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AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

Magistrado ponente

AC4517-2022
Radicación n° 11001-02-03-000-2022-01020-00

Bogotá D.C., cinco (5) de octubre de dos mil veintidós


(2022).

Procede la Corte a resolver el recurso de queja


interpuesto por los demandantes frente al auto de 29 de
noviembre de 2021, con el cual la Sala Civil del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá negó la concesión
del recurso de casación que radicaron contra la sentencia
de 4 de noviembre del mismo año, dictada en el proceso
verbal promovido por David Esteban Sánchez González y
María Fernanda Sandoval Molina contra Faidy Lizbeth
Quiroz Pinzón y Seguros Comerciales Bolívar S.A.
(11001310301120190027800).

ANTECEDENTES

1. Los accionantes solicitaron declarar civil,


extracontractual y solidariamente responsables a los
convocados por los perjuicios padecidos por aquellos, así
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como por su núcleo familiar, con ocasión del accidente de


tránsito ocurrido el 9 de mayo de 2017.

Por consecuencia, pidieron condenar a los enjuiciados


al pago de $44’822.855 por concepto de daño emergente
pasado; $32’670.000 a favor de David Esteban Sánchez
González como lucro cesante consolidado; $1’391’675.098
para él por lucro cesante futuro; $165’623.200 para María
Fernanda Sandoval Molina por «secuelas permanentes y
deformidad que tuvo a causa del accidente»; $455’463.800
por perjuicios morales a razón de $82’811.600 para cada
uno de los demandantes, la misma cantidad para su hija
común Isabela Sánchez Sandoval, para Rocío González
Rodríguez como progenitora del demandante, para Héctor
Ángulo González como padre adoptivo de él, para Víctor
Hugo Sánchez Parra como padre biológico y 41’405.800
para su hermana Zaira Gineth Ángulo González; y por
concepto de daño a la vida de relación la suma que se
pruebe pericialmente en el trámite; todas las anteriores
sumas con intereses y corrección monetaria desde la
ocurrencia del accidente y hasta el día del pago.

2. Una vez surtido el trámite de la primera instancia


con oposición expresa de Faidy Lizbeth Quiroz Pinzón así
como de Seguros Comerciales Bolívar S.A., en su doble
condición de accionada y llamada en garantía, el Juzgado
11 Civil del Circuito de Bogotá resolvió, con providencia de
12 de julio de 2021: I) declarar infundadas todas las
excepciones propuestas; II) declarar civil y
extracontractualmente responsable a Faidy Lizbeth Quiroz

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Pinzón de los perjuicios reclamados por David Esteban


Sánchez González y María Fernanda Sandoval Molina,
condenándola al pago de $12’461.728 por daño emergente,
$549’458.054 por lucro cesante consolidado, 100 salarios
mínimos mensuales legales vigentes a favor de David
Esteban Sánchez González por perjuicios morales y otra
cantidad igual por daño a la vida de relación, 80 SMMLV
para María Fernanda Sandoval Molina por perjuicios
morales y 50 SMMLV por daño a la vida de relación; III)
condenar a Seguros Comerciales Bolívar S.A. a pagar las
anteriores cantidades en forma solidaria y hasta el valor del
límite asegurado en la póliza 1505511555102, más
intereses comerciales desde la ejecutoria de la sentencia; IV)
negar las demás peticiones de la demanda.

3. La Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito


Judicial de Bogotá, el 4 de noviembre de 2021, al desatar el
remedio vertical propuesto por los demandados, revocó el
fallo apelado y desestimó íntegramente el petitum.

4. Los accionantes interpusieron recurso de casación


pero el tribunal denegó su concesión el 29 de noviembre de
2021, tras considerar que fue extemporáneo.

5. Ésta determinación fue atacada en reposición por


los demandantes con el fin de obtener la concesión del
mecanismo extraordinario, en subsidio invocaron la
«apelación», tras argumentar que en la notificación por
estado de la sentencia de segunda instancia no fue
insertada copia de esta providencia y que el plazo para

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radicar el recurso extraordinario debe ser calculado «antes


de la ejecutoria de la misma (…) conforme al artículo 302 del
C.G.P.».

6. El estrado judicial ad-quem confirmó el auto


censurado, tras señalar que la notificación por estado de la
sentencia estuvo acompañada del link o vínculo para
acceder al expediente, dentro del cual obra la providencia
atacada, y que el plazo para interponer el recurso de
casación inicia desde el día siguiente a la notificación de
marras, por mandato del canon 337 del Código General del
Proceso.

Por último ordenó la reproducción del expediente para


agotar el medio de defensa que ahora ocupa la atención de
esta Corporación.

CONSIDERACIONES

1. Conforme al artículo 35 del Código General del


Proceso, «[c]orresponde a las salas de decisión dictar las
sentencias y los autos que decidan la apelación contra el que
rechace el incidente de liquidación de perjuicios de condena
impuesta en abstracto o el que rechace la oposición a la
diligencia de entrega o resuelva sobre ella. El magistrado
sustanciador dictará los demás autos que no correspondan a
la sala de decisión».

Por consecuencia, la presente decisión no es objeto de


pronunciamiento en Sala teniendo en cuenta los criterios

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expuestos por la Corte al señalar, bajo la vigencia del


Código de Procedimiento Civil pero que se mantienen, que
«la Corte Suprema resolverá, entre otros asuntos asignados,
los que siguen: (…) A) En Sala de decisión. (…) I) Las
sentencias. (…) II) inadmisión del recurso de casación (art.
372 C. de P. C.). (…) III) pruebas de oficio antes de proferir la
sentencia de instancia. (…) B) El Magistrado sustanciador.
(…) I) El recurso de queja (…) II) acumulación de procesos (…)
III) conflictos de competencia (…) IV) el auto que resuelve una
nulidad (…) V) el auto que resuelve la súplica (magistrado
que siga en turno -art. 363 C. de P. C.-). (…) VI) multa por la
no asistencia a la audiencia de que trata el artículo 373 del
C. de P.C.» (CSJ AC 27 sep. 2010, rad. 2010-01055).

2. Ahora, el interés para acceder al recurso


extraordinario de casación debía ascender, conforme a la
previsión del artículo 338 del Código General del Proceso, a
1000 SMMLV, esto es, $908’526.000 para el año 2021, de
expedición del fallo confutado.

Dicho precepto legal prevé que «(c)uando las


pretensiones sean esencialmente económicas, el recurso
procede cuando el valor actual de la resolución desfavorable
al recurrente sea superior a un mil salarios mínimos legales
mensuales vigentes (1.000 smlmv).

Y, en concordancia con esa disposición, el canon 339


de la misma compilación legal consagra que «(c)uando para
la procedencia del recurso sea necesario fijar el interés
económico afectado con la sentencia, su cuantía deberá

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establecerse con los elementos de juicio que obren en el


expediente. Con todo, el recurrente podrá adoptar un
dictamen pericial si lo considera necesario, y el magistrado
decidirá de plano sobre la concesión.»

3. En este orden, de entrada menester es indicar que


acertó el juzgador de última instancia al denegar la
concesión del mecanismo extraordinario, en tanto el
artículo 337 del Código General del Proceso consagra que
«[e]l recurso podrá interponerse dentro de los cinco (5) días
siguientes a la notificación de la sentencia.»

Es decir que el lapso de marras inicia al día siguiente


de surtida la notificación de la sentencia de segunda
instancia, lo que para el caso de autos traduce que la
impugnación fue tardía, habida cuenta que el fallo fue
notificado por estado del 5 de noviembre de 2021, de donde
el término aludido vencía el 12 de noviembre, pero la
impugnación sólo fue radicada hasta el 16 de noviembre
siguiente.

En adición, cierto es que la notificación por estados


virtuales de una providencia requiere la inserción de los
datos con base en los cuales los interesados conozcan, a lo
sumo, el contenido de la parte resolutiva de la decisión o el
sentido de esta, pues así lo doctrinó esta Sala por vía
constitucional al señalar que «…la inclusión de la decisión
medular de la ‘providencia’ a notificar en los estados
virtuales garantiza la publicidad natural que apareja dicho
acto de comunicación, toda vez que la simple mención

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electrónica de la existencia de un ‘proveído’ sin especificar su


sentido basilar se aleja de la teleología del artículo 289 del
Código General del Proceso» (STC de 20 may. 2020, rad.
2020-00023).

Sin embargo, tal requisito fue cumplido en esta


específica contienda, habida cuenta que el ingreso a la
notificación por estado electrónico de la sentencia de
segunda instancia deja al descubierto que contiene el
vínculo de acceso a ese proveído, de forma integral, como lo
certificó el tribunal de segunda instancia 1.

En suma, la interposición del recurso extraordinario


de casación fue extemporánea, como lo adujó el juzgador
ad-quem.

4. Pero aún en el evento de que tal censura hubiera


sido oportuna era forzoso negar su concesión, en la medida
en que el interés de cada uno de los demandantes resultaba
insuficiente para acceder a dicho mecanismo de defensa,
puesto que, de un lado, los reclamantes integran
litisconsorcio facultativo o voluntario (art. 60 C.G.P.), en
cuanto podían formular sus aspiraciones en juicios
separados.

1
https://www.ramajudicial.gov.co/documents/2233156/90779362/
PROVIDENCIAS+E-196+NOVIEMBRE+5+DE+2021.pdf/2ea20a7d-711a-4d87-bfe3-
4317430e63cd

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En efecto, sobre la diferenciación de las modalidades


litisconsorciales, facultativa, necesaria y cuasinecesaria,
esta Corte tiene precisando que:

El litisconsorcio facultativo (artículo 50 Código de Procedimiento


Civil [hoy art. 60 C.G.P.]), el litisconsorcio necesario (artículo 51
ibídem [hoy art. 61 C.G.P.]) y la intervención litisconsorcial del
artículo 52 inciso 3º [hoy art. 62 C.G.P.], pudiera concluirse: en el
litisconsorcio facultativo la unión de los litigantes nace de la libre
y espontánea voluntad de la parte demandante, que es la que
decide por razones de economía y armonía procesales, acumular
las pretensiones de “varios demandantes o contra varios
demandados”, según lo establece el artículo 82 del Código de
Procedimiento Civil. Por manera que en el litisconsorcio
facultativo se presenta una pluralidad de pretensiones, cuya
titularidad autónomamente recae en cada uno de los
litisconsortes, razón por la que la ley los considera “como
litigantes separados”. En el litisconsorcio necesario, en cambio,
según se anotó, la unión de los litigantes obedece a una
imposición legal o resulta determinada por la naturaleza de la
relación o situación jurídica controvertida, siendo ellos, todos,
titulares de la misma pretensión, razón por la cual “no puede ser
válidamente propuesta sino por varios sujetos, o frente a varios
sujetos, o por varios y frente a varios a la vez” (Guasp), por
cuanto la decisión además de uniforme, lógicamente aparece
como inescindible. Por último, la intervención litisconsorcial
prevista por el inciso 3º del artículo 52, surge de la voluntad o
iniciativa del tercero, quien decide concurrir al proceso para
hacerse “litisconsorte de una parte”, la demandante o la
demandada “y con las mismas facultades de ésta”, para
asociarse a la pretensión o a la oposición de la parte a la cual se
vincula, pero de manera autónoma, pues su concurrencia se
justifica por ser titular “de una determinada relación sustancial a
la cual se extienden los efectos jurídicos de la sentencia, y que
por ello estaban legitimados para demandar o ser demandados
en el proceso”, o sea que se trata de una relación sustancial que
en el evento de generar un conflicto de intereses, puede ser
definido en su mérito sin la presencia de todos los partícipes
porque ni la ley, ni la naturaleza de la relación impone el
litisconsorcio necesario, es decir, no obstante que la sentencia lo
liga a los efectos de la cosa juzgada, la vinculación del tercero es
espontánea o facultativa (SC194-2000, 24 oct. 2000, rad.
n.º 5387).

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Así mismo, en lo atañedero a la determinación de la


cuantía del interés para recurrir en casación, en los eventos
de intervención litisconsorcial la Sala ha sentado que:

[C]omo ya tuvo oportunidad la Corte de precisarlo en autos de 10


de septiembre de 1992 y 25 de mayo de 2006 (exp. 00249 01),
cuando en la parte actora concurren varias personas, el interés o la
cuantía para recurrir varía dependiendo de si son integrantes de
un litisconsorcio facultativo, o uno necesario, pues en el primer
caso, siendo que se consideran litigantes independientes, los
valores reclamados no pueden ser sumados a efectos de estimar la
cuantía del menoscabo que la sentencia les causa, ya que cada
uno de ellos es titular de su propio interés, a diferencia del
litisconsorcio necesario en el que sí representa un solo valor. Y
como en este asunto los demandantes concurren integrando un
litisconsorcio facultativo, la pérdida que reclaman debe sopesarse
de manera individual o separada» (AC, 28 feb. 2007, rad. n.º
2006-01954 y AC, 13 ene. 2011, rad. n.º 2002-00406-
01, reiterado en AC2852-2015, 26 may. 2015, rad. n.º
2005-00295-01).

Y, de otro lado, en razón a que la sentencia de primer


grado fue favorable parcialmente a los intereses de los
demandantes, quienes no apelaron tal determinación, el
agravio irrogado con el fallo del juzgador ad-quem no
asciende a la totalidad de lo pedido en el libelo genitor de la
contienda, sino a lo que había sido accedido por el fallador
a-quo que, en últimas, fue negado en segunda instancia.

Es decir que el interés para recurrir en casación de


David Esteban Sánchez González equivaldría a la sumatoria
de $12’461.728 por daño emergente, $549’458.054 por
lucro cesante consolidado, 100 salarios mínimos mensuales
legales vigentes por perjuicios morales ($90’852.600 para el
año 2021) y otra cantidad igual por daño a la vida de
relación ($90’852.600), para un total de $743’624.982.

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A su vez, el mismo interés para María Fernanda


Sandoval Molina sería el equivalente a sumar 80 SMMLV
por perjuicios morales ($72’682.080) y 50 SMMLV por daño
a la vida de relación ($45’426.300), esto es, $118’108.380.

5. En suma, la negación del mecanismo extraordinario


fue acertada, por lo que así se declarará.

Es que la naturaleza de tal recurso justifica las


restricciones para concederlo, toda vez que sólo es viable en
aquellos eventos establecidos de manera expresa por la ley,
teniendo en cuenta su clase y el quantum del agravio
causado por el fallo impugnado, salvo que verse
exclusivamente sobre el estado civil de las personas, porque
en este están involucrados los derechos personalísimos
irrenunciables y no un componente económico.

Así lo resaltó la Corte al señalar que «(…) sólo puede


emplearse frente a ciertas y determinadas sentencias, en
atención a la naturaleza del proceso en el que ellas fueron
proferidas, al juez que las emitió y, por regla general, ‘al
valor actual de la resolución desfavorable al recurrente’
(Cfme. art. 366 del C. de P. C., modificado por la Ley 592 de
2000)». (AC de 20 abr. 2009, rad. 2008-01910, reiterado en
AC4416-2014).

DECISIÓN

Con base en lo expuesto, la Corte Suprema de

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Justicia, Sala de Casación Civil, RESUELVE:

Primero: Declarar bien denegada la concesión del


recurso de casación interpuesto por los demandantes frente
a la sentencia de 4 de noviembre del mismo año, dictada en
el proceso verbal promovido por David Esteban Sánchez
González y María Fernanda Sandoval Molina contra Faidy
Lizbeth Quiroz Pinzón y Seguros Comerciales Bolívar S.A.

Segundo: Ordenar devolver la actuación a la oficina de


origen.

Notifíquese,

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO


Magistrado

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