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EL CONCEPTO DE ACTO
Hemos dicho, en primer lugar, que el acto debe ser una declaración.-
Que el acto sea una declaración significa que él consiste, como ya se dijo, en la
exteriorización de una idea.-
El empleo genérico del término declaración permite incluir en su alcance tanto a los
actos que traducen una manifestación de voluntad, como a los que exteriorizan un juicio de
valor u opinión, o una simple constatación de hechos (009).-
La consideración del acto sólo como una manifestación de voluntad es ciertamente
discutible, no sólo porque las declaraciones de juicio o de conocimiento también son actos,
sino la también porque podría considerarse que la concurrencia, sin vicios, de la voluntad
psicológica del agente no es, necesariamente, un presupuesto indispensable, o un requisito,
para que el acto administrativo produzca los efectos que le son propios (010).-
La voluntad del agente, en efecto, no excede, en muchos casos, el marco de un mero
instrumento destinado a actuar objetivamente la “voluntad normativa” del ordenamiento,
siendo, en rigor, jurídicamente irrelevante la intencionalidad de quien la expresa.-
Tratándose de facultades prevalentemente regladas, en las que la actuación del órgano
está substancialmente predeterminada por la norma, la eventual afectación de la voluntad
psíquica del agente por un vicio, p. ej., de violencia, podría no gravitar para la existencia o
validez del acto (vgr. el otorgamiento de un beneficio previsional para quien acredite el
cumplimiento de los requisitos necesarios para su obtención: años de servicio, aportes, edad
mínima).-
Cabe puntualizar, sin embargo, que la L.N.P.A. parece otorgar significación jurídica a
la voluntad del agente en todos los casos, pues, al enunciar las causales determinantes de la
nulidad absoluta del acto se refiere, como a una de ellas, a la exclusión de la voluntad de la
Administración por error esencial (art. 14, inc. a), 1* parte).-
Esta circunstancia permitiría interpretar que la ley, siguiendo a Marienhoff, erige a la
voluntad del agente en un presupuesto indispensable para la existencia y validez del acto
(011).-
Desde esta perspectiva, la voluntad del órgano juega un papel distinto que los restantes
elementos –competencia, objeto, procedimiento, motivación, finalidad y forma–, siendo
éstos los medios que estructuran y condicionan la voluntad, la cual aparece, de este modo,
subsumida en aquéllos (012).-
La diferenciación entre la voluntad como presupuesto de la existencia y validez del
acto, y los elementos de éste como requisitos que la estructuran y condicionan, adquiere
singular gravitación en materia de invalidez, pues los vicios de aquélla y éstos juegan, como
se verá, en planos independientes.-
Esta cuestión no es una mera lucubración de gabinete, porque se registran dictámenes
de la P.T.N. en los cuales, enfocada una misma situación desde posiciones diversas –esto es,
atendiendo, o no, a la voluntad del agente como presupuesto– se extraen consecuencias
prácticas diferentes (013).-
El tema es, ciertamente, opinable, siendo de destacar que, en rigor, la fuente doctrinaria
declarada de la ley en la materia (014) gravita para categorizar a la voluntad como un
presupuesto indispensable de la existencia del acto (015).-
§ 001.A. DECLARACIÓN DE JUICIO DE VALOR O DE CONOCIMIENTO
Definir el acto por sus efectos jurídicos directos significa que no basta para que él se
configure, que la declaración emitida por el agente estatal pueda producir mediata o
indirectamente efectos jurídicos respecto de terceros.-
Por eso, el dictamen de un asesor letrado aconsejando una sanción disciplinaria
expulsiva para un empleado, o el informe técnico de una dependencia acreditando el estado
ruinoso de una propiedad, no son, en realidad, actos administrativos, porque aun cuando de
esas actuaciones pudieran derivarse, eventualmente. efectos jurídicos para el agente o el
propietario del bien, respectivamente, éstos serán consecuencia directa del acto decisorio que
acoge el criterio en aquéllos propiciado (030).-
La calidad de acto administrativo en sentido técnico queda reservada. de este modo, a
las decisiones que por sí mismas generan efectos jurídicos para los terceros, resultando
excluidos los actos que, no obstante producir efectos incluso directos en el ámbito interno de
la administración (vgr. un informe o dictamen vinculante), carecen de tales consecuencias en
el ámbito externo de ésta (031).-
Lo dicho no excluye que a la hora de resolver acerca de la validez o invalidez de alguno
de estos actos, deba acudirse, en ausencia de una regulación específica sobre ellos en esa
temática, a la aplicación analógica de las disposiciones inherentes al acto en sentido técnico.
La analogía es una técnica con la cual se salvan, precisamente, las singularidades propias de
la materia carente de regulación (032).-
Examinaremos a continuación supuestos que plantean dificultades. pues, aunque
producen efectos jurídicos, no cualquier clase de ellos es idónea para configurar el acto.-
Por lo pronto se excluyen los efectos sólo indirectos. Por tal motivo los dictámenes,
aun cuando sean de requerimiento obligatorio y, eventualmente, de efectos vinculantes, no
adquieren la condición de actos. El efecto jurídico debe ser directo, emerger del propio acto.-
La P.T.N. ha tenido ocasión de pronunciarse. señalando precisamente, la inidoneidad
del dictamen puesto en conocimiento del administrado para configurar un acto tácito (033).
Sin embargo. sostuvo también, que la notificación al administrado del contenido de un
asesoramiento emitido por el servicio jurídico competente, debe hacer considerar a tales actos
como “decisorios” sí fueren ordenados por el órgano facultado para decidir el fondo de la
cuestión (034).-
A nuestro juicio en ningún caso debería aceptarse la configuración de actos, como
derivación ele la notificación de dictámenes-sea ésta practicada por el órgano competente
para resolver, o no-, en tanto. en nuestra opinión, el acto tácito, sólo puede generarse a partir
de un acto expreso (035).-
Por terceros corresponde en tender, como ha propuesto Cassagne, a las personas físicas,
jurídicas privadas y públicas no estatales, y, también. a los agentes públicos cuando ellos son
afectados por la Administración en el ámbito de su relación de servicio (060).-
En esta última relación, en efecto, el agente estatal adquiere, frente al Estado,
sustantividad propia, al dejar de ser un medio técnico de expresión de su voluntad, para
adquirir la condición de un sujeto distinto y externo de él. Gravita, aquí. una vez más, el
propósito tuitivo que debe acompañar a la construcción de la teoría del acto administrativo
(061).-