Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. Planificar implica tomar decisiones por anticipado con respecto a qué objetivos se quieren lograr en el futuro. Decidir – elegir
entre distintas alternativas, elegir entre distintas opciones en relación con el futuro al que se aspira.
Dónde: Qué objetivos se desean lograr en el futuro. La planificación lleva implícita la idea de que se pueden elegir, a través de un
método racional, los resultados deseados, teniendo en cuenta las restricciones del ambiente externo e interno.
El futuro de las organizaciones se puede diseñar a través de planificación. No planificar – no tener un rumbo determinado.
Ackoff, planificación interactivista – el diseño de un futuro deseable y de la invención de los medios para llegar a él.
2. Cada objetivo puede ser logrado mediante planes alternativos.
Modo ¿Qué opción es mejor? La intuición no puede guiar únicamente el proceso de toma de decisiones. La planificación
proporciona los diversos instrumentos para seleccionar el mejor camino posible que nos permita llegar a alcanzar los objetivos: la planificación
por un método sistemático y formalizado de toma de decisiones.
3. Una vez decidido dónde y cómo, contar con un equipo de personas para conseguirlo.
Quién. Las personas deben conocer los objetivos y que él lo que se espera de ellos. La planificación permite implicar a toda la
organización (todos los individuos que la integran) en este plan de diseño del futuro deseado.
La planificación proporciona, a través de jerarquización y desagregación de objetivos y planes globales en específicos, los
instrumentos necesarios para que cada persona integrante de la organización sepa qué resultados debe conseguir y con qué actuaciones debe
hacerlo.
1.2. El concepto de planificación: características.
La planificación es el proceso administrativo de toma de decisiones mediante el que se seleccionan los objetivos que una
organización se propone lograr en el futuro y se establece un conjunto de planes y acciones que posibiliten su consecución. Se trata de
establecer qué se quiere lograr (objetivos), cómo lograrlo (planes de acción y recursos), cuándo (plazo temporal) y quiénes deberán
conseguirlos (responsables y ejecutantes). La planificación proporciona los elementos necesarios para el diseño de los planes que la
organización requerirá de cara a conseguir los resultados deseados y supone una guía para los individuos que deberán llevar a cabo las
actividades definidas.
1. Carácter finalista de la planificación, contribuir a la consecución de los objetivos organizacionales con más probabilidades que
sin llevarla a cabo.
2. Es un proceso reflexivo e intelectual, previo a la acción. Todo el proceso de planificación de realiza mediante la toma de
decisiones referida a cómo se actuará en el futuro, pero no actuando.
3. Implica desarrollar un proceso formal y sistemático, basado en metodologías estructuradas. La planificación se concibe a partir
de un análisis sistemático de la realidad y la consideración de previsiones sobre un número cada vez mayor de variables
complejas. Debe ser conocida y comunicada a todas los miembros de la organización: planificación formal e informal.
4. Debe basarse en procesos y previsiones racionales y objetivas, optimizadas por los instrumentos de pronóstico. La intuición, la
subjetividad y el azar han minimizado sus contribuciones a la toma de decisiones directivas, que se basa actualmente en
procesos y técnicas racionales de análisis de la información pasada, presente y futura disponible en la que fundamentar los
pronósticos. La calidad de las previsiones condiciona de manera determinante el éxito de la planificación.
1.3. Las contribuciones y limitaciones de la planificación.
La planificación como un proceso sistemático y racional de establecimiento de planes para alcanzar objetivos ofrece numerosas
contribuciones a la organización.
La planificación es la función que inicia el proceso administrativo, da consistencia al resto de las funciones directivas. Binomio
planificación – control indisoluble, se estudian conjuntamente.
Con la planificación se establece un lugar común al que dirigir la organización en el futuro. Puede ser motivador.
Permite salvar el desfase entre el presente real y el futuro deseado.
Obliga a reflexionar sobre el futuro, evidencia oportunidades y amenazas que, en otro caso, podrían pasar inadvertidas.
Las organizaciones que lo llevan a cabo presentan mejores rendimientos económicos.
Tb presenta limitaciones. Rechazo de los directivos a que su comportamiento sea evaluado o fiscalizado. Prefieren acción a reflexión.
El coste en términos del empleo de recursos y tiempo que conlleva la función, en relación con los beneficios que proporciona.
Riesgo de dejar de solucionar problemas urgentes actuales para diseñar un futuro que está por naturaleza es imprevisible.
Muchos directivos no muestran un verdadero interés por planificar.
En muchas ocasiones en que se critica el fallo de muchos procesos de planificación, el error proviene de la implementación y no del
diseño; de falta de una estructura organizativa que apoye la orientación estratégica y de una clara cultura que apoye el proceso; de falta de
una adecuada dirección del cambio o de resistencias que no se saben vencer, o de la falta de los mecanismos de control adecuados y del apoyo
de los sistemas de información.
1.4. Cómo afrontar una planificación exitosa. Actitudes:
1. Eficiencia de la planificación. Considerando los costes y el empleo de recursos en los que se incurre para llevarla a cabo, de
manera que se vean compensados con la mejora de resultados que el proceso aporta a la empresa. Costes explícitos: tiempo
dedicado a la actividad, coste de adquisición de herramientas, asesoramiento, etc. Y implícitos e indirectos derivados de
verificar y controlar los resultados: establecer estándares, medir cantidades y calidades de productos, analizar encuestas de
satisfacción, etc.
2. Flexibilidad de planificación. Debe concebirse como un proceso continuo, abierto y dinámico que no encorsete al directivo
dentro de un plan de actuación inamovible e irreal. La planificación debe ser realizada desde la perspectiva de que las variables
y elementos que intervienen en ella contienen suficiente incertidumbre como para que puedan tener que ser modificados,
revisar o reformular.
3. Cuantificación de la planificación. Deben ser objetivos verificables, que se orienten por la máx.: si no se puede medir, no se
puede controlar, y si no se puede controlar, no tiene sentido planificar.
4. Proactividad de la planificación. Una actitud reactiva ante los retos estratégicos, que implica esperar a que el futuro se haga
presente.
Actitud interactiva - desde la que se concibe el futuro sujeto a la creación, a partir del diseño y la invención de los métodos para
llegar a él. Es la que maximiza las aportaciones de la función, al poner el acento en los procesos de gestión de la creatividad, la innovación y el
talento y conocimientos de las personas que componen una organización.
2. Las actividades implicadas en la planificación.
La función de planificación se materializa en la definición de objetivos y el establecimiento de los planes necesarios para su
consecución.
La consecución de unos objetivos requiere de unos planes que describan las actuaciones generales que serán necesarias
(estrategias). Cuando la planificación se refiere a toda la empresa, los objetivos, vienen enmarcados y derivados de su misión o propósito
básico inspirador de su razón de ser y deben ser compatibles y consistentes con ella. Para delimitar qué acciones son aconsejables y cuáles no,
se precisan unas guías u orientaciones para tomar decisiones (políticas), y para determinar el modo preciso de actuar se requieren
instrucciones que se incluyen en otro tipo de planes (procedimientos y reglas). La materialización de los planes requiere el empleo de unos
recursos financieros que se necesita prever (presupuestos). Con frecuencia, las actuaciones generales que se han concebido suelen requerir
estar apoyadas por planes parciales y más específicos (programas o proyectos).
Es necesario destacar que cualquiera de estos elementos puede y deben ser elaborados con distinto alcance, referirse a diferentes
contenidos y a diferente plazo (c/p o l/p). Pueden ser elaborados con distinto grado de detalle.
2 cuestiones a tener en cuenta:
Las interrelaciones entre objetivos y planes. La descripción de las actividades implicadas en la planificación que se ha ofrecido en el
apartado anterior, de modo que cada objetivo o grupo de objetivos queda vinculado unidireccionalmente a una única estrategia
concreta y a una política y procedimientos específicos.
La jerarquía de la planificación. Cada objetivo y tipo de plan es necesario concebirlo no solo a nivel global sino a nivel desagregado
para cada parte de la organización, nivel directivo y nivel temporal. La amplitud de los objetivos y planes dependerán de su grado de
autoridad y ubicación en la estructura organizativa – extensión de la planificación.
Los objetivos y planes globales son imprescindibles para situar a la empresa en el futuro deseado.
Consejo administrativo
Misión
Alta dirección
Objetivos generales
Directivos de niveles
Objetivos divisionales
intermedios
Objetivos departamentales
Objetivos individuales
Directivos de primera línea
Uno de los principales errores de la planificación se produce cuando ésta se limita al diseño del plan de actuación de los niveles
directivos superiores y no desarrolla la función a nivel de procesos esenciales de trabajo y personas.
Es un requisito imprescindible que se produzca la integración y actuación sinérgica no solo entre el nivel corporativo y de negocio,
sino también entre el nivel global, funcional e individual y entre el l/p y c/p.
El control previo o preventivo. Es llevado a cabo con anterioridad a que la actividad se inicie, tratando de asegurar los requisitos
precisos para su cumplimiento óptimo. Es el control más deseable, trata de prevenir la aparición de problemas. Muchos procedimientos no
específicamente concebidos para el control contribuyen, sin embargo, a esta tarea preventiva de desviaciones.
El control concurrente. Se produce simultáneamente al desempeño de la actividad, por lo que posibilita una reconducción de la
situación antes de que finalice ésta e impida la consecución de los objetivos.
El control a posteriori o de resultados. Se produce una vez finalizada la actividad y alcanzados los resultados finales. Es un control
normalmente basado en información financiera o contable, así como en informes elaborados por la propia empresa.
Dentro de los tipos de control, tiene particular importancia el control de gestión. Tiene como objetivo ayudar a los distintos niveles
de decisión a coordinar las acciones para, de esta forma, alcanzar los objetivos fijados, a l/p, m/p y c/p. El control de gestión de apoya en
herramientas no contables, distinguiéndose entre control presupuestario y no presupuestario.