Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
Estimadas y estimados colegas:
Les damos la bienvenida a la primera clase del curso, en el que comenzaremos a introducirnos en la
temática que nos convoca: el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el marco
de la Educación Sexual Integral (ESI).
Para ello, y en primer lugar, partiremos desde la perspectiva de Derechos Humanos para realizar
una reflexión sobre el rol de la escuela como garante de derechos. Luego, haremos una breve
mención de los modelos tradicionales de la educación sexual, para llegar a adentrarnos en lo que
significa el enfoque de la ESI y su propuesta de integralidad y transversalidad. Hecho este recorrido
avanzaremos en último lugar, sobre el abordaje que la ESI viene proponiendo para trabajar los
derechos sexuales y reproductivos, ubicando en ese contexto el derecho a la interrupción voluntaria
del embarazo.
Este primer desarrollo nos propone partir desde el enfoque de Derechos Humanos, visibilizando el
recorrido que transita un derecho desde sus inicios a través de las demandas de los movimientos
sociales, pasando por la elaboración, debate y aprobación de las leyes y la labor parlamentaria, hasta
el posterior diseño de políticas públicas que acompañan el ejercicio de derechos que dicha ley
ampara y promueve. Es desde este último eslabón, que este recorrido nos interpela como agentes
del Estado con responsabilidades en la garantía de derechos en el contexto escolar. La escuela tiene
la responsabilidad de proteger los Derechos Humanos, y a través de ello, la enorme posibilidad de
contribuir a garantizar una sociedad más igualitaria y justa para las/os estudiantes que la habitan.
Solemos afirmar que siempre hubo educación sexual, porque aún antes de que existiera la ESI
fuimos educadas y educados en sexualidad por nuestras familias, los medios de comunicación, el
sistema de salud y, también, la escuela. A través de estas y otras instituciones, incorporamos valores,
formas de entender y estar en el mundo. Por ejemplo, las formas de entender el sexo como algo
bueno o malo, placentero o peligroso; reglas para las relaciones sexo-afectivas; a comportarnos de
acuerdo a expectativas de género diferenciales y desiguales para unas y otros, etc.
La escuela, de manera explícita o implícita, a través de formas de organización institucional, con
medidas disciplinarias, inclusive con silencios y omisiones, sin duda tuvo un lugar importante en
nuestra educación sexual. Y, tradicionalmente, lo ha hecho -y a veces lo sigue haciendo- desde
enfoques biologicistas, biomédicos y moralistas que se contraponen a la perspectiva integral de la
ESI. A continuación, compartimos las principales características de los mismos.
-Enfoque moralista: seguramente recordemos alguna anécdota en donde alguien en el curso haya
sido reprendida/o severamente por dibujar un genital, o quizás alguna charla o taller en al que nos
propusieran la abstinencia o la pareja estable como el único método efectivo de cuidado sexual. El
enfoque moralista estipula conductas adecuadas y esperables, y sanciona todo aquello que se
desvía de una sexualidad buena o normal.
El enfoque de la ESI
En Argentina, durante las últimas décadas, fueron sancionadas diversas leyes que reconocieron los
derechos sexuales y reproductivos de todas las personas en tanto derechos humanos. En este
contexto, en octubre de 2006, se sancionó la ley nacional 26.150 de Educación Sexual Integral que,
desde entonces, se constituyó como derecho de la población escolar: adulta, joven y muy
especialmente adolescentes, niñas y niños.
Esta ley propone un camino diferente a las tradicionales maneras de abordar la educación en temas
vinculados con la sexualidad. Veamos cuál es la propuesta de la ESI comenzando por lo enunciado
en el Artículo 1:
“Todos los educandos1 tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones
nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de
esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos,
psicológicos, sociales, afectivos y éticos”.
Observamos que en este primer artículo se enuncia de manera explícita el derecho de todas/os
las/os estudiantes a recibir ESI; derecho que es extensivo a todos los niveles y modalidades
educativas. Y, fundamentalmente, se concibe a las infancias, adolescencias y juventudes como
sujetos de derecho o como titulares de derecho en relación a recibir ESI.
Esta consideración explicitada en el artículo 1, se fundamenta en dos pilares: uno tiene que ver con
definir a las personas que se están educando como titulares plenos de derecho, y el otro, se
relaciona con la idea de sexualidad que sustenta la norma. En este sentido, para la ley de ESI la
sexualidad está presente desde el momento en que nacemos y nos acompaña durante toda nuestra
1
Seguramente les llame la atención el masculino genérico con el que refiere a “todos los educandos”, recordemos que esta norma se
sancionó en el año 2006 y las discusiones -y posibles alternativas- frente las limitaciones del lenguaje no estaban tan desarrolladas,
como en la actualidad.
vida, es decir, la sexualidad constituye un aspecto central en la vida de los seres humanos. Por lo
tanto, si recibir ESI es un derecho, el Estado tiene la obligación de garantizarlo.
Aquí, nuevamente, la ley nos ayuda a posicionarnos como sistema educativo y como docentes, en
tanto agentes del Estado. Nuestra responsabilidad radica en promover y garantizar el derecho a la
ESI incorporando el enfoque pedagógico de la ESI en nuestras planificaciones.
Continuando con el artículo 1, y haciendo foco en la segunda parte del mismo, observamos que se
afirma que la ESI se encuentra integrada por varias dimensiones, la biológica, la psicológica, la social,
la afectiva y la ética. Con esta breve referencia, la ley reconoce la importancia de entretejer o
entrelazar las diferentes dimensiones de la sexualidad que juntas constituyen a las personas como
seres sexuados. Esta concepción de la sexualidad se encuentra en consonancia con lo planteado por
la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2006: "La sexualidad es un aspecto central del
ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género,
el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa
a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas,
papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no
obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la
interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos,
legales, históricos, religiosos y espirituales".
Objetivos de la ESI
En función de lo planteado hasta el momento, podemos preguntarnos ¿cuáles son los objetivos de
la ESI? Para responder esta pregunta, la ley de ESI en su artículo 3, formula los siguientes objetivos:
● Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la
formación armónica equilibrada y permanente de las personas.
● Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos y confiables y actualizados
sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral.
● Promover actitudes responsables ante la sexualidad.
● Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva
en particular.
● Procurar igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones.
Estos objetivos generales, junto a las consideraciones que vimos en el artículo 1, nos ayudan a ir
precisando el significado de implementar la ESI en las escuelas. En este sentido, podemos decir que
nuestra tarea como docentes es incorporar y/o fortalecer el enfoque integral de la ESI en la escuela
a través de nuestras prácticas cotidianas. Para ello, la ESI debe abordarse desde una perspectiva
transversal. Esto significa que no debe reducirse a un taller, charla o espacio aislado, generar y,
tampoco, separarse de la práctica pedagógica cotidiana. La ESI se propone como un espacio de
enseñanza y aprendizaje sistemático, que puede adoptar la forma de un espacio curricular
específico a partir de la escuela secundaria, con contenidos adecuados a las edades y desarrollos de
las y los estudiantes, cuyos aprendizajes comprenden saberes y habilidades para la toma de
decisiones libre y de manera autónoma con relación a los derechos sexuales y reproductivos.
Ahora bien, ¿cómo es posible traducir esta definición de sexualidad tan amplia en una herramienta
para el trabajo en la escuela?
En el camino de ir implementando la perspectiva integral de la ESI el Consejo Federal de Educación,
aprobó la Resolución CFE N° 45 en el año 2008, donde se establecen los Lineamientos Curriculares
para la Educación Sexual Integral. Estos lineamientos incluyen propósitos, modos de trabajo por
nivel y contenidos de aprendizajes para las principales áreas de conocimiento. Esos contenidos
serán abordados de manera transversal y/o en espacios curriculares específicos. Además, la
normativa se acompaña, a su vez, de la Resolución CFE N°340 del año 2018 donde se aprueban los
núcleos de aprendizaje prioritarios de la ESI y en la cual se enuncia que “Las jurisdicciones se
comprometen a implementar la obligatoriedad de la educación sexual integral en todos los niveles
y modalidades educativas, abordando, sin excepción, los cinco ejes conceptuales: Cuidar el cuerpo y
la salud; Valorar la afectividad; Garantizar la equidad de género; Respetar la diversidad; Ejercer
nuestros derechos.”
Los ejes conceptuales de la ESI ayudan a organizar la perspectiva integral que promueve la ley
26.150. Además, son una herramienta valiosa para planificar nuestras prácticas educativas, y nos
ayudan a reflexionar sobre aspectos importantes de nuestros roles profesionales, ya sea que nos
desempeñemos como docentes o como integrantes del equipo directivo de una escuela. Asimismo,
nos asisten a la hora de evaluar si en el tratamiento escolar de una temática hemos incorporado las
diferentes dimensiones que hacen de la sexualidad un fenómeno complejo.
Es importante tener presente que, si bien estos ejes están planteados de forma separada para
identificarlos y trabajarlos con mayor claridad, en la realidad se encuentran estrechamente
entrelazados. En las siguientes clases recuperaremos algunas cuestiones de los ejes de la ESI, ahora
les proponemos detenernos brevemente en cada uno de ellos:
Como hemos podido observar, la ESI propone un abordaje integral que se hace posible a través de
una tarea transversal y sistemática. Cuando trabajamos un contenido de ESI en la escuela, podemos
enfatizar en algunos de los ejes conceptuales que hemos visto y, además, considerar cómo
interactúa con el resto. De esta manera, estaremos consolidando el enfoque integral.
Hasta aquí hemos reflexionado en torno a la sexualidad como un aspecto fundamental de las
personas y también sobre la consideración de ellas como sujetos de derecho. Veamos ahora, en qué
consisten los derechos sexuales y reproductivos (DDSSyRR).
En nuestro país los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos básicos. Es decir que
son derechos tan importantes como el derecho a la vida, a la salud y a la libertad -con los que están
directamente relacionados- y buscan garantizar las posibilidades de vivir nuestra sexualidad con
autonomía, libertad, en condiciones de igualdad y sin sufrir ningún tipo de coacción o violencia
Es importante resaltar que los derechos sexuales y reproductivos son los mismos
para todas las personas, incluyendo niñas, niños y adolescentes. Asimismo, resulta
importante conocerlos a la hora de trabajar con personas o grupos cuyos derechos
sexuales y reproductivos pueden verse particularmente afectados.
Desde finales del siglo XX, y especialmente desde comienzos de este siglo, nuestro país avanzó en
la creación de un amplio marco normativo que otorgó reconocimiento a estos derechos. Podemos
destacar la ley que crea el Programa de Salud Sexual y Reproductiva, la Ley de Educación Sexual
Integral, la Ley de Protección Integral a las Mujeres, la modificatoria del matrimonio civil que
permite el casamiento entre personas del mismo sexo y la Ley de Identidad de Género.
A continuación, presentamos algunas de estas leyes que van tejiendo una red que respalda los
derechos sexuales y reproductivos:
La Ley 27610 establece el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, reconociendo que se
trata de un tema de salud pública y derechos humanos de las mujeres y las personas con otras
identidades de género con capacidad de gestar.
La sanción de esta ley constituye un hito muy importante en el camino de garantizar los derechos
sexuales y reproductivos, y muy especialmente uno de ellos, el de elegir si tener o no hijas/os, con
quién, cuántas/os y cuándo tenerlas/os.
Esta nueva norma implica un cambio de paradigma: el pasaje de un campo punitivo y restrictivo al
terreno de los derechos humanos. Antes de la sanción de la ley de IVE, la interrupción del embarazo
estaba limitada a circunstancias puntuales y, por fuera de ellas, se aplicaba la ley penal que
condenaba a muchas mujeres. Con la nueva norma, la interrupción voluntaria del embarazo es
considerada una temática de salud pública que debe abordarse desde un enfoque basado en la
perspectiva de Derechos Humanos.
Ahora bien, ¿qué implica considerar a la IVE en términos de derechos? Que el Estado reconoce el
derecho de las mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar, a
decidir sobre su cuerpo y su reproducción. Instituye el derecho de acceso a la IVE hasta la semana
14 inclusive, y más allá de ese plazo, cuando la vida o salud de la persona gestante estuviera en
riesgo, o si el embarazo fuera producto de una violación.
El Estado asume su rol de garante de este nuevo derecho. Esta garantía de derecho que instaura la
ley, lejos de buscar una modificación en las convicciones personales, las protege: en términos de los
derechos sexuales y reproductivos ninguna persona debe verse obligada a hacer algo que vaya
contra de su sistema de creencias y tampoco nadie puede obligar a una persona a tomar decisiones
con las que no acuerda.
Para el campo educativo este aspecto es central, porque reafirma el trabajo que se viene realizando
en términos del abordaje sobre los derechos sexuales y reproductivos y también convalida el sentido
profundo que tiene la ESI, que no es otro que educar para que las personas puedan decidir con
libertad y autonomía sobre su vida sexual y reproductiva.
Los derechos sexuales y reproductivos en la escuela y su abordaje desde
la ESI
El reconocimiento de los derechos nunca es una tarea sencilla. Por un lado, está el trabajo de
legisladoras y legisladores: llegar a acuerdos sobre el texto de la ley y, luego, armar una estructura
que posibilite su garantía. Es decir, establecer mecanismos, y a veces hasta crear organismos, que
permitan que todas las personas puedan ejercer ese derecho. Por otro lado, se requiere un abordaje
cultural y educativo que contribuya a que sea reconocido como derecho aquello que hasta entonces
no gozaba de ese reconocimiento.
Como hemos visto, la tarea de la escuela resulta central para aportar en este sentido. A partir de lo
trabajado en esta primera clase, podemos sintetizar las primeras orientaciones a tener en cuenta
para emprender este camino:
Sin dudas, todas estas cuestiones serán parte de un proceso que cada una/o de nosotras/os y cada
escuela irá transitando según sus particularidades. Sepamos que, en cada uno de estos pasos,
estaremos contribuyendo al abordaje de los derechos sexuales y reproductivos desde la ESI y
aportando al desarrollo de una sexualidad informada, plena y libre. Y, por lo tanto, acompañando a
las niñeces y adolescencias en el camino progresivo del desarrollo de su autonomía, del
reconocimiento y ejercicio de derechos y contribuyendo así, a su formación ciudadana. Seguiremos
trabajando y profundizando estas cuestiones a lo largo del curso.
A modo de cierre
Bibliografía de referencia
Ley 26.150 de Educación Sexual Integral.
Morgade, Graciela (Comp.): “Toda educación es sexual: hacia una educación sexuada justa”.
Crujía. 2011
Créditos
Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Dirección de Educación para los Derechos
Humanos, Género y Educación Sexual Integral. Subsecretaría de Educación Social y Cultural.
Secretaría de Educación. Ministerio de Educación de la Nación Argentina.
Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Dirección de Educación para los Derechos
Humanos, Género y Educación Sexual Integral. Subsecretaría de Educación Social y Cultural.
Secretaría de Educación. Ministerio de Educación de la Nación Argentina. (2021). Clase Nro 1: El
derecho a la Educación Sexual Integral. La interrupción voluntaria del embarazo en la escuela. La ESI
en la escuela: nuevos desafíos a partir de la Ley de IVE. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la
Nación.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0