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Institución: Instituto Superior Ramón Menéndez Pidal.

Carrera: Profesorado de Educación secundaria en Psicología.

Materia: Seminario de Educación Sexual Integral.

Profesor: Marcelo Ferrario.

Trabajo Final Integración


“Ley de Educación sexual Integral”

Alumnos: Antonella Leguizamon y Roxana Viruth.

Curso: Tercero.

Año: 2022.

¿Cuál es el objetivo de la ley ESI?


El objetivo de esta ley es promover actitudes responsables ante la sexualidad.
Prevenir los problemas relacionados con la salud, en general, y la salud sexual y
reproductiva, en particular. Procurar igualdad de trato y oportunidades para todas
las identidades de género y orientaciones sexuales de las personas.

La ley que creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral fue sancionada
por el Congreso nacional en 2006; Esta establece que todos los niños, niñas y
adolescentes tienen derecho a recibir una educación de este tipo tanto en los
establecimientos de gestión estatal como en los de administración privada sin
importar la orientación religiosa. Es decir, en todos los jardines de infantes,
colegios primarios y secundarios del país.
El Programa tiene en cuenta un concepto amplio de sexualidad que considera
“aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”; entre sus objetivos,
la ley aspira a “promover actitudes responsables ante la sexualidad”, “prevenir los
problemas relacionados con la salud” y “procurar igualdad de trato y
oportunidades para varones y mujeres”, entre otros.
A partir de 2009, el Ministerio de Educación de la Nación elabora y distribuye
materiales educativos, cuyos principales ejes son el ejercicio de los derechos, el
respeto por la diversidad, el cuidado del cuerpo, la equidad de género y la
valoración de la afectividad, donde estos ejes se van adaptando a cada etapa
educativa y se incluyen de manera transversal en diferentes materias.

En la etapa inicial, obligatoria entre los tres y los cinco años, a través de distintos
juegos en el aula se propician “hábitos de cuidado de uno mismo, de los y las
demás”, “la expresión de sentimientos y emociones” y “la construcción de valores
de convivencia”, según detalla el material didáctico elaborado por el Ministerio de
Educación. Se trabaja algo muy importante que es la conciencia sobre la propia
intimidad y la noción de que nadie tiene que tocarles las partes íntimas a los niños y
niñas salvo en alguna situación de higiene específica y además en la medida en que
los chicos vayan identificando que tienen derecho a su intimidad y que cualquier
contacto o propuesta que les incomoda pueden señalarla, también se está
trabajando en prevención del abuso.

Por su parte, durante la primaria, los contenidos se enfocan en el conocimiento de


los derechos vinculados con el respeto por los demás y la convivencia, el respeto
por la diversidad a través de la identificación de prejuicios vinculados al género y
el reconocimiento de distintos modos de vida, como las distintas organizaciones
familiares.
A su vez, en el contexto de la pubertad, la ESI propicia el conocimiento sobre los
cambios del cuerpo humano y la identificación de sus partes íntimas en el marco de
la promoción de hábitos de cuidado de uno mismo, de los demás y de la salud en
general.

Por último, en la secundaria se enseña sobre “la sexualidad humana desde la


perspectiva científica”, con información sobre los órganos sexuales y su
funcionamiento, la salud sexual y el embarazo, y también desde su vínculo con la
afectividad y los diferentes sistemas de valores y creencias.
Además, entre otros contenidos, las actividades buscan reconocer y reflexionar
sobre situaciones de violencia en las relaciones interpersonales, específicamente
afectivas y sexuales; y dar a conocer los derechos de las diversidades sexuales y
de la responsabilidad del Estado frente a situaciones de discriminación y violación
de derechos.

Los contenidos de la ESI se van adaptando al ciclo de vida de la persona, por eso
es muy importante empezar a trabajarlos desde la infancia (aun cuando algunos
padres no estén de acuerdo por la desinformación de lo que realmente enseña la
ESI en la escuela). Cuando entramos recién en el nivel secundario con algunos de
estos contenidos muchas veces llegamos tarde, ya sea para prevenir alguna
situación de violencia o abuso, o para desarmar algunos estereotipos, sobre todo,
cuando llegamos tarde postergamos el sufrimiento de los chicos cuando viven
situaciones que vulneran sus derechos.

Desde su creación, la efectiva implementación del Programa de Educación Sexual


ha enfrentado varias barreras como problemas presupuestarios, falta de
capacitación docente y también la resistencia cultural de distintos grupos y
sectores a llevar estos contenidos a las aulas.

La ESI reconoce a la escuela como un ámbito privilegiado para la promoción y el


ejercicio de los derechos, y permite contar con conocimientos científicos, precisos,
actualizados y adecuados para cada etapa del desarrollo de las personas.
Asimismo, posiciona al equipo docente como protagonista de la tarea pedagógica
en temas de sexualidad desde una mirada integral y, de este modo, acompaña la
trayectoria educativa de cada estudiante para que pueda decidir sobre sus
derechos sexuales y reproductivos de manera reflexiva y autónoma.
La sexualidad pone en diálogo la dimensión personal y subjetiva con la esfera
social y cultural, y como espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje, la ESI
instala una manera de abordar los contenidos en los distintos niveles y
modalidades educativas donde se requiere revisar el propio posicionamiento
docente, las prácticas escolares en un sentido amplio (incluyendo el desarrollo
curricular), la organización de la vida institucional, el tratamiento de episodios que
irrumpen en la vida escolar y la relación con las familias y la comunidad. En este
sentido, la Educación Sexual Integral es un aporte fundamental en el camino hacia
la inclusión educativa.
Consideramos necesario que los contenidos vinculados con la ley de educación
sexual deberían encontrarse plasmados de manera explícita en los Diseños
Curriculares y no en documentos adjuntos.
“Toda educación es sexual, pero existen diferentes tradiciones o
paradigmas que coexisten en tensión"
Por un lado, está el paradigma moralista que se propone atrasar el inicio de las
relaciones sexuales, que concibe un solo modelo de familia, promueve la
abstención y tiene una visión amenazante de la sexualidad.
Luego está el modelo biomédico basado en la genitalidad que solo habla de las
enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los embarazos adolescentes, con un
acercamiento a la sexualidad como una práctica con efectos no deseados.
En cambio, la ley 26.150 se inscribe en un enfoque integral que implica pensar a la
sexualidad desde perspectiva de derechos, crítica y con involucramiento de la
comunidad educativa, que además fomenta la igualdad de género, el respeto a la
diversidad, el diálogo intergeneracional y un acercamiento positivo a la sexualidad
como disfrute.

El "antes" de la Ley
Antes la educación sexual no era obligatoria y estaba ligada a contenidos
curriculares específicos, como biología y el cuidado de la salud.
Las resistencias que se tenían en contra de ella no se diluyeron con su aprobación,
sino que persisten contra su plena implementación
Hay resistencias intraescolares (falta de formación docente, un ideario institucional
conservador o temores familiares por desinformación), pero también resistencias a
nivel social al empoderamiento de las niñas, niños y adolescentes, por la
persistencia de lógicas machistas, paternalistas y adultocéntricas.
Consideramos que era una necesidad, que el sistema educativo se adaptara a las
nuevas necesidades, tanto de niños, jóvenes y adultos, cada uno con distintas
problemáticas, que día a día se profundizan.
Si se analiza la ley y todas las áreas donde se aplica, observamos que se pensó de
manera específica para dar respuesta a las situaciones, que se presentan en la
cotidianidad, tanto dentro del sistema educativo como por fuera de él. A nuestro
entender es muy importante su aplicación, pero aún hay que romper muchas
barreras, y subjetividades que están instauradas desde hace mucho tiempo.
Esperamos el día que este tema ya no sea considerado un “Tabú” para muchos y
creemos que la generación más joven de niños, ya parte con una marcada ventaja,
sobre los que tenemos más años actualmente, y desde este espacio “la formación
docente”, nosotras sentimos que agregamos nuestro granito de arena.

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