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AUTOESTIMA

(Me quiero)

Consideraciones generales

 Si bien todos los valores están estrechamente ligados entre sí, los de la autoestima y el
autoconocimiento son los más íntimamente ligados. Por lo anterior, en esta sección intentaré
mostrar lo concerniente exclusivamente a lo específico de la autoestima como tal, y obviaré los
cruzamientos con el autoconocimiento.
 La autoestima se define como la valoración global que una persona hace sobre sí misma. Desde
una perspectiva de salud mental, es importante contar con una autoestima predominantemente
positiva, de base realista y que sea resistente a la frustración. Una buena autoestima implica,
básicamente, tratarnos a nosotros mismos predominantemente desde una actitud de amor sano
y que nos impulse a crecer.
 La autoestima se integra de la valoración de todas las dimensiones de la persona:
 En lo físico: valorarse atractivo, fuerte, ágil, etc.

 En lo emocional: es un nivel totalmente crucial; sentir que tenemos algo valioso


internamente que nos permite recibir el amor de nuestros seres queridos

 En lo moral: valorarse como una “buena persona” según cada estándar

 En lo interpersonal: es de los niveles más importantes; sentir que se tiene algo


valioso que nos gana el respeto, aceptación e inclusión del grupo

 En lo sociológico: sentir que se ocupa un lugar digno en la estructura social y que


mi amor propio no se defina por cuánto poder o dinero tengo. Esto no significa
que no se ambicione más: significa no dejarse definir por eso

 El sentimiento de empowerment y auto-eficacia: en cada nivel, sentir que se es


capaz de realizar lo necesario para ser feliz, de producir cambios positivos

 Resulta fundamental comprender los últimos hallazgos de la investigación científica en materia de


psicología positiva: recientes estudios constatan que el bienestar psicológico (felicidad,
autorrealización, paz interna) depende mucho más de la percepción de aportar (hacer, crear y
compartir cosas valiosas) que de la percepción de poseer (tener cosas valiosas): mientras que la
“felicidad de tener” es poco estable y poco duradera (una vez que tengo lo que quería, quiero una
cosa nueva) la “felicidad de aportar” es mucho más sostenida. Resulta, por tanto, más adaptativa
una construcción de autoestima basada en el sentimiento de aportación, pues resulta más
confiable, resiliente, duradera y prosocial.

 También desde el punto de vista filosófico, la autoestima no se sostiene desde la lógica del
“tener”, sino más desde la lógica del ser. Si lo que hace que nos amemos es cuánto “tenemos” (en
lo material, pero también en cuestión de “tener cualidades”, amigos, una personalidad agradable,
etc) entonces nos estamos tratando desde un “amor” oportunista, interesado, demasiado
condicional; nos queremos sólo cuando todo marcha bien, y si perdemos algo
momentáneamente, se pierde nuestra autoestima. La resiliencia depende en gran medida de que,
por el contrario, tengamos una autoestima basada en el ser: nos amamos en tanto todas las
personas somos dignas de amor, de manera incondicional (axioma de Rogers). Aunque
perdamos algo momentáneamente, nos seguimos amando y podemos entonces trabajar para
restablecer lo perdido. Aquí decimos que la lógica de la abundancia (mirar lo mucho que me ha
sido dado, que soy capaz de lograr y aportar) debe primar sobre la lógica de la escasez (mirar
principalmente lo que “no tengo”).

 Desde el punto de vista de la psicología profunda, la autoestima constituye, fundamentalmente,


la capacidad de sostener una actitud de amor y gratitud hacia los buenos objetos internos:

o Los objetos internos son las partes (emociones, actitudes, habilidades, aprendizajes,
formas de afrontamiento, recursos psíquicos) que integran nuestra personalidad y que
derivan siempre de otras personas que han puesto su amor en nuestras vidas.

o Quererme implica querer y agradecer eso que han sembrado en mí: las partes buenas de
mis padres se han esforzado por darme vida; la manera que yo tengo de honrar eso es
vivir de una manera amorosa y constructiva. Por ejemplo, si yo soy paciente, es porque
me inspiré, lo aprendí y lo integré esforzándome por ser un poco como ese alguien me
ayudó a cultivarla (mamá, maestra, amigos, etc) Así, yo agradezco y amo esas cosas
valiosas que me han sido dadas, porque honro su capacidad de generar algo constructivo.

o Como puede entenderse, aquí la autoestima no depende de que yo “tenga” tal o cual
bien o cualidad, sino de que yo tome una actitud donde predomine el amor y la gratitud
para todos los que han invertido en mí y no una actitud resentida y quejumbrosa, que
nunca está satisfecho consigo mismo, porque eso es igual a decirle a tus padres: “me
dieron la vida, pero no me dieron una mejor posición, un cuerpo de modelo o la
inteligencia de un genio, así que no vale nada.” Poder ser agradecido permite poder
recibir. Y poder recibir es la capacidad psicológica de base en cosas tan fundamentales
como el aprendizaje, la creatividad, el amor interpersonal, permitirse la ayuda, permitirse
la prosperidad, etc. No existe nada valioso en el terreno del desarrollo personal que no
pase por la capacidad de recibir con gratitud.

o La lógica de la gratitud y la receptividad implica reconocer que nosotros no somos


capaces de producir nada valioso por nosotros mismos: las buenas ideas se inspiran en
alguien, las buenas obras se apoyaron en alguien, etc. Es muy importante no confundir
esto con la dependencia emocional: no significa que me quiero sólo cuando otros
demuestran su amor por mí, sino que me amo a mí mismo, con cierta independencia de
las muestras de aceptación interpersonal, porque soy capaz de valorar y apreciar esas
cosas buenas que viven en mi persona, y que otros amorosamente han sembrado en mí, y
que yo también puedo sembrar en otros.

o Se demuestra cómo muchas veces los problemas de autoestima están puestos en


términos de “yo no valgo tanto como Fulanito”: sucede que ahí se están menospreciando
y maltratando esas cosas buenas que han sido sembradas en mí, y eso se debe
precisamente a la actitud de pensar que soy yo solo el que tengo que ser capaz de
grandes cosas y no puedo reconocer que en realidad nadie es, por sí mismo, “un genio”,
“una belleza”, o “un éxito”. La fantasía de “hacerse a sí mismo” es de índole infantil,
egocéntrica y omnipotente; por lo tanto, no es confiable como modelo de autoestima. Allí
no hay un recibir, sino la fantasía de haberse producido las buenas cualidades por sí solo,
de manera mágica o dada.


 Propongo tener en cuenta el modelo metafórico de “la familia interior” como modelo de la
autoestima:
Todos tenemos en nuestro ser una “familia”: hay un bebé, una madre y un padre. Estos
personajes representan funciones de nuestra mente:
a) El bebé es la parte de nosotros que quiere vivir, crecer, que necesita aprender y
desarrollar muchas cosas. Debe cultivar la actitud de recibir, y ser más fuerte que la
envidia o la voracidad, de otro modo no podrá crecer. Por ejemplo, el bebé es la parte
de nosotros que desea aprender inglés.
b) La madre es la parte de nosotros que cuida y ama a ese bebé. Aquí logramos
visualizar activamente la autoestima. La madre intenta darle lo mejor a este bebé:
escucha y entiende sus necesidades, es paciente con sus frustraciones, intenta
encontrar soluciones y contiene su angustia. La madre interna usa su sensibilidad y su
creatividad para generar las mejores ideas y estrategias para lograr lo que
necesitamos. La mamá sería, en nuestro ejemplo, la parte que estudia, hace la tarea,
es paciente cuando no entiende algo de la lección de inglés, pregunta al maestro,
trata de bajarle a los nervios en los ejercicios de conversación y se inventa un método
de estudio para el examen.
c) El padre es la parte de nosotros que provee y protege a la dupla mamá-bebé para que
puedan cumplir tranquilamente sus funciones. El padre también intenta absorber
parte del desgaste emocional de la madre, al darle mayor perspectiva (porque lo ve
“desde afuera”) y aportar el sentimiento de seguridad a través de su estructura. En
nuestro ejemplo, el padre es la parte que lucha contra el sentimiento de “no puedo
con el inglés” y dice “claro que puedes”, la parte que nos dice “ya duérmete
temprano porque mañana hay clase de inglés”, la parte que se ocupa de pagar a
tiempo y poder generar el dinero y el tiempo para que la clase sea viable.
Entender la autoestima desde este modelo implica concebirla desde un enfoque no estático (me
quiero, no me quiero) sino dinámico: cómo me trato a mí mismo, a partir de estas funciones
internas:

Por seguir, con el ejemplo, NO se trata de “me quiero porque soy bueno en inglés”. ¿Qué pasa
cuando algo me cueste trabajo? ¿Debo sólo cultivar actividades que me son fáciles a la primera?
Es evidente que no. Si pensamos en la familia interior (modelo dinámico) podríamos pensar:
- ¿Estoy siendo un buen bebé, que recibe las lecciones de mi profesor o me está ganando la
envidia de mi compañero que es mejor que yo y entonces decido dejar la clase de inglés?
- ¿Estoy siendo una buena madre para mi bebé interno, que es paciente, estudia y hace la
tarea?
- ¿Estoy siendo un buen padre para mi familia interna, que me pongo límites y disciplina de
estudio y pago a tiempo, o no?

Desde esta visión, la autoestima se va a nutrir de pasar a la actitud correcta, que es la del
crecimiento. Pero cuando falla, no se destruye, sino que busca retomar el rumbo:
¿Qué tengo que mejorar o corregir para ser mejor bebé, mamá y papá internos? Sólo así se
aprenden y se construyen las cosas valiosas.
 DIMENSIONES DE LA AUTOESTIMA:
1. Auto-reconocimiento (ver Autoconcepto) = reconocer de manera realista nuestras
necesidades, habilidades, potencialidades y debilidades.
2. Auto-valoración = capacidad para distinguir las cosas valiosas de las que no lo son. No todo lo
que hay en mí merece la pena ser cultivado, pero eso tampoco le resta valor a lo que sí.
3. Auto-respeto = aceptar el axioma de que tengo dignidad, de que merezco amor y felicidad
como un derecho natural e inalienable.
4. Auto-superación =
Auto-reconcimiento + Auto-valoración + Autorespeto + Esfuerzo = Auto-superación
Precisamente porque soy persona, soy digno de amor y me trato con amor incondicional
(Auto-respeto); amar es ver a la persona completa, aceptar mis cualidades buenas y malas
(auto-valoración); y puedo partir de mis recursos y áreas fuertes para trabajar (esfuerzo) mis
áreas más débiles y que necesitan más desarrollo (auto-reconocimiento) = Así logro crecer
como persona (Auto-superación).

 AUTOEFICACIA y EMPOWERMENT:
Es muy importante para la autoestima integrar un sentimiento de poder hacer las cosas que
necesito para desarrollarme y ser feliz. No sólo se trata de quererme, sino de poder actuar en
consecuencia. Por lo tanto, al amor propio va ligada la fuerza propia.
Muchas veces el niño que hace bullying a otro está expresando en el fondo un sentimiento de
impotencia en otras áreas de su vida, que merma su autoestima. Siente que le falta el poder de
hacer y lograr el amor y el bienestar que necesita, entonces hace sentir débiles a otros para
compensar su propio sentimiento de impotencia.
El aprendizaje de estrategias sociales y el contacto con el sentimiento interno de fuerza y poder
son imprescindibles para consolidar una buena autoestima. Se tiene que poder cultivar esa
experiencia en los niños: proporcionarles experiencias que los hagan sentirse fuertes, capaces,
potentes. La conocida frase de “lo importante es competir” cobra sentido aquí: la experiencia no
debe depender tanto de ganar el trofeo, sino de sentirse fuerte y competente en el esfuerzo,
conectar con esa energía de lograr cosas. Cuando un niño conecta con eso, no necesita trofeos
para fortalecer su autoestima, sino la propia experiencia de haber luchado por algo y disfrutado
de esa lucha (recordar que no es tener, sino ser).

La autoestima del niño de primaria

 Un asunto relevante a considerar, es que la autoestima de los niños en esta etapa depende
principalmente de la relación entre el yo real y el yo ideal, es decir, entre la verdadera
personalidad con sus capacidades y atributos y la personas que se aspira a llegar a ser (ideal) a
partir de las expectativas que se colocan en el futuro. Y es que el futuro es un tiempo sumamente
importante para los niños en etapa escolar: han dejado las aspiraciones edípicas (ser el centro del
mundo de mamá y papá y poseerlos para él solito) a cambio de la promesa de llegar a ser adultos
con vidas satisfactorias. Por tanto, las experiencias de frustración pueden interpretarse
ominosamente como muestras anticipadas de una vida futura fracasada. Por eso causan tanto
dolor. Es muy importante que la relación y la distancia entre el yo real y el yo ideal sea la
adecuada: que los padres fomenten metas alcanzables, realistas y más próximas al presente, en
relación con las verdaderas y particulares habilidades del chico. Si es muy malo en matemáticas,
no ponerle todo el peso del mundo a esa materia, y mejor estimular de manera preferente áreas
en donde se sienta más fuerte.

 En esta etapa, los principales campos de desarrollo de la autoestima en la experiencia de vida son:

o La valoración física
o La valoración académica
o La valoración familiar y social

 Los principales logros de autoestima que esperablemente deben superar los niños en edad
escolar (6 a 11 años) son los siguientes:
 Aprender a valorarse a sí mismos y a los otros significativos desde la lógica del ser
y no del tener (axioma de Rogers) al menos en un grado suficiente
 Sentimiento de amar y ser amados por los otros significativos
 Consolidar las bases de un sentimiento personal de auto-eficacia realista y
proporcionado, evitando la sobre-exigencia
 Adquirir una relación más flexible y tolerante con las partes imperfectas y fallidas
de sí mismos (ya se pueden “reír de ellos mismos”)
 Poder dimensionar y superar la derrota, el error o la falla desde una perspectiva
de aprendizaje, proceso, perseverancia y también sana resignación y
desestimación
 Establecer una relación adecuada con el malestar emocional:
 Identificarlo y nombrarlo
 Dimensionarlo
 Sondear soluciones adecuadas
 Pedir apoyo para enfrentarlo (identificar fuentes confiables de apoyo)

 Diferenciar “ser” de “hacer”: hacer algo malo no es ser el malo, equivocarse no es


ser el tonto
 Construir una valoración positiva del cuerpo (como imagen y como capacidades)
 Constituir un repertorio de habilidades sociales claves, que se vuelve fuente de
confianza:
 Sana competencia
 Resolución de conflictos
 Persuasión y negociación
 Flexibilidad y adaptabilidad
 Asertividad (actitud de conseguir lo que quiero sin dañar a otros)
 Comunicación y expresión
 Cooperación
 Empatía
 Establecer un sentimiento de confianza social: pensar que, en general, se saben
adaptar a un grupo de personas cualquiera
 Establecer relaciones de esfuerzo, cuidado (adecuado a su edad) y aprecio activo
con:
 El propio cuerpo
 Los otros significativos
 Mascotas
 Los espacios y objetos valorados (la casa, la escuela, etc)
 El tiempo de calidad (sus actividades favoritas, etc)
 Las propias creencias, gustos, ídolos

 Cultivar actividades de juego y creatividad, gozosas, bellas y estimulantes


 Valorarse en lo moral como “buenos hijos” y “buenos niños”
 Integrar una valoración positiva de las figuras de identificación
 Saber contrarrestar internamente experiencias frustrantes invocando
experiencias reafirmativas (p. ej. un compañero lo ofendió, pero sus amigos lo
hacen sentir querido y entonces se calma)

 En el ambiente doméstico y escolar existen diversos factores que contribuyen a mermar la buena
autoestima y producir inseguridad:
a) Exceso de exigencia y expectativas demasiado altas
b) Crítica y corrección constante, sin valorar los aciertos
c) Disciplina juzgadora = cuando se dice “eres malo” en lugar de “hiciste mal”
d) Desatención y distancia emocional
e) Continua comparación con otros
f) Modelos de identificación (padres, maestros) inseguros o con baja autoestima
g) Violencia
h) Ambiente pobre en motivaciones
i) Sobreprotección y no permitirle probar sus propias habilidades

Evolución cronológica
Los distintos contenidos de la autoestima en términos de desarrollo presentarán una evolución en
términos de los siguientes ejes:

1º 2º 3º 4º 5º 6º

- +
AUTO-REFERENCIALIDAD
El auto-reconocimiento es todavía precario, lo que guarda Son más capaces de identificar sus fortalezas y
relación con el estado temprano de su constitución debilidades y de describirse y comprenderse a sí
subjetiva: todavía no se piensan mucho “desde afuera” mismos como “dotados de personalidad” (“yo soy
(p.ej. “yo soy así….”) sino que viven las partes de su propia así….”)
persona como “cosas que les pasan” o “les
gustan/disgustan” pero no como “formas de ser”. El dolor y la frustración se entienden como
experiencias internas y personales, y se entiende
Es común que visualicen su dolor y su frustración como que se pueden manejar y controlar en algún grado,
cosas que otros les hacen sentir por acción u omisión, más aunque todavía necesitan mucha ayuda de los
que como experiencias personales que dependen de ellos. adultos.

Los niños todavía dependen más de la validación de sus Los niños más grandes (desde los 9) ya identifican
ideas y pensamientos: sienten que deben de ser que sus pensamientos y sentimientos son para ellos
“avalados” por los adultos para considerárselos válidos. y que el otro no necesariamente tiene que
concordar; que el otro no esté de acuerdo, no
implica que no sea válido lo que siento.

REALISMO E INTEGRACIÓN
Si el desarrollo previo fue aceptable, las valoraciones de Entre los 8 y los 11, la auto-valoración es más
los chicos de 6 a 8 sobre sí mismos tienden a ser positivas. completa y se pueden ver aspectos positivos y
Se tiende a identificar “lo bueno” y “lo deseable” con lo negativos dentro del propio autoconcepto.
que está en mí y en mi familia y lo “lo malo” y “lo
indeseable” como lo que es de otros o está afuera. Esto también abre la puerta a “fijar” juicios rígidos
negativos que merman la autoestima.
No hay mucha integración de los aspectos negativos, dada
la precaria auto-valoración. Los aspectos negativos tienden Sin embargo, existe una mayor capacidad de auto-
a negarse o a proyectarse (“lo que te choca, todavía no te reconocimiento que coincide más con la realidad
checa”). (mirar mis verdaderas habilidades y necesidades,
mis puntos fuertes y débiles).

Los niños ya pueden tolerar mejor los chistes y el


humor, porque no los amenazan las bromas que se
les hacen: se toleran más las partes imperfectas y
se tiene una relación más flexible con ellas.

ABSTRACCIÓN Y GENERALIZACIÓN
Entre los 6 y los 7 años, los niños tienden a juzgarse a sí Entre los 8 y los 11, existe una mayor capacidad de
mismos en el marco de situaciones concretas y específicas. generalización y abstracción. Ya no se refieren a
experiencias concretas solamente sino a nociones
El niño pequeño dirá “estoy feliz porque el otro día metí más estables, a título de competencias y
muchos goles”, pensándolo como una vivencia deseable, cualidades.
que quisiera repetir, pero no está todavía integrada como
una cualidad. Dirán “soy bueno en fútbol”.

INFLUENCIA SOCIAL
El niño es muy dependiente todavía de las muestras de La autoestima se sostiene más ante muestras de
amor, aceptación e inclusión que recibe. rechazo, aunque todavía requiere apoyo adulto
cuando éstas son muy dolorosas, principalmente
Todavía no hay etiquetas sociales fuertes (el “nerd”, el cuando provienen de personas cercanas.
“popular”) y son inestables, móviles y pasajeras.
El etiquetado social se estabiliza. Los niños que se
Necesita de continuas reafirmaciones por parte de los perciben con ciertas etiquetas tienden a
adultos y de sus compañeros y todavía es más susceptible interiorizarlas y a asociarse con otros niños de
de cambiar con facilidad sentimientos de infravaloración etiqueta similar (el grupo “nerd”, el grupo
cuando recibe muestras de validación externa. “popular”).
Al interiorizarse, se van generando los “complejos”
- y los niños etiquetados como “débiles” o
“marginados” van desarrollando inseguridad.
Lo deseable es que estas etiquetas disminuyan su
campo y profundidad de influencia sobre el
autoconcepto y la autoestima, porque son parciales
y acarrean problemas emocionales y malas
relaciones intergrupales.

El niño es más capaz de contrarrestar el rechazo u


ofensa que pueda sentir por parte de una persona
o grupo, invocando muestras de amor y
reafirmación de otras personas o grupos. Es ideal,
por tanto, que los padres procuren exponer a sus
hijos a una mayor diversidad de ambientes y
personas, y que puedan no depender únicamente
de la escuela.

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