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(idalberto Chiavenato)
Gerencia de talentos humanos
Un talento se define como una persona que se destaca por una habilidad, una competencia, una
experiencia profesional específica y por un amplio conocimiento sobre el sector en el que trabaja.
Así, la gestión del talento humano reviste una importancia estratégica para la empresa, pues es a
partir de su capital más importante (las personas), que esta podrá conseguir sus objetivos y ser
exitosa.
En el mercado laboral actual, caracterizado por una alta competitividad, la correcta gestión de los
recursos humanos hace que una organización pueda diferenciarse de otra al:
2. Visión organizacional
La visión organizacional, o visión del negocio, se refiere a lo que la organización desea ser en el
futuro. La visión es muy inspiradora y explica por qué las personas dedican a diario la mayor parte
de su tiempo al éxito de su organización. Cuanto más vinculada esté la visión del negocio a los
intereses de sus socios, tanto más la organización podrá cumplir con sus propósitos.
En la práctica, el enfoque de Herzberg resalta los factores motivacionales que las organizaciones
suelen desatender en su afán por aumentar el desempeño y la satisfacción de las personas. Hasta
cierto punto, las conclusiones de Herzberg coinciden con la teoría de Maslow en que, cuando el
estándar de vida es elevado, las necesidades humanas de niveles más bajos tienen poco efecto
motivacional. Los planteamientos de Maslow y de Herzberg coinciden en algunos puntos que
permiten una configuración más amplia y rica de la motivación de la conducta humana. No
obstante, también presentan diferencias importantes.
El dinero es muy motivador El dinero es un poderoso motivador si las personas creen que
existe una relación directa o indirecta entre el desempeño y el consecuente aumento de
remuneración. De confirmarse esa percepción, las personas sin duda tendrían un mejor
desempeño en vista del resultado económico deseado.
Aunque las personas se pueden visualizar como recursos, es decir, como portadores de
habilidades, capacidades, conocimientos, competencias, motivación para el trabajo, etc., nunca se
debe olvidar que las personas son personas, es decir, portadores de características de
personalidad, expectativas, objetivos personales, historias particulares, etcétera. Por esto,
conviene destacar algunas características generales de las personas como tales, pues esto
mejorará la comprensión de la conducta dentro de las organizaciones.