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Neurotransmisores

Capítulo 26
Equipo: 4
Resumen:
Los neurotransmisores son moléculas
que actúan como señales químicas
entre las células nerviosas
desencadenando una serie de efectos
en sus células diana a través de
receptores.
Cada vez es mayor el número de
moléculas que satisfacen los criterios
para ser neurotransmisores, y lo
mismo podría decirse de una lista
creciente de receptores diversos y
específicos.
Introduccion
Los neurotransmisores son moléculas que actúan a modo de
señales químicas entre las células nerviosas

Las células nerviosas se comunican entre sí y con los tejidos diana


secretando una serie de mensajeros químicos denominados
neurotransmisores. Se comentan sus efectos sobre el organismo, de qué
forma las alteraciones en su señalización pueden originar enfermedades y
cómo puede aplicarse terapéuticamente la manipulación farmacológica de
sus concentraciones.
Para que una molécula pueda definirse como neurotransmisor debe
cumplir una serie de criterios:

● La síntesis de la molécula tiene lugar en el interior de la neurona.

● La molécula se almacena en la terminación nerviosa antes de su liberación


(p. ej., en las vesículas sinápticas).

● La liberación de la molécula desde el terminal presináptico tiene lugar


como respuesta a un estímulo apropiado, como un potencial de acción.

● Existe unión y reconocimiento de la presunta molécula neurotransmisora


sobre la célula diana postsináptica.

● Existen mecanismos para la inactivación y finalización de la actividad


biológica del neurotransmisor.
En un mismo nervio se pueden encontrar varios
neurotransmisores:
El patrón que siguen los transmisores celulares puede caracterizar un papel
funcional particular, pero los detalles de este no se han conseguido
determinar todavía.
Es frecuente la presencia mayoritaria de un transmisor de bajo peso
molecular, como una amina, junto con varios péptidos, un aminoácido y una
purina. En ocasiones puede existir más de un posible neurotransmisor en una
vesícula en concreto, como parece ser el caso del adenosina trifosfato (ATP)
y de la noradrenalina en los nervios simpáticos
Neurotransmisión:
Los potenciales de acción se deben a cambios de flujos iónicos a través de las
membranas celulares

La señal transmitida por una célula nerviosa refleja un cambio brusco en la


diferencia de potencial eléctrico de la membrana celular. La diferencia de
potencial de reposo normal es de unos pocos milivoltios, con el interior de
la célula cargado negativamente, y se debe a un desequilibrio de los iones a
través de la membrana plasmática: la concentración de iones K+ es mucho
mayor en el interior celular que en el exterior de la célula, mientras que con
los iones de Na + ocurre lo contrario.
El potencial de acción se forma de la
siguiente manera: al principio del
potencial de acción, la membrana se
encuentra en su potencial de reposo,
alrededor de −70 mV, mantenido por los
canales de K + independientes de voltaje.
Cuando se inicia un impulso por la señal
de un neurotransmisor, se abren los
canales de Na + dependientes de voltaje.
Esto permite la entrada de iones Na +
que alteran el potencial de membrana, el
cual alcanza valores positivos. Entonces,
los canales de Na + se cierran y otros
canales de K + , llamados canales
rectificadores retardados, se abren para
restaurar el equilibrio iónico inicial y el
potencial de membrana negativo.
Los neurotransmisores modifican la actividad de varios canales
iónicos para provocar cambios en el potencial de membrana

Los neurotransmisores excitadores causan un cambio despolarizante del


voltaje, en cuyo caso es más probable que tenga lugar un potencial de acción.
Por el contrario, los transmisores inhibidores hiperpolariza la membrana, lo que
disminuye la probabilidad de que se produzca el potencial de acción.
Los neurotransmisores actúan en las
sinapsis:

Los neurotransmisores se liberan en el espacio que existe entre


las células en un área especializada conocida como sinapsis. En el
caso más sencillo, desde la membrana presináptica difunden al
espacio o hendidura sináptica y se unen a receptores de la
membrana postsináptica.
Muchas neuronas, especialmente las que contienen aminas, poseen
unas varicosidades a lo largo del axón que contienen transmisor. Puede
suceder que estas varicosidades no tengan cerca ninguna célula vecina
y de esta manera el neurotransmisor que liberan puede afectar a
muchas neuronas. Los nervios que inervan la musculatura lisa suelen
ser de esta clase.
Cuando el potencial de acción llega al extremo del axón, el cambio de
voltaje abre los canales de calcio. La entrada de calcio es esencial para la
movilización de las vesículas que contienen el transmisor y para su fusión
final con la membrana sináptica y su liberación a través de ella.

Como los transmisores se liberan desde las vesículas, los impulsos


llegan a la célula postsináptica en paquetes individuales o «cuantos».
En las uniones neuromusculares entre los nervios y las células musculares
esqueléticas, numerosas vesículas descargan a la vez y, por tanto, un único
impulso puede ser suficiente para estimular la contracción de la célula
muscular. Sin embargo, el número de vesículas liberadas en las sinapsis
entre neuronas es mucho más pequeño y, en consecuencia, la célula
receptora se estimulará solamente si la suma algebraica total de todos los
estímulos, positivos y negativos, excede su umbral.
Como en el cerebro cada célula recibe aferencias procedentes
de un considerable número de neuronas, lógicamente existe
una mayor capacidad de control refinado de las respuestas en
el sistema nervioso central (SNC) que en la unión
neuromuscular.
RECEPTORES
Los neurotransmisores actúan mediante la unión a
receptores específicos y abriendo o cerrando
canales iónicos

Existen varios mecanismos a través de los cuales los receptores de


neurotransmisores excitadores pueden provocar la propagación de un
potencial de acción en la neurona postsináptica.
Directa o indirectamente provocan cambios en el flujo de iones que
atraviesan la membrana, hasta que el potencial alcanza el punto
crítico, o umbral, para que se inicie un potencial de acción. Los
receptores que controlan directamente la abertura de un canal de
iones se llaman ionotrópicos, mientras que los receptores
metabotrópicos causan cambios en los sistemas de segundos
mensajeros que, a su vez, alteran la función de canales que están
separados del receptor.
Receptores ionotrópicos (canales iónicos)

Los receptores ionotrópicos contienen un canal iónico en su estructura.


Como ejemplos tenemos el receptor nicotínico de la ACh y algunos
receptores del glutamato y del ácido γ-aminobutírico (GABA).
Se trata de proteínas transmembrana con varias subunidades, normalmente
cinco, que rodean un poro que atraviesa la membrana. Cada subunidad tiene
cuatro regiones transmembrana. Cuando se une el ligando, tiene lugar un
cambio en la estructura tridimensional del complejo que permite el flujo de iones
a su través. El efecto sobre el potencial de membrana depende de qué iones
concretos pasen por este canal: el receptor nicotínico de ACh es
comparativamente inespecífico para el sodio y el potasio, y causa
despolarización, mientras que el receptor GABAA es un canal de cloruro y
causa hiperpolarización.
Receptores metabotrópicos
Todos los receptores metabotrópicos conocidos están acoplados
a proteínas G

Los receptores metabotrópicos están acoplados a las vías de segundos


mensajeros y actúan más lentamente que los receptores ionotrópicos. Todos los
receptores metabotrópicos conocidos están acoplados a proteínas G y, al igual que
los receptores de hormonas, tienen siete regiones transmembrana.
En general se acoplan con la adenilil ciclasa, alterando la producción de
adenosina monofosfato cíclico (AMPc), o con la vía del fosfatidilinositol, que
altera el flujo de calcio.
Los canales iónicos, que son entidades moleculares distintas del receptor,
quedan entonces normalmente modificados por fosforilación. Por ejemplo, el
receptor β-adrenérgico, que responde a la adrenalina y a la noradrenalina,
provoca un aumento del AMPc, el cual estimula una cinasa que fosforila y activa
un canal de calcio. Algunas clases de receptores muscarínicos de ACh tienen
efectos semejantes sobre los canales de K+ .
Regulación de los neurotransmisores
La acción de los transmisores debe detenerse
eliminándolos de la hendidura sináptica

Cuando los transmisores han cumplido su función, deben ser


eliminados del espacio sináptico. Probablemente, la difusión simple es
el principal mecanismo de eliminación de los neuropéptidos. Enzimas,
como la acetilcolinesterasa, que escinde la ACh, se encargan de
destruir cualquier resto de este transmisor.
Los transmisores sobrantes también pueden ser recaptados hacia la
neurona presináptica para reutilizarlos, siendo esta la principal vía de
eliminación de catecolaminas y aminoácidos. Interferencias en los
mecanismos de recaptación aumentan la concentración del
transmisor en el espacio sináptico y, en ocasiones, esto tiene
consecuencias terapéuticas útiles.
Las concentraciones de los neurotransmisores se
pueden manipular
Los efectos de los neurotransmisores pueden alterarse
variando sus concentraciones efectivas o el número de
receptores.

Las concentraciones pueden variarse:


▪ Cambiando la velocidad de síntesis;
▪ alterando la velocidad de liberación en la sinapsis;
▪ bloqueando la recaptación, o
▪ bloqueando la degradación.
Los cambios en el número de receptores pueden estar
implicados en las adaptaciones a largo plazo que tienen lugar en
respuesta a la administración de fármacos.
Clases de
neurotransmisores
Aminoácidos
Ha resultado especialmente difícil demostrar que los aminoácidos son
verdaderos neurotransmisores; por sus variadas funciones
metabólicas están presentes en concentraciones altas y, por
consiguiente, la simple medición de sus concentraciones no suponía
una prueba concluyente.
Estudios farmacológicos de respuestas a diferentes análogos de
aminoácidos, así como la clonación de sus receptores específicos,
proporcionaron la prueba concluyente.
Glutamato

El glutamato es el transmisor excitador más


importante en el SNC
Actúa sobre receptores ionotrópicos y metabotrópicos. Desde un
punto de vista clínico, el receptor caracterizado in vitro mediante la
unión de N-metil-D-aspartato (NMDA) es especialmente importante
El hipocampo es un área del sistema límbico cerebral que interviene en
las emociones y la memoria.
Algunas vías sinápticas se vuelven más activas cuando se estimulan
crónicamente, fenómeno conocido como potenciación a largo plazo.

Esto podría representar un modelo de la forma en que se establece la


memoria, y para ello se requiere la activación del receptor NMDA con la
consiguiente entrada
de calcio.
● El glutamato se recicla mediante transportadores de alta
afinidad que lo captan hacia el interior de neuronas y células
gliales.

● Las células gliales lo convierten en glutamina, que difunde a su


vez de vuelta hacia las neuronas.

● La glutaminasa mitocondrial en las neuronas regenera el


glutamato para su reutilización.
Glutamato y excitotoxicidad
La concentración extracelular de glutamato aumenta después de los
traumatismos y los ictus, durante las convulsiones intensas y en
algunas enfermedades orgánicas del cerebro, como la corea de
Huntington, la demencia relacionada con el SIDA y la enfermedad
de Parkinson.
Esto se debe a la liberación de glutamato desde las
células dañadas y a las perturbaciones de las vías de captación
del glutamato.
El exceso de glutamato es
tóxico para las células
nerviosas

La activación del receptor NMDA permite que el calcio entre en la


célula. Esto activa varias proteasas que, a su vez, inician la vía de la
muerte celular programada o apoptosis.
De igual manera pueden existir cambios en otros receptores
ionotrópicos de glutamato que provoquen también una entrada
aberrante de calcio.

La captación de iones sodio también está implicada y es la causa


del edema celular. Igualmente, la activación de los receptores
NMDA aumenta la producción de óxido nítrico, que a su vez puede
ser tóxico.
● La muerte celular en algunos modelos experimentales de excitotoxicidad
puede evitarse mediante inhibidores de la producción de óxido nítrico,
aunque el mecanismo de la toxicidad no está claro.

● Se ha intentado desarrollar fármacos para inhibir la activación por NMDA


y suprimir la excitotoxicidad. La meta es lograr que los daños
secundarios al ictus puedan limitarse o incluso invertirse.
Por desgracia, muchos de estos fármacos tienen efectos
secundarios porque se unen al lugar de unión de la
fenciclidina y tienen efectos psicológicos desagradables,
como paranoia y delirios.
Ácido γ-aminobutírico (GABA)
El ácido γ-aminobutírico (GABA) es sintetizado a partir
del glutamato por la glutamato descarboxilasa
El GABA es el transmisor inhibidor más importante del cerebro.
Se conocen dos receptores de GABA: el receptor GABAA es ionotrópico y el
receptor GABAB es metabotrópico.
El receptor GABAA consta de cinco subunidades que provienen de varias
familias de genes, dando una cantidad enorme de receptores potenciales
con diferentes afinidades por el ligando.
Este receptor es la diana de varios fármacos útiles.
Las benzodiazepinas se unen a él y potencian la respuesta al GABA
endógeno; estos fármacos reducen la ansiedad y provocan también
relajación muscular.

Los barbitúricos también se unen al receptor y lo estimulan directamente


en ausencia de GABA; debido a esta independencia de un ligando
endógeno, su sobredosificación es más probable que genere efectos
secundarios tóxicos.
Glicina
La glicina se encuentra principalmente en las interneuronas
inhibidoras de la médula espinal, donde bloquea los impulsos
descendentes hacia las motoneuronas que estimulan el músculo
esquelético
El receptor de glicina de las motoneuronas es ionotrópico y se
bloquea por estricnina; en este caso, los impulsos motores
pueden pasar sin control negativo, lo que explica la rigidez y
las convulsiones provocadas por esta toxina.
Catecolaminas
La adrenalina, la noradrenalina y la
dopamina, conocidas como
catecolaminas, derivan del aminoácido
tirosina

Junto con otros compuestos que


contienen grupos amino, como la
serotonina, también se las denomina
aminas biogénicas.
Los nervios que liberan catecolaminas tienen varicosidades
a lo largo del axón en vez de una única área de liberación en
su extremo.

El transmisor se libera por las varicosidades y difunde por el


espacio extracelular hasta que encuentra un receptor,
consiguiendo de esta manera abarcar una extensa zona de
tejido.
Noradrenalina y adrenalina
La noradrenalina (conocida también como
norepinefrina) es uno de los transmisores
principales del sistema nervioso simpático

Los nervios simpáticos se originan en la médula espinal


y se dirigen a los ganglios situados junto a ella, desde
donde los nervios posganglionares se dirigen hacia sus
tejidos diana.

La noradrenalina es el transmisor de estos nervios


posganglionares, mientras que el transmisor en los
ganglios intermedios es la ACh.
En el SNC también existen neuronas que
contienen noradrenalina, sobre todo en
el tronco encefálico. Sus axones se
extienden en un entramado amplio por
toda la corteza y modifican el estado
global de atención y vigilia.

Los efectos estimuladores de las


anfetaminas se deben a su gran
semejanza química con las
catecolaminas.
La adrenalina (conocida también como epinefrina)
se produce en la médula suprarrenal bajo la influencia de
nervios que contienen ACh, análogos a los nervios
preganglionares simpáticos
La adrenalina es más activa que la noradrenalina en el pulmón y el corazón, reconduce la sangre desde la piel al
músculo esquelético y posee efectos estimuladores importantes sobre el metabolismo del glucógeno en el
hígado.

En respuesta a la adrenalina se libera súbitamente una cantidad extra de glucosa para el músculo, y el corazón
y los pulmones funcionan a mayor rendimiento para bombear oxígeno a la circulación, quedando el cuerpo
preparado para correr o para defenderse.

No obstante, la adrenalina no es esencial para la vida, ya que es posible resecar la médula suprarrenal sin
consecuencias graves.
Los receptores para noradrenalina y adrenalina se denominan adrenorreceptores. Se dividen en clases y
subclases de receptores a y B según su farmacología. La adrenalina actúa sobre todas las clases de receptores,
mientras que la noradrenalina es más específica para los receptores a.

Los B-bloqueantes, como el atenolol, se utilizan para tratar la hipertensión y el dolor torácico (angina) en la
cardiopatía isquémica, ya que antagonizan los efectos estimuladores de las catecolaminas sobre el corazón.

Los a-bloqueantes inespecíficos tienen aplicaciones limitadas, aunque los ag-bloqueantes más específicos,
como la prazosina, y los az-bloqueantes, como la clonidina, pueden usarse para tratar la hipertensión.

Ciertas subclases de receptores pueden encontrarse en tejidos concretos; por ejemplo, el receptor z está
presente en el pulmón y las vías respiratorias y los agonistas de los receptores z, como el salbutamol, pueden
utilizarse para dilatar los bronquios en casos de asma sin estimular los receptores B, del corazón.
La oxidación posterior y la metilación por
parte de la catecol-O-metiltransferasa
(COMT) convierten los productos a
metanefrinas y ácido vanililmandélico
(ácido 4-hidroxi-3 metoximandélico) que
pueden medirse en la orina y servir de
índices de la función de la médula
suprarrenal.
Dopamina
La dopamina es un intermediario
en la síntesis de noradrenalina y
un neurotransmisor
Es un transmisor fundamental en los nervios que
interconectan los núcleos de los ganglios basales del
cerebro y controlan el movimiento voluntario. El deterioro
de estos nervios provoca la enfermedad de Parkinson,
caracterizada por temblor y dificultad en la iniciación y el
control de los movimientos.

Los defectos en los sistemas dopaminérgicos se


relacionan con la esquizofrenia, ya que se ha comprobado
que muchos fármacos antipsicóticos empleados en el
tratamiento de esta enfermedad se unen a los receptores
de dopamina.
Serotonina (5-hidroxitriptamina)
La serotonina, denominada
también 5-hidroxitriptamina
(5-HT), deriva del triptófano
La biosíntesis de serotonina tiene ciertas similitudes
químicas con la síntesis de dopamina. La triptófano
hidroxilasa, al igual que la tirosina hidroxilasa, requiere
como cofactor a la tetrahidrobiopterina (BH4) (v.más
adelante).

Además, el 5-hidroxitriptofano se convierte en


serotonina por la dopa descarboxilasa (conocida
también como descarboxilasa de aminoácidos
aromáticos).
Las neuronas serotoninérgicas están
concentradas en los núcleos del rafe del
tronco encefálico superior, pero se
proyectan por arriba hacia el córtex
cerebral y por abajo hacia la médula
espinal.

Son más activas cuando el sujeto está


despierto que cuando duerme y la
serotonina puede controlar la capacidad
de respuesta de las motoneuronas de la
médula espinal.
Acetilcolina
La acetilcolina (ACh) es el transmisor del sistema nervioso
autónomo parasimpático y de los ganglios simpáticos
La estimulación del sistema parasimpático causa efectos totalmente opuestos a los del sistema simpático,
como enlentecimiento del ritmo cardíaco, broncoconstricción v estimulación del músculo liso intestinal.

La ACh también actúa en las uniones neuromusculares, donde los nervios motores entran en contacto con
las células de los músculos esqueléticos para que se contraigan.

La ACh se sintetiza a partir de colina por la colina acetiltransferasa. Después de secretarse a la hendidura
sináptica, la mayor parte se degrada por la acetilcolinesterasa.
Existen dos clases de receptores principales de la ACh: nicotínicos y muscarinicos

Los receptores nicotínicos son ionotrópicos. Se unen a la nicotina y se localizan en los ganglios y en la unión
neuromuscular. Cuando se unen a la ACh o a la nicotina, se abre un poro que permite el paso de Na* y K*. Como
la acción del ligando en el canal es directa, el efecto es rápido.

Los receptores muscarínicos son metabotrópicos y se pueden activar por muscarina, una toxina fúngica. Su
expresión en el cerebro es más amplia que la de los receptores nicotínicos y son los receptores principales en
la musculatura lisa y en las glándulas inervadas por los nervios parasimpáticos.

Desde el punto de vista clínico, los agonistas de la ACh, al igual que los inhibidores de la acetilcolinesterasa, se
usan para tratar el glaucoma, una afección ocular caracterizada por hipertensión intraocular por hipertonía de la
musculatura de acomodación del ojo.
Óxido nítrico
El óxido nítrico (NO) se genera en los nervios autónomos y entéricos a partir de arginina por
óxido nítrico sintasas dependientes de tetrahidrobiopterina

Al NO se le atribuyen varias funciones fisiológicas, como la relajación de la musculatura lisa


intestinal y vascular y la posible regulación de la producción de energía mitocondrial. Además,
en el cerebro, el NO puede desempeñar un papel importante en la formación de la memoria. La
formación excesiva de NO se ha relacionado con procesos neurodegenerativos asociados a las
enfermedades de Parkinson y de Alzheimer.

Se desconoce el mecanismo exacto por el cual el exceso de NO provoca la muerte celular,


pero va ganando peso la sospecha de que, en gran parte, se debería al daño irreversible de la
cadena de transporte de electrones mitocondria
El NO no se almacena en vesículas, sino que se
libera
directamente hacia el espacio extracelular

En consecuencia, no cumple en un sentido estricto todos los criterios aceptados


para ser considerado un neurotransmisor. Comparativamente, el NO difunde con
más facilidad entre las células y se une directamente con los grupos hemo de la
enzima guanilato ciclasa, estimulando la producción de guanosina monofosfato
cíclico.
Otras moléculas pequeñas
Actualmente se sabe que el ATP y otras purinasderivadas de este ejercen
funciones transmisoras

El ATP está presente en las vesículas sinápticas de los nervios simpáticos, junto con la
noradrenalina, y es responsable de los potenciales de excitación rápidos de la musculatura lisa.
Los receptores de adenosina están ampliamente distribuidos en el cerebro y en los tejidos
vasculares. La adenosina actúa primordialmente como inhibidor en el SNC y parece que la
inhibición de los receptores de adenosina subyace tras los efectos estimuladores de la cafeína.
El estudio de la histamina neuronal se complica por
la gran cantidad existente en los mastocitos
La histamina se halla en unas pocas neuronas, sobre todo en el hipotálamo, aunque sus
proyecciones están diseminadas por todo el cerebro. Se ha comprobado que interviene en la
liberación de hormonas hipofisarias, en el estado de vigilia y en la ingestión de alimentos. Los
antihistamínicos diseñados para controlar las alergias secundarias a la liberación de histamina
por los mastocitos actúan sobre los receptores H1 y tienden a producir sedación, lo que
sugiere que probablemente ejerzan otras funciones centrales.

El receptor de la histamina en el estómago es de la clase H2, por lo que los inhibidores H2,
como la cimetidina y la ranitidina, empleados para el tratamiento de la úlcera péptica, no
tienen efectos sobre la alergia.
Péptidos
Numerosos péptidos actúan como neurotransmisores

Sigue sin respuesta la pregunta de si todos los péptidos que se han descrito son
realmente verdaderos neurotransmisores. No obstante, se ha comprobado que
existen más de 50 pequeños péptidos que influyen en la función neural. Todos los
receptores conocidos de péptidos son metabotrópicos y se acoplan a proteínas G
actuando de forma comparativamente lenta.

No existen vías específicas de captación ni enzimas degradativas, y la principal vía


de eliminación es la difusión simple seguida de la acción de peptidasas en el
líquido extracelular. De esta manera, un péptido puede afectar a varias neuronas
antes de su degradación final.
El péptido intestinal vasoactivo (VIP) es uno de los numerosos péptidos que afectan a la
función intestinal a través del sistema nervioso entérico. Originalmente se describió
como una hormona intestinal que afectaba al flujo sanguíneo y a la secreción de
líquidos, pero actualmente se sabe que constituye un neuropéptido entérico importante
que inhibe la contracción del músculo liso. También da lugar a vasodilatación en varias
glándulas secretoras y potencia la estimulación por ACh.
Numerosos neuropéptidos pertenecen a
familias multigénicas
Los péptidos opiáceos proporcionan un buen ejemplo de familia multigénica. Son los ligandos endógenos de
receptores diana de analgésicos opiáceos, como morfina y codeína. El control del dolor es complejo y los
péptidos opiáceos y sus receptores están tanto en la médula espinal como en el cerebro.

Existen al menos tres genes que codifican estos péptidos y cada uno contiene las secuencias paravarias
moléculas activas:

▪ La proopiomelanocortina contiene β-endorfina, que se une a los receptores μ de opiáceos, así como hormona
adrenocorticotropa (ACTH) y hormona estimulante de melanocitos o melanotropina (MSH), que son hormonas
hipofisarias.

▪ La proencefalina A contiene las secuencias de las Met- y Leuencefalinas, que se unen a los receptores δ de
opiáceos e intervienen en la regulación del dolor a nivel local en el cerebro y en la médula espinal.

▪ La prodinorfina contiene secuencias de la dinorfina y otros péptidos, que se unen a los receptores κ de
opiáceos.
Los neuropéptidos pueden actuar
como neuromoduladores
Algunos péptidos actúan como verdaderos neurotransmisores, pero además ejercen otras
muchas acciones. Acostumbran a alterar la acción de otros transmisores, actuando como
neuromoduladores, pero sin tener acción por sí solos. Por ejemplo, el VIP potencia el efecto de
la ACh sobre la secreción de las glándulas salivales submandibulares del gato (glándulas
localizadas bajo la mandíbula) al provocar vasodilatación y potenciar el componente
colinérgico.

El NPY, que por sí mismo tiene una acción débil, inhibe la liberación de noradrenalina en las
terminaciones nerviosas autónomas, actuando a través de autorreceptores presinápticos, y en
cambio potencia la acción de la noradrenalina en ciertas arterias. Los péptidos opiáceos
también son capaces de modular la liberación de neurotransmisores.

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