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Ciudadanos

PRESIDENTE Y DEMÁS MAGISTRADOS DE LA SALA CONSTITUCIONAL


DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
Su Despacho.

Yo, ___________, venezolano, mayor de edad, de este domicilio,


titular de la Cédula de Identidad N° V-________, abogado en ejercicio
inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el N°
________, inscrito en la lista de abogados habilitados para actuar ante
esa honorable Sala bajo el N° 590 de la Circunscripción Judicial del
Distrito Federal, a tenor de lo dispuesto en el Artículo 324 del Código de
Procedimiento Civil, en el supuesto negado que se aplique dicho artículo,
actuando en mi carácter de apoderado judicial de los ciudadanos
_________________, venezolanos, mayores de edad, y titulares de las
cédulas de identidad N° V-_______- y V-________ respectivamente,
parte demandada en el juicio que por “cumplimiento de contrato”,
incoara en su contra el ciudadano ______________, carácter que
consta de poder otorgado ante la Notaría Pública de El Tigre, Estado
Anzoátegui, el ___________ bajo el N° ____, Tomo _______de los
Libros de Poderes llevados por esa Notaría Pública, el cual acompaño en
copia certificada marcada “A”, ocurro ante su competente autoridad a
los fines de intentar ACCION AUTONOMA DE AMPARO
CONSTITUCIONAL, de conformidad con lo establecido en el artículo 4 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales,
en lo adelante (LOA), contra la decisión dictada, el 6 de abril de 2004
por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en el
expediente N° 92-6878, nomenclatura llevada por ese Tribunal, y que
acompaño anexa al presente escrito, marcada con la letra “B”, lo cual
hago en los siguientes términos:
I
ACTO LESIVO
La presente acción de amparo constitucional, se ejerce contra la antes
señalada decisión, dictada en fecha ________ por el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en el expediente N°
_________ de la nomenclatura llevada por esa alzada, en la causa que
por “cumplimiento de contrato” incoara el ciudadano _________.
El fallo lesivo fue dictado en violación de la Garantía Constitucional del
Juez Natural consagrada en el artículo 49, numeral 4, de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, y en la que se declaró lo
siguiente:
“Conoce este Tribunal Superior en REENVÍO, de la apelación
interpuesta contra la decisión dictada en fecha 20 de febrero de
1992, por el entonces Juzgado Primero de Primera Instancia en lo
Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal
y Estado Miranda, que declaró CON LUGAR la demanda que
incoara por cumplimiento de contrato (de opción de compra-
venta), el ciudadano ______________ en contra de los
ciudadanos ______________ y __________ de ______, y SIN
LUGAR la reconvención por ellos propuesta.
El recurso ordinario de apelación fue oído en ambos efectos por
auto de fecha 28 de mayo de 1992. Cumplido el trámite de
distribución respectivo, los autos fueron remitidos al Juzgado
Superior Segundo en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción
Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, y luego de
sustanciado el procedimiento, dictó sentencia en fecha 22 de
diciembre de 1992 declarando SIN LUGAR la apelación y
confirmando la decisión recurrida de fecha 20 de febrero de 1992.
En fecha 16 de febrero de 1994, el apoderado judicial de los
demandados anunció recurso de casación contra la decisión de
Alzada, el cual se admitió en fecha 17 de febrero de 1994;
recurso éste que fue debidamente sustanciado por la Sala de
Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia....
omissis...
Remitido el expediente a éste Juzgado Superior Segundo en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, el mismo fue recibido el 29 de
julio de 1998, siendo en fecha 27 de septiembre de 1999 cuando
se avoca al conocimiento de la causa el Juez Provisorio designado
y una vez agotados los trámites de notificación del mismo, en
fecha 17 de marzo de 2000 se avoca al conocimiento de esta
causa la primer suplente del Tribunal en razón de la falta absoluta
del juez, que en fecha 27 de agosto de 2000, fijó lapso para
dictar sentencia. No obstante, en fecha 03 de abril de 2001 se
avocó el juez provisorio, siendo en fecha 30 de septiembre de
2002 cuando se avoca al conocimiento de la presente causa quien
aquí sentencia como Juez Titular del despacho.”

II
SITUACIÓN JURÍDICA INFRINGIDA
El acto lesivo transcrito parcialmente, violó como se señalara
anteriormente el derecho a ser juzgado por el Juez Natural. Tal
transgresión radica en el hecho que el mencionado Tribunal Superior,
emitió pronunciamiento de fondo, como segundo grado de jurisdicción,
el 22 de diciembre de 1992 y luego de ser anunciado recurso de
casación contra dicho fallo, y realizada la sustanciación respectiva ante
la entonces Corte Suprema de Justicia, y habiéndose decidido el mismo,
el expediente fue remitido en reenvío al Tribunal ad quem, quien debió
inhibirse por cuanto ya había decidido el fondo de la controversia.
Tal inobservancia, constituye el centro de la violación constitucional
delatada, como podrá observarse con base en los argumentos que se
esgrimen a continuación.
Violación del numeral 4 del artículo 49, referido al derecho a ser
juzgado por un Juez Natural, el cual señala:
“Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces
naturales en las jurisdicciones ordinarias o especiales, con las
garantías establecidas en esta Constitución y en la Ley....”
El Tribunal de Reenvío, debió tomar una decisión adaptada a los
parámetros que habían sido fijados por la Sala de Casación Civil, al
declarar con lugar el Recurso de Casación interpuesto por mi
representada; evidentemente, esa decisión de reenvío no podía ser
dictada nuevamente por el Tribunal que había emitido el fallo casado
que contenía pronunciamiento sobre el mérito del asunto, por cuanto
estaba comprometida la imparcialidad y la transparencia del órgano
jurisdiccional.
En efecto, el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
no es el juez natural para conocer en reenvío, puesto que como se
señaló anteriormente, había emitido un pronunciamiento sobre el fondo
del asunto.
Así entonces, debemos considerar que el referido tribunal superior, dictó
sentencia definitiva el 22 de diciembre de 1992, fallo contra el cual se
anunció recurso de casación, que luego de sustanciado, fue declarado
con lugar al prosperar una denuncia por defecto de actividad, defecto
que consistió en que en la sentencia recurrida no se incluyó un examen
resumido de las declaraciones de los testigos, sobre las preguntas y
respuestas y las repreguntas y sus respuestas, lo cual llevó a la Sala de
Casación Civil de la entonces Corte Suprema de Justicia a establecer que
la segunda instancia “...no dio cabal cumplimiento a su misión de
examinar la prueba testifical, como es debido...”, para después precisar
que “...la apreciación y examen de la prueba de testigos constituye una
formalidad para que la sentencia contenga motivación...” .
Como puede apreciarse, la violación detectada estaba relacionada con la
apreciación y valoración de un medio de prueba, lo cual, sin lugar a
dudas, puede ser determinante en el fallo que luego del análisis
probatorio, dicte la alzada; es por esa razón, que al declararse con lugar
el recurso de casación y ordenarse el reenvío, en ese órgano
jurisdiccional no podía producirse una nueva decisión al respecto, ya que
se había emitido opinión sobre el fondo del asunto.
Señores Magistrados, la mejor forma de ver cómo la orden y los
parámetros dados por la Sala Civil al juez de reenvío, podían producir un
fallo totalmente distinto al anterior, se encuentra en el hecho que la
sentencia casada arribó a una conclusión producto de efectuar una
forma muy particular de apreciación y análisis sobre las deposiciones de
los testigos, y que al practicarse dicho examen de manera correcta,
quizás la alzada hubiese podido tomar otra determinación. Esa dualidad
de posibilidades en cabeza de un órgano jurisdiccional, sólo puede estar
presente en el momento inicial de conocimiento de la causa, es decir,
cuando los autos son analizados por el juzgador por primera vez; la
cuestión cambia radicalmente cuando en el órgano jurisdiccional ya se
ha hecho un pronunciamiento previo y corresponde uno nuevo actuando
como reenvío; es una situación distinta, debido a que el
pronunciamiento inicial siempre va a estar allí, en las actas,
independientemente del titular del órgano, y ese órgano precisamente,
que para adquirir la condición de juez natural debe cubrir entre otros, el
elemento de la imparcialidad, no lo tendrá jamás por el hecho de ya
haberse pronunciado sobre el asunto.
Así las cosas, bajo la condición planteada, se encontraba presente una
causal de inhibición conforme a la letra del numeral 15 del artículo 82
del Código de Procedimiento Civil, que al ser obviada provocó que a mi
representada la juzgara una persona que no reunía las condiciones
legales para ser considerado como su Juez Natural.
En este sentido, ha dicho la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia N° 520 del 7 de junio de 2000,lo siguiente:
“... la posibilidad de que el titular de un órgano jurisdiccional
pueda ser recusado; deba inhibirse del conocimiento de una
causa; o, no pueda cumplir sus funciones temporal o
definitivamente, plantea la necesidad de prever los mecanismos
de sustitución, que aseguren la continuidad del trámite de la
causa hasta su conclusión que es la sentencia...”.
En el presente caso, el mecanismo de sustitución que garantizaba la
continuidad del juicio y que mi mandante fuera juzgado por su juez
natural, lo constituía el deber de inhibición de quien en ese momento
era el titular del órgano jurisdiccional, por lo que simplemente el
expediente debió remitirse al Juzgado Superior Distribuidor para que
previa distribución, un nuevo órgano jurisdiccional, ajeno al
conocimiento del asunto con anterioridad, y en el que estuvieran
presentes los elementos de imparcialidad y transparencia, dictara el fallo
como juez de reenvío, y salvaguardando el derecho al juez natural que
hoy denunciamos como vulnerado.
La relación entre los anteriores elementos, también ha sido tratada por
esa Sala; así en sentencia N° 144 dictada el 24 de marzo de 2000, caso:
Atilio Alarcón, al precisar el contenido del juez natural, se expresó entre
otros aspectos lo siguiente:
“...La transparencia en la administración de justicia, que garantiza
el artículo 26 de la vigente Constitución se encuentra ligada a la
imparcialidad del juez. La parcialidad objetiva de éste, no sólo se
emana de los tipos que conforman las causales de recusación e
inhibición, sino de otras conductas a favor de una de las partes; y
así una recusación hubiese sido declarada sin lugar, ello no
significa que la parte fue juzgada por un juez imparcial si los
motivos de parcialidad existieron, y en consecuencia la parte así
lesionada careció de juez natural...”.
El argumento anterior, busca reflejar la violación que del numeral 4 del
artículo constitucional citado anteriormente, se ha producido con la
sentencia dictada el pasado 6 de abril de 2004 por el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
El señalado numeral además de ser una garantía judicial, es reconocido
como un derecho humano por el artículo 8 de la Ley Aprobatoria de la
Convención Americana de Derechos Humanos, Pacto San José de Costa
Rica y por el artículo 14 de la Ley Aprobatoria del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. Tales normativas ostentan jerarquía
constitucional y son de aplicación directa e inmediata por los Tribunales
de la República, de conformidad con lo pautado en el artículo 23 de la
Constitución.
La denuncia formulada a través de la presente acción de amparo,
constituye además, una violación directa al principio fundamental
consagrado en el artículo 26 de la Constitución, que no es otro que el de
la Tutela Judicial Efectiva, a través del cual, se debe garantizar a los
justiciables una recta aplicación de las normas y principios
constitucionales propios de una justicia imparcial, transparente y sin
dilaciones indebidas; ello no ha ocurrido en el presente caso, al decidir
un juez cuya imparcialidad y transparencia están comprometidas y
además no es el juez, por ley, llamado a decidir en reenvío.
La violación que hoy denunciamos es de suma importancia, y requiere la
pronta intervención de ese órgano constitucional, debido a que no sólo
se encuentra presente el interés de mi representada, sino que además,
al estar ligada esa garantía a la noción de orden público, queda abierta
de alguna manera la posibilidad de un atentado colectivo producto de la
violación a la seguridad jurídica que conlleva el desconocimiento de
derechos fundamentales.
La relación del derecho a un juez natural con la noción de orden público,
ha sido criterio sostenido de esa Sala Constitucional; en ese sentido es
pertinente volver sobre el citado fallo N° 144 del 24 de marzo de 2000,
en el cual se estableció lo siguiente:

“Esta garantía judicial es una de las claves de la convivencia


social y por ello confluyen en ella la condición de derecho humano
de jerarquía constitucional y de disposición de orden público,
entendido el orden público como un valor destinado a mantener la
armonía necesaria y básica para el desarrollo e integración de la
sociedad. Dada su importancia, no es concebible que sobre ella
existan pactos válidos de las partes, ni que los Tribunales al
resolver conflictos atribuyan a jueces diversos al natural,
el conocimiento de una causa. El convenio expreso o tácito de
las partes en ese sentido, al igual que la decisión judicial que
trastoque al juez natural, constituyen infracciones
constitucionales de orden público”.(resaltado nuestro)

Esas particulares características que rodean el presente caso, léase, el


interés general producto del atentado contra la seguridad jurídica y la
condición de orden público de la que goza el derecho o garantía
violentado, permiten que opere la excepción del lapso de caducidad de
la acción de amparo constitucional, lo cual debe tener en cuenta esa
Sala al momento de pasar a estudiar los requisitos de admisibilidad en
el presente caso.
Así las cosas, la sentencia accionada no puede dejar de ser anulada,
puesto que además atenta contra el principio constitucional de
“CONFIANZA LEGITIMA” y contra la garantía de Seguridad Jurídica que
proporciona el artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, el cual dispone el carácter vinculante que ostentan las
decisiones que en materia constitucional dicte la Sala Constitucional,
que no están siendo más que desconocidas groseramente por la
actuación denunciada como lesiva.
Sobre este particular, es necesario señalar que esa Sala Constitucional
estableció en sentencia N° 1860 del 5 de octubre de 2001.
“Así pues, es vinculante, tanto la sola determinación del
contenido y alcance de una norma constitucional que
resulte obscura o contradictoria, como aquella
interpretación de la Constitución que realice esta
Sala, relativa, como hubo de afirmarse en líneas
anteriores, a un caso concreto en que se hubiera
examinado una determinada situación jurídica, y de
cuyo examen hubiera resultado un modo de conducirse o
actuar conforme con un valor, principio o regla contenido
en el orden normativo constitucional. Interpretar la
Constitución también es, pues, hacer valer sus preceptos
en el caso concreto. La vinculación que se sigue en el
segundo de los supuestos referidos, arropará sólo a casos
similares a los resueltos conforme a la doctrina
vinculante.” (Resaltado nuestro)

Como puede apreciarse, el carácter vinculante de las decisiones de la


Sala Constitucional no está limitado sólo a los pronunciamientos erga
omnes, sino que existe la posibilidad cierta que una decisión de esa Sala
en un caso concreto, tenga repercusión para cualquier caso o incidencia
que pudiere presentarse con relación a un asunto similar, es por lo que
insistimos en que la doctrina creada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia en materia de Juez Natural, ha sido
violentada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y Del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
mediante el fallo accionado.
IV
DE LA ADMISIBILIDAD DE LA PRESENTE ACCION DE AMPARO
La presente Acción de Amparo es admisible ya que no se encuentra
incursa en ninguno de los supuestos establecidos en el artículo 6 de la
LOA, a saber:
1. La violación de derechos constitucionales de mi representada aún
se mantiene vigente por cuanto contra mi representada se dictó
una decisión definitiva por un tribunal que no era el llamado por
ley a dictarla, lo cual requiere de una urgente participación del
órgano jurisdiccional constitucional para lograr el restablecimiento
de la situación jurídica infringida, demostrándose así que la
violación denunciada no ha cesado y es inmediata, ya que la están
sufriendo de manera directa mis poderdantes.
2. La violación de derechos constitucionales, que hemos denunciado,
han sido realizadas por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Area
Metropolitana de Caracas.
3. La situación jurídica que se ha expuesto, es totalmente reparable
por el Tribunal de Amparo, y ello se lograría, con la declaratoria de
nulidad de la sentencia accionada a ser dictada por esa Sala
Constitucional con el consecuente restablecimiento de la situación
jurídica de mi mandante, mediante la orden de que un nuevo
tribunal, previa distribución, dicte una nueva decisión en funciones
de reenvío.
4. En el presente caso no ha habido de nuestra parte ninguna
conducta que refleje aceptación de la situación lesionada, por lo
que no puede hablarse de consentimiento tácito por parte de mí
representada, y en cuanto al lapso para intentar la presente
acción, ya se explicó con anterioridad que nos encontramos frente
a una materia de orden público que activa de manera inmediata la
excepción de orden público, por lo que no es aplicable lapso de
caducidad alguno, en consecuencia no puede hablarse tampoco de
que hubo consentimiento expreso por parte del agraviado.
5. En cuanto al ejercicio de otros mecanismos que brinda el
ordenamiento jurídico, si bien es cierto que mi representado ha
intentado recurso extraordinario de casación contra la sentencia
accionada, el mismo fue negado por auto del 5 de noviembre de
2004, y si bien se intentó el recurso de hecho respectivo, es
necesario señalar que el ámbito del mismo sólo alcanzará a
pronunciarse sobre si es o no admisible el recurso de casación, lo
cual evidentemente no lo convierte en un medio idóneo para el
restablecimiento de la situación jurídica infringida, no quedándole
a mis representados ningún otro medio expedito y apto para
obtener un pronunciamiento en torno a si existió o no una
violación a la garantía del juez natural, y para que se establezcan
las condiciones necesarias para la subsanación. Además, es
necesario recordar que nos encontramos frente a un caso en el
que se encuentra involucrado el orden público, motivo por el cual
esas consideraciones sobre la utilización o no utilización de los
mecanismos ordinarios, pasa a un segundo plano debido a que se
estaría colocando en poder de un particular el destino de un
asunto de interés general, como lo constituye la seguridad jurídica
que se ha denunciado como violentada con la sentencia lesiva, y
en todo caso, no se le puede imponer a mi mandante, esperar por
el dictado o solución de un recurso de naturaleza extraordinaria,
para darle paso a la vía expedita e inmediata que se necesita para
el restablecimiento de la situación jurídica infringida, como lo es la
constitucional.
6. La presente acción de amparo constitucional, no ha sido intentada
contra decisión alguna de las Salas del Tribunal Supremo de
Justicia, y tampoco se encuentra pendiente de decisión una acción
de amparo similar.
Por tales motivos, y por encontrarse cubiertas las exigencias
establecidas en el artículo 18 de la LOA, la presente acción debe ser
admitida y tramitada conforme a derecho.

V
DE LA SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR

De conformidad con lo dispuesto en los artículos 585 y 588 del Código


de Procedimiento Civil, en consonancia con el poder cautelar general
que posee todo juez venezolano, solicito en nombre de mis mandantes,
sea acordada una medida cautelar innominada consistente en la
suspensión de los efectos de la decisión accionada dictada el 6 de abril
de 2004 por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
así como de cualquier acto ejecutivo que pretenda llevarse a cabo sobre
los querellantes, hasta tanto no se dicte pronunciamiento de fondo en la
presente acción de amparo constitucional. Para tal pedimento considero
exentos a mis representados de la indicación precisa en torno a cómo se
encuentran presentes en este caso los elementos del fumus bonis iuris y
periculum in mora, debido a lo señalado por esa Sala en sentencia del
24 de marzo de 2000 (Corporación L’ Hotels).
VI
PETITORIO FINAL

Por las consideraciones expuestas, solicito se declare la procedencia de


la presente acción de amparo constitucional, se declare la NULIDAD de
la sentencia accionada para que de esa manera mis representados
puedan ver restablecido el derecho violado, precisamente por la
sentencia lesiva, referido al derecho a ser juzgados por su Juez natural.
Solicito que una vez admitida la presente acción de amparo, sean
ordenadas las notificaciones respectivas.
Señalo como domicilio procesal el siguiente: _____________
Es justicia que esperamos en Caracas, a la fecha cierta de su
presentación.

p/___________________

_________________________________

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