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ALGUNAS APRECIACIONES SOBRE EL CITOESQUELETO

Tras la lectura del apartado 4.6, del libro Biología, de Solomon Berg Martin, se
destaca la forma en que este autor realiza una descripción detallada de un
componente fundamental de las células, particularmente las eucarióticas, se trata
del citoesqueleto. El ensayo que se presenta a continuación, trata, en pocas
palabras, de establecer una reflexión sobre la composición del citoesqueleto,
enfatizando en su importancia para el funcionamiento celular, en lo que respecta al
movimiento y a su función como soporte interno de las células.

Para empezar, Solomon sostiene que el citoesqueleto debe ser percibido como
una especie de armazón, sin embargo, este armazón es dinámico, y está
relacionado con el movimiento celular. De igual forma, sostiene que esta
estructura está compuesta de distintos tipos de filamentos: microtúbulos,
microfilamentos y filamentos intermedios. Estas divisiones del citoesqueleto,
tienen a su vez divisiones más pequeñas, pues están compuestas de proteínas
globulares (en el caso de los microtúbulos y microfilamentos) y proteínas fibrosas
(en el caso de los filamentos intermedios).

Al empezar a detallar la forma de los microtúbulos, Solomon afirma que se tratan


de los filamentos más gruesos con los que cuenta el citoesqueleto, cumpliendo
funciones estructurales, es decir que ayudan a la célula a mantener su forma, pero
además se relacionan con la movilidad de los cromosomas al momento de la
división celular. Así mismo, los microtúbulos, se componen de la proteína tubulina.

Otro aspecto que llama la atención de los microtúbulos, es el hecho de estar


anclados en grupo a los llamados centros organizadores de microtúbulos.
También se ofrece una descripción pormenorizada de la composición de cilios y
flagelos; de los cilios se afirma que consisten “en un arreglo de microtúbulos 9 2
(nueve pares en la circunferencia y dos en el centro) rodeados por la membrana
plasmática; la proteína dineína mueve los microtúbulos formando y rompiendo
sucesivamente puentes cruzados sobre los pares de microtúbulos adyacentes.”
(Solomon, 2013, p. 100).

Entre tanto, los microfilamentos se describen como haces de fibra, que dan
soporte mecánico a distintas partes de la célula. Su composición a partir de las
proteínas miosina y actina, en interacción con el ATP, es la responsable la
contracción muscular.

Por último, los filamentos intermedios, son encargados de dar resistencia


mecánica y estabilidad a la célula, evitando que esta se estire demasiado ante
alguna fuerza externa. Su debilitación está asociada a problemas musculares y de
movilidad, que pueden ser mortales.

En conclusión, el citoesqueleto es un ejemplo latente de lo intrincado que es el


mundo celular, lo expuesto en estas pocas líneas, no es más que un breve
recuento en torno a un tema de suma complejidad, y además de un inmenso
atractivo científico, pues revela hasta dónde se puede profundizar en el
conocimiento de las células, sus estructuras, funcionamiento y desarrollo. A esto
debe agregarse el interés que despierta, no solo para el estudio particular de la
célula, sino para entender su relación con el movimiento, las enfermedades, el
bienestar del ser humano y todo lo que compromete a este pequeño universo, que
es el mundo celular.

Referencias

Solomon, E. (2013). Biología. McGraw Hill.

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