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PEDRO HUMBERTO GUTIER « EZ HERNANDEZ

CORTE SUPREMA DE )USTICIA


SALA DE CASACIÓN PENAL

MAGISTRADO PONENTE
ÁLVARO ORLANDO PÉREZ PINZÓN
APROBADO ACTA No. 213

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de diciembre del año dos mil


(2.000)

VISTOS

Se decide sobre la admisión de la demanda de casación


excepcional interpuesta por el defensor de PEDRO HUMBERTO
GUTIERREZ HERNANDEZ contra la sentencia dictada por el Tribunal
Superior de Santafé de Bogotá el 17 de febrero de 2000, mediante la
cual confirmó el fallo expedido por el Juzgado 25 Penal del Circuito de la
misma ciudad.

ANTECEDENTES

1. El 25 de marzo de 1997, la empresa MARUBENI CORPORATION


SUCURSAL COLOMBIA celebró con quien dijo llamarse SEBASTIAN
CARRILLO un contrato de promesa de compraventa de un vehículo
Mercedes Benz por la suma de 70 millones de pesos, valor que fue
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PEDRO HUMBERTO GTIERREZ HERNANIEZ

cancelado con 2 cheques girados en dólares contra un banco que desde


hace varios años dejó de funcionar en Estados Unidos e igualmente
carece de representación en ese país.

El automóvil, que luego se registró en la Secretaría de Tránsito y


Transportes de Bogotá utilizando un formulario de traspaso falsamente
suscrito por el representante legal de la sociedad mencionada, fue
vendido más tarde a un tercero por PEDRO HUMBERTO GUTIERREZ
HERNANDEZ, quien afirmó haberlo comprado a "SEBASTIAN CARRILLO".

2. La fiscal 120, adscrita a la Unidad Cuarta de Patrimonio de esta


ciudad, decretó la apertura de instrucción por resolución de mayo 6 de
1997 y, después de escuchar en indagatoria al señor GUTIERREZ el
siguiente día 9, ordenó su detención preventiva el 14 de mayo por los
delitos de receptación y falsedad en documento privado.

Por estos mismos ilícitos se dictó resolución de acusación en


contra del procesado el 2 de septiembre de 1997 y el Juzgado 25 Penal
del Circuito lo condenó en noviembre 16 de 1999 a la pena principal de
30 meses de prisión y multa equivalente a 7 salarios mínimos legales
mensuales y a las accesorias de intrdicción de derechos y funciones
públicas por el mismo lapso y prohibición de ejercer actividades
relacionadas con la compraventa de automotores por el término de 1
año, así como al pago de 200 gramos oro por concepto de perjuicios
materiales ocasionados a la empresa ofendida.

3. La decisión, apelada por el defensor del procesado, fue


confirmada en su integridad por el Tribunal Superior de esta capital en
sentencia de febrero 17 de 2000, la que alcanzó ejecutoria el 3 de
marzo siguiente.

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4. El 24 de abril de 2000, dentro del término de 30 días previsto


por el artículo 60 de la Ley 553 del año en curso, el mismo defensor
presentó demanda de casación excepcional de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 10 de la citada ley.

LA IMPUGNACIÓN

Con apoyo en la causal primera de casación, el demandante


formula dos cargos contra la sentencia:

1. Que, en cuanto al delito de receptación, "...es violatoria de la ley


sustancial por vía indirecta, por error de hecho por falso juicio de
convicción en las pruebas que se tuvieron en cuenta para establecer la
certeza sobre la responsabilidad penal...".

Al respecto, afirma que se desconocieron los artículos 29, 246,


247 y. 445 del Código de Procedimiento Penal porque se invirtió el
principio de presunción de inocencia y se dejó de reconocer la duda
probatoria, pues se declaró la responsabilidad de GUTIERREZ
HERNANDEZ por receptación sin que se demostrara plenamente que el
negocio celebrado por Sebastián Carrillo con Marubeni Corporation
Sucursal Colombia constituyera el delito de estafa y sin tener en cuenta
que su pupilo adquirió de buena fe el vehículo, lo cual "es un hecho
irrefutable".

2. Igual vicio, pero determinado por un falso juicio de identidad,


reprocha con relación al delito de falsedad en documento privado porque
no existe prueba de que el autor material o intelectual de la falsificación
de la firma del representante legal de la empresa haya sido su
defendido, y el dictamen pericia¡ concluye que no fue él quien estampó

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la rúbrica examinada. En consecuencia, la declaración de


responsabilidad es equivocada porque desconoce el dictamen, "lo que
constituye un error de hecho por falso juicio de convicción" (sic) y viola
de manera indirecta la ley sustancial porque conculca la presunción de
inocencia y la duda probatoria.

Concluye que estos errores le causaron gran perjuicio al señor


GUTIERREZ, lo "que le da derecho a demandar en casación"; solicita se
case la sentencia y, en el fallo de sustitución que deba proferirse, se le
absuelva por ambos Ilícitos.

Sobre la procedencia de la casación excepcional, simplemente pide


"admitir el recurso que propongo en este caso por considerarlo
necesario para el desarrollo de la jurisprudencia y de las garantías de los
derechos fundamentales".

CONSIDERACIONES DE LA SALA

1. De acuerdo con lo previsto por la Ley 553 de 2000, que


modifica y adiciona el Capítulo VIII del Título IV del Libro 1 del Código de
Procedimiento Penal, para que la demanda de casación excepcional o
discrecional sea admitida se requiere:

a) Que se dirija contra sentencias ejecutoriadas dictadas en


segunda instancia por los tribunales superiores de distrito judicial o el
Tribunal Superior Militar en procesos adelantados por delitos que no
tengan señalada pena privativa de la libertad o que ésta no exceda de 8
años, o en cualquier caso por los juzgados penales de circuito, siempre
que se pretenda el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los
derechos fundamentales (art. 218 C.P.P.).

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b) Que se presente dentro de los 30 días siguientes a la


ejecutoria de la sentencia (art. 223 ib.) con el lleno de los requisitos
propios de esta vía excepcional, así como los generales previstos en el
artículo 225 del estatuto procesal.

c) Que se expongan las razones por las cuales la Corte, en


ejercicio de la facultad discrecional que le concede el artículo 218 del
estatuto procesal, deba admitir la demanda. En consecuencia, no sólo
ha de invocar alguna de las causales previstas en esta norma -el
desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos
fundamentales- o ambas, sino que tendrá que expresar los específicos
motivos que dan lugar a aducirlas, de modo que precise cuáles son los
aspectos contradictorios, confusos o no tratados por la jurisprudencia
que justifican su revisión, en el primer caso, o señalar de qué manera el
fallo ha desconocido los derechos fundamentales, en el segundo.

d) La demanda debe cumplir también "los demás requisitos


exigidos por la ley" (lb.), esto es, los indicados en el artículo 225 del
Código de Procedimiento Penal, de manera que se identifiquen los
sujetos procesales y la sentencia acusada, se narren sucintamente los
hechos materia de juzgamiento y la actuación procesal, se enuncie la
causal de casación, se formule el cargo con la expresión de los
fundamentos que sustentan la censura y se indiquen las normas que el
demandante estima infringidas.

e) Si la casación tiene por objeto "lo referente a la indemnización


de perjuicios decretados en la sentencia condenatoria", la demanda se
apoyará en las causales de casación previstas en el Código de
Procedimiento Civil y atenderá a las cuantías que ese estatuto exija para
la procedencia de la impugnación.

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f) Que sea presentada por quien, de acuerdo con lo preceptuado


por el artículo 222 C.P.P., esté legitimado para hacerlo.

2. La demanda que se revisa no cumple con algunas de las


señaladas exigencias y, sobre todo, con la que da soporte a la casación
discrecional: el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los
derechos fundamentales.

En efecto:

El libelista se limita simplemente a decir al final de su escrito que,


como no se da el requisito de la cantidad de pena necesaria para la
casación ordinaria, se admita la excepcional "para el desarrollo de la
jurisprudencia y de las garantías de los derechos fundamentales".

Pero como no informa ni siquiera indirectamente cuál es el estado


de la jurisprudencia en el punto que considera necesario que se
pronuncie la Corte ni precisa un aspecto específico que deba ser
desarrollado ni señala contradicciones, vacíos, inconsistencias o
confusiones que la Sala haya originado en razón de sus decisiones, una
aspiración como la que expresa implicaría sin duda que la Corte
abordara la revisión de todas sus decisiones que tuvieran alguna
relación con los temas planteados por el demandante, lo cual es
francamente imposible.

Igual sucede con relación a los derechos fundamentales, pues no


precisa cuáles reputa vulnerados, en qué momento de la actuación se
produjo el quebranto ni qué enmienda ha de hacer la Corte para
restaurar su vigencia.

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Y, en ausencia de los cimientos elementales, resulta superfluo


analizar las violaciones indirectas que plantea, entre otras cosas,
también erróneamente elaboradas.

En consecuencia, por no cumplir con los requisitos especiales


previstos en el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, la
demanda se inadmitirá y se ordenará la devolución del expediente al
Tribunal de origen.

En mérito de lo expuesto la Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema de Justicia,

RESUELVE

1. Inadmitir la demanda que, por la vía excepcional, interpuso el


defensor de PEDRO HUMBERTO GUTIERREZ HERNANDEZ.

Cópiese, notifíquese y cúmplase.

(
EDGA .0' BANA TRUJILLO

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Rdo. 17.349 Cas. 1• n discrecional.
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TERESA RUÍZ NUÑEZ


Secretaria

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