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EN BUSCA DE LA PAZ
Alo largo de la historia del hombre, uno de los objetivos principales de la investigación
en el campo de las relaciones internacionales ha sido el descubrir un medio que propi-
cie la paz. Los capítulos 10 al 12 presentan enfoques en torno a la paz que han llamado
la atención incluso en nuestros días: la balanza del poder, la disuasión o el control nu-
clear, la ley internacional, el gobierno mundial, la comunidad mundial y el estableci-
miento de una economía política a nivel mundial. Cada uno de estos enfoques conlleva
una propuesta o una serie de propuestas con respecto a la paz, mismas que es posible
evaluar en función de su viabilidad y factibilidad. Se dice que una propuesta es viable si,
una vez puesta en marcha, realmente produce el efecto deseado de paz. En otras pala-
bras, una propuesta es viable si, en principio, se considera que funcionará. Por otra
parte, se dice que una propuesta es factible si es posible llevarla a cabo -en otras
palabras, si resulta 10 suficientemente práctica sin que implique costos exagerados. De-
safortunadamente, soluciones que suelen parecer más viables -como un gobierno
mundial- no son precisamente las más factibles ; y aquéllas que pueden llevarse a cabo
-tales como la disuasión- quizá no sean viables.
Pese a innumerables tentativas nobles, es obvio que la guerra no ha sido eliminada
de la faz de la tierra. En consecuencia, muchas propuestas de paz no pretenden abolir
la guerra, sino mitigar sus efectos. Intentan lograrlo limitando las capacidades de cada
bando (balanza del poder y disuasión o control nuclear), circunscribiendo las condicio-
nes bajo las cuales se puede emplear la guerra como un instrumento político y los méto-
dos que se utilizarán para librarla (control nuclear y guerra limitada), o planteando
medios alternativos de resolución de conflicto, así como una atmósfera que aliente el
cambio pacífico (por ejemplo, un gobierno mundial, o lineamientos que rijan una eco-
nomía política mundial estable).
Probablemente, el mecanismo más antiguo de preservación de la paz, ha sido el mante-
nimiento de un equilibrio del poder. Ya en la remota época de Tucídides, el quebranta-
miento de una condición de equilibrio de poder se consideraba como causa de guerra:
Lo que hizo de la guerra algo inevitable fue la expansión del poderío ateniense, y el
temor que ello provocó en Esparta. 1
1 Tucídides, (History o/ tbe Peloponnesian War, traducida al inglés por Rex Warner (Harmond-
sworth: Penguin Books, 1954), página 25 .
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318 En busca de la paz
2 Ernst Haas menciona estos puntos en " The Balance of Power: Prescription, Concept, or
Propaganda?" World Politics 5 (1953), pp. 442-477. Durante el siglo dieciocho, ]ohann Heinrich
Gottlob von ]usti realizó comentarios críticos parecidos; véase Per Maurseth, "Balance of Power
Thinking from the Renaissance to the French Revolution" ,journal 01 Peace Research, No. 2, (1964),
pp. 131-132 .
En busca de la paz 319
3 Para información actualizada, léase de Paul Huth y Bruce Russett, " What Makes Deterrence
Work? Cases from 1900 to 1980", World Politics 36 Oulio de 1984), pp. 496-526.
En busca de la paz 321
corno Reinhold Niebuhr y Hans Morgenthau han afirmado qu'e¡rula qga';de~ las Naciones
• • ' r S ", , _
sus arcas, en tanto que impide que los pobres pongan fin a la explotación de que ~on
objeto (véase Glatung, artículo 33 de este libro).
El capítulo 12 presenta tres ensayos acerca de la ley internacional y del gobierno
mundial. El primero de ellos es de Rugo Grocio, ampliamente reconocido como el pa-
dre de la ley internacional. Grocio, holandés por nacionalidad y jurista del siglo dieci-
siete, cobró celebridad al promulgar el principio de libertad de los mares, así como por
establecer las bases de la ley internacional moderna. El artículo que aquí se reproduce,
pertenece a su prolegómeno a Tbe Law of War and Peace publicada por vez primera
en 1625. En dicha obra, expone su defensa de que la ley internacional, como reflejo
de la ley natural, favorece los mejores intereses de todos los estados. El segundo artícu-
lo de la pluma de Grenville Clark y Louis Sohn, fue publicada iIÚcialmente en 1958; en
ella, plantean la propuesta de convertir a las Naciones UIÚdas en un gobierno cuasi mun-
dial. En el tercer artículo, lnis Claude esboza algunas de las dificultades que surgen al
trazar una analogía entre gobierno interno y gobierno mundial. En especial, señala que
los defensores del gobierno mundial,como Clark y Sohn, suelen ignorar el hecho de
que el gobierno no se fundamenta tanto en el "precepto de ley" como en el "precepto
de política" . Dos de las obras de Claude, Swords into Plowsbares (1956) y Power and
International Relatíons (1962) -de esta últL'lla se extrajo la selección aquí reimpresa-
se consideraron como estudios primordiales de la organización internacional en el
periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
El capítulo 12 incluye también un ensayo de Karl Deutsch en torno a la integración
entre naciones -es decir, e! proceso mediante el cual dos o más naciones establecen
sutrcientes vínculos culturales, sociales, económicos y políticos como para crear un sen-
ti do de comunidad. David Mitrany vislumbró dicho proceso como un paso trascenden-
tal para la creación de un estado de paz. Él planteó el argumento funcionalista que dicta
que la cooperación en un área -especialmente en un área no política- "derramaría"
cooperación en otra área. La creación de la Comunidad Europea de Carbón y Acero
(European Coal and Stee! Community - ,ECSC) y, posteriormente, del Mercado Común
Europeo, como mecanismos destinados a poner: fin a la .guerra en EuropaOccidental,
impulsó la investigación empírica en torno al proceso de integración y la relación que
éste guarda con la.paz. Karl Deutsch se colocó a la vanguardia de dicho esfuerzo; este
erudito ha cobrado amplia reputación por su empleo del enfoque cibernético en e! estu-
dio de la integración -es decir, un enfoque que versa acerca de! modo en que la infor-
mación se comunica y transfiere para dar surgimiento,a una comunidad. En e! ensayo
que aquí presentamos define tanto la integración como los otros conceptos principa-
les que componen la base de su perspectiva. ....• . . . .
El capítulo 12 concluye con una discusión en torno a la economía política mundial,
un rubro donde, recientemente, el conflicto se ha negociado y se ha esquivado fre~uen
temente la violencia. Se presentan dos artículos: una suscrita por lmmanuel Wallerstein, y
la otra por Robert Keohane. Dichos artículos ofrecen perspectivas distintas con respec-
to a la economía política mundial de la actualidad, además de que hacer un seguimiento
de su desarrollo histórico desde sus orígenes, en el siglo dieciséis, hasta su dominación
por parte de los Estados Unidos. Immanuel Wallers.tein (1974) enarbola la responsabili-
dad, por encima de cualquier otro erudito, de! concepto que dicta que la economía de
cualquier nación individual sólo se puede comprender en términos de la economía mun-
dial. Dicho autor brinda una extensa explicación histórica de la evolución de esta. eco-
nomía mundial, así como un análisis ele las causas por las cuales la disposición actual
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LECTURAS RECOMENDADAS
Equilibrio de Poder:
ERNsrB. HAAS. 1953. El Equilibrio del Poder: ¿Prescripción, Concepto o Propagan-
da? World Politics 5: 442-477.
326 En busca de la paz
EDWARD V. GULICK. 1955. Europe 's Cassical Balance o/ Power. Haca, N. Y.: Prensa
de la Universidad Cornell
RICHARD ROSECRANCE. 1963 . Action and Reaction in World Politics. Boston: Little
Brown.
Control Nucle~~:
Economía Política: .
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LA BALANZA DEL PODER
DAVID HUME
Cabe preguntarse si la idea de la balanza del encontramos con que los ATENIENSES (tanto co-
poder se debe atribuir por completo a la política mo los habitantes de otras repúblicas) se Ianzaban
moderna, o si es sólo lafrase la que se ha inven- siempre en menor escaIa y se esforzaban por pre-
tado en épocas recientes. Lo cierto es queJENO- servar el equilibrio. Ellos apoyaron a TEBAS con-
FONTE, en sus Instituciones de CIRO, describe tra ESPARTA, hasta la gran victoria lograda por
la unión de potencias ASIÁTICAS movidas por la EPAMINONDAS en LEUCTRA, después de la cual
envidia de la credente fuerza de MEDOS y PERSAS; se pasaron al lado de los conquistados, sólo por
Yaunque esa elegante obra debería suponerse por generosidad, según aparentaron, pero en reali-
completo un romance, dicho sentimiento, atri- dad por su envidia hacia los conquistadores.
buido por el citado autor a los príncipes orien- Quienquiera que leyere la oración de DE-'
tales, prueba -al menos- que la noción era ya MOSTENES a los MEGALOPOLITANOS puede
común en tiempos antiguos. ' advertir los extremos refInamientos sobre este
En.toda la política de GR.ECIA, la angustia con principio, que -incluso- penetrarían la men-
relación al equilibrio del poder se halla,patente y te de un VENECIANO o de un teórico INGLÉS. y
se nos ha señalado expresamente, incluso desde a raíz de la primera ascensión dei poder MACE-
los historiadores antiguos. TUCIDIDES describe la DONIO, el mencionado orador descubrió de in-
liga formada contra ATENAS, que produjo la gUe- medi:¡to el peligro, sonó 'la alarma a través de
rra del PELOPONESO, como una unión atribui- toda GRECIA y, fInalmente, congregó a aquella
ble por completo a este principio. Y luego de confederación bajo los estandartes de ATENAS,
la caída de ATENAS, cuando TEBANOS y LA-, para llevar a cabo la magna y decisiva batalla de
QUERONEA,
CEDEMONES se disputaban la soberanía, nos
Es verdad, las guerras GRIEGAS fueron vistas
por los historiadores como guerras de emulación '
De Essays: Moral, Polítical, and Lite¡-ary, más que de política, y cada estado parece haber
Parte n, Ensayo 7. Publicado por primera vez tenido más en consideración el honor de diri-
en 1752 . Notas al calce suprimidas . gir al resto que todas las bien fincadas esperanzas
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328 La balanza del poder
RHODAS y ACAYA son las repúblicas más sible que se le haya escapado de la Antigüedad, en
celebradas, por los historiadores antiguos, por donde hallamos -entre otros particulares- tan-
su sabiduría y su firme política; sin embargo, tas y tantas huellas de penetración y monamiento
ambas ayudaron a los ROMANOS en su guerra profundos. Si no tan conocida y admitida como
contra FILIPO y ANTIOCO. y lo que puede esti- lo es actualmente, es innegable que tuvo cierta
marse como prueba más contundente de que es- influencia en todos aquellos príncipes y políti-
ta máxima no era generalmente conocida en esas cos más sabios y experimentados. Y de hecho,
épocas es que ningún autor antiguo ha destaca- incluso en nuestros días, aunque es generalmen-
do la imprudencia de tales medidas, ni tampoco te conocida y admitida entre quienes razonan
ha censurado ese absurdo tratado menciona- especulativamente, carece -en la práctica- de
do antes, concertado por FILIPO con los CAR- una más amplia autoridad entre quienes gobier-
TAGINESES. Príncipes y estadistas de todas las nan al mundo.
épocas pueden, de antemano, quedar ciegos en Después de la caída del imperio ROMANO,
sus razonamientos con respecto a los aconteci- la forma de gobierno establecida por los conquis-
mientos; pero es en cierta forma extraordinario tadores del Norte los incapacitó, en gran medi-
que, .mucho tiempo después, los historiadores da, para realizar más conquistas, a la vez que
no integren un juicio más exacto de los hechos. mantuvo a cada estado por largo tiempo dentro
MA~INISA, ATALO y PRUSIAS, al satisfacer de sus propios límites. Pero cuando el vasalla-
sus pasiones personales fueron, sin excepción, je y la milicia feudal fueron abolidos, el mundo
instrumentos de la grandeza ROMANA, y nunca cayó de nuevo en la angustia por el peligro de
parecieron sospechar que estaban forjando sus la monarquía universal con base en la unión
propias cadenas, al llevar adelante las conquistas de tantos reinos y principados en la persona del
de sus aliados. [Más tarde] Un simple tratado y un emperador CARLOS. Mas el poder de la casa de
acuerdo entre MASINISA y los CARTAGINE- AUSTRIA, fundamentado en sus extensos aun-
SES -tan requeridos por el interés de ambas que divididos dominios, y sus riquezas -que
partes- impidieron a los ROMANOS la entrada derivaban de las minas de oro y plata- resulta-
en ÁFRICA y preservaron la libertad del mundo. ron con más probabilidades de decadencia, por
El único príncipe que encontramos en la his- sus defectos internos, que de echar abajo todos
toria de ROMA que parece haber comprendido los impedimentos levantados contra ellos. En
la balanza del poder, es HIERO, rey de SIRACU- menos de un siglo, la fuerza de la altiva y vio-
SAoAunque aliado de ROMA, envió ayuda a los lenta estirpe quedó hecha añicos, esfumóse su
CARTAGINESES, durante la guerra de los auxi- opulencia y cayó la noche sobre su esplendor:
liares: "Estimando necesario", dice POLIBIO, triunfaba un nuevo poder, formidable para todas
"para conservar sus dominios en Sicilia y pre- las libertades de EUROPA y poseedor de todas las
servar la amistad de Roma, el que CARTAGO ventajas del anterior, pero que actuaba libre de
quedara segura, y que no por su caída el poder sus defectos, excepto por una porción de aquel
restante dejara de sentirse capaz -sin contras- espíritu de intolerancia y persecución que tan-
te ni oposición- de ejecutar sus propósitos y to tiempo vivió -y aún pervive- en la casa
contiendas. Y, aquí, él actuó con gran sabidu- de AUSTRIA.
ría y prudencia. Y esto, nunca, por ningún mo- En las guerras generales, sostenidas ~ontra
tivo, debe pasarse por alto, ni debe tal fuerza este ambicioso poder, la GRAN BRETANA ha
dejarse en una sola mano, incapacitando así a los permanecido a la delantera, y aún mantiene su
estados vecinos para defender contra ella sus posición. Además de sus ventajas -riquezas y
derechos" . Y aquí tenéis el propósito de la po- situación-, su pueblo está animado por tal espí-
lítica moderna, delineado en términos precisos. ritu nacional, y es tan profundamente sensible a
En resumen, la máxima de preservar el equili- la protección de su gobierno que confiamos en
brio del poder se funda a tal grado en el sentido que su vigor jamás habrá de desfallecer en tan ne-
común y en el razonamiento obvio que es impo- cesaria y justa causa. Por el contrario, si podemos
330 La balanza del poder
juzgar por el pasado, el apasionado ardor po- sólo accesorios, fue -sin duda- el error más
pular parece, más bien, requerir alguna mode- catastrófico del que alguna vez haya sido culpa-
ración, ya que -a menudo- este pueblo ha ble una nación con pretensiones hacia la política
pecado de laudable exceso más que de vergon- y la prudencia. El remedio áel financiamiento, si
zosa deficiencia. remedio pudiésemos llamarle, y no más bien un
El primer lugar, al parecer hemos estado más veneno, debe -con toda razón- reservarse para
poseídos por el espíritu GRIEGO en envidiosa un último extremo, ya que ningún mal, excepto
emulación, en lugar de haber actuado guiados el más grave y perentorio, debe inducirnos a la
por las prudentes perspectivas de la política mo- adopción de un recurso tan peligroso.
derna. Nuestras guerras con FRANCIA se inicia- Estos excesos hacia loS que hemos sido lleva-
ron con justicia; incluso -tal vez- por nece- dos son lesivos y pudieran -con el tiempo-lle-
sidad, pero siempre han estado impulsadas por gar a serlo en mayor grado al provocar, como es
la obstinación y la pasión. La misma paz con- usual, el extremo opuesto, y dejarnos totalmente
certada tiempo después en RYSWICK, en 1697, despreocupados e ignorantes por negligencia
fue ofrecida ya desde el año noventa y dos; la respecto a los destinos de EUROPA. Los ATE-
guerra que concluyó en UTRECH en 1712 pudo NIENSES, uno de los pueblos más agitadores,
haber dado fin en buenas condiciones en GER- intrigantes y belicosos de GRECIA, al encontrar
TRUYTENBERG, en el octavo año; yen 1743 erróneo lanzarse en todas las batallas, abando-
pudimos haber concedido en FRANKFURT los naron toda atención sobre los asuntos exteriores
mismos términos que tuvimos el gusto de acep- e, incluso, en ninguna contienda tomaban par-
tar en AIX-LA-CHAPELLE en el año cuarenta y te, en ninguno de los bandos, como no fuese
ocho. Vemos aquí, pues, que más de la mitad adulando y complaciendo al vencedor.
de nuestras guerras con FRANCIA y todas nues- Las grandes monarquías son, sin duda, destruc-
tras deudas públicas se deben más a nuestra tivas para la naturaleza humana: en su desarrollo,
imprudente vehemencia que a la ambición de en su prolongación y aun en su desplome, que
nuestros vecinos. nunca se halla muy distante de su surgimiento. El
En segundo lugar, es tan abierta nuestra opo- genio militar que engrandece la monarquía,
sición al poder de FRANCIA y nos hallamos tan pronto deja la corte, la capital y el centro de tal
alerta en defensa de nuestros aliados que éstos gobierno, en tanto que las guerras continúan
cuentan con nuestra fuerza tanto como con la a gran distancia, e interesan sólo a una muy
suya; y, al confiar en llevar adelante la guerra pequeña parte del estado. Los miembros de la
a nuestra costa, rechazan todos los términos ra- antigua nobleza, cuyos afectos los unen a su so-
zonables de arreglo. Habent subjectos, tanquam berano, viven todos en la corte y nunca acep-
suos: vi/es, ut alienos. Todo el mundo sabe que tarán cargos militares que puedan desplazarlos
el voto de las facciones de la Casa de los Co- hacia remotas fronteras bárbaras, en las que es-
munes, a principios del anterior Parlamento, y tarían distantes de sus placeres y fortuna . Las
con el sentimiento declarado de la nación, hizo armas del estado deben, por tanto, confiarse a
que la reina de HUNGRÍA permaneciera infle- desconocidos mercenarios, sin celo, sin afecto,
xible en sus propios términos, y obstaculizó ese sin honor y listos siempre a volverse en contra
acuerdo con PRUSIA que habría restaurado de del príncipe y a unirse a todo descontento apa-
inmediato la tranquilidad general de EUROPA. sionado que les ofrezca paga y botín. He aquí
En tercer lugar, somos tan de verdad com- la marcha necesaria de los asuntos humanos: la
batientes que, una vez comprometidos, perde- naturaleza del hombre se constata a sí misma en
mos todo interés por nosotros mismos y por su frívola elevación; así trabaja ciegamente la
nuestra posteridad, y sólo consideramos líl me- ambición para la destrucción del conquistador
jor forma de fastidiar al enemigo. El hecho de y su familia, de cada cosa querida y cercana a
hipotecar nuestras rentas públicas en niveles tan él. Los BORBONES, confiados en el apoyo de su
profundos en las guerras, en las que resultamos valerosa, amante y fiel nobleza, impulsaron sin
De la balanza del poder 331
Este ensayo intentará ofrecer una explicación Del mismo modo en que es posible construir
breve y no técnica de algunos de los modelos modelos alternativos de sistemas políticos -por
teóricos empleados en System ·and Process in ejemplo, democráticos o totalitarios- así como
International Potities . . . Hay una serie de con- de sistemas familiares -por ejemplo familias nu-
sideraciones teóricas que sustentan este ensayo. cleares, familias extensas, monógamas o políga-
Una de ellas se refiere a que efectivamente se mas-, así también es posible construir distintos
presenta cierto patrón de conducta repetible o modelos de sistemas internacionales ... En esta
característica dentro del sistema internacional. sección se presentan seis modelos alternativos
Otra señala que este comportamiento correspon- de sistemas internacionales que, por supuesto,
de a un patrón porque los elementos del patrón no agotan las posibilidades. Sin embargo, se pre-
son congruentes internamente y porque además tende que exploren precisamente el continuo de
satisfacen necesidades de cobertura tanto inter- posibilidades. Estos modelos, en su actual estado
nacional como nacional. Una tercera conside- de desarrollo, son de índole heurística; ahora
ración expone que los patrones internacionales que, si poseen cierto grado de conveniencia,
de conducta se encuentran interrelacionados, de pueden dar acceso a una organización más sig-
maneras que es factible especificar, con las ca- nificativa del conocimiento existente, así como
racterísticas de las entidades que participan en a una organización más productiva de la futura
la política internacional, y con las funciones que investigación. Sólo dos de los modelos -el siste-
realizan ... ma de "la balanza del poder" y el sistema bipolar
disgregado- poseen contrapartes históricas.
Condensado de "Sorne Problems of Interna-
tional Systems Research", de Morton A. Kaplan, Sistema de "la balanza del poder"
publicado por vez primera en International
Political Communities: An Antbology (Garden
City, N.Y.: Anchor, 1966), pp. 469-486. Reim- ... El sistema internacional de "la balanza del
preso con autorización del autor . Notas al cal- poder" constituye un sistema social internacio-
ce suprimidas. nal que no integra entre sus componentes a un
Algunos obstáculos en la investigación de sistemas internacionales 333
subsistema político. Los actores que pertenecen mayor de la coalición cobrara predominio por
al sistema son exclusivamente de índole nacio- encima de los miembros menores de su propia
nal, tales como Francia, Alemania, Italia, etc. Son coalición. He aquí una de las razones por las cua-
cinco los actores nacionales -como mínimo- les los miembros de una exitosa co::lición pue-
que deben ajustarse a la clasificación de "actor den enemistarse entre sí; también es posible que
nacional esencial" a efecto de que el sistema negocien con los perdedores para obtener ma-
funcione. yores beneficios de éstos que de sus propios
El sistema internacional de "la balanza del aliados.
poder" se caracteriza por la operación de las si- La sexta regla declara que la membresía den-
guientes normas esenciales, mismas que cons- tro del sistema depende exclusivamente del
tituyen la conducta característica del sistema: 1) comportamiento que corresponda a las normas
incrementar las capacidades, pero negociar an- o reglas esenciales del sistema de "la balanza del
tes que pelear; 2) pelear antes que dejar de in- poder". Ante una reducción del número de ac-
crementar las capacidades; 3) dejar de pelear tores esenciales, el sistema internacional de "la
antes que eliminar a un actor esencial; 4) opo- balanza del poder" perderá estabilidad. Por tan-
nerse a toda coalición o actor individual que to, el mantener un número de actores naciona-
propenda a asumir una postura predominante les esenciales por encima de un límite mínimo
dentro del sistema; 5) limitar o imponer restric- crítico se erige en condición necesaria para la
ciones a aquellos actores que acepten principios estabilidad del sistema. La mejor manera de lo-
organizacionales supranacionales; y 6) permitir grarlo es restituir la membresía plena dentro del
que aquellos actores nacionales esenciales que sistema a los actores derrotados o a los rebel-
hayan sido derrotados o limitados reingresen al des reformados.
sistema como socios de funciones aceptables, Pese a que toda acción o alineación en par-
o tomar las medidas necesarias para que un ac- ticular puede ser resultado de "accidentes" -es
tor antes prescindible, ingrese a la clasificación decir, del conjunto de condiciones específicas
de actor esencial. Tratar a todo actor esencial que producen la acción o la alineación, inclui-
como socio de funciones aceptable. dos elementos tales como golpes de suerte o
Las dos primeras reglas del sistema interna- factores de personalidad- una elevada correla-
cional de "la balanza del poder" reflejan que ción entre el patrón de comportamiento nacional
no existe ningún subsistema político dentro del y las reglas esenciales del sistema internacional
sistema social internacional. Por ende, los ac- representaría una confirmación de las prediccio-
tores nacionales esenciales deben depender de nes que arroja la teoría .. .
sí mismos o de sus aliados para conseguir pro- No es posible reducir el número de reglas
tección. Ahora bien, si muestran debilidad, sus esenciales. El fracaso operativo de cualquier
aliados pueden abandonarlos. En consecuencia, regla resultará en el fracaso de, por los menos,
un actor nacional esencial debe ser capaz, bajo otra regla ... Las reglas del sistema son inter-
circunstancias extremas, de proteger sus propios dependientes. Por ejemplo, la incapacidad de
valores nacionales. La tercera norma esencial ilus- reincorporar o de reemplazar actores naciona-
tra el hecho de que otras naciones son valiosas les esenciales derrotados finalmente interferirá
como aliados potenciales. Además, la nacio- con la formación de coaliciones capaces de im-
nalidad puede fijar límites a la expansión po- poner restricciones a actores nacionales rebeldes
tencial. o a coaliciones potencialmente predominan-
Las reglas cuarta y quinta reconocen que una tes . ..
coalición predominante, o un actor nacional de En resumen, las reglas constituyen normas
tales características, puede constituir un riesgo de equilibrio para el sistema. Sin embargo, esto
a los intereses de otros actores nacionales. Por no implica que los actores se apeguen a ellas sólo
otra parte, si una coalición adquiriera prepon- porque son normas de equilibrio, a menos que
derancia, sería muy probable que el miembro un actor tenga un interés especial en preservar el
334 La balanza del poder
equilibrio del sistema. Las restricciones impues- reglas del juego, por ejemplo, alguien que ac-
tas al actor deben motivarlo a conducirse en túe contrariamente a las reglas esenciales del siso'
consonancia con las reglas; o, si uno o más ac- tema; en el ejemplo analizado, un participante
tores no sienten tal motivación, los demás de- que busque la hegemonía; fallas en el flujo de
ben ser motivados a actuar de tal modo que información que impidan que un actor nacional
obliguen a los actores rebeldes a apegarse nue- adopte las medidas necesarias para proteger su
vamente a una conducta congruente con las re- propia posición en el plano internacional; cam-
glas. Así pues, 1".5 reglas se consideran desde una bios de capacidad que se tornen acumulativos
perspectiva de normatividad -es decir, como y, al hacerlo, incrementen la disparidad inicial
descriptoras del comportamiento que preserva- entre las capacidades de los actores nacionales
rá el equilibrio del sistema- o de predicción esenciales; conflictos entre las prescripciones de
-como predictoras de que los actores se com- diferentes reglas bajo ciertas condiciones; dificul-
portarán de tal manera si las otras variables pre- tades que se originen en la logística del proceso
sentes en el sistema y el entorno se encuentran "balanceador", el reducido número de actores
en sus puntos de equilibrio. Si, por el contra- esenciales o una falta de flexibilidad del meca-
rio, las demás variables del sistema y del entor- nismo "balanceador" ...
no no se encuentran en equilibrio, se espera el La inestabilidad puede darse, aun cuando
surgimiento de un comportamiento rebelde. ninguno de los diversos actores nacionales tenga
Es relativamente sencillo encontrar ejemplos la intención de derrocar al sistema de "la balanza
históricos que ilustren eL funcionamiento del sis- del poder" . .. Incluso el esfuerzo por derrotar
tema de "la balanza del poder". Los estados a Napoleón y por constreñir al territorio galo a
europeos habrían aceptado a Napoleón si éste sus límites históricos tuvo algunos efectos de
hubiera estado dispuesto a seguir las reglas del esta especie. Dicho esfuerzo, aun cuando se ape-
juego. La restauración de los Borbones al po- gó a las reglas cuarta, quinta y sexta, contribuyó
der permitió la aplicación de la regla 3. De no también al engrandecimiento de Prusia, trastor-
haber sido esto posible, el sistema internacio- nando en consecuencia el equilibrio int~rno en-
nal se habría desestabilizado de inmediato. La tre los actores germanos. Es probable que dicho
readmisión de Francia al sistema internacional episodio desencadenara el proceso que, poste-
después d.e la restauración cumplió lo estipula- riormente, produjo la hegemonía prusa dentro
do por la regla 6. de Alemania y la hegemonía alemana dentro de
. El concierto europeo, magistralmeme descrito Europa. Así pues, se movilizó un proceso dinámi-
por Mowat, ilustra la primera regla. La regla 4 co que no se pudo compensar mediant~canibios
queda ejemplificada por la entente cordiale, y dentro de las alineaciones o de las coaliciones.
la segunda por la historia general de los siglos El sistema de "la balanza del poder" da lu-
dieciocho y diecinueve. Ahora bien, es probable gar a las siguientes consecuencias: l~s alianzas
que el mejor ejemplo de la regla 3 lo constituya tienden a ser específicas, de corta duración, y
la diplomacia que dirigió Bismarck hacia Sadowa, a variar de acuerdo con el factor ventaja y no
aunque sus motivaCiones fueron mucho más con la ideología (incluso bajo condiciones de
complejas que lo que la simple regla pudiera indi- guerra). Las guerras tienden a ser limitadas en
car. Este ensayo no se propone barajear referen- sus objetivos. Existe una amplia gama de legis-
cias históricas. El lector puede realizar su propia lación internacional de aplicación universal den-
investigación para determinar si el comporta- tro del sistema. Entre las reglas más significativas
miento internacional efectivamente tendió a ape- de ley aplicable destacan aquellas que se ocu-
garse a estas reglas durante dichos siglos. pan de los reglamentos de guerra y de la doc-
Los cambios de condiciones que pueden pro- trina de no intervención.
piciar la desestabilización del sistema internacio- En su forma ideal, el sistema de "la balanza
nal de "la balanza del poder" son: la existencia del poder" es un sistema que permite cualquier
de un actor nacional esencial que no siga las combinación de actores dentro de las alianzas,
Algunos obstáculos en la investigación de sistemasinternadorzales"335
siempre y cuando ninguna de las alianzas cobre puesto que evitaba que cualquier alianza adqui-
una marcada preponderancia en cuanto a capa- riera predominio. Según la forma ideal del sis-
cidades. El sistema tiende a preservarse porque tema, cualquier actor nacional esta calificado
aun cuando una nación en particular intente pre- para desempeñar esa fundón. En el sistema bi-
dominar sobre las demás, ésta debe actuar de polar libre, sin embargo, la función de integra-
modo tal que evite que cualquier otra nación ción consiste realmente en una mediación. El
logre tal objetivo, con el fin de proteger sus in- act:>r que la desempeña no se une a ninguno de
tereses. Al igual que la "mano invisible" de la los dos bandos, sino que funge como mediador
competencia descrita por Adam Smith, el siste- entre las partes contendientes. Por ende, sólo
ma internacional posee una vigilancia informal aquellos que no son miembros de ningún blo-
constituida por el propio interés, por lo que no que, o las organizaciones de actores universa-
hay necesidad de un subsistema político. les, pueden desempeñar la función integradora
El surgimiento de poderosos actores rebeldes, f'O el sistema bipolar libre. . . '
las contramedidas inadecuadas por parte de ac- Al haber sólo dos agrupamientos princip,ales
tores fieles, las nuevaS ideologías internacionales en el sistem~ bipolar, todbcambio vertiginoso en
y el crecimiento de sistemas supranacionales las capacidades militares tiende a desest:lbilizar
como el bloque comunista, con sus organiza- al sistema. Por esta razón, el hecho de. que los
ciones internacionaleS de partidos políticos, ta- bloques principales posean sistemas nucleares
ñeron la campana de la muerte para el sistema de segundo ataque, se constituye en factor ne-
internacional de "la balanza del poder". cesario para la estabilidad dentro del sistema.
A continuación citamos las reglas del siste-
Sistema bipolar libre ma bipolar libre:
En lugar del sistema anterior -luego de un l . Todos los bloques suscritos a los principios in-
periodo inicial de inestabilidad- hizo su apari- tegradores de jerarquía plena o mixta tienen la
ción el sistema bipolar libre. Éste difiere en mu- obligación de eliminar al bloque rival.
chos aspectos de importancia del sistema de "la 2. Todos los bloques suscritos a los principios in-
balanza del poder". Los actores supra nacionales tegradores de jerarquía plena o mixta deben ne-
participan dentro del sistema internacional. Pue- gociar antes que combatir; librarguerras menores
den ser actores en bloque, tales como la OTAN antes que enfrascarse en grandes conflagraciones;
o el bloque Comunista, o actores universales, y participar en estas últimas ~bajo conocimiento
como las Naciones Unidas. Casi todos los acto- pleno del riesgo y de los costos que implican-
antes que fracasar en,la eliminación,del bloque
res nacionales pertenecen a la organización de rival. . . .
actores universales, y muchos de ellos,-incluida 3. Todós los actores de los bloques deben incremen-
la mayoría de los principales actores nacionales- tar sus capacidades en la medida que lo hagan los
pertenecen a uno u otro de los bloques predomi- . del bloque opuesto. .
nantes. No obstante, algunos actores nacionales 4. Todos los actores de los bloques suscritos a los
puede no pertenecer a ninguna de las organiza- principios organizativos no jerárquicos, deben ne-
ciones en bloque. gociar antes que combatir para incrementar ca-
Adiferencia del sistema internacional de "la pacidades; librar guerras menores antes que dejar
balanza del poder", donde las reglas se aplican de incrementar capacidades, pero a la vez refre-
de manera uniforme a todo actor nacional , las narse de iniciar grandes conflagraciones por esa
causa.
reglas esenciales del sistema bipolar libre trazan 5. Todos los actores de los bloques deben partici-
distinciones, por ejemplo, entre las funciones par en grandes conflagraciones antes que permi-
que desempeñan aquellos actores que sí son tir que el bloque rival alcance una posiCión de
miembros de bloques y aquellos que no lo son. fuerza preponderante. .
En el sistema de "la balanza del poder", la 6. Todos los miembros de los bloques deben subordi-
función del "balanceador" era de integración, nar los objetivos del actor uni\'ersal a los objeti\'Os
336 La balanza del poder
de su propio bloque, ante la eventualidad de que para fmes de mediación y, hasta cierto punto, pa-
surja un grave conflicto entre ambos objetivos, ra desalentar la guerra.
pero deben subordinar los objetivos del bloque
rival a aquéllos del actor universal. Sistema bipolar cerrado
7. Todos los actores nacionales no miembros del
bloque deben coordinar sus objetivos naciona-
les con aquéllos del actor universal, así como tra- El sistema internacional bipolar cerrado re-
tar de subordinar los objetivos de los actores del presenta una modificación del sistema bipolar
bloque a los del actor universal. libre, donde tanto los actores no miembros del
8. Los actores del bloque deben esforzarse por bloque como lus actores universales desapare-
aumentar la membresía de su bloque, pero tole- cen por completo, o dejan de ser significativos.
rar la posición de no miembro de un actor na- Sin embargo, a menos que ambos bloques se
cional dado si la única alternativa es obligar a ese organicen de acuerdo con un orden jerárquico,
actor nacional a integrarse al bloque rival o apo- el sistema propenderá a la inestabilidad.
yar sus objetivos. No existe función integradora o mediadora
9. Los actores nacionales no miembros del bloque dentro del sistema bipolar cerrado. Por tanto,
deben proceder de modo tal que reduzcan el pe-
ligro de guerra entre los actores del bloque. habrá una tendencia hacia un grado elevado de
10. Los no miembros del bloque deben rehusarse a tensión disfuncional dentro del sistema, razón
apoyar las políticas que emprenda un actor del por la cual el sistema bipolar cerrado no cons-
bloque contra otro, salvo en sus funciones co- tituirá un organismo altamente estable o bien
mo miembros de un actor universal. integrado.
11. Los actores universales deben reducir la incom-
patibilidad entre los bloques. Sistema Universal
12. Los actores universales deben convocar a la mo-
vilización de actores nacionales no miembros del El sistema internacional universal podría
bloque contra casos de flagrante rebeldía, por crearse como consecuencia del funcionamien-
ejemplo, si un actor del bloque recurre a la fuer-
za. Esta regla, a menos que fuera contrabalanceada to de una organización de actores universales
por las demás, permitiría que el actor universal dentro de un sistema bipolar libre. El sistema
se convirtiera en el prototipo de un sistema in- universal, en contraste con los sistemas inter-
ternacional universal. nacionales previamente descritos, contaría con
un sistema político en calidad de subsistema del
.. .Ahora expondremos las consecuencias del sistema social internacional. No obstante, es po-
sistema bipolar libre. Las alianzas tienden a ser sible que este sistema político fuera del tipo con-
a largo plazo, a fundamentarse en intereses per- federado, es decir, que operara con base en
manentes y no cambiantes, y a incluir compo- gobiernos territoriales y no en seres humanos
nentes ideológicos. Las guerras, si no fuera por de manera directa.
el temor a las de índole nuclear, tenderían a ser El sistema internacional universal sería un sis-
ilimitadas. No obstante, repito, el temor a la es- tema integrado y solidario. Pese a la eventuali-
calada nuclear cobra tales dimensiones que, de dad del surgimiento de agrupaciones políticas
hecho, existe una mayor moderación en cuan- informales dentro del sistema, los conflictos de
to a las guerras que en el sistema de "la balanza intereses se resolverían de acuerdo con las re-
del poder" . Por ende, las guerras tienden a ser glas políticas del sistema. Por otra parte, se con-
muy limitadas, e incluso son escasas. En lo to- formaría un cuerpo de funcionarios políticos y
cante al campo legislativo, existen menos res- de administradores que guardaran lealtad pri-
tricciones hacia la intervención que en el sistema mordial al sistema internacional, antes que a
de "la balanza del poder", y aquellas limitantes cualquier subsistema territorial del sistema in-
que efectivamente se presentan, se desprenden ternacional.
en gran medida del temor a una escalada. Se em- El hecho de que el sistema internacional uni-
plea la organización universal principalmente versal sea estable o no depende de la medida
Algunos obstáculos en la investigación de sistemas internacionales 337
en que tenga acceso directo a los recursos y a lo lanzara en una posición vulnerable -por ia
las instalaciones, así como de la proporción que merma en su arsenal- al ataque de una tercera
prive entre sus capacidades y las de los actores nación -un ataque nada improbable si el que
nacionales miembros del sistema. aquella lanzó en primera instancia no fue pro-
vocado, o si la tercera nación tuviera intencio-
Sistema jerárquico nes perversas-o En todo caso, esa posición de
vulnerabilidad del atacante a un ataque subse-
El sistema internacional de jerarquías puede cuente por parte de un tercer estado tendería
ser democrático o autoritario en cuanto a la for- a inhibir al primero, salvo en circunstancias de
ma. Si evoluciona a partir de un sistema !'1ter- provocación extrema.
nacional universal -quizá en razón de que las En este mundo, sería escasa la necesidad de
satisfacciones provocadas por la exitosa opera- integrar alianzas específicas. Si dichas alianzas
ción de dicho sistema internacional universal llegaran a darse, cabría pensar que su naturale-
exaltan el deseo de lograr un sistema internacio- za fuera no ideológica. Las naciones podrían
nal más integrado y solidario- es probable que aliarse mediante pactos que establecieran la obli-
cobre la forma de sistema democrático. Si, por gación de ejercer represalias contra cualquier
el contrario, un bloque victorioso o poderoso "agresor" que lanzara un ataque nuclear, o que
impone el sistema de jerarquías sobre actores rebasara ciertas proporciones previamente es-
nacionales dispuestos, entonces cabe la proba- pecificadas, en contra de algún miembro de la
bilidad de que el sistema internacional sea auto- alianza.
ritario. En este sistema, no surgen expectativas de
El sistema de jerarquías contiene a otro, de guerras prolongadas de contravalores o de con-
índole política. Dentro de éste, las líneas funcio- trafuerza. Si acaso se emplearan armas nuclea-
nales de organización ejercen mayor fuerza que res, esto sería en actos limitados de represalia
las geográficas. Dicha característica ampliamente para efectos de advertencia, o en otras formas es-
integrada del sistema internacional de jerarquías trictamente limitadas también. Las guerras que
propicia una mayor estabilidad. La intersección efectivamente ocurrieran no presentarían una
funcional impide enormemente una eficiente or- tendencia nuclear, y serían limitadas tanto en
ganización contra el sistema internacional, o el área geográfica como en métodos de combate.
retiro del mismo. Aun cuando la constitución Las contiendas sublimitadas se darían con ma-
del sistema permitiese dicho retiro, la integra- yor frecuencia que las guerras reales.
ción de los recursos elevaría los costos del mis- No obstante, el sistema contaría aparente-
mo hasta niveles exagerados. mente con cierto potencial para desencadenar
guerras, o conflictos catalíticos. Es decir, si una
Sistema de veto unitario nación se involucrara en un ataque de contra-
fuerza, de acuerdo con algunás opiniones, es-
Imaginemos un mundo en el que aproxima- to desencadenaría probablemente un ataque
damente veinte naciones al azar posean sistemas contra la misma por parte de un tercer estado.
nucleares capaces de lanzar un primer ataque, Asimismo, un ataque anónimo o un accidente
nada increíble, por cierto. Es decir, cada una de catalizaría una serie de guerras. No es posible
estas naciones contaría con un sistema nuclear negar tales posibilidades, especialmente si se
que no eliminaría por completo las fuerzas ene- exacerban las tensiones dentro del sistema. Pese
migas en un primer ataque, pero que -si todo a todo, resultan improbables tanto los primeros
funciona de acuerdo con los planes- merma- ataques como las guerras accidentales, dada la
ría a tal grado las fuerzas enemigas que se pu- inexistencia de fuerzas creíbles de primer ataque,
diera contemplar la posibilidad de una guerra a así como la disponibilidad de sistemas adecuados
partir de un primer ataque. Sin embargo, incluso de mando y control. .. Aquellas naciones equi-
un primer ataque exitoso dejaría a la nación que padas con fuerzas nucleares dentro del sistema
338 La balanza del poder
A. F. K. ORGANSKI
.. . Se proclama que la balanza del poder pro- terra y de Francia. El equilibrio local de poder
duce paz. Ya hemos observado que realmente entre Francia y Alemania desembocó en la Gue-
hubo periodos en los que hubo una distribución rra Franco-Prusa, y los cálculos erróneos de Ale-
equitativa del poder entre contendientes, o en mania en cuanto a que su poderío balanceaba
que las partes involucradas así lo creyeron, pero e! de sus probables enemigos causaron la Pri-
el análisis revela que tales periodos fueron más la mera Guerra Mundial, que puso fin al siglo de
excepción que la regla. El estudio aún más me- paz.
ticuloso revela que efectivamente se trató de En el intervalo de las dos Guerras Mundia-
periodos de guerra, y no de paz. les, nuevamente gozamos de paz y de una pre-
En e! transcurso de! siglo dieciocho, último ponderancia de poder por parte de los Aliados.
siglo de! periodo bautizado como la edad de oro Cuando Alemania volvió a levantarse hasta el
de la balanza del poder, se sucedieron constan- grado en que e! poder de las naciones del Eje
tes guerras. Durante e! siglo diecinueve, después se aproximó de hecho al de los aliados Euro-
de las Guerras Napoleónicas, privó una paz ca-
si continua. Generalmente a la balanza de! poder peos, la guerra hizo inevitable acto de presen-
se le confiere amplio crédito por ese siglo de paz cia, y el ataque se fundamentó en la equívoca
pero, según nuestra observación preliminar, no suposición de que e! poderío de los Estados Uni-
hubo equilibrio en absoluto, sino una excesiva dos no se encontraba involucrado. Actualmen-
preponderancia de poder en manos de Ingla- te priva dr. nuevo un estado de paz, en el que
los Estados Unidos enarbolan la preponderan-
cia de poder.
Condensado de World Politics, de A. F. K. Aparentemente, la relación existente entre la
Organski (New York: Knopf, 1958), pp. 292-293,
325-333, 338. Copyright © 1958, A. F. K . Or-
paz y la balanza del poder es exactamente opues-
ganski. Reimpreso con autorización de Alfred ta a lo que hasta ahora se ha proclamado. Los
A. Knopf, Inc, y del autor. periodos de equilibrio, real o imaginario, son
):W
340 La balanza del poder
periodos de guerra, en tanto que aquéllos de En pocas palabras, no explica las dos conflagra-
consabida preponderancia son periodos de paz. ciones supremas de la historia reciente ...
Si tal aseveración es correcta, no debemos preo- Ahora nos encontramos en la posición ade-
cuparnos en estos momentos por el riesgo de cuada para comprender más cabalmente la razón
una terc~ra conflagración mundial, dada la ob- por la cual la distribución habitual de! poder en
viedad de la predominancia occidental; dejemos e! mundo no ha constituido un equilibrio, sino
la preocupación para e! futuro, cuando la indus- más bien una preponderancia de! poder en ma-
trialización permita que el mundo comunista nos de una nación y de sus aliadas. Asimismo,
nos equipare en poder. podemos entender por qué la paz mundial ha
La afirmación de que el equilibrio de! poder coincidido con periodos de supremacía indispu-
conduce a la paz no es congruente. De hecho, table de poder, en tanto que los periodos de
ni siquiera es lógica. La razón dicta que las nacio- equilibrio aproximado han sido realmente de gue-
nes no se enfrascarán en un conflicto bélico rra. Tal como hemos observado, las guerras se
a menos que crean que cuentan con una amplia suscitan cuando una gran potencia que ocupa
probabilidad de vencer, pero esto se aplica a am- un lugar secundario desafía a la nación superior
bos bandos sólo cuando los dos son realmente y a sus aliadas para conseguir el control. Así
equiparables o, como mínimo, cuando así lo con- pues, el gran connicto habitual se registra en-
sideran. Por ende, un equilibrio de poder aumen- tre la nación suprema (y sus aliadas) y aquélla
que la desafía y que, por cierto, se encuentra
ta las posibilidades de guerra. La preponderancia
de poder de uno de los bandos, por e! contra- a punto de equiparar a la primera en poder.
rio, incrementa las posibilidades de paz, dado En algunos aspectos, el orden internacional
presenta asombrosas semejanzas con el de la so-
que el más poderoso no necesita combatir pa-
ciedad a nivel nacional ; dicho orden queda le-
ra conseguir todo lo que desea ... [Una del las gitimizado por una ideología, y se arraiga en el
condiciones que propician la paz internacio- diferencial de poder de los grupos que lo com-
nal. .. no estriba en la distribución equitativa ponen. La paz es posible únicamente cuando
del poder. aquellos que detentan el poder prepoderante
Cabe plantear un último punto con relación ejercen un firme control y se encuentran satis-
a la balanza del poder. En apego a la teoría, im- fechos con e! statu quo, o con la forma en que
pera la expectativa de que el peligro de agre- éste promete evolucionar dentro de un contex-
sión provenga de la nación más poderosa. La to pacífico. La paz se ve amenazada siempre que
intención de esta última de aumentar al máxi- una nación poderosa se siente insatisfecha con
mo su poder la induce a valerse de sus ventajas e! statu quo y cuenta con e! poder necesario para
y a confrontar bélicamente a sus vecinos si lle- tratar de cambiar la situación pese a la oposi-
ga a alcanzar una clara preponderancia de po- ción de aquellos que controlan e! orden inter-
der. Tampoco en este caso los hechos respaldan nacional prevaleciente.
a la teoría. CiF.rtamente, las naciones que gozan de El grado de poder y e! grado de satisfacción,
un poder preponderante han subyugado a sus pues, se convierten en características nacionales
vecr~Os, pero no han sido las que han .dado inicio de importancia que se deben tomar en con-
a las grandes conflagraciones que han marcado sideración al tratar de ubicar a las naciones con
la historia moderna. Casi sin excepción, esta mayores probabilidades de perturbar la paz mun-
función ha quedado en manos del bando más dial. Es posible clasificar a todas las naciones de!
débil. La teoría de la balanza de! poder no ofrece mundo en función de las dos características men-
explicación factible alguna para los actos de Ale- cionadas, logrando así cuatro categorías que re-
mania en las dos Guerras Mundiales, ni tampoco sultan trascendentales en el ámbito de la política
para e! ataque japonés contra los Estados Unidos. internacional.
La transición del poder 341
lidades en favor de un cambio pacífico, pero Sin embargo, no es esto lo que realmente ha
tampoco la frecuencia con que las guerras pro- sucedido en la historia reciente: Alemania, Ita-
pician cambios contundentes. A medida que la lia y Japón atacaron a la nación predominante
nación desafiante acumula mayor poderío, co- ya sus aliadas mucho antes de igualarlas en po-
mienza a exigir nuevos arreglos y cambios dentro der, y fueron las naciones desafiantes las que
del orden internacional, tendientes a proporcio- lanzaron el ataque, no el campo predominante.
narle una mayor tajada de los beneficios que Si efectivamcntela historia se repite, la próxima
ambiciona. En teoría, aquellos que ejercen el guerra mundial la iniciará la Unión Soviética,
predominio del orden internacional existente y estallará antes de que el bloque soviético iguale
podrían acomodar al recién llegado y ofrecerle en poderío a los Estados Unidos y a sus alia-
la bienvenida a los estratos superiores, median- dos, lo cual disminuirá las oportunidades de una
te la cesión de algunos de sus privilegios. En victoria comunista. Sin embargo, es probable
la práctica, sin embargo, esto no se suele dar: la que la historia no se repita, dado que la Unión
nación desafiante exige un lugar en la cúspide y Soviética no es Alemania; además, intervienen
es desairada. Ante su sed de cambio y la incapa- otros factores además del poder relativo de los
cidad de provocarlo por medios pacíficos, con dos campos ...
suma frecuencia recurre al conflicto bélico. En conclusión, es mayor la probabilidad de
Cabe esperar que una nación desafiante pe- guerra cuando hay un equilibrio aproximado
ro prudente, en tanto que incrementa su poder de poder entre la nación predominante y otra
mediante el desarrollo interno, se abstenga de poderosa y desafiante. No obstante, existen otros
amenazar al orden internacional existente has- factores que también contribuyen a aumentar o
ta alcanzar un grado de poderío equiparable disminuir las probabilidades de guerra. De ma-
al de la nación predominante y de sus aliadas, nera específica, la guerra tiende a estallar cuan-
puesto que se antoja insensato atacar siendo más do: la nación desafiante posee tales dimensiones
débil que el enemigo. Si dicha expectativa fue- que, al llegar a su climax, tendrá un poder apro-
ra correcta, el riesgo de guerra se incrementa- ximado al de la nación predominante; el ascenso
ría enormemente en el momento en que los dos de la nación desafiante es vertiginoso; la nación
bandos contrarios detentaran un nivel casi igual predominante muestra inflexibilidad en sus po-
de poder; si la guerra estallara antes de ese mo- líticas; no priva una tradición de cordialidad en-
mento, adoptaría la forma de una guerra pre- tre la nacjón predominante y la desafiante; y
ventiva emprendida por la nación predominante cuando la nación desafiante se fija el propósito
para noquear a su rival antes de que cobre la de sustituir el orden internacional existente y
fuerza suficiente para alterar el orden interna- fincar un orden competitivo propio.
cional existente.