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UNIVERSIDAD HIPOCRATES.

LICENCIATURA: MEDICO CIRUJANO.

UNIDAD DE APRENDIZAJE:
Fisiología 1.

TRABAJO:
TAREA.

TEMA:
Mecanismo de acción de hormonas glucocorticoides, la ciclosporina e
inmunodepresores.

DOCENTE:
Gustavo Moreno Noriega.

ALUMNO:
Carlos Eduardo Villanueva Ozuna.

SEMESTRE Y GRUPO:
1:F
HORMONAS GLUCOCORTICOIDES.
Los glucocorticoides son agonistas
altamente liposolubles, que difunden a
través de la membrana plasmática y se
unen al receptor ubicado en el citoplasma
celular.

Los glucocorticoides tienen tanto efectos


inductores como represores.

• Leve disminución de los niveles de inmunoglobulinas y de la


producción de anticuerpos.

• Linfocitopenia, por distribución de los linfocitos por los tejidos


linfoideos, predominantemente los linfocitos T.

• Interferencia en la interacción entre anticuerpo (IgG) y/o


complemento

• con la célula blanco, por alterar el receptor celular de superficie.

• Inhibición de la liberación y/o producción de linfoquinas (MIF, PAF)


que reclutan las células involucradas en la reacción inflamatoria.

• Inhibición de la quimiotaxis de neutrófilos y monocitosmacrófagos,


inhibiéndose la capacidad fagocitaria.

Los glucocorticoides forman parte de los esquemas


inmunosupresores para prevenir el rechazo de trasplantes y es
utilizado como tratamiento de elección en muchas de las
enfermedades autoinmunes (LES, Polimiositis, Glomerulonefritis).
CICLOSPORINAS.
La ciclosporina A (CsA) es un fármaco inmunosupresor utilizado
principalmente en trasplantes con el objetivo de evitar la reacción de
rechazo.

Mecanismo de acción

Se une a la ciclofilina formando un


complejo que inhibe a la calcineurina.
Esta proteína favorece la
desfosforilación y traslocación al
núcleo del factor NF-ATc, implicado en
la activación de linfocitos T.

Al inhibirse, no se activará el linfocito


T, impidiéndose la síntesis de ciertas interleucinas que intervienen en
la reacción de rechazo.

Efectos adversos

• Nefrotoxicidad: efecto adverso más común, reversible al suspender el


tratamiento

• Hipertensión: asociada a retención de sodio y líquidos

Conclusiones

• La absorción de la ciclosporina depende principalmente de la


glicoproteína P intestinal, lo que causa elevada variabilidad entre los
pacientes. Para mejorar esta limitación se han creado nuevas
formulaciones con sistemas autoemulsionables.

• La eliminación se lleva a cabo principalmente por metabolización en


el hígado por parte del CYP3A4. Esto causa interacciones con otros
fármacos cuando se administran de forma simultánea.

• Es necesario individualizar el tratamiento mediante la monitorización.

INMUNODEPRESOR.

Es una sustancia que disminuye la


respuesta inmunitaria del cuerpo.
Reduce la capacidad del cuerpo para
combatir las infecciones y otras
enfermedades, como el cáncer. Los
inmunodepresores se pueden usar para
impedir que una persona rechace un trasplante de médula ósea o de
un órgano. También se usan para el tratamiento de afecciones
caracterizadas por respuestas inmunitarias hiperactivas, como las
enfermedades autoinmunitarias y las alergias.

Anticuerpos mono y policlonales:

Los anticuerpos monoclonales están dirigidos contra las cadenas α y β


de los receptores de los linfocitos T, en función del lugar donde
centren su actuación tenemos los anticuerpos anti-CD3 como el OKT3,
que es de origen murino, los que actúan contra los receptores de la IL
- 2 como el basiliximab , que es de origen mixto, murino y humano. Los
anticuerpos policlonales actúan contra las células linfoides humanas
(timocitos, linfoblastos y células T periféricas) y se obtienen de
fracciones purificadas

de globulina γ , si el inmunógeno usado son linfoblastos obtenemos


globulina antilinfocítica (ALG) y si son timocitos será globulina
antitimocítica (ATG).

Aunque el mecanismo de acción tiene matices según cada tipo de


anticuerpos actúan impidiendo la acción de los linfocitos, bien por
bloqueo de sus receptores, bien por destrucción directa de los
mismos.

En el manejo clínico de los inmunosupresores hay que distinguir dos


aspectos: La terapia de inducción que es aquella que pretende
prevenir la aparición del rechazo y que se basa en la asociación de
varios inmunosupresores con el fin de aprovechar los diferentes
niveles donde cada agente actúa y poder reducir las dosis individuales
para evitar efectos secundarios, la combinación tradicional era la
asociación de corticoides, azatioprina y ciclosporina, aunque en estos
momentos se busca una terapia individualizada para cada órgano y
enfermo. El otro aspecto es el tratamiento del brote de rechazo,
conocido como terapia de rescate que se realiza básicamente con
corticoides a altas dosis, empleo de anticuerpos, o cambiando la
ciclosporina por tacrolimus o viceversa.

Tracolimus.
Es un antibiótico macrólido aislado del hongo Streptomices
Tsukabaensis. Se introdujo en 1988, y sus propiedades
inmunosupresoras son similares a las de la ciclosporina, pero más
potentes Su uso en la clínica se ha iniciado recientemente

en nuestro país, utilizándose


inicialmente en el control del
rechazo intratable, y tras varios
ensayos clínicos que demostraron
que disminuye la incidencia de
rechazo agudo y crónico está
iniciándose su introducción en las
terapias de inducción en algunos
trasplantes (hepático, por ejemplo).

Su mayor potencia inmunosupresora hace que


disminuya el número de brotes de rechazo y por lo tanto que
disminuya la dosis de corticoides y de anticuerpos (OKT3 y ATG) que
se administraban para controlar estos brotes, postulándose esto como
causa de la menor incidencia de infecciones que se observan en las
pautas que utilizan este inmunosupresor.

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