se puede desplazar secundariamente.
-Tipo 2: Fractura completa sin desplazamiento. La cortical está rota, pero el
fragmento proximal no se ha desplazado en ningún sentido. De no contenerse
mediante osteosíntesis, puede ocurrir desplazamiento secundario.
-Tipo 3: Fractura completa con desplazamiento parcial. Es la más frecuente, según
Garden; se reduce simplemente rotando hacia adentro el fragmento distal, sin
traccionar.
-Tipo 4: Fractura completa con desplazamiento total. Los fragmentos están
totalmente desvinculados uno del otro. La cabeza femoral que está suelta se
conserva en posición normal, pero su irrigación queda muy comprometida.
FRACTURAS DEL CUELLO FEMORAL EN LA INFANCIA.
F.Clasificación de Delbet-Colonna
-Tipo I: Transfisaria. Muy alto porcentaje de osteonecrosis. De 0 a 100%.
-Tipo II: Transcervical. Decrece el porcentaje.
-Tipo III: Cérvicotrocantérea. De o a 33% de riesgo de NAV
-Tipo IV: Transtrocantérea. Muy bajo riesgo de NAV Son fracturas muy serias que
suelen complicarse con la necrosis avascular. Deben de ser operadas de
urgencia. De ello y de la calidad dela reducción y de la síntesis depende en gran
parte la aparición de la necrosis.
FRACTURAS DE LA DIÁFISIS FEMORAL.
-FRACTURAS SUBTROCANTEREAS
Se definen como las que se ubican entre el límite superior del reborde inferior del
trocánter menor y el límite inferior se ubica a 5 cm a distal del primero (Zona
Subtrocantérica). Clasificación de Seinsheimer F.
-Tipo I: no desplazadas o con menos de 2 mm de desplazamiento.
-Tipo II: (en dos partes): A) Transversales. B) transversales con trocánter menor
unido al fragmento proximal y C) transversales con trocánter menor unido al
fragmento distal.
-Tipo III: (en tres partes). A) configuración en espiral en tres partes con el trocánter
menor formando parte del tercer fragmento. B) configuración en espiral de tres
partes con un fragmento en ala de mariposa como tercera parte.
-Tipo IV: Conminuta con 4 o más fragmentos
-Tipo V: Subtrocantérea-intertrocantérea.
LUXACION TRAUMATICA DE LA CADERA
Lesión grave que puede ser pura o combinada con una fractura de la ceja
cotiloidea o de la cabeza femoral.
La lesión del ciático mayor es una complicación seria. La causa suele ser un
traumatismo violento y no es raro encontrar otras fracturas asociadas. El
diagnóstico es clínico: el miembro aparece acortado y en flexoaducción.
El estudio radiológico de la pelvis de frente es fundamental. No obstante la TAC
puede ser determinante por las lesiones asociadas. El tratamiento es urgente.
Bajo anestesia general se reduce la luxación con maniobras incruentas de
tracción. En caso de fracturas asociadas deben reducirse y fijarse
quirúrgicamente. La complicación más temible y que puede aparecer hasta cinco
años después es la NAV.

FRACTURAS DE LA DIAFISIS FEMORAL.


A) Adultos
Son fracturas importantes, que requieren para producirse un traumatismo de alta
energía (excepto las patológicas). El hematoma fracturario puede llegar a 1500 a
2000 cc. Son shockantes y tienen una mortalidad de cierta importancia. No nos
referiremos aquí a las posibles lesiones asociadas ni al tratamiento de
estabilización hemodinámico, sino al de la fractura en sí. Hablaremos de lesiones
cerradas. El primer tratamiento es la tracción esquelética trans-TAT en férula
ortopédica para evitar el acortamiento muscular, alinear los fragmentos y aliviar el
dolor. Una vez en condiciones se procede al tratamiento quirúrgico. Puede
hacerse osteosíntesis con placa y tornillos.
Niños:
Para menores de 6 meses se usa un arnés de Pavlik que mantiene ambos
miembros inferiores abducidos. Entre 1 y 6 años se manejan bien con un yeso
pelvipédico con la rodilla y cadera a 90º. A veces se trata de traumatismos de alta
energía y el yeso debe diferirse hasta la estabilización con una tracción de partes
blandas al cenit llamada tracción de Bryant en marco balcánico (partes blandas o
esquelética). Se difiere el yeso si la fractura es muy inestable hasta lograr cierto
callo osteoide.
En casos especiales puede ser mejor la osteosíntesis (por ejemplo niños obesos
por el manejo de enfermería y familiar). Hasta esa edad (1 a 6 años).

FRACTURAS DE LA RODILLA
La principal causa de estas lesiones corresponde a los traumatismos directos y,
dentro de ellos, a los producidos por los accidentes de tránsito, debido a que esta
articulación es la más expuesta en estas ocasiones. Dividiremos el estudio de las
fracturas según sus componentes:
1. Fractura de los cóndilos femorales.
2. Fracturas de los platillos tibiales.
3. Fracturas de la rótula.

FRACTURA DE LOS CÓNDILOS


FEMORALES
-Mecanismo de producción
Choque contra objeto. Caída de cierta altura con la rodilla flexionada. Impacto
directo sobre rótula y zona intercondílea.
-Clínica: Dolor Impotencia funcional Alteración de los ejes (principalmente varo o
valgo). Tumefacción. Hemartrosis. Complicaciones: descartar las siguientes
lesiones; ligamentos articulares (cruzados y laterales). Heridas o escoriaciones.
Fractura expuesta. Complicaciones Vasculares (compresión de la arteria poplítea):
controlar de cerca la irrigación del miembro. Nerviosa (lesión del tronco del nervio
ciático o sus ramas).

Tratamiento
-Unicondíleas
a) Sin desplazamiento: Bota alta de yeso
b) Desplazadas: Osteosíntesis con tornillos. La
osteosíntesis preserva la función del miembro
Tanto las bicondíleas como las unicondíleas
corren el riesgo de la rigidez articular por la fibrosis
cicatrizal a nivel subcuadricipital, ligamentario y capsular: debido a esto, es de
gran importancia la
movilización precoz de la rodilla. En cuanto al
apoyo, éste debe postergarse hasta la consolidación (tercer mes); cumplido este
tiempo, se comienza a deambular con descarga (muletas, bastones) durante 15
días; mediante controles clínicos
y Rx se determinará la marcha sin descarga.
-Supracondíleas o supraintercondíleas:
a) Sin desplazamiento: Habitualmente se realiza un enyesado, pero debido al tipo
de yeso correspondiente (pelvipédico), muchos cirujanos prefieren el tratamiento
quirúrgico como en "c").
b) Conminutas: Han sido tratadas con tracción esquelética y enyesado desde
hace varios años, pero, pero con el concepto moderno del tratamiento de las
fracturas articulares de la AO, se operan todas.
c) Desplazadas: Reducción quirúrgica y osteosíntesis con placa de modelado
condíleo; clavo-placa tubo. Placa lateral bloqueada condílea.
Secuelas: Consolidación viciosa.
Rigidez.
Artrosis.
Parálisis del CPE.
Discrepancia de longitud de miembros.
FRACTURAS DE TIBIA Y PERONE DIAFISIARIAS.
Las fracturas traumáticas de la diáfisis tibial son las más comunes de los huesos
largos. (2 fracturas cada 1000 personas). El peroné diafisario no es importante y
no se lo trata. No necesariamente se produce por un traumatismo de alta energía.
Puede ocurrir en un traumatismo poco violento. Las abiertas o expuestas son una
verdadera urgencia médica. Las cerradas en general se diagnostican fácilmente
por el dolor, la imposibilidad de deambular y la deformación, excepto en las no
desplazadas o en las producidas por fatiga (son líneas fisurarias incompletas. Se
producen por sobreesfuerzo o fatiga; se diagnostican por la clínica, el dolor Rx. Y
centellografía.
LESIONES LIGAMENTARIAS DEL TOBILLO
FRACTURAS DEL TOBILLO
"Conociendo el mecanismo de producción de una fractura lograremos su
reducción de manera más eficaz". En la anatomía funcional del tobillo debemos
recordar los movimientos fundamentales: Inversión y Eversión. Ambos están
compuestos por otros movimientos que se desarrollan a nivel de la articulación
subastragalina y la articulación de Chopart.

Clasificación de las fracturas del tobillo


Una clasificación es útil cuando nos permite ubicarnos en el tipo de lesión y
orientarnos en el tratamiento correspondiente. Nos manejamos habitualmente con
dos clasificaciones:
a) Lauge-Hansen.
b) Weber.

ESGUINCES DE TOBILLO
Tenemos tres tipos de lesiones: leve, moderada y grave; estos grados son
proporcionales a la afección del ligamento peróneoastragalino. Las posibilidades
terapéuticas son:
a) Leve: dolor, impotencia funcional, edema regional leve. Tratamiento:
antiinflamatorios, hielo local (24hs), vendaje 21 días.
b) Moderado: Su clínica y tratamiento son de grado intermedio entre los otros
dos.
c) Grave: dolor, impotencia funcional, importante edema y hematoma
perimaleolar.Tratamiento: bota de yeso entre tres y cuatro semanas. En casos
donde el test de inversión forzada muestra en la Rx desplazamiento del astrágalo,
es necesario la cirugía, para suturar los ligamentos e inmovilización enyesada. Es
muy importante la RM para observar las lesiones del cartílago articular.
FRACTURAS DEL PIE
1. Fracturas y luxaciones de las falanges Constituyen la lesión más común del
antepie.
La causa suele ser directa. Las más importantes son las del hallux. Pueden
requerir cirugía. En otros casos, bota de yeso con taco de marcha protongada
hasta la parte distal del dedo u ortesis Walker.
Las fracturas de los otros dedos se tratan adosando el dedo fracturado al sano con
tela adhesiva durante un mes. La cirugía es excepcional.
Las luxaciones IF se reducen por tracción manual y se inmovilizan de la misma
manera.

Fracturas del Calcáneo


Son fracturas comunes e importantes por la gran incapacidad que dejan (pérdida
del brazo de palanca para el Aquiles, trastornos en los arcos del pie,
ensanchamiento del retropie con dificultad para calzarse). Se pierde la movilidad
subastragalina y la posibilidad de invertir y evertir el pie. Souer y Remy las
clasifican en parciales o en pico de pato y en totales con hundimiento talámico.

Bibliografia
Manual de ortopedia y traumatología DR Carlos .AN. FIRPO

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