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Bandwagoning for Profit: Bringing the revisionist State Back in/ Randall L.

Schweller

¿Los Estados tienden a aliarse con el lado más fuerte o el más débil dentro de un conflicto?
Dentro del lenguaje de las RRII: ¿Acaso los Estados tienden a practicar ​Soft Balancing ​o ​}
frente a un Estado o coalición que rompe el status quo? La respuesta a esta pregunta es
básica para la formulación de las estrategias y la definición de los intereses vitales. Si los
Estados se resistieron frente a los avances de sus vecinos uniéndose para restaurar el
equilibrio, entonces la conquistas no son fructíferas y las intervenciones hechas para
defender los compromisos no sólo son innecesarias, sino que a menudo son
contraproducentes al hacer que los estados cercanos se unan contra la intromisión de las
potencias y sus deseos. Al contrario, si los Estados gravitan hacia el poder que se expande,
predominará el efecto arrastre “bandwagoning”, cayendo los dominios y los grandes
poderes encontrándose en jaque debido al costo vinculado a defender áreas remotas de
ínfimo valor para su interés nacional.

Mientras los estudiosos des las RRII han aceptado de forma tradicional que los Estados
tienden a jugar al balance frente a las amenazas representadas por el aumento de las
capacidades de otro, paradójicamente, la práctica ha mostrado como el Bandwagoning es
común en la dinámica de la política internacional. Como Jack Snyder remarca “La mayoría
de los estrategas imperiales que defienden intereses lejanos a su espacio geográfico tienen
miedo de perder el dominio, siendo el desafío creciente poder anticipar la aplicación del
efecto arrastre”. Dean Acheson, por ejemplo, describió la imagen del Bandwagoning en la
estrategia de EEUU enunciada por su gabinete en 1947 “Si Grecia cae en la órbita Rusa, no
sólo Turquía sería afectada sino también Italia, Francia y toda la Europa Occidental”. De
forma similar, en 1635, el Duque de Olivares predijo que, en la próxima guerra contra
Francia, las pequeñas perdidas de España podrían significar cosas de mayor envergadura:
“Las mayores amenazas son hacia Milán, Flandes y Germania. Cualquier ataque contra
estas podría ser fatal para la monarquía;si alguno de ellos caerá el resto de la monarquía lo
seguiría, Alemania la seguiría Italia y Flandes, Flandes por las Indias y Milán por Nápoles y
Sicilia ”

La creencia dentro del Bandwagoning es que “nada sucede por casualidad” dentro de la
guerra, encontrándose esta marcada en todas las apuestas por el dominio del mundo.
Napoleón afirmó: “Mi poder depende de mi gloria y mi gloria de mis victorias. Mi poder no
caerá si no lo alimento de nuevas glorias y nuevas victorias. Las conquistas me han hecho
quien soy,y solo las conquistas pueden ayudarme a mantener mi posición”. Igualmente,
Hitler declaró: “Debemos aún enfrentar muchas batallas, pero ellas indudablemente
significaran magníficas victorias. Después de esto la vía al dominio mundial es certera”

Recientemente, el problema de cómo los Estados escogen bandos en un conflicto ha


creado un debate teórico muy rico. La visión de que “el equilibrio predomina” ha sido
fuertemente articulada por Stephen Walt. Ofreciendo una teoría de cómo el equilibrio es una
estrategia frente a las amenazas y explicando las causas de las coaliciones, Walt declara
que en la mayoría de los contextos el equilibrio es más común que el Bandwagoning.
Algunos de sus críticos enumeran variados ejemplos históricos del Bandwagoning y de
cómo el Balancing es la excepción. Otros argumentan que la teoría de Walt minimiza la
importancia de los factores internos a la hora de tomar decisiones sobre las alianzas. Ellos
sugieren que las élites y los Estados son débiles frente a las sociedades las cuales generan
un efecto arrastre.

En este artículo, yo argumento que todos los lados del debate han asumido de forma
incorrecta que el Bandwagoning y el Balancing son comportamientos opuestos motivados
por la misma meta: el mantenimiento de la seguridad. Como resultado, el concepto de
Bandwagoning ha sido definido (como amenazas) como lo opuesto al equilibrio. En la
práctica, los Estados tienen diferentes razones para elegir entre Balancing y Bandwagoning.
El objetivo del Balancing es la autopreservación y la protección de los valores propios,
mientras la meta del Bandwagoning es usualmente la extensión de sí mismo: obtener
valores codiciados. Simplemente el balancing apunta al deseo de evitar pérdidas, el
bandwagoning a la oportunidad de ganar. La presencia de una amenaza externa mientras
es necesaria para la existencia de un Balancing efectivo, es innecesaria para los Estados
en Bandwagoning.

Yo adoptó una definición diferente de bandwagoning- que si bien está en sintonía con el uso
común del término- opino que es más amplia que la de Walt. Para ello, debemos enfocarnos
en dos factores que han sido pasados por alto: el aspecto oportunista de bandwagoning, y
las alianzas que escogen los Estados que significan una amenaza mientras que otras
responden ante la amenaza. De forma reducida, en la literatura sobre las alianzas, es
menester volver a tomar en consideración al Estado revisionista.

El artículo comienza destacando varias posiciones en el debate “balancing” vs.


“bandwagoning”. En la siguiente sección, yo ofrezco una crítica diferente a la teoría del
equilibrio frente a la amenaza, teoría que se centra en la visión de Walt sobre el
Bandwagoning y las limitaciones de su teoría al explicar las alianzas. A esto le sigue una
discusión sobre las recompensas y en bandwagoning, que subraya el aspecto oportunista
del bandwagoning que ha sido ignorado. Posteriormente, examinó varias razones por las
cuales los Estados escogen el Bandwagon frente a otras formas de apaciguamiento. Por
último, propongo una teoría alternativa de las alianzas basada en las metas políticas de los
Estados.

La Teoría del Equilibrio frente a la amenaza y sus críticas:

En el Origen de las Alianzas y otros trabajos, Stephen Walt ofrece una redefinición de la
teoría de la balanza de poder, llamada balanza de amenaza. Como los teóricos
estructurales de la balanza de poder, Walt concluye que los Estados normalmente
equilibran y rara vez bandwagon, sin embargo destaca que los Estados no se alían en
respuesta a un aumento o distribución de las capacidades, en cambio lo hacen cuando un
Estado o coalición es peligroso. El nivel de la amenaza de un estado frente a otros es
producto de su potencial de poder, su proximidad geográfica, su capacidad ofensiva y la
percepción amenazante de sus intenciones.

Walt resalta que su teoría “mejora la tradicional teoría del equilibrio de poder dándole un
mayor poder explicativo” porque el potencial de poder es solo uno de los numerosos
componentes que definen la amenaza. La teoría de Walt explica, la formación de las
coaliciones ganadoras en las primera y segunda guerra mundial y “que las alianzas son
elegidas cuando los potenciales aliados del Estado son bastante similares en poder. En
dichas circunstancias, el estado se aliara con quien le parezca menos peligroso”

La teoría de Walt es un arreglo convincente de la teoría del equilibrio de poder. Walt


construye una teoría existente con base a críticas constructivas y presenta un claro
compendio de ideas basadas en alianzas creadas en diferentes casos. Mientras la
evidencia parece apoyar la visión de Walt, su teoría no ha está ilesa en cuanto a críticas.

Los desafiantes: Los orígenes domésticos de las alianzas

Robert Kaufman sostiene que las democracias no se comportan tal como lo predice la
teoría del equilibrio debido a que las restricciones internas impuestas por el proceso
democrático retrasan el equilibrio del comportamiento y diluyen su efectividad.Como
evidencia, Kaufman señala las políticas de apaciguamiento y el lento ritmo de equilibrio de
las democracias occidentales en respuesta a Hitler, quien, según él, "dio una amplia
advertencia de que dirigiría una Alemania poderosa y extremadamente insatisfecha ... por
un camino ... que llevaría hacía un conflicto inevitable con otros Estados". Dado el claro
peligro presentado por la Alemania nazi, Europa durante la década de 1930 es un "caso
fácil" para la teoría de Walt; Sin embargo, afirma Kaufman, falla en la prueba.

La crítica central de Deborah Larson en contra de la teoría de Walt es que no puede


explicar por qué los estados con características similares se comportan de manera opuesta
y contrariamente a las predicciones de la teoría, es decir, por qué a veces los Estados
fuertes a veces ceden al Bandwagoning y los Estados débiles equilibran. Para explicar
estas anomalías empíricas, Larson utiliza un enfoque institucionalista que mide la fuerza del
Estado por la naturaleza de sus relaciones estado-sociedad. Aseverando que la principal
preocupación de las élites es preservar su mandato, Larson concluye que el andar el uso
del Bandwagoning puede ayudar a un régimen débil a mantener la autoridad y poner fin a la
subversión externa, proporcionando asistencia económica y "un aura de invencibilidad por
asociación con las victorias del gran poder".

Steven David argumenta que el realismo y su perspectiva estatocéntrica ignora la


"naturaleza a menudo fatal tanto del ambiente político internacional y como el doméstico
que caracteriza al Tercer Mundo". Para explicar las alianzas en el Tercer Mundo, David
introduce el concepto de omni balancing, así llamado porque "incorpora la necesidad de los
líderes para apaciguar a los adversarios secundarios, así como para equilibrar las
amenazas tanto internas como externas para poder mantener el poder". Al igual que
Larson, David sugiere que las élites del Tercer Mundo, generalmente juegan al
Bandwagoning con poderes hostiles para balancear amenazas domésticas o externas.

Jack Levy y Michael Barnett sostienen que el realismo es "relativamente silencioso con
respecto a las alianzas del Tercer Mundo en general o cómo las relaciones entre el Estado
y la sociedad en particular podrían dar lugar a patrones distintivos de comportamiento de
alineación". La función de alianzas de los recursos y el impacto de la economía política
interna en los alineamientos del Tercer Mundo 25, concluyen De que los líderes del Tercer
Mundo formen alianzas "para asegurar los recursos económicos y militares necesarios con
urgencia para promover los objetivos internos, responder a las amenazas a la seguridad
externa e interna y consolidar sus posiciones políticas internas"

A pesar de estos intentos de desacreditar la teoría de la teoría del equilibrio en la formación


de la alianzas, la teoría de Walt es bastante aceptada en varios aspectos. En primer lugar,
su teoría predice la mayoría de los casos de bandwagoning que sus críticos atribuyen a las
fuentes domésticas. De acuerdo con las medidas de poder descritas tanto por Walt como
por Kenneth Waltz, los Estados con líderes legítimos, instituciones gubernamentales
débiles y / o poca capacidad para movilizar recursos económicos son estados débiles que
probablemente se adhieran al Bandwagoning. En cuanto a la afirmación de Kaufman de
que las democracias tienden al bandwagoning y no pueden balancear tan eficazmente
como predice la teoría del equilibrio, Walt refuta convincentemente este argumento
señalando la ambigüedad de las intenciones de Hitler antes de Múnich y la vigorosa
respuesta democrática después de marzo de 1939.

En segundo lugar, la afirmación de que las élites endebles suelen inclinarse hacía el
Bandwagoning con adversarios secundarios para contrarrestar sus amenazas internas es
consistente con el argumento de Walt de que los Estados equilibran ante amenaza para su
supervivencia.Tercero, Walt tiene una ventaja en el debate porque nadie más ha
emprendido un estudio tan extenso sobre la formación de alianzas en el Oriente Medio y el
Sudeste Asiático, ambas regiones del Tercer Mundo. Esto socava la afirmación de los
críticos de Walt de que la teoría realista no puede explicar y es "relativamente silenciosa
con respecto a las alianzas del Tercer Mundo". En cuanto "la provisión de recursos" función
de las alianzas según por Levy y Barnett, Walt prueba de hecho la hipótesis de que «los
Estados escogen compañeros de alianza en orden de obtener pagos laterales en asistencia
material, como ayuda económica o militar». Finalmente, los críticos de Walt no han
propuesto una teoría alternativa para desafiar la teoría del equilibrio. Por lo tanto, se
sostiene bastante bien como una explicación de las escogencias de las alianzas.

Walt ha ganado hasta ahora el debate porque sus críticos, con la excepción de Levy y
Barnett, han aceptado su premisa de que las opciones de la alianza se examinan mejor
como respuesta a la amenaza, aunque algunos han ampliado el enfoque para incluir
amenazas internas y externas. En consecuencia, las "fuentes nacionales" como desafío, no
han cuestionado la definición de Walt de bandwagoning como acercarse a la amenaza más
amenazante.

Yo argumento, en cambio, que la premisa central de la teoría del equilibrio trata de colocar
la balanza a favor del equilibrio sobre el comportamiento del bandwagoning. Define
bandwagoning como una forma de capitulación frente al fuerte, y por lo tanto examinando
únicamente como alianzas a aquellas formadas como una respuesta a las amenazas
externas, no sorprende que el equilibrio para sea Wal más común que el bandwagoning.
Esto es especialmente cierto entre los Estados fuertes, cuando se dispone de aliados
creíbles y en tiempo de guerra antes de convertirse en una operación de "limpieza".

Las opciones de la Alianza, sin embargo, a menudo son motivadas por las oportunidades
de obtener ganancia, así como por el peligro, por el apetito y el miedo. La teoría del
equilibrio de está diseñada para considerar sólo los casos en los que el objetivo de la
alineación es la seguridad y, por lo tanto, excluye sistemáticamente las alianzas impulsadas
por el beneficio. Sin embargo, como el mismo Walt afirma, una de las principales
motivaciones para el bandwagoning es compartir los despojos de la victoria. Cuando los
beneficios en lugar de la seguridad impulsan las opciones de la alianza, no hay razón para
esperar que los Estados se vean amenazados para unirse al wagoner; lo hacen
voluntariamente. El bandwagoning gana impulso a través de la promesa de premios, no
ante la amenaza de castigo. Por lo tanto, no observaremos los casos de bandwagoning
para obtener beneficios al examinar las alianzas creadas como una respuesta a las
amenazas. Debemos mirar en cambio las opciones de la alianza hechas en la expectativa
de ganancia, sin restricciones por el deseo de una mayor seguridad.

El Bandwagoning en la Teoría del Equilibrio

Hay varios problemas con la definición de Walt de bandwagoning: se aparta del uso
convencional; excluye las formas de bandwagoning con fines de lucro sobre la seguridad;
reflejando un sesgo de status quo. Su conclusión de que el equilibrio es más común que
bandwagoning es por lo tanto un poco engañosa.

El uso convencional

El término "bandwagoning" como una descripción del comportamiento de la alianza


internacional apareció por primera vez en la Teoría de la Política Internacional de
Kenneth Waltz. En su modelo estructural de la teoría del equilibrio de poder, Waltz
utiliza el concepto de "bandwagoning" como lo opuesto al equilibrio: Bandwagoning
se refiere a unirse a la coalición fuerte, equilibrio significa aliarse con el lado débil.
Walt re-define estos términos para adaptarse a la teoría del equilibrio: "Cuando se
enfrentan a una amenaza externa significativa, los Estados pueden equilibrar o
bandwagoning, El equilibrio se define como un aliarse con otros en contra de la
amenaza significativa, bandwagoning se refiere a la alineación con la fuente del
peligro". Por estas definiciones, Walt, al igual que Waltz antes de él, intenta colocar
los conceptos de equilibrio y bandwagoning en oposición: Bandwagoning está
destinado a ser lo contrario de equilibrio. Sin excepción, la literatura sobre el
comportamiento de las alianzas en la teoría de las relaciones internacionales ha
aceptado la definición de Walt de bandwagoning como aliarse con la amenaza más
amenazadora con el fin de conservar la independencia del Estado.

En una obra posterior, Walt expande su definición de bandwagoning;

El Bandwagoning implica un intercambio desigual; El Estado vulnerable hace


concesiones asimétricas al poder dominante y acepta un papel subordinado. . . .
Bandwagoning es un alojamiento a la presión (ya sea latente o manifiesto). . . . Lo
más importante de todo, el bandwagoning sugiere una voluntad de apoyar o tolerar
acciones ilegítimas por parte del aliado dominante.
Uno de los muchos criterios para escoger una taxonomía es la “necesidad de
conseguir términos de uso común”. En los términos como balancing o
bandwagoning, Walt mantiene la idea original de bandwagoning el cual existe como
lo opuesto a balancing, pero al hacer esto viola el uso común de bandwagoning.

El uso convencional de Bandwagon es un candidato,un lado o movimiento que que


atrae grupos o masas hacia sí por su impulso. La frase “subirse al vagón” implica
seguir una tendencia o unirse al lado que parece vencer. Bandwagoning ´puede ser
una decisión libre, o puede responder a rendirse frente a una fuerza inminente
Según esta visión, en la teoría de la balanza de poder, la definición de
Bandwagoning como “unirse a la coalición más fuerte”es fiel a su connotación
usual. En la teoría de Walt la definición es “aliarse con la fuente de peligro” o “ceder
ante las amenazas” solo toma en cuenta el ámbito coercitivo o compulsivo el cual
se puede resumir en la frase “Si no puedes vencerlo, únete”

De hecho,el comportamiento que Walt define como Bandwagoning es cercano al


concepto de capitulación, definido como “El acto de rendirse o flexibilizarse (frente
a una influencia dominante). De acuerdo con el lenguaje ordinario, el bandwagoning
no debe asumir el apoyo involuntario obtenido a través de la coerción, que es en
cambio la capitulación. Esta distinción no es simplemente una cuestión semántica.
Para ver por qué, debemos examinar los motivos que Walt atribuye al andar en
bandas:

¿Cuál es la lógica detrás de la hipótesis de balanceo? Se pueden identificar dos


motivos distintos. En primer lugar, se puede adoptar el bandwagoning como una
forma de apaciguamiento. Al alinearse con el Estado amenazante o la coalición, el
bandwagoning puede esperar evitar un ataque a sí mismo desviándose a otra parte.
Segundo, un Estado puede alinearse con el lado dominante en la guerra para
compartir el botín de la victoria. La declaración de guerra de Mussolini sobre
Francia y la entrada de Rusia en la guerra contra Japón en 1945 ilustran este tipo
de movimientos, al igual que las opciones de la alianza italiana y rumana en la
Primera Guerra Mundial. Al unirse a lo que creían el lado fuerte, cada uno esperaba
obtener más ganancias territoriales al final de la guerra.

Walt señala correctamente que los Estados practican el bandwagoning por temor a
perder y por el deseo de despojar a otros. Pero ambos motivos para el
bandwagoning pueden estar presentes incluso cuando no hay desequilibrio entre
las amenazas, es decir, cuando ninguno de los dos lados es percibido como
significativamente más peligroso que el otro.

Consideremos el primer motivo de Walt para andar el bandwagoning: evitar el


ataque. Para él, esto significa apaciguar al lado más peligroso. Sin embargo, este
no necesita ser el caso. Supongamos que la guerra está llegando, y un Estado
atrapado en el fuego cruzado debe elegir lados, pero no hay desequilibrio de
amenaza. Buscando refugio, el Estado puede alinearse con la coalición más fuerte
porque hay seguridad en números y su supervivencia depende de estar en el lado
ganador. Aquí, la fuente de mayor peligro para el Estado no viene de un lado u otro,
sino de las consecuencias de estar en el lado perdedor, cualquiera que sea. Así, es
el poder, y no la amenaza, lo que impulsa la elección del Estado.

El segundo motivo de Walt para el bandwagoning -compartir el botín de la victoria-


es ciertamente correcto, pero no es consistente con su afirmación de que "el
equilibrio y el balanceo se ven con mayor precisión como una respuesta a las
amenazas". Protegerse contra Alemania no fue la principal motivación para la
declaración de guerra de Italia contra Francia en 1940, ni la decisión de Japón de
marchar con el Eje más tarde en el año. Del mismo modo, el afán de Stalin de
luchar contra Japón en 1945 fue impulsado más por la perspectiva de ganar
despojos no ganados que por un deseo de mayor seguridad de Estados Unidos o
Japón. El aspecto oportunista del bandwagoning es especialmente marcado en las
decisiones de alianza de los Estados revisionistas. Walt identifica este motivo luego
lo ignora porque la lógica de su teoría lo fuerza a encerrar la mayoría de los casos
de Bandwagoning en ceder a las amenazas.

Selección del caso

Para determinar si el balancing o el bandwagoning es la tendencia dominante, Walt


considera sólo los casos que implican una amenaza externa significativa. El
esquema causal de Walt para el comportamiento de la alianza puede ser
diagramado como en la Tabla 1.

Manteniendo constante la condición inicial de una clara amenaza externa en la


selección de sus casos , Walt encuentra pruebas sólidas de que el equilibrio es la
respuesta preferida. Pero la teoría sólo evalúa el equilibrio y el equilibrio entre los
estados amenazados, mientras ignora el comportamiento de estados no
amenazados que se alinean por razones distintas a la seguridad y que presentan
las amenazas que impulsan la teoría de Walt. En resumen, Walt no ofrece una
teoría de alianzas sino una teoría de cómo los estados responden a las amenazas
externas.

El difícil argumento para confirmar la hipótesis de equilibrio es una situación en la


cual un Estado no está directamente amenazado por un Estado depredador, pero
decide equilibrar de todos modos para proteger sus intereses de seguridad a largo
plazo. En palabras de Walt, "al examinar el registro histórico, debemos centrarnos
no sólo en lo que hicieron los Estados, sino más importante aún, en lo que ellos
preferían hacer". Pero sus casos no están diseñados para hacer esto.

Tabla 1. Esquema de Walt para el comportamiento en Alianzas

Variable causal Variable Dependiente

Amenaza significativa Balancing o Bandwagoning

Cuando se enfrenta a una amenaza grave e inconfundible para la supervivencia


nacional, se puede decir que los estadistas "actúan bajo la compulsión externa en
lugar de actuar de acuerdo a sus preferencias” Esta es la lógica detrás de la
metáfora de Arnold Wolfer sobre la casa en llamas: Con raras excepciones,
nosotros esperamos dentro de una casa quemándose para sentir la irresistible
necesidad de correr hacia las salidas. Igualmente, cuando los estadistas se
encuentran confrontados frente a una amenaza que significa un desequilibrio,
debemos esperar que ellos “tengan prisa en maximizar su poder nacional”,
especialmente bajo condiciones que Walt identifica como favorables al equilibrio:
cuando el Estado amenazante se vuelve lo suficientemente fuerte para afectar el
equilibrio de poder, los aliados están facultados para la guerra de forma preventiva.

El problema es que la literatura de seguridad ha tendido a exagerar los hallazgos de


Walt al no especificar las condiciones requeridas para que funcione su teoría. Por lo
tanto, se afirma comúnmente, sin evidencia de apoyo, que "el comportamiento del
balancing es la tendencia predominante de los Estados”. Como lo he argumentado
extensamente en otra parte, sin evidencia se afirma que “la conducta de equilibrio
predomina en el comportamiento estatal” Walt declara que “así como argumenté
que el balancing es el comportamiento que predomina en la política internacional ...
Estos resultados exponen la pobreza de gran parte de la justificación de la política
exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial ". De manera similar,
Stephen Van Evera afirma que el bandwagoning es un "evento raro" y que "la
historia indica que esos casos son la excepción y no la regla" .Sin embargo, el
propio argumento de Van Evera en apoyo del despliegue del Golfo Pérsico 1990-91
descansa casi por entero en la lógica bandwagoning:
Si Irak no hubiera sido controlado, la captura de Kuwait podría haber presagiado la
incautación del resto de los países árabes del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos
Árabes Unidos, Qatar, Bahrein y Omán). Siria, Jordania, Yemen y Líbano no serían
mayores que el poder iraquí y podría sucumbir a él.

En otra referencia al bandwagoning, Van Evera dice que "los militares exageran la
tendencia de otros Estados a ceder ante las amenazas -a el "bandwagon" con la
amenaza en lugar de " equilibrar " contra ella- tales mitos refuerzan los argumentos
de los militares para fuerzas mayores para reforzar las afirmaciones de que una
fuerza más grande puede utilizarse para obtener avances diplomáticos ".
Efectivamente, Van Evera, que se centra exclusivamente en el objetivo amenazado
de la acumulación de fuerzas militares, no considera cómo esta señal afecta a otros
Estados no amenazados que pueden verse a sí mismos como beneficiarios de la
fuerza militar más grande. Históricamente, las acumulaciones militares a veces han
servido para alentar a los Estados no orientados a marchar con la "fuerza mayor"
con fines de lucro o para protección de otros estados más amenazadores. Los
estados que carecen de fuerza y ​estabilidad internas tienden a gravitar lejos de los
poderes declinantes e inclinarse hacia un poder creciente.

El Status Quo Bias

En el fondo, la teoría del equilibrio frente a amenazas sufre de un problema que


afecta a toda la teoría realista contemporánea: ve al mundo únicamente a través de
la lente de un Estado satisfecho y con status quo. A diferencia de los realistas
tradicionales como E.H. Carr y Hans Morgenthau, los realistas modernos
típicamente asumen que los Estados están dispuestos a pagar altos costos y tomar
grandes riesgos para proteger los valores que poseen, pero sólo pagarán un
pequeño precio y tomarán pocos riesgos para mejorar su posición en el sistema.
Waltz escribe:
En la anarquía, la seguridad es el fin más elevado. Sólo si la supervivencia está
asegurada, los estados pueden buscar con seguridad otros objetivos como la
tranquilidad, la ganancia y el poder. Debido a que el poder es un medio y no un fin,
los Estados prefieren unirse a la más débil de dos coaliciones… Si el Estado desea
maximizar su poder, escogerá el lado más fuerte… esto no pasa por el Balancing,
no el Bandwagoning, que es el comportamiento inducido por el sistema. El primero
concierne a los Estados que no maximizan poder que mantienen sus posesiones en
el sistema.

Waltz está en lo correcto a afirmar que los Estados buscan aumentar su poder con
el Bandwagoning, no con el equilibrio. Pero no es cierto que el principal problema
de todos los estados sea la seguridad. Aquí el toma una perspectiva a favor de
status quo. Solo en referencia en a los países del primer mundo (*o potencias)
podemos afirmar que su meta principal es mantener su posición en el sistema. En
contraste, los realistas clásicos escriben que “los verdaderos intereses” de los
Estados son una “continua búsqueda de poder y expansión”. Para ello, la meta de
la diplomacia es “evaluar correctamente el juego de las fuerzas opuestas y sus
intereses para crear un ambiente favorable a la conquista y expansión”.

Además de ello, el prevenir las pérdidas relativas en poder y prestigio es un buen


consejo para Estados que buscan, sobre todo, conservar lo que tienen. Pero
mantener su lugar no es el objetivo principal de los Estados revisionistas. Ellos
quieren aumentar, no sólo preservar, sus valores fundamentales y mejorar su
posición en el sistema. Estos objetivos no pueden lograrse simplemente
asegurando que todos los demás no ganen nada. Deben ganar en relación con los
demás. Arnold Wolfers reconoció esto cuando escribió: "Los Estados revisionistas
sólo pueden aceptar el poder equilibrado con total renuncia, ya que saben que sólo
en casos muy excepcionales el orden establecido puede ser seriamente modificado
sin la amenaza de una fuerza que superará la resistencia del lado opuesto".

Llamando a un" nuevo orden ", los estados insatisfechos se sienten atraídos por las
potencias revisionistas en expansión. Waltz pasa por alto esos Estados cuando
afirma: "Los Estados secundarios, si son libres de elegir, acuden al lado más débil,
porque es el lado más fuerte lo que los amenaza, y en el lado más débil son más
apreciados y más seguros". Los estados son más seguros en el lado más débil es
una afirmación curiosa. ¿Son también más apreciados por el lado más débil?
Consideremos, por ejemplo, el caso de Italia en 1936. Mussolini creía que sería
más apreciado y políticamente autónomo como el satélite de Hitler que como
miembro de la más débil coalición anglo-francesa. A diferencia de Gran Bretaña y
Francia, la Alemania nazi apoyaba el objetivo de Mussolini de convertir el
Mediterráneo en un "lago italiano". Además, la decisión de Mussolini de llevar el
carro de Italia al wagon de los Nazis fue motivado por su crudas preferencias
darwinistas. Como asevera Alan Cassels, “Los fascistas adoraban la fuerza, y
Mussolini dibujo la política exterior fascista como aliarse con el poder más fuerte”.

Al Final, Italia pagó un alto costo por aliarse con Alemania. Esto no prueba que sea
la opción más segura, pero no porque Italia se haya vinculado a la coalición más
fuerte, prueba la lógica de Waltz. por el contrario, Italia estaba perdida, porque
después de la entrada activa de EEUU a la guerra, se encontraba en el lado más
débil.

El punto neurálgico, es que la mayoría de los Estados, incluyendo los grandes


poderes, en última instancia responden a alguien; solo las superpotencias pueden
esperar otra cosa. Y porque todos los miembro de las alianzas militares a sacrifican
algo de la autonomía de su política exterior,lo más importante al establecer
decisiones en conjunto es la conmensurabilidad de las metas políticas, no los
desequilibrios provocados por la amenaza de otro poder. Los poderes se unen a
una coalición por el status quo, cuando se está del lado fuerte; los poderes
insatisfechos, motivados por cosas más allá de la seguridad jugaran al
bandwagoning con el Estado revisionista en ascenso.

Bandwagoning por recompensas:

Como mencione, Walt asocia el bandwagoning con ceder ante la amenaza,


aceptando favorecer al poder que busca dominar, ratificando la ilegitimidad de sus
acciones y siendo un cómplice involuntario Esta visión del concepto ilustra la
tendencia en la ciencia política a ignorar el rol de los incentivos en el ejercicio del
poder. Aun, los premios son realmente lo más efectivo para inducir el
comportamiento bandwagoning. Los Estados como los delegados en las
convenciones de los partidos, son provocados por el lado ganador a través de la
promesa de futuras recompensas. Por el contrario, usar la fuerza para obligar a los
Estados al Bandwagoning puede resultar contraproducente. Buscando la venganza,
el aliado involuntario buscará abandonar la alianza a la primera oportunidad.

Durante las guerras en la península itálica entre 1494 y 1517, por ejemplo, Venecia
“se acercó a la órbita Francesa debido a la idea de ganar territorio dentro de la
península” específicamente la mitad de Lombardía. Después, por el Tratado secreto
de Granada del 11 de Noviembre en el 1500, el rey Fernando de Aragón junto a
Luis XII de Francia utilizaron el Bandwagoning para quitarle su reino al rey de
Nápoles Después, en 1508, los aliados de la Liga de Cambrai- Francia, España y
Austria- arrastraron para cortar los territorios venecianos. Por último, en 1513,
Enrique VIII de Inglaterra utilizó el Bandwagoning con la Liga Santa contra el débil
lado Franco-Veneciano para ganar unas provincias al norte de Francia

Durante el periodo 1667-79, Louis XIV de Francia afianzó su estatus hegemónico


en Europa con promesas atractivas para realizar bandwagoning. Por ejemplo, en la
guerra de devolución (1667-68), el Emperador Leopoldo I de Austria arrastró a
Francia con el fin de repartirse España. Por el tratado secreto Franco-Austriaco de
1668, los Borbones obtendrían Navarra, el sur de los Países Bajos, el
Franco-Condado, Nápoles, Sicilia y las Filipinas a cambio de que Louis cediese sus
derechos al trono español.

En la preparación para la guerra Holandesa (1672-79), Louis ofrece recompensas


para ganar el apoyo virtual de todos los poderes que se oponen al el. CarlosII de
Inglaterra firma en junio de 1670 el tratado de Dover, con planes de un ataque
franco-ingles contra Holanda en 1672, a cambio de que Louis diocese subsidios de
225.000 libras al año y ganancias territoriales alrededor del Estuario de Sche
Scheldt. Entre 1670 y 1672, Louis ofreció subsidios franceses para ganar aliados
dentro de la Liga del Rhin, incluido al gran elector de Renania, Sajonia, el
Palatinado, Baviera, el Gran Elector de Colonia y el Obispo de Münster. Mientras no
fue aliado de Francia, Leopoldo I se mantuvo neutral por medio de un acuerdo en
1671

La paz de Nimega que terminó la guerra Holandesa en 1679 probó que Louis podía
ocuparse de todos sus enemigos y aun así dirigir los acuerdos de paz. Una
declaración contemporánea afirma: “Francia se ha convertido en el árbitro de
Europa… Ningún príncipe estará seguro a menos que tenga amistad y alianzas con
francia”

Como su predecesor, Napoleón Bonaparte uso las recompensas territoriales y las


victorias militares para ejercer el Bandwagoning. Por ejemplo, al crear la
Confederación del Rhin (1806) hizo un contrapeso a Prusia y Austria, fortaleciendo
Baviera, Baden, Hesse-Darmstadt y Württemberg a expensas de los pequeños
Estados alemanes. Llamados por las promesas de engrandecimiento, los Estados
medianos alemanes fueron de manera voluntaria hacia la órbita francesa.

De forma similar, Alejandro I se arrastró tras el Imperio Francés en 1807, cuando


Napoleón no sólo utilizó su victoria ante las fuerzas zaristas en Friedland para forzar
la alianza, sino que la complemento con el premio que significo del territorio de
Vístula para la expansión de las fronteras rusas. Napoleon tambien le ofreció al Zar
el control sobre la zona europea de Turquía y Finlandia, además de prometerle
apoyo en sus conquistas en Asia. En cambio, el Zar fue llamado a unirse en el
Sistema Continental en contra de Gran Bretaña, utilizando su influencia sobre
Dinamarca y Suecia, además de enviar la marina rusa para apoyar a Francia en la
toma de Gibraltar. El historiador R.B Mowat resalta: “Este es un proyecto donde el
llamado a defender al autócrata no se fundamentó únicamente en mantener las
posesiones propias, sino realmente en ganar más territorio: una secuela extraña
tras el ​debacle ​de Rusia en Friedland”

Diciendo, “Yo seré tu mano derecha contra Inglaterra” Alejandro aceptó la oferta de
alianza con Francia, cuando “colocar el continente europeo entre dos poderes el de
Francia y el de Rusia, significaba en términos prácticos que la balanza
indiscutiblemente estuviera a favor de Francia”. Durante la guerra Franco-Austriaca
en 1809, Alejandro probó su lealtad a Napoleón “evitándose la oportunidad de
mantener el equilibrio entre los antagonistas, provocando que Francia derrotó a
Austria, añadiendo más territorio al Imperio y destruyendo la balanza en Europa”. La
derrota de Austria significó el despojo de muchas de sus posesiones en Italia, Illyria
y Alemania.

La amabilidad de Napoleón con Rusia en Tilsit no fue repetida con Prusia. Después
de aplastar al ejército prusiano en Jena, Napoleón estaba determinado a acabar
con el Rey Guillermo Federico por iniciar la guerra en su contra. En el tratado de
Tilsit, Prusia sufrió una humillación perdiendo un tercio de su territorio, casi la mitad
de su población, y fue ocupada por Francia mientras pagaba las indemnizaciones
de guerra.

Irónicamente, fue el ministro de exterior prusiano, Karl von Hardenberg, quien, en


Tilsit, aconsejó a Alejandro “ofrecer a Napoleón una alianza tripartita la cual peleará
contra Inglaterra y redibuja el mapa de Europa”. De acuerdo con el principio del plan
de Hardenberg, el Zar hizo lo mejor que pudo para defender a Prusia en las
negociaciones con el Emperador Francés, pero no lo consiguió. Napoleón había
tomado a Prusia por derecho de conquista y no admitiría a Federico Guillermo en la
coalición.

Prusia y Austria obtendría su venganza en junio de 1813, cuando se unieron a Gran


Bretaña y Rusia para formar la cuarta coalición. Pero la victoria de los aliados sobre
el hegemón no tan inevitable como la teoría del equilibrio nos ha hecho creer. La
coalición de los aliados, cuyas fuerzas doblaban las de Franca para febrero de
1814, podrían no haberse unido, y mucho menos luchar juntas si Napoleón no
hubiese atacado a los neutrales y sus propios aliados. Frustrando de forma
constante las estrategias de bandwagoning con Rusia, Prusia, España y Austria,
Napoleón finalmente triunfó en lo que Gran Bretaña había fallado, creando una
coalición lo suficientemente fuerte para derrotar al imperio francés.

¿Por qué los Estados realizan el Bandwagon?

Bandwagoning significa mover el sistema en dirección al cambio. Como una pelota


rueda en dirección a la inclinación de la colina, los éxitos iniciales crean la
expectación de futuros éxitos, no una gran resistencia. En el lenguaje de la teoría
de los sistemas, el bandwagoning es una forma positiva de retroalimentación. Por el
contrario el propósito del comportamiento balancing es prevenir un desequilibrio
sistémico, o la restauración del equilibrio. El balancing es una forma negativo de
retroalimentación

Esto no sugiere que los efectos del bandwagoning son siempre indeseables; esto
depende de la naturaleza del orden existente. Si está caracterizado por el conflicto,
el comportamiento bandwagoning tal vez lleve a una paz más duradera. En este
caso, la razón de ser del Bandwagon también importa. “El secuaz” del
bandwagoning, que sigue a un Estado expansionista o una coalición que busca
romper el status quo, debilita la estabilidad del sistema. En cambio el bandwagoning
de “acumulación” lleva a la estabilidad del sistema. Otras formas de bandwagoning
puede tener otros efectos sobre la estabilidad del sistema. Lo que tienen en común
todas las formas de bandwagoning es que esta motivadas por la idea de obtener
premios. Aquí se encuentra la diferencia fundamental entre bandwagoning y
balancing. El balancing es una actividad costosa en la que los Estados
generalmente no se comprometen, pero a veces lo ven como una forma de
garantizar su supervivencia y sus valores. Bandwagoning rara vez involucra costos
y es hecho de manera típica donde hay expectativa de ganancia. Por ello, el
bandwagoning es más común, según mi creencia, que lo que Walt y Waltzes
sugieren.

El secuaz Bandwagoning

Así como el leon atrae a los chacales, un poderoso Estado revisionista o una
coalición atrae a los poderes revisionistas oportunistas. La meta de “secuaz
bandwagoning” es lucrarse. Específicamente, los Estados revisionistas realizan
bandwagon para compartir partes de la victoria. Porque el fin ilimitado de los
poderes revisionistas hace que no puedan “arrastrarse” (porque ellos son el
bandwagon), el bandwagoning ofensivo está hecho por los menos agresivos, que
yo llamo Estados Revisionistas con objetivos limitados. Típicamente, el menor
agresor alcanza un arreglo con el líder de los revisionistas con objetivos ilimitados
dentro de las esferas de influencia, a cambio de apoyar al líder en sus objetivos
expansionistas.

Más allá del deseo de adquirir territorio, las motivaciones del Bandwagoning secuaz
puede significar protegerse del león. Como remarca Roy Douglas “Stalin se merece
el famoso epíteto de Churchill “el chacal de Hitler” tanto como Mussolini, a quien
fue aplicado el epite inicialmente. Ya que las presas del león eran suculentas para
las bestias menores, pero también hacía que estas bestias al estar al lado del gran
depredador evitarás que éste pusiese sus atenciones en ellas”

A veces el líder revisionista es más fuerte que la coalición que apoya el Status Quo.
En estos casos el líder no requiere la asistencia de un secuaz. En cambio, busca
prevenir la formación de una coalición fuerte. Cuando el bloqueo es la meta, el líder
permite que los Estados revisionistas con objetivos ilimitados obtengan ganancias
bajo la condición de no claudicar ante la coalición anterior Porque qué chacal es un
carroñero y un verdadero depredador, este tipo de Bandwagoning es también
predatorio pero de una forma pasiva; el chacal busca andar libre sobre los
esfuerzos ofensivos de los otros.

Como ejemplo de esta estrategia, Hitler le dio valentía a Italia, a la URSS, Japón,
Hungría y Bulgaria para alimentarse de las presas del león nazi, en orden de evitar
la formación de una coalición peligrosa. Así,el Reich se convirtió en el amo de
Europa para 1942. Pero como Napoleón, destruyó la suerte de su grandeza
atacando a sus aliados, Hitler llevó a Alemania a la ruina al declarar la guerra en
contra de la URSS y EEUU, “dos poderes mundiales que solo querían que los
dejaran en paz”. Así el Führer forzó creación de una coalición con el suficiente
poder de evitar una victoria alemana en europa.

Piling on ( acumulación)

El bandwagoning de acumulación ocurre cuando la guerra ya ha sido determinada.


Los Estados generalmente bandwagon con el lado que parece ganador con el fin de
compartir el botín. Cuando esto ocurre, peeling es simplemente el Bandwagoning
de secua solo que se da a lugar al finalizar el conflicto bélico. De otra formas, los
Estados podría ir por acumulación porque temen que los ganadores podrías
castigarlos por no tomar un lado. Cual sea la motivación, el oportunismo o el miedo,
el peeling es una forma predatoria pasiva que incluye la recompensa del lado
victorioso.

Históricamente, la mayoría de las guerras han terminado con un comportamiento de


acumulación. En la Guerra de Sucesión Española, por lo menos, Louis XIV miro sus
esperanzas de victoria desaparecer cuando sus dos más firmes aliados, Portugal y
el Duque de Saboya, abandonaron la coalición franco-española e hicieron
bandwagoning con la Gran Alianza con el fin de obtener ganancias a expensas de
España. Las Guerras Napoleónicas terminaron cuando Suiza, Austria, España,
parte de los Estados Germanos y los Estados Italianos se unieron a Prusia, Gran
Bretaña y Rusia al parecer cercana la derrota de Napoleón.

Durante la Primera Guerra Mundial, Japón se comportó bandwagoning con las


potencias de la entente porque codiciaba las posesiones alemanas en Asia,
mientras China se dejó arrastrar para ganar la protección Anglo-francesa frente a
Japón y la Rusia Imperial. Por su parte Italia, esperando premios a expensas de
Austria, le declara la guerra a sus amigos en mayo de 1915. En 1916 la victoria de
Rusia sobre Austria persuade a Rumania de entrar a la guerra en el lado aliado.

En la segunda guerra mundial, los soviéticos querían una pelea al final con Japón
para garantizar su ocupación En contraste, Turquía quería permanecer neutral pero
fue coaccionada por los aliados para declararle la guerra a Alemania y Japón en
febrero de 1945. Ankara lo hizo con base en la decisión de los aliados de excluir de
la conferencia organizativos de la ONU a cualquier nación que no haya entrado a la
guerra contra las fuerzas del Eje para el 1ero de marzo de 1945. Más
recientemente, la coalición contra Iraq en la guerra del golfo pérsico ejemplifica el
bandwagoning de acumulacion como comportamiento.
La ola del futuro

Los Estados pueden comportarse bandwagon con el lado más fuerte porque ellos
creen que representa “la ola del futuro”. Durante la guerra fría, por ejemplo, muchos
países poco desarrollados vieron en el comunismo esta vía. Como consecuencia
ellos no fueron coaccionados u obligados a unirse al bloque Chino-Soviético, ellos
lo hicieron voluntariamente. Las élites del tercer mundo al igual que las masas
fueron arrastradas al comunismo por razones racionales; ellos pensaban que
podían obtener más de los chinos y los soviéticos. Este tipo de bandwagoning es el
que más le preocupaba George Kennan en 1947, cuando entendió que “dada la
proporción de seguidores del movimiento comunista es necesario comprender que
estos se han adherido a él… primero por la creencia de que es el futuro…. y
aquellos que esperan sobrevivir en los próximos días serán aquellos que fueron
arrastrados cuando aún era considerado el movimiento del futuro”. De hec hecho, el
logro Soviético con Sputnik causó que lograran más dominios que la propia presión
militar soviética.

Así como, los Estados en el mundo han recientemente abandonado el comunismo


en favor de la nueva ola del futuro, la democracia liberal. Van Evera apunta a que
“el surgimiento de movimientos anticomunistas en Europa del Este en 1989” es “el
único efecto dominó de dicha magnitud”. Pero la definición de bandwagoning es
“ceder ante la amenaza” según lo cual, no explicaría esta reacción voluntaria. Lo
mismo puede ser dicho sobre la descolonización masiva entre 1950 y 1960. Ambas
tendencias iniciaron con un feedback positivo, lo que se traduce en la alteración del
curso de la política internacional en una dirección hacia la estabilidad.

El Bandwagoning de la Ola del futuro está inducido por líderes carismáticos e


ideologías dinámicas, bajo la construcción de una propaganda masiva y la
demostración de superioridad en el campo de batalla. Aquí el Bandwagon se
convierte “en una horda que posee el fervor una experiencia religiosa” Por ejemplo,
las victorias Alemanas en mayo de 1940 convencieron a Japón de dejar de lado
neutralidad y arrastrarse hasta el eje:

El aumento del prestigio de los alemanes frente a los ojos de los japoneses
sepultaron en la resurrección de un sentimiento por-nazi que hizo fallece el pacto de
no agresión. Este cambio en la opinión pública afectar el equilibrio entre las
facciones anglo-americanas y del axis en Japón. En segundo lugar, la existencia de
colonias francesas y holandesas en Indochina y las Indias Orientales entraron en el
conocimiento de la gente japonesa, y vieron la oportunidad de avanzar dentro del
Sudeste Asiático

En este caso, la psicología pública japonesa de apoyar al ganador se basó en el


oportunismo. Ambas metas pueden ser capturadas en la expresión “No perder el
autobús”. De esta forma rara, el bandwagoning de la ola del futuro puede ser el
resultado de la ilusión de los líderes y del público de “sentir que se avanza con el
ganador, a pesar de que estas no sean más que ilusiones”. Reconociendo este
efecto, Maquiavelo apuntó al resultado después de que los Venecianos invitaran al
Rey Louis a “Poner un pie en Italia”

El rey, tras adquirir Lombardía, inmediatamente ganó la reputación que había


perdido con Charles. Los genoveses se rindieron,los florentinos se convirtieron en
sus amigos, el Marqués de Mantua, los Duques de Ferrara y Bentivogli, la Dama de
forli, los señores de Faenza, Pesaro, Rímini, Camerino y Piombino, los habitantes
de Lucca,Pisa y Siena se aproximaron a él ofreciéndole su amistad. Los
Venecianos pueden haber visto los efectos de su mérito, ganado unas ciudades de
Lombardía y haciendo a Louis rey de dos terceras partes de Italia.

Otros ejemplos del bandwagoning de apoyar el lado ganador incluye al entusiasmo


con el que los alemanes del sur se unieron a Prusia tras derrotar a Francia en 1871,
y los Austriacos frente a anschluss con alemania en 1938.

El contagio o el efecto dominó

Durante la Guerra Fría, las metáforas de “la expansión de la enfermedad” y la


“caída de los dominios” fueron usados por los oficiales de EEUU para apoyar la
política de contención del comunismo. La administración Truman usó la metáfora
del contagio para justificar su intervención en Grecia en 1947: “Como las manzanas
en él un barril, la podrida infectara a las demás una a una, la corrupción en Grecia
va a infectar a Irán y a todo el Este. Es preocupante que la infección llega a África a
través de Asia Menor y Egipto, hacia Europa y Francia”. El mismo argumento se
hizo conocido como la “teoría del dominó” cuando el presidente Eisenhower isola
metáfora al referirse al Sudeste Asiático: “Tu tienes una línea de domino's, golpeas
el primero y se caerán uno tras otro de forma rápida. Podrías estar en presencia del
incio de la desintegración que podría tener graves repercusiones” Más
recientemente, el Presidente Reagan argumento que si “ignoramos el mal en
Managua” este se “esparce y se convertirá en una amenaza para todo el Nuevo
Mundo”.

Así sea la metáfora de la infección o la caída de los domingos, la dinámica final


sigue siendo la misma. En cada caso, el bandwagon es colocado por una fuerza
externa, que toca tod y crea una reacción en cadena. Así, la teoría del dominó
postula que la revolución como parte de los “eventos externos” puede difundirse
rápidamente porque los Estados de la región tienen relaciones estrechas “y porque
las revoluciones en su razón de ser generalmente se exportan ellas mismas”. De la
misma manera, el efecto de contagio propone que los lazos regionales llevan a
alianzas rápidas que permiten que la guerra germine.
Una alternativa a la Teoría de las Alianzas: El Balance de Intereses

He argumentado que los Estados tienden al bandwagon en la búsqueda de premios


más que de seguridad, porque el mantenimiento del Status quo ha subestimado lo
complejo del comportamiento Bandwagoning. En orden de traer a relevancia al
Estado Revisionista, propongo la teoría del Balance de Intereses. El concepto de
esto tiene un doble significado, uno al nivel de la unidad, el otro a nivel sistémico. Al
nivel unitario, se refiere al costo que un Estado está dispuesto a pagar para
defender sus valores y su relación al costo de la voluntad de extender dichos
valores. Al nivel sistémico, se refiere a las relaciones de fuerza entre el status quo y
los Estados revisionistas.

Balance de intereses al nivel unitario

Dejando de lado la máxima neorrealista que dice que los Estados valoran más sus
posesiones que lo que codician, tenemos que mirar la gama completa de los
intereses del Estado: algunos valoran más sus deseos que lo tienen, otros están
satisfechos con sus posesiones; otros valoran lo que tiene ligeramente un poco más
que su ambición, y viceversa; algunos Estados consideran que sus posesiones son
suficientes pero no envidian las de otros

Podríamos conceptualizar el rango de los intereses del Estado de la siguiente


forma. Veamos a X como el costo que el Estado está dispuesto a pagar para
aumentar sus posesiones; y Y sera el costo que el mismo Estado está dispuesto a
pagar para defender lo que ya tiene. Dejemos X y Y en un rango de 0 a n. El interés
del Estado puede ser representado desde X-Y y puede encontrarse en el diagrama
de abajo.
Leones: Los leones son Estados que podrían pagar altos costos para proteger sus
posesiones pero solo pagaría un pequeño precio para aumentarlas. La meta del
Estado en la jerga realista es la de posicionalismo defensivo y maximizador de la
seguridad. Como Estados satisfechos, son los mayores poderes dentro del Status
Quo.

La elección del león para representar a estos Estados está motivada por la famosa
discusión de Maquiavelo sobre el león y la raposa: “El príncipe sabiendo esto está
obligado a conocer que su actuar debe imitar al león y la raposa, el león no puede
protegerse a sí mismo de las trampas y la zorra no puede defenderse de los lobos.
Debe ser una raposa para reconocer las trampas y un león para pelear con los
lobos”

Así como los leones son los reyes de la selva, las Grandes Potencias dominan el
sistema internacional. Después de todo, los Estado que consideran el status quo
agradable son generalmente aquellos que lo crean; como los principales
beneficiarios del status quo, ellos son los más interesados en preservar. Y como los
leones “combaten a los lobos”, el status de las grandes potencias debe disuadir a
los revisionistas poderosos de la agresión, o si fallan, ser capaces de pelear para
defenderlo. Ellos toman esta responsabilidad no por la expectativa de ganancias o
altruismo, sino por la autopreservación y mantener sus posesiones y prestigio
dentro del sistema. La defensa común es un trabajo sucio, pero alguien tiene que
hacerlo, y solo los grandes poderes pueden. Como dijo Walter Lippmann dio: “Solo
una gran potencia puede resistir a un gran poder. Solo un gran poder puede vencer
a un gran poder”. Si ellos creen que otros pueden mantener esos bienes colectivos
por ellos, ellos tenderán a pasar la pelota.

Ovejas: Las ovejas son países que podrían pagar solo costos bajos para defender o
extender sus posesiones. En un mundo de depredadores y presas, estos Estados
son las presas.

Las ovejas son Estados débiles que poseen un bajo potencial de poder, sufren de
pobres relaciones entre el Estado Y la sociedad por diversas razones: sus elites e
instituciones pueden poseer poca legitimidad frente a las masas; puede poseer
conflictos étnicos, políticos, entre clases, religiosos, o tribales; la ideología del
Estado puede crear conflictos por su imposición a la cultura popular; o pueden ser
lo que Huntington llama Estados divididos “tienen un grado de homogeneidad
cultural pero se encuentran divididos porque su sociedad pertenece a varias
civilizaciones”.

Como los corderos son reacios a sacrificarse para mantener sis valores, su política
exterior no está llevada por objetivos irredentistas. Esto es lo que las distingue de
los chacales, los cuales también son Estados débiles. Las ovejas normalmente
ceden al bandwagon, según las implicaciones de Walt, de acuerdo a la amenaza.
Pero algunos, especialmente los Estados divididos, se acoplan en el bandwagoning
de la ola del futuro o el dominó. Otros se unirán con el lado fuerte para protegerse
de otros peligros, o por el miedo de ser castigados si se encuentran en el lado
perdedor. Ejemplos de ovejas son Checoslovaquia, Rumania, Austria, Yugoslavia y
Francia durante 1930. A excepción de Rumania, la decisión de los anteriores de
moverse bandwagon con Hitler fue la exitosa penetración de las quintas columnas
nazis en el Estado y la sociedad.

De manera adicional, los corderos pueden escoger no alinearse con ningun lado,
buscando distanciarse de los Estados amenazantes. Al adoptar la política de
distanciamiento, ellos buscan lo mismo que Ulises frente a los cíclopes: ser comido
de último. Existen numerosas razones para hacer esto. Primero, pueden esperar
que antes de que le toque ser atacado el agresor estará cansado o satisfecho con
la expansión obtenida. Como Winston Churchill remarcó sobre el comportamiento
de los pequeños poderes europeos “Cada uno tiene la esperanza de que si
alimentan a el cocodrilo lo suficiente, el cocodrilo se lo comerá de último. Todos
ellos esperan que la tormenta pase antes de que sea su turno de ser devorados”.

En segundo lugar, como los Estados predadores o la coalición gana fuerza con
cada conquista, la amenaza de otro poderosos Estados dentro del status quo que
se encontraban marginados aumenta. Consecuentemente, están más dispuestos a
unirse contra el agresor, cambiando la neutralidad por activar el balancing. En tercer
lugar, el poder del Status Quo puede esperar que, al transcurrir el tiempo, la
coalición revisionista opositora se desintegre debido al conflicto sobre las cuotas
militares o la división del botín. Al final, el Estado puede buscar ser devorado de
último porque cree que las políticas expansionistas del depredador pueden ser muy
costosas para sí mismo, manteniendo la esperanza de que a nivel interno el
gobierno será reemplazado por uno más amistoso.

Chacales: Son Estados que están dispuestos a pagar altos costos para defender
sus posesiones, pero darían mucho más por aumentar sus posesiones. Como los
lobos, son poderes insatisfechos, pero el valor de sus posesiones y su tendencia a
la expansión tiende a ser oportunista. Usando una metáfora bíblica: el chacal sigue
al león para recoger los restos que deja atrás. Mientras los chacales normalmente
siguen a los lobos (líderes revisionistas), ellos también siguen a los leones (líderes
de Status Quo) quienes están al borde de la victoria. Ambas formas de
bandwagoning son ejemplos de depredación y pasar la pelota; intentando avanzar
de manera libre en los esfuerzos de los otros.

Lobos: Son Estados depredadores. Ellos valoran lo que codician más allá de lo que
poseen. Como pacientes terminales, los Estados hambrientos están dispuestos a
tomar grandes riesgos - aún si perder significa la extinción- para mejorar su
condición, lo que ellos consideran intolerable. No poseyendo límites, son libres de
proponerse una temeraria expansión. Como Hitler le dijo a sus comandantes en jefe
en la víspera de la guerra: “Es más fácil para nosotros tomar decisiones. No
tenemos nada que perder, tenemos todo por ganar… No tenemos otra opción,
debemos actuar. Nuestros oponentes se están arriesgando todo y solo podrán
ganar algo pequeño”

La historia está repleta de ejemplos de Estados que buscan maximizar su poder, y


colocan su supervivencia en riesgo, no solo para mantener su posición en el
sistema. Alejandro Magno, Roma, los árabes en los siglos XVII y XVIII, Carlos V,
Felipe II, Federico el Grande, Louis XIV, Napoleón I y Hitler todos buscaban un
imperio universal y jugaban al todo nada. Buscando conquistar el mundo o una
larga porción de él, los lobos no hacen balancing o bandwagon, ellos son el
bandwagoning.

Balance de intereses al nivel sistémico

Al nivel sistémico, la teoría del balance de intereses sugiere que una distribución de
capacidades, por sí mismo, no determina la estabilidad del sistema. Más importante
son las metas y el significado que esas capacidades o influencia pueden utilizar: ya
sea para manejar el sistema o destruirlo; o para en un futuro utilizar ese poder para
amenazar a otros Estados o hacerlos sentir más seguros. En otras palabras, la
estabilidad del sistema depende del balance de los revisionistas y las fuerzas
conservadoras. Cuando los Estados del Status Quo son más poderosos que los
revisionistas, el sistema será estable. Cuando el revisionista o coalición es más
poderoso que los que defienden el status quo, el sistema puede cambiar; solo
queda preguntarse qué pasa cuando la ventaja permanence indefinida.

Es necesario definir el término revisionista y Status quo de forma precisa. Las


potencias del status quo busca la autopreservación y el mantenimiento de los
bienes que poseen, maximizan seguridad no el poder. Para los Estados del status
quo, las ganancias de evitar una expansión militar son superados por los costos de
la guerra. Mientras ellos buscan expandir sus posesiones, los Estados del status
quo no usan su poder militar para este fin. Por ello sus intereses en el ámbito militar
varía con el nivel de amenaza a sus valores.

Por el contrario, los Estados revisionistas valoran sus codicias más que sus
posesiones, aunque esta tendencia puede variar, generalmente utilizan la fuerza
militar para cambiar el Status Quo y extender sus valores. Para los Estados
revisionistas, las ganancias derivadas de la expansión son mayores que los costos
de la guerra. Necesitando un poder preponderante para cambiar el Status Quo, los
Estados insatisfechos se unen cuando creen que serán más poderosos que el lado
conservador, porque solo así pueden lograr sus ambiciones expansionistas.
Generalmente, los poderes revisionistas son quienes empiezan a mover los
alianzas, el status quo es “reaccionario” Una vez más, Wolfer escribe: “Porque la
expansión de forma invariable llama a poderes adicionales, los países que buscan
expandirse tienen a iniciar una competencia de poder y por el recurso de la
violencia.” Los estados agresores deben ejercer una presión inicial (esto es,
representar una amenaza significativa) antes de que los poderes satisfechos
respondan, siendo a menudo esta respuesta lenta y reacia. El realismo moderno se
refiere a esta reacción como "comportamiento de equilibrio", cuya teoría se
generaliza para todos los Estados. Pero ¿cuál es, entonces, la presión inicial
ejercida por los Estados revisionistas? Lo contrario del equilibrio no es el
bandwagoning, como lo afirman los realistas de hoy, sino más bien la agresión. En
ausencia de una amenaza externa razonable, los Estados no necesitan, y no
buscan, el equilibrio. No es sorpresa, que el Concierto Europeo reemplazará el
sistema de equilibrio de poder en 1815, cuando todas las grandes potencias
cansadas de la guerra aceptaron y aceptaron el orden del statu quo.

El sistema de equilibrio retorno tras el final de la Guerra de Crimea, cuando una


Francia revitalizada no aceptó el status quo e insistió y buscó restablecer su
hegemonía sobre el continente.

De forma corta, la presencia de las Grandes Potencias que son conocidos por
aceptar el status quo y que pocas veces se proponen metas expansionistas de
forma unilateral es necesario para el Concierto Europeo; la balanza de poder no
puede sobrevivir bajo dichas condiciones. Porque en el mundo de hoy “todos los
grandes poderes tienen una visión común sobre qué es lo aceptable dentro de
status quo”, el sistema actual posiblemente se transforme de balance a concierto.
La teoría de la balanza de intereses, enfocados en las variaciones de los actores y
sus preferencias, pueden llevar a ese cambio; la teoría de la balanza de poder y la
balanza frente a la amenaza no pueden

Conclusión

la pregunta de que si el balancing es más común que el bandwagoning está


equivocada. No son comportamientos opuestos. La motivación del bandwagoning
es fundamental diferente a la del balancing. El Bandwagoning es comúnmente
hecho por la búsqueda de ganancias, el balancing es hecho por la seguridad y
siempre conlleva costos. En la práctica, incluso las grandes potencias tienen que
escoger entre permanecer a un lado para evitar los costos del equilibrio frente a los
Estados predadores. Muchos podrían no entrar en combate con los agresores hasta
que estos ataquen realmente. Por el contrario, los bandwagon, así sean secuaces o
seguidores, no razonan los altos costos de su comportamiento. En cambio, ellos
anticipan las ventajas de estar del lado ganador, para ellos las alianzas son un
juego de sumar.

No son comportamiento opuestos, el bandwagoning y el balancing están asociados


a condiciones sistémicas diametralmente opuestas: balancing con estabilidad,
bandwagoning con cambio Así, el rol de bandwagoning existe cuando el sistema
está en cambio continuo; aun cuando el status quo se esté desmoronando o
iniciando. En primera instancia, el aumento de los poderes expansionistas con
objetivos ilimitados puede ser atractivo para las ovejas- Estados vasallos muy
débiles para defender su autonomía- y los Estados Chacales, con su propio
propósito revisionista. Algunas veces, el orden del status quo es destruido por la
caída del poder dominante, así como la URSS y la ola de democratización que
siguió en 1989.

En segundo lugar, los Estados buscan la coalición ganadora y el fin de una guerra a
gran escala para reclamar sus recompensas o escapar de la venganza de los
vencedores. Aquí, los Estados realizan el Bandwagoning por el beneficio de, o al
menos para evitar ser dañados, la paz obtenida. Ocasionalmente, un nuevo orden
se levanta luego de la paz. Así tal vez sea muy temprano para afirmarlo, en 1993
tras el acuerdo entre Israel y la Organización de Liberación Palestina ha producido
un efecto bandwagoning en los Estados Árabes, cada uno buscando sus propios
asentamientos con Israel. Como este ejemplo muestra, el bandwagoning no es
siempre una respuesta a un régimen maligno; es hecho también de forma
voluntaria. Como el cambio en sí mismo, los efectos del bandwagon son temidos
por aquellos que están satisfechos con el status quo y bienvenido por aquellos que
no.

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