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Aspectos Fisiopatológicos de Enfermedades Cardiovasculares y

Respiratorias

Por: Stephanny Jaramillo

Aspectos Fisiopatológicos de Enfermedades


Cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en la
población mundial, y esto aumenta con frecuencia con el pasar de los años debido
principalmente al incremento en la esperanza de vida y el envejecimiento progresivo de la
sociedad. La fisiopatología cardiovascular aborda diversos aspectos de la patología
cardiovascular, por lo tanto, al mencionarlos, es más conveniente distinguirlos según lo
afectado en el sistema cardiovascular.

Por ejemplo, las enfermedades que afectan con mayor frecuencia al corazón, son la
angina de pecho y el infarto de miocardio. La causa de ambas es la obstrucción de las
arterias que irrigan el corazón, provocando su estrechamiento (disminución del riesgo,
que produce la angina de pecho) o su obstrucción completa (falta total de riesgo, con
destrucción del tejido e infarto de miocardio). En resumen, la enfermedad de base de
estos dos procesos es la aterosclerosis, que consiste en la formación en las arterias de
las denominadas placas de ateroma, ocasionando un riesgo defectuoso no solo en el
corazón, sino también en las extremidades y en otros órganos, como, por ejemplo, el
cerebro.

Otra patología que afecta al corazón son las arritmias, que consiste en alteraciones del
ritmo cardiaco. Si el ritmo cardiaco se acelera se llaman taquicardias, y si se hace más
lento, bradicardias. Hay muchos tipos de arritmias, desde algunas formas leves
generalmente bien toleradas, como la taquicardia sinusal, hasta formas mortales si no se
instaura tratamiento inmediato, como la fibrilación ventricular.

Otro grupo de enfermedades del corazón son las que afectan a las válvulas cardiacas,
siendo las más frecuentes estenosis mitral (estrechamiento de la válvula), insuficiencia
mitral (afectación de la válvula que impide su cierre), estenosis aortica e insuficiencia
aortica. Por lo general, la causa de este trastorno es la afectación reumática de las
válvulas durante la infancia.

Gran trascendencia tienen también las cardiopatías congénitas. Las más frecuentes son
comunicación interauricular, comunicación interventricular, estenosis valvular pulmonar y
tetralogía de Fallot, las cuales requieren de una corrección quirúrgica durante la infancia.

Otra patología común que suele presentarse como síntoma en la mayoría de los casos es
la insuficiencia cardíaca, la cual es una condición en la que el daño estructural difuso de la
miofibrilla (por necrosis, apoptosis o inflamación) o bien una sobrecarga hemodinámica
excesiva, provoca disminución de la fuerza contráctil del corazón (inclusive la fracción de
expulsión); y consecuentemente aumentan los volúmenes ventriculares con o sin
disminución del gasto cardíaco. Esta puede clasificarse por su fisiopatología en Disfunción
Sistólica y Disfunción Diastólica.

- Disfunción sistólica; producida por la pérdida de la capacidad contráctil del


corazón, disminuye la fracción de expulsión ventricular y el gasto cardíaco. El
corazón es entonces incapaz de expulsar el mismo volumen de sangre que le llegó
desde las aurículas y en consecuencia se reduce la dilatación de las cavidades
ventriculares y la congestión venosa pulmonar. Es difícil establecer la etiología de
la enfermedad, puesto que el síndrome clínico se establece cuando ya no hay
evidencias del origen del daño. 

- Disfunción diastólica; Ocurre cuando la estructura miocárdica ofrece una mayor


rigidez, como en la hipertrofia, o frente al aporte de oxígeno y nutrientes. Es
común que varios factores intervengan simultáneamente como supone el ejemplo
del enfermo hipertenso arterial sistémico con isquemia miocárdica.  De esta
manera, se puede inferir que la disfunción diastólica ocurrirá en todo momento
desde antes de la apertura de la válvula aórtica hasta el comienzo de una nueva
sístole ventricular.

Frecuentemente permanece asintomática durante mucho tiempo hasta que


aparece un factor que precipita su manifestación clínica, generalmente sucede
cuando se compromete la fase de llenado ventricular, particularmente la de llenado
rápido. La restricción del ventrículo a la expansión repercute su forma retrógrada
en la presión auricular izquierda y en la presión venocapilar pulmonar, dando lugar
a manifestaciones clínicas como disnea y en casos de excepción a edema agudo
pulmonar.

Como ya se ha mencionado anteriormente, la enfermedad más frecuente de las arterias


es la aterosclerosis. Consiste en la formación de unas placas en las arterias por
acumulación de grasa y posteriormente de plaquetas, originando la formación de trombos,
que, dependiendo de su localización, darán lugar a diferentes síntomas. Cuando estos
trombos se desprenden y se desplazan por la circulación a otros puntos se llaman
émbolos, provocando embolias en órganos alejados del lugar de formación del trombo.
Son relativamente frecuentes las embolias pulmonares y las embolias cerebrales.

En cuanto a las enfermedades de las venas, la más frecuente son las varices. Consisten
en dilataciones de las venas por funcionamiento defectuoso de las válvulas del sistema
venoso, que permite el estancamiento de la sangre en las venas. Los dos lugares más
habituales para la formación de varices son las extremidades inferiores y el plexo
hemorroidal del ano (hemorroides).

Finalmente, hay que citar la hipertensión arterial. Aunque su etiología es muy compleja,
este padecimiento tiene gran importancia, tanto por el número de personas a las que
afecta, como por las repercusiones que tiene sobre el sistema cardiovascular,
especialmente sobre el corazón.
Aspectos Fisiopatológicos de Enfermedades
Respiratorias
Las enfermedades más frecuentes de las vías respiratorias son las infecciones, sobre
todo las de las vías respiratorias superiores. Generalmente consisten en catarro nasal,
faringitis y amigdalitis.

Las afecciones más habituales de las vías aéreas inferiores son el asma, la bronquitis y la
presencia de cuerpos extraños, esto último más frecuente en niños.

En cuanto a los pulmones, las afecciones más habituales son: enfisema, fibrosis,
sarcoidosis, quistes y tumores.

Por otro lado, la trombosis o embolismos de los vasos pulmonares también afectan a los
pulmones, ya que impiden la llegada de sangre a los capilares alveolares y dificultan el
intercambio de gases y por tanto la respiración.

Los traumatismos de la medula espinal o del encéfalo que afectan a la inervación de los
músculos respiratorios pueden provocar la parálisis de los mismos, lo que hará imposible
la respiración sin ayuda mecánica externa. Otro tipo de patología pulmonar es la que se
deriva de la acumulación de aire (neumotórax) o líquido (derrames pleurales) entre las
dos hojas pleurales.

El asma bronquial es bastante habitual y se debe a una reacción exagerada de la mucosa


que reviste el árbol bronquial ante un estímulo que en las personas normales no provoca
reacción alguna. Esto produce obstrucción bronquial, con síntomas intensos de fatiga. Sin
embargo, la enfermedad pulmonar más frecuente es la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, que consiste en una combinación de bronquitis y enfisema. Se llama bronquitis
crónica a la enfermedad pulmonar caracterizada por la formación exagerada y continua de
abundante mucosidad, con los consiguientes síntomas de tos, fatiga e infecciones
repetidas. Aunque pueden existir otras causas, la más frecuente es el hábito de fumar.

Entre las enfermedades agudas del pulmón, las más habituales son la bronquitis, seguida
por las neumonías. La causa es una infección, ya sea por virus o por bacterias. También
hay que destacar la importancia del cáncer pulmonar y su estrecha relación con el hábito
de fumar.

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